León XIV: “La santidad no depende de los fenómenos místicos”

 

En su discurso a los participantes en el congreso sobre los fenómenos místicos y la santidad, organizado por el Dicasterio para las Causas de los Santos, el Papa León XIV recordó que la verdadera santidad radica en la unión con Dios y en la práctica constante de las virtudes, más allá de los fenómenos extraordinarios o visiones místicas

 

Vatican News

 

Al recibir a los participantes en el congreso organizado por el Dicasterio para las Causas de los Santos titulado “La Mística. Los fenómenos místicos y la santidad”, que ha llegado a su fin, el Papa León XIV agradeció sus reflexiones sobre un tema que está “entre los más bellos de la experiencia de fe”.

 

“Y les agradezco porque con este análisis han contribuido a valorizarla y también a arrojar luz sobre algunos aspectos que requieren discernimiento”

 

La unión con Dios, centro de la experiencia mística

El Pontífice destacó que la auténtica vida mística consiste en una íntima unión de amor con Dios, cuyos frutos son visibles en las obras, conforme al Evangelio: “Cada árbol se reconoce por su fruto”.

La mística – explicó el Papa – no depende del esfuerzo humano, sino del don divino. Puede manifestarse de modos opuestos, desde la luz y el gozo hasta la oscuridad y la prueba, pero tales fenómenos no son esenciales, dijo citando a san Agustín:

 

“La verdadera meta es siempre la comunión con Dios, interior e infinitamente superior”

 

Fenómenos extraordinarios: signos, no condiciones de santidad

Ante la tendencia a identificar la santidad con los signos extraordinarios el Papa dijo que estos pueden fortalecer las virtudes, pero no constituyen condición indispensable para reconocer la santidad de un fiel. “Lo que más cuenta – afirmó – es la conformidad plena y constante con la voluntad de Dios revelada en las Escrituras y en la Tradición apostólica viva”.

Por esta razón el Santo Padre dijo que es importante tener equilibrio: ni promover una causa de canonización sólo por la presencia de fenómenos excepcionales, ni descartarla si estos se presentan en la vida del Siervo de Dios.

Discernimiento y prudencia ante lo sobrenatural

León XIV subrayó la necesidad de un discernimiento humilde y prudente ante los fenómenos espirituales. La tradición de la Iglesia – recordó – ofrece criterios para distinguir las experiencias auténticas de las ilusorias.

De ahí que haya citado a santa Teresa de Ávila, quien enseñaba que “la perfección no está en los arrobos ni en las visiones, sino en la perfecta conformidad de nuestra voluntad con la de Dios”. Y también evocado a san Juan de la Cruz, para quien el amor verdadero transforma al creyente hasta hacerlo “una sola voluntad con Dios”.

El testimonio de santidad como signo de comunión

El Papa concluyó su discurso afirmando que el discernimiento sobre un candidato a los altares debe centrarse en su fama de santidad y en la práctica heroica de las virtudes, expresión de comunión con la Iglesia y de unión con Dios.


Al final de este encuentro León XIV animó a los participantes en este congreso a continuar su servicio con sabiduría y esperanza, recordando que todos los bautizados comparten la vocación a la santidad.

Y tras rezar el Padrenuestro les impartió su bendición apostólica diciéndoles nuevamente: “Gracias y buen trabajo”.