Orar es tan humano como respirar, comer, amar. Orar purifica. Orar hace posible la resistencia a las tentaciones. Orar fortalece en la debilidad. Orar quita el miedo, duplica las fuerzas, capacita para aguantar. Orar hace feliz.
Gregorio Magno, Santo
Papa y Doctor de la Iglesia, 3 de septiembre
Martirologio Romano: Memoria de san Gregorio I Magno, papa y doctor de la Iglesia, que siendo monje ejerció ya de legado pontificio en Constantinopla y después, en tal día, fue elegido Romano Pontífice. Arregló problemas temporales y, como siervo de los siervos, atendió a los cuidados espirituales, mostrándose como verdadero pastor en el gobierno de la Iglesia, ayudando sobre manera a los necesitados, fomentando la vida monástica y propagando y reafirmando la fe por doquier, para lo cual escribió muchas y célebres obras sobre temas morales y pastorales. Murió el doce de marzo (604).
Etimológicamente: Gregorio = Vigilante o aquel que está siempre preparado, es de origen griego.
Fecha de canonización: Información no disponible, la antigüedad de los documentos y de las técnicas usadas para archivarlos, la acción del clima, y en muchas ocasiones del mismo ser humano, han impedido que tengamos esta concreta información el día de hoy. Si sabemos que fue canonizado antes de la creación de la Congregación para la causa de los Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo de Roma, el Papa.
Breve Biografía
GREGORIO MAGNO, DE LA FAMILIA DE LOS ANICIOS
Familia profundamente cristiana de la que ha llegdo a los altares; sus padres y sus dos tías, Társila y Emiliana. En este ambiente de religiosidad se desarrolló su espíritu mientras Roma llegaba a lo más bajo de la curva de su caída. Cuando el poder imperial fue restablecido en Roma, en manos ya de Constantinopla, Gregorio comienza su formación cultural. No sobresale en la literatura, pero sí en los estudios jurídicos, donde encuentra una magnífica preparación para sus futuras actividades. Terminada su carrera de Derecho, acepta del emperador Justino II el cargo de prefecto de Roma, con todas las funciones administrativas y judiciales.
GREGORIO MONJE
Per su corazón aspiraba a cosas más altas, y tras una desgarradora lucha interior, que manifiesta en una carta a su amigo San Leandro de Sevilla, Roma ve un día cómo su prefecto cambia sus ricas vestiduras por los austeros hábitos de los campesinos que San Benito había adoptado para sus monjes. Su mismo palacio del monte Celio fue transformado en monasterio. Gregorio es feliz en la paz del claustro, aunque pronto será arrancado de ella por el mismo Sumo Pontífice, que le envía como Nuncio a Constantinopla. De aquí en adelante añorará siempre aquellos cuatro años de vida monacal.
EL MONJE GREGORIO, PAPA
En 586, llega a Roma cuando las aguas del Tíber se desbordan y siembran la desolación. Personas ahogadas, palacios destruidos, hambre y la peste. Una de las víctimas de la peste es el Papa Pelagio II. Y Gregorio es elegido Papa para suderer a Pelagio, quedando apartado de la soledad que buscaba en el monasterio. Ya no vivirá más la paz de la vida monacal, pero la espiritualidad de aquellos hombres entregados a la oración le marcará para siempre. En su fecundo Pontificado, destaca su celo por la liturgia, la organización definitiva del canto litúrgico, que se conoce aún con el nombre de «canto gregoriano». Era el “Psalite sapienter” del salmo y de San Benito, cuyo estilo y estética litúrgicos, ha heredado también Benedicto XVI, a más del nombre del Fundador de los Monjes de Occidente y Patrono de Europa: San Benito.
Gregorio es el pastor auténtico, que quiere lo mejor para sus ovejas que viven en la unidad del mismo Amor. No ahorrará para ello trabajos ni sacrificios. Su voz se levanta potente y su pluma escribe sin descanso; el que no había sobresalido en sus estudios literarios nos ha legado un tesoro inagotable en sus escritos, de estilo sencillo y cordial. Y no se contenta con las ovejas que ya están en el verdadero redil; su corazón se lanza a la conquista de Inglaterra, ganándola para el catolicismo. Para todos es el padre amante, cuyas preocupaciones son las de sus hijos. Su honor es el de la Iglesia universal y su grandeza el ser y llamarse «Siervo de los siervos de Dios», título que pasarán a utilizar desde entonces todos los Papas.
VIRTUDES DEL PASTOR
«Importa que el pastor sea puro en sus pensamientos, intachable en sus obras, discreto en el silencio, provechoso en las palabras, compasivo con todos, más que todos levantado en la contemplación, compañero de los buenos por la humildad y firme en velar por la justicia contra los vicios de los delincuentes. Que la ocupación de las cosas exteriores no le disminuya el cuidado de las interiores y el cuidado de las interiores no le impida el proveer a las exteriores», escribe San Gregorio Magno en su «Regla Pastoral», y éste fue el programa de su actuación. Genio práctico en la acción, fue ante todo el buen pastor cuya solicitud se extiende a toda su grey. No es tan sólo Roma la que merece sus cuidados, sino todas las Iglesias España, Galia, Inglaterra, Armenia, el Oriente, toda Italia, especialmente las diez provincias dependientes de la metrópoli romana. Fue incansable restaurador de la disciplina católica. En su tiempo se convirtió Inglaterra y los visigodos abjuraron el arrianismo.
EL CULTO Y LA CARIDAD
Renovó el culto y la liturgia y reorganizó la caridad en la Iglesia. Sus obras teológicas y la autoridad de las mismas fueron indiscutidas hasta la llegada del protestantismo. Dio al pontificado un gran prestigio. Su voz era buscada y escuchada en toda la cristiandad. Su obra fue curar, socorrer, ayudar, enseñar, cicatrizar las llagas sangrantes de una sociedad en ruinas. No tuvo que luchar con desviaciones dogmáticas, sino con la desesperación de los pueblos vencidos y la soberbia de los vencedores.
La obra realizada por San Gregorio Magno fue inmensa; aune con su gran humildad, había procurado por todos los medios no aceptar el mando supremo de la Iglesia. Pero una vez elegido Papa por el clero, el senado y el pueblo fiel, y bien vista su elección por el emperador, se entregó a aquella tarea para la que toda su vida anterior había sido una providencial preparación.
JUAN PABLO I SE PROPUSO IMITARLE
Al tomar posesión de la Catedral de San Juan de Letrán, pronunció estas palabras Juan Pablo I: “En Roma, estudiaré en la escuela de San Gregorio Magno, que dice: «Esté cercano el pastor a cada uno de sus súbditos con la compasión. Y olvidando su grado, considérese igual a los súbditos buenos, pero no tenga temor en ejercer, contra los malos, el derecho de su autoridad. Recuerde que mientras todos los súbditos dan gracias a Dios por cuanto el pastor ha hecho de bueno, no se atreven a censurar lo que ha hecho mal; cuando reprime los vicios, no deje de reconocerse, humildemente, igual que los hermanos a quienes ha corregido y siéntase ante Dios tanto más deudor cuanto más impunes resulten sus acciones ante los hombres » (Reg. past. parte II, 5 y 6). Murió el 12 de marzo de 604.
¡Felicidades a quienes lleven este nombre!
Lo importante es la actitud, el amor, el por quién lo hago
Santo Evangelio según san Lucas 5, 33-39. Viernes XXII del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, creo que me has dejado la oración como el mejor medio para poder encontrarme contigo. Creo que eres mi Dios y mi Señor y que siempre quieres lo mejor para mí. Tú conoces bien lo que necesito y por ello te pido me lo concedas. Aumenta mi fe, mi esperanza y mi caridad. Dame la gracia de ser siempre fiel a tu amistad y jamás permitas que nada ni nadie me separe de ti. Me pongo en tus manos para que me conduzcas por donde me quieras llevar. Ayúdame a ser un buen discípulo tuyo.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 5, 33-39
En aquel tiempo, los fariseos y los escribas le preguntaron a Jesús: “¿Por qué los discípulos de Juan ayunan con frecuencia y hacen oración, igual que los discípulos de los fariseos, y los tuyos, en cambio, comen y beben?”.
