Domingo de Guzmán, Santo

Memoria Litúrgica, 8 de agosto

Sacerdote y Fundador

Domingo de GuzmánMartirologio Romano: Memoria de santo Domingo, presbítero, que siendo canónigo de Osma se hizo humilde ministro de la predicación en los países agitados por la herejía albigense y vivió en voluntaria pobreza, hablando siempre con Dios o acerca de Dios. Deseoso de una nueva forma de propagar la fe, fundó la Orden de Predicadores, para renovar en la Iglesia la manera apostólica de vida, mandando a sus hermanos que se entregaran al servicio del prójimo con la oración, el estudio y el ministerio de la Palabra. Su muerte tuvo lugar en Bolonia, el día seis de agosto (1221).

Etimológícamente: Domingo = del Señor. Viene de la lengua latina.

Breve Biografía

Domingo de GuzmánLos Padres Dominicos están hoy de fiesta. Santo Domingo de Guzmán los fundó en el siglo XIII. Durante tantos años han hecho y siguen haciendo un gran bien a la Iglesia en todo el mundo.

El fundador de los Padres Dominicos, que son ahora 6,800 en 680 casas en el mundo, nació en Caleruega, España, en 1171. Su madre, Juana de Aza, era una mujer admirable en virtudes y ha sido declarada Beata. Lo educó en la más estricta formación religiosa.

A los 14 años se fue a vivir con un tío sacerdote en Palencia en cuya casa trabajaba y estudiaba. La gente decía que en edad era un jovencito pero que en seriedad parecía un anciano. Su goce especial era leer libros religiosos, y hacer caridad a los pobres.

Por aquel tiempo vino por la región una gran hambre y las gentes suplicaban alguna ayuda para sobrevivir. Domingo repartió en su casa todo lo que tenía y hasta el mobiliario. Luego, cuando ya no le quedaba nada más con qué ayudar a los hambrientos, vendió lo que más amaba y apreciaba, sus libros (que en ese tiempo eran copiados a mano y costosísimos y muy difíciles de conseguir) y con el precio de la venta ayudó a los menesterosos. A quienes lo criticaban por este desprendimiento, les decía: «No puede ser que Cristo sufra hambre en los pobres, mientras yo guarde en mi casa algo con lo cual podía socorrerlos».

En un viaje que hizo, acompañando a su obispo por el sur de Francia, se dio cuenta de que los herejes habían invadido regiones enteras y estaban haciendo un gran mal a las almas. Y el método que los misioneros católicos estaban empleando era totalmente inadecuado. Los predicadores llegaban en carruajes elegantes, con ayudantes y secretarios, y se hospedaban en los mejores hoteles, y su vida no era ciertamente un modelo de la mejor santidad. Y así de esa manera las conversiones de herejes que conseguían, eran mínimas. Domingo se propuso un modo de misionar totalmente diferente.

Domingo de GuzmánVio que a las gentes les impresionaba que el misionero fuera pobre como el pueblo. Que viviera una vida de verdadero buen ejemplo en todo. Y que se dedicara con todas sus energías a enseñarles la verdadera religión. Se consiguió un grupo de compañeros y con una vida de total pobreza, y con una santidad de conducta impresionante, empezaron a evangelizar con grandes éxitos apostólicos.

Sus armas para convertir eran la oración, la paciencia, la penitencia, y muchas horas dedicadas a instruir a los ignorantes en religión. Cuando algunos católicos trataron de acabar con los herejes por medio de las armas, o de atemorizarlos para que se convirtieran, les dijo: «Es inútil tratar de convertir a la gente con la violencia. La oración hace más efecto que todas las armas guerreras. No crean que los oyentes se van a c_onMover y a volver mejores por que nos ven muy elegantemente vestidos. En cambio con la humildad sí se ganan los corazones».

Domingo llevaba ya diez años predicando al sur de Francia y convirtiendo herejes y enfervorizando católicos, y a su alrededor había reunido un grupo de predicadores que él mismo había ido organizando e instruyendo de la mejor manera posible. Entonces pensó en formar con ellos una comunidad de religiosos, y acompañado de su obispo consultó al Sumo Pontífice Inocencio III.

Al principio el Pontífice estaba dudoso de si conceder o no el permiso para fundar la nueva comunidad religiosa. Pero dicen que en un sueño vio que el edificio de la Iglesia estaba ladeándose y con peligro de venirse abajo y que llegaban dos hombres, Santo Domingo y San Francisco, y le ponían el hombro y lo volvían a levantar. Después de esa visión ya el Papa no tuvo dudas en que sí debía aprobar las ideas de nuestro santo.

