Luke 6:20-26

Nuestro Evangelio de hoy es la versión de Lucas acerca de las Beatitudes, la cual es menos conocida que la versión de Mateo pero realmente más contundente y enfocada. Todo gira en torno al desprendimiento, esa actitud espiritual tan decisivamente importante – apatheia según los padres griegos, indifferencia según San Ignacio de Loyola. El desprendimiento espiritual significa que no estoy aferrado a valores terrenales que han sido convertidos en sustitutos del bien fundamental que es Dios. 

¡Cuán claramente pone las cosas el relato de Lucas! Observen la primera beatitud en Lucas, un modelo para el resto: “¡Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece!” Qué tal si traducimos esto como, “cuán felices son ustedes si no están pendientes de las cosas materiales”. Cuando ponemos las cosas materiales en el centro de nuestras preocupaciones nos vemos envueltos en algo adictivo.

Debido a que los bienes materiales no satisfacen el hambre espiritual, me convenzo de que necesito más de ellos para estar contento. Entonces me esfuerzo y trabajo para obtener cosas más lindas—autos, casas, televisores, ropa— y luego me doy cuenta de que esas cosas no me satisfacen. Y así me esfuerzo más y más, y el ritmo continúa. 

Por lo tanto, cuán feliz sería si fuese pobre, desprendido de las cosas materiales, finalmente indiferente a ellas. 

Las Bienaventuranzas de Jesús son un mensaje decisivo, que nos empuja a no depositar nuestra confianza en las cosas materiales y pasajeras, a no buscar la felicidad siguiendo a los vendedores de humo —que tantas veces son vendedores de muerte—, a los profesionales de la ilusión. No hay que seguirlos, porque son incapaces de darnos esperanza. El Señor nos ayuda a abrir los ojos, a adquirir una visión más penetrante de la realidad, a curarnos de la miopía crónica que el espíritu mundano nos contagia. Con su palabra paradójica nos sacude y nos hace reconocer lo que realmente nos enriquece, nos satisface, nos da alegría y dignidad. En resumen, lo que realmente da sentido y plenitud a nuestras vidas. (Ángelus, 17 febrero 2019)

Jesús nos pide que dejemos a Dios, al Dios Padre presentado por él mismo, que sea nuestro Rey y Señor, el que rija y guíe’ nuestros pasos. Es lo que hacen los ochos proclamados por Jesús como bienaventurados.

Regina, Santa

Mártir, 7 de septiembre

Virgen y Mártir

Martirologio Romano: En Alesia, en el territorio de los eduos, en la Galia, santa Regina, mártir (s. inc.).

Breve Biografía

Hija de un ciudadano pagano de Alise, en Borgoña, la santa -cuya madre falleció al dar la luz- fue entregada a una nodriza que era cristiana y que la educó en la fe. Su belleza atrajo las miradas del prefecto Olybrius, quien, al saber que era de noble linaje, quiso casarse con ella, pero ella se negó a aceptarlo y no quiso atender los discursos de su padre, quien trataba de convencerla para que se casara con un hombre tan rico.-

Ante su obstinación, su padre decidió encerrarla en un calabozo y, como pasaba el tiempo sin que Regina cediese, Olybrius desahogó su cólera haciendo azotar a la joven y sometiéndola a otros tormentos.-

Una de aquellas noches, recibió en su calabozo el consuelo de una visión de la cruz al tiempo que una voz le decía que su liberación estaba próxima. En el momento de la ejecución (decapitación), apareció una paloma blanquísima que causó la conversión de muchos de los presentes.

La devoción a la santa aumentó a partir del siglo VII.

Recordar para que hemos sido creados

Santo Evangelio según san Lucas 6, 20-26. Miércoles XXIII del Tiempo Ordinario

Por: Hiram Samir Galán Jaime, LC | Fuente: somosrc.mx

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Quiero dejarme amar… Te conozco desde antes que nacieras, sé tu historia conozco tus problemas. Sé de tus heridas y de tu pasado y aun así te amo. Sólo abandónate en mis brazos, confía en mi amor que lo puede todo… Jesús.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 6, 20-26

En aquel tiempo, mirando Jesús a sus discípulos, les dijo:

“Dichosos ustedes los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios. Dichosos ustedes los que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Dichosos ustedes los que lloran ahora, porque al fin reirán.

