Mi nombre es «Yo Soy»

Meditación al Evangelio 20 de marzo de 2022

Es joven y estudioso, al preguntar cuál era su religión, tranquilamente respondió: “Prefiero no tener ninguna religión. Las religiones sólo han causado divisiones y problemas, así que no tengo más dios que mi persona y trato de vivir en paz”. No pudimos seguir la conversación pues tuvo que atender a otras personas, pero se me queda clavada en el corazón esa inquietud de que Dios le estorba para vivir plenamente, cuando Dios es el Dios de la vida, de la unión, de la comunidad y de la paz.

¿Alejarse de Dios o alejarse de las falsas imágenes de Dios que hemos ido creando y que deforman? Ya decía un gran autor que “no hay cosa más nefasta que una mala imagen de Dios. Detrás de muchos conflictos humanos, psicológicos, interraciales o culturales, subyace un problema de una concepción deformada de Dios”. Las lecturas de este día clarifican la imagen de Dios que Cristo quiere proponer para cada uno de nosotros. Se enfrenta a una tradición que mira a Dios como el terrible castigador, como un dios opresor atento a las desviaciones humanas, para infligir crueles castigos. Así suenan las sugerencias de quienes piensan que algún mal terrible cometieron quienes reciben la muerte por orden de Pilato. Es la imagen que ellos se hacen de Dios y es la imagen deformada que todavía hoy podemos constatar. Esa imagen de Dios no siempre nos eleva, nos inspira ni nos libera. En torno a ella se dan un cúmulo de miedos, terrores, represiones e injusticias. No siempre es Dios una fuerza que desate nudos, que deshaga enredos, que eleve a las personas por encima de las miserias existenciales y cotidianas. A menudo, las personas llevan la imagen de un dios como una carga muy pesada, casi insoportable, pero que no se puede tirar porque ocurrirían graves desgracias. ¿Es esta la imagen que viene a revelarnos Jesús de nuestro Padre Dios?

De ninguna manera es la imagen que nos ofrece Jesús, y hoy las lecturas manifiestan que esas “imágenes de Dios” no son el Dios que Jesús nos enseña, al cual nos acerca, sino son deformaciones. Cristo nos invita a dejar que Dios sea Dios y no las “ideas” que nosotros nos hemos hecho de Él. Las preguntas que le hacen sus discípulos son un eco de lo que seguimos pensando. Tanto cuando juzgamos a los demás como cuando nos juzgamos a nosotros mismos, descubrimos cuál es la imagen que tenemos de Dios y cómo lo percibimos en nuestras vidas. Qué diferente leen los discípulos “los acontecimientos” y cómo los vive el mismo Jesús lee. De hecho, podremos aprender del texto de hoy a escuchar la voz de Dios en cada uno de los acontecimientos. Los discípulos sacan una conclusión y una imagen de Dios muy equivocada: el concepto de un Dios vengador, atento a los errores de los hombres para precipitarlos en su propia ruina por sus pecados. Todo lo contrario, Jesús concluye: Dios es un Dios de misericordia, que siempre nos espera y nos ama a pesar de nuestros errores y desvíos. Cuando experimentemos ese amor incondicional de Dios, porque somos pecadores, debemos convertirnos y dar frutos de conversión. ¡Qué diferente convertirse por amor y convertirse por temor y con temor! Tener una mala imagen de Dios es una enfermedad que daña el espíritu, al cuerpo y a la mente. Dispongámonos a vivir la experiencia del Dios que nos presenta Jesús. De ello depende el respeto y el amor a Dios, el respeto y el amor a nosotros mismos y a nuestro prójimo. El ídolo del miedo es la imagen de Dios más extendida y que puede causarnos más daño. Jesús siempre habla de la misericordia, del amor sin límites y de las entrañas del Padre.

Otra imagen falsa de Dios que causa daño es considerarlo un ser sediento de sacrificios, que quiere el dolor de las personas y se solaza en el sufrimiento humano. La teofanía, del el libro del Éxodo, nos presenta a un Dios muy cercano a su pueblo, que escucha sus gritos de dolor y  se compromete en su liberación. Cuando hay tragedias, con frecuencia nos preguntamos: “y en estos momentos ¿dónde estaba Dios?”  Dios está en el dolor de los hombres porque es radicalmente solidario, es su fuente y su fundamento. Es la raíz de su nombre: “El que es”, “El que está cercano y siempre presente con los hombres que ama”. Y su solidaridad es eficaz e inteligente, por eso pide a Moisés acciones concretas y liberadoras. Por eso exige tener los ojos atentos a las causas sociales, a las estructuras destructoras, a las injusticias y al sufrimiento de los pequeños. No basta una solidaridad de lástima y compasión, será siempre necesaria la solidaridad que transforma y cambia. Y Dios está en el centro de esta transformación. No es un Dios providencialista que nos soluciona todos los problemas, sino que coloca en nuestros hombros la responsabilidad de construir ese mundo nuevo. La solidaridad de Dios cuenta con la solidaridad humana y nos ofrece una tarea a todos para quitar las esclavitudes e injusticias de nuestro mundo. Dios nos acompaña, nos sostiene y nos hace descubrir que es posible ese mundo de libertad, lejos de las cadenas de Egipto. Jesús, su hijo, se hace carne para vivir esa solidaridad con nosotros y para mostrarnos el camino de la verdadera libertad.