Y cuentan las antiguas tradiciones que Santo Domingo vio en sueños que la ira de Dios iba a enviar castigos sobre el mundo, pero que la Virgen Santísima señalaba a dos hombres que con sus obras iban a interceder ante Dios y lo calmaban. El uno era Domingo y el otro era un desconocido, vestido casi como un pordiosero. Y al día siguiente estando orando en el templo vio llegar al que vestía como un mendigo, y era nada menos que San Francisco de Asís. Nuestro santo lo abrazó y le dijo: «Los dos tenemos que trabajar muy unidos, para conseguir el Reino de Dios». Y desde hace siglos ha existido la bella costumbre de que cada año, el día de la fiesta de San Francisco, los Padres dominicos van a los conventos de los franciscanos y celebran con ellos muy fraternalmente la fiesta, y el día de la fiesta de Santo Domingo, los padres franciscanos van a los conventos de los dominicos y hacen juntos una alegre celebración de buenos hermanos.

Domingo de GuzmánEn agosto de 1216 fundó Santo Domingo su Comunidad de predicadores, con 16 compañeros que lo querían y le obedecían como al mejor de los padres. Ocho eran franceses, siete españoles y uno inglés. Los preparó de la mejor manera que le fue posible y los envió a predicar, y la nueva comunidad tuvo una bendición de Dios tan grande que a los pocos años ya los conventos de los dominicos eran más de setenta, y se hicieron famosos en las grandes universidades, especialmente en la de París y en la de Bolonia.

El gran fundador le dio a sus religiosos unas normas que les han hecho un bien inmenso por muchos siglos. Por ejemplo estas:

Primero contemplar, y después enseñar. O sea: antes dedicar mucho tiempo y muchos esfuerzos a estudiar y meditar las enseñanzas de Jesucristo y de su Iglesia, y después sí dedicarse a predicar con todo el entusiasmo posible.

Predicar siempre y en todas partes. Santo Domingo quiere que el oficio principalísimo de sus religiosos sea predicar, catequizar, tratar de propagar las enseñanzas católicas por todos los medios posibles. Y él mismo daba el ejemplo: donde quiera que llegaba empleaba la mayor parte de su tiempo en predicar y enseñar catecismo.

La experiencia le había demostrado que las almas se ganan con la caridad. Por eso todos los días pedía a Nuestro Señor la gracia de crecer en el amor hacia Dios y en la caridad hacia los demás y tener un gran deseo de salvar almas. Esto mismo recomendaba a sus discípulos que pidieran a Dios constantemente.

Domingo de GuzmánLa misión de los dominicos, predicar para llevar almas a Cristo, encontró grandes dificultades pero la Virgen vino a su auxilio. Estando en Fangeaux una noche, en oración, tiene una revelación donde, según la tradición, la Virgen le revela el Rosario como arma poderosa para ganar almas. Esta tradición está respaldada por numerosos documentos pontificios.

Los santos han dominado su cuerpo con unas mortificaciones que en muchos casos son más para admirar que para imitar. Recordemos algunas de las que hacía este hombre de Dios.

Cada año hacía varias cuaresmas, o sea, pasaba varias temporadas de a 40 días ayunando a pan y agua.

Siempre dormía sobre duras tablas. Caminaba descalzo por caminos irisados de piedras y por senderos cubiertos de nieve. No se colocaba nada en la cabeza ni para defenderse del sol, ni para guarecerse contra los aguaceros. Soportaba los más terribles insultos sin responder ni una sola palabra. Cuando llegaban de un viaje empapados por los terribles aguaceros mientras los demás se iban junto al fuego a calentarse un poco, el santo se iba al templo a rezar. Un día en que por venganza los enemigos los hicieron caminar descalzos por un camino con demasiadas piedrecitas afiladas, el santo exclamaba: «la próxima predicación tendrá grandes frutos, porque los hemos ganado con estos sufrimientos». Y así sucedió en verdad. Sufría de muchas enfermedades, pero sin embargo seguía predicando y enseñando catecismo sin cansarse ni demostrar desánimo.

Era el hombre de la alegría, y del buen humor. La gente lo veía siempre con rostro alegre, gozoso y amable. Sus compañeros decían: «De día nadie más comunicativo y alegre. De noche, nadie más dedicado a la oración y a la meditación». Pasaba noches enteras en oración.

Era de pocas palabras cuando se hablaba de temas mundanos, pero cuando había que hablar de Nuestro Señor y de temas religiosos entonces sí que charlaba con verdadero entusiasmo.

Domingo de GuzmánSus libros favoritos eran el Evangelio de San Mateo y las Cartas de San Pablo. Siempre los llevaba consigo para leerlos día por día y prácticamente se los sabía de memoria. A sus discípulos les recomendaba que no pasaran ningún día sin leer alguna página del Nuevo Testamento o del Antiguo.

Los que trataron con él afirmaban que estaban seguros de que este santo conservó siempre la inocencia bautismal y que no cometió jamás un pecado grave.

