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Santa Genoveva Torres, el «ángel de la soledad»

Con una discapacidad desde sus 13 años, es conocida sobre todo por fundar una orden para atender a mujeres solas

Santa Genoveva Torres Morales nació en Almenara (Castellón, España) el 3 de enero de 1870 y falleció el 5 de enero de 1956.

Fue religiosa y fundó el Instituto de las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Ángeles, que tiene como misión ayudar a las mujeres.

A los 8 años quedó huérfana de padre y perdió a cuatro hermanos. Trabajó como empleada del hogar pero a los 13 años le apareció un tumor y se le amputó la pierna. Desde entonces necesitaría muletas para desplazarse.

En 1885 se le llena el cuerpo de llagas y es trasladada a la Casa de la Misericordia de Valencia, que llevan las Carmelitas de la Caridad.

 

Allí descubre su vocación religiosa y nueve años después pide el ingreso en la Orden Carmelita pero se le deniega a causa de la discapacidad.

Genoveva entiende que el camino que Dios le pide es nuevo en la Iglesia. Funda en 1911 la Sociedad Angélica para mujeres solas, aportando cada una lo que pueda. La iniciativa se expande por España y, pese a su cojera, la madre Genoveva no para de viajar.

En 1953, su obra es reconocida por Roma con carácter universal como Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Santos Ángeles.

La madre Genoveva es conocida como «el Ángel de la Soledad».

Fue canonizada por Juan Pablo II el 4 de mayo de 2003 en la plaza de Colón en Madrid.

Santa patrona

Santa Genoveva Morales es patrona de las personas en condición de discapacidad.

Oración

Oh Dios, que regalaste a la religiosa santa Genoveva Torres Morales gracias innumerables escogiéndola como instrumento fiel para combatir la soledad en que viven muchos seres humanos: haz que yo sepa convertir todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte, de servir con alegría y sencillez a la Iglesia y a los demás, iluminando los caminos del mundo con la luz de la fe y del amor. Dígnate concederme por su intercesión el favor que te pido… Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

 

 

El Papa invita a no dejar a Dios «fuera de ningún aspecto de la vida, por fea que sea»

En el Ángelus de este 2 de enero, el Papa ha invitado a no dejar ningún aspecto de la vida al margen de Dios.

 

 

En rezo del Ángelus de este domingo 2 de enero, el Papa Francisco ha comentado el Evangelio de San Juan que narra «la paradoja» de «la encarnación del Verbo» y ha invitado a los fieles de la Iglesia a permitir a Dios «encarnarse y vivir» en todos los aspectos de su vida.

El Papa comenzó sus palabras desde el balcón de San Pedro sorprendiéndose ante las aparentes «oposiciones» presentes en el Evangelio.

«`Verbo´ indica que Jesús es el Verbo eterno del Padre, que siempre ha existido. `Carne´ indica nuestra realidad, frágil, limitada y mortal», observó. También destacó la oposición entre «luz y oscuridad, santidad y culpa y gracia y pecado» para encontrar en Jesús «el lugar de encuentro entre Dios y los hombres». Con estas «polaridades», Francisco destacó que el Evangelio desea anunciar «la manera de actuar de Dios». «Ante nuestra fragilidad, el Señor no se detiene, no permite en su eternidad y luz infinita, sino que se hace carne, desciende a las tinieblas y habita tierras que le son ajenas», añade.

No se cansa, espera, viene a buscarnos

El motivo, comenta, es que al contrario que los hombres, Dios «no se resigna a que podamos perdernos alejándonos de Él. Si nos consideramos indignos, el viene. Si lo rechazamos, nunca se cansa de buscarnos, si no estamos listos también viene y su le cerramos la puerta en la cara, espera», destaca. «Jesús es el Buen Pastor que viene a buscarnos en nuestros problemas y miseria», añadió. Es por ello que Francisco ha invitado a la Iglesia a dejarse encontrar por Él, sin miedo «de no ser dignos por otras razones». «Si tu corazón parece contaminado por el mal o desordenado, no tengas miedo: Él viene», animó antes de poner el ejemplo mismo de la natividad de Dios en Belén.

«Nació allí, en esa pobreza, para decirte que no tiene miedo de visitar tu corazón, de vivir una vida miserable. Este Dios quiere vivir con nosotros, en nosotros, que no te quedes lejos», afirmó.

