Transfiguración de Jesús
Fiesta Litúrgica, 6 de agosto
Nuestro Señor mostró su gloria a tres de sus apóstoles en el monte Tabor
Narra el santo Evangelio (Lc. 9, Mc. 6, Mt. 10) que unas semanas antes de su Pasión y Muerte, subió Jesús a un monte a orar, llevando consigo a sus tres discípulos predilectos, Pedro, Santiago y Juan. Y mientras oraba, su cuerpo se transfiguró. Sus vestidos se volvieron más blancos que la nieve, y su rostro más resplandeciente que el sol. Y se aparecieron Moisés y Elías y hablaban con El acerca de lo que le iba a suceder próximamente en Jerusalén.
Pedro, muy emocionado exclamó: -Señor, si te parece, hacemos aquí tres campamentos, uno para Ti, otro para Moisés y otro para Elías.
Pero en seguida los envolvió una nube y se oyó una voz del cielo que decía: «Este es mi Hijo muy amado, escuchadlo».
El Señor llevó consigo a los tres apóstoles que más le demostraban su amor y su fidelidad. Pedro que era el que más trabajaba por Jesús; Juan, el que tenía el alma más pura y más sin pecado; Santiago, el más atrevido y arriesgado en declararse amigo del Señor, y que sería el primer apóstol en derramar su sangre por nuestra religión. Jesús no invitó a todos los apóstoles, por no llevar a Judas, que no se merecía esta visión. Los que viven en pecado no reciben muchos favores que Dios concede a los que le permanecen fieles.
Se celebra un momento muy especial de la vida de Jesús: cuando mostró su gloria a tres de sus apóstoles. Nos dejó un ejemplo sensible de la gloria que nos espera en el cielo.
Un poco de historia
Jesús se transfiguró en el monte Tabor, que se se encuentra en la Baja Galilea, a 588 metros sobre el nivel del mar.
Este acontecimiento tuvo lugar, aproximadamente, un año antes de la Pasión de Cristo. Jesús invitó a su Transfiguración Pedro, Santiago y Juan. A ellos les dio este regalo, este don.
Ésta tuvo lugar mientras Jesús oraba, porque en la oración es cuando Dios se hace presente. Los apóstoles vieron a Jesús con un resplandor que casi no se puede describir con palabras: su rostro brillaba como el sol y sus vestidos eran resplandecientes como la luz.
Pedro quería hacer tres tiendas para quedarse ahí. No le hacía falta nada, pues estaba plenamente feliz, gozando un anticipo del cielo. Estaba en presencia de Dios, viéndolo como era y él hubiera querido quedarse ahí para siempre.
Los personajes que hablaban con Jesús eran Moisés y Elías. Moisés fue el que recibió la Ley de Dios en el Sinaí para el pueblo de Israel. Representa a la Ley. Elías, por su parte, es el padre de los profetas. Moisés y Elías son, por tanto, los representantes de la ley y de los profetas, respectivamente, que vienen a dar testimonio de Jesús, quien es el cumplimiento de todo lo que dicen la ley y los profetas.
Ellos hablaban de la muerte de Jesús, porque hablar de la muerte de Jesús es hablar de su amor, es hablar de la salvación de todos los hombres. Precisamente, Jesús transfigurado significa amor y salvación.
Seis días antes del día de la Transfiguración, Jesús les había hablado acerca de su Pasión, Muerte y Resurrección, pero ellos no habían entendido a qué se refería. Les había dicho, también, que algunos de los apóstoles verían la gloria de Dios antes de morir.
Pedro, Santiago y Juan experimentaron lo que es el Cielo. Después de ellos, Dios ha escogido a otros santos para que compartieran esta experiencia antes de morir: Santa Teresa de Ávila, San Juan de la Cruz, Santa Teresita del Niño Jesús y San Pablo, entre otros. Todos ellos gozaron de gracias especiales que Dios quiso darles y su testimonio nos sirve para proporcionarnos una pequeña idea de lo maravilloso que es el Cielo.
Santa Teresita explicaba que es sentirse “como un pajarillo que contempla la luz del Sol, sin que su luz lo lastime.”
¿Qué nos enseña este acontecimiento?
- Nos enseña a seguir adelante aquí en la tierra aunque tengamos que sufrir, con la esperanza de que Él nos espera con su gloria en el Cielo y que vale la pena cualquier sufrimiento por alcanzarlo.
