Silencio durante unos minutos

Adoramos al santísimo sacramento, concluido eso cantamos uno de los clásicos himnos eucarísticos de la iglesia de la edad media. Fue un muy emotivo a este TOQUE eucarístico y me pareció una forma particularmente llamativa para representar la creencia de la iglesia. En la presencia real decimos que la eucaristía no es simplemente un signo o un símbolo, sino Jesús realmente verdaderamente y sustancialmente presente bajo las especies eucarísticas del pan y del vino. Como podemos empezar a explicar esta doctrina que a mucha gente se le puede hacer extraña. Vuelvo al capítulo sexto del evangelio de Juan, a ese todavía impresionante discurso de Jesús en la sinagoga de Cafarnaúm, multiplicación de los panes y peces y porque estaban fascinados con Jesús que les dice trabajar no por el alimento que perece sino por el alimento que permanece hasta vida eterna, luego específica «yo soy el pan vivo que descendió del cielo», si alguno come de este pan vivirá para siempre.

Un momento en el cual la multitud entró en desacuerdo y es muy importante entender por qué para un judío del primer siglo es difícil imaginar algo más teológicamente problemático y francamente más desagradable que lo que acaba de decir Jesús debido a que en todo el antiguo testamento existen todo tipo de prohibiciones contra el consumo de carne animal con su sangre esto debido a que la sangre era vista como la vida, pertenecía a Dios y por lo tanto estaba estrictamente prohibido que un judío comiera carne con sangre bueno y aquí está Jesús hablando a una audiencia judía y está sugiriendo no sólo comer carne animal con su sangre sino su propia carne humana con sangre así que ya vemos la razón por la que Juan nos dice, la gente simplemente se resistió discutían decían cómo es posible que nos esté dando su carne para comer.

Aquí a Jesús se le dan todas las oportunidades para explicar sus palabras.

Bueno qué tal si se trata de una metáfora como por ejemplo lo hace con Nicodemo cuando le dice a menos que uno nazca de nuevo no tener vida eterna y Nicodemo le pregunta acaso se puede entrar por segunda vez en el vientre de una madre y Jesús no dice si justamente es lo que tienes que hacer volver al vientre de tu madre, no él lo aclara y le hace saber que está hablando en una manera espiritual así que al igual que con Nicodemus, también se le da la oportunidad de presentar lo que dijo de una manera metafórica o simbólica. En su lugar intensifica su lenguaje diciendo, en verdad en verdad os digo, que es código bíblico para lo que estoy diciendo, es muy importante en verdad en verdad os digo, si no coméis la carne del hijo del hombre y no bebe su sangre no tenéis vida en vosotros y se intensifica al decir, porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El verbo griego detrás de si no coméis la carne del hijo del hombre no es como uno espera el verbo que significa comer en el sentido normal o sea en la forma en la que los humanos comen el verbo utilizado es roer o mordisquear la forma en la que un animal come así que estaban desconcertados con el realismo de su lenguaje pero él lo intensifica aún más a menos que mordisquee en la carne del hijo del hombre y beban su sangre no tendréis vida en vosotros esa es la base bíblica me parece a mí a esta antigua creencia católica de que Cristo está verdaderamente realmente y substancialmente presente bajo las especies del pan y del vino.

Ahora si tú todavía estás confundido preguntándote cómo puede ser considerado el poder de las palabras por un segundo nuestras palabras nuestras insignificantes palabras humanas pueden ser enormemente poderosas las palabras pueden describir por ejemplo lo que está pasando en esta habitación pero las palabras también pueden afectar a la realidad y no sólo describirla si una figura querida entrenador maestro o padre te dice algo que te alabe o te anime. Eso podría cambiar tu vida entera, todos podemos volver al poder de las palabras pronunciadas por alguien que tiene una enorme autoridad sobre nosotros, podemos.

De la vuelta alguien te critica, alguien te ataca o alguien debilita tu confianza, eso podría cambiar toda tu vida.

Conozco a personas de 85 años de edad que aún se ven impactados por los efectos de palabras que se les dijo cuando eran niños.

