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Referencias Bíblicas
• John 3:7b-15
• Obispo Robert Barron

 

Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús nos dice que debe ser levantado en alto para llevar la vida eterna a los crean en Él.



¿Por qué la salvación de la raza humana planeada por Dios tiene que incluir algo tan horrible como la crucifixión? Vivimos una época en la cual el dilema humano es regularmente negado, ignorado, o justificado. A pesar de la masiva evidencia de los desastres morales del siglo pasado, todavía estamos engañados con el mito del progreso: con un suficiente avance técnico, conocimiento psicológico y liberación personal resolveremos nuestros problemas.



Pero con este tipo de tonterías y superficialidad la Biblia no tiene relación alguna. Los autores de las Escrituras entienden el pecado no tanto como una serie de actos sino como una condición en la que estamos atrapados, algo parecido a una adicción o una enfermedad contagiosa. Ninguna cantidad de esfuerzo meramente humano podría resolver el problema.Con este realismo bíblico en mente, podemos comenzar a comprender por qué era necesaria la Crucifixión del Hijo de Dios. La relación justa entre Dios y los seres humanos no se pudo restablecer a través de nuestro esfuerzo moral o simplemente con una palabra de perdón. Había que hacer algo, y solo Dios podía hacerlo.

 

 

Catalina de Siena, Santa

Memoria Litúrgica, 29 de abril

Por: P. Ángel Amo
Fuente: Catholic.net
Virgen y Doctora de la Iglesia
Patrona de Italia y de Europa

Martirologio Romano: Memoria de santa Catalina de Siena, virgen y doctora de la Iglesia, que habiendo entrado en las Hermanas de la Penitencia de Santo Domingo, deseosa de conocer a Dios en sí misma y a sí misma en Dios, se esforzó en asemejarse a Cristo crucificado y trabajó también enérgica e incansablemente por la paz, para que el Romano Pontífice regresara a la Urbe y por la unidad de la Iglesia, dejando espléndidos documentos llenos de doctrina espiritual († 1380).

Etimológicamente: Aquella que es pura y casta, es de origen griego.

Breve Biografía

Lo que más maravilla en la vida de Santa Catalina de Siena no es tanto el papel insólito que desempeñó en la historia de su tiempo, sino el modo exquisitamente femenino con que lo desempeñó. Al Papa, a quien ella llamaba con el nombre de “dulce Cristo en la tierra”, le reprochaba la poca valentía y lo invitaba a dejar Aviñón y regresar a Roma, con palabras humanísimas como éstas: “¡Animo, virilmente, Padre! Que yo le digo que no hay que temblar”. A un joven condenado a muerte y a quien ella había acompañado hasta el patíbulo, le dijo en el último instante: “¡a las bodas, dulce hermano mío! que pronto estarás en la vida duradera”. 


Pero la voz sumisa de la mujer cambiaba de tono y se traducía frecuentemente en ese “yo quiero” que no admitía tergiversaciones cuando entraba en juego el bien de la Iglesia y la concordia de los ciudadanos.

Catalina nació en Siena (Italia) el 25 de marzo de 1347 y era la vigésimo cuarta hija de Santiago y Lapa Benincasa. A los quince años entró a la Tercera Orden de Santo Domingo, comenzando una vida de penitencia muy rigurosa. Para vencer la repugnancia hacia un leproso maloliente, se inclinó y le besó las llagas. A los diecinueve años (1366) celebró su místico matrimonio con Cristo. Esto no se debió a fantasías juveniles, sino que era el comienzo de una extraordinaria experiencia mística, como se pudo comprobar después.



 

Como no sabía leer ni escribir, comenzó a decir a varios amanuenses sus cartas, afligidas y sabias, dirigidas a Papas, reyes, jefes y a humilde gente del pueblo. Su valiente compromiso social y político suscitó no pocas perplejidades entre sus mismos superiores y tuvo que presentarse ante el capítulo general de los dominicos, que se celebró en Florencia en mayo de 1377, para explicar su conducta. 



En Siena, en el recogimiento de su celda, dictó el “Diálogo sobre la Divina Providencia” para tributar a Dios su último canto de amor. En los comienzos del gran cisma aceptó el llamamiento de Urbano VI para que fuera a Roma. Aquí se enfermó y murió rodeada de sus muchos discípulos a quienes recomendó que se amaran unos a otros. Era el 29 de abril de 1380: hacía un mes que había cumplido 33 años.