- A entender que el sufrimiento, cuando se ofrece a Dios, se convierte en sacrificio y así, éste tiene el poder de salvar a las almas. Jesús sufrió y así se desprendió de su vida para salvarnos a todos los hombres.
A valorar la oración, ya que Jesús constantemente oraba con el Padre. - A entender que el Cielo es algo que hay que ganar con los detalles de la vida de todos los días.
- A vivir el mandamiento que Él nos dejó: “Amaos los unos a los otros como Yo os he amado”.
- Habrá un juicio final que se basará en el amor, es decir, en cuánto hayamos amado o dejado de amar a los demás.Dios da su gracia a través de la oración y los sacramentos. Su gracia puede suplir todas nuestras debilidades.
La Transfiguración cambia la vida
Los padecimientos del tiempo presente no pueden compararse con la gloria que un día se nos revelará.
Por: Pedro García, Misionero Claretiano | Fuente: Catholic.net
El hecho de la Transfiguración de Jesús en el monte Tabor tiene en los Evangelios una importancia muy grande. Como la tiene después para la vida de la Iglesia, que le consagra hoy una fiesta especial, la cual reafirma nuestra esperanza en el Señor Resucitado, pues sabemos que, cuando se nos manifieste, transformará nuestros cuerpos mortales, eliminando de ellos todas las miserias, y configurándolos con su cuerpo glorioso e inmortal…
Lo que pasó en el Tabor lo sabemos muy de memoria.
Jesús, al atardecer de aquel día, deja a los apóstoles en la explanada galilea y, tomando a los tres más íntimos –Pedro, Santiago y Juan–, se sube a la cima de la hermosa montaña.
Pasa el Señor la noche en oración altísima, dialogando efusivamente con Dios su Padre, mientras que los tres discípulos se la pasan felices rendidos al profundo sueño…
Al amanecer y espabilar sus ojos los discípulos, quedan pasmados ante el Maestro, que aparece mucho más resplandeciente que el sol…
Se le han presentado Moisés y Elías, que le hablan de su próxima pasión y muerte…
Se oyen los disparates simpáticos de Pedro, que quiere construir tres tiendas de campaña y quedarse allí para siempre…
El Padre deja oír su voz, que resuena por la montaña y se esparce por todos los cielos: -¡Éste es mi Hijo queridísimo!…
Y la palabra tranquilizante de Jesús, cuando ha desaparecido todo: -¡Animo! ¡No tengáis miedo! Y no digáis nada de esto hasta que yo haya resucitado de entre los muertos…
Pedro recordará muchos años después en su segunda carta a las Iglesias:
– Si os hemos dado a conocer la venida poderosa de nuestro Señor Jesucristo, no ha sido siguiendo cuentos fantasiosos, sino porque fuimos testigos de vista de su majestad. Cuando recibió de Dios Padre honor y gloria, y de aquella magnifica gloria salió la poderosa voz: ¡Éste es mi Hijo amadísimo en quien tengo todas mis delicias! Y fuimos nosotros quienes oímos esta voz cuando estábamos con él en la montaña santa.
Este hecho del Tabor tuvo muchas repercusiones en la vida de Jesús y de los apóstoles.
Sí, en la de Jesús ante todo. Porque Jesús no era insensible al dolor que se le echaba encima con la pasión y la cruz. La vista de la gloria que le reservaba el Padre por su obediencia filial fue para Jesús un estímulo muy grande al tener que enfrentarse con la tragedia del Calvario.
Para los apóstoles, ya lo sabemos también. Acabamos de escuchar a Pedro. Y sabemos cómo la visión del Resucitado ante las puertas de Damasco fue para Pablo una experiencia extraordinaria, que supo transmitir después en sus cartas a las Iglesias: -¡Nuestro cuerpo, ahora sujeto a tantas miserias, será transformado conforme al cuerpo glorioso del Señor!…
Así lo es también para nosotros. Porque la vida no se nos ofrece siempre risueña, sino que muchas veces nos presenta unas uñas bien aceradas.
En esos momentos de angustia, recordamos con la visión del Tabor la palabra del apóstol San Pablo:
– Comprendo que los padecimientos del tiempo presente no pueden compararse con la gloria que un día se nos revelará.
