Guido Maria Conforti, Santo

Obispo y Fundador, 5 de noviembre

Martirologio Romano: En Parma, de Italia, San Guido María Conforti, obispo y buen pastor, siempre en vela por la defensa de la Iglesia y de la fe de su pueblo, el cual, movido por el anhelo de la evangelización de los pueblos, fundó la Pía Sociedad de San Francisco Javier (1931).

Etimologicamente: Guido = Aquel que pertenece al bosque, es de origen germánico.

Fecha de beatificación: 17 de marzo de 1996 por S.S. Juan Pabo II
Fecha de canonización: 23 de octubre de 2011 por el Papa Benedicto XVI.10:23

Breve Biografía

GUIDO MARIA CONFORTI nació en Ravadese (Parma -Italia ) el 30 de marzo de 1865.
Era el octavo de los diez hijos de Rinaldo Conforti y Antonia Adorni.

La óptima educación cristiana recibida de su madre, la complementaron los Hermanos de las Escuelas Cristianas en cuya escuela de Parma realizó su primaria. Guido solía decir que su vocación se debía a la educación recibida de estos religiosos y, además, a una singular experiencia que tuvo contemplando el Crucifijo.

Venciendo la resistencia de su padre, en 1876 entró en el seminario, donde realizó brillantemente sus estudios, distinguiéndose por su diligencia, piedad y obediencia. Durante sus estudios de teología, el Beato Andrés Ferrari fue su rector en el seminario., Sin haber sido aún ordenado sacerdote Guido fue nombrado vicerector del seminario, tarea que continuó realizando después de su ordenación sacerdotal que tuvo lugar el 22 de septiembre de 1888. En esta misión pudo mostrar sus elevadas dotes de educador siendo un modelo para los jóvenes seminaristas por su testimonio de santidad y caridad pastoral.

Su vocación sacerdotal y misionera había nacido a los pies del Crucifijo. “No es posible – escribió – fijar la mirada en este modelo divino sin sentirse empujado a cualquier sacrificio por grande que sea”.

“El Crucifijo es el gran libro que ofrece a nuestros ojos horizontes infinitos”. De hecho, a pesar de que la vida de Guido transcurrió en la región italiana de Emilia, su mirada abarcaba los horizontes de toda la humanidad, y nunca desfalleció en el deseo ardiente de anunciar el Evangelio a todos los hombres. El “espectáculo” de la cruz le hablaba “con la elocuencia de la sangre”, manifestándoles el amor infinito de Dios hacia la humanidad. En 1895, Guido funda una Congregación Misionera de hombres consagrados a Dios con el único fin de llevar el Evangelio a los no cristianos.

El 9 de junio de 1902, el Siervo de Dios fue llamado a regir la Arquidiócesis de Rávena. El día de su ordenación episcopal pronunció los votos religiosos junto con el voto de dedicarse sin reservas al anuncio del Evangelio “ad gentes”. En Rávena, la enfermedad le obligó a largos períodos de inactividad. Su profundo sentido de responsabilidad pastoral hacia el rebaño que le había sido confiado le llevó a presentar su dimisión que fue aceptada.

Regresó humildemente a su Instituto Misionero donde, recuperada algo su salud, se ocupó en la formación de los alumnos misioneros y a la redacción de las Constituciones de su familia misionera.

A finales de 1907, el Santo Padre confió al Siervo de Dios la diócesis de Parma. Durante 25 años él fue buen pastor, signo viviente de la “solicitud maternal de la Iglesia hacia todos los hombres, tanto fieles, como infieles, por su preocupación particular por los pobres y los más débiles”.

La catequesis fue el punto principal de su tarea pastoral: instituyó las escuelas de la doctrina cristiana en todas las parroquias, preparó a los catequistas con apropiados cursos de cultura religiosa y pedagógica. Fue el primer obispo de Italia que celebró un congreso de catequética en su diócesis.

Cinco veces realizó la visita pastoral a las parroquias, celebró dos sínodos diocesanos, instituyó y promovió la Acción Católica, especialmente de los jóvenes. Cuidó de manera especial la cultura y la santidad del clero, la formación de los seglares, las asociaciones y la prensa católica, las misiones populares, los congreso eucarísticos, marianos y misioneros. Logró reconciliar a los ánimos divididos, se preocupó por llevar a los extraviados a la unidad del rebaño y fomentó el amor y el respeto incondicional hacia el Papa.

Su presencia en los momentos difíciles de la historia de aquellos años en la ciudad de Parma fue discreta, casi inobservada, pero eficaz y con resultados. Durante las huelgas de 1908, fundó un grupo de abogados dedicados a la defensa de los derechos de los campesinos y de los sacerdotes, Cuando una parte de la ciudad se opuso violentamente a la instauración del fascismo y se corría el peligro de un baño de sangre, la mediación de Conforti obtuvo la retirada de las milicias fascistas, evitando así una guerra civil.