Totalmente desgastado de tanto trabajar y sacrificarse por el Reino de Dios a principios de agosto del año 1221 se sintió falto de fuerzas, estando en Bolonia, la ciudad donde había vivido sus últimos años. Tuvieron que prestarle un colchón porque no tenía. Y el 6 de agosto de 1221, mientras le rezaban las oraciones por los agonizantes cuando le decían: «Que todos los ángeles y santos salgan a recibirte», dijo: «¡Qué hermoso, qué hermoso!» y expiró.

A los 13 años de haber muerto, el Sumo Pontífice Gregorio IX lo declaró santo y exclamó al proclamar el decreto de su canonización: «De la santidad de este hombre estoy tan seguro, como de la santidad de San Pedro y San Pablo».

¡Felicidades a quienes lleven este nombre y a los Dominicos y Dominicas!
“Hay silencios que hieren, pero hay palabras que curan”.

Camino de la vida

Santo Evangelio según san Juan 6, 41-51. Domingo XIX del Tiempo Ordinario

pan de vidaEn el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor Jesús, te doy gracias por la especial protección que me has dado en este día. Alcánzame la gracia de ser siempre fiel a tu amistad y haz que este momento se convierta en un verdadero encuentro, un encuentro que me anime a hacer lo que debo hacer, andar hacia donde Tú me llamas y, así, logre cumplir tu voluntad.

pan de vidaEvangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 6, 41-51

En aquel tiempo, los judíos murmuraban contra Jesús, porque había dicho: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo», y decían: «No es éste, Jesús, el hijo de José? ¿Acaso no conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo nos dice ahora que ha bajado del cielo?».

Jesús les respondió: «No murmuren. Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado; y a ése yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: Todos serán discípulos de Dios. Todo aquel que escucha al Padre y aprende de él, se acerca a mí. No es que alguien haya visto al Padre, fuera de aquel que procede de Dios. Ése sí ha visto al Padre.

Yo les aseguro: el que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Sus padres comieron el maná en el desierto y sin embargo, murieron. Éste es el pan que baja del cielo, para que, quien lo coma, no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida».

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

caminar con JesúsEn el siglo primero los recorridos que la gente hacía podían durar días e incluso semanas, de forma que debían unirse diversas personas para cuidarse unos a otros. Caminaban a un mismo ritmo, a una misma dirección, a una misma meta. Al compartir el tiempo y el pan, surgía una relación. Al sentirse acompañados no se ocultaban ni desaparecían las dificultades, pero rompiendo con los obstáculos que alejan, como la autosuficiencia, y buscando la unidad, sabían que siempre contaban con un amigo a su lado.

Nosotros vamos por el camino de la vida y no podemos ir solos. Necesitamos compañía. Por eso Dios ha querido recorrer este camino a nuestro lado. Se trata de un Dios que permanece junto a nosotros y que da el impulso para levantarnos cada día. Así, el Padre se ha preocupado por darnos el alimento que da las fuerzas para seguir adelante. Se trata del Pan que da la vida.

Esta compañía, que Dios da gratuitamente, sólo pide que nos dejemos acompañar cada vez que vamos a la Eucaristía y escuchamos interiormente sin la ayuda de palabras. Es en el sagrario donde podemos ver, sin hacer uso de nuestros ojos, podemos sentirnos acompañados al estar delante de un pedazo de pan que sin manos, da palmadas de consuelo, y sin pies, camina siempre a nuestro lado. Cristo se ve necesitado de nosotros en la medida que nosotros le necesitemos. Por eso optó por darse como alimento que da las fuerzas. El camino es largo y Él lo sabe.  Nos comprende y también nos sabe exigir para que seamos más conscientes de lo mucho que valemos. La compañía que Cristo ofrece desde el sagrario implica un encuentro constante y, por pura gracia, se va haciendo profunda y personal.

Pero debemos permanecer a su lado.

«El Señor sale a nuestro encuentro con una fragilidad amorosa que es la Eucaristía. En el Pan de vida, el Señor nos visita haciéndose alimento humilde que sana con amor nuestra memoria, enferma de frenesí. Porque la Eucaristía es el memorial del amor de Dios. Ahí “se celebra el memorial de su pasión”, del amor de Dios por nosotros, que es nuestra fuerza, el apoyo para nuestro caminar. Por eso, nos hace tanto bien el memorial eucarístico: no es una memoria abstracta, fría o conceptual, sino la memoria viva y consoladora del amor de Dios. Memoria anamnética y mimética. En la Eucaristía está todo el sabor de las palabras y de los gestos de Jesús, el gusto de su Pascua, la fragancia de su Espíritu. Recibiéndola, se imprime en nuestro corazón la certeza de ser amados por él».

(Homilía de S.S. Francisco, 18 de junio de 2017).

Diálogo con Cristo

rezarÉsta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy me tomaré un pequeño rato para ser acompañado por Jesús en el sagrario.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Murmuración, mal negocio

¿Qué implica murmurar?, ¿De qué manera afecta la dignidad humana?, Alejo Fernández Pérez nos responde.