Cuando todo nos va bien en la vida, solemos decir con Pedro –del que dice el Evangelio que no sabía lo que se decía–: ¡Qué bien se está aquí!…
Pero es cuestión de dejar el Tabor para después. Ahora hay que subir a Jerusalén con Jesús. Es decir, hay que cargar con la cruz de cada día, porque en el Calvario nos hemos de encontrar con el Señor, para encontrarnos seguidamente con Él en el sepulcro vacío…
La Transfiguración fue un paréntesis muy breve, aunque muy intenso, en la vida de Jesús. Detrás quedaban casi tres años de apostolado muy activo, en los que había predicado y hecho muchos milagros. Ahora había que enfrentarse con Getsemaní, la prisión, los tribunales, los azotes y el Gólgota. Pero la experiencia del Tabor le anima a seguir adelante sin decaer un momento.
Para nosotros, es cuestión de mirar a nuestro Jefe y Capitán, Cristo Jesús.
Hay que tener fe en Dios, cuando nos brinda la misma gloria que a Jesucristo.
Porque si Dios nos ofrece el mismo cáliz que a su Hijo, es decir, la misma suerte en sus sufrimientos, es porque nos tiene destinados también a la misma gloria y felicidad que las de Jesucristo.
Jesús se manifiesta en el Tabor, más que en ninguna otra ocasión, como el esplendor de la gloria del Padre. Nadie ha visto la gloria interna de Dios. Pero mirando a Jesús envuelto en una luz que opaca y anula del todo la luz del sol, nosotros llegamos a barruntar lo que es ese Dios que un día veremos cara a cara y que nos envolverá con sus esplendores. Esplendores que son ya ahora una realidad que llevamos dentro, aunque no los vemos. La Gracia del Bautismo nos ha transformado en esa luz que nos hace gratos, ¡y tan gratos!, a los ojos divinos…
¡Señor Jesucristo! ¡Qué grande, qué amoroso, y qué humilde, te muestras en el Tabor! ¿Cuándo, pero cuándo nos será dado gozar de aquel espectáculo que enloqueció a los discípulos?…
Ya vemos que nos preparas cosa buena de verdad. El caso es que sepamos merecerla….
Basílica Santa María La Mayor: El milagro de la nieve será dedicado al Papa
El 5 de agosto de 358, durante el verano italiano, nevó en el centro de Roma.
Contemplar a la Virgen María en el icono de la «Salus Populi Romani» (Protectora del Pueblo Romano): es la invitación que el Papa Francisco hizo al final de la audiencia general del 4 de agosto con motivo de la fiesta de la dedicación de la Basílica Papal de Santa María La Mayor, el jueves 5 de agosto de 2021.
La Basílica donde se encuentra la imagen de Nuestra Señora de las Nieves, ocupa un lugar especial en el corazón del Pontífice: siempre la visita antes de emprender un viaje apostólico y a su regreso. En marzo de 2020, cuando Italia estaba sumida en la pandemia del Covid-19, el Santo Padre peregrinó hasta la basílica para orar ante este icono, especialmente querido por los romanos, antes de acudir a la iglesia de San Marcello, en el Corso, donde se conserva el milagroso Crucifijo que salvó a la Ciudad Eterna de la peste en el siglo XVI.
La edición de este año dedicada al Papa Francisco
Este año, la edición número 38 de la evocación del milagro de Nuestra Señora de las Nieves en la Basílica de Santa María la Mayor, una de las cuatro basílicas papales de Roma, estará dedicada al «corazón generoso del Papa Francisco». El creador y arquitecto Cesare Esposito, según la agencia de noticias Adnkronos, incluso ha enviado una carta al Pontífice invitándole a seguir el acto que tendrá lugar este jueves a las 21 horas (hora italiana), y presenciar la evocación de la Virgen, «para que se convierta en un símbolo de esperanza y amor para todos los fieles y para la ciudad».
Una basílica querida por la Virgen María
La historia de esta basílica papal es famosa. Cuenta que en el siglo IV, en el año 338, la Virgen María se apareció en sueños al Papa Liberus y al patricio Juan, pidiéndoles que erigieran una iglesia en su honor en el lugar que Ella indicara. Y así fue como, en la mañana del 5 de agosto, en pleno verano, la colina del Esquilino se cubrió de una fina capa de nieve: era la señal prometida por la Madre de Dios. El Papa trazó entonces el perímetro de la nueva iglesia y Juan se encargó de su financiación. Santa María la Mayor se convirtió así en la iglesia más antigua de Roma dedicada a la Virgen María.
