Referencias Bíblicas
Luke 7:36-50
Obispo Robert Barron
Amigos, nuestro Evangelio de hoy relata la historia de la mujer que —en la casa de Simón el fariseo— se acerca a Jesús, llorando sobre sus pies y los unge con aceite. Ella está llena de un amor por Cristo que desborda en actos de ofrenda y servicio; ella abre su corazón en agradecimiento. Por otro lado, Simón ha mostrado poca hospitalidad a su invitado, ofreciendo poco o nada de sí mismo.
La abundancia del amor de esta mujer revela algo a Jesús que obviamente había sido invisible a Simón: a ella se le ha perdonado mucho. “Por lo cual, yo te digo: sus pecados, que son muchos, le han quedado perdonados, porque ha amado mucho”. Es muy importante notar que Jesús, estrictamente hablando, no está perdonando sus pecados en ese momento; más bien, da cuenta de que ella ha sido perdonada. Y la evidencia está en un amor que se olvida de sí mismo. Ella ama con tanta pasión y valentía (arriesgándose a la desaprobación de los elegantes invitados de Simón), precisamente porque ha sido perdonada tan graciosa y abundantemente.
Decididamente, Jesús no quiere decir que el amor precede al perdón divino como una especie de requisito previo; por el contrario, perdonar precede al amor como una condición para que sea posible. No es que la vida moral de uno tenga que ser recta para ganar el favor divino; más bien, es un puro regalo del favor de Dios lo que tiende a producir una vida moral recta, una vida de amor.
Jenaro de Benevento, Santo
Memoria Litúrgica, 19 de septiembre
Por: Redacción
Fuente: evangeliodeldia.org
Obispo y Mártir
Martirologio Romano: San Jenaro, obispo de Benevento, mártir por Cristo en Puzzuoli, cerca de la ciudad de Nápoles, en la Campania, en tiempo de persecución contra la fe cristiana (siglo IV).
Breve Biografía
Los santos Jenaro, Festo, Desiderio, Sosso, Eutiques y Acucio, de los que tenemos Passiones muy posteriores, parece que derramaron su sangre por Cristo al comienzo del siglo IV.-
En una breve nota hagiográfica de la Liturgia de las Horas se lee, efectivamente, que Jenaro «fue obispo de Benevento; durante la persecución de Diocleciano sufrió el martirio, juntamente con otros cristianos, en la ciudad de Nápoles, en donde se le tiene una especial veneración».-
Los obispos de Benevento con este nombre son por lo menos dos: San Jenaro, mártir en el 305, y San Jenaro 11, que en el 342 participó en el concilio de Sardes. Este último, perseguido ,por los arrianos por su adhesión a la fe de Nicea, se lo habría venerado como mártir. Pero la mayoría de los historiadores se inclinan a identificar al patrono de Nápoles con el primero, o mejor con un mártir napolitano de Pozzuoli.-
Condenado «ad bestias» en el anfiteatro de Pozzuoli, junto con los compañeros de fe, a causa del atraso de un juez, fue decapitado en vez de ser echado en pasto a las fieras para la gratuita y macabra diversión de los paganos.-
Más de un siglo después, en el 432, con ocasión del traslado de las reliquias de Pozzuoli a Nápoles, una mujer le habría entregado al obispo Juan dos ampollas pequeñas con la sangre coagulada de San Jenaro. Casi como garantía de la afirmación de la mujer la sangre se volvió líquida ante los ojos del obispo y de una gran muchedumbre de fieles.-
Ese acontecimiento extraordinario se repite constantemente todos los años en determinados días, es decir, el sábado anterior al primer domingo de mayo y en los ocho días siguientes; el 16 de diciembre y el 19 de septiembre y durante toda la octava de las celebraciones en su honor.-
El fenómeno se realiza también en fechas variables, y de ahí deducen los devotos del santo acontecimientos faustos o infaustos. Los testimonios de este fenómeno comienzan desde 1329 y son tan numerosos y concordantes que no se pueden tener dudas.-
El prodigio, porque así lo considera hasta la ciencia, merece la afectuosa admiración con que lo sigue el pueblo. La sincera devoción de los napolitanos por este mártir, históricamente poco identificable, ha hecho que la memoria de San Jenaro, celebrada litúrgicamente desde 1586, se haya conservado en el nuevo calendario.-
Puesto que el fenómeno no tiene ninguna explicación natural, pues no depende ni de la temperatura ni del ambiente, podemos atribuirle el significado simbólico de vivo testimonio de la sangre de todos los mártires en la vida de la Iglesia, que nació de la sangre de la primera víctima, Cristo crucificado.-
Entre los elementos positivamente ciertos en relación con esta reliquia, figuran los siguientes:
1 -La substancia oscura que se dice ser la sangre de San Genaro (la que, desde hace más de 300 años permanece herméticamente encerrada dentro del recipiente de cristal que está sujeta y sellada por el armazón metálico del relicario) no ocupa siempre el mismo volumen dentro del recipiente que la contiene. Algunas veces, la masa dura y negra ha llenado casi por completo el recipiente y, en otras ocasiones, ha dejado vacío un espacio equivalente a más de una tercera parte de su tamaño.-
