Matthew 5:17-19
Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús nos dice que no ha venido a abolir la Ley, sino a cumplirla. Mateo nos cuenta que Jesús subió a una montaña, se sentó y comenzó a enseñar recordando a Moisés, quien había subido al Monte Sinaí para recibir los Diez Mandamientos de Dios.
Por lo tanto, Jesús se presenta aquí como el Nuevo Moisés que promulgará la Ley definitiva desde esa montaña en Galilea. Me doy cuenta de que esto plantea de inmediato un problema para los lectores contemporáneos, que se sienten desanimados por una religión que tiene leyes, normas y prohibiciones. Un ingenioso irlandés resumió una vez el catolicismo que le enseñaron con esta frase: “¡Al principio era la Palabra, y la palabra era no!”.
Si bien los Diez Mandamientos han sido honrados, pero mayormente no acatados, ¿por qué alguien pensaría que es una buena idea introducir leyes nuevas y más estrictas? Pero luego prestamos atención a la primera palabra que sale de la boca del Legislador: “Bendito”, “Feliz”. La ley que ofrece el Nuevo Moisés es un patrón de vida que promete hacernos felices.
En el Evangelio de la liturgia de hoy, Jesús dice: «No piensen que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento» (Mt 5,17). Dar cumplimiento: ésta es una palabra clave para entender a Jesús y su mensaje. ¿Pero qué significa este “dar cumplimiento”? Para explicarlo, el Señor comienza diciendo lo que no es cumplimiento. La Escritura dice “no matarás”, pero para Jesús esto no basta si luego se hiere a los hermanos con las palabras; la Escritura dice “no cometerás adulterio”, pero esto no basta si luego se vive un amor salpicado por la doblez y la falsedad; la Escritura dice “no jurarás en falso”, pero no basta hacer un juramento solemne si luego se actúa con hipocresía (cf. Mt 5,21-37). Así no hay cumplimiento. (…) En otras palabras, Jesús nos hace comprender que las reglas religiosas son útiles, son buenas, pero son solo el inicio: para darles cumplimiento, es necesario ir más allá de la letra y vivir su sentido. Los mandamientos que Dios nos ha dado no deben encerrarse en la caja fuerte de la observancia formal, pues de lo contrario nos quedamos en una religiosidad externa y desapegada, siervos de un “dios amo” en lugar de hijos de Dios Padre. Jesús quiere esto, que no tengamos la idea de servir a un Dios amo, sino al Padre, y por esto es necesario ir más allá de la letra. (Ángelus, 12 febrero 2023)
Metodio de Constantinopla, Santo
Patriarca, 14 de Junio
Patriarca de Constantinopla
Martirologio Romano: En Constantinopla, san Metodio, obispo, que, siendo monje, se dirigió a Roma, en el pontificado del papa Pascual I, para defender el culto de las sagradas imágenes y, elevado al episcopado, celebró solemnemente el triunfo de la fe ortodoxa. († 847)
Breve Biografía
Defensor de imágenes durante la segunda persecución iconoclasta, nació en Siracusa a finales del siglo octavo; murió en Constantinopla el 14 de Junio de 847.
Hijo de una rica familia, vino a Constantinopla cuando era joven intentando obtener un puesto en la corte. Pero un monje lo persuadió de que cambiara de intención y entrara a un monasterio. Bajo el emperador León V (El Armennio, 813-820) se inició la persecución iconoclasta por segunda vez.
Casi todos los monjes eran aguerridos defensores de las imágenes; Metodio permaneció del lado de su orden y se distinguió por su oposición al gobierno. En 815 el patriarca Nicéforo I (806-815) fue depuesto y exiliado por su resistencia a las leyes iconoclastas; en su lugar se impuso a Theodotus I (815-821). En ese mismo año Metodio fue a Roma, aparentemente enviado por el depuesto Patriarca, para reportar el asunto al Papa (Pascual I, 817-824).
Permaneció en Roma hasta que León V fue asesinado en 820 y sucedido por Miguel II (820-829). Esperando cosas mejores del nuevo emperador, Metodio regresó entonces a Constantinopla portando una carta en la que el Papa trataba de persuadir a Miguel de que cambiara la política del gobierno y reinstaurara al Patriarca Nicéforo. Pero Miguel solo aumentó la fiereza de la persecución.