Dios es amor y quiere envolvernos en su amor, invitándonos a acoger y a hacer crecer su fuerza creadora y solidaria. Jesús, en especial en este tiempo de cuaresma, nos invita a creer en este amor inmenso de Dios, a dejarnos envolver en su misericordia y refugiarnos en sus entrañas de Padre. Convertirnos es la tarea de la cuaresma, pero convertirnos sosteniéndonos en el amor entrañable de nuestro Dios. ¿Cuál es la imagen de Dios que a mí me hace actuar? ¿Le temo como  juez o lo amo como Padre? ¿Cómo voy a vivir una verdadera conversión?

Señor, padre amoroso y lleno de misericordia, cuya bondad supera nuestros pecados, concédenos en esta cuaresma una verdadera conversión y un cambio de corazón, que nos lleven a dar los frutos de justicia, amor y paz que tu Hijo Jesús vino a enseñarnos. Amén.

Francisco en el Ángelus: Dios no usa la violencia, sufre por nosotros y con nosotros

Antoine Mekary | ALETEIA

Papa Francisco durante el rezo del Ángelus

En la oración mariana del Ángelus, el Santo Padre medita sobre el rechazo que hace Jesús de imputar nuestros males a Dios, que invita a la conversión

Estamos a mitad del camino cuaresmal”, así inició la reflexión antes del rezo del Ángelus el Papa Francisco, este III Domingo de Cuaresma, desde el Palacio Apostólico junto a los peregrinos presentes en la plaza de San Pedro en el Vaticano.

El Santo Padre meditando el Evangelio (Lc 13, 1-9), menciona algunas interrogantes ante las trágicas noticias presentes en relato bíblico, cuando “Pilato había ordenado matar a algunos galileos”:

“¿Quién tiene la culpa de estos hechos terribles? ¿Quizás aquellas personas eran más culpables que otras y Dios las ha castigado?”

Y afirma que hoy también “cuando las noticias negativas nos oprimen y nos sentimos impotentes ante el mal, a menudo se nos ocurre preguntarnos: ¿se trata de un castigo de Dios? ¿Es Él quien envía una guerra o una pandemia para castigarnos por nuestros pecados? ¿Y por qué el Señor no interviene?”

Exhorta Francisco a estar atentos a la opresión del mal, para que no caer en la tentación de echarle la culpa a Dios:

“Tenemos que estar atentos: cuando el mal nos oprime, corremos el riesgo de perder lucidez, y para encontrar una respuesta fácil a cuanto no logramos explicarnos, terminamos por echarle la culpa a Dios. Cuántas veces le atribuimos nuestras desgracias y las desventuras del mundo a Él que, en cambio, nos deja siempre libres y, por tanto, no interviene nunca imponiéndose, tan solo proponiéndose; a Él, que nunca usa la violencia, sino que, por el contrario, sufre por nosotros y con nosotros”.

Recuerda el Papa que el mismo “Jesús rechaza y contesta con fuerza la idea de imputar a Dios nuestros males: aquellas personas ajusticiadas y las que murieron bajo la torre no eran más culpables que otras y no fueron víctimas de un Dios despiadado y vengativo, que no existe. De Dios no puede venir nunca el mal, porque Él «no nos trata según nuestros pecados» (Sal 103,10), sino conforme a su misericordia”.

“En vez de culpar a Dios, dice Jesús, tenemos que mirar nuestro interior: es el pecado el que produce la muerte”, menciona Francisco.

Y reitera el llamado a la conversión que hace el Señor en el Evangelio: «Si no se convierten -dice- perecerán todos del mismo modo» (Lc 13,5). Explica que “se trata de una invitación apremiante, especialmente en este tiempo de Cuaresma. Acojámosla con el corazón abierto. Convirtámonos del mal, renunciemos a aquel pecado que nos seduce, abrámonos a la lógica del Evangelio: ¡porque donde reinan el amor y la fraternidad, el mal ya no tiene poder!”

Y ante las debilidades que el cristiano puede atravesar en el camino de la conversión, el Papa medita sobre la “parábola que ilustra la paciencia que Dios tiene con nosotros”, con la imagen de la higuera que no da fruto “pero cuyo dueño no la corta: le concede más tiempo, le da otra posibilidad”.

“Así hace el Señor con nosotros: no nos aleja de su amor, no se desanima -dice el Papa-, no se cansa de darnos confianza con ternura”.

Al finalizar, el Papa insistió en que “¡Dios cree en nosotros! Se fía de nosotros y nos acompaña con paciencia”. Y pidió a los fieles no desanimarse.

“Dios es Padre y te mira como un padre: como el mejor de los papás, no ve los resultados que aún no has alcanzado, sino los frutos que puedes dar; no lleva la cuenta de tus faltas, sino que realza tus posibilidades; no se detiene en tu pasado, sino que apuesta con confianza por tu futuro”, dijo.

Al despedirse, el Papa Francisco saludo a los peregrinos de Italia y otras naciones, pidiendo como siempre que no olviden rezar por él. 

Francisco: «La violenta agresión contra Ucrania no cesa, atrocidades cada día, no hay justificación»

El Papa Francisco, al 25º día de guerra en Ucrania, dedicó palabras fuertes a la situación

A medida que se alarga la guerra de Ucrania, los mensajes de condena del Papa Francisco se hacen más rotundos, aunque sin llegar a mencionar a Rusia. Este domingo 20, tras el rezo del Ángelus, el Papa habló de la «violenta agresión contra Ucrania», una «repugnante guerra», que no tiene «ninguna justificación«.