Dichosos serán ustedes cuando los hombres los aborrezcan y los expulsen de entre ellos, y cuando los insulten y maldigan por causa del Hijo del hombre. Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el cielo. Pues así trataron sus padres a los profetas.

Pero, ¡ay de ustedes, los ricos, porque ya tienen ahora su consuelo! ¡Ay de ustedes, los que se hartan ahora, porque después tendrán hambre! ¡Ay de ustedes, los que ríen ahora, porque llorarán de pena!

¡Ay de ustedes, cuando todo el mundo los alabe, porque de ese modo trataron sus padres a los falsos profetas!”.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Detenernos a meditar en este Evangelio nos hace recordar inmediatamente, o debería, a nuestros hermanos perseguidos en medio oriente. Verdaderamente su testimonio de vivencia radical de su fe, debería conmover nuestros corazones y hacernos despertar.

¿En qué momento perdimos el rumbo? ¿En qué momento olvidamos que ésta no es nuestra patria final, que sólo estamos de paso por este mundo, que de nada le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma?

Es necesario alzar la voz contra la tiranía de la superficialidad, que nos inhibe continuamente para no pensar en la trascendencia. A buscar sólo el placer y vivir al día a día, como si no existiese mañana. A no preocuparnos por lo espiritual, cuando tienes muchas cosas materiales y terrenas por las que preocuparte. A no tener momentos de silencio y encuentro personal, para poder así pretender callar la sed y la voz de mi alma que sufre y gime por no poder saciar la sed de infinito que tiene, con ruido, cosas materiales, finitas y pasajeras.

Hoy es el día. Hoy es una nueva oportunidad de vivir en el amor. Háblale a tu Creador, tu Dios y Señor, quien vive en tu interior y, continuamente, toca a la puerta de tu corazón esperando que le abras para cenar contigo. Él te dirá lo que tienes que hacer…

Madre Santísima, danos el valor y coraje de vivir coherentemente nuestra fe. Que continuamente tu recuerdo nos permita recordar para que hemos sido creados.

«Cada uno de nosotros hoy puede preguntarse: ¿Me detengo para escuchar la Palabra de Dios, tomo la Biblia en las manos, y me está hablando?; ¿mi corazón se ha endurecido? ¿Me he alejado del Señor? ¿He perdido la fidelidad al Señor y vivo con los ídolos que me ofrece la mundanidad de cada día? ¿He perdido la alegría del estupor del primer encuentro con Jesús? Hoy es una jornada para escuchar. Escuchad, hoy, la voz del Señor, hemos rezado. “No endurezcáis vuestro corazón”. Pidamos esta gracia: la gracia de escuchar para que nuestro corazón no se endurezca».

(Homilía de S.S. Francisco, 23 de marzo de 2017, en santa Marta).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Dedicaré un espacio al final del día para hacer un balance sobre mis actitudes y actividades buscando retomar el rumbo hacia la santidad. Dios me quiere santo y ya me está dando todas las gracias para ello.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

¿Ser pobre o ser rico?

La pobreza debe ser llevada con humildad al igual que la riqueza

Un tema delicado, sin dudas. Contradictorio al menos en apariencia, difícil de poner en palabras que conformen a todo el mundo. Para algunos, vale aquello de que “mas fácil es que pase un camello por el ojo de una cerradura, de que entre un rico al Reino de los Cielos”. Para otros vale aquello de que “la riqueza o pobreza de un alma está en el aspecto espiritual del término, no en el material”. De una forma u otra las Sagradas Escrituras dan referencias que podrían alimentar variadas interpretaciones, especialmente cuando el interesado tiene algún particular ángulo que desea priorizar.

De tal modo, los que se consideran a si mismos como “ricos” tratarán de encontrar en este escrito justificación a su riqueza. Y los que se consideran “pobres” buscarán encontrar aquí consuelo y promesa de “salvación automática”. Ni lo uno, ni lo otro. No es ese el espíritu de las diversas palabras que Jesús nos ha dejado sobre este delicado tema en los Evangelios.

El primer paso es comprender si riqueza material es sinónimo de casi segura condenación del alma.

Recordamos el caso del joven rico que quiere seguir al Señor, y Jesús le pone como requisito el dejar atrás bienes y honores, y él tristemente deja alejarse al Salvador, mientras se queda atado a su riqueza. También el caso del rico que no da ni los restos de su comida al pobre que pide en la puerta de su casa. En muchas oportunidades Jesús nos ha marcado el peligro espiritual que acarrean los bienes materiales. Si, pareciera que es un hueco muy estrecho como para que pase el camello famoso.

