Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
Conocí el estado de cierta alma y lo que en ella no agrada a Dios. Lo supe de este modo: en un solo instante experimento el dolor en las manos, los pies y el costado, en los lugares donde fueron traspasados las manos, los pies y el costado del Salvador; en tal momento tengo conocimiento del estado del alma y de la clase de pecado.
Deseo satisfacer a Jesús según la clase del pecado. Hoy, durante siete horas he llevado una cintura de cadenitas para impetrar por cierta alma la gracia del arrepentimiento; a la séptima hora sentí alivio, porque aquella alma en su interior ya recibía el perdón aunque todavía no se había confesado. El pecado de los sentidos: mortifico el cuerpo y ayuno según el permiso que tengo; el pecado de soberbia: rezo con la frente apoyada en el suelo; el pecado del odio: rezo y hago una obra de caridad a la persona con la cual tengo dificultades, y así, según la clase de pecados conocidos, satisfago la justicia.
Reflexión: Reparando los pecados
Conocí el estado de cierta alma y lo que en ella no agrada a Dios. En tal momento tengo conocimiento del estado del alma y de la clase del pecado. Deseo satisfacer a Jesús, según la clase del pecado. Lo que más desagrada a Dios en la Tierra y en nosotros es el pecado. Solo un mal, solo una cosa que temer hay en la Tierra y es el pecado. Sólo el pecador se atreve a despreciar la divina autoridad, el pecador se burla de Dios, de sus amenazas y castigos. El pecado es una injuria a la bondad de Dios, una ingratitud. ¿Cómo es posible que viviendo de la bondad de Dios, sigamos ofendiéndole? Recuerda, cuánto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que tiene a mi Misericordia.
– Las causas del mal no deben buscarse en el exterior del hombre, sino sobre todo en el interior del corazón. Esta causa del mal suele llamarse dureza de corazón. Una actitud de muerte y corazón que corresponde a la pérdida del sentido del pecado.
Por el pecado, muchos hombres quedan sujetos a la esclavitud del demonio, se alejan del Reino de Dios. El pecado de la soberbia dice San Agustín: Cuando se insinúa la soberbia, al instante está también la envidia, la engendra. Si el Señor es humilde. ¿Por qué eres tú soberbio? La soberbia es el mayor enemigo de la santidad, por ser el origen de gran número de pecados. ¿Qué caracteriza al soberbio? La vanidad y la vanagloria; el desprecio de los demás, es ser desagradecido y hablar sólo de sus cosas. Humanamente se considera superior a todos. La falta de mortificación interior, de la imaginación y de los sentidos es una de las grandes enemigas de la santificación. Reparamos el pecado mediante un sincero arrepentimiento, propósito de enmienda y confesión de las culpas.
Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda la reparación de tus pecados, a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y proteja.
Sta. Faustina. Ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Víctor Arce.