La preocupación por la Iglesia local que le había sido confiada no le quitó la “preocupación por aquellos lugares del mundo donde la Palabra de Dios no ha sido anunciada”. Creía firmemente que el anuncio del Evangelio “ad gentes” fuese el camino más seguro por la nueva evangelización de su pueblo. Se entregó incansablemente a la tarea de “la Evangelización ad gentes” ya fuese a través de su familia misionera, como colaborando con las varias iniciativas de animación misionera en Italia y en el resto del mundo.

Puso especial cuidado en colaborar en la fundación y en la difusión de la Pontificia Unión Misionera del Clero, de la que fue su primer presidente. “Fue providencial que, en la fundación de la Unión Misionera del Clero, al lado de P. Pablo Manna se encontrase Guido María Conforti, que no sólo ayudó excepcionalmente con su consejo y su colaboración a la naciente Unión, sino que con su autoridad logró para dicha Unión la aprobación pontificia” (Pablo VI ).
En 1928, Conforti viajó a China para visitar las comunidades y los lugares que habían sido confiados a la familia religiosa de la que él era Superior General. Su viaje fue signo de la comunión entre las Iglesias.

El 5 de noviembre de 1931, consumido por su incansable tarea pastoral, habiendo recibido devotamente el Sacramento de los Enfermos y el Santo Viático, después de haber profesado públicamente su fe y haber implorado la bendición de Dios para su clero y su pueblo, Guido María Conforti entró en la Casa del Padre.

El Papa Juan Pablo II lo beatificó el 17 de marzo de 1996.

Astucia cristiana

Santo Evangelio según san Lucas 16, 1-8. Viernes XXXI del Tiempo Ordinario

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Oh Jesús, amigo del alma, alimenta con tu palabra a tu hijo tan necesitado de ti. Que el Evangelio se convierta en una fuente de inspiración para mi vida y la regla que ordene mi obrar y sentir.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 16, 1-8

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Había una vez un hombre rico que tenía un administrador, el cual fue acusado ante él de haberle malgastado sus bienes. Lo llamó y le dijo: ‘¿Es cierto lo que me han dicho de ti? Dame cuenta de tu trabajo, porque en adelante ya no serás administrador’. Entonces el administrador se puso a pensar: ‘¿Qué voy a hacer ahora que me quitan el trabajo? No tengo fuerzas para trabajar la tierra y me da vergüenza pedir limosna. Ya sé lo que voy a hacer, para tener a alguien que me reciba en su casa, cuando me despidan’.

Entonces fue llamando uno por uno a los deudores de su amo. Al primero le preguntó: ‘¿Cuánto le debes a mi amo?’. El hombre respondió: ‘Cien barriles de aceite’. El administrador le dijo: ‘Toma tu recibo, date prisa y haz otro por cincuenta’.

Luego preguntó al siguiente: ‘Y tú, ¿cuánto debes?’ Éste respondió: ‘Cien sacos de trigo’. El administrador le dijo: ‘Toma tu recibo y haz otro por ochenta’.

El amo tuvo que reconocer que su mal administrador había procedido con habilidad. Pues los que pertenecen a este mundo son más hábiles en sus negocios que los que pertenecen a la luz».

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

«El amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido.» Ciertamente, Jesús, no estás alabando un acto deshonesto del administrador, lo que admiras en él es su forma de conseguir «amigos». Al administrador le correspondía parte de las ganancias y él decide invertirlas en aquellos que le pueden ayudar a asegurar un «futuro». Es inteligente, es astuto.

A mí, Señor, me has confiado la administración de muchas cosas: mi familia, mis amigos, mis talentos… sin embargo, no siempre los trato bien ni aprovecho todo lo que me has dado; malgasto tus dones. A veces, ni siquiera me doy cuenta de que están ahí, me ciego, y me preocupo sólo por disfrutar mi vida. No soy lo suficientemente astuto para asegurar el futuro que realmente importa: LA ETERNIDAD.

Todo lo que me das me debe ayudar a ir a Ti. Enséñame, Jesús, a utilizar bien tus dones.

«Existe, sin embargo, una astucia cristiana de hacer las cosas con picardía, pero no con el espíritu del mundo: hacer las cosas honestamente. Y esto es bueno. Es lo que dice Jesús cuando invita a ser astutos como serpientes y simples como las palomas: poner juntas estas dos dimensiones es una gracia del Espíritu Santo, una gracia que debemos pedir. También hoy hay muchos de estos estafadores, corruptos… A mí me impresiona ver cómo la corrupción está extendida por todas partes».