Sus palabras desde la ventana del Palacio Apostólico este domingo fueron:

“Lamentablemente, la violenta agresión contra Ucrania no cesa, una masacre sin sentido donde las atrocidades se repiten cada día. No hay ninguna justificación para ello. Pido a todos los actores de la comunidad internacional que hagan un verdadero esfuerzo para poner fin a esta repugnante guerra”.

El Papa recordó que “también esta semana han caído misiles y bombas sobre civiles, ancianos, niños y madres embarazadas”.

Además explicó que el sábado por la tarde visitó a niños ucranianos heridos que se recuperan en el hospital infantil del vaticano, el Hospital Niño Jesús. “Están aquí en Roma. A uno le falta un brazo, el otro tiene una herida en la cabeza… Niños inocentes”, exclamó. (Aquí crónica y fotos de la visita a los niños ucranianos).

Después hablo de los refugiados que huyen de la guerra, las bombas y las balas.

“Pienso en los millones de refugiados ucranianos que tienen que huir, dejándolo todo atrás, y siento una gran pena por aquellos que ni siquiera tienen la oportunidad de escapar.

Tantos abuelos, enfermos y pobres, separados de sus familias, tantos niños y personas frágiles, se dejan morir bajo las bombas, sin poder recibir ayuda y sin encontrar seguridad, ni siquiera en los refugios antiaéreos. ¡Todo esto es inhumano! De hecho, es incluso sacrílego, porque va contra la santidad de la vida humana, especialmente contra la vida humana indefensa, que debe ser respetada y protegida, no eliminada, ¡y que está por encima de cualquier estrategia! No lo olvidemos: es cruel, inhumano y sacrílego. Recemos en silencio por los que sufren”.

Agradecimiento a los pastores y al Nuncio

Dio las gracias a los clérigos y religiosas que comparten la tragedia del pueblo en Ucrania. «Gracias, queridos hermanos y hermanas, por este testimonio y por el apoyo concreto que ofrecen valientemente a tantas personas desesperadas».

También dio gracias al Nuncio Apostólico en Ucrania, Visvaldas Kulbokas, que permanece en Kiev con sus colaboradores desde el comienzo de la guerra y “que con su presencia me acerca cada día al pueblo ucraniano martirizado”.

Francisco pidió que el mundo no se acostumbre a la guerra y violencia y animó a vigilar que no se abuse de los refugiados, que son vulnerables. “Pensemos en esas mujeres, en esos niños, que, con el tiempo, sin trabajo, separados de sus maridos, serán buscados por los buitres de la sociedad. Protejámoslos, por favor”, exhortó, probablemente refiriéndose a las noticias sobre redes de prostitución y tráfico de personas que buscan aprovecharse de niños y mujeres ucranianas desamparados.

El Pontífice invitó de nuevo a todos a unirse en la oración el próximo 25 de marzo “para realizar un acto solemne de Consagración de la humanidad, especialmente de Rusia y Ucrania, al Corazón Inmaculado de María, para que Ella, la Reina de la Paz, obtenga la paz para el mundo”.

Datos de Naciones Unidas sobre niños, civiles y hospitales víctimas

La invasión empezó el 24 de febrero y se cumplen ya 25 días de guerra. Según Naciones Unidas, a 19 de marzo habrían muerto como víctimas de la invasión rusa en Ucrania 847 civiles, de los que 64 son niños; además 1.400 civiles han sido heridos. Naciones Unidas detalla que estos son los casos verificados, porque hay muchos más en las zonas de mayor violencia y bombardeo continuado (Jarkov, Mariupol, etc…) que no pueden verificarse aún. La Fiscalía General de Ucrania cifra en 115 los niños muertos y 140 los niños heridos.

La Organización Mundial a fecha de 17 de marzo había registrado 43 ataques contra instalaciones médicas en Ucrania, según su director general, el etíope Tedros Adan Gebreesus.

Voluntarios de Cáritas Polonia atienden refugiados en la frontera de Polonia y Ucrania; 2 millones de ucranianos han entrado en Polonia huyendo de la guerra. Foto de Cáritas Polonia.

En cuanto a los refugiados, a 19 de marzo, según ACNUR (Naciones Unidas para los Refugiados, que cita a los gobiernos como fuente) había 2 millones en Polonia, 527.000 en Rumanía, 360.000 en Moldavia (el país más pobre de Europa), 300.000 en Hungría, 245.000 en Eslovaquia y 184.000 en la Federación Rusa.

Meditación sobre el Evangelio: ¿Echamos a Dios la culpa de las desgracias?

Antes del rezo del Ángelus, Francisco comentó el Evangelio del día, como es habitual, recordando que nos encontramos a mitad de Cuaresma. Analizó Lucas 13, 1-9, cuando se comenta que “Pilato había ordenado matar a algunos galileos”. Jesús pregunta: “¿Quién tiene la culpa de estos hechos terribles? ¿Quizás aquellas personas eran más culpables que otras y Dios las ha castigado?”

Son las preguntas ante el mal: «¿Se trata de un castigo de Dios? ¿Es Él quien envía una guerra o una pandemia para castigarnos por nuestros pecados? ¿Y por qué el Señor no interviene?”

Francisco considera que pensar así es caer en la tentación de echarle a Dios la culpa de los males. «Cuántas veces le atribuimos nuestras desgracias y las desventuras del mundo a Él que, en cambio, nos deja siempre libres y, por tanto, no interviene nunca imponiéndose, tan solo proponiéndose; a Él, que nunca usa la violencia, sino que, por el contrario, sufre por nosotros y con nosotros”.