El milagro de la nieve
Todos los años, durante la misa solemne del 5 de agosto y durante las segundas vísperas, se reproduce el milagro de la nieve en la basílica y muchas personas acuden a contemplarlo. Los copos de nieve están simbolizados por pétalos de rosa que se vierten desde el techo del edificio sobre el coro. La majestuosa Basílica Papal, de menores proporciones que sus tres iglesias hermanas, ha conservado su estructura arquitectónica paleocristiana. Sus magníficos mosaicos del siglo V, sus frescos y la profusión de sus mármoles la convierten en una de las iglesias más bellas de la ciudad. Bajo el altar central se conserva un relicario con cinco listones de madera de la cuna de Cristo.
El Juicio particular y el Juicio final
Significado que tiene decir: El fín del mundo, el Juicio particular y el Juicio final.
Todos hemos deseado en algunos momentos de nuestra vida, ser jueces de los demás. Opinamos con facilidad acerca de su vida juzgando si hicieron bien o mal. Sin embargo, nos cuesta trabajo pensar que nosotros también vamos a ser juzgados al final de nuestra vida y que nuestros actos, por más secretos que hayan sido, van a trascender más allá del momento en el que los hicimos.
¿Qué sucede con el alma después de la muerte?
Los cristianos encontramos en el Evangelio algunos pasajes que nos hablan acerca del destino del alma. Específicamente, en la parábola del pobre Lázaro (Lucas 16, 22) y en las palabras que Cristo dirige al buen ladrón, crucificado junto a Él (Lucas 23, 43).
Al morir, nuestra alma se separará de nuestro cuerpo. Se presentará ante Dios para recibir, de acuerdo con lo que nosotros mismos hayamos elegido en la vida terrena, la recompensa o el castigo eterno.
El Juicio Particular
Al morir, tendremos un Juicio Particular. En este juicio nos encontraremos ante Jesucristo y ante nuestra vida: todos nuestros actos, palabras, pensamientos y omisiones quedarán al descubierto.
Suena dramático, pero es real. Si nos encontramos en gracia de Dios, nuestra eternidad feliz empezará en ese momento. Si morimos en una actitud de rechazo total y voluntario a Dios, en pecado mortal, entonces empezará para nosotros el castigo eterno, el infierno.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos habla de la “retribución inmediata después de la muerte de cada uno como consecuencia de sus obras y de su fe” (n. 1021). El destino del alma será diferente para cada uno de nosotros, de acuerdo a cómo hayamos utilizado nuestro tiempo de vida en la Tierra.
Hay muchas personas que dicen: “Yo me voy a salvar, pues nunca he hecho el mal a nadie”. Hay que tener cuidado, pues ese día no se nos juzgará sólo por el mal que no hayamos hecho, sino también por el bien que hayamos dejado de hacer. Debemos preocuparnos no sólo por evitar hacer el mal, sino por hacer el bien a todo el que nos rodea. Si no hacemos el bien a los demás, llegaremos al juicio con las manos vacías y “no aprobaremos el examen”.
El Juicio Particular, como su nombre lo dice, será para cada uno de nosotros en lo personal. En éste, Dios nos preguntará: “¿Cuánto amaste?” Y cada uno de nosotros tendrá que responder a esta pregunta. Dios espera que cada uno de nuestros actos sea hecho por amor .
San Juan de la Cruz tiene una frase que dice: “Al atardecer de la vida, seremos examinados en el amor”.
El Juicio Final
El Juicio Final lo tendremos al final de los tiempos, cuando Jesús vuelva a venir glorioso a la Tierra. En él, todos los hombres seremos juzgados de acuerdo a nuestra fe y a nuestras obras.
La resurrección de todos los muertos, “de los justos y de los pecadores”, precederá al Juicio Final. Los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación (Juan 5, 28-29).
En la Biblia podemos leer cómo será este juicio en Mateo 25, 31.32.46: Lo que sucederá ese día, de acuerdo con la narración de Jesucristo, será como un examen de aquello que nos caracteriza como personas humanas: nuestra capacidad de amar.
En ese día saldrán a la luz todas nuestras acciones y se verá el amor hacia los demás que pusimos en cada una de ellas.
