Porque cada oración dicha con devoción, alegran a María y a su hijo Jesús, nos acercan y mantienen a su lado

1. Acordaos oh! Piadosísima Virgen María

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza , a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes , y gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amén

2. Bajo tu amparo

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, No desprecies nuestras súplicas en las necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita. Amén.

3. Angelus

V. El Ángel del Señor lo anunció a María. R. Y concibió por obra del Espíritu Santo. Dios te salve, María… Santa María… V. He aquí la esclava del Señor. R. Hágase en mí según tu palabra. Dios te salve, María… Santa María… V. El Verbo se hizo carne. R. Y vivió entre nosotros. Dios te salve, María… Santa María… V. Rogad por nosotros, Santa Madre de Dios. R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

4. Ave María

Dios te salve, María ; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

5. Regina Caeli

V. Alégrate, Reina del cielo. Aleluya. R. Porque el que mereciste llevar en tu seno. Aleluya. V. Ha resucitado, según predijo. Aleluya. R. Ruega por nosotros a Dios. Aleluya. V. Gózate y alégrate, Virgen María. Aleluya. R. Porque ha resucitado Dios verdaderamente. Aleluya. V. Oremos: Oh Dios que por la Resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al mundo, concédenos por su Madre, la Virgen María, alcanzar el gozo de la vida eterna. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. R. Amén.

6. Salve

Dios te salve, Reina y Madre Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén

7. Magnificat

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos. Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amen.

8. Bendita sea tu pureza

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza. A Ti celestial princesa, Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día, alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía. Amén.

9. Stabat Mater

Estaba la Madre de dolores junto a la cruz llorando, mientras su Hijo pendía. Su alma llorosa, triste y dolorida, fué traspasada por una espada. ¡Oh cuán triste y afligida estuvo aquella bendita Madre del Unigénito. Estaba triste y dolorosa, como madre piadosa al ver las penas de su divino Hijo. ¿Qué hombre no lloraría, si viese a la Madre de Cristo en tan atroz suplicio? ¿Quién no se contristaría, al contemplar a la Madre de Cristo dolerse con su Hijo? Por los pecados de su pueblo, vió a Jesús en los tormentos, y sometido a los azotes. Vió a su dulce Hijo morir abandonado cuando entregó su espíritu. ¡Oh Madre, fuente de amor,! Haz que sienta yo la fuerza de tu dolor para que contigo llore! Haz que arda mi corazón en amor de Cristo mi Dios, para que así le agrade. ¡Oh santa Madre! haz esto: graba las llagas del crucificado en mi corazón hondamente! De tu Hijo, lleno de heridas, que se dignó padecer tanto por mi, reparte conmigo las penas. Haz que yo contigo piadosamente llore y que me conduela del Crucificado, mientras yo viva. Haz que esté contigo junto a la cruz pues deseo asociarme contigo en el llanto. ¡Oh virgen la más ilustre de todas las vírgenes! no seas dura para mi, haz que contigo llore. Haz que lleve la muerte de Cristo; hazme socio de su pasión y que venere sus llagas. Haz que, herido con sus heridas, sea yo embriagado con la cruz y con la sangre de tu Hijo. Para que no me queme y arda en llamas, por ti, oh virgen, sea defendido en el día del juicio. ¡Oh Cristo! cuando hubiere de salir de aquí, dame por tu Madre que llegue a la palma de la victoria. Cuando el cuerpo feneciere, haz que al alma se le dé la gloria del paraíso. Amén.

10. Aleluya, virga jesse

Aleluya. La vara de Jesé ha florecido. La virgen ha engendrado al Dios hecho hombre haciendo que por El se reconcilien los abismos y las alturas. Aleluya.