Jesús les contestó: “¿A caso pueden ustedes obligar a los invitados a una boda a que ayunen, mientras el esposo está con ellos? Vendrá un día en que les quiten al esposo, y entonces sí ayunarán”.
Les dijo también una parábola: “Nadie rompe un vestido nuevo para remendar uno viejo, porque echa a perder el nuevo, y al vestido viejo no le queda el remiendo del nuevo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo revienta los odres y entonces el vino se tira y los odres se echan a perder. El vino nuevo hay que echar lo en odres nuevos y así se conservan el vino y los odres. Y nadie, acabando de beber un vino añejo, acepta uno nuevo, pues dice: ‘El añejo es mejor’”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Hoy, Señor, me enseñas que lo importante de la oración y el ayuno no es el hecho de realizarlos. Lo que cuenta es la actitud, el amor, el por quién lo hago. Los fariseos eran excelentes en materia de oración y ayuno. Pocos los podían recriminar en cuanto a sus actos de piedad. Sin embargo hoy les enseñas que lo fundamental es el interior. Tal vez sólo ayunaban y oraban porque era lo que pedía la ley, la costumbre del pueblo. Quizás lo hacían sólo para aparentar santidad y ganarse el respeto.
Sin embargo, hoy me dejas una enseñanza que también ilumina mi vida. ¿Por qué oro, ayuno o me sacrifico? ¿Hay algo o alguien que de verdad me mueve a realizar estas acciones? ¿Soy consciente de que lo verdaderamente importante es que Tú, el novio, estás conmigo?
Ya no basta rezar o ayunar porque así me lo han enseñado, porque es parte de la rutina de mi día o porque simplemente los demás también lo hacen. Hoy me pides que viva estos actos sublimes con la conciencia de que es por ti y por amor a ti que los realizo. Entonces cambiarás en mí la experiencia de oración y sacrificio. Me demostrarás lo diferente que es la vida cuando se vive contigo y para ti.
Son muchas las oportunidades que día tras día me concedes para ir depositando el vino de mi vida en odres nuevos, es decir, en acciones que valgan la pena porque fueron realizadas conscientemente por amor. No permitas, Señor, que riegue el vino de mi vida por la superficialidad, la ligereza o la inconstancia. Concédeme vivir siempre junto a ti para poder decir siempre que la vida contigo es la mejor que se puede vivir.
«El mejor confesor suele ser el que mejor se confiesa. Podemos hacernos una pregunta: ¿Cómo me confieso? Casi todos los grandes santos han sido grandes pecadores o, como santa Teresita, tenían conciencia de que era pura gracia preveniente el hecho de que no lo hubieran sido. Así, el verdadero recipiente de la misericordia es la misma misericordia que cada uno ha recibido y le ha recreado el corazón; ese es el «odre nuevo» del que habla Jesús». (Meditación de S.S. Francisco, 2 de junio de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Recitaré mis oraciones de hoy con mayor concentración y conciencia de lo que digo.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Fundamentos bíblicos del ayuno
El vacío físico que se experimenta en el ayuno nos ayuda a darnos cuenta de nuestro vacío interior.
El Ayuno es una disciplina espiritual por la que voluntariamente se renuncia a ciertos alimentos por un tiempo definido con el fin de liberarse de los apegos carnales y poner todo el corazón en Dios.
El ejemplo principal es el de Jesucristo, quién preparó su ministerio público retirándose al desierto para orar y ayunar por cuarenta días (Lucas 4 y Mateo 4). Basado en Su ejemplo podemos entender que Su crítica al ayuno de los fariseos se fundamenta en la falta de sinceridad con que la hacían y no en el ayuno en si mismo. El ayuno auténtico debe siempre estar unido a la conversión, la sinceridad y la conducta moral.
«Mas ahora todavía – oráculo de Yahvé – volved a mí de todo corazón, con ayuno, con llantos, con lamentos». Desgarrad vuestro corazón y no vuestros vestidos, volved a Yahvé vuestro Dios, porque El es clemente y compasivo, tardo a la cólera, rico en amor, y se ablanda ante la desgracia. – Joel 2,12-13
Los profetas enseñan que la compasión y la conducta ética es mas aceptable que el ayuno mezclado de contiendas (Cf Is 58, 4-7; Zacarías 7, 5-10). No se rechazan el ayuno sino que lo sitúan en contexto.
El ayuno es necesario como forma de vida para estar listo y saber descubrir la presencia de Dios. Lucas 2,37: «(Ana) no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios con ayuno y oraciones»
La Biblia nos presenta numerosos ejemplos de ayuno en diferentes situaciones:
Intercesión general para lograr auxilio del Señor
Salmo 109,24 – ayuno hasta debilitarse las rodillas.
En arrepentimiento y para evitar castigo:
La ciudad de Nínive ayuna colectivamente al escuchar la predicación de Jonás (Jonás 3,4-7)
Joel 2,12 «volved a mi de todo corazón, con ayuno, con llanto, con lamentos»
En caso de peligro:
Deuteronomio 10,10 «en cuanto a mi, me estuve en el Monte, como la primera vez, cuarenta días y cuarenta noches, en ayuno. También esta vez me escucho Yahveh y renuncio a destruirte».
Saúl ayunó ante la batalla con los filisteos (Cf. I Samuel 28, 20-22)
Ajab ayunó al escuchar la profecía de desgracia pronunciada por Elías (I Reyes 21, 27)
Josafat ayunó cuando las naciones le hicieron la guerra (II Crónicas 20, 3-4)
David ayunó ante la persecución injusta. Ayuna y hace penitencia (Salmo 35,13)
Ante la amenaza de Nabucodonosor, los Israelitas ofrecen alabanzas, intercesión, penitencia y ayuno. El Señor oyó sus voces y vio su angustia. (Judit 4, 9-15)
En Ester 4,16 ella le dice a Mardoqueo: «vete a reunir a todos los judíos que hay en Susa y ayunad por mi. No comáis ni bebáis durante tres días y tres noches. También yo y mis siervas ayunaremos. Y así, a pesar de la ley, me presentare ante el rey; y si tengo que morir, moriré». (Ester va a ir ante el rey a defender a su pueblo que estaba condenado a morir. Va a desenmascarar al enemigo)
Ante decisiones y actos importantes:
Éxodo 34,28 –Moisés está cuarenta días y cuarenta noches, si comer pan, ni beber agua. Y escribió las nuevas tablas de la ley.
Mientras estaban celebrando el culto del Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: «Separadme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado.» Entonces, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y les enviaron. (Hechos 13, 2-3)
«Designaron presbíteros en cada Iglesia y después de hacer oración con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído». (Hechos 14,23)
En la batalla contra el demonio:
Mc 9, 29 «esta clase de demonio solo puede ser expulsado por la oración y el ayuno»
El beneficio del ayuno en la batalla se deduce también de estos pasajes:
Col 1, 24 «Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia»
1 Cor 9, 25 «los atletas se privan de todo y eso por una corona corruptible, nosotros, en cambio, por una incorruptible.»
Gal 5, 17 «pues la carne tiene apetencias contrarias al espíritu y el espíritu contrarias a la carne, como entre si antagónicos, de forma que no hacéis lo que quisierais»
En caso de duelo:
Los hombres de Yabes de Galaad ayunaron por siete días después de enterrar a Saúl y sus hijos
(I Samuel 31,13)
David ayunó al conocer la muerte de Saúl y Jonatán (II Samuel 1, 12) y al enterarse que Abner había muerto (II Samuel 3, 35)
Después de un desastre:
Los israelitas ayunaron cuando fueron derrotados por los benjamitas (Jueces 20, 26)
El profeta Joel proclama el ayuno público tras una plaga. (Joel 1, 14)
Día de expiación: Era día anual de ayuno para los israelitas. (Levítico 16, 29-30: «ayunareis..porque en ese día se hará expiación por vosotros para purificaros». Además de ese día, los reyes o profetas podían llamar a un día especial de ayuno.
Después de la destrucción del Templo y del exilio en Babilonia se instituyeron al menos cuatro días de ayuno: el ayuno en el cuarto mes (el día noveno de Tammuz, cuando las murallas de Jerusalén fueron tomadas por los babilonios); el ayuno del quinto mes (cuando el Templo fue incendiado del séptimo al décimo día del mes); el ayuno del séptimo mes (en memoria del asesinato de Guedalías en el año nuevo) Jer 41, 1-2; y el ayuno del décimo mes (el noveno día cuando Jerusalén fue sitiado por los Babilonios (Zac 8,19).