Tan pronto regresó a Constantinopla, hubo entregado la carta y exhortado al emperador a actuar de acuerdo a ella, fue severamente castigado (con 70 latigazos), llevado a la isla Antigoni en el Propontis, y ahí fue encarcelado en una tumba fuera de uso. La tumba había sido concebida como un edificio de cierto tamaño; Metodio vivió en ella siete años. En 828 Miguel II, no mucho tiempo antes de su muerte, mitigó la persecución y proclamó una amnistía general. Sacando ventaja de ello, Metodio salió de prisión y regresó a Constantinopla casi agotado por sus privaciones. Su espíritu no estaba roto y retomó la defensa de las imágenes con el mismo celo que antes
Miguel II fue sucedido por su hijo Teófilo (829-842), que causó la última y más fiera persecución de los veneradores de imágenes. Metodio resistió directamente al emperador y fue nuevamente azotado y encarcelado en palacio. Pero esa misma noche escapó ayudado por sus amigos de la ciudad, que lo escondieron en su casa y le vendaron las heridas. Por esta razón, el gobierno confiscó la casa. Pero viendo que Metodio no iba a ser doblegado por el castigo, el emperador trató de convencerlo con argumentos.
El resultado de su discusión fue que Metodio en cierto grado persuadió al emperador. De cualquier manera, hacia el final de su reinado, la persecución fue mitigada. Theophilus murió en 842 e inmediatamente cambió toda la situación. Su esposa Theodora llegó a ser regente para su hijo Miguel III (El Borracho, 842-867). Ella había sido siempre una secreta veneradora de imágenes y ahora que tenía el poder, inmediatamente empezó a restaurar imágenes, liberar los confesores prisioneros y a regresar todo a las condiciones del Segundo Concilio de Nicea (787).
El patriarca de Constantinopla, Juan VII (832-842), era un iconoclasta puesto por el gobierno y al persistir en su herejía, fue depuesto y Metodio fue hecho patriarca en su lugar (842-847). Metodio ayudó entonces a la emperadora-regente en su restauración. Convocó un sínodo en Constantinopla (842) que aprobó la deposición de Juan VII y de su sucesión. No tuvo que hacer nuevas leyes sobre imágenes. Los Decretos de Nicea II que habían recibido el asentimiento del Papa y de toda la iglesia como los de un Concilio Ecuménico fueron puestos nuevamente en efecto.
El 19 de Febrero de 842, las imágenes fueron regresadas a los templos en solemne procesión. Esta fue la primera «Fiesta de la Ortodoxia», observada en memoria de aquel evento en el primer domingo de Cuaresma de cada año por toda la Iglesia Bizantina. Metodio entonces procedió a deponer a todos los obispos iconoclastas por todo su patriarcado, reemplazándolos por veneradores de imágenes. Al hacerlo, parece haber actuado severamente. Se formó una oposición contra él que por poco se vuelve un cisma organizado. El Patriarca fue acusado de violación; pero la mujer en cuestión, al ser interrogada admitió que había sido comprada por los enemigos de Metodio.
El 13 de Marzo de 842, Metodio, con gran honor para Constantinopla, compró las reliquias de su predecesor Nicéforo (que había muerto en el exilio). Fueron expuestas por algún tiempo en el templo de la Sagrada Visión y luego enterrados en el de los Apóstoles. Metodio fue sucedido por Ignacio, en cuyo tiempo se inició el gran cisma de Photius.
Metodio es un santo para católicos y ortodoxos. Es mencionado en el Martirologio Romana (14 Junio), en ese día la Iglesia Bizantina mantiene su fiesta junto a la del profeta Eliseo.
Con los otros patriarcas es aclamado defensor de imágenes, en el servicio de la fiesta de la Ortodoxia: «A Germanus, Tarasius, Nicephorus y Metodio, verdaderos altos sacerdotes de Dios y defensores y maestros de la Ortodoxia, R. Memoria Eterna (triple).» Los Sirios Uniatos (N.T.: miembros de la Iglesia Oriental que están en unión con la Iglesia Católica Romana, y reconocen al Papa romano como supremo en cuestiones de fe, pero mantienen su propia liturgia, rito y disciplina) celebran su fiesta el mismo día. Los ortodoxos tienen una curiosa leyenda: que sus oraciones y las de Teodora salvaron a Theophilus del infierno. Está narrada en el Synaxarion para la fiesta de la Ortodoxia.
