John 10:1-10
Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús se identifica a sí mismo como una puerta para las ovejas y nos dice: “El que entra por mí se salvará”. Entonces, ¿esto significa que solo los cristianos serán salvados? ¿Significa que a menos que seas bautizado no recibes el Espíritu Santo?
Hay dos tendencias que aquí debemos evitar. Por un lado, los exclusivistas que afirman que sólo los católicos bautizados podrán salvarse. Esta no es la enseñanza de la Iglesia. Ahora, en el otro extremo (creo que muy frecuente hoy) la religión que cada uno siga es finalmente una cuestión indiferente, siempre y cuando uno encuentre su camino espiritual.
Esta segunda visión no le da suficiente peso a la singularidad del cristianismo. Con Jesucristo, algo completamente nuevo ha entrado en el mundo, algo que profundamente satisface a Dios y, por lo tanto, de una gran importancia para nosotros.
Este es el poder y el mensaje de la cruz, esta es la dinámica a la cual los bautizados hemos sido atraídos. El sufrimiento redentor es lo que hizo Jesús en la cruz: soportar el sufrimiento para hacer lo correcto. Esto es agradable a los ojos de Dios, precisamente porque es redentor para el mundo, precisamente porque quita algo que Dios odia.
Pancracio, Santo
Mártir, 12 de Mayo
Por: . | Fuente: Corazones.org
Mártir Adolescente
Martirologio Romano: San Pancracio, mártir, que, según la tradición, murió en Roma, en plena adolescencia por su fe en Cristo, siendo sepultado en la vía Aurelia, a dos miliarios de la Urbe. El papa san Símaco levantó una célebre basílica sobre su sepulcro y el papa san Gregorio I Magno convocaba a menudo al pueblo en torno al mismo sepulcro, para que recibieran el testimonio del verdadero amor cristiano. En este día se conmemora la sepultura de este mártir romano (s. IV in.).
Etimológicamente: Pancracio = Aquel que es totalmente fuerte, es de origen griego.
Breve Biografía
Huérfano de 14 años traído a Roma por su tío. Se convirtió a la fe y fue martirizado al día siguiente de su bautismo, rechazando premios y ayudas para el futuro si renegaba de su fe. Luego de dar las gracias a sus verdugos, no dudó en sacrificar su juventud para mantenerse fiel a Cristo.
Nacido en Frigia, provincia romana del Asia Menor. Su padre era un noble pagano llamado Cleonio que falleció cuando el niño tenía siete años. Pancracio fue a vivir con su tío paterno, Dionisio, quien fue un excelente modelo. Se trasladaron a Roma cuando el niño tenía diez años.
Dionisio y Pancracio tienen un criado cristiano que los evangeliza y los pone en contacto con el Papa. Así conocen a fondo el cristianismo y se convierten. Fueron bautizados y recibieron la comunión. Enseguida se despojaron de muchas posesiones en favor de los pobres.
El emperador Diocleciano, decretó una persecución (la última del imperio romano) contra el Cristianismo. Al poco tiempo Pancracio fue denunciado al emperador, quien conocía a su difunto padre. Le dijeron «El hijo de Cleonio de Frigia se ha hecho cristiano y está distribuyendo sus haciendas entre viles personas; además, blasfema horriblemente contra nuestros dioses».
Diocleciano mando llamar a Pancracio y conversó largo tiempo con el, tratando de persuadirlo a que renunciase a Jesucristo. Al no lograrlo le condenó a muerte.
En el lugar del martirio Pancracio se arrodilló, levantó los ojos y las manos al cielo, dando gracias al Señor porque había llegado a ese momento. Le cortaron la cabeza. Por la noche una noble señora, llamada Octavila, hizo recoger su cuerpo, lo embalsamó, lo amortajó con un lienzo precioso e hizo que lo entierren en un sepulcro nuevo, cerca del lugar del martirio.
El Papa Vitaliano envió sus reliquias desde el cementerio de Calepodius en Roma a Inglaterra para evangelizar y para instalar en los altares. San Agustín de Canterbury dedicó la primera Iglesia de Inglaterra a San Pancracio.
