Santiago el Mayor, hermano de San Juan, acompañó al Señor durante tres años

Predicó el Evangelio en Jerusalén, luego fue a España en peregrinación

Innumerables peregrinos que hacen camino desde el siglo IX a la basílica de Santiago de Compostela

Conmemoracion: 25 de Julio

SANTIAGOEste 25 de Julio nos unimos a los innumerables peregrinos que hacen camino desde el siglo IX a la basílica de Santiago de Compostela donde descansan los restos del primer discípulo que dio la vida por el Señor, que expuso todo lo que era y tenía a causa de Nuestro Señor Jesucristo: El Apóstol Santiago.

Santiago el Mayor, hermano de San Juan, acompañó al Señor durante tres años, presenció sus milagros y fue testigo de la Transfiguración en el Tabor, luego a invitación de Jesús compartió junto con Pedro más de cerca su oración en el Monte de los Olivos. Predicó el Evangelio en Jerusalén, luego fue a España en peregrinación, donde echó los primeros fundamentos de la fe y donde por tradición María Santísima se le apareció en carne mortal, para alentarlo en su empresa, aparición conocida como la Virgen del Pilar.

Santiago está asociado a muchos símbolos: desde la cruz de Santiago hasta los modernos pins. Los que, sin duda, surgieron de la base, son el bordón, la vieira y la calabaza. El bordón como símbolo de la dureza de la vida que tanto ayer y hoy se experimenta aunque de forma distinta. La vida sigue siendo un camino, un valle de lágrimas, aunque también de gozo y «romería. La vieira es un símbolo del misterio del mar. Hoy sabemos lo que hay detrás del mar, pero hay un mar desconocido que llevamos dentro de cada uno de nosotros. Podemos encontrar a ese Dios más íntimo en nuestra mayor intimidad, escondido como entre las valvas de la vieira. Y, finalmente, la calabaza, con agua que refresca, un símbolo de hermandad, de solidaridad, entre los que compartimos los caminos de la vida.

Hoy unidos a miles de peregrinos y junto a María Santísima, oremos ante la tumba de Santiago: “Enséñanos, Apóstol y amigo del Señor, el CAMINO que conduce hacia Él. Ábrenos, predicador de las Espadas, a la VERDAD que aprendiste de los labios del Maestro. Danos, testigo del Evangelio, la fuerza de amar siempre la VIDA….”

Jesús te ama