Fue canonizada el 29 de abril de 1461. En 1939 fue declarada patrona de Italia junto con San Francisco de Asís, y el 4 de octubre de 1970 Pablo VI la proclamó doctora de la Iglesia, y el 1 de Octubre de 1999 S.S. Juan Pablo II la declaró Patrona de Europa.



Además Santa Catalina tiene los siguientes patronatos:
° contra los incendios;
° contra los males corporales;
° contra la enfermedad;
° contra los abortos involuntarios;
° contra las tentaciones;
° Allentown, Pennsylvania;
° para la prevención de incendios;
° de los bomberos;
° de las enfermeras;
° de las personas ridiculizadas por su piedad;
° de los enfermos.

Oración


Bendita y amada del Señor,
y gloriosa santa Catalina:
por aquella felicidad que recibisteis de poder unirte a Dios
 y prepararte para una santa muerte,
alcanzadme de su divina Majestad
 la gracia de que purificando mi conciencia 
con los sufrimientos de la enfermedad 
y con la confesión de mis pecados,
merezca disponer mi alma,
confortándola con el trance terrible de la muerte,
y poder volar por ella a la eterna bienaventuranza de la gloria. Amén.

 

 

Acudir a Cristo para volver a nacer

Santo Evangelio según San Juan 3, 1-8.

Lunes II de Pascua
Por: Leonardo Garzon, L.C.
Fuente: www.somosrc.mx

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!



Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)



Señor Jesús, Tú siempre estás a la espera; no importa la hora ni el lugar, Tú siempre estás ahí para mí. Tú no tomas en cuenta mis pecados o indisposiciones, haces caso omiso a mis iras y malhumores. Tú esperas siempre con los brazos abiertos a que yo me acerque a Ti.



Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Juan 3, 1-8



Había un fariseo llamado Nicodemo, hombre principal entre los judíos, que fue de noche a ver a Jesús y le dijo: «Maestro, sabemos que has venido de parte de Dios, como Maestro; porque nadie puede hacer las señales milagrosas que Tú haces, si Dios no está con Él». Jesús le contestó: «Yo te aseguro que quien no renace de lo alto, no puede ver el Reino de Dios». Nicodemo le preguntó: «¿Cómo puede nacer un hombre siendo ya viejo? ¿Acaso puede, por segunda vez, entrar en el vientre de su madre y volver a nacer?». Le respondió Jesús: «Yo te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne, es carne; lo que nace del Espíritu, es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: “Tienen que renacer de lo alto”. El viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así pasa con quien ha nacido del Espíritu».



Palabra del Señor.




 

 

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio



1. Andar a ver a Jesús de noche


Aunque no parezca del todo común, el mejor momento en el que nos podemos encontrar con Jesús es en la noche, ciertamente no en el sentido literal. Esta noche de la que nos habla el Evangelio se refiere a la quietud y pasividad interiores, a un momento de silencio de calma espiritual. Es en la noche cuando nos despojamos de las preocupaciones y ajetreos del día a día; sólo en este momento podemos acercarnos a Jesús libres de toda otra distracción. Él siempre está esperando a que busquemos esos momentos de «noche» para estar a solas con Él. Jesús quiere que aprendamos a descansar en Él.



2. El que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios

 

Dios siempre nos pide ir más allá. No basta con acudir a Él, es necesario tomar un paso a la acción, buscar y tratar de mejorar ese aspecto de nuestra vida que debemos cambiar. Jesús nos pide conversión. La conversión requiere que nos despojemos de nosotros mismos para así dejar que Dios actúe en nuestras vidas. El olvidarnos de nosotros mismos implica un volver a nacer, nacer una nueva vida en la que “no soy yo quien vive, sino Cristo quien vive en mí”.



3. Nacer del agua y del espíritu


Seguramente nos preguntamos, ¿cómo es posible volver a nacer? Ésta era la pregunta que agobiaba a Nicodemo quien no entendía la exigencia espiritual de las palabras del Maestro. Con el pasar de los años, se van adhiriendo a nuestra personalidad ciertas formas de ser, pensar o actuar que no son propiamente buenas; estas adherencias se van convirtiendo en un obstáculo que luego nos impedirá entrar en el Reino de Dios.

