JUAN 12, 44-50
En el Evangelio de hoy Jesús se identifica con el Padre y así insinúa la realidad de la Trinidad.
La Trinidad es simplemente otra forma de decir que Dios es amor. Pero esto tiene que involucrar una interacción dentro de la unidad de Dios, la de ser el amante, el amado y el amor compartido. Esto es precisamente lo que queremos decir cuando hablamos del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Este amor es tan ardiente, tan intenso, que se extiende a la creación. En el caso de los seres humanos, esta comunicación del amor fue interrumpida por el pecado. ¿Qué hizo entonces el Dios trinitario para abordar este problema? En otra parte del Evangelio, Juan nos dice: «Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en Él no muera, sino que tenga Vida eterna».
El Padre ardió tanto en el amor del Espíritu Santo que envió a Su propio Hijo al mundo para que la humanidad pecadora pudiera volver a la vida en comunidad. La Trinidad se abre para incluir a una humanidad pecadora y errante. La Trinidad está lejos de ser una doctrina abstracta. Ella es la dinámica propia de la salvación.
La difusión del evangelio
En esta lectura, de manera un tanto resumida, San Lucas hace referencia al avance del evangelio en los primeros tiempos. “En aquellos días, la Palabra del Señor cundía y se propagaba”. Nos habla de Jerusalén, pero da mayor cabida a Antioquía, donde parece indicarnos que existía una iglesia floreciente donde había profetas y doctores.
Nos cita sus nombres, pero que, exceptuando a Pablo y a Bernabé, podemos decir que casi no han pasado la historia de la propagación del evangelio, y a nosotros nos suenan cuando leemos este pasaje de los Hechos. Lo cual quiere decir, entre otras cosas, que además de Pablo, Bernabé y los apóstoles, la difusión del evangelio ha sido llevada a cabo también por cristianos podemos decir casi anónimos. Esto fue así en la iglesia primitiva y en la iglesia de todos los tiempos, también en nuestra iglesia del siglo XXI.
Al final de la lectura, entra en juego el Espíritu Santo que envía a Bernabé y a Pablo a Salamina a anunciar la Palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. La propagación del evangelio de Jesús está en marcha.
Yo he venido al mundo como luz
El mismo Dios nos ha revelado que es Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Algo que nos supera pero que aceptamos limpiamente porque esta verdad nos viene de arriba. Los teólogos nos dicen que “hacia dentro” los tres son iguales y el mismo Jesús lo testifica: “Felipe quien me ve a mí ve al Padre”, “el que me ve a mí, ve al que me ha enviado”. Pero “hacia fuera”, hacia nosotros, cada uno tiene una misión. El Padre tiene la misión de enviar a su Hijo al mundo a predicar el evangelio: “Porque yo no he hablado por cuenta propia; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar”; “Lo que yo hablo, lo hablo como me ha encargado el Padre”.
Por encima de estas matizaciones teológicas, Jesús con mucha rotundidad nos habla de sí mismo como la luz que ha venido al mundo a iluminar a todos los que acudan a él. “Yo he venido al mundo como luz, y así el que cree en mí no quedará en tinieblas”. En este tiempo de resurrección, Jesús ha llenado de luz nuestro corazón asegurándonos que gracias a él también nosotros vamos a vencer a la muerte y poder resucitar a una vida de total felicidad. También el Padre nos resucitará a nosotros: “Si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo a los que han muerto en Jesús, Dios los resucitará con él”. Nuestro destino es la vida y no la muerte.
Es la misión de Jesús: llevar la luz. Y la misión de los apóstoles es llevar la luz de Jesús. Iluminar. Porque el mundo estaba en tinieblas. No es fácil vivir en la luz. La luz nos hace ver muchas cosas feas dentro de nosotros que no queremos ver: los vicios, los pecados… todo esto nos ciega, nos aleja de la luz de Jesús. Pero si comenzamos a pensar en estas cosas, no encontraremos un muro, no, encontraremos una salida, porque Jesús mismo dice que Él es la luz, y también: “Vine al mundo no para condenar al mundo, sino para salvar al mundo” (cf. Jn 12,46-47). Jesús mismo, la luz, dice: “Ten valor: déjate iluminar, déjate ver por lo que tienes dentro, porque soy yo quien te lleva adelante, para salvarte. No te condeno. Yo te salvo” Hay muchas tinieblas interiores. Y el Señor nos salva. Pero nos pide que las veamos primero; tener el valor de ver nuestras tinieblas para que la luz del Señor entre y nos salve. (Santa Marta, 6 mayo 2020)
Mayolo, Santo
Abad, 11 de mayo
Abad de Cluny
Martirologio Romano: En Souvigny, de Borgoña, san Mayolo, abad de Cluny, quien, firme en la fe, seguro en la esperanza y repleto de una doble caridad, renovó numerosos monasterios de Francia e Italia (994)
Etimológicamente: Mayolo = Aquel nacido en el mes de mayo, es de origen latino.
Breve Biografía
Hijo de Foquer, señor rico y poderoso en Provenza. Mayolo o también Mayeul nació en el año 906, en la pequeña villa de Valenzola. Sus padres murieron pronto, cuando Mayolo era aún muy joven.
Pronto le ronda por la cabeza el pensamiento de abandonar sus muchas posesiones y retirarse a la soledad; pero antes de tomar esta determinación le obligan a salir de sus tierras los sarracenos que van haciendo incursiones desde España. Esta es la razón de refugiarse en Mâcon donde le conociera el obispo Bernon que le da la prebenda de un canonicato al ver sus buenas cualidades y disposiciones. Termina sus estudios en la entonces célebre escuela de Lyon de donde regresa para instruir en filosofía y teología al clero local, recibir el diaconado y ser nombrado arcediano, o sea, el primero del orden de los diáconos. Como el ministerio del diaconado lleva consigo preparar la mesa a los pobres, repartiéndoles las limosnas de la iglesia, su nuevo cargo le proporciona la ocasión de ejercitar la caridad limosnera de un modo poco común; de hecho, vende sus muebles, casas y tierras para repartirlos entre los más menesterosos, incrementando así las limosnas del obispo.
Quieren nombrarlo obispo de Besanzon a la muerte de Guifredo; pero se resiste y, temeroso de que se presenten otras ocasiones que no pueda declinar, se retira al claustro.
Cluny la abadía recientemente fundada -en el 910, bajo la advocación de san Pedro apóstol y sometido a la autoridad del papa, por Guillermo, duque de Aquitania-, será su casa desde entonces, cuando su tercer abad es Aymardo. Se observa estrictamente la Orden de San Benito de Arriano. Allí le encargan de la biblioteca y le nombran apocrisario, una especie de legado para resolver asuntos fuera del convento y, de modo especial, los que se refieren a las relaciones con los nobles o los príncipes.
Pasa a ser abad de Cluny al quedarse Aymardo imposibilitado para el gobierno por la ceguera. Con el abad Mayolo es cuando la abadía más resplandece por su rectitud, disciplina y espíritu de reforma, volviéndose hacia ella los ojos de los príncipes, emperadores y papas.
La reforma propugnada por Cluny pasa a los monasterios de Alemania a petición del emperador Otón I y de la emperatriz Adelaida.
Las abadías de Marmontier de Turena, San German de Auxerre, Moutier-San-Juan, San Benito de Dijon y San Mauro de las Fosas, en las proximidades de París, conocen la reforma cluniacense en Francia. El mismo papa Benedicto VII encomienda al abad Mayolo la reforma del monasterio de Lerins.
Fue toda una labor apasionante y pletórica realizada sólo en diez años. Claro está que nada de esto hubiera podido realizarse con un espíritu pusilánime o sin oración, sin penitencia y sin su piedad recia que incluía el tierno amor a Santa María como queda expresado en sus peregrinaciones a los santuarios de Nuestra Señora de Valay y de Loreto.
No todos los trabajos fueron ad intra propiciando la reforma de los buenos. Tuvo también escarceos apostólicos y proselitistas con los infieles sarracenos durante el tiempo en que le tuvieron preso, en Pont-Ouvrier, y de quienes fue rescatado por una fuerte suma de dinero que pudo reunirse entre los frailes y con las ayudas de amigos y ricos nobles conocidos.
El emperador Otón II quiso que fuera elegido papa, pero topó con su firme negativa.
Cansado de trabajos y pensando que su misión estaba concluida, propone se elija a su fiel discípulo Odilón para sucederle y renuncia a ser abad. Pero, aunque anciano ya, le queda todavía una última aventura reformadora; fue Hugo, el fundador de la dinastía de los Capetos, quien le pide como rey de Francia que regrese a París para introducir la reforma en la abadía de san Dionisio; no supo negarse, se puso en camino y muere en el intento generoso de mejorar ese monasterio para bien de la Iglesia; en Souvigni, el 11 de Mayo del año 994, casi nonagenario, muere el reformador Mayolo, uno de los hombres más eminentes de la cristiandad del siglo X, organizador insigne que preparó el estallido de vitalidad del siglo XI. Su figura se presenta magnífica en la escena del siglo de hierro en un mundo que estaba en construcción. Además de extender la Orden de Cluny en influencia y prestigio para reformar el mundo cristiano, su obra se extiende a otros aspectos de la vida social: construye y restaura, favorece las letras e introduce las ideas cristianas en los gobiernos de Alemania, de Francia y de Italia y, además, es incapaz de contemplar a un necesitado sin derramar lágrimas.
La abadía de Cluny, el templo mayor del mundo hasta que en el siglo XVI se construyó en Roma la basílica de san Pedro, que llegó a ser uno de los más importantes centros religiosos, que preparó decisivamente el camino a la reforma gregoriana y que se convirtió en potente foco de radiación del románico europeo, está convertida hoy en un montón de ruinas sólo recuperadas para la posteridad en el papel y el diseño. Se cerró y arrasó en el 1790 por la Revolución francesa. Se entiende que no todas las revoluciones son respetuosas con la cultura, ni con el arte, ni con la historia o que quizá existan más interpretaciones de historia, de arte y de cultura.
Creer en la luz de Cristo
Santo Evangelio según san Juan 12, 44-50. Miércoles IV de Pascua
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, vengo ante ti para pasar este momento de oración en tu presencia. Quiero estar contigo. Necesito de ti. Dame la gracia de conocerte un poco más en esta oración. Ayúdame a ser testigo de la Luz en el mundo.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 12, 44-50
En aquel tiempo, exclamó Jesús con fuerte voz: “El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquél que me ha enviado; el que me ve a mí, ve aquél que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, para que todo el que crea en mí no siga en tinieblas.
Si alguno oye mis palabras y no las pone en práctica, yo no lo voy a condenar; porque no he venido al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo.
El que me rechaza y no acepta mis palabras, tiene ya quien lo condene: las palabras que yo he hablado lo condenarán en el último día. Porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que mi Padre, que me envió, me ha mandado lo que tengo que decir y hablar. Y yo sé que su mandamiento es vida eterna. Así, pues, lo que hablo, lo digo como el Padre me lo ha dicho”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Seguramente, más de alguna vez, hemos encendido una vela en un lugar que está muy oscuro. Y lo primero que contemplamos, indudablemente, es como esa pequeña llama se convierte en una luz que va creciendo, iluminando todo lo que está en nuestro entorno.
En el Evangelio de hoy vemos como Jesucristo dice: Yo soy la Luz del mundo, el que crea en mí no estará en tinieblas. Cuando pasamos por momentos difíciles en la vida y nos cuesta recibir lo que el Evangelio nos da, es justo ahí cuando tenemos que encender esa vela en nuestro corazón, para que sea el Señor quien ilumine hasta el último rincón. La gran pregunta que tenemos que hacernos es: ¿Queremos verdaderamente dejar que la luz de Cristo penetre esa parte que aún está en oscuridad? La oscuridad del egoísmo, de la soberbia, de rencores, pasiones, etc.