(Homilía de S.S. Francisco, 18 de septiembre de 2016).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy, voy a agradecer al Señor por mi familia, mis amigos, mis talentos.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Astucia de la serpiente: Virtud evangélica.

Cuidado con los falsos profetas; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.

Por: Redacción | Fuente: accionfamilia.org

Son innumerables los temas en que Nuestro Señor recomienda insistentemente la prudencia, inculcando así a los fieles que no sean de una candidez ciega y peligrosa, sino que hagan que su cordura coexista con un amor vivaz y diligente de los dones de Dios; tan vivaz y tan diligente que el fiel pueda discernir, entre mil falsos ropajes, a los enemigos que los quieren robar.

Veamos un texto.

“Cuidado con los falsos profetas; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Así, todo árbol sano da frutos buenos; pero el árbol dañado da frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conoceréis” (Mt 7, 15-20).

Este texto es un pequeño tratado de argucia. (virtud evangélica de la astucia serpentina)Comienza por afirmar que tendremos enfrente no sólo adversarios de visera erguida, sino a falsos amigos, y que por lo tanto nuestros ojos se deben volver vigilantes no sólo contra los lobos que se aproximan a nosotros con la piel a la vista, sino también contra las ovejas, a fin de ver si en alguna no descubriremos, bajo la blanca lana, el pelaje pelirrojo y mal disimulado de algún lobo astuto. Esto quiere decir, en otros términos, que el católico debe tener un espíritu ágil y penetrante, siempre atento contra las apariencias, que sólo entrega su confianza a quien demuestre, después de un examen meticuloso y sagaz, que es oveja auténtica.
Los fieles deben ser sagaces, máxime los dirigentes católicos

¿Pero cómo discernir la falsa oveja de la verdadera? “Por sus frutos se conocerán los falsos profetas”. Nuestro Señor afirma con ello que debemos tener el hábito de analizar atentamente las doctrinas y acciones del prójimo, a fin de que conozcamos esos frutos según su verdadero valor y precavernos contra ellos cuando sean malos.

Para todos los fieles esta obligación es importante, pues el rechazo a las falsas doctrinas y a las seducciones de los amigos que nos arrastran al mal o que nos retienen en la mediocridad es un deber. Pero para los dirigentes, a los que incumbe a título mucho más grave vigilar por sí y vigilar por los demás e impedir, por su argucia y vigilancia, que permanezcan entre los fieles o suban a cargos de gran responsabilidad hombres eventualmente afiliados a doctrinas o sectas hostiles a la Iglesia, este deber es mucho mayor.

¡Ay de los dirigentes en que un sentido falso de candidez haga amortecer el ejercicio continuo de la vigilancia a su alrededor! Por su desidia, perderán a un mayor número de almas de lo que hacen muchos adversarios declarados del catolicismo. Incumbidos de hacer multiplicar los talentos, bajo la dirección de la Jerarquía, ellos no se limitarían sin embargo a enterrar el tesoro, sino permitirían por su “buena fe” que él cayera en manos de los ladrones. Si Nuestro Señor fue tan severo con el siervo que no hizo rendir el talento, ¿qué le haría a quien estuviera durmiendo mientras entraba el ladrón?
«Vendrán muchos en mi nombre… y engañarán a muchos»

Pero pasemos a otro texto.

“Mirad que yo os envío como ovejas entre lobos; por eso, sed sagaces como serpientes y sencillos como palomas. Pero ¡cuidado con la gente!, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar testimonio ante ellos y ante los gentiles” (Mt 10, 16-18).

En general, se tiene la impresión de que este texto es una advertencia exclusivamente aplicable a los tiempos de persecución religiosa declarada, ya que sólo se refiere a la citación ante tribunales, gobernadores y reyes, y a la flagelación en sinagogas. En vista de lo que ocurre en el mundo, sería el caso de preguntar si existe un sólo país, hoy en día, en que se pueda tener la seguridad que, de un momento a otro, no se estará en tal situación.

 

De cualquier manera, también sería errado suponer que Nuestro Señor sólo recomienda tan gran prudencia frente a peligros ostensiblemente graves, y que de modo habitual un dirigente puede renunciar cómodamente a la astucia de la serpiente y cultivar apenas la candidez de la paloma. En efecto, siempre que está en juego la salvación de un alma, está en juego un valor infinito, porque por la salvación de cada alma fue derramada la sangre de Jesucristo. Un alma es un tesoro mayor que el sol, y su pérdida es un mal mucho más grave que los dolores físicos o morales que podamos sufrir, atados a la columna de la flagelación o en el banquillo de los reos.

Así, el dirigente tiene la obligación absoluta de tener los ojos atentos y penetrantes como los de la serpiente, al discernir todas las posibles tentativas de infiltración en las filas católicas, así como cualquier riesgo en que la salvación de las almas pueda estar expuesta en el sector a él confiado.

A este propósito es muy oportuna la citación de este texto.

“Jesús les respondió y dijo: Estad atentos a que nadie os engañe, porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: «Yo soy el Mesías», y engañarán a muchos” (Mt 24, 4-5).

Es un error suponer que el único riesgo al que puedan estar expuestos los ambientes católicos consiste en la infiltración de ideas nítidamente erróneas. Así como el Anticristo intentará mostrarse como el Cristo verdadero, las doctrinas erróneas querrán disfrazar sus principios con apariencias de verdad, revistiéndolos dolosamente de un supuesto aval de la Iglesia, y así preconizar una complacencia, una transigencia, una tolerancia que constituye una rampa resbaladiza por donde fácilmente se desliza, poco a poco y casi sin percibirlo, hasta el pecado.

Existen almas tibias que tienen una verdadera pasión de situarse en los confines de la ortodoxia, a caballo sobre el muro que las separa de la herejía, y ahí sonreírle al mal sin abandonar el bien —o, más bien, sonreírle al bien sin abandonar el mal. Lamentablemente se crea con todo ello, muchas veces, un ambiente en que el sensus Christi desaparece por completo, y en que apenas los rótulos conservan apariencia católica. Contra ello el dirigente debe ser vigilante, perspicaz, sagaz, previsor, infatigablemente minucioso en sus observaciones, siempre acordándose de que no todo lo que ciertos libros o ciertos consejeros pregonan como católico lo es en realidad. “Estad atentos para que nadie os engañe. Vendrán muchos en mi nombre diciendo: «Yo soy», y engañarán a muchos” (Mc 13, 5-6).

«Se meterán entre vosotros lobos rapaces»

Otro texto digno de nota es éste:

“Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba a ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre” (Jn 2, 23-25).

Aquí se muestra claramente que, entre las manifestaciones a veces entusiasta que la Santa Iglesia pueda suscitar, debemos aprovechar todos nuestros recursos para discernir lo que puede haber de inconsistente o de fallido. Ése fue el ejemplo del Maestro. Él no le negará al apóstol verdaderamente humilde y desprendido, si es necesario, hasta luces carismáticas y sobrenaturales para discernir los verdaderos y los falsos amigos de la Iglesia. En efecto, Jesucristo, que nos dio la expresa recomendación de ser vigilantes, no nos negará las gracias necesarias para ello.

“Tened cuidado de vosotros y de todo el rebaño sobre el que el Espíritu Santo os ha puesto como guardianes para pastorear la Iglesia de Dios, que Él adquirió con la sangre de su propio Hijo. Yo sé que, cuando os deje, se meterán entre vosotros lobos rapaces, que no tendrán piedad del rebaño” (Hch 20, 28-29).

A fin de no prolongar demasiado esta exposición, citamos sólo algunos textos más:

El propio San Pedro dio este otro consejo:

“Así pues, queridos míos, ya que estáis prevenidos, estad en guardia para que no os arrastre el error de esa gente sin principios ni decaiga vuestra firmeza. Por el contrario, creced en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo. A él [sea dada] la gloria ahora y hasta el día eterno. Amén” (2 Pe 3, 17-18).

Y no se juzgue que sólo un espíritu naturalmente inclinado a la desconfianza puede practicar siempre tal vigilancia. En San Marcos leemos:

“Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡Velad!” (13, 37). San Juan aconseja con solicitud amorosa: “Hijos míos, que nadie os engañe” (1 Jn 3, 7).

El Santo Padre pide rezar en noviembre por las personas con depresión

El Video del Papa correspondiente al mes de noviembre.

Fuente: Vatican News

En el nuevo Video del Papa, Francisco confía a toda la Iglesia Católica a través de la “Red Mundial de Oración del Papa” la intención de oración correspondiente al mes de noviembre. En esta ocasión, el Santo Padre hace un llamado de atención sobre el estrés y la depresión que afectan a muchas personas.

Consciente de que personas de todo el mundo atraviesan períodos de fuerte agotamiento mental, emocional y afectivo (en diversas formas y grados), el Papa pide rezar para que estén adecuadamente acompañadas y no olviden la cercanía de Jesús:

“La sobrecarga de trabajo, el estrés laboral hacen que muchas personas experimenten un agotamiento extremo, un agotamiento mental, emocional, afectivo y físico. Procuremos estar cerca de los que están agotados, de los que están desesperados, sin esperanza, muchas veces escuchando simplemente en silencio porque no podemos ir a decirle a una persona: «No, la vida no es así. Escúchame, yo te doy la receta. No hay receta»”

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  • Esto es la Biblia: Episodio 6 – Génesis 5 y 6. N14:39

Depresión y ansiedad: los trastornos de salud mental que más prevalecen

Asimismo, el mensaje de la intención de oración del Papa Francisco aborda un tema central en la vida de millones de personas: la salud mental. Por ello, el video explica que en muchos casos, “la tristeza, la apatía, el cansancio espiritual terminan por dominar la vida de las personas que se ven desbordadas por el ritmo de la vida actual”.

De hecho, un estudio publicado este año estima que una de cada diez personas a nivel mundial vive con un trastorno de salud mental, es decir unas 792 millones de personas que representan el 11% de la población. De los distintos trastornos que existen, el estudio sitúa a la depresión (264 millones, 3%) y a la ansiedad (284 millones, 4%) como los que más prevalecen en la vida de las personas.

Salud mental en tiempos de COVID-19

La pandemia mundial del COVID-19 que ha provocado la muerte de millones, también ha puesto a prueba la resistencia mental y emocional de innumerables personas y ha afectado su equilibrio psicológico. En ocasiones, esto ha generado verdaderas situaciones de angustia y desesperación. En línea con esta realidad el Santo Padre pide “estar cerca de los que están agotados, de los que están desesperados, sin esperanza, muchas veces escuchando simplemente en silencio”. 

Las palabras de Jesús: “Venid a mí los que estáis fatigados”

En este contexto, el padre Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, comenta el sentido de la intención de oración del Papa para este mes:«Nuestras sociedades, su ritmo de vida, sus tecnologías cada vez más veloces, favorecen la depresión y el síndrome de agotamiento y estrés llamado ‘burnout’. La pandemia ha agravado el sufrimiento de muchos. Francisco nos pide rezar y estar cerca de los que sufren agotamiento extremo, mental, emocional y físico. Un acompañamiento psicológico es necesario, sin embargo el Santo Padre nos recuerda que las palabras de Jesús también ayudan, ofrecen consuelo y cuidado: ‘Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso».

Cabe destacar que esta edición de El Video del Papa contó con el apoyo de la Association of Catholic Mental Health Ministers (Asociación de Ministros Católicos de Salud Mental), una asociación que brinda apoyo espiritual a personas que padecen alguna enfermedad mental y fomenta acciones para prevenir cualquier tipo de discriminación que les impida participar plenamente de la vida de la Iglesia.

Educación financiera

Los hábitos financieros deben iniciar a temprana edad

En este inicio de año en el cual todos nos ponemos metas a cumplir como el ahorro y la estabilidad económica, es una buena época para enseñarles a nuestros hijos un poco sobre educación financiera.

Como padres siempre estamos preocupados por darles una buena educación a nuestros hijos, buscamos que obtengan los valores necesarios para tener un futuro exitoso. Sin embargo, en muy pocas ocasiones nos detenemos a enseñarles el manejo de las finanzas y la administración de su dinero.

Los hábitos financieros deben iniciar a temprana edad para que se acostumbren a manejar de manera adecuada sus ahorros. Es necesario generar en ellos el sentido de la responsabilidad del buen uso de sus ingresos, para que cuando sean adultos tengan la capacidad de manejar sus ingresos y aprecien el valor de su patrimonio.

Esta formación nos da la oportunidad de que ellos conozcan de dónde viene el dinero, para qué se utiliza, cómo hacerlo crecer y cómo ser un consumidor inteligente. Aprender a ser un buen administrador está relacionado con la toma de decisiones, es importante que ellos decidan en qué gastaran su dinero y ayudarles a identificar las posibles consecuencias de esas compras.

Algunos expertos mencionan que la edad para iniciar esta educación financiera es a partir de que los pequeños empiezan a pedir que se les compre algo.

En Red Familia te damos algunas sugerencias para que puedas iniciar a inculcar buenos hábitos de ahorro a tus hijos.

Primero puedes animarlos a realizar trabajos en casa por los cuales les otorgues una remuneración económica.

Segundo que identifiquen la diferencia entre deseos y necesidades, que se cuestionen si lo necesitan o solo invertirán en algo que quieren pero a la larga no ocuparán.

Deben conocer el valor de los productos y la cantidad con la que cuentan, es necesario que el chico sepa que no puede gastar más de lo que tiene.
En caso de que requieran un préstamo para completar, recomendamos que se le fijen plazos para pagarlo y ser muy estricto en el cumplimiento de los mismos, esto lo preparará para el buen uso de las tarjetas de crédito.

