La Nota de Hoy 📝

Anécdotas e historias de la música

por Mario Aquino Colmenares

 

Son muchas las versiones que circulan acerca del origen de este canto, haciendo de él prácticamente, una historia de Navidad, pero la mía es una versión que posee un sabor especial. En primer lugar porque pudimos gracias a esas oportunidades con la que la música suele regalarnos, recrearla, vivirla y transmitirla, en una noche de diciembre cercana a la mas grande de todas las noches, y en la que la vivencia compartida con un grupo de afables y cautivos amantes del arte coral, marco mi despedida de una de las agrupaciones en la que más regocijo pude experimentar a la hora de hacer música.

 

La historia va mas o menos así:

 

Joseph Mohr, párroco de la Iglesia de San Nicolás en Oberndorf, Austria además de contar con una profunda devoción pastoral por su grey, poseía una reconocida vocación por la música, afinidad de la que había hecho gala desde muy joven y que se vería expresada por su afición al canto y la destreza en el arte de tocar la guitarra. Para la noche del 24 de diciembre de 1818, Mohr, sin duda alguna, habría pensado en un gran retablo musical para la misa de Gallo en el que desfilarían las más célebres composiciones elegidas para la ocasión y para lo cual contaba como maestro de capilla a Franz Xaver Gruber.

Sin embargo la avería del órgano de la iglesia haría cambiar de planes al joven presbítero. En vista de la falta del instrumento eclesiástico, Mohr propuso al maestro, musicalizar y armonizar para guitarra, una serie de poemas, que él, hacía unos meses, había compuesto con motivo de la Noche Buena, se trataba ,claro está, de su Noche de Paz. Escrita la música finalmente, Mohr y Gruber acordaron además, que la ejecución del villancico quedaría a cargo de ellos mismos. Mohr tocaría la guitarra y cantaría el tenor, la primera voz; mientras que Gruber cantaría la segunda voz, el bajo.

Así, “Noche de Paz”, al modo de lo que su propia poesía dice, quedo inmortalizado, de la manera más candorosa y sencilla que podamos imaginar para el estreno de una composición que sería en adelante el más cantado y célebre de los villancicos.

Un regalo especial

El ciclo de conciertos que el Coro nacional de niños del Perú ofrecía con motivo de la Navidad me colocó en la historia de “Noche de Paz” . Tres noches de concierto previas a la Navidad del año 2008 tuve la oportunidad de hacer las veces de Gruber entonando el bajo de “Noche de Paz” mientras mi gran amigo y colega Ricardo Granara tocaba la guitarra y entonaba la melodía principal, haciendo las veces del párroco Mohr, conformando en cada una de las veladas, un dúo privilegiado, por intentar repetir la historia y por tener al lado como respuesta sonora a un bellísimo coro nacional de niños.

¡Que la música os acompañe!