Nuestras palabras pueden cambiar las actitudes de la gente, los corazones o algo tan simple como un policía diciendo que estás bajo arresto. Ahora si yo digo estás bajo arresto estaría bromeando o se podría pensar que he perdido la razón y mis palabras no tendrían efecto en la realidad sin embargo si un oficial de la ley te dice estás bajo arresto te guste o no te guste estarás bajo arresto porque sus palabras tienen el poder de cambiar la realidad o como el árbitro en un partido de béisbol que dice estás fuera bueno te guste o no si el árbitro dice que estás fuera significa que estás fuera así que nuestras pequeñas palabras no solo pueden describir sino también cambiar la realidad. Ahora piensa en la palabra divina la biblia dice que Dios habla al mundo a la existencia esto está llegando a un muy importante punto teológico de que Dios dijo hágase la luz y hubo luz.

Dios dice que se produzca la tierra y así fue lo que significa que dios no se limite a simplemente describir las cosas Dios hace las cosas por su palabra por su expresión inteligente un paso más quién es Jesús no solo un maestro entre muchos no solo uno más en una larga línea de profetas si eso es todo lo que fuera entonces lo único que pudiera hacer es participar en el tipo de discurso transformador en el que nos involucramos nosotros pero la afirmación de la iglesia la afirmación  significa que la misma palabra con la que Dios crea el universo, ahora se vuelve personalmente presente en Jesús, por eso en los evangelios lo que Jesús dice acontece, niña levántate, le dice a la hija de Jairo que había muerto.

Los evangelios recuerdan el arameo talitá kum le dice a ella niña levántate y se levantó porque las palabras no sólo describían sino afectaban la realidad la sal o sal fuera y el que había muerto salió porque la palabra de Jesús transforma la realidad mi hijo tus pecados te son perdonados y por Dios que estaban perdonados por aquel que hablaba la noche antes de morir jesús se sentó en una cena de pascua tomó el pan sin levadura de la cena y dijo «tomad y comed todos de él» porque este es mi cuerpo después sobre la copa de la bendición que es la copa de vino después de la cena de pascua él dijo tomad y bebed todos de él porque este es el cáliz de mi sangre ahora si yo dijera algo así estaría si mucho dando un tipo de gran discurso poético o metafórico refiriéndome a cosas como esto representa mi vida o esto representa mi amor por ti pero cuando Jesús lo dice sus palabras por ser quien es tienen el poder de transformar la realidad en el nivel más fundamental y esto es la afirmación de la iglesia que la sustancia del pan y del vino que la realidad más profunda del pan y el vino se transformó en la sustancia del cuerpo y la sangre de Jesús.

Es la afirmación de la iglesia, la base de esto es Juan capítulo 6, la explicación, yo creo es el poder de la palabra divina presente en Jesús cuando el sacerdote en misa ocasiona el cambio eucarístico, ¿que está pasando?, él no está hablando sus propias palabras insignificantes sino más bien, en la consagración el sacerdote habla en persona Christi, en la persona misma de Cristo, él recuerda lo que Jesús hizo pero luego se mueve a este discurso de la primera persona, tomad y comed todos de él porque esto es mi cuerpo, él habla con la autoridad de Cristo y es por eso que sus palabras tienen el poder de cambiar los elementos, por eso para los católicos y lo vimos en las PERSONAS la respuesta adecuada cuando se encuentran en la presencia de esos elementos transformados para adorarlos porque está Dios es el SEÑOR TRINO.

Cuando envía a los setenta y dos discípulos, Jesús les da instrucciones precisas que expresan las características de la misión. Estos imperativos muestran que la misión se basa en la oración; que es itinerante: no está quieta, es itinerante; que requiere desapego y pobreza; que trae paz y sanación, signos de la cercanía del Reino de Dios; que no es proselitismo sino anuncio y testimonio; y que también requiere la franqueza y la libertad para irse, evidenciando la responsabilidad de haber rechazado el mensaje de salvación, pero sin condenas ni maldiciones. Si se vive en estos términos, la misión de la Iglesia se caracterizará por la alegría. ¿Y cómo termina este paso? «Regresaron los setenta y dos alegres» (v. 17). No se trata de una alegría efímera que viene del éxito de la misión; por el contrario, es un gozo arraigado en la promesa de que ―dice Jesús― «vuestros nombres están escritos en el cielo» (v. 20). Con esta expresión, él se refiere a la alegría interior, la alegría indestructible que proviene de la conciencia de ser llamados por Dios a seguir a su Hijo. Es decir, la alegría de ser sus discípulos.  (Ángelus, 7 julio 2019)

Luke 10:1-9

Amigos, nuestro Evangelio de hoy nos muestra lo que Jesús quiere que sus discípulos hagan y cómo deben hacerlo. Somos una Iglesia misionera. Somos enviados por el Señor para esparcir Su Palabra y realizar Su trabajo. El Evangelio no es algo para aferrarse solo para nuestro beneficio; sino que es una semilla que debemos regalar.