El hábito del ahorro también debe estar presente, ellos deben fijarse metas para guardar cierta cantidad periódicamente, con un objetivo fijo de esta manera será más fácil que no lo gasten antes.

Ten presente que los niños aprenden más del ejemplo, por lo tanto es muy recomendable que cuando hagamos la organización de los gastos de la casa, ellos participen para que aprendan a administrar el dinero que les dan sus padres como su domingo.

El Papa Francisco: ¿Cómo enfrentar la muerte y la adversidad?

Vatican Media via AFP

El papa Francisco de 84 años reflexionó sobre el misterio de la muerte y la gracia de mirar la adversidad desde los ojos de la fe. 

“Así es como nos preparamos para la última y mayor prueba de la vida, la muerte”. El papa Francisco de 84 años reflexionó hoy sobre el misterio de la muerte y la gracia de mirar la adversidad desde los ojos de la fe. A pesar del “pesimismo” ante el dolor, la enfermedad o la vejez.

“Pedimos la fuerza para saber vivir en el silencio manso y confiado que espera la salvación del Señor, sin quejarse, sin refunfuñar, sin dejarse entristecer”. 

Lo dijo durante su homilía en la misa de sufragio por los cardenales y obispos difuntos durante el año, este jueves, 4 de noviembre, en el Altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro. 

191 son los arzobispos y obispos muertos en el último año. 17 fueron los cardenales y patriarcas fallecidos. En esta lista hay altos prelados que murieron tras padecer el covid-19. 

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“Pedimos – sostuvo el Papa-  la fuerza para saber vivir en el silencio manso y confiado que espera la salvación del Señor, sin quejarse, sin refunfuñar, sin dejarse entristecer. 

Lo que parece un castigo resultará ser una gracia, una nueva demostración del amor de Dios por nosotros. Saber esperar en silencio -sin parlotear  (chismorrear), en silencio- la salvación del Señor es un arte, en el camino de la santidad. Cultivémosla.”. 

Francisco habla de lo feo que es una vida sin esperanza, especialmente con la vejez. Y explica la “belleza de confiar en el Señor, que nunca deja de cumplir sus promesas”.

«Es bueno esperar en silencio la salvación del Señor» (Lam 3,26)”.  El Papa aprovechó la primera lectura para indicar que “esta actitud no es un punto de partida, sino un punto de llegada”. Por ello, «es bueno esperar en silencio la salvación del Señor» (Lam 3,26)”.

“La confianza en Dios no nace de un entusiasmo momentáneo, no es una emoción ni siquiera un simple sentimiento. Por el contrario, surge de la experiencia y madura en la paciencia”, determinó. 

Vatican Media via AFP

Un silencio lleno de esperanza 

El Papa invita a vivir una “larga transformación interior que, a través del crisol del sufrimiento, lleva a saber esperar en silencio, es decir, con paciencia confiada, con un corazón manso”. 

“Esta paciencia no es resignación”, afirmó.  “Queridos hermanos, ¡qué importante es aprender el arte de esperar al Señor! Esto es “desterrando fantasmas, fanatismos y clamores; conservando, sobre todo en tiempos de prueba, un silencio lleno de esperanza.”. 

Prepararse a morir 

“Así es como nos preparamos para la última y mayor prueba de la vida, la muerte. Pero antes están las pruebas del momento, está la cruz que tenemos ahora, y para la que pedimos al Señor la gracia de saber esperar allí, justo allí, su salvación venidera.

Cada uno de nosotros necesita madurar en esto. Ante las dificultades y problemas de la vida, es difícil tener paciencia y mantener la calma. 

La irritación se instala y el desánimo suele aparecer. Puede ocurrir que nos sintamos fuertemente tentados por el pesimismo y la resignación, que lo veamos todo negro, que nos acostumbremos a un tono desanimado y quejoso.”. 

“Los recuerdos del pasado no pueden consolarnos”. Y esto aumenta “la amargura, parece que la vida es una cadena continua de desgracias”. 

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La angustia del abismo 

“En el abismo, en la angustia del sinsentido, Dios se acerca para salvar. Y cuando la amargura alcanza su punto álgido, la esperanza vuelve a florecer de repente”. 

Es malo llegar a la vejez con un corazón amargado, con un corazón decepcionado, con un corazón crítico con las cosas nuevas, es muy duro. 

Esto es lo que pretendo llamar a mi corazón», dice el orante del Libro de las Lamentaciones, «y por eso quiero recuperar la esperanza» (v. 21). Retomar la esperanza en el momento de la amargura. 

En medio del dolor, los que se aferran al Señor ven que él desbloquea el sufrimiento, lo abre, lo transforma en una puerta por la que entra la esperanza. 