Algunos efectos de las murmuraciones, en cualquier tipo de actividad, son las divisiones personales y la pérdida de esfuerzos por luchas intestinales. Especialmente graves resultan en los terrenos religiosos y políticos, donde los efectos de las murmuraciones pueden adquirir serios daños sociales de enorme amplitud.

Afortunadamente, por muy temprano que sea, siempre tenemos algo de que hablar: O del tiempo para quejarnos, o de alguna persona conocida para despellejarla. Existen casos extremos de personas que, si no están hablando mal de algo o de alguien, dan la sensación de ser mudos o estar muertos

murmurarPor murmuración entenderemos aquí la conversación un poco denigrante, en voz baja , en ausencia del sujeto denigrado y con un tanto de regodeo o recochineo sobre el ausente . Se corroe la buena fama de personas o cosas, sin razones y con cierta mala voluntad sobre ellas. La murmuración tiene muchos nombres: maledicencia , trapisonda, enredos, chismes, calumnias, despellejar, poner como hoja de perejil,… todas ellas son primas entre si y de la mentira y el engaño.

Generalmente, la murmuración no produce graves daños; pero en ocasiones puede causar verdaderas tragedias. Extender las ideas de que : “Me han dicho que tal empresa está arruinada… Me acabo de enterar que la mujer de X se entiende con Y… Se de buena tinta que Z le está robando a su empresa,…” y otras análogas, sin pruebas de ningún tipo, pueden causar por desprestigio la ruina de esa empresa, que X se separe de su esposa o que Z sea expulsado de su empresa sin que los afectados sepan ni por qué.

¿Por qué se murmura? Por envidia, por odio, por intereses, por vanidad,…Es muy corriente que cuando varias personas empiezan a hablar mal de alguien, este alguien no importe a ninguno ni un comino. Solo les importa el propio YO a cada uno. Si decimos que Fulano es feo, torpe, necio, pobre,…en el fondo estamos dando a entender que nosotros somos guapos, ágiles, inteligentes y ricos. Algo que nos alegra y llena de satisfacción. Con frecuencia, la causa es un complejo de inferioridad, adobado con la cobardía de quien es incapaz de dar la cara.

Jesús y PilatoEn la costumbre de murmurar interviene en buena medida la aquiescencia de quienes les escuchan y jalean con agrado por miedo a ir contracorriente. A Jesús le condenaron los mismos que unas horas antes le aclamaban. Bastó que una mayoría pidiese la muerte de Cristo para que, incapaces de oponerse, gritaran como “todos” : ¡Crucifícale! ¡Crucifícale!

De vez en cuando surge una de esas personas a quienes desagrada el trapicheo y termina encarándose con el chismoso. Resultado: se expone a perder las amistades con él o , si no lo hace, se convertirá en un cómplice. Mal embrollo moral “tío”. Todas las cosas se pueden decir sin empeorar las situaciones, pero cuando hay algo que decir, ¡ se dice claramente y sin pamplinas!. Y si hay que perder a ciertos amigos, no perderíamos gran cosa. Hay una forma de quedar siempre mal ante los demás : andar con subterfugios y medias tintas.

Cuando iniciamos ciertos comentarios, sin importancia aparente ¿Sabemos el daño y los perjuicios que podemos ocasionar? La mentira tiene muchas facetas: reticencia, cabildeo, murmuración… Pero es siempre arma de cobardes. Son los mismo que tras despellejar a Don Fulano corren a decirle: Oye se dice por ahí que tu…Te lo digo para que estés sobre aviso. Al final todo termina sabiéndose, pero ¿y mientras tanto? Pues ese final puede tardar años y los perjuicios familiares, sociales y económicos pueden ser irreversibles

¿Y que puede hacer el ofendido? Más bien poco, pues suele ser el último que se entera de lo que se dice y de quien lo dice. Y si se entera, carecerá de pruebas para ir a juicio. Si además es un alma noble, de prestigio y con autoridad habrá encontrado una dura cruz que sobrellevar. Es el momento de recurrir a Cristo, el único amigo que nunca falla.

¡Ay, esos medios de comunicación! Vendidos al poder político, empresarial o social a los que sirven contra sus rivales a base de susurraciones, murmuraciones, trapisondas, enredos, chismes, cuentos, insidias, calumnias,…, envileciéndose hasta grados animalescos. No hay que preocuparse, como son muy listos : Todo lo justificarán muy bien y en todos los casos.

Los jefes no deberían consentir jamás la murmuración, que debería ser castigada severamente y con rapidez. Muchas veces, es suficiente la presencia de un solo hombre o mujer “decente” para cambiar un ambiente bajuno. A la larga, la murmuración es un negocio donde todo son pérdidas.