 

 

«Hay aspectos donde no queremos poner a Dios»

Ante esta propuesta el Papa invitó a que los fieles le hagamos espacio sin negarle nada. «Quizá hay aspectos de la vida que nos guardamos para nosotros o rincones interior donde tenemos miedo de que entre el Evangelio, donde no queremos poner a Dios en medio».

Por ello, Francisco invitó a la corrección y a la sinceridad con Dios. «Cada uno tiene su propio pecado, llamémoslo por su nombre, Él no tiene miedo de nuestros pecados, ha venido a sanarnos», alentó.

También ha propuesto que busquemos momentos para recibir al Señor en estos días de Navidad, frente al pesebre, «porque muestra a Jesús viniendo a habitar toda nuestra vida concreta, ordinaria, donde no todo está bien, hay muchos problemas y Jesús viene».

«En medio de nuestros problemas está Dios, es Dios quien quiere vivir con nosotros y espera que le presentemos nuestras situaciones, lo que estamos viviendo», afirmó antes de concluir, animando a «invitar a Dios oficialmente a nuestra vida, sobre todo a las `zonas oscuras´».

 

 

10 razones por las que el Santo Nombre de Jesús es tan poderoso

Este mes celebramos el nombre de nuestro Salvador. Profundiza en esta devoción con estos 10 puntos

 

 

Enero es el mes dedicado al Santo Nombre de Jesús, con una fiesta dedicada al Santo Nombre (3 de enero de 2022). He notado antes lo poderoso que es usar su nombre. Aquí hay algunas razones de por qué.

1: Fue nombrado por el Señor …

“Serás llamado por un nombre nuevo que dará la boca del Señor”, dice Isaías 62: 2. Y, entonces, el ángel Gabriel, el mensajero del Señor, trajo ese nombre a su familia: Jesús.

 

2: … y fue nombrado por José

Jesús, en otro sentido, fue nombrado por un ser humano. Gabriel le dijo a José María «dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».

3: ¿También se le llamó Emmanuel?

Ha desconcertado a la gente durante siglos aquello que Mateo escribe: «Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: ‘He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y su nombre se llamará Emmanuel».

Entonces, ¿por qué se llama Jesús? Santo Tomás de Aquino explica que dado que «Jesús» significa «salvación», Emmanuel «designa la causa de la salvación, que es la unión de las naturalezas divina y humana en la Persona del Hijo de Dios». Santo Tomás de Aquino agrega que Isaías 9: 6 dice: “Su nombre será llamado Admirable, Consejero Dios el Poderoso, Padre del mundo venidero, Príncipe de Paz”, las consecuencias de su papel de salvador.

4: Su nombre es nuevo.

Recuerde que Isaías 62: 2 dice: «Serás llamado por un nombre nuevo». Pero el nombre de Jesús no es nuevo, es «Josué», que se usa a menudo antes y después de Jesús. Aquino explica: Todos esos Joshuas “fueron salvadores en un sentido particular y temporal. Pero en el sentido de la salvación espiritual y universal, este nombre es propio de Cristo y, por lo tanto, se le llama un ‘nuevo’ nombre «.

Así como Eva significa «madre de todos los vivientes», Abraham significa «padre de muchas naciones» y Pedro significa «roca», «Jesús» resume quién es el Señor: Salvador.

 

5: Santificado sea también su nombre.

El pueblo judío tiene un gran respeto por el carácter sagrado de los nombres, especialmente el de Dios. Ni siquiera se permitió pronunciar el nombre divino. Jesús nos transmitió esta tradición, enseñándonos a orar al Padre: «Santificado sea tu nombre». Dado que Jesús es la Segunda Persona de la Trinidad, su nombre también es santo. Dice San Pablo, “ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla, en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”.

6: Su nombre está en el crucifijo.

San Juan Pablo II señaló cómo el nombre de Jesús «resultó ser un signo de contradicción». Su nombre Jesús “fue escrito en la cruz para justificar su sentencia de muerte: ‘Jesús, Rey de los judíos’”. Mientras salvaba al mundo, su nombre lo proclamaba salvador.

7: San Pedro conocía el poder del nombre.

¿Qué tan poderoso es el nombre de Jesús? En su primer sermón, Pedro recordó la profecía de Joel: «Todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvado» (Hechos 2:21) y dijo que se refería a «Jesús de Nazaret».
Pedro le dijo al hombre cojo en la puerta del templo llamado Bella: “No tengo plata ni oro, pero te doy lo que tengo; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, anda ”(Hechos 3: 6).

8: El sufrimiento por el nombre es especial.

Cuando los apóstoles fueron encarcelados por primera vez en la historia de la Iglesia, se alegraron más tarde y «se regocijaron de haber sido considerados dignos de sufrir deshonra por el nombre».

9: Estandarte de San Bernardo.

A lo largo de la historia de la Iglesia, los santos han tenido una gran devoción por el nombre de Jesús. En el siglo XV, San Bernardo de Siena llevaría consigo un gran estandarte con el nombre «Jesús» en las misiones, y su tratado sobre el Santo Nombre inspiró a la Iglesia a profundizar en la espiritualidad del nombre.

 

 

10: Los árboles de San Isaac Jogue.

San Isaac Jogues, quien sirvió a los indios algonquinos en el norte de Nueva York en el siglo XVII, tenía una gran devoción por el nombre de Jesús. “Cuán a menudo en los majestuosos árboles de Ossernenon tallé el nombre más sagrado de Jesús para que al verlo los demonios se echaran a volar, y al escucharlo temblar de miedo”, dijo.

En las eucaristías solemnes de estos días, la historia del nacimiento de Jesús nos va pasando por delante como las escenas de un Belén: La Nochebuena contemplábamos la Anunciación a los pastores, el mensaje de los ángeles y el establo con el nacimiento del niño. El próximo jueves, fiesta de la Epifanía, leeremos el evangelio de la peregrinación y de la adoración de los Reyes. Uno se da cuenta de la pedagogía catequética que tienen precisamente los pesebres, que se convierten en expresiones materiales de los evangelios, escenificaciones del relato literario del nacimiento de Jesús.

 

El Evangelio de hoy nos llevaría a otra escena típica de los belenes: los pastores adorando al niño, los pastores yendo y viniendo de la cueva. Unos pastores que vienen de una experiencia fuerte como ha sido la de haber escuchado la proclamación de la Gloria de Dios en el cielo y la Paz en la tierra. Los pastores escucharon esto en medio de su hábitat corriente, es decir un campo al raso, en una noche de invierno, mientras hacían su trabajo, que ya se entiende por estas condiciones, que era un trabajo humilde, un momento y una ocupación poco inclinada a emociones fuertes oa eventos extravagantes. Después de esto y de decirse ellos mismos: Vamos a ver lo que ha pasado, los pastores llegan al Belén, ven, se cuentan, escuchan y se vuelven alabando a Dios, después de comprobar que todo no ha sido una alucinación. Si sólo tomáramos este evangelio, nos quedaríamos bastante vacíos: ¿qué cuentan los pastores y al que, quiénes son estos otros, este todo el mundo, que tanto se maravilla de eso que les cuentan? Hay algo de misterio en todas estas alusiones, como si de algún modo nos invitaran a preguntar a buscar qué es todo esto tan importante que está en el ambiente, on the air. Una lectura continuada del evangelio y de todas las escenas del pesebre nos ayuda a comprender, ya que nos hace tener muy presente que el mensaje a los pastores, y que leímos en Nochebuena:

“No tenga miedo. Os anuncio una buena nueva que traerá a todo el pueblo una gran alegría: 11 hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un salvador, que es el Mesías, el Señor. 12 Esto le servirá de señal: encontrará a un niño fajado con pañales y puesto en un pesebre. Y después de saber esto, todavía encontramos el canto de los ejércitos del cielo que dice: «Gloria a Dios en lo alto del cielo, y en la tierra paz a los hombres que él ama.(Lc 2,10-12)»

 

La brevedad no resta importancia al contenido: Este niño es el Mesías, el Señor, y esto provoca euforia, hasta unos pastores medio dormidos. A partir de esta proclamación, la teología no ha hecho mucho más que intentar comprender qué quería decir que Jesús de Nazaret fuera el Mesías. Sólo el don de la fe nos hace capaces de ver a Dios presente en un hombre. La historia, las cosas que van pasando podrían tener interpretaciones mucho más realistas o pragmáticas, pero la fe nos permite decir que este niño en pañales es realmente el ser nuevo, el punto radical de conversión y cambio en la historia de la humanidad, aquél al que estos días cantamos como príncipe, como primero, desde Oriente, el lugar donde sale el sol, hasta poniente, en el límite de la tierra. Por el reconocimiento de su divinidad, contenida en su mesianidad y tan maravillosamente cantada al principio del evangelio segundo San Juan que leíamos el día de Navidad y repetíamos ayer, podremos reconocer a Dios presente en tantas y tantas personas. La fe nos ayudará a captar el amor entre los hombres y las mujeres como algo que viene de Dios, a comprender los progresos humanos como inspirados por Dios, a girarnos hacia él en los momentos difíciles de encontrar esa fuerza. especial que viene de su Espíritu Santo y que tanto necesitamos.