Es una experiencia pascual, un pasaje doloroso que se abre a la vida, una especie de trabajo espiritual que en la oscuridad nos hace volver a la luz.

Este giro no se debe a que los problemas hayan desaparecido, no, sino a que la crisis se ha convertido en una misteriosa oportunidad de purificación interior. 

La prosperidad, de hecho, a menudo nos vuelve ciegos, superficiales, orgullosos. Este es el camino al que nos lleva la prosperidad. En cambio, el paso por la prueba, si se vive al calor de la fe, a pesar de su dureza y sus lágrimas, nos hace renacer, y nos encontramos diferentes al pasado. 

Vatican Media via AFP

Dios llora antes que nosotros 

”Nada más que el sufrimiento conduce al descubrimiento de cosas nuevas”, dijo el Papa al citar un padre de la Iglesia (S. GREGORIO DI NAZIANZO, Ep. 34). 

“Las pruebas nos renuevan, porque eliminan muchas de las escorias y nos enseñan a mirar más allá de la oscuridad, a ver con nuestras propias manos que el Señor realmente salva y que tiene el poder de transformarlo todo, incluso la muerte.” 

Nos deja pasar por los cuellos de botella no para abandonarnos, sino para acompañarnos. Sí, porque Dios nos acompaña, sobre todo en el dolor, como un padre que ayuda a su hijo a crecer bien estando cerca de él en las dificultades sin ocupar su lugar. 

Y antes de que las lágrimas aparezcan en nuestros rostros, la emoción ya ha enrojecido los ojos de Dios Padre. Primero llora Él, diría yo. 

El dolor sigue siendo un misterio, pero en este misterio podemos descubrir de manera nueva la paternidad de Dios que nos visita en la prueba.”. 

Vatican Media via AFP

Silencio manso y esperanzador 

El Papa asegura que vivir en el silencio manso y confiado que espera es una actitud “preciosa en el tiempo en que vivimos: ahora más que nunca no es necesario gritar, suscitar clamores, amargarse; lo que hace falta es que cada uno de nosotros dé testimonio con su vida de su fe, que es una espera dócil y esperanzada”. 

La fe- dijo-  es esto: una expectativa dócil y esperanzada. Los cristianos no disminuyen la gravedad del sufrimiento, no, pero levantan la mirada al Señor y bajo los golpes de la prueba confían en Él y rezan: rezan por los que sufren. 

Mantiene sus ojos en el Cielo, pero sus manos están siempre extendidas hacia la tierra, para servir concretamente al prójimo. Incluso en tiempos de tristeza, de oscuridad, de servicio.

Con este espíritu, rezamos por los cardenales y obispos que nos han dejado en el último año. Algunos de ellos murieron a consecuencia de Covid-19, en situaciones difíciles que agravaron su sufrimiento.

Que estos hermanos nuestros saboreen ahora la alegría de la invitación evangélica que el Señor dirige a sus siervos fieles: «Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo» (Mt 25,34)”, concluyó.

Animación bíblica de la pastoral

En las comunidades, grandes y pequeñas, no faltan aquellos miembros que son reconocidos por el resto como “expertos” en Biblia. Ejercitan una lectura frecuente de las Escrituras, las estudian, leen libros sobre interpretación bíblica y asisten a cursos, seminarios o formaciones. Cuando una comunidad reconoce a estas personas, con el tiempo termina encargándoles la tarea bíblica. Así como existe una pastoral de la salud o una pastoral social, se constituye paralelamente la pastoral bíblica. Esta área parroquial o diocesana trabaja de manera similar a las demás: se reúnen regularmente, se especializan en su campo y asisten a la parroquia o Diócesis desde sus conocimientos, a través de subsidios, talleres, aportes, etc.

El problema que suscita esta modalidad, es que el resto de la comunidad, los que no participan del área, suelen tender a depositar en unos pocos la responsabilidad para con la Palabra. Así como, inconcientemente, se deposita en los miembros de la pastoral social, las tareas de atención a los necesitados, de la misma manera se transfiere a la pastoral bíblica el deber de leer la Escritura, reflexionarla y meditarla. Como si se tratase de una sistematización o un ahorro de recursos y energías, la mayoría concuerda en que la Biblia es cuestión de este puñado de personas. Esta transferencia no devela un error organizativo; debemos entender, amparados en la teología del Espíritu Santo, que algunos discípulos han sido llamados a servir primordialmente desde la Palabra. Pero también debemos entender que todos los discípulos misioneros están llamados a la Palabra y desde la Palabra. Como mencionamos antes, el error no es organizativo ni carismático, sino de concepto. Que haya servidores primordiales de la Palabra no significa que nos desliguemos de Ella, tanto como no podemos desligarnos de la acción social a pesar de existir la pastoral social. La responsabilidad hacia la Escritura es compartida con toda la comunidad, pero el Espíritu Santo suscita en algunos una dedicación más plena a la labor de discernimiento, estudio, reflexión, meditación y oración de la Palabra.