Este amor será el que nos juzgará:
«Venid benditos de mi Padre… porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber…»
«Id malditos al fuego eterno… porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber…»
El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice: “El Juicio Final revelará hasta sus últimas consecuencias lo que cada uno haya hecho de bien o haya dejado de hacer durante su vida terrena” (n. 1039).
El juicio final es la prueba de que Dios es infinitamente justo y ha dispuesto todo con sabiduría para que la verdad se conozca y se aplique la justicia en cada hombre con el destino eterno que él mismo se haya merecido.
Algunas personas piensan que no hay que preocuparse por eso de los juicios, pues creen que Dios va a salvar a todos los hombres al final de los tiempos porque es infinitamente bueno y nos ama.
Es verdad que Dios es muy bueno, pero también es muy justo y respeta nuestra libertad. Cuando nosotros estamos en pecado mortal, libremente le hemos dicho a Dios que “no nos interesa salvarnos”. Si morimos en este estado, Dios respetará nuestra decisión. El hombre, con su libertad, alcanza la recompensa o el castigo eterno.
Frente a Cristo se conocerá la verdad de la relación de cada hombre con Dios.
El Juicio Final revelará que la justicia de Dios triunfa sobre todas las injusticias cometidas por sus criaturas y que su amor es más fuerte que la muerte.
Reflexionar tanto en el Juicio Particular como en el Juicio Final nos recuerda que mientras tengamos vida, tenemos oportunidad de alcanzar nuestra salvación. Cada día nos ofrece la posibilidad de amar a Dios y a los que nos rodean, de perdonar a los que nos ofenden, de vivir cristianamente.
¿Cuándo será el juicio final?
El mismo Jesucristo nos aclaró que ni siquiera Él conoce el día ni la hora en que se llevará a cabo este acontecimiento, sino sólo Dios Padre. Así que no debemos dejarnos engañar por personas que pretenden conocer la fecha del fin del mundo. No debemos preocuparnos por intentar conocer esa fecha, sino sólo por estar siempre bien preparados, pues no sabemos en qué momento sucederá.
Para profundizar, puedes leer el Catecismo de la Iglesia Católica núm. 668 – 682, 1021-1023, 1038-1042, 283
Beber no es un juego
Puedes hablar con tu hijo para ayudarle a resolver el momento en el que sus amigos le inviten a beber alcohol, ya que puede resultar difícil decir simplemente:
Los niños y los adolescentes absorben el alcohol más rápidamente que los adultos y sus hígados lo metabolizan con menos eficacia. Los propios adolescentes reconocen que no beben de manera social, como lo hacen los adultos normalmente, sino para cogerse el puntillo o emborracharse.
La atracción por lo prohibido
La adolescencia y preadolescencia es el tiempo en el cual la persona crece y se desarrolla física, psicológica, emocional y socialmente. Es un periodo dinámico de renovación y de continuos cambios, una auténtica revolución hormonal y una tormenta de sentimientos contradictorios. Está considerada como una etapa emocional y nutricional inestable, con fuerte atracción por lo que se considera prohibido, peligroso y susceptible de riesgo. La vulnerabilidad psíquica del adolescente es muy influenciable por los medios de comunicación sobre las tendencias, las modas, la música, las dietas, las bebidas refrescantes o alcohólicas, que inciden en las pautas de conducta, nutricionales y de comportamiento de estilo de vida.
Se ponen en evidencia ante sus amigos
La mayoría de los chicos y chicas que beben alcohol lo hacen porque les ayuda a relacionarse con los demás, o lo utilizan para celebrar los momentos alegres o superar los tristes. Cuando uno se intoxica con el alcohol resulta evidente para todos, incluso si se empeña a gritos en asegurar que él no está borracho. Eso no se sostiene a la mañana siguiente, cuando se sufre un terrible dolor de cabeza, se tiene los ojos inyectados en sangre, con sudores, náuseas, temblores, pérdidas de memoria y los síntomas extremos del efecto diurético del alcohol. Al contrario de otras drogas como la marihuana y el LSD, el alcohol tiene la virtud de proporcionarnos numerosas señales del daño que está provocando. Inicialmente, el alcohol puede hacer del mundo un lugar mejor; tras un rato, sin embargo, los efectos sedantes le ganan la batalla a los estimulantes y los efectos placenteros se cancelan.
