El Papa reza por las víctimas de las inundaciones en México
El Pontífice expresó su solidaridad con las poblaciones de Centroamérica afectadas por las intensas lluvias que han provocado una catástrofe humanitaria: 80 muertos, decenas de desaparecidos, miles de viviendas e infraestructuras destruidas. A continuación, animó a rezar sin descanso por la paz en el mundo. Por último, saludó a las Hermanas Reparadoras del Sagrado Corazón de Jesús, que estos días celebran el 150 aniversario de su fundación.
Vatican News
Estoy cerca con afecto a las poblaciones de México oriental afectadas en días pasados por las inundaciones. Rezo por las familias y por todos los que sufren a causa de esta calamidad y encomiendo al Señor, por intercesión de la Santísima Virgen, las almas de los difuntos.
Al finalizar la oración del Ángelus, asomado desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano, el Papa León XIV expresó su afecto y solidaridad con todo México, azotado hace unas dos semanas por violentas lluvias que han causado inundaciones y provocado un enorme desastre humanitario: 80 personas fallecidas, decenas de desaparecidos y enormes daños a viviendas e infraestructuras.

Lluvias excepcionalmente abundantes azotaron durante una semana todo el país. Veracruz, Querétaro, San Luis Potosí e Hidalgo fueron los estados más afectados. Pueblos enteros quedaron sumergidos bajo el lodo y los escombros y miles de mexicanos se quedaron sin agua ni electricidad.
Las lluvias que golpearon la zona centro oriental del país hace dos semanas han dejado hasta el momento 80 personas fallecidas y 18 desaparecidas.
Contribuir a la paz con la oración
El Pontífice, como ya ha hecho en tantas ocasiones públicas, ha invitado también a seguir rezando, sin cesar, por la paz en el mundo:
Continúa incesante nuestra oración por la paz, especialmente mediante el rezo comunitario del Santo Rosario. Contemplando los misterios de Cristo junto con la Virgen María, hacemos nuestro el sufrimiento y la esperanza de los niños, las madres, los padres y los ancianos víctimas de la guerra. Y de esta intercesión del corazón nacen tantos gestos de caridad evangélica, de cercanía concreta, de solidaridad.
Y dirigiéndose «a todos aquellos que, cada día, con perseverancia confiada, llevan adelante» el compromiso de la oración para pedir el fin de las guerras, el Papa León citó la exclamación utilizada por Jesús en el Sermón de la Montaña: “¡Bienaventurados los que trabajan por la paz!”.

Un aniversario importante
Por último, el Pontífice saludó con especial afecto a las Hermanas Reparadoras del Sagrado Corazón de Jesús, que estos días celebran el 150 aniversario de su fundación. La congregación fue fundada en Nápoles, con el aliento y la aprobación del entonces arzobispo, cardenal Sisto Riario Sforza, por Isabella de Rosis, originaria de Cosenza, el 24 de octubre de 1875. En el nombre de la congregación reside todo el sentido de su misión: reparar, con la ofrenda de la vida, la oración, la acción y el sacrificio, las ofensas y las heridas infligidas al Sagrado Corazón de Jesús.