2 -Al mismo tiempo que se produce esta variación en el volumen, se registra una variante en el peso que, en los últimos años, ha sido verificada en una balanza rigurosamente precisa. Entre el peso máximo y el mínimo se ha llegado a registrar una diferencia de hasta 27 gramos.-
3 -El tiempo más o menos rápido en que se produce la licuefacción, no parece estar vinculado con la temperatura ambiente. Hubo ocasiones en que la atmósfera tenía una temperatura media de más de 30º centígrados y transcurrieron dos horas antes de que se observaran signos de licuefacción. Por otra parte, en temperaturas de 5º a 8º centígrados más bajas, la completa licuefacción se produjo en un lapso de 10 a 15 minutos.-
4 -No siempre tiene lugar la licuefacción de la misma manera. Se han registrado casos en que el contenido líquido burbujea, se agita y adquiere un color carmesí muy vivo, en otras oportunidades, su color es opaco y su consistencia pastosa.-
Aunque no se ha podido descubrir razón natural para el fenómeno, la Iglesia no descarta que pueda haberlo. La Iglesia no se opone a la investigación porque ella busca la verdad. La fe católica enseña que Dios es todopoderoso y que todo cuanto existe es fruto de su creación. Pero la Iglesia es cuidadosa en determinar si un particular fenómeno es, en efecto, de origen sobrenatural .-
La Iglesia pide prudencia para no asentir ni rechazar prematuramente los fenómenos.
Reconoce la competencia de la ciencia para hacer investigación en la búsqueda de la verdad, cuenta con el conocimiento de los expertos.-
Una vez que la investigación establece la certeza de un milagro fuera de toda duda posible, da motivo para animar nuestra fe e invitarnos a la alabanza.
En el caso de los santos, el milagro también tienen por fin exaltar la gloria de Dios que nos da pruebas de su elección y las maravillas que El hace en los humildes.-
———————————– San Jenaro
ORACIÓN
Señor, tú que nos has congregado hoy para venerar la memoria del mártir San Jenaro, concédenos que podamos ir a gozar en tu reino, juntamente con él, de la alegría que no tiene fin. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.- Amén
Te ha salvado tu fe
Santo Evangelio según San Lucas 7, 36-50.
Jueves XXIV de Tiempo Ordinario.
Por: Rubén Tornero, LC
Fuente: somosrc.mx
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, te agradezco de todo corazón por todo lo que Tú me has dado. Creo en ti, pero aumenta mi fe para que realmente te trate como la persona más importante de mi vida. Espero en ti, pero ayúdame a abandonarme a tus brazos amorosos. Te amo, pero ayúdame a que mi amor se traduzca en obras concretas a fin de establecer tu reino y hacer que más personas te conozcan.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 7, 36-50
En aquel tiempo, un fariseo invitó a Jesús a comer con él. Jesús, fue a la casa del fariseo, y se sentó a la mesa. Una mujer de mala vida en aquella ciudad, cuando supo que Jesús iba a comer ese día en casa del fariseo, tomó consigo un frasco de alabastro con perfume, fue y se puso detrás de Jesús, y comenzó a llorar, y con sus lágrimas le bañaba los pies, los enjugó con su cabellera, los besó y los ungió con el perfume. Viendo esto el fariseo que lo había invitado comenzó a pensar: «Si éste hombre fuera profeta, sabría qué clase de mujer es la que lo está tocando: sabría que es una pecadora». Entonces Jesús le dijo: «Simón, tengo algo que decirte». El fariseo contestó: «Dímelo, maestro». Él le dijo: «Dos hombres le debían dinero a un prestamista. Uno le debía quinientos denarios y el otro, cincuenta. Como no tenían con qué pagarle, les perdonó la deuda a los dos. ¿Cuál de ellos lo amará más?». Simón le respondió: «Supongo que aquel a quien le perdonó más». Jesús le dijo: «Has juzgado bien». Luego, señalando a la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y tú no me ofreciste agua para los pies, mientras que ella me los ha bañado con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos. Tú no me diste el beso de saludo; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de besar mis pies. Tú no ungiste con aceite mi cabeza; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por lo cual, yo te digo: sus pecados, que son muchos, le han quedado perdonados, porque ha amado mucho. En cambio, al que poco se le perdona, poco ama». Luego le dijo a la mujer: «Tus pecados te han quedado perdonados». Los invitados empezaron a preguntarse a sí mismos: «¿Quién es éste que hasta los pecados perdona?». Jesús dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado; vete en paz».
