John 16:12-15
Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús promete enviar al Espíritu Santo para guiar a la Iglesia a través de los tiempos. “Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora. Cuando venga el Espíritu de la verdad, él los introducirá en toda la verdad”.
Como Jesús es el Hijo, es Dios, y es imposible para nosotros interpretarlo adecuadamente por nuestro propio poder de percepción. Necesitamos un pedagogo divino a través del cual entender lo que nos dice del Padre. Este es el abogado al cual llamamos Espíritu Santo.
Las palabras del Evangelio de hoy son extremadamente profundas ya que hablan no solo de la vida interior de Dios sino también de la dinámica central en la vida de la Iglesia. El Padre, a través del Hijo, habló en plenitud acerca de su vida, su ser y la verdad, pero la Iglesia, en sus primeros días, era incapaz de asimilar esto completamente.
Lo que requería (y todavía requiere) es una influencia continua del Espíritu, el intérprete divino de la Palabra, que hace su trabajo de manera gradual y poderosa a medida que la Iglesia viaja a través del espacio y del tiempo.
Germán de París, Santo
Obispo, 28 de mayo
Por: n/a | Fuente: Archidiócesis de Madrid
Martirologio Romano: En París, en la Galia, san Germán, obispo, que habiendo sido antes abad de San Sinforiano de Autún, fue llamado a la sede de esta ciudad, donde, conservando el estilo de vida monástico, ejerció una fructuosa cura de almas († 576).
Breve Biografía
Gran parte de su vida la conocemos por el testimonio de su colega el obispo Fortunato que asegura estuvo adornado del don de milagros.
Nació Germán en la Borgoña, en Autun, del matrimonio que formaban Eleuterio y Eusebia en el último tercio del siglo V. No tuvo buena suerte en los primeros años de su vida carente del cariño de los suyos y hasta estuvo con el peligro de morir primero por el intento de aborto por parte de su madre y luego por las manipulaciones de su tía, la madre del primo Estratidio con quien estudiaba en Avalon, que intentó envenenarle por celos.
Su pariente de Lazy con quien vive durante 15 años es el que compensa los mimos que no tuvo Germán en la niñez. Allí sí que encuentra amor y un ambiente de trabajo lleno de buen humor y de piedad propicio para el desarrollo integral del muchacho que ya despunta en cualidades por encima de lo común para su edad.
Con los obispos tuvo suerte. Agripin, el de Autun, lo ordena sacerdote solucionándole las dificultades y venciendo la resistencia de Germán para recibir tan alto ministerio en la Iglesia; luego, Nectario, su sucesor, lo nombra abad del monasterio de san Sinforiano, en los arrabales de la ciudad.
Modelo de abad que marca el tono sobrenatural de la casa caminando por delante con el ejemplo en la vida de oración, la observancia de la disciplina, el espíritu penitente y la caridad.
Es allí donde comienza a manifestarse en Germán el don de milagros, según el relato de Fortunato. Por lo que cuenta su biógrafo, se había propuesto el santo abad que ningún pobre que se acercara al convento a pedir se fuera sin comida; un día reparte el pan reservado para los monjes porque ya no había más; cuando brota la murmuración y la queja entre los frailes que veían peligrar su pitanza, llegan al convento dos cargas de pan y, al día siguiente, dos carros llenos de comida para las necesidades del monasterio. También se narra el milagro de haber apagado con un roción de agua bendita el fuego del pajar lleno de heno que amenazaba con arruinar el monasterio. Otro más y curioso es cuando el obispo, celoso que de todo hay por las cosas buenas que se hablan de Germán, lo manda poner en la cárcel por no se sabe qué motivo (quizá hoy se le llamaría «incompatibilidad»); las puertas se le abrieron al estilo de lo que pasó al principio de la cristiandad con el apóstol, pero Germán no se marchó antes de que el mismo obispo fuera a darle la libertad; con este episodio cambió el obispo sus celos por admiración.
El rey Childeberto usa su autoridad en el 554 para que sea nombrado obispo de París a la muerte de Eusebio y, además, lo nombra limosnero mayor. También curó al rey cuando estaba enfermo en el castillo de Celles, cerca de Melun, donde se juntan el Yona y el Sena, con la sola imposición de las manos.
Como su vida fue larga, hubo ocasión de intervenir varias veces en los acontecimientos de la familia real. Alguno fue doloroso porque un hombre de bien no puede transigir con la verdad; a Cariberto, rey de París el hijo de Clotario y, por tanto, nieto de Childeberto, tuvo que excomulgarlo por sus devaneos con mujeres a las que va uniendo su vida, después de repudiar a la legítima Ingoberta.
El buen obispo parisino murió octogenario, el 28 de mayo del 576. Se enterró en la tumba que se había mandado preparar en san Sinfroniano. El abad Lanfrido traslada más tarde sus restos, estando presentes el rey Pipino y su hijo Carlos, a san Vicente que después de la invasión de los normandos se llamó ya san Germán. Hoy reposan allí mismo y se veneran en una urna de plata que mandó hacer a los orfebres el abad Guillermo, en el año 1408.
Tengo muchas cosas que decirles
Santo Evangelio según San Juan 16,12-15. Miércoles VI de Pascua
Por: H. Jesús Salazar Brenes, L.C. | Fuente: missionkits.org
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Envía, Señor, tu Espíritu sobre mí para poder escucharte y convertirme en mensajero de tu paz y tu verdad.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 16,12-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Aún tengo muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden comprender. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él los irá guiando hasta la verdad plena, porque no hablará por su cuenta, sino que diría lo que haya oído y les anunciará las cosas que van a suceder. El me glorificará, porque primero recibirá de mí lo que les vaya comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho que tomará de lo mío y se lo comunicará a ustedes».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
¿Jesús habla aún hoy? ¿O acaso los cristianos estamos locos por pensar que vamos a recibir un mensaje a milenios de distancia?
No hay nada imposible para Dios, lo que tenemos que hacer es aprender a reconocer cuál es el medio por el cual nos habla, porque el mismo Jesús nos dijo que aún tiene muchas cosas que decirnos. Desde el primer versículo de la Biblia, el Señor nos revela su forma de comunicarse con nosotros, en medio del caos, Dios Padre habló y el Espíritu aleteaba sobre las aguas. En medio de las aguas de nuestro caos, Dios Padre habla a través de Jesucristo, Palabra encarnada y esa palabra se hace vida por el Espíritu Santo. Cuando todo parece oscuro, el Espíritu está pronto para traernos esa paz que tanto buscamos. Sólo debemos actuar como María que guardaba la Palabra en su corazón, porque ella sabía en primera persona lo que era tener al Verbo de Dios en su vientre. Así nosotros, cuando relacionamos nuestra vida con el Evangelio, podemos entender y superar lo que nos sucede en el día a día.
En segundo lugar, el Espíritu nos guía hacia la verdad completa. Cuando agudizamos nuestro oído para ver qué nos quiere decir Dios, no siempre estamos de acuerdo con lo que nos pide; Sin embargo, buscar la verdad en su voluntad nos hace estar un paso más cerca de ser santos. El mundo propone muchas pseudo-verdades, pero para distinguir entre eso y la Verdad de Dios, que es la única que nos hace libres, se necesita el silencio y discernir la voz del Espíritu Santo.
En conclusión, Jesús no puede callar hoy, porque Él siendo la Palabra eterna del Padre nos sigue hablando también a través de medios humanos. La voz de Dios no se escucha exclusivamente en predicaciones o explicaciones de personas «conocedoras», la voz de Dios se escucha en la humildad y sencillez de la vida cotidiana en el saber estar atento a observar, pensar y actuar como Jesús lo haría. De esta forma nos vamos transformando en Evangelio vivo de Dios.
Concreta, tierna y humilde: así la evangelización será alegre. No puede ser presuntuosa la evangelización. No puede ser rígida la integridad de la verdad, porque la verdad se ha hecho carne, se ha hecho ternura, se ha hecho niño, se ha hecho hombre, se ha hecho pecado en cruz. El Espíritu anuncia y enseña «toda la verdad» y no teme hacerla beber a sorbos. El Espíritu nos dice en cada momento lo que tenemos que decir a nuestros adversarios e ilumina el pasito adelante que podemos dar en ese momento.
(Homilía de S.S. Francisco, 13 de abril de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hablaré de la alegría de mi encuentro con la Palabra de Dios con otra persona.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
San Germán, el patrono de París

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Dolors Massot – publicado el 28/05/15
Su madre intentó abortarlo, su tía lo quiso envenenar pero Dios tenía previsto que san Germán de París hiciera muchos milagros en vida
San Germán de París nació en el año 496. Su madre había intentado abortar y su infancia no fue fácil. Una tía suya lo intentó envenenar dos veces para favorecer a un primo.
Destacó por su amor por los pobres y su piedad. Fue ordenado sacerdote y luego abad. Era tan generoso que los monjes de su monasterio se rebelaron por temor a que lo donara todo y ellos se quedaran sin nada.
En el año 555 fue consagrado obispo de París. Trabajó en favor de la paz, para que los nobles no causaran guerras, y convenció al rey para que erradicara prácticas paganas. Contuvo los excesos que se producían en las fiestas cristianas.
Pronto fue famoso por los muchos milagros que obraba.
Murió el 28 de mayo en el año 576. Sus restos se veneran en la abadía de Saint Germain-des-Prés en París.
San Germán de París es patrono de París.
¿Quién no se llenará la admiración ante ti?
Tú eres firme protección, refugio seguro,
intercesión vigilante, salvación perenne, auxilio eficaz,
socorro inmutable, sólida muralla, tesoro de delicias,
paraíso irreprensible, fortaleza inexpugnable, trinchera protegida,
fuerte torre de defensa, puerto de refugio en la tempestad,
sosiego para los que están agitados, garantía de perdón para los pecadores,
confianza de los desesperados, acogida de los exiliados,
retorno de los desterrados, reconciliación de los enemistados,
ayuda para los que han sido condenados,
bendición de quienes han sufrido una maldición, rocío para la aridez del alma,
gota de agua para la hierba marchita, pues, según está escrito,
por medio de ti nuestros huesos florecerán como un prado.
Amén.