En el campo del catolicismo la murmuración, los chismes, la maledicencia, la calumnia,… están bien definidas, se las considera siempre de más o menos gravedad, según los casos, pero todo el mundo sabe, o debería saber, a que atenerse. El Catecismo de la Iglesia Católica no deja dudas al respecto, y los confesores no deberían ser transigentes con los aparentes casos leves, que por su continua repetición, abren la puerta a más graves situaciones. Supuesto que se confiesen de esos “casos leves”.

políticosEn el terreno de la política, los políticos saben los daños que causan las murmuraciones y calumnias; sin embargo, los utilizan descaradamente como armas de combate contra los rivales políticos. Aprovechando los medios de comunicación afines se puede incidir en el voto de los ciudadanos y modificar así el rumbo de cualquier política. Se juega en estos casos con la vida y el porvenir de millones de personas. Los políticos carentes de toda moral, los seguidores de la Nueva Era, del Relativismo Moral y de cualquiera de las sociedades secretas o sectas conocidas como perjudiciales no deberían ser votados ¡jamás!. Son como el caballo de Atila, por donde pasan no crece la hierba. No es difícil detectarlos: “Por sus hechos los conoceréis” Un buen político ha sido primero un buen hombre, lo que antes se llamaba un hombre cabal, un hombre en el que se puede confiar. Si lleva estas virtudes a la política será un buen político; si no, se quedará como otros muchos en políticos de rastrojera, cuando no terminan en simples alimañas.

La murmuración es una roña que ensucia y entorpece el engranaje social, resta fuerzas, quita la paz, y hace perder la amistad entre las personas. Es difícil de eliminar; pero, como a la malas hierbas, podemos reducirla a dimensiones soportables. El sucio ambiente de la murmuración se transforma radicalmente cuando nos acostumbramos a hablar de forma cordial de todo y de todos. Todos tenemos algo bueno. Si no fuera posible, callémonos, así no tendremos que arrepentirnos.

Hagamos una prueba durante una semana: Empecemos a hablar bien de todos nuestros conocidos, con naturalidad, sin coba – la falta de sinceridad se nota rápidamente-, sonriamos levemente con agrado, pocas palabras, consideremos como hermanos a los que nos rodean – en realidad lo son-. Hagamos un esfuerzo por comprenderlos y quererlos. Algo así como lo que hacía la hermana Teresa de Calcuta o como lo hacen las madres con sus niños pequeños. ¿ Qué es difícil ? Naturalmente, y mucho más de lo que nos imaginamos. Hablar bien de lo bueno que tengan nuestros amigos es algo que a algunos les cuesta muchísimo trabajo. Si a ellos los elevamos, parece como si nosotros bajásemos. Por lo menos, intentémoslo. Sin olvidar que para hacer el bien hay que entrenarse diariamente, no menos que para meter goles. El principio físico de “Toda acción tiene una reacción igual y contraria” , también se da en las relaciones humanas: Sonría y le sonreirán; ame y le amarán, de y le darán; gruña, y le gruñirán;…

Bastaría ser un poco inteligente para comprobar que nos “conviene” cambiar seriamente y de verdad nuestra actitud para con los que nos rodean. Si se nos ocurriese utilizar la “coba” nos pasaríamos de listos y caeríamos en un repugnante fariseísmo. La única arma válida es la del amor, la que nos recordó Jesús: “Amar al prójimo como a sí mismo”. Aun no se ha inventado nada mejor. Solución : Jamás hablemos mal de nadie, pues como cuando escupimos al cielo, antes o después la saliva nos caerá en la cara. No hablar mal, no es suficiente. Las personas queremos, necesitamos ser amados, estimados y que alguien hable bien de nosotros y reconozca lo poco o mucho bueno que tenemos. Deseamos ser alguien , no algo.

Reconozcamos con sinceridad lo guapa que está María, lo buen trabajador que es nuestro amigo Juan, lo elegante que va y lo bien que guisa nuestra mujer o madre, lo bien que juega al fútbol nuestro hijo,… Podríamos asegurar que muy pronto subiremos varios puntos sobre el concepto que tenían de nosotros. Hasta nos mirarán con un poquito más de cariño. Y todo, por un precio bastante módico.

Vaticano, nace el Pacto católico global sobre la familia

El Pacto involucrará a los Centros de Estudio e Investigación sobre la familia.

Un programa compartido de acciones para la promoción de la familia en el mundo a la luz de la Doctrina social de la Iglesia: es el Pacto Católico Global sobre la Familia que, con motivo del Año “Familia Amoris Laetitia” proclamado por el Papa Francisco, el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida (DLFV) y la Pontificia Academia de Ciencias Sociales (PASS), pretende construir con la colaboración del CISF (Centro Internazionale Studi Famiglia).

El Pacto  – informa un comunicado – involucrará a los Centros de Estudio e Investigación sobre la familia presentes en las Universidades Católicas de los cinco continentes, a través de la recopilación de información e investigaciones realizadas sobre la relevancia cultural y antropológica de la familia, con especial atención a las relaciones familiares, el valor social de la familia y las buenas prácticas de política familiar a nivel internacional.