La oración no es algo secundario al ministerio. No es algo decorativo. Es el alma de los esfuerzos de la Iglesia. Sin la oración nada tendrá éxito; sin ella ningún ministro surgirá. Por ello, en todo momento recemos, recemos, y recemos.  

Pobreza y simplicidad de vida son prerrequisitos para la efectiva proclamación del Evangelio. Antonio, Benito, Crisóstomo, Francisco y Clara, Domingo, Ignacio, Madre Teresa—a través de la Iglesia, los más efectivos proclamadores del Evangelio son aquellos que han confiado en la providencia de Dios y dejado todo lo mundano.

¿Qué es lo primero que un ministro debería hacer al entrar en una ciudad? “Curen a los enfermos que haya”. Cristo es Soter, sanador de cuerpo y espíritu. La segunda gran tarea de la Iglesia es proclamar que “ya se acerca a ustedes el Reino de Dios”. La Iglesia anuncia, proclama, evangeliza. 

Lucas, Santo

Memoria Litúrgica, 18 de octubre

Evangelista

Martirologio Romano: Fiesta de san Lucas, evangelista, que, según la tradición, nació en Antioquía de familia pagana y fue médico de profesión. Convertido a la fe de Cristo, fue compañero carísimo del apóstol san Pablo, y en su libro del Evangelio expuso por orden, cual escriba de la mansedumbre de Cristo, todo lo que hizo y enseñó Jesús. Asimismo, en el libro de los Hechos de los Apóstoles narró los comienzos de la vida de la Iglesia hasta la primera venida de Pablo a la ciudad de Roma.

Breve Semblanza

Breves notas en las Cartas de San Pablo son las únicas noticias que la Sagrada Escritura nos presenta sobre San Lucas, el solícito investigador de la buena noticia y autor del tercer Evangelio y de los Hechos de los Apóstoles. Por sus apuntes de viaje, es decir, por las páginas de los Hechos en los que San Lucas habla en primera persona, podemos reconstruir parte de su actividad misionera. Fue compañero y discípulo de los apóstoles. El historiador Eusebio subraya: “… tuvo relaciones con todos los apóstoles, y fue muy solícito”. De esta sensibilidad y disponibilidad suyas hacia el prójimo nos da testimonio el mismo San Pablo, unido a él por grande amistad. En la carta a los Colosenses leemos: “Os saluda Lucas, médico amado…”.

La profesión médica nos trace suponer que él se dedicó mucho tiempo al estudio. Su formación cultural se nota también por el estilo de sus libros: su Evangelio está escrito en un griego sencillo, limpio y bello, rico en términos que los otros tres evangelistas no tienen. Hay que hacer otra consideración sobre su Evangelio, a más del hecho estilístico e historiográfico: Lucas es el evangelista que mejor que lo otros nos pintó la humana fisonomía del Redentor, su mansedumbre, sus atenciones para con los pobres y los marginados, las mujeres y lo pecadores arrepentidos. Es el biógrafo de la Virgen y de la infancia de Jesús. 

Es el evangelista de la Navidad. Los Hechos de los Apóstoles y el tercer Evangelio nos hacen ver el temperamento de San Lucas, hombre conciliador, discreto, dueño de sí mismo; suaviza o calla expresiones que hubieran podido herir a algún rector, con tal que esto no vaya en perjuicio de la verdad histórica.

Al revelarnos los íntimos secretos de la Anunciación, de la Visitación, de la Navidad, él nos hace entender que conoció personalmente a la Virgen. Algún exégeta avanza la hipótesis de que fue la Virgen María misma quien le transcribió el himno del “Magnificat”, que ella elevó a Dios en un momento de exultación en el encuentro con la prima Isabel. En efecto, Lucas nos advierte que hizo muchas investigaciones y buscó informaciones respecto de la vida de Jesús con los que fueron testigos oculares.

Un escrito del siglo II, el Prólogo antimarcionista del Evangelio de Lucas, sintetiza el perfil biográfico del modo siguiente: “Lucas, un sirio de Antioquía, de profesión médico, discípulo de los apóstoles, más tarde siguió a San Pablo hasta su confesión (martirio). Sirvió incondicionalmente al Señor, no se casó ni tuvo hijos. Murió a la edad de 84 años en Beocia, lleno de Espíritu Santo”. Recientes estudios concuerdan con esta versión.

Ponte en camino

Santo Evangelio según San Lucas 10,1-9. San Lucas, Evangelist

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Creo en ti, Señor, aunque a veces no entienda muchas cosas que pasan en mi vida y a mi alrededor. Confío en ti porque nunca me vas a fallar y en tus manos siempre estoy seguro.

Te amo porque me he sentido mirado y amado por ti. Te doy infinitas gracias por tu presencia constante en mi vida y las miles de formas en que actúas en ella cada día. Me entrego a ti; jamás permitas que nada ni nadie me separe de ti.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según sanLucas 10, 1-9

En aquel tiempo, Jesús designó a otros setenta y dos discípulos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde pensaba ir, y les dijo: «La cosecha es mucha y los trabajadores pocos. Rueguen, por tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos. Pónganse en camino; yo los envío como corderos en medio de lobos. No lleven ni dinero, ni morral, ni sandalias y no se detengan a saludar a nadie por el camino.

Cuando entren en una casa digan: ‘Que la paz reine en esta casa’. Y si allí hay gente amante de la paz, el deseo de paz de ustedes se cumplirá; si no, no se cumplirá. Quédense en esa casa. Coman y beban de lo que tengan, porque el trabajador tiene derecho a su salario. No anden de casa en casa. En cualquier ciudad donde entren y los reciban, coman lo que les den. Curen a los enfermos que haya y díganles: ‘Ya se acerca a ustedes el Reino de Dios'».

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

¡Poneos en camino! Ésta es la invitación que me haces en este pasaje. Ponerse en camino implica mucho, implica salir de la comodidad, de las propias seguridades, de los planes personales. Significa sudor, ejercicio, cansancio. No es sencillo ponerse en camino y por ello me das indicaciones.

Detrás de los consejos que das encuentro una invitación a la confianza y al abandono en tus manos providentes. Ni alforja, ni túnica, ni sandalias, confiar en que Tú me irás dando lo que necesito. Nunca me mandas algo que no pueda realizar, por ello puedo confiar en ti. Tú nunca me pides imposibles. Me pides confianza para desprenderme de todo y salir a anunciarte

Ponerse en camino es el llamado a salir a evangelizar y compartir esa experiencia que tengo de ti. Decirle al mundo que hay un Dios que los ama, que quiere lo mejor para ellos. Enseñarles que eres el Salvador, el Amigo, el Hermano. Mostrarles que no están solos, sino que Tú siempre los acompañas.
Ponerse en camino no es algo sólo para las misiones de Semana Santa o Navidad. Es salir a predicar en mi casa, en mi trabajo, en mi escuela, en mi universidad, entre mis amigos. Es salir del lugar de intimidad contigo y compartirte a los demás, a todos aquellos con los que me cruzo en el camino.

«Quien no se pone en camino, nunca conocerá la imagen de Dios, nunca encontrará el rostro de Dios. Los cristianos sentados, los cristianos quietos no conocerán el rostro de Dios: no lo conocen. Dicen: «Dios es así, así…», pero no lo conocen. Los quietos. Para caminar es necesaria esa inquietud que el mismo Dios ha puesto en el corazón y que te anima a buscarlo. Ponerse en camino es dejar que Dios o la vida nos pongan a prueba, ponerse en camino es arriesgar».

(Homilía de S.S. Francisco, 10 de febrero de 2015, en santa Marta).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy ofreceré una decena del rosario por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Lucas nos dió a conocer a todos a Cristo

Celebramos a San Lucas. Hoy nos diría estemos seguros de que todo esfuerzo por transmitir la fe, tiene a Dios por garantía.

La Iglesia celebra a san Lucas poniendo en la liturgia el pasaje de los setenta y dos discípulos que salen a predicar la palabra de Dios. Lucas nos narra aquí la alegre partida del primer grupo de predicadores de la historia cristiana. Más adelante nos narrará, en los Hechos, los frutos imparables de esta primera predicación.

¿Sabía san Lucas que el Evangelio llegaría con la velocidad de un reguero de pólvora a todo el mundo conocido? ¿Sabía que esa locura en la que él había creído conquistaría miles de millones de vidas?

Sabemos, ciertamente que Lucas creyó, y creyó con tal fuerza que nos quiso escribir los avances incontenibles de la fe por la que había apostado en la vida y por la que había dado todo lo que tenía. Desde el cielo, Lucas nos mira continuamente y -estoy seguro- arde en deseos de gritarnos que creamos, que confiemos, que estemos seguros de que todo esfuerzo por transmitir la fe tiene a Dios por garantía infalible y que, por lo tanto, dará su fruto. Pero sin perder de vista que nuestra primera misión somos nosotros mismos.

Cristo, lo fundamental que hizo fue obedecer al Padre respecto a la voluntad que Éste tenía para Él, y así consiguió para nosotros la salvación. Pues nosotros, como empresa apostólica primera tenemos la salvación de nuestra alma, y el cumplimiento de la Voluntad de Dios sobre nosotros. No suceda, como dice san Pablo, que habiendo predicado a otros, yo vaya a ser reprobado.

San Lucas, ¿el primer retratista de la Virgen María?

LUKE, PAINT, VIRGIN

Se le atribuye la autoría de una antigua y venerada imagen en Roma

San Lucas, el evangelista, tenía como profesión la medicina como podemos encontrar citado en la epístola de su amigo San Pablo («el querido médico», Colonenses, 4,14). Pero no solo, también se dice que era pintor, por eso es el patrono de los médicos y pintores.

Para redactar su evangelio hizo una prolija investigación y entrevistó a los que más estaban cerca de Jesús, sus apóstoles y su Madre, la Virgen María, hasta un exegeta hipotizó que fue ella misma que dictó el “Magnificat” al evangelista. Solo en su libro podemos encontrar afirmaciones sobre la Virgen muy íntimas como: María, por su parte, guardaba con cuidado todas estas cosas, meditándolas en su corazón (Lc 2, 19)

Por esa relación tan cercana a María y su pasión por la pintura, se le atribuye la primera imagen de la Virgen. La tradición cuenta que Lucas la retrató mientras ella relataba con tanto amor todo lo sucedido con su Hijo Jesús.

¿Pero dónde se encuentra esa pintura? En las catacumbas de Priscila en Roma se encuentra una imagen muy antigua de la SSma. Virgen que se atribuye a San Lucas, pero una interpretación más fuerte de la tradición romana es la atribución de la autoría al santo de la muy querida imagen la “Salus Populi Romani”, que habría sido pintada en un trozo de madera de la mesa que se utilizó en la última cena de Jesús con sus apóstoles.

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La leyenda dice que la pintura permaneció en Jerusalén hasta que fue descubierta por Santa Elena que junto con otras reliquias sagradas, como la cruz en la que murió Cristo. La pintura fue trasladada primero a Constantinopla donde reinaba su hijo, el emperador Constantino el Grande y luego trasladada por la propia Santa Elena a Roma, donde fue colocada en la Basílica de Santa María la Mayor considerada como el «primer santuario dedicado a la Virgen María en Occidente».

Esta imagen fue declarada por San Juan Pablo II en el Jubileo del 2000, la Patrona de las Jornadas Mundiales de la Juventud, y es adonde se dirige siempre el papa Francisco para pedir o agradecer por cada viaje importante que realiza.

Pero no es la única imagen a la que se le atribuye a San Lucas, también se dice que los siguientes cuadros fueron pintados por él: Ntra. Sra. de Vladimir, Patrona de Rusia, Santa María de Impruneta, Florencia –Italia, Ntra. Sra. de S. Lucas, Boloña, Italia.

¿Cuál es la original? Eso no lo sabemos a ciencia cierta, pero si sabemos que la mejor imagen que san Lucas nos ha dejado de la Virgen María es su detallada descripción en los escritos de su evangelio.