Jesús explica en Lucas 13 que los galileos que mató Pilatos y otras personas que murieron en una torre que se derrumbó «no eran más culpables que otras y no fueron víctimas de un Dios despiadado y vengativo, que no existe. De Dios no puede venir nunca el mal, porque Él «no nos trata según nuestros pecados» (Sal 103,10), sino conforme a su misericordia”.

Pero después Jesús advierte: «Si no os convertís, pereceréis todos del mismo modo» (Lc 13,5). El Papa lo explica: «Convirtámonos del mal, renunciemos a aquel pecado que nos seduce, abrámonos a la lógica del Evangelio: ¡porque donde reinan el amor y la fraternidad, el mal ya no tiene poder!”

Añadió que “¡Dios cree en nosotros! Se fía de nosotros y nos acompaña con paciencia”. Y pidió a los fieles no desanimarse. “Dios es Padre y te mira como un padre: como el mejor de los papás, no ve los resultados que aún no has alcanzado, sino los frutos que puedes dar; no lleva la cuenta de tus faltas, sino que realza tus posibilidades; no se detiene en tu pasado, sino que apuesta con confianza por tu futuro”, dijo.

Ángelus del Papa del 20 de marzo: habla de Lucas 13 y de la «repugnante guerra» en Ucrania

Serapión el Escolástico, Santo

Obispo, 21 de marzo

Obispo de Thmuis

Martirologio Romano: En Egipto, san Serapión, anacoreta ( c.370).

Etimológicamente: Serapión = “perteneciente a la divinidad de Serapis”. Viene de la lengua griega.

Breve Biografía

A este monje egipcio se le conoce también como Serapión de Thmuis.

La fecha de su muerte se sitúa más o menos entre los años 365 y 370.

Las características que mejor lo definen son, sin duda, su penetrante inteligencia y su elocuencia. Gracias a ellas tuvo en la Iglesia un papel relevante.

Estudió en la célebre escuela catequética de Alejandría. Después se dedicó a la vida eremítica. En este campo tuvo un maestro excepcional, san Antonio. A nivel intelectual, encontró en san Atanasio un amigo sincero. Lo recuerda con cariño en su libro “Vida de san Antonio. Al separase, le dejó su túnica.

Lo nombraron obispo de Thmuis en el delta del Nilo. Se le reconoció en seguida por su carácter de dirigente en los asuntos eclesiásticos y por su clara y transparente oposición al arrianismo.

El propio san Jerónimo lo eligió como confesor. Por su vida pastoral como cabeza de la diócesis rondaba la idea de escribir un libro magnífico contra los maniqueos. Defiende en contra de ellos la doctrina de que nuestros cuerpos son instrumentos para el bien o para el mal. Todo depende de la disposición del corazón.

Los maniqueos sostienen que el alma es obra de Dios, pero nuestros cuerpos lo son del diablo.

También escribió varias cartas y un libro basado en los títulos de los Salmos, pero no queda ninguno.

En el año 1899 se descubrió el libro más conocido sobre los santos, llamado Eucologio. Es una colección litúrgica de oraciones que él mismo empleó cuando era obispo.

Es interesante para conocer la adoración y la fe de los primeros cristianos egipcios.

Frecuentemente repetía esta expresión llena de contenido:»La mente se purifica por el conocimiento, las pasiones espirituales del alma con la caridad y los apetitos desordenados con la abstinencia y la penitencia..»

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

Experiencia del amor de Dios

Santo Evangelio según san Lucas 4, 24-30. Lunes III de Cuaresma

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor Jesús, ayúdame por favor a experimentar tu amor en cada instante de mi vida.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 4, 24-30

En aquel tiempo, Jesús llegó a Nazaret, entró a la sinagoga y dijo al pueblo: «Yo les aseguro que nadie es profeta en su tierra. Había ciertamente en Israel muchas viudas en los tiempos de Elías, cuando faltó la lluvia durante tres años y medio, y hubo un hambre terrible en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda que vivía en Sarepta, ciudad de Sidón. Había muchos leprosos en Israel, en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, que era de Siria».

Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira, y levantándose, lo sacaron de la ciudad y lo llevaron hacia un precipicio de la montaña donde estaba construida la ciudad, para despeñarlo. Pero él, pasando por en medio de ellos se alejó de allí.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.

En la vida, es bueno aprender a tener certezas, fundamentos; una roca firme en la cual nos podemos sentir seguros, afianzarnos, sin que cambie nuestra manera de amar, o sin dejarnos abatir por las dificultades o inconvenientes que van surgiendo día a día.

Teniendo en cuenta este fundamento en nuestra vida, notaremos que pocas cosas cambiarán. Sí cambiarán las circunstancias, los lugares, los momentos, incluso las personas, pero no cambia el hecho de que somos amados por Dios, pues la mayor certeza y fundamento que podemos tener en la vida, es el experimentar y gozar de este amor que no sólo es temporal, sino que se vive para toda la eternidad.

Al experimentarlo, como lo experimentaron la viuda y el leproso del Evangelio de hoy, vemos que en primer lugar, no es un amor en multitud, ya que no somos un número más en el mundo, al contrario, es un amor personal, de un padre que vela, que ama a cada uno de sus hijos y que sale al encuentro de aquél que se siente necesitado. Otro aspecto que podemos descubrir es el hecho de que es un amor sin medida, pues Dios se dona a nosotros aun en los momentos en que experimentamos la fragilidad humana. Para experimentarlo debemos dejar abierta la puerta de nuestro corazón, recogernos interiormente e intentar escuchar la dulce y suave voz de Dios, que susurra, ¡te amo!, en cada momento de la vida.