Ayuno personal
Los salmos invitan frecuentemente al ayuno personal en ocasiones de dificultad: salmos 35, 69, 109. Ver también: Daniel 9,3s.; 10,3; Esdras 10,6; Nehemías 1,4.
La práctica del ayuno era frecuente en el judaísmo del primer siglo y aparece en el NT, especialmente con los discípulos de Juán Bautista (Mc 2,18). Jesús ayunaba (Cf Mt 4) y su advertencia a no manipular esta práctica para atraer atención (Cf Mt 6,17; Lc 18,12) no debe interpretarse como un rechazo. Como los profetas, Jesús enfatizó la contrición y el arrepentimiento como la esencia del ayuno.
El A.T. nos revela el poder del ayuno sobre los enemigos exteriores, el N.T., nos revela además, el poder que tiene para vencer los enemigos del alma: carne, demonio y mundo.
Frutos del ayuno:
No es un fin en si mismo, sino medio de conversión.
• conduce a libertad de corazón y mente. Proceso por el cual nos liberamos de todos los apegos terrenales y de todas las cosas que nos atan: caprichos, gustos, excesivo auto cuidado. Y nos encaminamos hacia la Paz.
• fortalece, estabiliza y desarrolla el auto control (fruto del ES)
• reconocer debilidad y dependencia en Dios.
• pobreza de espíritu
• edifica la vida interior
• elimina los excesos de nuestra vida a fin de hacer mas espacio para Dios.
El ayuno permite llevar mas fácilmente una vida interior unida a Dios y al mundo celestial; el ayuno libera de la pesantez de la materia. Los santos recomiendan el ayuno a todo aquel que quiere llegar a una mayor interioridad. El ayuno apaga poco a poco la concupiscencia.
El ayuno y la Palabra de Dios.
Mateo 4,4 «No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios»
Juan 4,32: «Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra»
El día de ayuno, debe ser un día de profunda oración, meditación de las Escrituras y del magisterio de la Iglesia. Alimentar nuestras mentes encontrando en la verdad nuestro alimento, nuestra satisfacción. Permitirle a nuestras almas que sean llenadas de la Palabra que es vida, que nos libera, que nos eleva y nos enseña a pensar, sentir y obrar según la voluntad de Dios. En los días de ayuno, por alguna razón, he descubierto que es mas fácil penetrar las Escrituras, escudriñarlas y captar el mensaje mas profundo, que se esconde detrás de las palabras.. Damos prioridad al alma.
El ayuno y la Eucaristía
Juan 6, 27: «Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el que os dará el Hijo del Hombre».
Vacío terreno y alimento verdadero. El vacío físico que se experimenta en el ayuno nos ayuda a darnos cuenta de nuestro vacío interior y nuestra necesidad de las realidades espirituales.
El día de ayuno, debe ser eminentemente un día Eucarístico: adoración, reparación, etc.
¿A pan y agua?
Pan es comida de pobre. La disposición de vivir a pan y agua durante un día demuestra la buena voluntad de ser pobre ante Dios y bien dispuesto a su voluntad.
Pan y agua: dos símbolos importantes en las Escrituras:
• Pan: símbolo de vida, de nutrición (Pan, alimento – Eucaristía)
• Agua: purificación (de su corazón traspasado fluye el agua, símbolo del bautismo)
Para dar al pueblo pan y agua mientras caminaban en el desierto el Señor hizo milagros.
El ayuno busca la verdadera vida a través de la purificación. Ayunar a pan y agua es un llamado a crecer en dependencia de la Eucaristía. Es también un llamado a adentrarnos en una vida de purificación, de conversión, de arrancar de nosotros todo lo que nos separa del Señor o no nos deja ser sus hijos adoptivos, ni su imagen y semejanza.
Juan 6,34: «yo soy el pan de vida, el que venga a mi no tendrá hambre, y el que crea en mi no tendrá nunca sed»
San Juan Pablo II nos habla sobre la necesidad de ayunar para aplacar el «espíritu de muerte y la cultura de la muerte».
Evangelium Vitae #100: «es urgente…que desde cada comunidad, cada familia, cada individuo se eleve una súplica apasionada a Dios. Jesús mismo nos reveló con su ejemplo que la oración y el ayuno son las armas principales y mas eficaces contra las fuerzas del mal y ha enseñado a sus discípulos que algunos demonios sólo se expulsan de este modo. Por lo tanto, tengamos la humildad y la valentía de orar y ayunar para conseguir que la fuerza que viene de lo alto haga caer los muros del engaño y de la mentira, que esconden a los ojos de tantos la naturaleza perversa de comportamientos y de leyes hostiles a la vida, y abra sus corazones a propósitos e intenciones inspirados en la civilización de la vida y del amor.»
El ayuno aplaca la gula
Con el ayuno estamos aprendiendo a dominarnos a nosotros mismos y sobretodo a liberarnos del pecado de gula, que no solo se manifiesta en la glotonería, sino en formas mas refinadas y mas espirituales.
1. Gula intelectual: gula en el terreno de conocimientos (curiosidad), de la ciencia. Esta es muy peligrosa pues el pecado primero de Eva fue la curiosidad. De ahí se deriva el ocultismo, los psíquicos, los astrólogos, leer cartas…etc. Querer saber el futuro.
2. Gula espiritual: busca los sentimientos que provocan lecturas piadosas, el placer sensible. No perderse ninguna experiencia espiritual.
3. Gula de placer, de honor, de fama: se hace lo que sea por sobresalir, por ser reconocidos, etc.
Ayunar no solo de comida
San Juan Crisóstomo dijo:
El valor del ayuno consiste no solo en evitar ciertas comidas, pero en renunciar a todas las actitudes, pensamientos y deseos pecaminosos. Quien limita el ayuno simplemente a la comida, esta minimizando el gran valor que el ayuno posee. Si tu ayunas, que lo prueben tus obras! Si ves a un hermano en necesidad, ten compasión de el. Si ves a un hermano siendo reconocido, no tengas envidia. Para que el ayuno sea verdadero no puede serlo solo de la boca, sino que se debe ayunar de los ojos, los oídos, los pies, las manos, y de todo el cuerpo, de todo lo interior y exterior.
Ayunas con tus manos al mantenerlas puras en servicio desinteresado a los demás. Ayunas con tus pies al no ser tan lenta en el amor y el servicio. Ayunas con tus ojos al no ver cosas impuras, o al no fijarme en los demás para criticarlos. Ayuna de todo lo que pone en peligro tu alma y tu santidad. Seria inútil privar mi cuerpo de comida, pero alimentar mi corazón con basura, con impureza, con egoísmo, con competencias, con comodidades.
Ayunas de comida, pero te permites escuchar cosas vanas y mundanas. También debes ayunar con tus oídos. Debes ayunar de escuchar cosas que se hablan de tus hermanos, mentiras que se dicen de otros, especialmente chismes, rumores o palabras frías y dañinas contra otros.
Además de ayunar con tu boca, debes de ayunar de no decir nada que haga mal a otro. Pues ¿de que te sirve no comer carne, si devoras a tu hermano?
¿Que nos dice San Juan Crisóstomo con esta reflexión?
Que los días de ayuno deben de ser especialmente días de abstenernos del uso desordenado o incluso exagerado de los otros sentidos: No fijarme en lo que no debo, no hablar lo que no debo, no oír lo que no debo, no desear lo que no debo, no buscar satisfacer todas mis necesidades emocionales, espirituales; no buscar saciar mi soledad, buscando inmediatamente compañía; no querer saberlo todo; no requerir respuestas inmediatas a todo lo que se me ocurre en la mente, etc.
Ayunamos buscando conversión. Por lo tanto, ayunemos de todas esas actitudes contrarias a la virtud. Quizás tu ayuno va a consistir de ser mas servicial, (ayuna de tu pereza, comodidad), pues así como la Virgen nos pide que recemos con el corazón, debemos de ayunar con el corazón. Puede ser que tengamos que ayunar de nuestra ira, siendo los días de ayuno, mas amables, mas dulces, mas dóciles. Quizás tengo que ayunar de la soberbia, buscando activamente ser humillada, o hacer actos concretos de humildad, etc.
Ayuno y pureza corporal
Escuchemos al otora Cardenal Ratzinger (quien luego sería el Papa Benedicto XVI):
Ayunar significa aceptar un aspecto esencial de la vida cristiana. Es necesario descubrir de nuevo el aspecto corporal de la fe: la abstención de la comida es uno de estos aspectos. Sexualidad y alimentación son los elementos centrales de la dimensión física del hombre: hoy, a una menos comprensión de la virginidad corresponde una menor comprensión del ayuno. Y una y otra falta de comprensión proceden de una misma raíz: el actual obscurecimiento de la tensión escatológica, es decir, de la tensión de la fe cristiana hacia la vida eterna. Ser vírgenes y saber practicar periódicamente el ayuno es atestiguar que la vida eterna nos espera; mas aun, que ya está entre nosotros. Sin virginidad y sin ayuno, la Iglesia no es ya Iglesia; se hace intrascendente, sumergiéndose en la historia.
Hoy mas que nunca, la penitencia, mortificación es necesaria para expiar por nuestros pecados y reparar por los del mundo entero. A través de los siglos, la humanidad siempre ha sido pecadora, pero lo reconocía y hacia penitencia por ello. Hoy no es así, se vive en pecado, no se le llama pecado sino que al contrario se vive orgulloso de ello. Se están rechazando todos los principios morales y éticos, y por ello la humanidad ha perdido la libertad interior y ha llegado a ser víctima del peor tirano: el propio «yo» y el demonio.
El ayuno como acto común y público de la Iglesia, me parece hoy tan necesario como en tiempos pasados; es un testimonio público tanto de la primacía de Dios y de los valores del espíritu como de nuestra solidaridad con todos aquellos que padecen hambre. Si no ayunamos no conseguimos librarnos de ciertos demonios de nuestro tiempo»
Por eso el catecismo de la Iglesia, #2015, nos dice: «El camino de la perfección pasa por la cruz. No hay santidad sin renuncia y sin combate espiritual (2Tim 4). El progreso espiritual implica la ascesis y la mortificación que conducen gradualmente a vivir en la paz y el gozo de las bienaventuranzas.»
Ayuno y Caridad
El ayuno no puede separarse de la caridad fraterna. Si un cristiano se priva de algo es para darlo a sus hermanos y dar testimonio con ello de su amor a Dios.
Pío XII (1950): «lo que sustraiga a la vanidad, el cristiano lo dará a la caridad y subvendrá misericordiosamente a la Iglesia de los pobres. Así lo hacían los fieles de la Iglesia primitiva: alimentaban las fuentes de la caridad con el ayuno y abstinencia de las cosas permitidas».
San Agustín: «tus privaciones serán fecundas si muestras largueza con otro». Las privaciones son cristianas si nos hacen crecer en santidad, en caridad y generosidad.
En las primeras comunidades cristianas cuando había un pobre entre ellos ayunaban durante dos o tres días y acostumbraban a enviarle los alimentos que tenían preparados para ellos. Podemos apreciar por que la Iglesia primitiva observaba dos días de ayuno a la semana: miércoles y viernes.
Tipos de ayuno en la actualidad:
Ayuno Eucarístico: Anteriormente era costumbre ayunar desde la medianoche antes de recibir la Eucaristía. Es curioso que la palabra «desayuno» significa romper el ayuno. En la actualidad se requiere un ayuno de una hora antes de recibir la Eucaristía. (Ni medicinas, ni agua, rompen el ayuno).
Ayuno de Cuaresma: Una sola comida al día, las otras siendo algo ligero. La Iglesia requiere ayuno y abstinencia (no comer carne) los días: Miércoles de Ceniza y Viernes Santo de cada año.
Ademas requiere abstinencia todos los viernes de cuaresma. ¿Para quién?, para todos los mayores de edad (18 años), hasta cumplir los 59 años. Los enfermos están excluidos. (Canon 1251)
Oración, ayuno y limosna los Padres de la Iglesia explican que debe unirse estas tres. La Iglesia recomienda el ayuno (cf. Canon 1249) como ayuda al dominio de las pasiones y como reparación de los pecados. El ayuno siempre ha sido y es parte de la ascética católica.
Elijamos cambiar hacia estilos de vida más respetuosos del ambiente
Video del Papa para el mes de septiembre 2021.
“Recemos para que todos tomemos las decisiones valientes, las decisiones necesarias para una vida más sobria y ecosostenible, inspirándonos por los jóvenes ya que están comprometidos con este cambio”. Es la intención de oración que el Papa Francisco confía a toda la Iglesia Católica para septiembre a través de la Red Mundial de Oración del Papa, y que explica a través de El Video del Papa. En el mes del Tiempo de la Creación, el Pontífice aborda una vez más la crisis ambiental que atraviesa la humanidad.
El ejemplo de los jóvenes
En el Video, Francisco evidencia el valor de los jóvenes capaces de emprender “proyectos de mejora ambiental y mejora social, puesto que ambos van juntos” e insta a seguir su ejemplo: “Los adultos podemos aprender mucho de los jóvenes pues, en todo lo que tiene que ver con el cuidado del planeta, los jóvenes están a la vanguardia. Aprovechemos su ejemplo, reflexionemos, especialmente en estos momentos de crisis, de crisis sanitaria, de crisis social, de crisis ambiental, reflexionemos sobre nuestro estilo de vida”.
Elegir el cambio
Como anticipado por Francisco en la Laudato si’ “no nos servirá describir los síntomas, si no reconocemos la raíz humana de la crisis ecológica”. Por ello, en el video, el Pontífice llama a cuestionarnos acerca del modo en que vivimos y usamos los bienes materiales del planeta, sobre cómo nos alimentamos, consumimos o nos desplazamos o “el uso que hacemos del agua, de la energía y de los plásticos, y de tantos bienes materiales que son a menudo perjudiciales para la Tierra”. De ahí su invitación:
“¡Elijamos cambiar! Avancemos con los jóvenes hacia estilos de vida más sencillos y respetuosos del medio ambiente. Y recemos para que todos tomemos las decisiones valientes, las decisiones necesarias para una vida más sobria y ecosostenible, inspirándonos por los jóvenes que ya que están comprometidos con este cambio”.
Los jóvenes, concluye el Pontífice, “no son tontos, porque están comprometidos con el futuro de ellos. Por eso quieren cambiar lo que ellos van a heredar en un tiempo en que ya nosotros no estaremos”.
El Tiempo de la Creación
La intención de oración indicada por el Papa se enmarca en la celebración anual mundial y ecuménica del Tiempo de la Creación. En 2021 se desarrollará desde el 1 de septiembre, Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, hasta el 4 de octubre, fiesta de San Francisco de Asís, patrono de la ecología, y en ella las comunidades participarán en proyectos de sensibilización y cuidado del medio ambiente
La raíz humana de la crisis ecológica.
La necesidad de acciones urgentes para combatir la crisis ambiental y social no es una novedad; cada vez son más las alertas mundiales para intentar concientizar a la humanidad de que algo tiene que cambiar, explica el texto que acompaña el video del Papa. El pasado junio, la ONU advirtió que “la Tierra está alcanzando rápidamente ‘extremos irreversibles’ y que nos enfrentamos a una triple amenaza: la pérdida de la biodiversidad, la alteración climática y el aumento de la contaminación”. Factores que impactan en la vida de todos.
Urge un estilo de vida sobrio y solidario.
“Una vez más las palabras de Francisco no pueden dejarnos indiferentes. Frente a la crisis ecológica hay urgencia a cambiar nuestro estilo de vida para que sea sobrio y solidario. ¿Somos conscientes de esta urgencia?», comenta por su parte el P. Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa. «Cuando el Papa nos habla de ecología integral nos indica que todo está interconectado en nuestras vidas. Para proteger nuestra casa común las palabras ya no bastan. En Laudato Si’ Francisco nos propone un camino, un retorno a la simplicidad, a la fraternidad con la Creación y los más necesitados”, concluye el padre Fornos.
El Video del Papa
El Video del Papa es una iniciativa oficial de alcance global que tiene como objetivo difundir las intenciones de oración mensuales del Santo Padre. Es desarrollada por la Red Mundial de Oración del Papa (Apostolado de la Oración). Desde el año 2016 El Video del Papa lleva más de 152 millones de visualizaciones en todas sus redes sociales, es traducido a más de 23 lenguas y tiene una cobertura de prensa en 114 países.
¿Qué significa Escuchar?
La Dirección Espiritual como escucha empática y activa:
Escuchar, ¡qué gran necesidad en nuestro mundo actual! Los hombres sienten la necesidad de ser escuchados con atención, con comprensión, sin prisas, con simpatía, cálidamente; buscan alguien que les manifieste interés humano por su persona. Escuchar es una actitud que entra en el ámbito de la caridad cristiana, como una de sus manifestaciones más finas. En la dirección espiritual es una de las funciones más fecundas. Del modo cómo nosotros sepamos acoger y escuchar a nuestra dirigida en el primer encuentro puede depender el tipo de apertura espiritual que adopte, más honda y confiada o más periférica y cautelosa.
¿Qué significa escuchar? Aspectos psicológicos y espirituales.
•Escuchar significa favorecer la apertura.
•Escuchar significa dejar hablar.
•Escuchar significa prestar sincera atención a la persona y a cuanto ella pueda expresar.
•Escuchar significa comprometerse activamente en la comprensión de lo que la persona desea comunicar.
•Escuchar significa participar interesadamente en lo que la persona busca compartir de sí misma.
•Escuchar significa escuchar juntos a Dios en el interior, y captar los caminos que muestra.
•Escuchar significa reconocer que cada uno tiene una personalidad única e irrepetible y maravillarse ante el llamado personal de Dios.
•Escuchar significa dejar a un lado el propio mundo vivencial para adentrarse en el del otro.
•Escuchar significa ponerse a disposición del otro, abandonando los propios problemas, preocupaciones, intereses, juicios.
•Escuchar es ser yo mismo en función del otro.
•Escuchar es tener fe en el otro.
•Escuchar es una atención solícita de todo nuestro ser al ser del otro en toda su hermosura y su pecado, su lucha y su misterio, sus gozos y sus sufrimientos.
•Escuchar es por tanto, amar al otro.
Los varios significados mostrados, nos permiten ver que sólo la persona humana tiene capacidad de escuchar. La escucha, en el aspecto psicológico, pertenece al campo de lo personal; no escuchamos «algo» sino a «alguien». Podemos oír ruidos, voces, sonidos…, pero escuchamos a personas. La escucha denota comunión entre personas, y puede ser tan personal que ni siquiera necesite de palabras. Es como una especie de empatía.
Para ser una buena orientadora espiritual, se requiere desarrollar la capacidad de escucha en sus diversas dimensiones: Escucha de sí mismo, de los demás y de Dios.
– La capacidad de escucha de nosotros mismos se relaciona mucho con la madurez humana tan necesaria en el orientador. Una orientadora espiritual inmadura vivirá centrada en sí misma, preocupada por sus aciertos o fallos, y dejará poco espacio a la escucha de la otra y del Espíritu Santo. Escucharse a sí misma significa conocerse; experimentar el misterio de lo que realmente se es; estar al tanto de lo que favorece y ayuda la propia salud física, mental, emocional y espiritual. Significa también facilitar el desarrollo de nuestro potencial creativo, nuestros talentos y dones. Supone un cierto dominio de nuestros estados anímicos, de nuestros pensamientos, deseos, sentimientos, aspiraciones y motivaciones. Nos confronta con nuestra debilidad y pecado. Cuando nos volvemos capaces de escucharnos a nosotros mismos, se hace posible la apertura al otro, su comprensión, su aceptación. Ello nos permitirá allanar el camino quitando de nosotros lo que pueda obstaculizar su apertura, y favoreciendo lo que la ayude. Por ejemplo, si yo, orientadora, poseo un temperamento nervioso y he llegado a conocerme, sabré que en los días de Ejercicios Espirituales, no me ayudará encerrarme a atender en dirección espiritual por horas sin término, pues seguramente me impacientaré mucho más con las últimas que tenga en mi lista. Por lo tanto, procuraré hacer un intervalo suficiente para poder descansar llevando a cabo otra actividad, o veré la conveniencia de atender a algunas de mis dirigidas caminando por los jardines.
– La compenetración entre dos personas se lleva a cabo de manera más real y eficaz cuando los dos escuchan. Su hablar es fruto del escucharse mutuamente, y a su vez, invita a una escucha más honda.
– Sin embargo, la escucha en la dirección espiritual trasciende lo psicológico; adquiere una dimensión espiritual y religiosa, refiriéndonos a la actitud del corazón que refleja el estar a la espera de Alguien. Debe ser la postura fundamental de la orientadora y de la dirigida ante Dios. No basta que las dos se escuchen mutuamente, juntas deben escuchar al Espíritu Santo y captar los caminos que muestra para la dirigida. Así descubrirán poco a poco la influencia divina en el interior del alma según se manifieste en sus pensamientos, sentimientos, deseos, aspiraciones, comportamientos y reacciones. Para la dirigida, la dirección espiritual brota de la escucha a Dios en su propio corazón, y también de la escucha a Dios en y a través de la orientadora. La orientadora ofrecerá a su vez orientaciones, pero sólo como consecuencia de haber escuchado a Dios en y a través de la dirigida. (Cf. F.K.Nemeck y M.T. Coombs El camino de la dirección espiritual, Madrid, 1987, p. 65-85)
De aquí se desprenden algunos principios fundamentales:
•La orientadora debe convencerse de que Dios es el único Orientador de todas y cada una de las personas. Sólo Dios puede santificar, porque sólo en Él se encuentra la fuente de toda santidad. Sólo alcanzaremos la santidad en la medida en que nos unamos y participemos de Dios, y que nadie puede alcanzar el mínimo grado de santidad sin Dios.
•Debemos forjar una alianza con el Espíritu Santificador que late en todo el mundo, en toda la Iglesia, en todos los corazones que quieren darle cabida. ¿Trabajamos realmente acompañados de esta fuerza misteriosa, santificadora y vivificadora, que es la alianza y unión con el Espíritu Santo, que habita en el corazón por la gracia?. No hay Socio mejor ni Amigo mejor.
•El camino que la persona trata de descubrir, existe ya en su propio interior. “Antes de haberte formado Yo en el seno materno ya te conocía, y antes de que nacieses te tenía consagrado: te constituí profeta”. (Jr. 1, 5).
•Nuestro propósito de la dirección se encaminará a proporcionar ayuda a los dirigidos para aprender a escuchar a Dios. Aconsejarlos, instruirlos, animarlos, corregirlos, apoyarlos para que se tornen capaces de responder a sus inspiraciones.
¡Cuáles cree que son las principales dificultades para saber escuchar? Comparta con nosotras su opinión y participe en los foros de discusión:Foro exclusivo para Religiosas en Catholic.net
¿Qué es la Iglesia?
Hoy en día hay muchas iglesias y denominaciones que dicen ser los verdaderos seguidores de Cristo
Hoy en día hay muchas iglesias y denominaciones que dicen ser los verdaderos seguidores de Cristo. Sin embargo, en los inicios del cristianismo no era así. Había una sola Iglesia y todos los cristianos permanecían unidos bajo las enseñanzas de los apóstoles.
Hoy hablaremos de cuál es esta Iglesia, y para qué funda Cristo una Iglesia.
Hay personas que encuentran, muchas veces, a la Iglesia como un obstáculo, incluso reconocen que prefieren ir a la Iglesia sólo cuando lo sienten. Otros, sostienen que en la Iglesia católica hay muchas normas y prefieren dejarla. Y hay quienes alegan que ellos prefieren confesarse directo con Dios, o que tratan de acomodar los Mandamientos de la Iglesia según su conveniencia.
¿Por qué Cristo fundó una Iglesia?
Hay muchos cristianos que encuentran a la Iglesia como un obstáculo por las normas, las reglas y la estructura; creen que los asfixia y sugieren entonces vivir algo espontáneo, sin lineamientos. Pero, si lo pensamos bien, no podemos vivir un auténtico cristianismo sin la Iglesia fundada por Cristo.
Sin la Iglesia, el cristianismo se hace inofensivo. La Iglesia traduce el cristianismo en un cristianismo real. Sin la Iglesia, el Evangelio sería como cualquier libro o como una plastilina en donde cada quien modelaría su propio cristianismo, el que quisiera, como más le convenga o le guste, haciendo a un lado aquello que le desagrada y exige.
Hay personas que pueden decir que son católicas, pero que nunca van a Misa, que no se acercan a la Iglesia y sus sacramentos, o que están lejos del Papa y los sacerdotes, representantes de Cristo, y no se dan cuenta que justamente la Iglesia es al Católico como la tortilla a un taco (valga la comparación sencilla): sin la tortilla no hay taco, pues sin la Iglesia no hay cristianismo.
Es la Iglesia la que traduce al cristianismo en un compromiso real y que pone lo rieles de nuestro tren para que sepa hacia donde ir; no puede ser un estorbo para un verdadero cristiano. Es un estorbo sólo para aquellos que quieren vivir el cristianismo como les viene en gana, y que deciden hacerla a un lado y fundar su «iglesia propia».
Por ejemplo, el joven que se escapa de la escuela, que dice sentirse muy feliz y contento por que no hay quien le exija, aún cuando sabe que su deber es estar estudiando; sólo se engaña a él mismo. Pues en nuestra religión, es la Iglesia la que nos pone las normas, la que hace que el cristianismo sea compromiso, la que nos motiva e impulsa a seguir, la que responde nuestras dudas, la que nos señala por donde ir, que nos da un espíritu de lucha, de superación, de esfuerzo, de exigencia, reto y autoconquista para transformarnos en otro Cristo.
Es gracias a la Iglesia que sabemos que lo importante no era tener el cabello largo, usar sandalias, y traer túnica para ser católico. Sin la Iglesia, el cristianismo no hubiera pasado de ser el club de amigos de Jesús de Nazaret. Fue la Iglesia la que propagó, perpetuó y creó ese movimiento de fe, amor práctico y compromiso de vida. Para eso Cristo creó su Iglesia para que perpetuar a lo largo del tiempo su mensaje.
¿Por qué, a veces, estorban las normas de la Iglesia?
La única respuesta es por falta de amor. Por ejemplo, cuando tu amas a una persona estás dispuesto a hacer todo lo que ella te pide: hasta te sacas diez en el examen, o hasta te cae bien tu suegra. Dejas todo por corresponder a ese amor que te tienen, cumples con tus responsabilidades y hasta dejas el partido de fútbol por estar con esa persona.
Cuando se ama, aún el gesto más sencillo, un pequeño detalle lo sabemos apreciar. Si decimos ser cristianos y amar a Cristo, ¿por qué entonces no sabemos apreciar lo que Cristo hizo por nosotros al dejarnos concretamente, y sin fallas, todo lo que quiere que hagamos y como hacerlo?
Hay veces en que apreciamos más un detalle que nos brinda un desconocido, que el gran regalo que nos tiene Cristo; y hasta lo dejamos a un lado con el moño puesto.
Cuando hay amor no dejas a Cristo abandonado con los brazos abiertos por que te pidió que hicieras ciertas cosas: te das por completo aceptando las normas y condiciones. Como cuando una pareja se va a casar, la novia no puede pensar «me caso contigo y te entrego toda mi vida incondicionalmente, pero yo no plancho, ni lavo, ni hago de comer». Cuando amas lo das todo sin límites, y aceptas los requisitos sin límites.
Cristo fundó una Iglesia y estableció una jerarquía a ser respetada (El Papa, los Obispos); puso unas leyes y normas para que no estuviéramos cada año, cada tiempo y cada moda re-inventando la Iglesia, sino para que vivamos en la Iglesia como Él quiso, por amor a ella y así, formemos con ella un sólo cuerpo en Cristo.
¿Qué significa Iglesia?
Iglesia quiere decir «comunidad convocada». En este caso, convocada por Cristo.
Cristo dio ciertas características a la Iglesia para que la distinguiéramos como la verdadera. Entre estas características está la unidad.
En primer lugar, unidad de fe, que se muestra por el Credo que rezamos todos los Domingos, que es el mismo que rezaban los apóstoles y describe en pocas palabras en qué creemos como católicos.
En segundo lugar, unidad de comunión, pues formamos una sola Iglesia en todo el mundo, en donde nuestro jefe, nuestro rey es Cristo, y su vicario, la cabeza visible de la Iglesia es el Papa. Es la misma en todas partes del mundo, ya sea en Cuba, en México, o en España. Igual que en los primeros tiempos, en donde existía la misma Iglesia en Filipo o en Corintio. Unidad de comunión, también porque comemos del mismo pan y formamos un mismo cuerpo (Hechos 2:42).
Es necesario que colaboremos en esta unidad, que estemos unidos entre nosotros, unidos entre los grupos sin que haya divisiones, y después, estos grupos unidos al sacerdote; y él, a su vez, al obispo y al Papa. Y así, dar testimonio verdadero de que somos la Iglesia de Cristo y que en nosotros se cumple ese deseo de Cristo, la unidad. Esta es una característica que nos distingue a los católicos.
La Iglesia es llamada, también, Cuerpo Místico de Cristo, en donde Jesús es la cabeza y nosotros todo el cuerpo. Y está viva como el cuerpo de cualquiera de nosotros lo está; y siente dolor cuando una parte se enferma; y alegría cuando una parte se mejora. Cada uno de nosotros forma la Iglesia de Cristo, y es en nosotros, en los jóvenes, donde la Iglesia se mira a sí misma. «Vosotros jóvenes sois la esperanza de la Iglesia», afirmó hacia el comienzo de su pontificado, el papa Juan Pablo II.
Gracias a muchas personas, hoy tenemos nuestra fe. Desde los primeros tiempos hasta el día de hoy, desde los apóstoles, mártires, y tantos santos que, al dar su vida, nos mostraron el valor de nuestra fe. Ahora, el Santo Padre nos dice que nosotros, que cada uno de nosotros somos la esperanza de la Iglesia, porque ahora nos corresponde tomar la estafeta de nuestra fe y transmitirla, para continuar a través de nuestro testimonio esa gran labor que Cristo ha dejado: «Id por todo el mundo y predicad el Evangelio».
Hace poco, me dijo una amiga, que desde que se cambió de la Iglesia Católica a otra distinta, vive mejor y hace más cosas buenas, y hasta ha logrado deshacerse de vicios. Podemos con esto concluir que en muchas otras «iglesias» (recuerda que es el cuerpo místico de Cristo, y ni modo que tuviera varios cuerpos) algo bueno debe haber, y si aunque sea eso bueno se vive, se pueden lograr buenas cosas; pero es necesario hacer notar que si ella hubiera vivido todo lo bueno que tiene nuestra Iglesia, simplemente llegaría a niveles como el de la Madre Teresa de Calcuta: a la santidad.
Si nosotros la viviéramos, la conociéramos y la amáramos, nos daríamos cuenta de todas sus características y podríamos sacarle más fruto que cualquiera de las otras. Es importante que usemos los medios que nos ofrece la Iglesia Católica, como ir a Misa, confesarse, leer la Biblia, participar en grupos parroquiales, conocer la palabra y escritos del Santo Padre. Es importante conocer, amar y vivir lo que en ella se enseña.
Notas de la Biblia
1. San Juan 17, 20, nos habla de cómo Cristo es quien convoca la Iglesia, nos invita a que seamos una sola Iglesia.
2. Carta a los Efesios 4,4, nos describe la Iglesia que predicaba San Pablo, una sola.
En resumen:
– Cristo fundó la Iglesia, la única y auténtica depositaria de lo que Dios quiere de nosotros, y puso a Pedro y a sus sucesores, los Papas, para reconocerla como la verdadera y para guiarla.
– Un católico que no vive dentro de las líneas de la Iglesia, es como un tren que decide no seguir las vías… ¿has oído de las consecuencias de un descarrilamiento?
– Hay personas que hacen su propia iglesia porque no quieren seguir reglas ni obedecer; por comodidad.
– Un verdadero miembro de la Iglesia vive diariamente el mandato de Jesús: «Id por todo el mundo, y predicad el Evangelio…»
– Si viviéramos en profundidad todo lo que la Iglesia Católica nos recomienda, llegaríamos al máximo nivel y plenitud que un hombre y una mujer pueden llegar: la santidad.
¿Por qué septiembre es el mes dedicado a la Santa Biblia?
En este mes, la Iglesia Católica llama a la población a reavivar su compromiso con la Palabra de Dios.
Durante todo el mes de septiembre, la Iglesia celebra el mes de la Santa Biblia y presta especial atención a la Palabra de Dios contenida en las Sagradas Escrituras.
La primera exhortación apostólica del Papa Francisco: «La alegría del Evangelio» contiene material valioso para celebrar encuentro de oración alrededor de la Palabra de Dios.
¿Por qué celebramos la Biblia en septiembre?
Para nosotros, los Cristianos Católicos, septiembre es el mes de la Biblia porque el día 30 de septiembre es el día de San Jerónimo, el hombre que dedicó su vida al estudio y a la traducción de la Biblia al latín.
San Jerónico nació en Dalmacia, cerca del año 340 y murió en Belén el 30 de septiembre de 420. San Jerónimo tradujo la Biblia del griego y el hebreo al latín.
La traducción al latín de la Bibliahecha por San Jerónimo, llamada la Vulgata (de vulgata editio, «edición para el pueblo»), ha sido hasta la promulgación de la Neovulgata en 1979, el texto bíblico oficial de la Iglesia católica romana.
En este mes, la Iglesia Católica llama a la población a reavivar su compromiso con la Palabra de Dios.
La Nueva Evangelización nos exige este conocimiento de la Palabra para afrontar los nuevos desafíos. En una realidad que cambia constantemente y es necesario sembrar en ella la semilla del Evangelio, para que el mensaje de Jesús llegue a ser una interpretación válida, comprensible, esperanzadora y relevante para la vida del hombre y de la mujer de hoy
La intención, es que, durante este mes, en todas las comunidades cristianas o grupos familiares, se desarrollen algunas actividades que nos permitan acercarnos mejor y con más provecho a la Palabra de Dios
La palabra de Dios se configura como alimento espiritual para la vida de todo Cristiano. Los mensajes, parábolas y vivencias contenidas en la Biblia nos permiten entender y comprender la gran obra de salvación de Jesucristo.
¿Qué dijo el Papa Francisco sobre la Biblia?
«Nosotros los cristianos tenemos que tener un único objetivo en nuestra vida de fe y es poner la Biblia en el centro de nuestra vida cristiana para que ella sea una brújula, pero también para que ella sea como la primavera de nuestra vida espiritual, para que ella sea la que nos indique el camino a seguir, pero sobre todo porque como decía San Jerónimo: quien desconoce la escritura desconoce la persona de Jesús».
¿Qué dice el Catecismo?
La Biblia es alimento de la vida espiritual, y todos los cristianos deben tener un fácil acceso a la Sagrada Escritura (Cat. 131). Es el alma de la teología, la predicación y la catequesis (Cat. 132)
La Iglesia recomienda la lectura “asidua” (frecuente, cotidiana) de la Sagrada Escritura. Desconocerla, es desconocer a Jesús. En cambio, quienes la disfrutan, adquieren la mente de Cristo (Cat. 133. Comp. 24)
Esperemos que el Espíritu Santo haga que algunos de estos elementos nos toquen la mente y el corazón, y nos ayuden a acercarnos al libro más leído en la historia de la humanidad, en el cual el Padre Celestial sale a dialogar con sus hijos (Cat. 103), y del que se conservan los manuscritos más cercanos al original. Y a través de él conocer, amar y seguir a Jesús, que es lo propio del cristiano.
San Juan Pablo II, nos dejó además unas palabras hermosas sobre esta celebración de la Biblia en Septiembre:
«Los católicos durante el mes de septiembre debemos dedicarlo a impulsar el conocimiento y divulgación de los textos bíblicos con mayor énfasis, ya que quien se llame cristiano tendría que conocer la historia de la salvación y la Palabra de Dios, interpretadas auténtica y fielmente por el Magisterio de la Iglesia.»
Métodos para leer la Biblia y sacarle el mejor provecho
Lectio Divina
Es una celebración de la Palabra que se remonta a tiempos antiquísimos y su método se atribuye al monje Orígenes. Se puede celebrar en comunidad, en familia o de modo individual.
La Lectio Divina o lectura orante de la Biblia consiste en el estudio de la Palabra en un dialogo íntimo con Dios.
Lectura del texto Bíblico
Relectura, búsqueda de términos complicados y reconstrucción imaginaria de los hechos tal y como son descritos letra a letra.
Meditación
Consiste en el análisis del mensaje de Salvación que el texto ofrece y la enseñanza para la vida que contiene.
Oración
Es la respuesta que das a Dios después de haber escuchado su Palabra, el ofrecimiento de tu vida y la solicitud de su misericordia siempre en sintonía con el mensaje leído
Contemplación
Es la cuestión de interiorizar el mensaje, es preguntarse que quiere Dios de mi con este mensaje de Salvación, ¿a qué voy a comprometerme?.
Si la Lectio Divina se hace en casa, se recomienda estar libre de distracciones y crear un clima de santidad; realizarlo frente a un crucifijo, con una vela encendida y comenzando con un acto penitencial y la invocación al Espíritu Santo.
Recomendaciones para leer la Biblia
• Orar al Espíritu Santo para recibir su luz y entendimiento.
• Leer con humildad, no pretendiendo tenerlo ya todo entendido.
• Interpretar según la Iglesia. La humildad exige que se pregunte y estudie.
• Leer la Biblia con frecuencia para beber mas de la fuente.
• Leer con el fin de amar y obedecer mas a Dios y amar mas al prójimo
• No buscar en la Biblia ciencia natural sino un mensaje espiritual.
Pregunta en tu parroquia que actividades se desarrollarán durante este mes e intégrate a las celebraciones, retiros espirituales, sesiones de estudio, etc. que te ofrezcan, no desperdicies nada de la riqueza que puedes llegar a poseer en el estudio de la Biblia en el seno de la Iglesia que la escribió.
Es tan grande el poder y la fuerza de la palabra de Dios, que constituye sustento y vigor de la Iglesia, firmeza de fe para sus hijos, alimento del alma, fuente límpida y perenne de vida espiritual.
Memorables frases del padre de la Iglesia san Gregorio Magno
«No te preocupes por lo que tienes, sino por lo que eres»: la sabiduría de un papa extraordinario
San Gregorio Magno fue uno de los grandes Padres de la Iglesia y uno de los cuatro doctores de Occidente.
Fue el primer monje en ser elegido papa, por los sacerdotes y el pueblo, el día 3 de septiembre del 590.
A pesar de su mala salud, desarrolló una actividad intensa en el gobierno de la Iglesia, defendió la supremacía del Papa y trabajó por la reforma del clero y la vida monástica.
Autor y legislador en el campo de la liturgia y el canto sagrado, a él se debe la creación del «canto gregoriano».
Elaboró un Sacramentario que lleva su nombre y constituye el núcleo fundamental del Misal Romano.
Dejó escritos de carácter pastoral, moral, espiritual, y magnánimas homilías que formaron generaciones enteras de cristianos, especialmente en la Edad Media.
El Papa Benedicto XVI, en su audiencia general del 28 de mayo del 2008, refiriéndose a San Gregorio Magno, dijo:
«En un tiempo desastroso, más aún, desesperado, supo crear paz y dar esperanza. Este hombre de Dios nos muestra dónde están las verdaderas fuentes de la paz y de dónde viene la verdadera esperanza; así se convierte en guía también para nosotros hoy».
Gracias a este, su extraordinario trabajo y dedicación por la Iglesia, le valió el título de magno, «El Grande».
Te compartimos algunas de sus frases, tomadas casi todas de sus homilías:
Conservar las cenizas de los difuntos en casa: Por qué la Iglesia dice no
En muchos lugares se permite legalmente tener la urna con las cenizas de los seres queridos en el propio domicilio. Pero ¿es eso coherente si eres creyente?
Una familiar mía católica practicante, cuando estaba viva, pidió a su hija – después de la celebración de la misa fúnebre – que la incineraran (y en eso no hay problemas) y, después, que sus cenizas fueran guardadas en casa con su hija (quien aceptó este testamento).
De acuerdo con la ley italiana, esto es posible, siempre que las cenizas estén registradas y se indique el lugar donde se almacenan y, en caso de transferencia, esto debe comunicarse a la autoridad administrativa. La Iglesia católica italiana no contempla la posibilidad de guardar las cenizas de los difuntos en el hogar.
Bueno, ya que este hecho no me parece un «dogma», pero lo considero una regla de conducta, dada la evolución de los tiempos, ¿la Iglesia podría permitir que la urna se guarde con las cenizas de los difuntos, sellada y evitando su dispersión, en la casa de un familiar, quién podrá así honrar cada día su memoria?
Carta firmada
Responde Gianni Cioli, profesor de teología moral
En 1996 se publicó la Instrucción de la Congregación para la Doctrina de la Fe Ad resurgendum cum Christo sobre el entierro de los difuntos y la conservación de las cenizas en caso de cremación.
Este documento lo solicitó probablemente la Conferencia Episcopal Italiana, que se encontró ante problemas inéditos planteados por las nuevas prácticas funerarias permitidas por el derecho civil italiano.
De hecho, a partir de 2001, la nueva regulación en Italia admitía la posibilidad de guardar las cenizas de los fallecidos en casa o dispersarlas en el medio ambiente después de la cremación.
El documento contiene, con algunas novedades, una confirmación sustancial de lo que la Iglesia ha sostenido al respecto a partir de la Instrucción Piam et constantem del 5 de julio de 1963.
La nueva Instrucción reafirma que la inhumación, o entierro en la tierra (pero también debe tener sentido el entierro, o la colocación del cuerpo en un sepulcro de mampostería) es la forma más adecuada para expresar fe y esperanza en la resurrección corporal.
Sin embargo, «cuando razones higiénicas, económicas o sociales llevan a la elección de la cremación, […] la Iglesia no ve razones doctrinales para prevenir esta práctica» y, por lo tanto, la cremación no está prohibida, «a menos que se haya elegido por razones contrarias. a la doctrina cristiana» (n. 4).
En continuidad con lo señalado por numerosas Conferencias Episcopales y por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, (Directorio de Piedad Popular y Liturgia. Principios y Orientaciones, n. 254, 214-215), la Instrucción dice que «no se permite el almacenamiento de cenizas en el hogar».
Circunstancias graves y excepcionales
Se añade, sin embargo, que
«en caso de circunstancias graves y excepcionales, dependiendo de las condiciones culturales de carácter local, el Ordinario, de acuerdo con la Conferencia Episcopal o el Sínodo de los Obispos de las Iglesias Orientales, podrá conceder el permiso para la conservación de las cenizas en el ‘hogar’. Esto puede ser en algunos aspectos una novedad, pero para otros puede aparecer en continuidad y analogía con la costumbre, aunque rara y ligada a privilegios o costumbres, de enterrar en capillas privadas conectadas a hogares. En resumen, las cenizas deben guardarse normalmente en el cementerio, o en cualquier caso en un lugar sagrado, excepto en circunstancias completamente excepcionales y sujeto al discernimiento y juicio del obispo. En todo caso, «Las cenizas, sin embargo, no se pueden repartir entre las distintas familias y se debe garantizar siempre el respeto y las condiciones adecuadas de almacenamiento» (n. 6).
Más absoluto, pero en continuidad con las indicaciones de numerosas conferencias episcopales, aparece el rechazo de la práctica de dispersar las cenizas o la posible transformación de las cenizas del difunto en diamantes mediante tecnologías particulares:
«Para evitar cualquier tipo de panteísta, malentendido naturalista o nihilista, no se permite la dispersión de las cenizas en el aire, en el suelo o en el agua o de cualquier otra forma o la conversión de las cenizas cremadas en souvenirs conmemorativos, piezas de joyería u otros objetos, teniendo en cuenta que para estos modos de proceder no pueden aducirse las razones higiénicas, sociales o económicas que puedan motivar la elección de la cremación» (n. 7).
No creer en la resurrección
En la conclusión, el documento establece que
«en el caso de que el fallecido hubiera ordenado notoriamente la cremación y la dispersión en especie de sus propias cenizas por causas contrarias a la fe cristiana, se deberá negar el funeral, de conformidad con la ley (CIC , can. 1184; CCEO), can. 876, § 3)» (n. 8).
De acuerdo con las directrices del derecho canónico, se nos invita a discernir y tomar nota de los casos en los que la elección de la cremación deriva de un rechazo efectivo de la fe cristiana. El adverbio «notoriamente», que utiliza la Instrucción, implica que si las razones no son claras, es decir, no se declaran por escrito o no se presentan a alguien que pueda informarlas con certeza, la presunción de que la elección de esparcir las cenizas es necesariamente contra la fe cristiana conlleva el riesgo evidente de operar una «prueba de intenciones». Por tanto, el entierro eclesiástico no debe negarse en todos los casos de dispersión de las cenizas, sino que debe discernirse consciente de que in dubio pro reo.
Llegando a la pregunta concreta del lector sobre la conservación de las cenizas en el hogar de un familiar, en base a lo expresado en el documento de la Congregación, la respuesta es que esta modalidad puede permitirse por el Ordinario «en caso de Circunstancias graves y excepcionales, dependiendo de las condiciones culturales de carácter local».
Sin embargo, salvo descuidos (pregunté en la oficina competente de la CEI), no me parece que alguna vez se hayan reconocido dentro de la Iglesia italiana circunstancias que hayan llevado a conceder este método de conservación de las cenizas de los familiares.
Prácticas inadecuadas
Entiendo la dificultad de quienes pueden sentirse, por así decirlo, entre dos fuegos, es decir, entre los testamentos dejados por su pariente fallecido y las disposiciones prohibitivas de la Iglesia.
Pero no se puede esperar que la Iglesia conceda su propia bendición a una práctica que considera inapropiada y que, por tanto, no pretende avalar su difusión, aunque no prevé sanciones de ningún tipo y aunque obviamente no es un dogma.
En conclusión, en la sensibilidad cristiana, el entierro tradicional de los cadáveres (que también debería extenderse por analogía a las urnas cinerarias, en los cementerios o en las iglesias), ha sido desde sus orígenes una expresión de respeto por el cuerpo; de desprendimiento pero también de del vínculo permanente entre los vivos y los muertos, del recuerdo amoroso de los muertos en los vivos.
Ahora las nuevas prácticas funerarias de la dispersión y conservación privada de las cenizas parecen inadecuadas para expresar todo esto. La dispersión es desconcertante sobre el respeto al cuerpo porque evoca la idea de tirar. Pero también la preservación del hogar podría favorecer un trato no respetuoso al inducirnos a percibir lo que queda del difunto como un objeto colocado entre otros.
La memoria de los muertos en los vivos, que debería traducirse en oración y ayudar a prepararse para la muerte, puede volverse demasiado débil por la dispersión; y, a la inversa, demasiado amenazadora por la preservación en el hogar.
¿»Privatizar» la muerte?
En ambos casos, la memoria de los muertos se reduce en todo caso a un hecho privado, expresión de una preocupante tendencia de nuestra sociedad a privatizar la muerte.
Por otro lado, la naturaleza problemática de la conservación en el hogar está bien resumida en una reflexión de Michele Aramini en un libro sobre la cremación:
«En primer lugar, el hecho de guardar las cenizas en casa podría dificultar el duelo de los familiares y, en particular, del cónyuge o hijos / padres. Esta elaboración requiere que exista la conciencia de un desprendimiento irreversible, una conciencia que podría ralentizarse guardando las cenizas en casa.
Además, la idea de guardar las cenizas de otra persona puede verse como un aspecto de una tendencia preocupante que se está produciendo en las sociedades avanzadas. Nos referimos al hecho de que las relaciones personales se caracterizan por una cierta posesividad. Si esta fuera la motivación, la calificaríamos como no del todo saludable.
Finalmente, existe el riesgo de que las cenizas sean «maltratadas». Ilustremos con el caso de una mujer que guarda en casa las cenizas de su difunto marido. […] Una vez muerta la mujer, ¿qué pasa con las cenizas de su marido? ¿Serán respetuosos los familiares menos cariñosos con estas cenizas? ¿Los dispersarán correctamente o los abandonarán mal en alguna parte? «.