Es titular de una Basílica romana. Aquí los que habían sido bautizados el Sábado de Gloria dejaban sus vestidos blancos en el domingo octava de la Resurrección (llamado Dominica in Albis). Era un acto conclusivo de la Pascua. Sobre la tumba de San Pancrasio renovaban el juramento de fidelidad a Jesucristo. Desde entonces ha sido un santo muy amado, protector de inocentes y de las víctimas de la perjurio.
Patrón contra falsos testimonios, contra perjurio, juramentos, tratados, dolores de cabeza y calambres.
ORACIÓN
Glorioso mártir de Jesucristo,
amable protector mío, San Pancracio,
ya que el Señor escucha tan favorablemente tus ruegos,
ayudando espiritual y temporalmente
a los que piden sus gracias por tu intercesión,
atiende la petición que,
con humilde confianza en la bondad de Dios
y apoyado en tu poderoso valimiento,
elevo al cielo en mi presente necesidad.
(Aquí hágase la petición que se desea conseguir del Santo.)
Ya que tu grande amor a Dios
te animó a ofrecer la vida en testimonio de la fe,
obten para mí este mismo amor y esta
fortaleza en la práctica y en la confesión de la fe.
Para alcanzar tu continua protección sobre mí
y sobre mi familia,
te ofrezco ser fiel en el cumplimiento de la ley de Dios
y en los deberes de mi estado,
y procuraré agradarte con la frecuente recepción de los santos Sacramentos.
Sirviendo a Dios y ayudado por ti,
espero gozar de tu compañía en el cielo.
Amén.
Yo soy la puerta de las ovejas
Santo Evangelio según San Juan 10, 1-10. Lunes IV de Pascua. Ciclos B y C.
Por: P. Miguel Ángel Gómez | Fuente: Catholic.net
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria
Dios mío, ayúdame a escucharte en este rato de oración, porque Tú me das vida, y en abundancia. Concédeme amarte más a Ti que a mí mismo, dame la gracia de saber entrar por la puerta que me señalas y que en definitiva seas Tú realmente el Señor de mi vida entera.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 10, 1-10
En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por otro lado, ése es un ladrón y un salteador; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el portero, y las ovejas escuchan su voz; y a sus ovejas las llama una por una y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Pero no seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños». Jesús les dijo esta parábola, pero ellos no comprendieron lo que les hablaba. Entonces Jesús les dijo de nuevo: «En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores; pero las ovejas no les escucharon. Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto.
El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.
Petición
Jesús, que sepa reconocer tu voz. Y reconocerte en mis hermanos.
Meditación del Papa Francisco
Quisiera decir una última cosa, una última cosa. Aquí hay muchos jóvenes. Jóvenes, queridos jóvenes, ustedes tienen una especial sensibilidad ante la injusticia, pero a menudo se sienten defraudados por los casos de corrupción, por las personas que, en lugar de buscar el bien común, persiguen su propio interés. A ustedes y a todos les repito: nunca se desanimen, no pierdan la confianza, no dejen que la esperanza se apague. La realidad puede cambiar, el hombre puede cambiar. Sean los primeros en tratar de hacer el bien, de no habituarse al mal, sino a vencerlo con el bien. La Iglesia los acompaña ofreciéndoles el don precioso de la fe, de Jesucristo, que ha «venido para que tengan vida y la tengan abundante».
Hoy digo a todos ustedes: No están solos, la Iglesia está con ustedes, el Papa está con ustedes. Llevo a cada uno de ustedes en mi corazón y hago mías las intenciones que albergan en lo más íntimo: la gratitud por las alegrías, las peticiones de ayuda en las dificultades, el deseo de consuelo en los momentos de dolor y sufrimiento. Todo lo encomiendo a la intercesión de Nuestra Señora de Aparecida, la Madre de todos los pobres del Brasil, y con gran afecto les imparto mi Bendición. Gracias.
(Cf Homilía de S.S. Francisco, 25 de julio de 2013).
Reflexión
Pronunciar el nombre de Cristo, escucharle y reconocerle en nuestro interior, sólo nace de las almas que verdaderamente han hecho esa experiencia amorosa con Él. Una experiencia que no se reduce a un simple recitar de oraciones, o a un compromiso obligatorio dominical, sino que más bien se eleva a un contacto frecuente e íntimo con el Señor en la oración de todos los días, en el trabajo cotidiano, e incluso, en los sufrimientos que podamos padecer y ofrecer por amor a Él.
