Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

Oh Jesús, dame fuerza para soportar los sufrimientos y para que no haga mala cara cuando bebo el cáliz de la amargura.  Ayúdame Tú Mismo para que mi sacrificio Te sea agradable, que no lo profane mi amor propio.

Reflexión: Los Sufrimientos

Oh Jesús, dame fuerza para soportar los sufrimientos y para que no haga mala cara cuando debo cuando bebo el cáliz de la amargura. Ayúdame tú mismo para que mi sacrificio sea agradable que no lo profane mi amor propio aunque se prolongue en años.

“Bienaventurados serán cuando les insulten y persigan y con mentira, digan contra ustedes todo género de mal por mí. Alégrense y regocíjense (Mt. 5, 11). Las cartas y los hechos de los apóstoles confirman que el poder sufrir en nombre de Jesús, es una gracia especial leemos en los Hechos de los Apóstoles. “Se fueron contentas porque habían sido dignos de padecer ultrajes por el nombre de Jesús”.

Cristo mismo llevó a cabo su obra redentora de la humanidad, sobre todo mediante la pasión dolorosa y el misterio más atroz e indicó este camino a sus discípulos. El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame (Mt. 16 24).

El amor pasa pues, inevitablemente por la cruz y a través de ella se hace creador y fuente inagotable de energía redentora. En el programa mesiánico de Cristo, que es a la vez el programa del Reino de Dios, el sufrimiento está presente en el mundo para provocar amor, para hacer nacer obras de amor al prójimo para transformar toda la civilización humana en la civilización del amor. En este amor el significado salvífico del sufrimiento se realiza totalmente y alcanza su dimensión definitiva.

Jesús al mismo tiempo ha enseñado el hombre a hacer bien con el sufrimiento y hacer bien a quien sufre. Bajo este doble aspecto ha manifestado cabalmente el sentido del sufrimiento. El secreto para sufrir menos es unirse con amor al sacrificio redentor de Cristo, el maestro en el dolor.

María, Reina de los mártires y Reina de los apóstoles despierte en todo el deseo de ser asociados a la pasión de Cristo Redentor Universal (Juan Pablo II).

Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda soportar los sufrimientos, a ti y tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce