Mark 4:26-34
Amigos, nuestro Evangelio de hoy nos trae la parábola del grano de mostaza.
¿Cómo es que Dios suele trabajar? Desde lo muy pequeño a lo muy grande – y a través de un proceso lento y gradual. Dios tiende a trabajar debajo de lo que detecta un radar, al borde de las cosas, en silencio, clandestinamente, sin llamar la atención.
C.S. Lewis nos hablaba sobre este principio. ¿Cómo, se preguntaba, entró Dios en la historia? En silencio, en un rincón olvidado del Imperio Romano, a escondidas detrás de las líneas enemigas. ¿Cómo se estableció el cristianismo en Europa? A través de un puñado de personas que escucharon a San Pablo en Filipo y Atenas. ¿Cómo surgió el poderoso movimiento Franciscano? Había un niño diferente y místico que escuchó una voz proveniente de un crucifijo que decía: “Francisco, reconstruye Mi Iglesia, que está cayendo en ruinas”. Un puñado de seguidores se unieron a este proyecto quijotesco, luego docenas, luego cientos, luego miles.
¡Por lo tanto, no tengas miedo de hacer cosas pequeñas impulsadas por Dios! Planta la semilla, ponte en acción, arriesgate —da, aunque más no sea un paso muy pequeño, no te preocupes sobre quién se da cuenta o cuánta atención estás recibiendo. Siembra la semilla y deja el resto a la misericordia y providencia de Dios.
Jesús compara el Reino de Dios, esto es, su presencia que habita el corazón de las cosas y del mundo, con el grano de mostaza, la semilla más pequeña que hay: es pequeñísima. Sin embargo, arrojada a la tierra, crece hasta convertirse en el árbol más grande (cf. Mc 4,31-32). Así hace Dios. A veces, el fragor del mundo y las muchas actividades que llenan nuestras jornadas nos impiden detenernos y vislumbrar cómo el Señor conduce la historia. Y, sin embargo, —asegura el Evangelio— Dios está obrando, como una pequeña semilla buena que silenciosa y lentamente germina. (…) El bien —recordémoslo— crece siempre de modo humilde, de modo escondido, a menudo invisible. (Ángelus del 13 de junio de 2021)
Ángela de Mérici, Santa
Memoria Litúrgica, 27 de enero
Virgen Fundadora de las Hermanas Ursulinas
Martirologio Romano: Santa Ángela Merici, virgen, que vistió primero el hábito de la Tercera Orden de San Francisco y reunió a varias jóvenes para instruirlas en obras de caridad. Más tarde, instituyó una orden de mujeres, llamada de Santa Úrsula, con la finalidad de vivir una vida de perfección en el mundo y enseñar los caminos del Señor a las adolescentes. Murió en la ciudad de Brescia, en la Lombardía (hoy Italia) (1540).
Etimología: Ángela = Mensajera de Dios, es de origen griego
Fecha de canonización: 24 de mayo de 1807 por el Papa Pío VII.
Breve Biografía
Nació en Italia en 1474 y tiene el mérito de haber fundado la primera comunidad religiosa femenina para educar niñas.
Se crió en una familia campesina muy creyente, donde cada noche leían la vida de un Santo, y esto la enfervorizaba mucho y la entusiasmaba por la religión.
Quedó huérfana de padre y madre cuando aún era muy niña y esto la impresionó muchísimo. Después durante toda su vida le pediría perdón a Dios por no haber confiado lo suficientemente en su juventud en la Providencia Divina que a nadie abandona.
Su infancia es muy sufrida y tiene que trabajar duramente pero esto la hace fuerte y la vuelve comprensiva con las niñas pobres que necesitan ayuda para poderse instruir debidamente.
Se hace Terciaria Franciscana y sin haber hecho sino estudios de primaria, llega a ser Consejera de gobernadores, obispos, doctores y sacerdotes. Es que había recibido del Espíritu Santo el Don del Consejo, que consiste en saber lo que más conviene hacer y evitar en cada ocasión.
Viendo que las niñas no tenían quién las educara y las librara de peligros mortales, y que las teorías nuevas llevaban a la gente a querer organizar la vida como si Dios no existiera, fundó la Comunidad de Hermanas Ursulinas (en honor a Santa Ursula, la santa mártir del siglo IV, que dirigía el grupo de muchachas llamadas «Las once mil vírgenes», que murieron por defender su religión y su castidad).
Lo que más le impresionaba era que las niñas de los campos y pueblos que visitaba no sabían nada o casi nada de religión. Sus papás o no sabían o no querían enseñarles catecismo. Por eso ella organizó a sus amigas en una asociación dedicada a enseñar catecismo en cada barrio y en cada vereda.
Angela era de baja estatura pero tenía todas las cualidades de líder y de guía para influir en los demás. Y además tenía mucha simpatía y agradabilidad en su trato.
En Brescia fundó una escuela y de allí se extendió su Comunidad de Ursulinas por muchas partes. Un grupo de 28 muchachas muy piadosas se vino a vivir en casa de Angela y con ellas fundó la Comunidad. En una visión contempló un enorme grupo de jóvenes vestidas de blanco que volaban hacia el cielo, y una voz le dijo: «Estas son tus religiosas educadoras».
La gente consideraba a Santa Úrsula como una gran líder o guía de mujeres. Por eso Angela puso a sus religiosas el nombre de Ursulinas.
La Comunidad de Ursulinas fue fundada en 1535, y cinco años después murió su fundadora, Santa Angela, el 27 de enero de 1540. Fue canonizada en 1807.
Un hombre le preguntó un día en plena calle: ¿Qué consejo me recomienda para comportarme debidamente? Y ella le respondió: «Compórtese cada día como deseara haberse comportado cuando le llegue la hora de morirse y de darle cuenta a Dios».
Sus últimas palabras fueron: «Dios mío, yo te amo».
Que estas sean también las palabras que nosotros digamos no sólo al tiempo de morir, sino muchísimas veces durante toda nuestra vida.
Confiar en la grandeza del amor de Dios
Santo Evangelio según san Marcos 4, 26-34. Viernes III del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Hoy es un nuevo día, Señor. Un día más para conocerte mejor… un día más para amarte más. Un nuevo día para volver a empezar…
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 4, 26-34
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra: que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por sí sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas.
Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha”. Les dijo también: “¿Con qué compararemos el Reino de Dios? ¿Con qué parábola lo podremos representar? Es como una semilla de mostaza que, cuando se siembra, es la más pequeña de las semillas; pero una vez sembrada, crece y se convierte en el mayor de los arbustos y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra”. Y con otras muchas parábolas semejantes les estuvo exponiendo su mensaje, de acuerdo con lo que ellos podían entender. Y no les hablaba sino en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba todo en privado.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
La sencillez de Dios es un gran y hermoso misterio. Un misterio que parece siempre ir en contra de la forma en que vivimos. Una vida en donde el tiempo no espera; donde parece no haber tiempo para la paciencia.
Nos acostumbramos a una seguridad que sólo llega cuando presionamos el botón de «enviar» seguido de la confirmación «listo»… sólo así nos envuelve la paz.
La sencillez de Dios nos lleva por el camino de la confianza… de la paciencia y de la esperanza. Hacemos y no vemos; no vemos y desesperamos. Jesús nos dice, haz y aunque no veas… sigue haciendo… confía. Paciencia, que aquello que se siembra en tierra buena tiende a crecer. Esperanza, pues la cosecha será más de la que puedes imaginar.
Nos invita a confiar en la grandeza de su amor. Nos invita a esperar, no pasivamente, sino movidos por ese mismo amor. Nos invita a no olvidar que aquél que cree en Él tendrá vida eterna. Nos invita a no olvidar que aquél que permanece en Él, ése verdaderamente dará fruto, y fruto en abundancia. Nos invita a creer en la sencillez de su amor. A creer aun cuando no veamos… a esperar lo que se nos será dado… a amar… simplemente a amar.
Señor, creo en ti… aumenta mi fe.
«Ningún ingreso triunfal, ninguna manifestación grandiosa del Omnipotente: él no se muestra como un sol deslumbrante, sino que entra en el mundo en el modo más sencillo, como un niño dado a luz por su madre, con ese estilo que nos habla la Escritura: como la lluvia cae sobre la tierra, como la más pequeña de las semillas que brota y crece. Así, contrariamente a lo que cabría esperar y quizás desearíamos, el Reino de Dios, ahora como entonces, “no viene con ostentación”, sino en la pequeñez, en la humildad».
(Homilía de S.S. Francisco,28 de julio de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Rezar un padre nuestro pidiendo la gracia de crecer cada día más en la fe.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Día Internacional del Holocausto
27 enero: fecha de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz
La Asamblea General de las Naciones Unidas en 2005, aprobó por unanimidad la designación de el 27 de enero como Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, fecha de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz, en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
El cardenal Jean-Marie Lustiger (fallecido el 5 de agosto 2007) nacido judio, convertido al catolicismo, fue el enviado especial de Juan Pablo II para los actos del 27 de enero de 2005 conmemorando el 60º aniversario de la liberación de prisioneros de Auschwitz. Se cumplian sesenta años de la liberación de los prisioneros del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau y Juan Pablo II se “inclinaba ante todos los que experimentaron aquella manifestación del mysterium iniquitatis” recordando que cuando visitó como peregrino el campo de Auschwitz-Birkenau en 1979.
“A nadie le es lícito pasar delante de esta lápida con indiferencia» dijo reiterando lo ya dicho en su homilía del 7 de junio de 1979 durante su visita, al ir pasando de lápida en lápida escritas en distintas lenguas. “Aquel intento de destruir de modo programado a todo un pueblo se extiende como una sombra sobre Europa y sobre el mundo entero; es un crimen que mancha para siempre la historia de la humanidad. Que esto sirva, al menos hoy y en el futuro, como una advertencia: no se debe ceder ante las ideologías que justifican la posibilidad de pisotear la dignidad humana a causa de la diversidad de raza, de color de la piel, de lengua o de religión”.