El Pacto Católico Global sobre la Familia se presentará en el marco de un evento de clausura, previo al Encuentro Mundial de las Familias de junio 2022.

Alicia y el gato

Luis Ignacio Batista nos ofrece un análisis de la obra Alicia en el país de las maravillas

Has visto la película de Alicia en el país de las maravillas? Si mal no recuerdo, en la caricatura de Disney que lleva el mismo nombre (ca.1951) hay una escena donde Alicia pregunta al gato: «¿cómo puedo salir de aquí?» El gato le responde: «eso depende de a dónde quieras ir». Alicia le dice: «no lo sé». El gato, finalmente, apunta: «entonces no importa por dónde salgas».

Cuántas veces somos como Alicia. Queremos salir de nuestra rutina, queremos novedades en la vida o queremos dejar atrás lo que ya no nos gusta: el trabajo o el estudio. Queremos casi cambiar en su totalidad la vida que llevamos. Pero no sabemos para qué lo queremos. En este sentido, es cada vez más común la poca constancia en diversas actividades en la vida de la gente, especialmente en las jóvenes generaciones. Podemos ver lo frágil que es la constancia en estudios universitarios, en los noviazgos, en la amistad. Es una constante cada vez más común en nuestra sociedad: querer cambiar pero sin saber por qué, ni cómo ni a dónde.

Comenzar con el fin en la mente. Ese debe ser el inicio. Fijar una meta. (Evidentemente pensamos en un fin bueno, lejos totalmente de quienes sí tienen un fin, pero empeñado en hacer el mal).

Encontrar lo que queremos ser en la vida y luego trabajar por alcanzarlo. Sean Covey, en «Los 7 hábitos de los adolescentes altamente efectivos» dice que este es un hábito primordial porque marca la pauta de lo que se quiere ser en la vida. Es como un mapa, si no lo tienes no sabes a dónde debes ir. Un ejercicio que el mismo Sean propone es imaginarnos cómo nos gustaría vernos en un año. Una vez pensado el ideal, hay que poner los medios.

No las circunstancias sino nuestro modo de relacionar
Sin embargo, hay que ser muy conscientes de que la inconstancia se da por un motivo: las circunstancias. Es interesante lo que dice Sean Covey sobre la carencia de principios sólidos. Sin principios que rijan la vida se corre el peligro de andar como veletas sin rumbo. En cambio, quien basa su vida en principios permanece firme como un faro en medio de la tormenta. Eso es lo que cambia: las circunstancias. Ellas son imprevistas, volubles, dolorosas. El faro, pase lo que pase, no se mueve, porque tiene un fin concretísimo.

Con ello queremos decir que lo importante en la vida no son las cosas que nos sucedan. La vida, en sí misma es muy inestable. Lo importante es nuestra manera de reaccionar frente a las circunstancias. Por eso es necesario un fin en la mente, que dé sentido a la propia vida y la mantenga firme en las más variadas circunstancias. Eso sí lo podemos controlar, en cambio las circunstancias, no.

Si Alicia supiera a dónde quiere ir, tal vez hubiera sido más fácil la salida.

Mirar hacia arriba.

Todo lo que tenemos es prestado, nada nos llevaremos, solo las obras buenas y la alegría de haber vivido llenos de Dios.

Levanta la vista y con la mirada puesta en Dios, haz el bien, que es camino de la felicidad eterna. Iba un pequeño barco pesquero saliendo de la orilla del mar y ¡vaya movimiento que se siente en la pequeña embarcación!, se necesita ser muy del mar para no sentir el mareo y las ganas de bajarse y echar a correr.

La barquilla se movía graciosamente al ritmo de las olas, pero los marineros sufrían las consecuencias de aquel vaivén… uno de ellos recibió órdenes de subir a un mástil, y a medida que subía se sentía peor … el capitán de aquel barco le gritó: SI NO QUIERES SENTIRTE MAL, MIRA HACIA ARRIBA…

Que bien nos viene esta pequeña anécdota a todos los seres humanos: si no queremos marearnos con las cosas atractivas de éste mundo, debemos mirar hacia arriba, implorar al cielo que nos llene de deseos espirituales, que veamos claro que en la vida no sólo se vive para comprar cosas y satisfacernos en todo, para así estar contentos y felices; que muy por el contrario, las cosas que llenan plenamente la vida no se pueden comprar… porque no tienen precio.

Que bien nos haría en nuestra vida MIRAR HACIA ARRIBA y pedirle a Dios

  • Humildad para aceptar nuestra vida como es y conformarnos con lo que tenemos y con lo que somos, sin desear tener mucho…
     
  • Que nos llene el alma de amor para poder vivir una vida digna, para poder darle momentos bellos a los demás…
     
  • Ayuda para ser mejores, sencillos de corazón y vivir con alegría
     
  • Aprender a dar amor y a darnos a los demás con verdadera entrega y desprendimiento, sin esperar recibir todo de ellos.
     
