Luke 4:24-30

Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús es rechazado como profeta en su misma ciudad natal.

Quisiera decir algunas palabras sobre tu papel como profeta.

Cuando la mayoría de los laicos escuchan algo acerca de profecías, se sientan y sus ojos se nublan. “Esto es algo de lo que deben preocuparse los sacerdotes y obispos; ellos son los profetas de hoy en día. Yo no tengo esa llamada, ni esa responsabilidad”.

Bueno, ¡piensa de nuevo! El Vaticano II enfatizó el llamado universal a la santidad, enraizado en la dinámica del bautismo. Toda persona bautizada se adecúa a Cristo: sacerdote, profeta y rey. Cada vez que asistes a Misa estás ejerciendo tu oficio sacerdotal, participando en la adoración a Dios. Cada vez que diriges a tus hijos a descubrir su misión en la Iglesia, o proporcionas orientación a alguien en la vida espiritual, estás ejerciendo tu cargo real.

Como persona bautizada, tú has sido enviado como profeta, es decir, alguien que transmite la verdad de Dios. La palabra profética no es tuya. No es el resultado de tus propias meditaciones sobre la vida espiritual, por valiosas y correctas que puedan ser. La palabra profética es la palabra de Dios que te ha sido dada por el mismo Dios.

Catalina de Suecia, Santa

Virgen, 24 de marzo

Por: n/a | Fuente: Archidiócesis de Madrid

Martirologio Romano: En Vástena, en Suecia, santa Catalina, virgen, hija de santa Brígida, que casada contra su voluntad, con consentimiento de su cónyuge conservó la virginidad y, al enviudar, se entregó a la vida piadosa. Peregrina en Roma y en Tierra Santa, trasladó los restos de su madre a Suecia y los depositó en el monasterio de Vástena, donde ella misma tomó el hábito monástico († 1381).

Etimológicamente: Catalina = Aquella que es pura y casta, es de origen griego.

Fecha de canonización: Culto confirmado por el Papa Inocencio VIII el año 1784.

Breve Biografía

A Catalina de Suecia o de Vadstena nació alrededor del año 1331 del matrimonio formado por el príncipe Ulf Gudmarsson y Brigitta Birgesdotter; fue la cuarta de ocho hermanos. La educaron, como era frecuente en la época, al calor del monasterio; en este caso lo hicieron las monjas de Riseberga.

Contrajo matrimonio con el buen conde Egar Lyderson van Kyren con quien acordó vivir su matrimonio en castidad; ambos influyeron muy positivamente en los ambientes nobles plagados de costumbres frívolas y profanas.

Brígida, su madre, ha tenido la revelación de fundar la Orden del Santísimo Salvador que tenga como fin alabar al Señor y a la Santísima Virgen según la liturgia de la Iglesia, reparar por las ofensas que recibe de los hombres, propagar la oración contemplativa -preferentemente de la Pasión- para la salvación de las almas.

Madre e hija se encuentran juntas en Roma. Cuando Catalina tiene planes de regresar a su casa junto al esposo, Brígida comunica a su hija otra revelación sobrenatural de Dios: ha muerto su yerno. Esto va a determinar el rumbo de la vida de Catalina desde entonces. Ante el lógico dolor y la depresión anímica que sufre, es sacada de la situación por la Virgen. Es en estas circunstancias cuando muestra ante su madre la firme disposición interna a pasar toda suerte de penalidades y sufrimientos por Jesucristo. Las dos juntas y emprenden una época de oración intensa, de mortificación y pobreza extrema; sus cuerpos no conocen sino el suelo duro para dormir; visitan iglesias y hacen caridad. La joven viuda rechaza proposiciones matrimoniales que surgen frecuentes, llegando algunas hasta la impertinencia y el acoso. Peregrinan a los santuarios famosos y organizan una visita a Tierra Santa para empaparse de amor a Dios en los lugares donde padeció y murió el Redentor.

En el año 1373 han regresado, muere en Roma Brígida y Catalina da sepultura provisional en la Ciudad Eterna al cadáver de su madre en la iglesia de san Lorenzo. El traslado del cuerpo en cortejo fúnebre hasta Suecia es una continua actividad misionera por donde pasa. Catalina habla de la misericordia de Dios que espera siempre la conversión de los pecadores; va contando las revelaciones y predicciones que Dios hizo a su santa madre.