Aparecida se hace eco de esta necesidad de reafirmar el concepto de corresponsabilidad, y asegura sin dudar “la importancia de una pastoral bíblica, entendida como animación bíblica de la pastoral, que sea escuela de interpretación o conocimiento de la Palabra, de comunión con Jesús u oración con la Palabra, y de evangelización inculturada o de proclamación de la Palabra” (DA 248). Entre todas las características de la conversión pastoral a la que nos invita el Documento, aparece la conversión de la pastoral bíblica, que no existe para restringirse a un grupo selecto, sino para ser base de cualquier actividad eclesial. La catequesis ha sido, tradicionalmente, la más ligada a la pastoral bíblica; pues bien, Aparecida quiere que las demás áreas se liguen también a ella, y más que eso, que se fundamenten en la Palabra. La animación bíblica de la pastoral es quitarle a la Escritura el elitismo para ponerla en los cimientos de todos los discípulos misioneros, y así, cimiento de la Iglesia. Para esta conversión, será preciso convertir la pastoral bíblica, convertir las demás áreas y convertir a los miembros de la comunidad.

a) Convertir la pastoral bíblica

Los actuales miembros de esta área, a la luz de Aparecida, tendrán que reinterpretar sus acciones y sus planes de acción. Aquella centralización de la Palabra que pudiesen haber obtenido con el tiempo, exige descentralizarse, y expandirse desde ellos mismos, desde su solicitud para con los demás hermanos, y la entrega no egoísta de su carisma. De una apertura sincera del área bíblica, en parroquias y Diócesis, se alcanzará la difusión plena de la Palabra.
Podríamos explicitarlo como una propagación del área bíblica a través de las demás áreas, cimentándolas, apoyándolas, ofreciéndoles la posibilidad de tomar protagonismo, de animarse a la Biblia. La animación bíblica es, justamente, lograr que los demás tomen dinamismo respecto a la Palabra: que la lean a diario, que se dejen interpelar, que encuentren el sentido para sus vidas, que descubran el mensaje comunitario y personal, que puedan actualizar el Evangelio sintiendo la Buena Noticia presente y real en el ahora. Animar es dar vida, y en la animación bíblica, dar Vida a través de la Palabra.

b) Convertir las demás áreas

Más allá de los esfuerzos del área bíblica, las demás áreas de la pastoral deberán convertir su actitud de alejamiento de la Palabra, descubriendo que la Biblia tiene injerencias concretas, efectivas y positivas en sus actividades. Además de ser animadas, las áreas tienen que animarse, perdiendo el miedo infundado a las Escrituras, preocupándose por acceder a los textos, a su interpretación y a la manera más adecuada de presentación en sus ámbitos de evangelización. No es necesario desacralizar la Biblia, pero sí quitarle el halo de intocable que le hemos dado, como libro difícil, ininteligible, inalcanzable. El proceso de conversión de las áreas consiste en acercarse a la Palabra, gradualmente, pero con pasos firmes, haciendo lectio divina en el comienzo de las reuniones, preparando encuentros realmente centrados en un pasaje o realizando las evaluaciones de las actividades basados en una lectura bíblica.

c) Convertir a los miembros de la comunidad

La conversión personal respecto a la Biblia es fundamental, tanto para el alimento personal del discípulo misionero, como para la evangelización. Los miembros de la comunidad, en la misma línea anterior, sin desacralizar, deben perder el miedo a la Escritura y acercarse a ella para la lectura cotidiana. Aparecida nos llama a animar nuestras vidas con la Palabra, a encontrar en los textos bíblicos la historia del Pueblo de Dios, la historia de la salvación, que nos involucra directamente con nuestras historias personales. El mensaje actual de la Escritura está, paradójicamente, en la eternidad de la Palabra, y no podemos dejar de valernos de ello para el acontecer cotidiano.
El discipulado transcurre escuchando al Maestro. ¿Y dónde escucharlo? La Biblia es un lugar privilegiado para oírlo. Dice el Documento: “Encontramos a Jesús en la Sagrada Escritura, leída en la Iglesia” (DA 247). Será este encuentro vivencial el que nos impulse a la misión, como también afirma el Documento: “Hemos de fundamentar nuestro compromiso misionero y toda nuestra vida en la roca de la Palabra de Dios” (DA 247).