Los momentos que marcan fuertemente el devenir del tiempo, como es hoy, día del año nuevo civil, me parecen momentos indicados casi por naturaleza a recordarnos aquellas cosas que no pasan, aquellas que han marcado la historia y que permanecen : entre todas la Encarnación del Señor. También es un momento para reconocer la acción de Dios en el mundo, estos días tan inclinados a hacer resúmenes y estadísticas de tanto tipo.

Me gustó que un programa de la BBC del día de Navidad se titulara las noticias felices del 2021. Y se subtitulase las historias más edificantes y estimulantes del año: Y hablara como primera noticia feliz de la vacuna, pero no la del Covid…, sino la de la malaria. Me gustó porque de alguna manera no ponía el centro en nosotros, los “occidentales” y nuestro gran problema, sino en un problema que afecta a muchos países pobres, especialmente a África. Un año nuevo civil es un momento en el que tenemos la sensación de que el libro está en blanco y querríamos poner muchas noticias de éstas y muy pocas de las demás. Me parece que no debemos perder la esperanza y que es muy sana la ilusión del progreso personal y comunitario que nos proponemos todos al empezar un año. Pero hay que contagiarlo a Dios.

 

 

La Navidad que hoy celebramos también avanza la Pascua: la divinidad entra en la humanidad, para que un día la humanidad pueda entrar en la divinidad, como su destino y su desempeño final. No nos desesperemos pues si nos cuesta ver avanzar a este Reino. Lo único que podemos hacer es seguir luchando por hacerlo real.

Jesucristo nos explica de Dios su generosidad y gratuidad como también dice el evangelio de hoy. : ya nosotros nos ha hecho el don de poder acogerla. Pero fíjese: poder acogerla. Ninguna obligación, ninguna exigencia. Dios admite de nuevo los límites humanos y nos deja la libertad de seguirle. ¿Podría ser de otro modo si hablamos de un Dios manifestado en un niño, en humildad y debilidad? Gracia y libertad son también los dones de Navidad. Gracia porque todo es gratis: Porque sí: porque podemos decirnos cómo decía San Agustín hablando de la Encarnación en el final de uno de sus sermones de Navidad: Pregunta qué mérito, pregunta qué causa, pregunta qué justicia, y verás que sólo encuentras gracia: gratuito. Quaere meritum, quaere causam, quaere iustitiam; te vide utrum invenias nisi gratiam.

 

 

Y por si aún no lo hubiéramos entendido del todo, finalmente Jesucristo nos ha contado un Dios que ha ido hasta el extremo del amor, que no sólo ha querido hacerse hombre sino que ha querido todavía bajarse más, hasta la misma materia de cada día y quedarse con nosotros en el pan y el vino de la eucaristía, en su cuerpo y su sangre: gratuitos, ofrecidos a todos, signo de un Reino que empezó ciertamente en un Pesebre de Belén, en la primera Navidad, y que continuaremos celebrando hasta su regreso glorioso.

Es él quien nos lo contó. Ipso arrebatado. Creo que Dios en Jesucristo y su Evangelio nos lo ha dejado bastante claro.

 

 

Cómo iniciar el año siendo más positivo

El tiempo es uno de los patrimonios más preciados que tenemos, por lo que saberlo aprovechar nos ayuda mucho a tener una mejor calidad de vida

 

 

Una agenda bien llevada nos ayuda a organizar el tiempo de una manera correcta, con una estructura que nos permita asignar nuestras actividades diarias de tal forma que las tengamos muy presentes y las podamos cumplir con facilidad.

Así que el inicio del año es también el comienzo de una nueva agenda.

Y qué mejor que incluir el ser más positivos como una tarea indispensable.