Söderkoping es el lugar patrio que recibe la procesión en 1374 como si fuera un acto triunfal. Se relatan conversiones y milagros que se suceden hasta depositar los restos en el monasterio de Vadstena, donde entra y se queda Catalina, practicando la regla que vivió durante veinticinco años con su madre.

Un segundo viaje a Roma durará cinco años; tendrá como meta la puesta en marcha del proceso de canonización de la futura santa Brígida y la aprobación de la Orden del Santísimo Salvador. A su regreso a Vadstena, muere el 24 de marzo de 1381.

Aparte de las revelaciones que tuvo y de las predicciones sobrenaturales que hizo la santa, se cuenta de ella la finura de alma que le llevó a la confesión diaria durante veinticinco años -no por ser escrupulosa- y que consiguió la confesión arrepentida de impenitentes a punto de morir. También se habla de luces que rodean el cuerpo inerte después de su muerte, de una estrella que pudo verse por un tiempo señalando el lugar del reposo y de luminosidades que refulgían junto al sarcófago. No es extraño que la leyenda haya querido dejar su huella intentando hacer que los sentidos descubran la magnanimidad de su alma que sólo es perceptible por lo externo. Por eso dijeron que nunca mamó la leche de la nodriza mundana mientras buscaba el pecho de su madre santa y de otras mujeres honestas. Igualmente contaron que libró a Roma de inundación entrando sus pies en el Tiber y hablaron de la liberación de una posesa.

De todos modos, los santos de ayer y de hoy, siempre han sido puntos de inflexión de la gracia para el bien de todos los hombres.

Conversión

Santo Evangelio según san Lucas 4, 24-30. Lunes III de Cuaresma

Por: Erick Flores, LC | Fuente: somosrc.mx

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Dame humildad, Señor, para poder acoger los dones que me das. Ahora, te doy minutos de mi vida con tal de encontrar tu rostro. Tú eres mi roca y salvación, hoy necesito de esta salvación. Dame confianza, valor, fe y amor para abrazar mi propia conversión.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 4, 24-30

En aquel tiempo, Jesús llegó a Nazaret, entró a la sinagoga y dijo al pueblo: «Yo les aseguro que nadie es profeta en su tierra. Había ciertamente en Israel muchas viudas en los tiempos de Elías, cuando faltó la lluvia durante tres años y medio, y hubo un hambre terrible en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda que vivía en Sarepta, ciudad de Sidón.

Había muchos leprosos en Israel, en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, que era de Siria». Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira, y levantándose, lo sacaron de la ciudad y lo llevaron hacia un precipicio de la montaña donde estaba construida la ciudad, para despeñarlo. Pero él, pasando por en medio de ellos se alejó de allí.

Palabra del Señor

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Conversión fue la primera palabra que vino a mi mente al reflexionar sobre este Evangelio. Dios llama al hombre a «ser perfectos como nuestro Padre celestial es perfecto» y nos encontramos a hombres que viven en coherencia con tal llamado. Hay tanta necesidad de santidad en el mundo. Pensar en que vamos a incomodar a otros al ser coherentes con la vida cristina o pensar lo que otros dirán de mí, son planteamientos y miedos muy normales. Aquí Cristo es nuestro modelo. Hay que ponerlo en el centro de la propia existencia, en lo concreto de nuestro quehacer cotidiano. No hay que tener miedo a ser testigo del amor de Dios Padre; no nos privemos en traer un poco de paz, alegría y gozo.

Cristo quiere ser nuestro salvador, «Yo soy el camino, la verdad y la vida». Cristo quiere gobernar nuestra propia vida, como un Rey que viene a traer el amor como principio para ganarse el mundo entero. ¿Cuál es la reacción primera que brota de cada uno de nosotros? Aquel que no tiene fe, esperanza, ni amor, es quien se llena de ira y, a la fuerza, busca sacar a Jesús de la propia existencia. Por eso, quien quiera ser un verdadero hijo debe pedir ver, esperar y amar al Dios que día y noche busca encontrarse frente a frente con Él.

Cada uno de los cristianos participa del sacerdocio de Cristo, cada uno es profeta y es rey. Tenemos una alta dignidad al ser hijos de Dios y hay hermanos entre nosotros que acogen y comparten estos dones. Debemos aprender a encontrar a Cristo en nuestra vida cotidiana y buscar tráelo al necesitado. Si hay un Cristo que resucitó, no hay nada que temer. Ante todo esto, pidamos un cambio y una verdadera conversión. Que el Señor nos ayude desear su voluntad y a aceptar sus dones.

