Matthew 18:1-5,
Matthew 18:10

Amigos, hoy celebramos la fiesta de nuestros Ángeles custodios. ¿Por qué Dios manda estos mensajeros espirituales a ayudarnos? Santo Tomás de Aquino dice que, a cada uno de nosotros, debido a nuestra naturaleza caída, se nos ha asignado un guía celestial. Pero ¿es todo esto especulación y conjetura?

Unas de mis historias favoritas acerca de los Ángeles es esta: dos pilotos relativamente inexpertos se encontraban perdidos un día de neblina. No consiguieron hacer contacto con el aeropuerto a pesar de haber intentado desesperadamente. Entonces uno de ellos se puso a rezar pidiendo protección.

Justo a tiempo, una voz resquebrajada apareció en la radio. La persona se identificó como el controlador de tráfico aéreo de un pequeño aeropuerto. A través de instrucciones muy precisas guió a los dos pilotos a través de la niebla hasta llegar a la pista de aterrizaje de ese aeropuerto.

Una vez que llegaron, y para su sorpresa, descubrieron que ese aeropuerto estaba cerrado y que no había nadie atendiendo la torre de control. ¿Una extraña coincidencia? ¿Una feliz casualidad? O quizás, ¿una señal de protección por un poder que está en un orden más alto de perfección ontológica? Como ustedes saben, historias como esta salen a la luz cuando a la gente se le da la oportunidad de compartirlas.

Ángeles Custodios

Cada persona tiene un ángel custodio, 2 de octubre

Por: Lucrecia Rego | Fuente: Catholic.net

Nuestros Guardaespaldas Celestiales

¿Quiénes son los ángeles custodios?

Dios ha asignado a cada hombre un ángel para protegerle y facilitarle el camino de la salvación mientras está en este mundo. Afirma a este respecto San Jerónimo: “Grande es la dignidad de las almas cuando cada una de ellas, desde el momento de nacer, tiene un ángel destinado para su custodia”.

En el antiguo testamento se puede observar cómo Dios se sirve de sus ángeles para proteger a los hombres de la acción del demonio, para ayudar al justo o librarlo del peligro, como cuando Elías fue alimentado por un ángel (1 Reyes 19, 5.)

En el nuevo testamento también se pueden observar muchos sucesos y ejemplos en los que se ve la misión de los ángeles: el mensaje a José para que huyera a Egipto, la liberación de Pedro en la cárcel, los ángeles que sirvieron a Jesús después de las tentaciones en el desierto.

La misión de los ángeles custodios es acompañar a cada hombre en el camino por la vida, cuidarlo en la tierra de los peligros de alma y cuerpo, protegerlo del mal y guiarlo en el difícil camino para llegar al Cielo. Se puede decir que es un compañero de viaje que siempre está al lado de cada hombre, en las buenas y en las malas. No se separa de él ni un solo momento. Está con él mientras trabaja, mientras descansa, cuando se divierte, cuando reza, cuando le pide ayuda y cuando no se la pide. No se aparta de él ni siquiera cuando pierde la gracia de Dios por el pecado. Le prestará auxilio para enfrentarse con mejor ánimo a las dificultades de la vida diaria y a las tentaciones que se presentan en la vida.

Muchas veces se piensa en el ángel de la guarda como algo infantil, pero no debía ser así, pues si pensamos que la persona crece y que con este crecimiento se tendrá que enfrentar a una vida con mayores dificultades y tentaciones, el ángel custodio resulta de gran ayuda.

Para que la relación de la persona con el ángel custodio sea eficaz, necesita hablar con él, llamarle, tratarlo como el amigo que es. Así podrá convertirse en un fiel y poderoso aliado nuestro.

Debemos confiar en nuestro ángel de la guarda y pedirle ayuda, pues además de que él nos guía y nos protege, está cerquísima de Dios y le puede decir directamente lo que queremos o necesitamos. Recordemos que los ángeles no pueden conocer nuestros pensamientos y deseos íntimos si nosotros no se los hacemos saber de alguna manera, ya que sólo Dios conoce exactamente lo que hay dentro de nuestro corazón. Los ángeles sólo pueden conocer lo que queremos intuyéndolo por nuestras obras, palabras, gestos, etc.

También se les pueden pedir favores especiales a los ángeles de la guarda de otras personas para que las protejan de determinado peligro o las guíen en una situación difícil.
El culto a los ángeles de la guarda comenzó en la península Ibérica y después se propagó a otros países. Existe un libro acerca de esta devoción en Barcelona con fecha de 1494.

Cuida tu fe

Actualmente se habla mucho de los ángeles: se encuentran libros de todo tipo que tratan este tema; se venden “angelitos” de oro, plata o cuarzo; las personas se los cuelgan al cuello y comentan su importancia y sus nombres.

Hay que tener cuidado al comprar estos materiales, pues muchas veces dan a los ángeles atribuciones que no le corresponden y los elevan a un lugar de semi-dioses, los convierten en “amuletos” que hacen caer en la idolatría, o crean confusiones entre las inspiraciones del Espíritu Santo y los consejos de los ángeles.

Es verdad que los ángeles son muy importantes en la Iglesia y en la vida de todo católico, pero son criaturas de Dios, por lo que no se les puede igualar a Dios ni adorarlos como si fueran dioses. No son lo único que nos puede acercar a Dios ni podemos reducir toda la enseñanza de la Iglesia a éstos. No hay que olvidar los mandamientos de Dios, los mandamientos de la Iglesia, los sacramentos, la oración, y otros medios que nos ayudan a vivir cerca de Dios.

2 de octubre de 2024

A ti te dice: ¡sígueme!

Santo Evangelio según San Lucas 9, 57-62. Miércoles XXVI de Tiempo Ordinario.

Por: Cesar Yali Molina, LC | Fuente: somosrc.mx

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, que aprenda a escuchar tu voz en medio de las dificultades del día a día.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 9, 57-62

En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discípulos, alguien le dijo: «Te seguiré a dondequiera que vayas».

Jesús le respondió: «Las zorras tienen madrigueras y los pájaros, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en dónde reclinar la cabeza». A otro, Jesús le dijo: «Sígueme». Pero él le respondió: «Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre». Jesús le replicó: «Deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú ve y anuncia el Reino de Dios». Otro le dijo: «Te seguiré, Señor; pero déjame primero despedirme de mi familia». Jesús le contestó: «El que empuña el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios».

Palabra del Señor

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

El Evangelio nos muestra tres situaciones distintas con un punto en común (el seguimiento de Jesús): El primero expresa seguir a Jesús sin condición alguna. El segundo a quien Jesús llama a que le siga y el tercero que expresa querer seguir a Jesús pero bajo algunas condiciones.

El seguir a Jesús se hace más claro en el segundo caso, pues Jesús es quien dice «sígueme»; en las otras dos situaciones, aunque Jesús tuvo la iniciativa de mostrarse, dejó que los otros hablaran y dijesen «te seguiré».

Jesús a ti también te dice sígueme, sin importar tu condición, sin importar que tan cerca de la Iglesia te encuentres. Te puedes preguntar, ¿Cristo puede llamar a alguien que no sea cristiano? Y la respuesta es sí porque su misericordia y su bondad no tienen límites, basta con querer escucharle y meditar sus palabras para hacerlas parte de tu vida y así vivas el Evangelio. Cuando Jesús te dice sígueme, lo hace porque quiere compartir su vida contigo, pues para Él eres muy importante. Probablemente sea muy difícil para ti aceptar entrar en esa relación de amistad porque implica que te dejes guiar y que esa amistad sea siempre una relación reciproca para corresponder a ese Amor.

Cuando frecuentes los sacramentos, hazlo con el corazón en la mano, de manera que Él lo moldee en cada encuentro, especialmente en cada Eucaristía. Evita convertir a los sacramentos en meras obligaciones y que el ser católico practicante se convierta en pertenecer a un club social; no dejes que la rutina invada tu vida sobrenatural, tu relación con Dios.

Que san José y la santísima Virgen María nos guíen en el seguimiento fiel y sincero de su Hijo Jesucristo.

«La disposición a acercarse a Jesús dejando atrás “lo que fuimos, para que seamos lo que no éramos”. Les recomiendo vigilar no sólo individualmente, sino colegialmente, dóciles al Espíritu Santo, sobre este permanente punto de partida. Sin este núcleo languidecen los rasgos del Maestro en el rostro de los discípulos, la misión se atasca y disminuye la conversión pastoral, que no es otra cosa que rescatar aquella urgencia de anunciar el Evangelio de la alegría hoy, mañana y pasado mañana, premura que devoró el Corazón de Jesús dejándolo sin nido ni resguardo, reclinado solamente en el cumplimiento hasta el final de la voluntad del Padre. ¿Qué otro futuro podemos perseguir? ¿A qué otra dignidad podemos aspirar?».