El agua representa la purificación, el modo en que vamos limpiando nuestros corazones para hacer espacio para Dios. El espíritu es el don de Dios que se da a sí mismo para llenar el vacío de nuestras vidas, sólo con Él y por Él podremos nacer de nuevo



«El Evangelio recuerda que aquel que está llamado a dar testimonio de la Resurrección de Cristo debe, en primera persona, «nacer de lo alto». De lo contrario, se termina como Nicodemo que, a pesar de ser un maestro en Israel, no entendía las palabras de Jesús cuando decía que para «ver el reino de Dios» hay que «nacer de lo alto», nacer «del agua y del Espíritu». Nicodemo no entendía la lógica de Dios, que es la lógica de la gracia, de la misericordia, por la cual el que se hace pequeño se vuelve grande, el que se hace último pasa a ser el primero, el que se reconoce enfermo se cura. Esto significa dejar realmente la primacía al Padre, a Jesús y al Espíritu Santo en nuestra vida. Atención: no se trata de convertirse en sacerdotes «poseídos», casi como si se fuera depositario de un carisma extraordinario. No. Sacerdotes ordinarios, simples, humildes, equilibrados, pero capaces de dejarse regenerar constantemente por el Espíritu, dóciles a su fuerza, interiormente libres —sobre todo de sí mismos— porque les mueve el «viento» del Espíritu que sopla donde quiere.»
(Homilía de S.S. Francisco, 10 de abril de 2018).




Diálogo con Cristo



Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.



Propósito



Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.



Hacer una visita a la capilla y pedirle a Dios la gracia de volver a nacer a una vida que sea más de su agrado.



Despedida



Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

 

 

¿El cónclave para elegir al nuevo papa será largo?

La expectativa del momento gira en torno al cónclave y la elección del nuevo papa, y en este ambiente de inmediatez, nos preguntamos ¿cuánto durará?

 

 

La inesperada muerte del papa Francisco, a pesar de que sabíamos que estaba enfermo, tomó por sorpresa al mundo, que ahora está expectante ante la elección del sucesor de san Pedro; por eso, los católicos esperaban con mucho interés la noticia del inicio del cónclave, que será el próximo 7 de mayo.

El proceso de elección

Ahora la incógnita es: ¿cuánto tendremos que esperar para conocer al nuevo Santo Padre? ¿Cuánto tiempo tardará el cónclave? No intentaremos adivinar, porque a Dios le toca otorgar la sabiduría a los cardenales, responsables de la elección, solo analizaremos algunos datos para que durante ese tiempo reforcemos nuestros ruegos para que pronto tengamos al nuevo Vicario de Cristo, elegido por el Señor.

Por tradición, el Colegio Cardenalicio se reúne en Roma para participar en el cónclave —del latín «cum clave», encerrados bajo llave—. Los cardenales electores y elegibles, es decir, los menores de 80 años, se hospedan en la casa Santa Marta y entran a la Capilla Sixtina para orar, dialogar y votar, todo en la más estricta secrecía.

Si durante el primer día no hay ganador, se repite el proceso al día siguiente. Cada vez que no hay resultado favorable, queman las papeletas de la votación, previamente mojadas, para obtener el decepcionante humo negro.

Cuando finalmente se ha llegado a un resultado positivo, las papeletas se queman secas, despidiendo el famoso humo blanco -la fumata- que indica que «Habemus Papam» -¡Tenemos papa!-

El cónclave más largo de la historia

En apariencia, es un proceso sencillo y que no debería retrasar la decisión. Pues bien, hay constancia de que el cónclave más largo de la historia fue el que se realizó de 1268 a 1271, tres años en los que los cardenales no lograban ponerse de acuerdo, ni siquiera porque no les daban agua y comida. Finalmente eligieron al papa Gregorio X.

Por esta razón, los papas siguientes promulgaron bulas referentes a la elección que contenían estrictas normas para agilizar el proceso, hasta que en 1904 el papa Pío X dictó la constitución apostólica Vacante Sede Apostólica en la que se consolidaban muchas de las normas anteriores y se agregaron varios cambios.

Así se siguió hasta que el papa san Juan Pablo II introdujo algunas reformas en 1996 en la constitución apostólica Universi Dominici Gregis y ligeramente modificadas por Benedicto XVI en 2007 y 2013, con respecto al periodo de Sede Vacante.

Cuanto durará el siguiente cónclave

No pretendemos adivinar y mucho menos hacer quinielas, como se está haciendo en el mundo secular, sobre el lapso que durará el cónclave, aunque la constitución señala que no pueden ser más de 20 días. Pero analizando la duración de los anteriores, podemos darnos una idea:
Para elegir a san Juan Pablo II: del 14 al 16 de octubre de 1978.

Al papa Benedicto XVI: 18 al 19 de abril de 2005.
Y al papa Francisco: del 12 al 13 de marzo de 2013.

Oremos por el Colegio Cardenalicio y por el futuro papa.

 

 

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