Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

Cuando un día, Dios me hizo saber interiormente que no había perdido nunca la inocencia y que a pesar de distintos peligros en los cuales me había encontrado, Él Mismo me protegía para que quedara intacta la virginidad de mi alma y de mi corazón ese día lo pasé en un ferviente agradecimiento interior.  Agradecía a Dios por haber dignado protegerme contra el mal, pero también porque había encontrado gracia a sus ojos y porque Él Mismo se había dignado asegurarme de ella.

Desde aquellos días vivo bajo el manto virginal de la Santísima Virgen, ella me cuida y me instruye; estoy tranquila junto a su Inmaculado Corazón, ya que soy débil e inexperta, por eso, como una niña me abrazo a su Corazón.  A pesar de afirmarme Dios en esta virtud, vigilo.

Reflexión: La pureza

Dios me hizo saber que no había perdido nunca la inocencia, el mismo me protegía para que quedara intacta la virginidad de mi alma y de mi corazón. “Tu pureza debe ser mayor que la de los ángeles, el alma pura tiene una potencia incalculable delante de Dios”, le dice el Señor a Santa Faustina en su diario. La pureza es uno de los doce frutos del Espíritu Santo que actúa en el fondo del corazón humano para nuestra Santidad. La pureza no consiste solo en la renuncia al pecado, sino es la entrega del corazón a Dios. La impureza de corazón es la que provoca la insensibilidad para los coros de Dios. Tan solo el que tiene el corazón puro puede gozar del privilegio de ver a Dios. ¿Cómo debería ser nuestra pureza? 1. Pureza del cuerpo, guardando los sentidos con la mortificación. 2. Pureza de corazón; no se debe tener ningún afecto desordenado, el centro debe ser el amor de Dios. 3. Pureza de Espíritu: La imaginación, la memoria y la razón deben conducirme a Dios. 4. Pureza al servicio del Señor evitando el pecado. La pureza del corazón también nos permite ver a Dios en medio de nuestras torcas diarias, es necesario un examen de conciencia y confesión frecuente que nos purifica y nos llena de su gracia, con esta ayuda la virtud de la pureza es necesaria porque sin ella no sería posible amar ni al Señor los demás.

Pidámosle al Espíritu Santo el fruto de la pureza para nuestra Santidad. 

Desearte un lindo día, el Señor de la Misericordia te conceda el fruto de la pureza a ti y tu familia.

Dios te bendiga y proteja.

Santa Faustina: Ruega por nosotros.

Amén

Dr. Victor Arce.