«Dios no nos ama porque nosotros tengamos ninguna razón que suscite amor. Dios nos ama porque Él mismo es amor, y el amor tiende, por su naturaleza, a difundirse, a entregarse. Dios tampoco vincula su benevolencia a nuestra conversión, más bien es una consecuencia del amor de Dios».

(Catequesis del Papa Francisco, 14 de junio de 2017).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Demostraré mi amor a Dios viviendo con alegría ante las dificultades e imprevistos que surjan en la vida.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Católico ¿qué significa?

Algunos evangélicos suelen preguntar el significado de la palabra «Católico», y su significado, y otros tantos hermanos catolicos desconocen el significado, a continuación exponemos este articulo del hermano Bob Stanley, para responder a esta cuestión.

Pregunta; ¿De dónde viene el origen de la palabra católico?

Respuesta; Viene del griego Katholikos, que luego se latinizó en Catholicus.

Pregunta; ¿Cuál es el significado de la palabra?

Respuesta; Significa ´Universal´, que en sí misma significa ´en relación a, o que afecta al mundo entero y a toda la gente en él´. Esto quiere decir: abarcando todo, amplitud de comprensión, general, y el contener todo lo que es necesario. En fin, significa toda la gente en todos los lugares, teniendo todos lo necesario, y por todo el tiempo.

Pregunta; ¿Pero es Bíblica?

Respuesta; Si lo es. Está en Mateo 28:19-20, «Vayan y hagan discípulos en todas las naciones…enséñenles a cumplir todo lo que les he ordenado; además yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.» Esta es una declaración de la Universalidad, Katholicos, Catholicus, Católica.

Pregunta; He escuchado que la palabra ´Católica´ no fue usada sino hasta cientos de años después de que Jesucristo fundó Su Iglesia.

Respuesta; No es cierto. El primer indicio del uso de la palabra que pude encontrar está en la carta a los ´Smymeans´, de San Ignacio de Antioquía (del 106 D.C.), párrafo 8: «Cuando el arzobispo aparece, deja ser a la gente como es, donde está Jesucristo, allí está la Iglesia Católica.» Indudablemente la palabra se utilizaba antes de la época de esta escritura.

Pregunta; Algunos dicen que la Iglesia Católica terminó con Constantino (285-337), con el ´Edicto de Milán´ el cual se publicó en el año 313, donde permitía a la Iglesia practicar abiertamente. Otros dicen que es cuando la Iglesia comenzó. ¿Quién dice la verdad?

Respuesta; Ninguno tiene la razón. La Iglesia Católica es la verdadera Iglesia fundada por Jesucristo y El garantizó su eternidad, Mateo 28:20, y es sin duda la verdad, 1Timoteo 3:15. Ahora, si alguno de los argumentos en cuestión fuera verdadero, ¿no crees que los Padres de la Iglesia lo hubieran mencionado en algún sitio? Pregúntales a quienes dicen esas cosas que te muestren un documento que lo pruebe.

Aquí está lo que los Padres de la Iglesia han dicho. En cada caso la palabra ´Católica´ es utilizada. Nótese las fechas, atraviesan un siglo antes y después de Constantino. En cada caso la palabra ´Católica´ es utilizada. El JXXXX refiere a los números de párrafo en «La Fe de los Padres de nuestros tiempos», Por William A. Jurgens.

Iglesia Católica…

• Ignacio, Carta a los Smyrneans 8:1-2. J65. 106 DC
• Martirio de San Policarpio16:2. J77,79,80a,81a, 155DC
• Clemente de Alejandría, Stromateis 7:17:107:3. J435, 202DC
• Cipriano, Unidad de la Iglesia Católica 4-6. J555-557, 251DC
• Cipriano, Carta a Florentino 66:69:8. J587, 254DC
• Lactantius, Instituciones Divinas 4:30:1. *J637, 304DC
• Alejandro de Alejandría, Cartas 12. J680, 324DC
• Anastasio, Carta en el Concilio de Nicea 27. J757, 350DC
• Anastasio, Carta a Serapio 1:28. J782, 359DC
• Anastasio, Carta al Concilio de Rimini 5. J785, 361DC
• Cirilo de Jerusalem, Lecturas Catequéticas 18:1. J836-*839, 350DC
• Dámaso, Decreto de Dámaso 3. J910u, 382DC
• Serapio, El Sacramental13:1. J1239a, 350DC
• Pacian de Barcelona, Carta a Sympronian 1:4 J1243, 375DC
• Agustín, Carta a Vicente el Rogatist 93:7:23. J1422, 408DC
• Agustín , Carta a Vitalis 217:5:16. J1456, 427DC
• Agustín, Salmos 88:2:14, 90:2:1. J1478-1479, 418DC
• Agustín, Sermones 2, 267:4. *J1492, *J1523, 430DC
• Agustín, Sermon a los Catecúmenos en el Credo 6:14. J1535, 395DC
• Agustín, La verdadera Religión 7:12+. *J1548, *J1562, J1564, 390DC
• Agustín, Contra la Carta de Mani 4:5. *J1580-1581, 397DC
• Agustín, Instrucción Cristiana 2:8:12+. *J1584, J1617, 400DC
• Agustín, Bautismo 4:21:28+. J1629, J1714, J1860a, J1882, 411DC
• Agustín, Contra los Pelagians 2:3:5+. *J1892, *J1898, 421DC
• Inocencio I, Carta a Probus 36. J2017, 417DC
• Fulgencio de Ruspe, Perdón de los Pecados 1:19:2, J2251-2252, 517DC