Como ovejas entre lobos
Santo Evangelio según san Mateo 10, 16-23. Viernes XIV del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, gracias por este momento de intimidad contigo. Soy indigno de ti, por eso en ti confío y sólo a ti entrego todo mi ser: porque me conoces hasta lo más profundo y aún así me amas y has querido estar a mi lado. Te pido que estés siempre a mi lado y nunca me abandones. No Te merezco… pero Te necesito. Dame tu mano y guíame como un papá guía a su hijo que da los primeros pasos. Soy débil, no me dejes sólo. Dame un corazón que ame y entienda los corazones de los demás, especialmente el Tuyo.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 10, 16-23
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “Yo los envío como ovejas entre lobos. Sean, pues, precavidos como las serpientes y sencillos como las palomas. Cuídense de la gente, porque los llevarán a los tribunales, los azotarán en las sinagogas, los llevarán ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos. Pero, cuando los enjuicien, no se preocupen por lo que van a decir o por la forma de decirlo, porque en ese momento se les inspirará lo que han de decir. Pues no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes. El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre a su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin, se salvará. Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Yo les aseguro que no alcanzarán a recorrer todas las ciudades de Israel, antes de que venga el Hijo del hombre”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Hoy Jesús me dices que me envías como oveja en medio de lobos. Me da miedo. Sabes que el mundo es agresivo. No me escondes el peligro ni el dolor. Me dices que me odiarán por llevar tu mensaje y que incluso llegarán a quitarme la vida… pero que si persevero hasta el fin, me salvaré. Tengo miedo Jesús, pero si Tú estás conmigo, ¿qué tengo que temer? Tú ves mucho más allá de lo que yo puedo siquiera imaginar.
Donde yo veo lobos terribles, personas antipáticas que me lastiman, situaciones que me hacen sufrir, Tú ves corderos con piel de lobo, personas lastimadas que necesitan de tu amor y de tu misericordia, oportunidades que me hacen despertar de mi comodidad.
Donde yo veo sombras, Tú me haces ver la luz, pues sólo hay sombras allí donde hay alguna luz que las proyecte.
Ayúdame a no tener miedo de las adversidades. Hoy no quisiera pedirte que me quites de mi vida la montaña del sufrimiento, sino que me des la fuerza para subirla y que camines siempre a mi lado. Dame la gracia de llevar tu mensaje de amor a quien más lo necesite… así como Tú me lo has dado a mí por medio de la cruz.
«El verdadero predicador es el que sabe que es débil, que sabe que no puede defenderse de sí mismo. El enviado “en medio de los lobos” podría objetar: ¿Pero, Señor, para que me coman? La respuesta es: ¡Tú ve! Este es el camino. Veamos una reflexión muy profunda de Juan Crisóstomo: “Pero si tú no vas como cordero, si vas como lobo entre los lobos, el Señor no te protege: defiéndete solo”. Es decir: cuando el predicador se cree demasiado inteligente o cuando ese que tiene la responsabilidad de llevar adelante la Palabra de Dios quiere hacerse el astuto y quizá piensa: ¡Ah, yo puedo con esta gente!, entonces terminará mal, o negociará la Palabra de Dios: con los poderosos, con los soberbios…».
(Homilía de S.S. Francisco, 17 de febrero de 2017, en santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy voy a hablar con una persona que me resulte antipática y la invitaré a rezar un avemaría juntos.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
¿Conoces la voz de Dios?
Santos sobre la espiritualidad, el llamado y el responder a Dios como misioneros y discípulos
“El pastor hace salir a todas sus propias ovejas, va delante de ella; y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz” (Juan 10,4).
David, expresando su confianza en Dios, dirá:”Dios es mi pastor:” Conoces todo el salmo del pastor (Salmo23), ¿pero conoces la voz del pastor?
Para seguirlo, debes escuchar y discernir esta voz cuyo deseo es guiarte hacia los verdes pastos cerca de una corriente de agua. El Señor va delante de ti.
Y sin embargo, sucede que algunas ovejas se pierden (Lc 15,4-6) y se encuentran en un foso, asustadas y angustiadas. ¿Cómo se puede perder una oveja? El pastor marcha delante de su rebaño que lo sigue al sonido de su voz. Pero si una sola de sus ovejas no escucha la voz del guía, entonces se aparta.
La oveja perdida no es una extraña, forma parte integrante del rebaño. Por eso cuando el pastor la encuentra, exclama:”Alegraos conmigo pus, pues he encontrado mi oveja perdida” (Lc 15,6).
¿Cuántos hombres y mujeres que formaban parte del rebaño de Dios y quienes, en un momento determinado de su vida, ha conocido una historia semejante?
Si como esa oveja perdida no oyes ya la voz del divino pastor, si estás lleno de miedos y no sabes ya a dónde ir, quédate tranquilo y confiado. El pastor sabe cuando le falta una oveja. Su deseo es de socorrerte, cuidarte y llevarte a su voluntad. Me gustaría animarte diciéndote esto: “cuando el pastor se da cuenta de que le falta una oveja, sale enseguida a su búsqueda”.
Aprende a desarrollar un oído espiritual. A veces te sucede que te estás desconcertado ante la voluntad de Dios. Te haces preguntas.¿dónde voy a ir?
¿Cuál es mi llamada? Etc. Las ovejas siguen al pastor “Porque conocen su voz”. Haz su voluntad y reconoce su voz.
