John 15:1-8

Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús nos dice que él es la vid, y nosotros las ramas que debemos permanecer en él. Si nosotros no participamos en Jesús, perdemos el poder espiritual que él vino revelar.

El Evangelio de Juan nos da un consejo, Jesús no quiere adoradores sino seguidores, o mejor aún, partícipes: “Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer”.

Las bellas imágenes que presenta Juan tienen la intención, a mi parecer, de comunicar el poder de la Encarnación que cambia la vida: el Logos se hizo carne, nuestra carne, para permitir que la energía divina nazca en nosotros.

Gran parte de esto se resume en aquel adagio patrístico, repetido a menudo, de que Dios se hizo humano para que los humanos se conviertan en Dios. Muchos de nuestros grandes teólogos y maestros espirituales hablan inconscientemente de la “divinización” —es decir, compartir la simbiosis de la Encarnación— como objetivo adecuado de la vida humana.

Cristóbal Magallanes, Santo

Sacerdote y Mártir, 21 de mayo

Por: . | Fuente: Conferencia Eepiscopal Mexicana (CEM.org.mx)

Presbítero y Mártir

Martirologio Romano: En la ciudad de Catatlán, en el territorio de Guadalajara en México, santos Cristóbal Magallanes Jara y Agustin Caloca Cortés, presbíteros y mártires, que durante la persecución mexicana, confiando valerosamente en Cristo Rey, obtuvieron la corona del martirio. ( 1927)

Fecha de canonización: 21 de mayo de 2000 por el Papa Juan Pablo II.

Breve Biografía

Nació en Totatiche, Jalisco, el 30 de julio de 1869. De muy humilde origen, ingresó en su juventud al seminario conciliar de Guadalajara, donde se acreditó como un excelente candidato al ministerio eclesiástico. Ordenado presbítero el 17 de septiembre de 1899, prestó sus servicios en la Escuela de Artes y Oficios del Espíritu Santo, en Guadalajara; fue luego ministro y párroco de su pueblo natal, se distinguió por su vida limpia y una intensa labor social. Para atender las vocaciones sacerdotales de esa región, estableció en su parroquia, a partir de 1916, un seminario auxiliar.

El 21 de mayo de 1927, mientras desempeñaba sus labores apostólicas dentro de su circunscripción eclesiástica, un grupo de militares, encabezados por el general de brigada Francisco Goñi, capturó al párroco; ese mismo día el encargado del seminario de Totatiche, presbítero Agustín Caloca, también fue aprehendido. Acusado de sedición, el párroco desmintió los cargos presentando un artículo de su puño y letra, publicado un poco antes, donde exhortaba a sus feligreses a mantener la calma: “La religión ni se propagó ni se ha de conservar pro medio de las armas. Ni Jesucristo, ni los apóstoles, ni la Iglesia han empleado la violencia con este fin. Las armas de la Iglesia son el convencimiento y la persuasión por medio de la palabra”

Dos días después fueron trasladados a Momax, Zacatecas, y la mañana siguiente, sin ningún juicio, fueron fusilados en el patio de la presidencia municipal. Antes de ser ejecutado, el señor cura Magallanes distribuyó sus pertenencias entre los soldados del pelotón, dirigidos por el teniente Enrique Medina. Después ambos sacerdotes se dieron la absolución sacramental. El señor cura pidió permiso para decir lo siguiente: “Soy y muerto inocente, perdono de corazón a los autores de mi muerte y pido a Dios que mi sangre sirva para la paz de los mexicanos desunidos”. Sus restos, exhumados de Colotlán, yacen en la parroquia de Totatiche, Jalisco.

Fueron muchos los fieles que sufrieron el martirio por defender su fe, de entre ellos presentamos ahora un total de veinticinco que fueron proclamados santos de la Iglesia por Juan Pablo II.

Los 25 santos canonizados el 21 de mayo del 2000 fueron:

Cristobal Magallanes Jara, Sacerdote
Roman Adame Rosales, Sacerdote
Rodrigo Aguilar Aleman, Sacerdote
Julio Alvarez Mendoza, Sacerdote
Luis Batis Sainz, Sacerdote
Agustin Caloca Cortés, Sacerdote
Mateo Correa Magallanes, Sacerdote
Atilano Cruz Alvarado, Sacerdote
Miguel De La Mora De La Mora, Sacerdote
Pedro Esqueda Ramirez, Sacerdote
Margarito Flores Garcia, Sacerdote
Jose Isabel Flores Varela, Sacerdote
David Galvan Bermudez, Sacerdote
Salvador Lara Puente, Laico
Pedro de Jesús Maldonado Lucero, Sacerdote
Jesus Mendez Montoya, Sacerdote
Manuel Morales, Laico
Justino Orona Madrigal, Sacerdote
Sabas Reyes Salazar, Sacerdote
Jose Maria Robles Hurtado, Sacerdote
David Roldan Lara, Laico
Toribio Romo Gonzalez, Sacerdote
Jenaro Sanchez Delgadillo
David Uribe Velasco, Sacerdote
Tranquilino Ubiarco Robles, Sacerdote

Para dar fruto

Santo Evangelio según san Juan 15, 1-8. Miércoles V de Pascua

Por: Iván Yoed González, LC | Fuente: somosrc.mx

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

María, llévame a Jesús. Que pueda contemplar su corazón como lo hiciste tú. Que pueda imitarlo, así como lo hiciste tú. Que aprenda a estar con Él hasta tocar el leño de la cruz.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 15, 1-8

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto. Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y Yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y Yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde. Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos».

