Referencias Bíblicas
• John 14:6-14
• Obispo Robert Barron
Amigos, hoy leemos el maravilloso y misterioso pasaje del decimocuarto capítulo del Evangelio de Juan. Los discípulos se reúnen alrededor de Jesús en la Última Cena, permanecen en intimidad con él, hacen preguntas y buscan obtener sabiduría.
Ahora escuchemos las palabras de Jesús: “Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto”. San Pablo se refiere a Jesús como un “icono del Dios invisible”. Lo que tanto Jesús como San Pablo están diciendo es que las palabras de Jesús son las palabras del Padre y sus obras son las obras del Padre.
Felipe, uno de los primeros discípulos elegidos, todavía no lo entiende y dice: “Maestro, muéstranos al Padre”. Lo que no entendió fue la humildad del Logos: “Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras”. Ni las palabras ni las obras de Jesús son “suyas”. Él las recibe del Padre.
La Santa Cruz
Una preciosa fiesta popular que arranca desde el día en que se encontró la Santa Cruz en el año 326.
Por: P. Felipe Santos
Fuente: Catholic.net
Fiesta
Hoy se celebra en Granada y en el mundo el día de la Cruz. Una preciosa fiesta popular que arranca desde el día en que se encontró la Santa Cruz en el año 326. Casi todas las fiestas tienen un origen religioso. Hay algunos que en la actualidad las quieren convertir simplemente en culturales, abandonado su trasfondo religioso. Eusebio de Cesarea fue un gran historiador de aquellos tiempos. Cuenta en sus libros que el General Constantino no era creyente pero le tenía mucho respeto a los cristianos por su paz y el bien que hacían en todos sitios. Antes de una dura batalla contra Majencio –jefe de Roma -, tuvo un sueño en el que pudo contemplar una cruz luminosa y una voz que le decía:»Con este signo vencerás» Y sin tener la menor duda de su triunfo, puso en todos los estandartes y banderas la cruz. Y arengando a las tropas les decía:»Confío en Cristo en quien cree mi madre Elena».
Al ganar la batalla, llegó bien pronto a ser emperador. Decretó el cese de perseguir a los cristianos y la libertad religiosa.
Hay, además, otros escritores célebres como san Ambrosio y Juan Crisóstomo afirman que Elena se fue a Jerusalén en busca de la Cruz del Señor.
Los arqueólogos se emplearon a fondo en esta labor. Al cabo del tiempo, encontraron tres cruces. ¿Cuál era la de Jesús? La respuesta se la dio una mujer que estaba muy enferma. Al tocarla, quedó curada.
Elena y el obispo de Jerusalén juntamente con muchos creyentes, la llevaron en procesión por las calles de la ciudad.
A raíz de estos acontecimientos se implantó esta fiesta por todo el orbe cristiano.
Ultimamente, al hacer la reforma del calendario litúrgico, ha desaparecido como fiesta. Pero el pueblo, siempre sencillo, la sigue celebrando.
Por ejemplo es Granada es fiesta. De esta forma, mantiene viva la tradición.
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¡Felicidades a quienes celebran hoy esta fiesta!
Es el Camino, la Verdad y la Vida
Santo Evangelio según san Juan 14, 6-14.
San Felipe y Santiago Apóstoles
Por: Javier Castellanos, LC
Fuente: www.somosrc.mx
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
María, ven y acompáñame en esta oración. Háblame de tu hijo Jesús, y ayúdame a crecer en la fe, en la esperanza y en la caridad. Enséñame a rezar y pide conmigo: «Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta».
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 14, 6-14
En aquel tiempo, Jesús dijo a Tomás: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí. Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto”.
Le dijo Felipe: “Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta”. Jesús le replicó: “Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y toda vía no me conoces? Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Entonces por qué dices: ‘Muéstranos al Padre’? ¿O no crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les digo, no las digo por mi propia cuenta. Es el Padre, que permanece en mí, quien hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no me dan fe a mí, créanlo por las obras.
Yo les aseguro: el que crea en mí, hará las obras que hago yo y las hará aún mayores, porque yo me voy al Padre; y cualquier cosa que pidan en mi nombre, yo la haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Yo haré cualquier cosa que me pidan en mi nombre”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
¿Quién no desea una vida plena? En momentos de la vida como una boda, una graduación, un cumpleaños, quisiéramos congelar el tiempo. La fotografía queda para el recuerdo, sí, pero el evento pasa, regresamos a la vida ordinaria, hay que volver al trabajo, nos envuelven los problemas, enfrentamos la enfermedad, y la rutina nos va marcando el paso, y… ¡Cuánto deseamos en esos momentos algo más que una fotografía! ¡Quién pudiera darnos de nuevo un poco del gozo ya esfumado!