Las siguientes escrituras atestiguan la antigüedad de la Iglesia Católica Antigüedad de la Iglesia…

• Hermas, El Pastor Vis 2:4:1. J82
• Anónimo Segunda Carta de Clemente a los Corintios 14:2. J105
• Clemente de Alejandría, Stromateis 7:17:107:3. J435
• Agustín, Carta a Deogratias 102:15. J1428
• Agustín, Salmos 90:2:1. J1479
• Agustín, Predestinación de Santos 9:18. J1985
• Gregorio I, Carta a Juan 5:44:18. J2295 595DC

Los siguientes escritos apoyan la perpetualidad de la Iglesia Católica. La Iglesia por siempre…

• Clemente, Carta a los Corintios 42:1,64. J20,29a 80DC
• Anónimo, Segunda Carta de Clemente a Roma 14:2. J105
• Cipriano, Unidad de la Iglesia Católica 4. J555-556
• Cipriano, Carta al Lapsed 33:27:1. J571
• Hilario, La Trinidad 7:4. J865 Agustín, Salmos 90:2:1. J1479
• Agustín, Sermón a Catecúmenos 6:14. J1535

Los siguientes escritos hablan sobre la fundación de la Iglesia Católica. Fundación de la Iglesia…

• Clemente, Carta a los Corintios 42:1. J20
• Hermas, El Pastor Vis 2:4:1-3:5:1. J82-84 140DC
• Anónimo, Carta de Clemente 14:2. J105
• Ireneo, Contra Herejes 3:16:6. J217a
• Tertullian, Demurrer Contra los Herejes 9:3. J289
• Clemente of Alejandría, Stromateis 7:17:107:3. J435 202DC
• Cirpiano, Unidad de la Iglesia Católica 4. J555-556
• Cipriano, Carta al Lapsed 33:27:1. J571
• Hilario de Poitiers, La Trinidad 7:4. J865
• Agustín, Homilías sobre Juan 9:10. J1814

Las siguientes escrituras atestiguan el hecho de que la Iglesia Católica fue asentada en Roma. La Iglesia asentada en Roma…

• Clemente, Carta a los Corintios, Direcciones. J10a 80DC
• Ignacio, Carta a los Romanos, J52
• Ireneo, Contra Herejes 3:3:3. J210-211
• Cirpiano, Carta a Cornelio 59:55:14. J580
• Concilio de Constantinopla, Canon3. J910d
• Dámaso, Decreto de Dámaso 3. J910u
• Optatus de Melvis, Cisma de Donatists 2:2. J1242

Las siguientes escrituras hablan sobre la Unidad de la Iglesia Católica. Unidad de la Iglesia…

• Didache 4:3. J1b Ignacio, Carta a los Filipenses 3:2. J56
• Tertullian, Demurrer Contra Herejes 20:4. J292
• Cirpiano, Unidad de la Iglesia Católica 4. J555-556

Las siguientes escrituras atestiguan la ´Universalidad´ de la Iglesia Católica. La Iglesia Católica es verdaderamente ´Universal´ como su nombre implica. Iglesia Universal…

• Didache, 9:1,10:1. J6,7
• Clemente, Carta a los Corintios 5:1. J11
• Ignacio, Carta a los Efesios 3:2. J38
• Martirio de San Policarpio, Direcciones. J77,79,81a
• Hermas, El PastorPar 9:17:4. J93
• Anónimo, Carta a Diogenetus 6:1. J97a
• Arístides of Atenas, Apología 15. J112
• Justino Mártir, Dialogo con Trypho 110. J144
• Ireneo, Contra Herejías 1:10:1. J191,192,215,257
• El Muratorian Fragmento. J268
• Tertullian, Contra los Judíos 7:4. J320a
• Clemente de Alejandría, Exhortación a los Griegos10:110:1. J405
• Cirilo deJerusalem, Lecturas Catequéticas 18:23. J838
• Dámaso, Decreto de Dámaso 3. J910u

Yo creo, Señor; en Ti
que eres la Verdad Suprema.
Creo en todo lo que me has revelado.
Creo en todas las verdades
que cree y espera mi Santa Madre
la Iglesia Católica y Apostólica.
Fe en la que nací por tu gracia,
fe en la que quiero vivir y luchar
fe en la que quiero morir.

Los chistes de color ¿son pecado?

Cuando se banaliza las diversas realidades del hombre estamos rebajando su dignidad misma

La vida nos presenta diversas situaciones para contar un chiste, un chascarrillo, un detalle que jalonea una sonrisa o una carcajada fresca, limpia sana. Bien decía Santa Teresa que un santo triste es un triste santo y cuentan también que San Felipe Neri no se cansaba de hacer bromas y contar chistes a sus contertulios del oratorio. Hay quien dice que para sacar de la melancolía a un pobre monje entrado en edad, lo invitó a jugar a las carreras entre los muros del claustro conventual. Al final los dos rieron y adiós melancolía.

Los chistes, es verdad, alegran la vida, hacen más ligero el caminar cotidiano y bien presentados suscitan la risa, el descanso y la distensión en quien los escucha y en quien los cuenta. Los hay que sirven para ejemplificar situaciones en la vida y así se utilizan como excelentes medios pedagógicos desde las clases de educación básica hasta las aulas universitarias. Hay párrocos y conferencistas que saben ilustrar magistralmente sus prédicas y disertaciones con una colección excelente de chistes de diverso género. Parecería que las únicas reglas a seguirse en lo referente a chistes serían las del ingenio, la oportunidad y la gracia. No hay cosas más sosa y más grotesca que un chiste mal contado o contado malamente en situaciones desagradables. Dígase así de los chistes contados en los velorios o incluso, en los sepelios.