ORACIÓN PARA HOY: Señor, quiero estar más cerca de ti, para escuchar tu voz.
Tú eres mi pastor y yo tu oveja, háblame pues deseo seguirte por el camino que has pensado para mí. Amén
Nardo del 14 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, que amas el silencio!
Meditación: Jesús, que viniste al mundo a sufrir, pero antes debías con nosotros convivir. El Niño de Nazaret, el Hombre del Calvario, en el silencio y la mortificación cumplías la Voluntad del Creador. Sólo hablaste para enseñar, aconsejar y para mostrar al Dios de la Verdad. ¡Pero hoy Señor, a todos nos gusta hablar, todos creemos que sabemos, a pesar de que estamos en el desierto. ¡Cine, televisión y permanente conversación han quitado de nuestro corazón el lugar que necesitás Vos!. No queremos oír, solo queremos hacernos respetar, hemos perdido el don de escuchar…somos sordos de corazón. Y Tú, Jesús, permaneces callado porque ya has hablado, y aun cuando hoy quieres con nosotros conversar, no te queremos escuchar. Nos estás esperando como en el Calvario, pero te seguimos abandonando. ¿Sabes Señor, lo que yo creo que ocurrió?: Te hemos sacado de nuestro templo y en Tu lugar nosotros mismos nos hemos puesto. ¡Oh Señor!, permítenos sentir en nuestro corazón el amoroso susurro de Tu Santo Espíritu, para que estos sordos del siglo XXI volvamos a conversar con Vos y cumplamos con el Divino Querer, haciendo el bien. Que podamos repetir: «Señor, habla, que Tu siervo escucha».
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Hagamos una jornada de silencio tanto exterior como interior, alejándonos del ruido del mundo para poder escuchar la Voz de Dios.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
San Eliseo, el profeta que curó la lepra de Naaman el sirio
Resucitó a un niño, hizo potable el agua de Jericó, curó la lepra del general Naaman de Siria, remedió la pobreza de una viuda, aconsejó a los reyes de Israel…
Eliseo era agricultor y pastor. Cuenta el primer Libro de los Reyes que un día estaba arando con doce yuntas de bueyes, se le acercó el profeta Elías y echó su manto sobre él en señal de llamada a ser su sucesor como profeta. Eliseo dejó su trabajo y su familia y lo siguió.
Eliseo había pedido que al morir Elías se le concediera al menos parte de su poder. El profeta le dijo: «Si me logras ver cuando sea elevado, se te concederá esto que has pedido». Y así ocurrió: Elías fue llevado al cielo en un carro de fuego y Eliseo fue testigo de ello. No solo eso sino que Elías le lanzó su manto.
Entonces Eliseo fue al río Jordán y dividió milagrosamente las aguas. De esto fueron testigos 50 jóvenes que se preparaban para ser profetas y desde entonces lo consideraron el sucesor legítimo de Elías.
El nombre de Eliseo significa “Dios es mi salvación”. Desde entonces obró prodigios que daban a entender la voluntad de Dios para su pueblo, Israel, y la protección del Señor para los que confían en Él.
Por ejemplo, resucitó a un niño muerto. También hizo que el agua de la ciudad de Jericó fuera potable.
Asimismo, curó al general Naaman, que era leproso, después de ordenarle que se bañara siete veces en las aguas del Jordán y de que este obedeciera a pesar de que lo que le pedía Eliseo no tenía lógica desde un punto de vista humano.
En otra ocasión, una viuda se lamentó ante el profeta porque no tenía con qué pagar sus deudas. Solo tenía una botella de aceite.
Eliseo le ordenó que pidiera a sus vecinos vasijas prestadas y luego las fuera llenando con el aceite de la botella.
Milagrosamente, la viuda llenó tantas vasijas que pudo pagar todas las deudas y remedió su sufrimiento.
Eliseo profetizaba sobre lo que les iba a ocurrir al rey de Israel y a sus enemigos. También auguró que el general Jehú iba a ser rey y así fue.
Al fallecer, Eliseo fue enterrado en una cueva. Dios se sirvió incluso de ese lugar para seguir obrando milagros.
Santo patrón
A Eliseo se le venera en el cristianismo, el judaísmo, el islam y el mandeísmo. Su fiesta en la Iglesia católica es el 14 de junio.
Oración
Omnipotente y sempiterno Dios,
que te manifiestas admirablemente en la elección de los profetas;
concédenos, te suplicamos, que, como el espíritu de Elías lo duplicaste en Eliseo,
de esta manera asimismo te dignes duplicar en nosotros la gracia del Espíritu Santo,
a fin de que podamos efectuar obras virtuosas.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.