«Este Evangelio nos muestra que el ministerio público de Jesús comienza con un rechazo y con una amenaza de muerte, paradójicamente por parte de sus paisanos. Jesús, al vivir la misión que el Padre le confió, sabe que debe enfrentar la fatiga, el rechazo, la persecución y la derrota. Un precio que, ayer como hoy, la auténtica profecía está llamada a pagar. El duro rechazo, sin embargo, no desanima a Jesús, ni detiene el camino ni la fecundidad de su acción profética. El sigue adelante por su camino (cf. v. 30), confiando en el amor del Padre. También hoy el mundo necesita ver en los discípulos del Señor, profetas, es decir, personas valientes y perseverantes en responder a la vocación cristiana».

(Ángelus de S.S. Francisco, 3 de febrero de 2019).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Poner especial atención a los signos del amor de Dios en este día.

Despedida

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

San Óscar Romero, el obispo de los pobres

Este valiente evangelizador fue asesinado en El Salvador mientras celebraba la misa

Nació en Ciudad Barrios, San Miguel, el 15 de agosto de 1917, en una familia humilde.

A los 13 años asistió a una ordenación sacerdotal y le dijo al padre del nuevo cura que él también quería ser sacerdote.

Después del seminario, viajó a Roma y allí estudió Teología. Se convirtió en sacerdote el 4 de abril de 1942. Y después de casi 30 años de labor pastoral, en 1970 fue ordenado obispo.

Defendía y divulgaba los contenidos del Concilio Vaticano II y Medellín, y no seguía la Teología de la Liberación.

Defensor de los pobres

En 1974 fue designado obispo de Santiago de María. Y en aquel momento comenzaba a vivirse la represión contra los campesinos organizados.

En junio de 1975, la Guardia Nacional asesinó a 5 campesinos, y monseñor Romero acudió a consolar a los familiares de las víctimas y a celebrar la misa.

La relación entre el Estado salvadoreño y la Iglesia se tensa. Monseñor Romero envía una carta privada de queja al presidente Molina, que era amigo.

Monseñor Romero no hacía política, pero se mostró al lado de los pobres, sobre todo los que llegaban a la ciudad: él abrió las puertas del obispado para darles un techo.

Denuncias que le costaron la vida

En un clima violento, fue nombrado arzobispo de San Salvador en 1977. Su lema era «Sentir con la Iglesia». Y su objetivo era: «Construir una Iglesia fiel al Evangelio y al Magisterio de la Iglesia«.

Pocos días después, asesinaron a su amigo el Padre Rutilio. Esto le impactó fuertemente.

En medio de fuertes calumnias, monseñor Romero se convierte en mediador de conflictos laborales y trabaja por la reconciliación y la justicia en su país.

El 23 de marzo, este santo había denunciado públicamente la violencia paramilitar, la injusticia social y las torturas de parte del régimen militar.

El 24 de marzo de 1980, mientras celebraba misa en la capilla del Hospital La Divina Providencia, en San Salvador, escuadrones de la muerte ultraderechistas lo mataron a tiros.  

Mártir

A su entierro, el 30 de marzo frente a la Catedral, asistieron cerca de 100.000 personas.

El 3 de febrero de 2015, el papa Francisco afirmó mediante decreto que el asesinato de monseñor Óscar Romero fue por odio a la fe. Así, la Congregación Pontificia para las Causas de los Santos del Vaticano, lo declaró mártir.

En la beatificación, el papa Francisco dijo de él que había sido «obispo y mártir, pastor según el corazón de Cristo, evangelizador y padre de los pobres, testigo heroico del Reino de Dios».

En 2018 fue declarado santo.

Oración

Oh, Dios Padre Misericordioso,
que por mediación de Jesucristo y la intercesión de la Virgen María, Reina de la Paz;
y la acción del Espíritu Santo
concediste a san Óscar Arnulfo Romero la gracia de ser un Pastor ejemplar
al servicio de la Iglesia; y en ella preferentemente a los pobres y los necesitados.

Haz, Señor, que yo sepa también vivir conforme al Evangelio de tu Hijo
y concédeme por la intercesión de san Óscar Arnulfo Romero, el favor que te pido … (pídase).
Así sea.

Padre Nuestro.