  • Generosidad para compartir todo lo que El nos ha dado, como nuestros talentos y virtudes.
     
  • Fortaleza para no apegarnos a las cosas materiales… a nada ni a nadie, porque:

Todo lo que tenemos en esta vida es prestado por Dios, porque al final nada nos llevaremos, solo las obras buenas y la alegría de haber vivido una vida llena de Dios. Eso es lo único que podemos llevarnos de este mundo.

Papa Francisco: ¿Qué significa que Jesús es «pan de vida»?

Antoine Mekary | ALETEIA

Las palabras del Papa hoy durante el rezo del Ángelus

Papa Francisco«Jesús en esta expresión: ‘Yo soy el pan de la vida’, resume verdaderamente todo su ser y toda su misión. Esto se verá plenamente al final, en la Última Cena. Jesús sabe que el Padre le pide no solo dar de comer a la gente, sino darse a sí mismo, partirse a sí mismo, la propia vida, la propia carne, el propio corazón para que nosotros podamos tener la vida».

Lo dijo el Papa Francisco en su alocución antes de rezar la oración mariana del Ángelus de este domingo, 8 de agosto, comentando el Evangelio del día.

En él se ve a Jesús que sigue predicando a la gente que ha visto el prodigio de la multiplicación de los panes, y a quienes invita a dar un salto de calidad; para ello, aplica el símbolo del pan a sí mismo. Dice claramente: «Yo soy el pan de la vida».

¿Qué significa pan de la vida?

Qué nos quiere decir Jesús con esto, se pregunta el Pontífice. Y señala que, para vivir se necesita el pan, quien tiene hambre no pide comidas refinadas y caras, sino pan, quien no tiene trabajo no pide sueldos altos, sino el «pan» de un empleo.

«Jesús se revela como el pan – afirma el Papa – es decir lo esencial, lo necesario para la vida de cada día. No un pan entre muchos otros, sino el pan de la vida. En otras palabras, nosotros, sin Él, más que vivir, sobrevivimos: porque solo Él nos nutre el alma, solo Él nos perdona de ese mal que solos no conseguimos superar, solo Él nos hace sentir amados aunque todos nos decepcionen, solo Él nos da la fuerza de amar y perdonar en las dificultades, solo Él da al corazón esa paz que busca, solo Él da la vida para siempre cuando la vida aquí en la tierra se acaba».

Revela todo su ser y toda su misión

Papa FranciscoEl Papa Francisco al seguir reflexionando sobre esta imagen señala que, Jesús en esta expresión: “Yo soy el pan de la vida”, resume verdaderamente todo su ser y toda su misión.

«Esto se verá plenamente al final, en la Última Cena. Jesús sabe que el Padre le pide no solo dar de comer a la gente, sino darse a sí mismo, partirse a sí mismo, la propia vida, la propia carne, el propio corazón para que nosotros podamos tener la vida. Estas palabras del Señor – subraya el Papa – despiertan en nosotros el estupor por el don de la Eucaristía».

«Nadie en este mundo, por mucho que ame a otra persona, puede hacerse alimento para ella. Dios lo ha hecho, y lo hace, por nosotros. Renovemos este estupor. Hagámoslo adorando el Pan de vida, porque la adoración llena la vida de estupor».

Es entrar en lo concreto del mundo

Sin embargo, en el Evangelio, evidencia el Pontífice, en vez de asombrarse, la gente se escandaliza. También nosotros quizá nos escandalizamos: nos sería más cómodo un Dios que está en el Cielo sin entrometerse, mientras nosotros podemos gestionar los asuntos de aquí abajo. Sin embargo, Dios se ha hecho hombre para entrar en lo concreto del mundo.

Y le interesa todo de nuestra vida. Podemos hablarle de los afectos, el trabajo, la jornada, cualquier cosa. Jesús desea esta intimidad con nosotros. ¿Qué no desea? Ser relegado a segundo plano, ser descuidado y dejado de lado, o llamado solo cuando tenemos necesidad.

Bendice lo que hemos hecho

Finalmente, el Papa Francisco recuerda que, al menos una vez al día nos encontramos comiendo juntos; quizá por la noche, en familia, después de una jornada de trabajo o de estudio.

«Sería bonito – invita el Papa – antes de partir el pan, invitar a Jesús, pan de vida, pidiéndole con sencillez que bendiga lo que hemos hecho y lo que no hemos conseguido hacer».

Invitémosle a casa, recemos de forma «doméstica». Jesús estará en la mesa con nosotros y seremos alimentados por un amor más grande. Que la Virgen María, en la cual el Verbo se ha hecho carne, nos ayude a crecer día tras día en la amistad con Jesús, pan de vida.

