Una voz de Pax

Reflexión del Evangelio Dominical

Marcos 12,28b-34

 

Casi siempre que un doctor de la ley le hacía una pregunta a Jesús era para tenderle una trampa, para atraparlo en el error. Recordemos la ocasión en la que se le pide explicaciones sobre sus acciones y con que autoridad las hace o cuando se le pregunta acerca del impuesto al Cesar o sobre el divorcio.

Esta vez, un escriba, alguien que se supone, conoce en demasía la Escritura, se pone en la posición de quien no la conoce y le pregunta al Señor: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?».

Podría parecer, como decíamos, que quiere ponerle a prueba o tal vez descubrir en su respuesta, algo hasta ahora desconocido por él. Sin embargo, en la respuesta de Jesús y la complacencia de su interlocutor se puede observar una comunión de pareceres.

La buena intención  de alguien que no teme en allanarse, siendo una persona instruida, alcanza por el acto de humildad, aquello que tal vez en un primer momento no buscaba: el encuentro con el Señor. Por ello Jesús le dice: «No estás lejos del reino de Dios.»

 

No debemos pasar por alto, que si bien Jesús señala, el amor a Dios y al prójimo, como rezumen del mandamiento mayor, es el escriba quien agrega, que estos mandatos valen más que los holocaustos y los sacrificios. La comunión del escriba con Jesús radica en la certeza de que es el amor el que prima en la ley de Dios, identificándose a demás, con el mensaje evangélico. Esto me hace recordar aquel pasaje en el que Jesús niega oponerse a la ley, por el contrario, afirma haber venido para darle pleno cumplimiento.

Realmente el doctor de la ley se hallaba en koinonía con el Señor. Este momento, pocas veces encontrado en los evangelios es rubricado elocuentemente cuando el texto señala: «Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas».

por Mario Aquino Colmenares