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

En verdad es difícil, muchas veces, permanecer con la mirada puesta en el Señor. A veces suceden cosas que no nos esperamos, especialmente cuando nos sentíamos tan cerca del Señor. Y entonces me pregunto, ¿acaso no te había sido fiel, Señor, desde hace tanto tiempo?, ¿no te había dado mi «sí» en las cruces que me he encontrado en mi camino?, ¿no me viste luchando por permanecer sirviéndote? ¿Qué ha sucedido que, incluso estando tan unido, tan unida a ti, Señor, parece que me ha sobrevenido un mal que yo no merecía?

Sí, en verdad me es difícil tantas veces entender tus pasos. Otros que viven lejos de ti, parecen triunfar más que muchos que se esfuerzan por servirte. Huelo algo de paradoja en tu doctrina. Pero… también intento recordar aquellas tus palabras de contradicción que pronunciaste con las bienaventuranzas. Los perseguidos serían felices, los que lloran, consolados, los maltratados, justificados.

A veces entiendo tus planes con una claridad maravillosa, otras veces los desconozco con una oscuridad que intranquiliza hasta la carne. Por ello me pregunto si siquiera el estar contigo consista en entenderte. Me pregunto si debería tan solo confiar. Si éste va por tal camino y vive de tal manera, si aquél vive de este modo y alcanza tales metas, si el otro triunfa, el otro fracasa, ¿a mí en qué me toca? Cierto que un interés por mi prójimo siempre debe existir, y que éste brota de la caridad. Pero, por otro lado, escucho las palabras de tu boca que me dicen simplemente: «Tú sígueme».

En pocas palabras, parece que mi vocación cristiana no tiene su núcleo en el éxito o el fracaso, sino en el estar unido siempre a Cristo. Yo a veces entenderé mucho de mi vida, otras veces poco o nada. Tú me has regalado hoy, sin embargo, una luz que podrá consolarme una y otra vez: al árbol que da fruto, Dios lo poda. Pero lo poda para que dé más fruto.

«Jesús nos recuerda: “Sin mí no podéis hacer nada”. Él es quien nos sostiene y nos anima a buscar los modos para que la unidad sea una realidad cada vez más evidente. Sin duda la separación ha sido una fuente inmensa de sufrimientos e incomprensiones; pero también nos ha llevado a caer sinceramente en la cuenta de que sin él no podemos hacer nada, dándonos la posibilidad de entender mejor algunos aspectos de nuestra fe».

(Homilía de SS Francisco, 31 de octubre de 2016)

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Agradeceré a Jesucristo por aquellas cruces que más me han costado en mi vida; le pediré que me encienda de nuevo el corazón, y le entregue una vez más todo mi ser, lleno, llena de confianza en Él.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

San Cristóbal Magallanes, el cura que se ofreció por la paz

Fair use | @sancristobalmagallanestotatiche

Dolors Massot – publicado el 19/05/22 – actualizado el 18/05/23

Conoce la historia de un sacerdote mexicano y otros mártires en la Guerra de los Cristeros

Cristóbal Magallanes nació en el rancho de San Rafael, en Totatiche (Jalisco, México) el 30 de julio de 1869.

Desde pequeño ya era muy devoto de la Virgen del Rosario y del Sagrado Corazón de Jesús.

Ingresó en el seminario de Guadalajara a los 19 años. Una vez ordenado, se le destinó a la parroquia de su pueblo.

Se distinguió por su honradez y su piedad. Se preocupó de mejorar las condiciones de vida de sus paisanos.

Hizo mejoras como la introducción del riego en la agricultura gracias a la construcción de la presa de la Candelaria.

Fundó varios colegios y escuelas de primeras letras, abrió el hospicio de Azqueltán, creó un asilo para ancianos y predicó entre los indígenas huicholes.

Puso capillas en los ranchos de su área. Además, elevó el nivel cultural con la creación de una banda de música.

Hombres de paz acusados de rebeldes

Sin embargo, el 1 de agosto de 1926 se decretó la suspensión del culto público y los católicos quisieron luchar por recuperar el derecho a la libertad religiosa y al culto. Magallanes se negaba a que se emplearan las armas para conseguir justicia.

El sacerdote fue perseguido durante cuatro meses por cerros y barrancos y finalmente el 21 de mayo de 1927 fue detenido por soldados del ejército.

También detuvieron al padre Caloca. Les acusaron de fomentar la rebeldía y declararon:

«No habrán tenido parte alguna en el movimiento cristero, pero basta que sean sacerdotes para hacerlos responsables de la rebelión».

«Solo un momento y estaremos en el cielo»

La mañana del 25 de mayo fueron ejecutados. Antes de morir, Magallanes dijo:

«Soy y muero inocente; perdono de corazón a los autores de mi muerte y pido a Dios que mi sangre sirva para la paz de los mexicanos desunidos».

Y dijo a su compañero:

«Padre, solo un momento y estaremos en el Cielo».

Sus compañeros mártires son 21 sacerdotes (entre ellos san Sabas Reyes) y 3 laicos.

Oración

Oh Dios, que concediste al santo mártir Cristóbal Magallanes

una vida apostólica y una gloriosa muerte

y permitiste que ofreciera el sacrificio de su vida

por la unión de los mexicanos,

concédenos Señor ese espíritu de unión y paz

que él tanto anhelaba

y la gracia que te estamos pidiendo por su intercesión.

Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.