El psicólogo Martin Seligman, dentro de sus aportaciones a la psicología, escribió un libro muy interesante sobre la auténtica felicidad. Ahí nos explica la importancia que tiene el tener una actitud y un pensamiento más positivos:

«Los sentimientos positivos activan un talante expansivo, tolerante y creativo que maximizan los beneficios sociales, intelectuales y físicos».

 

 

Es primordial invertir nuestro esfuerzo y recursos para aumentar los sentimientos y emociones positivas con tal de vivir mejor.

Tenemos que estar convencidos de que es primordial invertir nuestro esfuerzo y recursos para aumentar los sentimientos y emociones positivas con tal de vivir mejor.

Seligman acabó por desarrollar todo un sistema psicoterapéutico enfocado en promover que las personas tengan un modo de vida mucho más positivo que el que usualmente se propone en nuestro estilo de vida actual, que desgraciadamente tiende a ser quejumbroso, mal humorado, frustrado, lleno de reclamos y malos tratos.

La buena noticia es que sí puedes hacer cambios de enfoque y lograr que tu vida diaria esté más centrada en ver el vaso más lleno que vacío. Enfocarnos a comprender que sí tenemos la opción de levantarnos con el pie derecho en vez de con el izquierdo, a tratar mejor a los que te rodean en vez de ser rudo y displicente. Que podemos hacer el bien y no dañar ni lastimar a nadie.

 

Podemos enfocarnos en ver el vaso medio lleno de lo que nos ocurre.

Estar más centrados en disfrutar lo que tienes, en vez de quejarse por lo que no tenemos. Ser positivo es buscar las emociones, los sentimientos, las situaciones y las personas que nos proporcionan más satisfacciones y agrado. Dejar de insistir en repetir una agenda que es desagradable y mantener relaciones tóxicas sin hacer algo para apartarse a tiempo de su efecto negativo.

No es cuestión de tener más dinero ni mejores posiciones sociales o mayor confort; sino practicar una cultura del estar bien consigo mismo y con los demás.

Para comprender mejor de qué trata el ser más positivo, recurrimos a las investigaciones que ha publicado en su libro Seligman, y dentro de las más importantes recuerda que las personas positivas se identifican con ayudar a los demás, pues los egoístas prefieren no donar algo de lo que tienen a los que más lo necesitan.

 

 

Es más agradable dar que estar esperando recibir, porque te hace sentir más sensible al sufrimiento y a las carencias de los demás. Sin duda, estas acciones te hacen sentir mejor y más positivo, que pasar por alto las necesidades de los seres más cercanos a ti.

Las personas con emociones positivas se sienten tan alegres que suelen soportar más el dolor y las preocupaciones, sobre todo en relación a la salud y a la seguridad. Pues además, sienten que sus emociones y actitudes positivas logran anular a las negativas.

Las habilidades sociales son mucho más evidentes y atractivas en los que tienen más sentimientos positivos y empatía que los huraños, los penosos y los que prefieren mantener su distancia por una preferencia justificada en que les molesta la gente o prefieren estar solos.

Estabilidad emocional

Sin caer en el exceso ni en el apego, los más sociables y que valoran la amistad, resultan tener más estabilidad emocional.

 

 

Dinero y atractivo físico

Un punto muy importante es que la relación con el dinero no tiene un papel importante en la satisfacción emocional positiva. Así que acumular bienes materiales no es una garantía.

Lo mismo se puede decir del atractivo físico y la apariencia personal. Pueden proporcionar ciertas ventajas, como sucede con el dinero, pero finalmente no inciden de forma importante en la sensación de ser positivo y conquistar más el estado de felicidad.

Aunque parezca extraño, pero las investigaciones reportadas, tampoco le dan mucho peso a la salud física.

Entonces el enfoque materialista y superficial de la vida no conducen a una mayor satisfacción ni a una visión más positiva.

Por esta razón buscar la felicidad en esas variables no conduce ni asegura la meta. La respuesta correcta está en la cultura, en el ejercicio de la libertad, en saberse relacionar adecuadamente con los demás, a adaptarse con flexibilidad a las diversas circunstancias de la vida, a ser responsables de los cuidados personales y a vivir de manera más equilibrada, armoniosa y ecuánime. En cierta forma, una vida más sencilla, espiritual y llena de caridad. No hay nada nuevo bajo el sol. Pero prueba poner más lo positivo en tu agenda, desde hoy.