Para encontrar la vida –la vida en plenitud– Cristo nos muestra el camino. Él es el Camino. Él nos dio ejemplo de obediencia heroica: obediencia hasta la muerte, y muerte de cruz. Él confió hasta el extremo en Aquél que nos ha dado tantos beneficios. Quien sigue sus huellas se acerca a la fuente inagotable de vida: el Padre.
Y la vida plena, se encuentra ahí mismo donde encontramos la verdad. Cristo es la Verdad. El mundo vive confundido, busca por todas partes algo que sacie el corazón y, mientras más busca entre las cosas, se queda más vacío y más seco. En cambio, Cristo nos muestra al Padre, y nos dice que somos hijos. Algo muy sencillo para la mente, pero profundo para el corazón. Y, en realidad, sólo esto sacia. Pues, como decía santa Teresa: «Quien a Dios tiene, nada le falta. Sólo Dios basta».
«Jesús habla también del Padre. En ese lugar, en el discurso con los discípulos, habla del Padre, asegurando que el Padre los quiere y que cualquier cosa que ellos pidan al Padre, el Padre se la dará. Que confíen en el Padre. Y, así da un paso más: no dice solamente “no os dejaré solos”, sino también “no os dejaré huérfanos, os doy el Padre, con vosotros está el Padre, mi Padre es vuestro Padre». (Homilía de S.S. Francisco, 15 de septiembre de 2016, en santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy renovaré mi unión a Cristo por medio de comuniones espirituales.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
¿Cómo es la acción del Espíritu Santo en la Iglesia?
Es necesario que confiemos en que lo que ocurre dentro de la Iglesia es parte del plan de Dios y que el Espíritu Santo es quien la custodia
El Espíritu Santo, como tercera persona de la Santísima Trinidad, habita entre nosotros e ilumina a la Iglesia para que actúe de acuerdo con la voluntad de Dios. Está con cada uno desde que recibimos el Bautismo y ahí permanece mientras no cometamos pecado mortal.
El Espíritu Santo vive en nosotros
Además, ruega al Padre por nosotros con amor indescriptible:
«Igualmente, el mismo Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad porque no sabemos orar como es debido; pero el Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables» (Rom 8, 26).
Pero nos falta fe para creer plenamente en la palabra de nuestro Señor Jesucristo. Él dijo a sus discípulos:
«Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré… Y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes: el Espíritu de la Verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce» (Jn 14, 14; 16-17).
¿Qué nos hace falta para entender que Dios nos ama infinitamente? Ya murió y resucitó por nosotros, nos ha dejado su Iglesia y los sacramentos, y por si fuera poco, el mismo Dios Espíritu Santo permanecerá siempre con nosotros. Y aunque no lo veamos, Él actúa.
La acción del Espíritu Santo
Dice el Catecismo de la Iglesia católica:
«El que ‘habló por los profetas’ nos hace oír la Palabra del Padre. Pero a él no le oímos. No le conocemos sino en la obra mediante la cual nos revela al Verbo y nos dispone a recibir al Verbo en la fe. El Espíritu de verdad que nos ‘desvela’ a Cristo ‘no habla de sí mismo'» (Jn 16, 13).
Su acción es tan discreta que por mucho tiempo fue el «Gran Olvidado», sin embargo su acción mantiene viva a la Iglesia y la mueve a la santificación.
Hay varias maneras de saber que el Espíritu Santo está en todo lo que hace la Iglesia; habla y actúa a través de sus miembros y por eso sabemos que existe:
– en las Escrituras que Él ha inspirado;
– en la Tradición, de la cual los Padres de la Iglesia son testigos siempre actuales;
– en el Magisterio de la Iglesia, al que Él asiste;
– en la liturgia sacramental, a través de sus palabras y sus símbolos, en donde el Espíritu Santo nos pone en comunión con Cristo;
– en la oración en la cual Él intercede por nosotros;
– en los carismas y ministerios mediante los que se edifica la Iglesia;
– en los signos de vida apostólica y misionera;
– en el testimonio de los santos, donde Él manifiesta su santidad y continúa la obra de la salvación.
CEC 688
Confiemos plenamente en que el Espíritu Santo sabe lo que necesita la Iglesia y dejemos todo en sus manos.
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