Un síntoma de envenenamiento: la resaca
El acetaldehído es un veneno. Actúa como irritante celular y en altas concentraciones causa daño, vertiéndose en la corriente sanguínea y viajando al cerebro, donde interfiere con los aminoácidos del cerebro que actúan como neurotransmisores. Los variados síntomas del envenenamiento por acetaldehído se conocen por todos como resaca. Un envenenamiento persistente por esta sustancia hace que las células del hígado funcionen pobremente: algunas mueren y se reemplazan con grasa y fibra. Esto es la cirrosis del hígado.
Los estudios más recientes muestran que con el tiempo, el etanol reduce la actividad metabólica del cerebro. Deprime directamente las neuronas del centro respiratorio en el tronco encefálico, reduciendo la toma de oxígeno y haciendo la respiración menos eficiente. Cuando los niveles de oxígeno en sangre se empobrecen progresivamente, la primera etapa es la euforia. Después llega la sedación, la somnolencia, el sueño, la insensibilidad, el coma y, en ocasiones, la muerte. Como disminuye el sentido de responsabilidad, nos hace más imprudentes y puede elevar la agresividad; la intoxicación es potencialmente una amenaza para la vida, especialmente cuando entra en juego con la testosterona, la hormona masculina de la agresividad.
Otros efectos del alcohol
El alcohol es un depresivo, lo que significa que hace más lento el funcionamiento del sistema nervioso central. En realidad, bloquea algunos de los mensajes que intentan llegar al cerebro, alterando las percepciones, las emociones, los movimientos, la vista y el oído de una persona.
El alcohol reduce nuestro tiempo de reacción entre un 10% y un 30%. Lo que ocurre es sencillamente que los mensajes tardan más tiempo en llegar de nuestros ojos al cerebro. El procesamiento de la información se hace más difícil y las órdenes a los músculos no circulan tan rápido. Además, reduce la capacidad para hacer dos o más tareas a la vez y la capacidad de ver los objetos distantes. La visión nocturna puede reducirse en un 25% y es posible que se produzca visión borrosa, visión doble o que se pierda la visión periférica. Por otro lado, el alcohol hace que tengamos un falso sentido de seguridad, de sobre confianza y de que todo está controlado, por lo que la gente bebida es la que se pone en más riesgo. Los jóvenes también tienen una menor tolerancia al alcohol, con lo que la curva de riesgo se agudiza enormemente cuando se bebe más de la cuenta.
Asimismo, los adolescentes que beben también tienen más probabilidades de engordar o padecer problemas de salud. Un estudio realizado por la Universidad de Washington reveló que las personas que consumían normalmente cinco o más bebidas alcohólicas, una detrás de la otra, desde los 13 años, eran más propensas al sobrepeso o a la hipertensión a la edad de 24 años, que aquellas que no bebían alcohol. Las personas que continúan bebiendo mucho alcohol durante la edad adulta corren el riesgo de dañar órganos tales como el hígado, el corazón o el cerebro.
Afecta más a las mujeres
El alcohol tiene una masa molecular baja. Se disuelve fácilmente en agua, pero menos en la grasa. Una vez que se consume, el alcohol se distribuye por todo el agua del cuerpo. Las mujeres, que tienen menos masa muscular y más tejido adiposo que los hombres, tienen menos agua en el cuerpo para disolver el alcohol, por lo que queda en la corriente sanguínea en más altas concentraciones que las que tendría un hombre del mismo peso. Una asociación médica británica mostró que una jarra de cerveza eleva el nivel de alcohol en sangre hasta un mínimo de 60mg. en los hombres, pero hasta por encima de 135mg. en las mujeres. Cuando se ingiere oralmente, se absorbe rápidamente dentro de la corriente sanguínea desde el estómago y el intestino delgado y viaja directamente al hígado, donde la mayor parte se descompone en acetaldehído. Si se toma seis bebidas en una hora, una de ellas se convierte en acetaldehído en el hígado, mientras que las otras cinco chapotearán como etanol en la sangre.
Pero… ¿por qué bebe mi hijo?
Desde que son muy pequeños, los niños ven mensajes publicitarios con gente «guay» que disfruta de la vida… y del alcohol. Además muchos padres y otros adulto beben alcohol en reuniones sociales, por ejemplo, se toma cerveza o vino durante una cena; sin quererlo se trasmite el mensaje a los hijos de que el alcohol es inofensivo. Durante la adolescencia e, común que se experimente cor el alcohol. Algunos de los motivos por los que los adolescentes beben alcohol o prueban las drogas son los siguientes:
~ Por curiosidad.