El Papa: Ir a misa es recibir a Cristo que nos prepara para el cielo

Antoine Mekary | ALETEIA

El Papa: Ir a misa es recibir a Cristo que nos prepara para el cielo

Francisco en el Angelus explica el significado de la Eucaristía: una donación divina que despierta una respuesta en cada uno

Jesús se presenta como el pan vivo bajado del cielo; el pan que da la vida eterna:

«El pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo».

Lo dijo el papa Francisco el 19 de agosto de 2018 al rezar el Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico Pontificio junto a las personas presentes en la plaza de san Pedro del Vaticano.

El Santo Padre reflexionó sobre el Evangelio del día, Juan 6, versículos 51 al 58, que nos introduce en la segunda parte del discurso que hizo Jesús en la sinagoga de Cafarnaúm, tras haber alimentado a una gran multitud con cinco panes y dos peces.

“Comer” la humanidad de Jesús para compartir con Él, el don de la vida por el mundo

El Papa señaló en primer lugar, que este pasaje del Evangelio es “decisivo”, porque “provoca la reacción de quienes lo escuchan”, quienes se ponen a discutir entre ellos preguntándose:

«¿Cómo este hombre puede darnos a comer su carne?».

Papa FranciscoDe este modo explicó que cuando el signo del pan compartido lleva a su significado verdadero, es decir, el don de sí mismo hasta el sacrificio, surge la incomprensión, “e inclusive el rechazo” de Aquel que poco antes se quería llevar al triunfo.

Y llamó a recordar que Jesús tuvo que marcharse, esconderse, porque querían hacerlo rey.

Primero «el momento del triunfo, y luego la distancia porque no había gustado esta palabra de Jesús».

Carne y sangre

Pero de ahí surge la respuesta asertiva de Jesús:

«Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes».

Y Francisco subrayó que en este punto de la lectura “junto con la carne aparece también la sangre”:

“Carne y sangre en el lenguaje bíblico -explicó – expresan la humanidad concreta. La gente y los mismos discípulos intuyen que Jesús los invita a entrar en comunión con Él, a “comer” a Él, a su humanidad, para compartir con Él el don de la vida por el mundo. ¡Nada de triunfos y espejismos de éxito!”

Es precisamente el sacrificio de Jesús que se dona a sí mismo por nosotros. 

Cuando participamos en la misa anticipamos el cielo en la tierra

El Obispo de Roma prosiguió afirmando que entorno al altar encontramos aquello que nos alimenta y sacia espiritualmente nuestra sed hoy y por la eternidad:

“Este pan de vida, sacramento del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, se nos dona gratuitamente en el banquete Eucarístico”.

Y añadió:

“Cada vez que participamos en la Santa Misa, en un cierto sentido, anticipamos el cielo sobre la tierra, porque del alimento eucarístico, el Cuerpo y la Sangre aprendemos lo que es la vida eterna. Es vivir para el Señor: «el que me come vivirá por mí »(v. 57).

La Eucaristía nos plasma para que no vivamos sólo para nosotros mismos, sino para el Señor y para nuestros hermanos y hermanas.

La felicidad y la eternidad de la vida dependen de nuestra capacidad de hacer fructífero el amor evangélico que recibimos en la Eucaristía”.

Jesús comunica la vida misma de Dios

Seguidamente Francisco recordó lo que repite Jesús a cada uno de nosotros y que podemos leer en el versículo 53:

«Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes».

Y se detuvo en este punto para aclarar:

“No se trata de un alimento material, sino de un pan vivo y vivificante, que comunica la vida misma de Dios”.

Y “para tener esta vida, es necesario nutrirse del Evangelio y del amor e los hermanos”.

Pero el Papa también puso en guardia sobre cuáles pueden ser nuestras reacciones a la invitación de Jesús a nutrirnos de su Cuerpo y de su Sangre.

“Podemos sentir la necesidad de discutir y de resistir”, como lo hicieron quienes escuchaban a Jesús, en el Evangelio que leemos hoy.

Nutriéndonos de Cristo entramos en sintonía con Él

Esta necesidad de discutir y resistir sucede –aseguró Francisco- cuando nos cuesta modelar nuestra existencia según la de Jesús, actuar según sus criterios y no según los criterios del mundo:

“Nutriéndonos de este alimento podemos entrar en plena sintonía con Cristo, con sus sentimientos, con sus comportamientos. Por ello es tan importante comunicarse; es tan importante ir a Misa y recibir la comunión, porque es recibir el Cuerpo de Cristo, es recibir a este Cristo que nos transforma desde dentro y recibir este Cristo Vivo que nos prepara para el cielo«.En la conclusión de su catequesis y antes de  la oración mariana, el Pontífice oró para que “la Virgen María sostenga nuestra intención de hacer comunión con Jesucristo, nutriéndonos con su Eucaristía, para que a su vez nos convirtamos en pan partido para los hermanos”.