Palabra del Señor
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Hoy, Jesús, veo el caso de la pecadora que te lava los pies con sus lágrimas y el fariseo que juzga este gesto. Tus palabras para con el fariseo me parecen duras… y, sin embargo, detrás de esa aparente dureza, se esconde un profundo amor y una ternura incalculables.
Le haces ver a Simón, que esa mujer te ama muchísimo, pero no se lo dices para echarle en cara su actitud, como un juez inmisericorde. No.
Le haces ver que Tú perdonas mucho a quien mucho ama, y sabes que, tanto Simón como la pecadora, tienen mucho de qué ser perdonados.
Es una invitación implícita a amarte más, a no tener miedo de abrirte la puertas del corazón de par en par, para dejarte entrar y permitir, así, sanar los corazones. No importa si es la soberbia, la lujuria o el egoísmo. Al final, lo único que cuenta es el amor y la confianza con la que nos acercamos a ti.
Quizá pueda ser difícil de creer, pero amas infinitamente tanto a la pecadora como a Simón. Las puertas de tu perdón no están cerradas para nadie… tampoco para mí.
Sabes que muchas veces he tenido caídas y errores humillantes que me han hecho sufrir y que incluso he llegado a habituarme a ellos pensando en que, o no tengo solución, o que no la necesito. ¡Y sin embargo tu amor jamás me ha dejado solo! Me haces ver que si me acerco con confianza a ti, estás dispuesto a perdonarme no mucho o poco, ¡sino TODO!
Gracias, Jesús, por jamás cansarte de perdonarme. Ayúdame a nunca cansarme de pedir perdón y a saber que siempre, pase lo que pase, tendrás un lugar para mí en tu corazón.
«La mujer pecadora es juzgada y marginada, mientras Jesús la acoge y la defiende: «Porque tiene mucho amor». Es esta la conclusión de Jesús, atento al sufrimiento y al llanto de aquella persona. Su ternura es signo del amor que Dios reserva para los que sufren y son excluidos. No existe sólo el sufrimiento físico; hoy, una de las patologías más frecuentes son las que afectan al espíritu. Es un sufrimiento que afecta al ánimo y hace que esté triste porque está privado de amor». (Homilía de S.S. Francisco, 12 de junio de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación. Hoy intentaré responder con generosidad a todas las llamadas que Jesús me haga.
Despedida
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
14 curiosidades sobre san Jenaro y la licuefacción de su sangre
Fue arrojado a un horno ardiente y una vez que se reabrió el horno, Jenaro no solo salió indemne sino que ni su ropa se había quemado
Todos los 19 de septiembre una gran masa de fieles se reúne en la ciudad de Nápoles para presenciar con inquietud, ansiedad y tanto de fe popular, el famoso milagro de la licuefacción de la sangre de su santo patrón.
Se trata de un santo mártir de las persecuciones de Diocleciano en el siglo III. Alrededor de su vida se narran muchos relato. Algunos son históricos, evidenciados por verídicas fuentes antiguas y otros son leyendas y tradiciones que surgieron de la religiosidad popular.
Algunas de estas cuestiones las encontrarás entre estas curiosidades:
1. Jenaro en realidad no es su nombre, sino su apellido. Pertenecía a la familia romana de los Januarios. Su madre Teonaria Amato era de origen napolitano. La familia se trasladó a la Campania y allí dio a luz un hijo a que le puso por nombre Publius Faustus Januarius.
2. Se sabe que nació en la zona de Italia llamada Campania, pero no se sabe a ciencia cierta si fue en la ciudad de Benevento o de Nápoles. Hasta hoy estas dos ciudades se disputan su procedencia.