~ Para sentirse bien, reducir el estrés y relajarse.
~ Para no sentirse diferentes.
~ Para parecer mayores.
Explica a tu hijo cómo le ataca el alcohol
• Lugares del cerebro afectados: la corteza cerebral, el cerebelo y el tronco encefálico, particularmente el centro de la respiración. Alteración inicial: euforia suave, relajación y sedación.
• Efectos colaterales agudos: intoxicación, se disminuye el sentido del oído y el sentido de responsabilidad, resaca.
• Efectos colaterales crónicos: adicción, cirrosis en el hígado, pérdida de memoria, razonamiento poco equilibrado, síndrome de Korsakoff, síndrome fetal alcohólico.
• Efectos irreversibles: daños permanentes en la capacidad de aprendizaje y la memoria, ya que las neuronas que se destruyen en el hipocampo no se reemplazarán jamás.
• El 8% de las personas que beben alcohol desarrollan algún tipo de problema y cada una de esas víctimas afectará en alguna medida al menos a otras seis personas.
PARA PENSAR…
• Habla con tu hijo y pídele que no beba en ninguna circunstancia. Pon tu confianza en él y dale una oportunidad si bebió por primera vez la noche de fin de año.
• Explícale que ni el café, ni la ducha fría, ni vomitar, ni hacer ejercicio le ayudarán a perder una borrachera. Son falacias, solo el tiempo hace que el cuerpo pueda liberarse del alcohol.
• Si de verdad quieres plantar cara al consumo precoz de alcohol, proponte recuperar la cultura del «no» y del «castigo responsable», frente a las extendidas posturas de permisividad absoluta de los padres.
• Si tu hijo va a acudir a una fiesta en la que sabe que habrá bebidas alcohólicas, debe pensar en una estrategia de antemano. Por ejemplo, él y un amigo podrían ponerse de acuerdo en alguna señal que indique que es hora de retirarse.
• Observa cómo «anda» la autoestima de tu hijo. Quienes poseen una autoestima elevada tienen menos posibilidades de convertirse en bebedores con problemas, que quienes la poseen baja.
• Pero sobre todo, hazle ver que todos decidimos si bebemos y cuánto; incluso los adultos. Que compruebe por sí mismo que puede disfrutar de una fiesta o de otro evento con la misma intensidad, o más intensamente, si no consume alcohol. Y como su sistema nervioso central estará trabajando como debe, recordará mejor lo bien que se lo pasó.
Y ACTUAR
Puedes hablar con tu hijo para ayudarle a resolver el momento en el que sus amigos le inviten a beber alcohol, ya que puede resultar difícil decir simplemente: «No, gracias». Nadie quiere arriesgarse a sentirse rechazado o dejado de lado. Podrá tener preparados distintos argumentos como: «Tengo un partido mañana «, «Mi tío murió a causa del alcohol», «Mis padres me vendrán a buscar muy pronto», «Ya me metí en serios problemas por beber alcohol, no puedo volver a hacerlo» o «El entrenador me mataría».
Monasterio de Weihenstephan, la cervecería más antigua del mundo
El monasterio benedictino de Weihenstephan es la cuna de la cerveza
Weihenstephan,situada en Freising, a 50 km de Munich, es conocida mundialmente como la Meca de la cerveza, y eso no es casualidad: se trata de la cervecería más antigua aún existente del mundo entero.
Es difícil de creer, pero hubo un tiempo en que no se elaboraba Weihenstephan. No había nacido todavía Carlo Magno, las cruzadas aún eran un futuro lejano y el lugar en el que hoy está Munich estaba ocupado por vacas que pastaban.
En el año 725 San Korbinian fundó el monasterio benedictino Weihenstephan. Existen escritos que indican que en el 768 se cultivaba lúpulo en los campos cercanos al monasterio, por lo que se puede suponer que los monjes elaboraban cerveza con él, lo que implicaría que Weihenstephan es la cuna de la cerveza «lupulizada», la que conocemos actualmente.
En el año 955 los Hunos saquearon y destruyeron el monasterio por completo; comenzaba así una tradición que se habría de repetir muchas veces: volver a reconstruir el monasterio.