El Holocausto y el Programa de divulgación de las Naciones Unidas
«Rechazando toda negación, ya sea parcial o total, del Holocausto como hecho histórico, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la resolución 60/7 Condenando sin reservas todas las manifestaciones de intolerancia religiosa, incitación, acoso o violencia contra personas o comunidades basadas en el origen étnico o las creencias religiosas, dondequiera que tengan lugar.
Decide que las Naciones Unidas designen el 27 de enero -aniversario de la liberación de los campos de exterminio nazis- Día Internacional de Conmemoración anual en memoria de las víctimas del Holocausto, e insta a los Estados Miembros a que elaboren programas educativos que inculquen a las generaciones futuras las enseñanzas del Holocausto con el fin de ayudar a prevenir actos de genocidio en el futuro, y pide al Secretario General que establezca un programa de divulgación titulado «El Holocausto y las Naciones Unidas» y que adopte medidas para movilizar a la sociedad civil en pro de la recordación del Holocausto y la educación al respecto, con el fin de ayudar a prevenir actos de genocidio en el futuro». (Organización de las Naciones Unidas).
Intervención del Arzobispo Celestino Migliore en representación de la Santa Sede en la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2005.
En mayo de 2006, el Papa Benedicto XVI visitó el antiguo campo de exterminio nazi de Auschwitz, en la última etapa de su viaje a Polonia.
La celebración en 2015 del Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto gira en torno al tema «La libertad, la vida y el legado de los supervivientes del Holocausto». La conmemoración coincide con dos acontecimientos importantes: el 70° aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial y la fundación de las Naciones Unidas. El establecimiento de la Organización hace siete décadas, en 1945, refleja el profundo impacto del Holocausto. La Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de Derechos Humanos consagran los principios de los derechos humanos para todos los pueblos del mundo. Los actos de este año incluyen la ceremonia anual, exposiciones, la proyección de una película, debates y una exposición especial que recoge y aprecia el trabajo del Holocausto y el Programa de Divulgación de las Naciones Unidas desde su creación, hace 10 años, por la Asamblea General.
Santa Ángela de Mérici, de huérfana a madre espiritual de muchas
Conoce a la fundadora de las Ursulinas, primera congregación femenina dedicada a la enseñanza
Ángela de Mérici es una religiosa italiana que instituyó en el siglo XV una orden de mujeres llamada de santa Úrsula.
Cuando Ángela tenía 10 años, ella y sus hermanos quedaron huérfanos y fueron criados por su tío, quien era un hombre de mucho dinero, al norte de Italia.
Su hermana mayor murió repentinamente y sin recibir los sacramentos, hecho que la marcó profundamente.
Siendo una adolescente, se hizo terciaria franciscana y vivió con mucha austeridad, rechazando todos los beneficios y lujos que había tenido antes.
Se dedicó a enseñar catecismo a los pobres y durante una visita a Roma se encontró con el papa Clemente VII, quien le pidió hacerse cargo de unas enfermeras.
Sin embargo, ella le comentó sobre una visión que había tenido donde Jesús le pedía conformar una sociedad de mujeres, por lo que había creado una especie de noviciado informal.
El Pontífice le concedió hacerlo formalmente y ella tuvo una visión de santa Úrsula, así que decidió llamar a su compañía Las Ursulinas.
Un grupo inicial de 28 religiosas que se encargaba de educar en la fe a niñas (especialmente aquellas de bajos recursos) y a cuidar a los enfermos.
Finalmente, en 1544 el papa Pablo III las reconoció (cuatro años después de la muerte de Ángela) y en 1565 se organizaron como congregación.
La finalidad de las ursulinas era vivir una vida de perfección en el mundo y enseñar los caminos del Señor a las niñas y adolescentes, sobre todo a las pobres. Sería la primera orden femenina dedicada a la enseñanza.
Santa Ángela murió en Brescia, ciudad de Lombardía.
Santa patrona
Santa Ángela de Mérici es patrona contra las enfermedades corporales, patrona de los enfermos, de las personas con discapacidad y de quienes han perdido a sus padres.
Oración
Señor, esperanza y vida mía.
Recibe, Señor, mi corazón,
mi libertad y mi voluntad.
Todo mi obrar y mi pensar,
te entrego, Señor, todo lo mío,
ofrezco a tus pies todo mi ser,
recíbelo, te lo ruego yo
que no merezco
nada de ti,
ilumina mi corazón,
que no te ofenda jamás.
Fortalece mi espíritu
para que nunca
se aparte de tu rostro
para que no
me separe de ti,
ilumina mi corazón
que no te ofenda jamás.
Fortalece mi espíritu,
para que nunca
se aparte de tu rostro
para que no
me separe de ti.
Amén.