Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
+ Durante la conversación conocí su alma atormentada. Esta alma crucificada, semejante a Jesús. Allí donde espera un consuelo merecido, encuentra la cruz; vive entre muchos amigos y no tiene a nadie fuera de Jesús. De este modo Dios despoja el alma a la que ama especialmente.
Hoy escuché estas palabras: Hija Mía, sé siempre como una niña ante Mis sustitutos, porque de otro modo no sacarás provecho de Mis gracias que te envío a través de ellos.
Reflexión: Ser siempre niños
Hoy escucho estas palabras: Hija Mía sé siempre como una niña ante mis sustitutos, porque de otro modo no sacamos provecho de mis gracias.
- Señor, no te alejes nunca de mí y Jesús le responde: Sí, estaré siempre junto a ti, si eres siempre una niña pequeña. Les aseguro que el que no recibe el Reino de Dios como un niño no entrará en él. “Si no cambiáis y os hacéis como niños, no entrareis en el Reino de los cielos”. La filiación divina: Dios es nuestro Padre y nosotros sus hijos. Ese espíritu de filiación divina lleva consigo el sentido de dependencia del Padre del cielo y el abandono confiado en su Providencia. Amorosa, igual que un niño confía en su Padre.
La sencillez es la virtud principal que define el hacerse como niños. Quien es dócil y está dispuesto y preparado a ser enseñado. El niño tiene capacidad de maravillarse, todo es novedad para él. El evangelio siempre será palabra viva porque el Espíritu Santo es creador y vivificador, siempre es nuevo; si no nos maravillamos, es porque hemos perdido la infancia espiritual. El niño tiene la facilidad de perdonar y olvidar.
En la infancia espiritual de Sta. Teresita, ser pequeñuelo es reconocer su propia nada, esperando todo de Dios como un niño pequeño lo espera de su Padre. Ser pequeño es también no atribuirse a sí mismo las virtudes que uno practica.
Todo viene de Dios. Es vivir en la intimidad del Padre con alma de hijo, el niño vive en una total confianza y abandono en su Padre. Es símbolo de inocencia y pureza. Nosotros los adultos para ser como niños requerimos mansedumbre y fortaleza en la voluntad y un gran abandono en Dios. Ayúdanos a ser niños delante de Dios.
Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda la infancia espiritual a tí y a tu familia.
Dios te bendiga y proteja.
Sta. Faustina. Ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Víctor Arce.