En 1040 el Abad Arnold obtuvo de la ciudad Freising el fuero para elaborar y servir cerveza, lo que se ha considerado como el acta del nacimiento de la cervecería monástica de Weihenstephan. Durante los siglos XII y XIII los monjes trabajaron constantemente en la mejora de sus sistemas de producción, consiguiendo una gama de tres cervezas diferentes: una ligera para los peregrinos, pedigüeños y sirvientes; una cerveza decente para los monjes, frailes y obreros; y una verdadera cerveza premium para el abad, los prelados y la gente importante de la ciudad.
Entre 1085 y 1463 el monasterio fue totalmente destruido cuatro veces por incendios, un terremoto, tres epidemias de peste y varias de hambre, y fue saqueado tres veces por las tropas enemigas. Pero la obstinación bávara de los monjes les llevó a reconstruir el monasterio y la cervecería en cada ocasión.
En 1516 tuvo lugar un punto clave para el arte cervecero: el Duque Guillermo IV de Bavaria dictó, frente a la torre del monasterio de Weihenstephan, la “Ley de la Pureza” Bávara, que prohibía a los cerveceros el uso de otros ingredientes que no fueran cebada, lúpulo y agua.
Así sentó las bases del éxito de la cerveza bávara y de Weihenstephan.
En 1803 la comunidad religiosa dejó de existir y pasó todos sus derechos, capitales y propiedades al Estado bávaro; éste lo transformó en la Real Cervecería Bávara Weihenstephan y en un Instituto de Agricultura.
La cervecería se transformó en una escuela para cerveceros en 1919 y actualmente es la Facultad Cervecera, de Alimentos y Lácteos de la Universidad de Munich. Casi todos los cerveceros de Europa pasan un año en esta Facultad para ser iniciados en el arte cervecero de los bávaros.
Así, la cervecería Weihenstephan no sólo es la más antigua del mundo, sino también una de las más modernas y pioneras.
El Papa sobre la Transfiguración: Un vistazo al cielo en la tierra
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En la fiesta de la transfiguración, en el Twitter de Francisco, reflexión sobre el evento en el que Jesús se vuelve radiante en gloria divina sobre una montaña
“En la Transfiguración, Jesús nos muestra la gloria de la Resurrección: un vistazo al cielo en la tierra”, se lee en la cuenta de Twitter del papa Francisco este 6 de agosto de 2019.
La transfiguración de Jesús es un evento narrado en los evangelios según san Mateo, san Marcos y san Lucas. En él Jesús se vuelve radiante en gloria divina sobre una montaña.
Luz que prepara para la cruz
Francisco ha explicado que la Transfiguración ayudó a los discípulos a enfrentar la Pasión de Jesús. (25.02.2018).
“Jesús había revelado a sus discípulos que en Jerusalén iba a ‘sufrir mucho, a ser rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y los escribas, asesinado y, tres días después, resucitar”.
Transfiguración Twitter del Papa
Esto crea una crisis. Pedro y los discípulos, “rechazaban la idea de que Jesús pudiera ser rechazado por los jefes del pueblo y asesinado”. Pues “ellos esperaban a un Mesías poderosos y dominador.
En cambio, Jesús se presenta como un humilde y manso siervo de Dios y de los hombres, que iba a dar su vida en sacrificio, avanzando por el camino de la persecución, del sufrimiento y de la muerte”.
Aparición pascual anticipada
“¿Cómo se puede seguir a un Maestro y Mesías cuya vida terrenal va a terminar así? La respuesta llega en la transfiguración: una aparición pascual anticipada”, explicó el Papa.
El Evangelio -sostuvo- narra cómo “Jesús se lleva consigo a tres discípulos, Pedro, Santiago y Juan, y ‘los conduce a lo alto de un monte’.
Y allí, por un momento, muestra toda su gloria, la gloria del Hijo de Dios. Este evento de la transfiguración permite, de ese modo, a sus discípulos afrontar la pasión de Jesús de una manera positiva, sin quedar abrumados”.
Un regalo de amor infinito
“La transfiguración ayuda a los discípulos, y también a nosotros, a comprender que la pasión de Cristo es un misterio de sufrimiento, pero, sobre todo, un regalo de amor infinito por parte de Jesús”, afirmó.
“De hecho, para comprenderlo, es necesario saber con anterioridad que aquel que sufre y que es glorificado no es solamente un hombre, sino que es el Hijo de Dios, que, con su amor fiel hasta la muerte, nos ha salvado”.