Sin embargo, debemos estar atentos al color de los chistes. Los chistes pueden ser de muy diverso color… eso es algo bien sabido. Los hay blancos y los hay de un color subido. Todo depende del lado del Atlántico en el que nos encontremos. Mientras que allende el océano un chiste verde podría causar el sonrojo y el sarcasmo de los hombres, en la América de Gabriel García Marques un chiste verde es un chiste soso. Para los lectores de Manzoni y Dante Alighieri en Italia un chiste “a luci rosse” tiene la misma connotación que un chiste verde en la España de Cervantes o un chiste rojo en el México de Octavio Paz. Ya el lector habrá captado la intención del color de los chistes. Me refiero lógicamente a aquellas historias en donde el elemento sexual viene a ser tratado de cualquier forma o la utilización de palabras lleva connotaciones no siempre de acuerdo con la intención semántica de quien habla. Lo que dicho en otras palabras significaría los chistes “de doble sentido” en donde hacemos referencia a situaciones sexuales o a los órganos genitales con palabras que degradan su casto significado.

¿Pero qué tiene de malo? ¿Puede llegar a convertirse en pecado un chiste rojo o verde?

Hablemos sin rodeos. Cuando en los chistes se banalizan o se ridiculizan las diversas realidades del hombre como pueden ser su componente sexual, o su realidad íntima como la de la relación sexual, estamos rebajando la dignidad misma del hombre y de la mujer. Estamos por tanto faltando a la caridad. El respeto que nos merece la dignidad del hombre viene a ser pisoteado en aras de un gusto pasajero, por lo que se degrada el concepto de hombre y de realidad sexual, además de que poco a poco tendemos a “cosificar” esas realidades humanas.

Además, bien sabemos que esas realidades suscitan en el hombre la excitación de los sentidos, llevándolo en no pocos casos a una ocasión próxima de pecado: las imaginaciones, los deseos y los recuerdos que dejan en el alma ese tipo de chistes no son una ayuda para vivir coherentemente nuestro compromiso de cristianos en el campo de la castidad, especialmente en un mundo exacerbado por todo tipo de referentes sexuales.

Habiendo tantos y tan buenos chistes es una pena que se tenga que recurrir a ellos para poner la nota cómica en una conversación. Son señales de vacío mental, de falta de recursos o de una concepción inadecuada en la visión de la sexualidad. Rojos, verdes o a “luci rosse”, esos chistes deben ser evitados por quien se profese como buen católico y en la medida de lo posible evitar su propagación.

Con la mirada en la realidad y en Cristo

Desde la mirada a Cristo, los análisis irán más a fondo.

Cualquier reunión eclesial que trate sobre la Iglesia en algún territorio (Estado, continente, etc.), necesita poner la mirada en la realidad y en Cristo.

Sin embargo, existe el peligro de organizar encuentros y elaborar propuestas eclesiales que no arranquen de una correcta comprensión de la situación real de la gente.

Ese peligro se hace realidad cuando los análisis se basan en filosofías no armonizables con la fe, o se recogen datos parciales, o se trabaja con idealizaciones de algunos grupos sociales y demonizaciones de otros grupos.

En cambio, si se busca conocer los datos de las personas concretas desde una mirada realista, honesta, seria, desideologizada, se lograrán mejores análisis y se alcanzará una visión más completa de la situación.

Junto a la mirada dirigida a la realidad, un encuentro auténticamente eclesial dirige su mirada hacia Cristo.

Porque es Cristo el origen de la Iglesia. Él es el Hijo del Padre que busca la redención de los hombres, el verdadero y único Salvador de los males más profundos que nos afectan a todos.

Desde la mirada a Cristo, los análisis irán más a fondo, porque estarán basados en el gran amor que tiene el Señor hacia todos los llamados a la Iglesia.

Además, es Cristo quien ayuda a comprender mejor la mayor amenaza que afecta a cada ser humano: el pecado. Y también es quien ofrece la curación más completa cuando uno sucumbe a la tentación: la misericordia, acogida y recibida en el sacramento del perdón. Un camino eclesial, en la parroquia, en la diócesis, en una región eclesiástica, en una conferencia episcopal, en algún sínodo más amplio, o incluso en un concilio, podrá abrirse al Espíritu Santo desde esas miradas que nunca pueden faltar: hacia la realidad de nuestro tiempo, y hacia Cristo, Señor del mundo y de la historia.

San Benito, un águila y consejos para vivir la Cuaresma

Con la Cuaresma, la Iglesia no busca hacernos la vida imposible, sino fortalecer nuestro espíritu, para soportar los grandes vuelos que tiene la vida.

Aunque la vida del monje debería tener en todo tiempo una observancia cuaresmal, sin embargo, como son pocos los que tienen semejante fortaleza, los exhortamos a que en estos días de Cuaresma guarden su vida con suma pureza, y a que borren también en estos días santos todas las negligencias de otros tiempos. Lo cual haremos convenientemente, si nos apartamos de todo vicio y nos entregamos a la oración con lágrimas, a la lectura, a la compunción del corazón y a la abstinencia.