(Homilía de S.S. Francisco, 7 de septiembre de 2017).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

En algún momento del día rezaré una oración pidiendo por el aumento de las vocaciones misioneras.

Despedida

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Tienes un ángel de la guarda pero, ¿sabes cómo hablarle?

Rembrandt | Public Domain

Claudio de Castro – publicado el 04/07/22 – actualizado el 11/08/23

El ángel guardián que Dios nos ha dado desde que pensó en nosotros no se aparta ni un minuto de nuestro lado y, con frecuencia, lo ignoramos porque no sabemos qué decirle. En este artículo, Claudio de Castro nos comparte una manera de acercarnos a él

«La desgracia no te alcanzará ni la plaga se acercará a tu tienda: pues a los ángeles les he ordenado que te escolten en todos tus caminos».

Salmo 91, 10-11

Imagina que sales a pasear con tu mejor amigo o amiga y que le ignoras todo el día, no le diriges la palabra ni lo miras. ¿Qué sentirá?

Ahora piensa en tu ángel custodio. Camina a tu lado. Vive pendiente de tu bienestar, es la misión que Dios le dio. Pero no lo determinas, ni siquiera le rezas, ni lo recuerdas, ni le pides su auxilio. Está contigo, pendiente de tus necesidades, esperando que te acuerdes de él. 

Aquí algunas originales representaciones de los ángeles de la guarda que te ayudarán a expandir un poco tu imaginación:

Galería fotográfica

1. Siempre a nuestro lado

Cómo tener miedo sabiendo que está a nuestro lado… Bien decía san Josemaría Escrivá:  

«Ten confianza con tu ángel custodio. Trátalo como un entrañable amigo, lo es, y él sabrá hacerte mil servicios en los asuntos ordinarios de cada día».

La lista es interminable: san Francisco de Asís, Padre Pío, santa Tersa de Ávila, san Luis Gonzaga, san Felipe Neri, santo Domingo Savio, el santo cura de Ars, don Bosco y muchos santos más tuvieron una relación muy especial con su ángel de la guarda y recomendaban a todos acudir a ellos en caso de alguna desventura.

¿Qué nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica?

«Desde su comienzo hasta la muerte, la vida humana está rodeada de su custodia y de su intercesión».

«Nadie podrá negar que cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducir su vida».

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2. Sabes que es él

Desde niño le he tenido gran afecto a mi ángel de la guarda.  La verdad es que lo tengo muy presente con una enorme gratitud.

Cuando te recomiendo que acudas a él no es porque lo he leído, sino por las muchas vivencias en las que ha sido evidente su auxilio.

Cada vez, de alguna manera sobrenatural, he podido comprender que ha sido él. 

Es como si dejara algo patente en el camino que te permite identificarlo con claridad, y lo sabes. Algún día te compartiré esas fuertes experiencias que marcaron mi vida. 

«Fui yo», te dice tu ángel custodio, «estoy siempre contigo».

Escribió san Josemaría: «El ángel custodio nos acompaña siempre como testigo de mayor excepción. Él será quien, en tu juicio particular, recordará las delicadezas que hayas tenido con Nuestro Señor, a lo largo de tu vida». 

Forja 93

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3. 6 cosas que le puedes pedir

Cuánta ilusión le da a tu ángel custodio verte orando con fervor, comulgar durante la santa Misa y realizar buenas obras. Y con cuánta alegría realiza las encomiendas que le haces.

Vive pendiente de ese momento en que te acuerdas de él, que tantos favores te hace.

He sabido de personas que, en medio de un trágico accidente o una amenaza contra sus vidas o integridad, acuden a su ángel de la guarda, piden su protección y salen airosos, como si nada.  

Dale oficio a tu ángel custodio:

No tengas reparo en pedir sus favores
Encomiéndale tu día
Pide su protección en un momento de peligro y agradécele sus cuidados
¿Sabías que puedes pedirle por otras personas? Mándalo que hable con sus ángeles custodios
Pide que te ilumine y te cuide en medio de las grandes tentaciones
Envíalo a visitar y acompañar a Jesús en algún sagrario abandonado
Es muy conocido el caso de santa Gema, que usaba a su Ángel como cartero para que llevara sus misivas.

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4. No olvides la oración

Sé agradecido y antes de dormir rézale con aquella hermosa oración de la infancia:

Ángel de mi guarda,
mi dulce compañía,
no me desampares
ni de noche ni de día,
hasta que me pongas en los brazos
de Jesús, José y María.