3. Antes de morir decapitado en Pozzuoli, san Jenaro padeció tremendas torturas que sobre él no tuvieron ningún efecto. Fue arrojado a un horno ardiente y una vez que se reabrió el horno, Jenaro no solo salió indemne, ni siquiera sus prendas se vieron afectadas mínimamente por el fuego. En cambio no fue así para todos los paganos que asistieron a ver su ejecución, ya que las llamas salieron bruscamente quemando a muchos de ellos.
Licuefacción de la sangre
4. Según la tradición la primera vez que se produjo el milagro de la licuefacción fue en los tiempos del emperador Constantino, cuando el obispo algunos dicen que fue Severus (otros el obispo Cosimo) transfirió los restos del santo del cementerio de Agro Marciano, a la ciudad de Nápoles. En el camino se encontró con una enfermera llamada Eusebia con las ampollas de la sangre del santo que al acercarlas a la cabeza del santo notó que la sangre en las ampollas se había diluido.
5. Históricamente la primera licuefacción documentada fue en el año 1389 para la fiesta de la Asunción. Ese día se exhibieron públicamente las ampollas con la sangre de san Jenaro. Y muchos fueron testigos de cómo el líquido almacenado en la ampolla se licuó “como si hubiera fluido ese mismo día del cuerpo del santo”.
¿Milagro?
6 La Iglesia no reconoce oficialmente como milagro la licuefacción, sin embargo lo considera como científicamente inexplicable y aprueba la veneración popular.
7. Algunos experimentos han tratado de demostrar que la sangre está sujeta al fenómeno de tixotropía, por el cual algunos fluidos pasan al estado líquido debido a la simple agitación o vibración, y vuelven a coagular cuando cesa la acción mecánica.
8. El milagro de la licuefacción de las ampollas de san Jenaro en Nápoles, según se dice, se produce contemporáneamente en la lastra de mármol donde fue decapitado el santo en la ciudad de Pozzuoli.
Allí se puede ver cómo la mancha de sangre que se encuentra en el mármol se hace de un rojo más intenso.
9. El milagro no se produce sólo el 19 de septiembre para la fiesta del santo, sino también para la “fiesta de primavera”. Concretamente el sábado que precede al primer domingo de mayo y el 16 de diciembre celebración del patronazgo de la ciudad. Esto es en recuerdo de la erupción del volcán Vesubio en el 1631, que se detuvo ante las invocaciones de los fieles al santo.
10. Son tres la veces que la sangre no se licuó: en el año 1943 año de la ocupación nazi, en el 1973 cuando hubo una gran epidemia de cólera y en el año 1980 cuando se produjo el terrible terremoto de Irpinia. Por eso el pueblo napolitano espera con tanta ansia la licuefacción de la sangre del santo, temiendo un año nefasto si el milagro no ocurre.
También la sangre de san Jenaro se licuó el 21 de marzo del 2015, ante los ojos de papa Francisco siendo el primer Papa en presenciar el milagro. No se produjo ante la visita de san Juan Pablo II ni para Benedicto XVI, en octubre de 2007. Se dice que también se produjo el milagro en una visita privada de papa Pío IX en 1848, pero hasta ahora no hay rastros en documentos que registren tal evento.
Patrono de Nápoles
11. San Jenaro no es el único patrono de la ciudad de Nápoles. Comparte patronazgo con nada menos que 52 co-patronos. De hecho es la ciudad que más patronos tiene en todo el mundo.
12. Al lado de la catedral de “Santa Maria Assunta” donde se custodia las reliquias del santo, se encuentra un museo con el “Tesoro de san Jenaro”. Es un verdadero tesoro con más de 22 mil joyas preciosas, entre ex votos y dones de emperadores reyes y papas. Su valor es inestimable se cree que amonta a más de 300 millones de euro. Entre las joyas más preciadas se encuentra una mitra con 3.328 diamantes, 198 esmeraldas y 168 rubíes.
13. Las catacumbas de san Jenaro son consideradas entre las más bellas y ricas en particulares, especialmente arquitectónicos, de todas las catacumbas cristianas. Conserva importantísimos frescos, y esto es debido a que los restos mortales eran de personas adineradas o miembros de clases sociales alta.
14. No solo se produce la licuefacción de la sangre en san Jenaro. Este fenómeno también se produjo con la sangre de las estigmas de san Francisco el 2 de octubre del 2013, y con la sangre de san Alfonso María de Liguorio y santa Patricia.
En imágenes:
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