Por eso, añadamos en estos días algo a la tarea habitual de nuestro servicio, como oraciones particulares o abstinencia de comida y bebida, de modo que cada uno, con gozo del Espíritu Santo, ofrezca voluntariamente a Dios algo sobre la medida establecida, esto es, que prive a su cuerpo de algo de alimento, de bebida, de sueño, de conversación y de bromas, y espere la Pascua con la alegría del deseo espiritual» (San Benito, Regla, Capítulo 49).

Uno de mis animales favoritos es el águila. Siempre lo ha sido. Ver sus alas extendidas en su majestuoso vuelo o la pose orgullosa y elegante de su cabeza ha constituido desde mi más tierna infancia objeto de admiración. Por ese motivo, no dudé en abrir una de las miles de presentaciones de Power Point que me llegaron esta semana con el título de «El reto del águila». Decía exactamente lo siguiente:

El águila es una de las aves de mayor longevidad. Llega a vivir 70 años. Pero para llegar a esa edad, en su cuarta década tiene que tomar una seria y difícil decisión.

A los 40 años, ya sus uñas se volvieron tan largas y flexibles que no puede sujetar a las presas de las cuales se alimenta. El pico alargado y en punta, se curva demasiado y ya no le sirve. Apuntando contra el pecho están las alas, envejecidas y pesadas en función del gran tamaño de sus plumas y, para entonces, ¡volar se vuelve tan difícil!

Entonces, tiene sólo dos alternativas: Dejarse estar y morir… o enfrentar un doloroso proceso de renovación que le llevará aproximadamente 150 días. Ese proceso consiste en volar a lo alto de una montaña y recogerse en un nido, próximo a un paredón donde ella no necesita volar y se siente más protegida.

Entonces, una vez encontrado el lugar adecuado, el águila comienza a golpear la roca con el pico ¡hasta arrancarlo! Luego espera que le nazca un nuevo pico con el cual podrá arrancar sus viejas uñas inservibles. Cuando las nuevas uñas comienzan a crecer, ella desprende una a una, sus viejas y sobrecrecidas plumas. Y después de todos esos largos y dolorosos cinco meses de heridas, cicatrizaciones y crecimiento, logra realizar su famoso vuelo de renovación, renacimiento y festejo para vivir otros 30 años más.

No sé si sea verdad o una mera ficción, pero a mí me ha recordado el período de Cuaresma que estamos viviendo, un tiempo que, para muchos, puede ser costoso. De hecho, lo era para San Benito.

El texto del santo que arriba he querido compartirles lo deja muy claro: no se puede vivir la Cuaresma durante todo el año. No todos tenemos las fuerzas para vivirlo. Pero también es verdad que la Cuaresma es necesaria, así como para el águila era necesario ese esconderse en su nido. Sin este período de renuncias, nuestra alma puede volverse vieja, rutinaria y no rejuvenecer.

Por ello, con este tiempo litúrgico que la Iglesia nos propone no es que se busque hacernos la vida imposible, sino que, con la oración y los pequeños sacrificios que uno realiza -«que prive a su cuerpo de algo de alimento, de bebida, de sueño, de conversación y de bromas», para decirlo con las palabras de San Benito- se nos ayuda a fortalecer nuestro espíritu, a darle más fuerza y soportar, luego, los grandes vuelos que aún tengamos por delante en nuestra vida: vuelos que no estarán exentos de dificultades y tentaciones; vuelos que nos llevarán, si Dios quiere, al vuelo definitivo a la Eternidad, al abrazo con Dios.

¿Cuántas «uñas largas e inservibles» tengo yo en mi vida y que necesito arrancarme? ¿Cuál es mi lista de vicios o de pequeñas cosas que puedo ofrecer a Dios? Sería muy positivo, si no lo han hecho aún, trazarse unos objetivos, sencillos y claros, para estos 40 días de Cuaresma y ponerlos delante de Dios en la oración. Así, podremos renovar nuestra alma y, de esta manera, podremos ser también objetos de admiración…pero no de cualquiera, sino del mismo Dios.

San Nicolás de Flue, padre de familia y ermitaño

Este agricultor con 10 hijos y eremita se alimentó solo de la Eucaristía durante 20 años

San Nicolás nació en 1417. Era de familia campesina, se casó a los 30 años con Dorotea Wyss y tuvo 10 hijos. Rezaba y practicaba el ayuno cuatro días por semana.

Con permiso de su esposa y de sus hijos, a los 50 años se hace ermitaño en la garganta de Ranft. En esa celda-cabaña solo dispone de dos ventanas: una para ver los oficios del sacerdote y otra para contemplar la naturaleza de Unterwald. Medita profundamente la Pasión del Señor y alcanza mucho conocimiento de la Santísima Trinidad. Está comprobado históricamente que no tomó alimento durante 20 años excepto la Eucaristía. Este hecho de carácter milagroso hizo que el lugar se convirtiera en centro de peregrinación y siga siéndolo en la actualidad. Con sus visiones, logró acertar en las decisiones políticas que hacen de Suiza un país estable todavía hoy. San Klaus falleció, tras una dolorosa enfermedad, el 21 de marzo de 1487. Santo patrón. Llamado Hermano Klaus, tanto los protestantes como los católicos lo consideran patrono de Suiza.

Oración. La oración de San Nicolás de Flüe que se hizo célebre en los cantones suizos es la siguiente: «Señor y Dios mío, quitad de mí todo lo que me impide ir a Vos. Señor y Dios mío, concededme todo lo que me pueda llevar hacia Vos. Señor y Dios mío, haced que no haya en mí nada que no sea vuestro y que me entregue a Vos por completo».