Las almas que buscan la verdadera fuente de la felicidad en Cristo, saben que solamente en su interior, donde Dios se hace paz, alegría, serenidad, gozo, se encuentra la verdadera e íntima amistad con Él. Son esas ovejas que entran por la puerta de la renuncia y del sacrificio, que escuchan el llamado personal del Buen Pastor, y que le siguen por los caminos por donde Él las lleva, siempre con la única finalidad y deseo de estar con Él delectándose con su dulce compañía.
Propósito
Renovar mi compromiso de meditar diariamente, para vivir de acuerdo a la Palabra de Dios.
Diálogo con Cristo
La parábola del Buen Pastor me permite recordar que Tú eres quien debe guiar mi vida. Buscas mi bien y por eso me invitas a entrar por la puerta de la fe, para que pueda realmente tener un encuentro personal contigo en la oración y mi vida sacramental. Ayúdame a nunca temer, que me atreva a abrir, entrar y recorrer el camino que me señalas, porque es el camino a la felicidad.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
Santo Domingo de la Calzada: Eremita, cura, constructor

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Salvador Aragonés – publicado el 12/05/20
Una figura fundamental en la historia del Camino de Santiago
Santo Domingo nació en La Rioja en 1019. Era hijo de un labrador, Ximeno García, y al morir sus padres quiso ingresar en los monasterios benedictinos de Valvanera y San Millán de la Cogolla, pero no lo consiguió.
A los 20 años quiso ser un eremita buscándose un lugar en los bosques cercanos donde hoy es la pequeña ciudad.
El cardenal san Gregorio Ostiense llegó a Calahorra, que era la sede episcopal de La Rioja. Allí conoció al eremita Domingo García, y lo ordenó sacerdote.
Entre Domingo y el cardenal Gregorio quisieron acortar y allanar el Camino de Santiago, por donde pasaban peregrinos que venían de toda Europa.
Para ello construyeron un puente de madera sobre el río Oja, que atraviesa la región de La Rioja cuyas aguas descienden entre peñascos y rocas.
Según la gente del lugar, el río dio nombre a la comarca RIOJA, conocida por sus vinos, su agricultura y su historia
Prolífico constructor
Una vez fallecido el cardenal Gregorio, Domingo continuó la obra, y siguió el camino empedrado. De ahí su apodo de Domingo de la Calzada, y de ahí también el ser patrono de los Ingenieros de Caminos
Domingo también construyó un albergue para peregrinos, un hospital, una iglesia y un pozo de agua.
Después levantó un templo dedicado al Salvador y Santa María, lo que sería más adelante la catedral de Santo Domingo de la Calzada, y que fue consagrada por el obispo de Calahorra.
Y en el exterior del templo, el santo eligió su lugar para la sepultura. Santo Domingo murió el año 1109, o sea a los 90 años de edad.
En aquel lugar comenzaron a construirse casas habitables y se formó un núcleo urbano o burgo.
La gallina que sobrevivió tras ser asada
Se cuenta que muchos milagros sucedieron ante la tumba del santo, como la curación de un caballero francés poseído del demonio o la curación de un normando que recobró la vista.
Pero ningún milagro es tan famoso como el del ahorcado y el gallo y la gallina.
Fue en el siglo XIV (el quattrocento italiano) cuando un joven alemán de 18 años peregrinó a Santiago. Se llamaba Hugonell y le acompañaban sus padres.
Descansaron en el mesón y una muchacha le requiere amores, pero él se niega. Entonces, ella en venganza le pone una copa de plata en el zurrón y lo denunció por robo.
La sentencia contra Hugonell fue la horca. Los padres no pudieron hacer nada más que encomendarse al apóstol Santiago.
Al día siguiente, los padres quisieron despedirse del cuerpo de su hijo colgado. Con grandísima sorpresa se dan cuenta que su hijo vive y les dice:
“El bienaventurado Santo Domingo de la Calzada me ha conservado la vida contra el riguroso cordel… debéis difundir este prodigio”.
Los padres fueron al corregidor de la ciudad, pero este se rió y les dijo: “Vuestro hijo está tan vivo como este gallo y esta gallina que me disponía a comer antes de que me importunarais”.
Y al instante, el gallo y la gallina recuperan sus plumas y la vida y se ponen a cantar y cacarear, obrando así, el santo, el milagro del que hoy queda una escultura con un gallo y una gallina en la catedral.