Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

Oh misterio de la Divina Misericordia, oh Dios de la piedad,
Que te has dignado abandonar el trono celestial,
Y has bajado a nuestra miseria, a la debilidad humana,
Por qué no son los ángeles sino los hombres los que necesitan Tu misericordia.

Para expresar dignamente la misericordia del Señor,
Nos unimos a Tu Madre Inmaculada,
(107) Porque así nuestro himno Te será más agradable
Ya que Ella ha sido elegida entre los ángeles y los hombres
A través de Ella, como a través del cristal puro,
Ha llegado a nosotros Tu misericordia,
Por su mérito el hombre se hizo agradable a Dios,
Por su mérito todos los torrentes de gracias fluyen sobre nosotros.

Reflexión: Virgen Inmaculada III

Hermanos toda pulcra es María, eres toda hermosa, María, y no hay mancha alguna de pecado en ti.

La redención alcanzó también a María y actúa en ella, pues recibió todas las gracias en previsión de los méritos de Cristo. Entonces Dios preparó a la que iba ser la Madre de su hijo con todo su amor infinito. La nueva vida se inició en nuestra Madre en el mismo instante en que fue concebida sin mancha alguna y llena de gracia.

La Virgen inmaculada será siempre el ideal que debemos imitar. Ella es modelo de Santidad en la vida ordinaria, sin llamar la atención, sabiendo pasar oculta en una sencillez de humildad.

Para imitarla es necesario tratarla, amarla y conocerla a María.

María llena de gracia. Nuestra Madre es descanso para los que trabajan, consuelo de los que lloran, medicina para los enfermos, puerta para los que maltratan la tempestad, la angustia y el miedo, el perdón para los pecados graves, dulce alivio de los tristes, y socorro de los que rezan. Ella es nuestra Madre la Madre de Dios y que Dios la colmó de toda las gracias y virtudes por encima de los ángeles y los hombres, jamás estuvo bajo el dominio del demonio, porque ella es libre excepta de pecado original, esa es la alegría de tener a María como nuestra Madre, la Madre de Dios. Padre eterno yo te ofrezco el cuerpo la sangre, el alma y la divinidad de tu amado hijo nuestro señor Jesucristo como propiciación de nuestros pecados y del mundo entero, por su dolorosa pasión ten misericordia de nosotros y del mundo entero. Oh sangre y agua que brotaste del corazón de Jesús como fuente misericordia para nosotros, en ti confío

Desearte un lindo día, que el Señor de la misericordia te colme de ese amor y protección de nuestra Madre la Virgen María a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce