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• John 8:51-59

Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús afirma su preexistencia al declarar que “… antes que naciera Abraham, YO SOY”.

 

En los últimos años ha habido una tendencia inquietante que busca convertir a Jesús en un maestro espiritual inspirador. Si eso es todo lo que es, para qué diablos creer. Pero los Evangelios no se contentan con una descripción tan reductiva. Aunque lo presentan como maestro, saben que es infinitamente más que eso. Que algo más está en juego en Él y en nuestra relación con Él.

Las Escrituras claramente enseñan que Jesús es divino. Cierta vez declara: “Ten fe en Dios; ten fe también en Mí”. Podemos imaginarnos fácilmente a un fundador religioso exigiendo fe en Dios, pero ¡nos costaría mucho imaginar que exijan la misma fe en sí mismos! Excepto que en los labios de Jesús las dos van de modo paralelo.

CS Lewis vio esto claramente, significa que Jesús nos obliga a tomar una decisión como ninguna otra persona. O estás con Él o estás en contra de Él. No hay otra forma de entender este lenguaje. Entender esta maravillosa paradoja es acercarse al corazón mismo de lo que significa ser cristiano.

El Señor se ha acordado siempre de su alianza. (…) Su fidelidad a Abraham es el recuerdo de las promesas que hizo. Dios eligió a Abraham para hacer un camino. Abraham es un elegido, era un elegido. Dios lo eligió. Luego, en esa elección le prometió una herencia y hoy, en el pasaje del libro del Génesis, hay un paso más. “Por mi parte esta es mi alianza contigo” (Gn 17,4). La alianza. Una alianza que le hace ver a lo lejos su fecundidad: “serás padre de una muchedumbre de pueblos” (Gn 17,4). La elección, la promesa y la alianza son las tres dimensiones de la vida de fe, las tres dimensiones de la vida cristiana. (…) . Hemos sido elegidos, el Señor nos ha hecho una promesa, ahora nos pide una alianza. Una alianza de fidelidad. Jesús dice que Abraham se regocijó pensando, viendo su día, el día de la gran fecundidad, ese hijo suyo —Jesús era hijo de Abraham (cf. Jn 8,56)— que vino a rehacer la creación, que es más difícil que hacerla, dice la liturgia, vino a redimir nuestros pecados, a liberarnos. (Homilía Santa Marta, 2 de abril de 2020).

 

Serapión el Escolástico, Santo

Obispo, 21 de marzo



Obispo de Thmuis
Martirologio Romano: En Egipto, san Serapión, anacoreta († c.370).
Etimológicamente: Serapión = “perteneciente a la divinidad de Serapis”. Viene de la lengua griega.

Breve Biografía


A este monje egipcio se le conoce también como Serapión de Thmuis.
La fecha de su muerte se sitúa más o menos entre los años 365 y 370.
Las características que mejor lo definen son, sin duda, su penetrante inteligencia y su elocuencia. Gracias a ellas tuvo en la Iglesia un papel relevante.
Estudió en la célebre escuela catequética de Alejandría. Después se dedicó a la vida eremítica. En este campo tuvo un maestro excepcional, san Antonio. A nivel intelectual, encontró en san Atanasio un amigo sincero. Lo recuerda con cariño en su libro “Vida de san Antonio. Al separase, le dejó su túnica.
Lo nombraron obispo de Thmuis en el delta del Nilo. Se le reconoció en seguida por su carácter de dirigente en los asuntos eclesiásticos y por su clara y transparente oposición al arrianismo.
El propio san Jerónimo lo eligió como confesor. Por su vida pastoral como cabeza de la diócesis rondaba la idea de escribir un libro magnífico contra los maniqueos. Defiende en contra de ellos la doctrina de que nuestros cuerpos son instrumentos para el bien o para el mal. Todo depende de la disposición del corazón.
Los maniqueos sostienen que el alma es obra de Dios, pero nuestros cuerpos lo son del diablo.

También escribió varias cartas y un libro basado en los títulos de los Salmos, pero no queda ninguno.
En el año 1899 se descubrió el libro más conocido sobre los santos, llamado Eucologio. Es una colección litúrgica de oraciones que él mismo empleó cuando era obispo.
Es interesante para conocer la adoración y la fe de los primeros cristianos egipcios.
Frecuentemente repetía esta expresión llena de contenido:”La mente se purifica por el conocimiento, las pasiones espirituales del alma con la caridad y los apetitos desordenados con la abstinencia y la penitencia..”
¡Felicidades a quien lleve este nombre!

 

 

Dejarse encontrar por Cristo

Santo Evangelio según San Juan 8, 51-59.

 

 

Jueves V de Cuaresma.






En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.

¡Venga tu Reino!


Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Transforma mi vida, Señor, para que cada día pueda vivir más unido a ti.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Juan 8, 51-59



 

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Yo les aseguro: el que es fiel a mis palabras no morirá para siempre”. Los judíos le dijeron: “Ahora ya no nos cabe duda de que estás endemoniado. Porque Abraham murió y los profetas también murieron, y tú dices: ‘El que es fiel a mis palabras no morirá para siempre’. ¿Acaso eres tú más que nuestro padre Abraham, el cual murió? Los profetas también murieron. ¿Quién pretendes ser tú?”. Contestó Jesús: “Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, aquel de quien ustedes dicen: ‘Es nuestro Dios’, aunque no lo conocen. Yo en cambio, sí lo conozco; y si dijera que no lo conozco, sería tan mentiroso como ustedes.

Pero yo lo conozco y soy fiel a su palabra. Abraham, el padre de ustedes, se regocijaba con el pensamiento de verme; me vio y se alegró por ello”.

Los judíos le replicaron: “No tienes ni cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?”. Les respondió Jesús: “Yo les aseguro que desde antes que naciera Abraham, Yo Soy”. Entonces recogieron piedras para arrojárselas, pero Jesús se ocultó y salió del templo.

Palabra del Señor.



Medita lo que Dios te dice en el Evangelio


Para quienes nos acercamos a la Palabra de Dios, en ocasiones puede ser un bálsamo, un consuelo, un llamado, o una invitación a cambiar algo en nuestras vidas como espada de doble filo (Hb 4:12), también puede ser un motivo de rechazo como le ocurrió a Jesús hoy en el evangelio.



Jesús anuncia la Palabra sin miedo y con la verdad; Él es como esos médicos que visitábamos de niños de los cuáles lo único que sabíamos era que nos iban a recetar una inyección dolorosa o una amarga medicina. Obviamente los niños odian estas cosas, pero la mamá los logra convencer de que eso les hará bien y efectivamente eso sucede. Las palabras de Jesús enojaron mucho a los judíos que lo oían, pero para quienes verdaderamente aceptaron el mensaje de Jesús, la medicina era una esperanza gigantesca. ¡Quien cumpla mi palabra no morirá jamás!



En nuestra vida cotidiana, en ocasiones, vivimos como esta gente que escuchó al Señor rechazándolo y le decimos, ¿quién pretendes ser tú? Pero la fuerza del amor contenida en la persona de Jesús nos hace la misma promesa de vida eterna. ¿Qué significa entonces cumplir la palabra de Dios? No se trata de vivir con miedo o hacer las cosas por cumplimiento, cumplir la palabra de Dios es dejar que la gracia actúe en nosotros para que seamos el rostro, las manos, la voz, la sonrisa visible de Cristo en la tierra; para que nuestros hermanos que aún no han conocido a Dios o han conocido una idea equivocada de Dios, se extrañen de la alegría que brota de un corazón que tiene a Cristo. Una relación profunda con el Señor no es saberse mil cosas de Él de memoria, es dejarse transformar poco a poco. Somos débiles y creemos que no avanzamos, pero cada oración salida del corazón, cada comunión, cada acto de bondad nos va asemejando más a Jesús hasta que la unión sea tan profunda que podamos decir “Ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí” (Gal 2,20), así empezamos con pequeños pasos a vivir el cielo en la tierra.



 

«Cada uno podría decir: Yo soy un buen cristiano, voy a misa el domingo, hago obras de misericordia, recito las oraciones, educo bien a mis hijos, y esto está muy bien. Tú has hecho todo esto: ¿pero has entrado en el misterio de Jesucristo?, eso que tú no puedes controlar. Un verdadero testigo, uno que ha encontrado a Jesucristo y se ha dejado encontrar por Él y ha entrado en el misterio de Jesucristo que nos amó, se entregó a la muerte por nosotros, que nos ha hecho justos delante de Dios, que ha perdonado todos los pecados, también las raíces del pecado: entrar en el misterio del Señor».
(Homilía de S.S. Francisco, 27 de octubre de 2017, en santa Marta).



Diálogo con Cristo


Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.


Propósito


Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Intentaré vivir esta semana de manera que cuantos traten conmigo, sientan la bondad de Dios.


Despedida


Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

 

 

San Nicolás de Flue, padre de familia y ermitaño

Este agricultor con 10 hijos y eremita se alimentó solo de la Eucaristía durante 20 años

 

 

San Nicolás nació en 1417. Era de familia campesina, se casó a los 30 años con Dorotea Wyss y tuvo 10 hijos. Rezaba y practicaba el ayuno cuatro días por semana.

Con permiso de su esposa y de sus hijos, a los 50 años se hace ermitaño en la garganta de Ranft. En esa celda-cabaña solo dispone de dos ventanas: una para ver los oficios del sacerdote y otra para contemplar la naturaleza de Unterwald.

Él me profundamente la Pasión del Señor y alcanza mucho conocimiento de la Santísima Trinidad.

Está comprobado históricamente que no tomó alimento durante 20 años excepto la Eucaristía. Este hecho de carácter milagroso hizo que el lugar se convirtiera en centro de peregrinación y siga siéndolo en la actualidad.

Con sus visiones, logró acertar en las decisiones políticas que hacen de Suiza un país estable todavía hoy.

San Klaus falleció, tras una dolorosa enfermedad, el 21 de marzo de 1487.

Santo patrón

Llamado Hermano Klaus, tanto los protestantes como los católicos lo consideran patrono de Suiza.

Oración

La oración de San Nicolás de Flüe que se hizo célebre en los cantones suizos es la siguiente: «Señor y Dios mío, quitad de mí todo lo que me impide ir a Vos. Señor y Dios mío, concededme todo lo que me pueda llevar hacia Vos. Señor y Dios mío, haced que no haya en mí nada que no sea vuestro y que me entregue a Vos por completo».