«Todas las palabras de la teología moral deben dejarse plasmar por esta lógica misericordiosa, que hace encontrarlas, en efecto, como palabras de vida en plenitud. De hecho, son un eco de las del Maestro que dice a sus discípulos que no ha venido “para condenar al mundo, sino para salvarlo”, y que la voluntad de su Padre es que “tengan vida y la tengan en abundancia” y participen en la plenitud de su alegría. “Si bien es verdad que hay que cuidar la integridad de la enseñanza moral de la Iglesia, siempre se debe prestar especial cuidado en destacar y alentar los valores más altos y centrales del Evangelio, particularmente el primado de la caridad como respuesta a la iniciativa gratuita del amor de Dios”».
(Discurso de S.S. Francisco, 9 de febrero de 2019).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy haré un examen, veré esas partes en las que aún no hay luz y me dejaré acompañar por Cristo por medio del sacramento que más necesite mi alma.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
La luz del mundo
Luz plena sólo es Dios. Fuera de Dios, y en el pecado, existe la tiniebla.
Es fácil imaginar el estado de ánimo de los escribas y fariseos después de la vergüenza que han experimentado con la cuestión de la mujer adúltera. Estaban humillados. La humildad da paz y libera de las tenazas del pecado y sus confusiones; pero la humillación engendra odio, rencor, violencia, ceguera, esclavitud. Los sucesos de los siguientes días, en que se desarrollan unas polémicas llenas de encono y violencia, lo mostrarán.
La fiesta de los Tabernáculos se celebraba recordando también la nube y el fuego que guiaban a los israelitas en el desierto. En el atrio de las mujeres se encendían unos grandes candelabros de varios metros que iluminaban toda Jerusalén. Los sacerdotes y mucha gente del pueblo hacían procesiones de antorchas alrededor en un espectáculo de gran atracción. En ese contexto » dijo Jesús: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida»(Jn). Luz plena sólo es Dios. Fuera de Dios, y en el pecado, existe la tiniebla. Proclamarse luz del mundo es una afirmación velada de su divinidad. Sus palabras no pueden ser tomadas como un testimonio más, sino como emanaciones de la luz que llega a todos los hombres. Los hechos anteriores muestran esta distancia –insalvable- entre la luz y las tinieblas.
Entonces surge una gran polémica y «le dijeron entonces los fariseos: Tú das testimonio de ti mismo; tu testimonio no es válido». Así decía la ley en los juicios. Pero aquello no era un juicio, sino una manifestación de la verdad. «Jesús les respondió: Aunque yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es válido porque sé de dónde vengo y adónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo y adónde voy. Vosotros juzgáis según la carne, yo no juzgo a nadie; y si yo juzgo, mi juicio es verdadero porque no estoy solo, sino yo y el Padre que me ha enviado. En vuestra Ley está escrito que el testimonio de dos personas es válido. Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre, que me ha enviado, también da testimonio de mí». Es un momento clave de su verdad: Yo soy y el Padre dan testimonio de Él, pero ¿dónde se da este testimonio? En la conciencia y en las Escrituras. Y «entonces le decían: ¿Dónde está tu Padre? Jesús respondió: Ni me conocéis a mí ni a mi Padre; si me conocierais a mí conoceríais también a mi Padre».
Jesús estaba hablando de su divinidad. Aceptarlo era entrar en una nueva dimensión: El Dios con nosotros era Aquel que estaba delante de ellos. La humanidad acababa de entrar en una nueva era divinizada. Si no se aceptaba, se seguía en las tinieblas, acusando a Jesús de blasfemo. «Estas palabras las dijo Jesús en el gazofilacio, enseñando en el Templo; y nadie le prendió porque aún no había llegado su hora».
Dejemos una herencia de «bien» y no solo de bienes
Catequesis del Papa Francisco, 11 de mayo de 2022.
“De joven se había ganado la estima de la comunidad con su valentía. De anciana, la mereció por la ternura con la que enriqueció la libertad y los afectos. Judit no es una jubilada que vive melancólicamente su vacío: es una anciana apasionada que llena de dones el tiempo que Dios le dona”, lo dijo el Papa Francisco en la Audiencia General de este miércoles, 11 de mayo, continuando con su ciclo de catequesis sobre el sentido y el valor de la vejez, en esta ocasión reflexionando sobre la figura de Judit, una heroína bíblica, una mujer que, en su juventud, supo defender a su pueblo de los enemigos que lo asediaban y que después vivió la etapa de su larga ancianidad con plenitud y serenidad, dejando en herencia no sólo “bienes”, sino, sobre todo, el testimonio de haber hecho siempre “el bien”.
Una joven virtuosa que, gracias a su fe, salva al pueblo
Comentando la conclusión del libro que lleva su nombre, el Santo Padre dijo a los fieles y peregrinos que colmaron la Plaza de San Pedro que, este pasaje bíblico sintetiza la última parte de la vida de esta mujer, que defiende a Israel de sus enemigos. “Judit – preciso el Papa – es una joven virtuosa y viuda judía que, gracias a su fe, a su belleza y a su astucia, salva la ciudad de Betulia y al pueblo de Judá del asedio de Holofernes, general de Nabucodonosor rey de Asiria”. Después de la gran aventura que la ve como protagonista, Judit vuelve a vivir en su ciudad, Betulia, donde vive una bonita vejez hasta los ciento cinco años. Como llega para muchas personas: a veces después de una vida de trabajo, a veces después de una existencia aventurera o de gran entrega.
“El heroísmo no es solamente el de los grandes eventos que caen bajo los focos: a menudo se encuentra en la tenacidad del amor vertido en una familia difícil y a favor de una comunidad amenazada”.
Es necesario remodelar la alianza entre generaciones
En este contexto, el Papa Francisco se preguntó: ¿Cómo aprovechar este tiempo que tenemos a disposición? ¿Qué puedo hacer en estos años? ¿Cómo puedo crecer en santidad y sabiduría? La perspectiva de la jubilación, afirmó el Pontífice, coincide para muchos con la de un merecido y deseado descanso de actividades exigentes y cansadas. Pero sucede también que el final del trabajo representa una fuente de preocupación y es esperado con algún temor. Porque el trabajo cotidiano significa también un conjunto de relaciones, la satisfacción de ganarse la vida, la experiencia de tener un rol, una merecida consideración. Por supuesto, además, hay un compromiso, gozoso y cansado, de cuidar a los nietos; pero sabemos que hoy nacen cada vez menos niños, y los padres suelen estar más sujetos a situaciones laborales y domésticas desfavorables. A veces son aún más reacios a confiar espacios educativos a los abuelos, concediéndoles solo aquellos estrictamente relacionados con la necesidad de asistencia. “Hay nuevas exigencias, también en el ámbito de las relaciones educativas y parentales, que nos piden remodelar la alianza tradicional entre las generaciones”.
Los abuelos ayudan a los hijos en la educación de los niños
El Santo Padre también se pregunta sobre la alianza entre las generaciones: ¿nosotros hacemos este esfuerzo por “remodelar”? ¿O simplemente sufrimos la inercia de las condiciones materiales y económicas? La convivencia de las generaciones, de hecho, se alarga. ¿Tratamos, todos juntos, de hacerlas más humanas, más afectuosas, más justas, en las nuevas condiciones de las sociedades modernas? Para los abuelos, una parte importante de su vocación es sostener a los hijos en la educación de los niños. Los pequeños aprenden la fuerza de la ternura y el respeto por la fragilidad: lecciones insustituibles, que con los abuelos son más fáciles de impartir y de recibir. Los abuelos, por su parte, aprenden que la ternura y la fragilidad no son solo signos de la decadencia: para los jóvenes, son pasajes que hacen humano el futuro. “Judit se queda viuda pronto y no tiene hijos, pero, como anciana, es capaz de vivir una época de plenitud y de serenidad, en la conciencia de haber vivido hasta el fondo la misión que el Señor le había encomendado. Para ella es el tiempo de dejar la herencia buena de la sabiduría, de la ternura, de los dones para la familia y la comunidad: una herencia de bien y no solamente de bienes”.
Una atención creativa y nueva de los ancianos
El Papa Francisco también dijo que, precisamente en su vejez, Judit “concedió la libertad a su sierva preferida”. Esto es signo de una mirada atenta y humana en relación con quien ha estado cerca de ella. Como ancianos, se pierde un poco la vista, pero la mirada interior se hace más penetrante. Uno se vuelve capaz de ver cosas que antes se le escapaban. Es así: el Señor no encomienda sus talentos solo a los jóvenes y a los fuertes; tiene para todos, a medida de cada uno. La vida de nuestras comunidades debe saber disfrutar de los talentos y de los carismas de tantos ancianos, que para el registro están ya jubilados, pero que son una riqueza que hay que valorar. Esto requiere, por parte de los propios ancianos, una atención creativa y nueva, una disponibilidad generosa. “Las habilidades precedentes de la vida activa pierden su parte de constricción y se vuelven recursos de donación: enseñar, aconsejar, construir, curar, escuchar… Preferiblemente a favor de los más desfavorecidos, que no pueden permitirse ningún aprendizaje y que están abandonados a su soledad”.
Las abuelas sean valientes y sabias como Judit
Finalmente, el Santo Padre afirmó que, Judit liberó a su sierva y colmó a todos de atenciones. “De joven se había ganado la estima de la comunidad con su valentía. De anciana, la mereció por la ternura con la que enriqueció la libertad y los afectos. Judit no es una jubilada que vive melancólicamente su vacío: es una anciana apasionada que llena de dones el tiempo que Dios le dona”. Por ello, el Papa concluyó su catequesis invitando a leer el libro de Judit, a leer “esta historia de una mujer valiente que acaba así, con ternura, con generosidad, una mujer que está a la altura”. Y así es como me gustaría que fueran todas nuestras abuelas, señaló el Pontífice, valientes, sabias y que nos dejaran como herencia no el dinero, sino el de la sabiduría, sembrada en sus nietos.
El significado del Estandarte
Del fr. ant. estandart, y este del franco *stand hard, mantente firme
Es una confección textil con colores y símbolos que representa a una nación o a un grupo de personas. Se le conoce con varios nombres: Bandera, Banner, o estandarte. (Cada bandera es un estandarte, pero un estandarte no es una bandera). Las Banderas y Estandartes cumplen la función de liderazgo.
Bandera: A diferencia de la banderita la tela es mas grande y puede ser enarbolada.
Banner: Viene del francés = banier, que quiere decir: Banderita o bandera en una lanza.
• Originalmente se dice que el uso del Banner servía en la guerra para que los Soldados puedan ver de dónde viene el viento para ajustar sus flechas.
• Es una tela cuadrada colgada en un palo transversal para llevar y levantar.
Estandarte: Es una Bandera de Tropa, hecha con telas más finas y valiosas con diferentes usos, como ser: Bandera del Jefe de Estado, es sujetada a dos astas en un ángulo recto.
Se usan también para transportar noticias como en el caso de las banderas por Ej.: En el aeropuerto el guía realiza señales con una bandera. En una carrera de autos o motos se usa la bandera para dar la señal de inicio y la llegada a la meta, en un partido de futbol u otros deportes los árbitros de línea expresan señales de juego con una bandera, etc.
Lastimosamente existe también un mal uso de las Banderas, ya sea para expresar odio y rencor (La quema de banderas, por ejemplo.)
Significado bíblico y espiritual:
Concepto de las palabras hebreas: (de Christa Egli, Bad Gandersheim) Bandera,Estandarte, Panier, Asta, Banner. éxodo 17,15
Radical de nec es nacak que quiere decir:
• Brillar o lucir desde lejos.
• Cómo una bandera se mueve en el viento.
• Enaltecer una señal, intermitente, fanal, como en el caso del faro.
• De allí viene una señal, y se concentre en ella. daw-gal.- En algunas traducciones se ve la palabra hebrea daw-gal traducido como: signar, señal, símbolo.
En lo espiritual JESUS es nuestro estandarte. Isaías 11:10 “LA PALABRA”, describe a JESUS como estandarte, señal de victoria. El es sobresaliente, líder, desde lejos visible. Dios mismo elevó ese estandarte. Y la gran diferencia es que Jesús nunca pierde una batalla, el enemigo no lo puede sacar del caballo, Jesús ya ganó la batalla y la guerra su victoria es para siempre, no puede ser derrotado. ¡Jesús va adelante!
Si miramos el Estandarte de Dios tenemos orientación, guía y liderazgo en nuestras vidas. El Estandarte de Dios nunca puede ser vencido.
Éxodo 17,15 Dios, (“Yo soy el que soy”) se revela en este versículo como Jahve Nissi (“Yo soy el estandarte”). Lo interesante aquí es lo siguiente: Inmediatamente el pueblo de Israel sale de Egipto lo lleva a una batalla, la cual el pueblo gana, en ese entonces Dios se presenta como Estandarte.
Los hebreos conocían los estandartes en las lanzas de los egipcios, que eran llenos de símbolos y dibujos de sus dioses. Dios mismo se asegura de que su pueblo no caiga en la tentación de buscar ayuda en cualquier símbolo.
Cantares 1:4 dice: “Su Estandarte sobre mi es amor”
Entonces las banderas con sus brillos y colores nos ayudan a encontrarnos con su propia alegría, ayuda a entrar en el festejo del corazón.
Ocho diferentes significados del uso de Estandartes
1. Anuncian un acontecimiento.
Jer. 50,2 “Anúncienlo entre las naciones y háganlo oír; Levanten estandarte, háganlo oír. No lo oculten, sino digan: “Ha sido tomada Babilonia….
Los Banner y Estandartes son herramientas poderosas de ayuda para hacer visible las realidades invisibles.
Todos los conceptos anteriores no muestran que los Banner, Estandartes y Banderas proclaman realidades biblicas y espiriutales, tiene un carácter de hacer un Llamado y de anunciar una posición.
2. Se levanta un Banner para la sanidad y salvación de la muerte.
Números 21:8 El SEÑOR dijo a Moisés: “Hazte una serpiente abrasadora y ponla sobre un asta; y acontecerá que cuando todo el que sea mordido la mire, vivirá.”
La serpiente de bronce no tenía nada mágico en sí, el Señor quiso ver la fe de su pueblo. Solamente el que fue obediente, creyó y miró
3. Se usa los Estandartes para juntar el ejército y para darles dirección.
• Núm 1:52 “Los Israelitas acamparán, cada uno en su campamento, y cada uno junto a su bandera, según sus ejércitos.”
El Estandarte ayuda para la orientación en un campamento grande.
El pueblo de Dios tiene que juntarse alrededor del Tabernáculo, donde todo el tiempo muestra que Dios está presente (Jahve-Nissi= Yo soy tu estandarte”)
Los Estandartes muestran, cuál es el centro de nuestro corazón. Se hace visible que nos encontramos bajo la autoridad del Dios Trino.
4. Los Estandartes se encuentran donde hay guerra espiritual.
• Isaías 13:2 “Levanten estandarte sobre la colina pelada, Alcen a ellos la voz, Agiten la mano para que entren por las puertas de los nobles.”
Lo importante aquí es el aspecto de nuestra propia voluntad. Usted recibió a Cristo voluntariamente, usted sirve al Señor voluntariamente. Si Dios le llama obedece voluntariamente, NO porque le obligan, sino porque usted quiere.
5. El Estandarte es un objeto de esperanza y símbolo de victoria.
• Salmo 20:5 Nosotros cantaremos con gozo por tu victoria (salvación), Y en el nombre de nuestro Dios alzaremos la bandera. Que el SEÑOR cumpla todas tus peticiones.
• Juan 12:13 tomaron hojas de las palmas y salieron a
recibir a Jesús, y gritaban: “¡Hosanna! BENDITO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR, el Rey de Israel.” Cuando levantamos banderas expresamos nuestra alegría y anhelo, llenos de esperanza porque: ¡Nuestro rey vuelve pronto con todo poder!
6. El Banner da dirección.
• Isa 7:14 “Por tanto, el Señor mismo les dará esta señal: Una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel (Dios con nosotros).
• El SEÑOR ha proclamado hasta los confines de la tierra: “Digan a la hija de Sión: “Tu salvación viene; Su galardón está con Él, y delante de Él Su recompensa.”
Si alzamos nuestra vista al estandarte de Dios tenemos orientación, liderazgo en nuestras vidas. El estandarte de Dios no puede ser vencido.
7. Banner dan seguridad y protección.
• Salmo 60: 4 ” Has dado un estandarte a los que te temen, para que sea alzado por causa de la verdad.”
Para todos los que temen al Señor, Dios puso en Jesús una Señal.
• Sofonías 2:4 El me ha traído a la sala del banquete, Y su estandarte sobre mí es el amor.
En Jesús levantó Dios mismo un estandarte. Jesús es señal de victoria. El es nuestra protección, nuestra seguridad, nuestra torre fuerte.
Si alzamos nuestra vista al estandarte de Dios tenemos orientación, liderazgo en nuestras vidas. El estandarte de Dios no puede ser vencido.
8. Los Estandartes hacen que los enemigos huyan.
• Isaías 31:9 “Su fortaleza (Su peña) a causa del terror pasará, y sus príncipes se espantarán ante el estandarte,” Declara el SEÑOR, que tiene su fuego en Sión y su horno en Jerusalén.
Aquí vemos que, también el enemigo tiene Estandartes y símbolos.
• Mat. 24:15 “Por tanto, cuando ustedes vean la ABOMINACION DE LA DESOLACIÓN, de que se habló por medio del profeta Daniel, colocada en el lugar santo, y el que lea que entienda…..
EL SIGNIFICADO DE COLORES EN LA BIBLIA
Deberíamos saber el significado de cada color que usamos. No solamente los dibujos y símbolos transportan verdades espirituales, también los colores. Como Dios mismo es el autor de todos los colores (el creó la luz y con eso los colores) podemos usar con gran libertad toda clase de colores.
1. Oro: Presencia de Dios, Gloria, Majestad.
• Salmo 45:13 Toda radiante está la hija del Rey dentro de su palacio; Adornado de oro está su vestido. ES la novia de Jesús, la Iglesia, la cual espera adornada y sin manchas a su novio.
2. Plata: Redención, depuración, liberación.
Jesús fue vendido por 30 piezas de plata. En el Antiguo Testamento plata tenía el significado de Expiación. Éxodo 30:11-16
3. Bronce: Humildad delante de Dios, Arrepentimiento.
Todos los utensilios para hacer los sacrificios, también el altar eran de bronce.
¿Quizás un símbolo de la cantidad de pecados que cometimos? Entre el tabernáculo y el Altar se colocaba el recipiente para la purificación que era completamente de bronce. Éxodo 30: 18.21
4. Púrpura: Soberanía real del rey, Sacerdocio, Intersección.
Púrpura/ Morado es un color clásico de la realeza porque era muy costoso y difícil de producirlo. Fue hecho de la cáscara del gusano purpuro. Dependía del procedimiento, de la clase de gusano si se producía colores entre rosado hasta un lila azul.
En éxodo 39:1-21. En el nuevo testamento Jesús nos es presentado como el verdadero sumo sacerdote. Hebreo 4, 14 y 6,20. Juan 19,2 El relato de la crucifixión cuenta que los soldados coronaron a Jesús con una corona de espinas, lo pusieron un manto de color púrpura (rojo oscuro) y se burlaron de el.
5. Rosada: Misericordia de Dios, nuevo comienzo, nueva creación.
En el amanecer existe un momento donde todo el cielo esta de color rosado.
• Isaías 58, 8 dice: Entonces tu luz despuntará como la aurora, Y tu recuperación brotará con rapidez. Delante de ti irá tu justicia; y la gloria del SEÑOR será tu retaguardia.
6. Azul: Agua de vida, río de Dios.
Jesús Cristo quien va a dejar el cielo para venir a la tierra. “El es el agua viva”.
Azul es uno de los colores más abundantes y variables. Éxodos 24, 10 dice: Y vieron al Dios de Israel. Debajo de sus pies había como un embaldosado de zafiro, tan claro como el mismo cielo. Se llega al color Zafiro juntando oligoelementos de hiero y titán al azul. Por eso su significado es también fortaleza y potencia.
7. Turquesa: Espíritu Santo (Ezequiel .1:16-20).
Tenemos diferentes símbolos del Espíritu Santo como ser: Paloma, Agua, Fuego, Aceite de unción, Anillo, Viento, Ezequiel 47, 1 Río de vida
8. Verde: crecimiento, nueva vida, gracia, fructificación.
• Marcos 6:39 Y les mandó que todos se recostaran por grupos sobre la hierba verde.
• Jeremías 17:8 Será como árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces junto a la corriente; no temerá cuando venga el calor, y sus hojas estarán verdes; en año de sequía no se angustiará ni cesará de dar fruto.
9. Verde-dorado: Unción.
El aceite de oliva tiene ese color.
• 2 Samuel 2:4 Los hombres de Judá vinieron y ungieron allí a David como rey sobre la casa de Judá.
• Salmo 23,3 Has ungido mi cabeza con aceite…
10. Naranja- dorado: Espíritu Santo, Fuego, poder de Dios, depuración (Ezequiel.1, 27)
• Daniel 7, 9: Su trono, llamas de fuego, y sus ruedas, fuego abrasador.
• Hebreos. 12:29 Porque nuestro Dios es fuego consumidor.
• Pedro 1,7 Aunque probado por fuego…= Depuración
11. Rojo:
Simboliza la sangre de Jesús, Cordero de sacrificio, amor, guerra espiritual
El Rojo es el color clásico del amor, encuentra su máxima perfección en la pasión de Cristo derramando su sangre. El Rojo significa también protección. En el éxodo de Egipto se pintaron las puertas con sangre para que el ángel de muerte no entre.
Rojo es un color poderoso y majestuoso.
El color rojo también significa alegóricamente guerra.
12. Blanco: Purificado, Justificación, Santidad, sin pecado, Novia.
Blanco es el símbolo de Santidad y pureza.
Ángeles en general tienen su túnica blanca. Jesús va a venir en un caballo blanco, y una gran cantidad de seres lo acompañarán en caballos blancos, envueltos en túnicas blancas.
Apocalipsis 19:11-14
“Aunque sus pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, como blanca lana quedarán.
13. Negro: Dureza, Poder, también tristeza y muerte.
Con seguridad podemos decir que ese color es el más discutido entre los cristianos.
• Isaías 54,11b Yo asentaré tus piedras en antimonio, y tus cimientos en zafiros.
También las mujeres se pintaron sus ojos con esa masa. Así que podemos ver que negro habla de estabilidad, solidez y estabilidad.
Símbolos
Para resaltar un mensaje podemos usar símbolos, un símbolo es un dibujo con que asociamos algo. Un Símbolo aumenta nuestro conocimiento.
Los símbolos ayudan y dan orientación. El mensaje de un símbolo tiene que ser claro y bien visible desde lejos.
A través de los símbolos y colores en un estandarte o una bandera llegamos a otro nivel de nuestra percepción, los motivos para un Estandarte pueden ser más detallados, porque un estandarte es llevado adelante, no se mueve y puede ser más contemplado que una bandera.
LLEVAR UN ESTANDARTE.
Agarra un Estandarte en paz con el Señor, fijándote que no haya nada de obstáculo dentro de ti. Hazte presente delante del Trono de Dios todos los días, alábale, adórale, y vive solamente para Él.
Nosotros no deberíamos ensuciar los estandartes de Dios. (Estandarte = Principios) Al contrario, al levantar un estandarte, levantamos los principios de Dios. Que precioso, que maravilloso es saber de su santidad, de su dignidad, no deberíamos dejarnos vencer por nuestra propia negligencia y bajar la santidad de nuestro Dios a nuestra manera de vivir. Si levantamos un estandarte de Dios, ¡Elevamos sus principios!
La confección de Estandartes y Banderas.
La confección de un estandarte o una bandera es completamente diferente a la confección de ropa, vestidos o pantalones.
En Éxodo Dios da órdenes y Planes muy exactos y claros de como deben construir el tabernáculo, cómo deben hacer y usar los utensilios, también dio algunas pautas para el uso de colores. Dios mismo elige la persona Besaleel, lo llama por nombre, lo llena de sabiduría, entendimiento y capacidad para hacer obras de arte.
El sabía hacer diseños y trabajos en oro, plata y bronce. Sabía hacer joyas, trabajar piedras preciosas, y hacer toda clase de trabajos artísticos. Dios lo elige a él y también le busca un ayudante para que pueda hacerse realidad todos los detalles del tabernáculo. Así que Dios no da solamente ordenes, el también da y busca las personas indicadas para realizarlas. (Éxodo 31:1-11 Reyes 7:13-51).
Para realizar trabajos como fabricar Estandartes y Banderas es necesario tener este llamado del Señor. Sin esto no vamos a poder realizarlo.
SAGRADA ESCRITURA Segunda Parte: El Nuevo Testamento
INTRODUCCIÓN
Llamamos Nuevo Testamento a la colección de los 27 libros inspirados , escritos después de la resurrección de Jesús. A través de ellos conocemos a Jesús y la vida de la Iglesia en sus inicios.
INTRODUCCIÓN
Llamamos “Nuevo Testamento” a la colección de los 27 libros inspirados, escritos después de la resurrección de Jesús. A través de ellos conocemos a Jesús y la vida de la Iglesia en sus inicios.
Todo el Nuevo Testamento gira alrededor de esta “Buena Noticia”: Jesús de Nazareth, nacido de María, por obra del Espíritu Santo, es el Salvador, el Mesías, el Hijo de Dios y Hombre verdadero; ha muerto y resucitado para dar a los hombres una Vida Nueva y para enseñar el camino que conduce a la verdad de nuestra vida y de nuestro destino, que es la gloria del Padre, junto a Cristo Jesús.
1. ¿Cómo nació en Nuevo Testamento?
Jesús no escribió nada ni de su vida ni de su doctrina. Tampoco mandó a nadie que escribiera su mensaje. Él sólo dijo: “Vayan y anuncien la Buena Noticia a todas las gentes, para que todos los pueblos sean mis discípulos”. Por tanto, el Nuevo Testamento fue, antes que nada, predicado, vivido y celebrado. Solamente en un segundo tiempo, cuando las primeras comunidades vivían y celebraban la fe en Cristo, y los testigos oculares de la vida y palabra de Jesús iban desapareciendo, se sintió la necesidad de poner por escrito esa fe y esa predicación de los apóstoles y discípulos. El Nuevo Testamento fue entonces el resultado de la fe y predicación de las primeras comunidades cristianas. Este hecho es muy importante porque nuestra fe no puede fundamentarse sólo en la Biblia escrita, como lo hacen los protestantes. Es más bien la Tradición (con el Magisterio de la Iglesia) que nos garantiza la verdad de la Biblia y nos transmite todo el depósito de la fe (cf. 2 Tim 1, 13-14)[2].
Por tanto, el Nuevo Testamento tuvo dos etapas:
a. Una etapa predicada de boca en boca: el núcleo de esta predicación era este: Cristo Jesús, Hijo de Dios, muerto y resucitado. A este núcleo se le llama Kerigma, palabra griega que significa “anuncio, proclamación”[3]. Este Kerigma seguía este esquema: se recuerda el acontecimiento de Jesús; se interpreta este acontecimiento con las Escrituras; y se llama al compromiso de la fe. Este Kerigma se anunció primero a los judíos y después, por obra de Pablo, a los paganos. El Espíritu Santo fue el gran protagonista de esta etapa predicada del “Evangelio”, inspirando, asistiendo, cuidando la vida y la palabra de los primeros misioneros.
b. Y una etapa escrita: fue un camino largo y complejo. En los primeros años algunas comunidades cristianas empezaron a resumir lo esencial de la predicación apostólica en fórmulas breves y fáciles de retener, que serían los primeros intentos del “Credo”. San Pablo cita una fórmula célebre: “Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras. Fue sepultado y resucitó al tercer día, según la Escrituras. Se apareció a Pedro, luego a los Doce” (1 Co 15, 3-5). Muy rápidamente, al celebrar la Eucaristía, nacerían también las “aclamaciones y fórmulas de alabanza a Cristo” (cf. Fil 2, 6-11; Col 1, 12-20; 1 Tim 3, 16). Así pasaron unos 30-35 años después de la resurrección. Y como los apóstoles iban muriendo, surgió el anhelo de poner por escrito todo, para no perder su memoria. Lo primero que se escribió fue el Relato de la Pasión. Más tarde, los dichos de Jesús, las parábolas y los milagros. Y así nacieron los cuatro Evangelios: primero Marcos, alrededor del año 70; después Mateo y Lucas, alrededor del año 80; por último, Juan, allá por el año 90. San Pablo, desde el año 40 había empezado sus viajes misioneros, fundando comunidades en toda Asia Menor; y para mantener los contactos con ellas, les escribe cartas, aconsejando, amonestando, enseñando, solucionando problemas. La primera que escribió fue el año 51 a los Tesalonicenses. Más tarde, en el año 63, escribió a los Corintios y a los Gálatas. Por tanto, los primeros escritos del Nuevo Testamento no fueron los Evangelios, sino las Cartas de san Pablo. Al inicio, los varios libros del Nuevo Testamento circulaban separadamente por las comunidades cristianas. Poco a poco se fueron juntando estos libros, cuando eran copiados a mano, hasta llegar a conformar todo el conjunto de los 27 libros canónicos.
2. ¿Cuándo se empezaron a reunir los varios libros, hasta conformar el “Canon” del Nuevo Testamento?
El más antiguo y más importante catálogo de los escritos del Nuevo Testamento fue descubierto en el siglo XVIII por un estudioso, llamado Muratori. El Canon de Muratori data de mediados del siglo II. Este catálogo contiene 22 libros, entre los cuales las 13 cartas de san Pablo. Todavía no es el Nuevo Testamento completo, pero es el primer intento que conocemos de empezar a reunir los varios libros.
Luego tenemos el testimonio de san Justino, que en su primera Apología del año 150 nos dice: “El domingo, todos se reúnen, leen las Memorias de los Apóstoles, que se llaman los Evangelios”. Esto nos asegura que ya a mediados del siglo II estaban reunidos los cuatro Evangelios. El catálogo ya completo de los 27 libros canónicos del Nuevo Testamento lo encontramos hacia el año 400.
3. ¿Originales o copias?
Los originales de los libros del Nuevo Testamento se perdieron muy pronto, debido a la escasa duración del material (papiro y cuero) en que se escribían, a mano, libros y cartas. Lo que ha llegado a nosotros son copias, muy antiguas por cierto, de pergamino u otro material, en número muy abundante, de varios libros o colecciones. Unos 3.500 manuscritos. Entre las colecciones o códigos más antiguos del Nuevo Testamento en griego podemos recordar:
a. El código Vaticano (siglo IV) que contiene casi todo el Antiguo Testamento y Nuevo Testamento.
b. El código Alejandrino (siglo V) que contiene el Antiguo Testamento y Nuevo Testamento e incluso cartas de san Clemente, no admitidas en el Canon.
c. El código Sinaítico (mitad del siglo IV) que contiene todo el Nuevo Testamento e incluso la Carta de san Bernabé y el Pastor de Hermas, no admitidas en el Canon.
La versión en latín de la Biblia es la Vulgata, terminada por san Jerónimo en Belén, hacia el año 400. Ya en este momento, los libros del Nuevo Testamento ya estaban completos y posteriormente fue esta versión de la Vulgata la que fue aprobada como oficial en la Iglesia, en el Concilio de Trento, en el año 1570.
Comencemos, pues, el Nuevo Testamento, con el alma abierta y con los oídos del corazón atentos. Es Dios quien nos habla, y quien nos ha escrito esta Carta. “Queremos ver a Jesús”, como aquellos griegos que acudieron al apóstol Felipe. Queremos ver su rostro para después hacerlo resplandecer ante las generaciones del nuevo milenio, como nos dice el Papa Juan Pablo II en su carta apostólica “Novo millennio ineunte” (n. 16).
En esta carta el Papa pone como prioridad en este Tercer Milenio la escucha de la Palabra: “Precisamente con esta atención a la Palabra de Dios se está revitalizando principalmente la tarea de la evangelización y la catequesis. Hace falta consolidar y profundizar esta orientación, incluso a través de la difusión de la Biblia en las familias. Es necesario, en particular, que la escucha de la Palabra se convierta en un encuentro vital, en la antigua y siempre válida tradición de la lectio divina, que permite encontrar en el texto bíblico la palabra viva que interpela, orienta y modela la existencia” (n. 39).
¡Ojalá que este mi libro, que explica la Biblia sirva para que conozcamos más al Señor, lo amemos, lo reflejemos en nuestra vida y lo comuniquemos por todo el mundo!
Son éstos: los cuatro Evangelios, los Hechos de los Apóstoles, las trece cartas de Pablo, la carta a los Hebreos, la carta de Santiago, las dos cartas de Pedro, las tres cartas de Juan, la carta de Judas, y por último, el Apocalipsis.
Dice san Agustín: “Yo no creería en la Biblia, si no hubiese la Iglesia que me la presenta y me la explica”.
Huellas del Kerigma predicado las podemos encontrar en algunos discursos de Pedro (cf. Hech 2, 14-41; 3, 12-26; 5, 29-32; 10, 34-43) o de Pablo (cf. Hech 13, 16-41) o en el relato de Emaús (cf. Lc 24, 19-27).
Flor del 11 de mayo: Virgen clemente
Meditación: María camino a Belén…fatigada y esperanzada, pues llevaba en sus entrañas al Dios que amaba; María en Belén…frío y pobreza para cobijar al Rey, pero Ella era Palacio de Pureza y Cristal para que se pudiera acurrucar. María junto a la Cruz…, “estaba junto a la Cruz de Jesús Su Madre” (Juan 19,25). ¡Cuanta soledad y miseria!. Si, la miseria de todos los hombres de todos los siglos. Mis miserias también…
María es Madre de pobreza y sacrificio, debemos imitarla si queremos ser sus verdaderos hijos.
Oración: ¡Oh Virgen clemente, oh Madre de misericordia!. Llévanos a la santidad por el camino de la Verdad, y no toleres nuestros pecados, sino que enséñanos a ser santos. Que sepamos ver lo que no hacemos bien, teniendo la clemencia del Corazón de Tu Hijo para con nuestros hermanos, porque así como perdonamos seremos perdonados. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
Florecilla para este día: Meditar sobre las propias miserias, para no volver a juzgar las miserias de los demás
San Francisco de Jerónimo, el inspirador patrono de Nápoles
Misionero jesuita llamado «Apóstol de Nápoles» que optó por los pobres y enfermos, y logró miles de conversiones
San Francisco de Jerónimo nació en Grottaglie (Italia) en 1642. Fue misionero jesuita y lo llamaban «el Apóstol de Nápoles», por su ansia de convertir a los pecadores y por su amor a los más desamparados.
Visitaba la cárcel, los hospitales y los barrios más pobres de la ciudad. También los lugares de pecado, y fue criticado por ello. Más de una vez recibió golpes.
Se preocupó de los condenados a galeras y de los esclavos musulmanes. Al mismo tiempo buscaba donativos para pagar el rescate de cristianos en África.
Fue predicador de la famosa iglesia del Gesú Nuovo, en Nápoles, y luego durante 22 años de la iglesia de Santa María Egipcíaca. Se dice que había más de 400 conversiones al año.
En un tiempo en que el pueblo no solía comulgar, propició la comunión el tercer domingo de cada mes. A esas misas llegaron a asistir más de 15.000 personas.
Murió a los 74 años y se le enterró en la iglesia de los jesuitas de Nápoles.
Santo patrón
San Francisco Jerónimo es el patrono principal de la ciudad de Nápoles.
Oración «Quiero trabajar hasta el último momento.
Mientras me quede un hilo de vida,
me iré, aunque sea arrastrando, por las calles de Nápoles.
Si caigo bajo la carga, daré gracias al Señor.
Un burro de carga debe morir bajo su fardo».