Pero meditando sobre este asunto recordé a aquellos que fueron los mejores amigos de Jesús en la tierra. Ellos fueron muy probablemente tres hermanos: María Magdalena, Marta y Lázaro, hijos de Teofilo. Quizás la familia más rica de la Palestina de aquella época, en propiedades en Jerusalén, en Betania, y en muchos otros lugares. La casa de Betania era el lugar de descanso preferido de Jesús cuando subía a Jerusalén. A Lázaro y sus hermanas pedía Jesús muchos favores materiales cuando llegaban a El casos desesperantes de gente que necesitaba ayuda. Y los hermanos siempre respondían, fieles al Mesías que ellos habían reconocido en aquel Hombre de Galilea.

Si, los hijos de Teofilo eran ricos, riquísimos, pero supieron merecer la amistad del Señor. Jesús lloró cuando vio la tumba de Lázaro, y de hecho hizo de su resurrección el más impresionante milagro, en fecha ya cercana al Gólgota. Su hermana, María Magdalena, tuvo el honor de ser la primera persona que lo viera Resucitado. Vaya honor, ¿verdad? Nada está narrado por casualidad en los Evangelios, de tal modo que tan particular amistad entre la familia más rica del lugar, y Jesús, tiene que tener un significado profundo.

Leyendo un hermoso libro titulado “La Palabra continúa” encontré esta frase: “El rico que da con amor y caridad verdadera, es el que se hace amar y no envidiar del pobre”. De este modo, aceptar la propia riqueza proveniente de un trabajo honesto de los padres, o del propio digno esfuerzo, no es pecado si se la acepta para hacer buen uso de ella. Por supuesto que la riqueza basada en dinero logrado por malas artes no tiene mucha cabida frente a Dios. Pero la riqueza heredada o lograda con trabajo digno, es una manifestación de la Voluntad de Dios sobre nosotros. El asunto es qué espera Dios que hagamos con esos dones, porque sin dudas que es mucho el bien que, como Lázaro y sus hermanas, se puede hacer desde una buena posición económica y social, adquirida legítimamente.

Vistas así las cosas, el camello puede pasar por el ojo de la cerradura, pero con una responsabilidad y un esfuerzo que hacen la tarea muy difícil. La riqueza parece de esta forma asimilarse a una prueba ciclópea para el alma, más allá de que configura un gran don, una gracia que Dios concede.

La gran pregunta de vida que las personas ricas deben hacerse es qué hacer con los bienes que Dios ha puesto en sus manos.

Si la riqueza nos enfrenta a semejantes pruebas espirituales, ¿es acaso la pobreza un don de Dios? Realmente lo es, es una ayuda muy grande que Dios da para encontrar verdadera humildad y sencillez en el corazón, puertas fundamentales para el camino a la santidad. ¿Es entonces pobreza sinónimo de salvación? Sin dudas que no. Un sacerdote amigo me decía que si bien es notable la soberbia de los ricos, es también impactante la soberbia de los pobres.

Me quedé mucho tiempo pensando en sus palabras, hasta que comprendí que se refería al resentimiento y desprecio por aquellos que tienen algo que uno no tiene, sea un bien material, cultural, o incluso espiritual. Ser pobre y vivir amargado por ello, es tan malo espiritualmente como ser rico y no hacer uso de lo recibido para el bien de los demás. En ambos casos se cae en una vida alejada del amor que Dios espera de nosotros.

La pobreza debe ser llevada con humildad también, al igual que la riqueza, haciendo de las carencias un agradecimiento a que Dios no nos somete a la prueba de la abundancia. Difícil tarea, ¿verdad?

Suena más difícil que la tarea del rico, de hacer buen uso de lo recibido. Sin embargo, creo yo que, espiritualmente hablando, la tiene más difícil el rico que el pobre. Pero en cualquier caso queda en cada alma el saber como hacer de la situación que nos toca vivir, una oportunidad única de honrar a Dios con amor y verdadera humildad de corazón.

Si ser pobre o si ser rico, son cuestiones de este mundo material en que vivimos, cuestiones muy alejadas del destino de verdadera realeza que nos espera. Riquezas en este mundo, caminos que nos alejan de la genuina riqueza, si no sabemos utilizarlas para beneficio de los demás. Pobrezas y miserias en este mundo, un sufrimiento que puede ayudarnos a encontrar la estrecha senda al Reino, si las aceptamos con alegría de corazón y hacemos de ello un motivo de unión a la Pobreza del Resucitado.

Jesús tuvo una unión muy intensa con pobres, enfermos e indefensos, y una amistad profunda con algunos ricos pero bondadosos. Pero, por sobre todas las cosas, no olvidemos que los que lo enviaron a la Cruz fueron los ricos del lugar que no aceptaron que el Señor viniera a alterar su poder y comodidad, sus riquezas materiales, su dominio sobre los pobres. Y tú, rico o pobre, ¿qué haces con ello?

Las mujeres en la Curia no son una moda sino un acto de justicia

En la entrevista de la TVI/CNN Portugal al Papa Francisco.

Fuente: Vatican News

Equilibrio, como en el mar, las grandes olas van seguidas de una cierta calma. Así se puede describir la entrevista de la periodista Maria João Avillez para la TVI/CNN Portugal al Papa realizada en los calurosos días de agosto, el jueves 11 para ser exactos, y que esta noche ha sido transmitida integralmente. Han sido numerosas las anticipaciones con vídeos y artículos que se han dado de esta conversación de largo aliento: desde los abusos en la Iglesia, la inclusión de la mujer en la Curia Romana o la sinodalidad, hasta la guerra en Ucrania, el diálogo intergeneracional, las expectativas para la JMJ o las vacaciones del Pontífice. Un oleaje de temas primordiales y no tanto, que Francisco concluye con su clásico: “Recen por mí”.

JMJ en Portugal: El Papa va si o si

Como era de esperarse, la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ Lisboa 2023), que tendrá lugar en Portugal el año que viene, abre la entrevista: “Yo pienso ir. El Papa va a ir. O va Francisco o va Juan XXIV, pero va el Papa”. Con este tono humorístico Francisco manifiesta el interés de la Iglesia por los jóvenes que tuvo su máxima expresión con la “genialidad de san Juan Pablo II” en su convocatoria a estos encuentros mundiales “que universalizan la juventud” y, aunque hablen idiomas distintos y vengan de diversas culturas, “se encuentran y juntos se dan cuenta de anhelos comunes, deseos comunes”.

 El Pontífice sostiene que “los jóvenes tienen su lenguaje propio”, una “cultura y un lenguaje progresivo” y, por ello, es necesario “escucharlos en su modo de interpretar las cosas y responderles de modo que puedan entender”. Y luego de reiterar que en una reunión con jóvenes hay «que estar preparado para que hablen otro idioma”, se refirió a la facilidad con la que los jóvenes acortan las distancias ante las diferencias, son más “aptos a acercarse”, porque comparten intereses comunes como el deporte, la música, el arte: «Los jóvenes son mucho más audaces, libres». Y la JMJ debe tener ese acercamiento, “no artificialmente, sino a través de intereses comunes”.

De la sinceridad y la hipocresía: diálogo intergeneracional

Al ser interpelado sobre lo que gana como pastor de su diálogo con los jóvenes, Francisco respondió con su vena anecdótica sobre un encuentro en el Vaticano con jóvenes de varios continentes, no necesariamente católicos o practicantes. “Yo ahí aprendí, porque me pusieron dificultades muy grandes, y yo no me preocupé en responder a la dificultad”, dijo el Papa, sino que trató de “ponerse” en esa dificultad: “Algunos me atacaron, pero no me ofendieron, porque fueron muy sinceros”. También sincero el Pontífice al confesar que le “cuesta mucho” el diálogo con los adultos por “el doble lenguaje, o sea, el lenguaje diplomático que uno dice una cosa, pero piensa otra”. Por eso insiste en la necesidad de escuchar a los jóvenes, de dialogar con ellos, porque “al joven cuando uno le da espacio hay sinceridad”.

El diálogo intergeneracional, tema recurrente del Santo Padre fue tocado nuevamente: Los jóvenes tienen que tener una mirada hacia el futuro y una mirada al pasado: «Los jóvenes que solo miran al futuro se quedan sin sustento. El joven tiene que dialogar con sus raíces, como el árbol. Para que un árbol dé frutos tiene que venir de la raíz algo. ¿Pero, entonces, me refugio en la raíz? No, porque eso no da frutos. Pero mirar las raíces, eso lo da solamente el diálogo con los ancianos».

Abusos en la Iglesia: «Es diabólico»

Tras un espacio de baja marea donde Francisco habla de su devoción mariana cuyo germen nació en el seno de su familia devota a María Auxiliadora, su amor repentino por el «silencio de Fátima – “que me dejó mudo”- y sobre su manera de rezar que no ha cambiado sino profundizado, el tema de los abusos en el seno de la Iglesia levantó la animosidad del Papa:

“Quiero ser muy claro con esto. El abuso de hombres y mujeres de Iglesia -abuso de autoridad, abuso de poder y abuso sexual- es una monstruosidad”. Agrega además que el abuso es una realidad trágica, realidad de todos los tiempos, que incluso tiene amplios porcentajes de incidencia en las familias, en el ámbito deportivo y educacional y que, en la Iglesia, no tienen que ver con el celibato, como algunos piensan, sino simplemente «la monstruosidad de un hombre o de una mujer de Iglesia, que está enfermo psicológicamente o es malvado, y usa su postura para su satisfacción personal. Es diabólico”

Una cosa deja claro Francisco: “Tolerancia cero. ¡Cero! Un sacerdote no puede seguir siendo sacerdote si es abusador. No puede. Porque es un enfermo o un criminal, no sé. Pero finalmente es un enfermo, ¿no? Es una bajeza humana, ¿no? Y el sacerdote está para llevar a los hombres a Dios, y no para destruir a los hombres en nombre de Dios. Tolerancia cero”.

“La Iglesia es mujer” también en la Curia

Sobre la inclusión de la mujer en diversos cargos curiales que ha implementado Francisco en los últimos años, la periodista portuguesa Avillez va directamente al grano, al preguntar cómo es vista la elección de tres mujeres en el Dicasterio para los Obispos.  Como lo ha dicho en varias ocasiones, el Pontífice confirma que la «Iglesia es femenina. La Iglesia es mujer». Pero además indica que “en la administración normal de la Iglesia faltaban las mujeres”, y ya no se habla solo de secretarias, sino de cargos como el de la vicegobernadora del Vaticano.

En cuanto a la aptitud de las mujeres en la elección de los obispos, Francisco comparte que en su experiencia personal “los informes más maduros que yo recibía para dar la ordenación sacerdotal a los seminaristas eran los que hacían las mujeres”.  Más aún agrega: “O sea, incluir a la mujer no es una moda feminista, es un acto de justicia que, culturalmente, estaba dejada de lado”.

La capacidad administrativa, la “maternalidad de la mujer” en la toma de decisiones, en particular, en los conflictos o dificultades, es contada por el Pontífice entre anécdotas y experiencias para luego constatar que “la mujer nunca abandona lo perdido” – como un hijo encarcelado – y es “capaz de llevar adelante esa cualidad de Dios que es la ternura”. Judit en el Antiguo Testamento y la Virgen María son las figuras femeninas que lo han inspirado.

Sinodalidad: Si no está el Espíritu Santo es un parlamento

De una pausa dedicada al humor, «una gracia» que caracteriza a Bergoglio, la conversación se traslada al proceso sinodal que actualmente vive la Iglesia y que el Papa señala como una necesidad que ya san Pablo VI había resaltado tras el Concilio Vaticano II y la razón por la que instituyó la Secretaría General del Sínodo. A 50 años de esta creación, la iglesia habla de sinodalidad.

“A veces uno confunde que la sinodalidad es como un parlamento, donde cada uno dice lo que le parece. No, ser sínodo es otra cosa. Voy por el otro lado: no hay Sínodo sin la presencia del Espíritu Santo”, explica el Pontífice y agrega que “en lo sinodal está la diversidad, en lo que cada uno va diciendo, pero es el Espíritu el que hace la armonía”.

El viaje a Kiev o a Moscú está en el aire

Obviamente el tema de la guerra en Ucrania tenía que despuntar, especialmente ante los numerosos llamamientos del Papa a poner fin a ese conflicto diabólico. Sin embargo, a pesar de haber manifestado en varias ocasiones su voluntad de visitar Kiev o Moscú, Francisco señala que “está en el aire, no sé todavía” por su situación con la rodilla. Sobre el tema, también había adelantado que, al día siguiente de la entrevista, es decir el 12 de agosto, habría hablado con el presidente Zelensky. “Estoy en diálogo con ellos”, asegura el Papa al referirse a los presidentes de Rusia y Ucrania. Y recuerda la visita de tres cardenales a Kiev en su nombre: “Mi presencia allí está fuerte”.

Sobre lo que les diría a ambos líderes: “No sé, no sé. Yo con los dos tuve diálogos, los dos me visitaron acá, no ahora, antes. Yo siempre creo que dialogando siempre se va adelante. ¿Sabe quién no sabe dialogar? Los animales. Son puro instinto. Si te dejas llevar por el puro instinto… En cambio, el diálogo es dejar de lado el instinto y escuchar. Es difícil el diálogo”.

¿Tu vida tiene una ventana abierta?

Un toque de frescura se acerca al final de la entrevista cuando el Santo Padre habla de sus vacaciones, “leyendo, escuchando música”. Le gusta mucho la ópera de Wagner: “Sí, lo pongo ahí y mientras trabajo, escucho”. Se levanta temprano, “como las gallinas”, celebra misa y empieza a trabajar: “a las nueve y a las diez apago la luz”. Pero, «mira la ventana». Sí, la entrevista concluye con una palabra que ilumine y reconcilie el camino de la Iglesia:

“Yo diría esto: mira la ventana. Mira la ventana. Y pregúntate: «¿Tu vida tiene una ventana abierta?». Si no la tiene, ábrela cuanto antes. No estar con las narices a la pared, de un problema, de lo que sea. Sabed que estamos caminando hacia el futuro, que hay un camino. Mira el camino. No te encierres en ti mismo. Siempre la ventana abierta. Pregunto: «¿Cuál es tu ventana? ¿Cuál es tu esperanza?» «Ay, no se me ocurre». Bueno, búscala y hazla, pero no puedes vivir sin esperanza, no puedes vivir sin ese “elã” [impulso] positivo de la esperanza. Si no, te “acaracolas” como un caracol sobre ti mismo, y eso es enfermizo. Abre la ventana, ese es el consejo que doy para prepararse a la Jornada de la Juventud: ¡Abran la ventana! ¡Miren más allá de la nariz, más allá! Miren, abran, guarden el horizonte. Y ensanchen el corazón”.

Qué buen ambiente

¿Salvar la Tierra? En realidad ya la estamos salvando, si bien aún nos queda mucho camino por recorrer.

El sábado 7 de julio de 2007, tuvo lugar el concierto mundial, Live Earth. Estuvieron enlazadas ciudades como Nueva York, São Paolo, Londres y Tokio. La finalidad del concierto era llamar la atención sobre la necesidad de cuidar nuestro planeta.

Es una idea generalmente aceptada que la tierra, por culpa de nosotros los hombres, se encamina hacia su ruina total. Los promotores, sin embargo, se olvidan de otros datos alentadores que deben hacernos reflexionar.

Por ejemplo, a mediados del siglo XX, había tanto smog en la ciudad de Londres que era difícil distinguir a las personas a distancia. Tan densa era la contaminación que algunos malhechores realizaban sus delitos amparándose en la poca visibilidad de la ciudad, casi como si cometieran un delito nocturno.

Esta contaminación ambiental, sin embargo, ya pertenece al pasado. La City lleva décadas con un aire limpio. No es aire de montaña ciertamente, pero sí lo suficientemente limpio como para reconocer a nuestros amigos (y enemigos).

¿A qué se debió este cambio? Simplemente a que las autoridades fijaron una normativa para limitar el deterioro del aire. El hombre, con la ayuda de su inteligencia, encontró el camino para limpiar el ambiente.

Lo mismo sucede con los salmones del río que atraviesa la ciudad, el Támesis: a causa de la contaminación, su población había descendido dramáticamente. En nuestros días, también gracias a una normativa precisa –y respetada por todos, dicho sea de paso–, poco a poco se han ido recuperando.

En Italia la contaminación ambiental en general ha disminuido. Los compuestos de azufre que antes flotaban en el aire, hoy son prácticamente inexistentes. Lo que sucede en el aire, se da también en las aguas: ríos, mares y lagos de diversas zonas son ahora también más cristalinos.

Otra noticia significativa: actualmente en nuestro planeta hay 800 millones de personas mal alimentadas, una cantidad enorme y que a todos debe comprometernos en la medida de nuestras posibilidades; pero proporcionalmente es una cantidad inferior a la de cualquier otra época precedente. Dicho de otro modo: la población de la Tierra ahora está mejor alimentada que en el pasado.

¿Salvar la Tierra? En realidad ya la estamos salvando, si bien aún nos queda mucho camino por recorrer. Ciertamente, los ejemplos aquí citados son sólo de dos países. Además, son países del así llamado “primer mundo”. La situación en países menos avanzados es diversa. Pero el hecho queda ahí: cuando el hombre se empeña, puede respetar y hasta mejorar el ambiente. Su sola existencia no es fuente de contaminación.

El problema ecológico no es un problema ficticio, es un problema real. Pero la solución no está en ver al hombre como un depredador universal. La solución tampoco está en una “ingeniería social” para limitar los nacimientos. Esas son prácticas que, en su espíritu, nos recuerdan nombres como Lenin, Stalin o Mao Tse Tung.

La solución está en que los hombres usemos correctamente nuestra razón y nuestra voluntad, convirtiéndonos en buenos administradores de la creación. A final de cuentas, ésa fue la tarea que Dios nos confió. A nuestro planeta no le sobran hombres, lo que le faltan son buenos administradores.

Santa Regina, una joven mártir patrona de las víctimas de tortura

 

Era una joven cristiana a la que intentó violar un gobernador romano. Al no lograrlo, ordenó que la encarcelaran y condenaran

Regina nació en Grignon (Francia). De su vida se conocen los datos que registra el Martirologio Romano.

Nació en el siglo III en la ciudad romana de Alesia (actualmente Alise-Saint-Reine, cerca de Dijon).

Su madre murió en el parto. Fue criada por su padre, que se llamaba Clemente. Él era un ciudadano importante que contrató a una sirvienta para que cuidara de la pequeña. Esta criada la bautizó en secreto.

Regina (Reine en francés), en el año 253 -cuando tenía 16 años- se encontraba un día cuidando un rebaño de ovejas en el campo al pie del monte Auxois. Un gobernador romano de las Galias llamado Olibrius (u Olimbrius) quiso abusar sexualmente de ella.

Regina se negó a tener relaciones con él y además lo rechazó cuando el gobernador quiso que se casaran. Ella no quería abjurar de su fe.

Como consecuencia de haberse opuesto al capricho de Olibrius, encarcelaron inmediatamente a Regina. Fue juzgada, condenada a muerte y decapitada.

A partir del siglo IV se extendió su culto, de lo que hay constancia desde el siglo V. Además, su martirio se teatralizó en muchos pueblos y ciudades (la tradición está probada históricamente desde el año 886).

Entre los restos de arqueología cristiana que se encontraron en 1909, consta un conjunto de un plato y tres copones del siglo IV. El plato tiene un pez grabado (símbolo de Jesucristo) y el nombre de “Regina” en latín.

El cuerpo de Regina se trasladó a las afueras de Alesia y allí se construyó una basílica que aún hoy pervive.

Entre los milagros más populares de esta santa están el de la curación de una fuerte fiebre de un niño llamado Heriboldus, la curación de un hombre al contacto con la camilla de la santa, la curación de un hombre afectado del mal de la piedra y la curación parcial de un ciego.

La cadena de santa Regina se conserva en la iglesia parroquial de Flavigny-sur-Ozerain (Francia) y está expuesta cada 7 de septiembre, día de la fiesta, para su veneración por los peregrinos.

Sus reliquias se conservan en la abadía de Saint-Pierre de Flavigny-sur-Ozerain desde mediados del siglo IX, siempre en el mismo sarcófago. En el siglo XVII, las reliquias fueron depositadas en un armario tras el altar mayor y se exponen en un monumento el día de su fiesta.

Patronazgo

Santa Regina es patrona de las víctimas de la tortura y contra la pobreza.

Oración

Oh, Señor, venimos delante de ti en este momento en el reconocimiento del valor de tu humilde mártir Regina.

Que seamos imitadores de su fidelidad y de amor por Ti mientras nos concedes el valor y la fuerza para seguirte, sin importar el costo.

Te lo pedimos en el santo Nombre de Jesús, Nombre sobre todo nombre.

Amén.