La semana pasada hablé sobre Pablo a los romanos este gran texto este texto maravilloso del primer gran teólogo de la iglesia y Hoy estamos leyendo del final mismo de Romanos Romanos 14 me pregunto si podrán colocar esta frase donde sea que la vean en su refrigerador o en la pantalla de sus computadoras, escuchen ninguno de nosotros vive para sí mismo ni muere para sí mismo. Si vivimos para el señor vivimos. Y si morimos para el señor morimos por lo tanto ya sea que estemos vivos o que hayamos muerto somos del señor. Pienso que de muchas maneras en esta afirmación se resume toda la Biblia toda la revelación ninguno de nosotros vive para sí mismo. Cuando hable de la justificación, la semana pasada me refería a esa frase de San Pablo: Ya no soy yo el que vive es Cristo quien vive en mí ya no es el viejo ego que vivía para sí se ha ido. Pablo lo considera basura, es Cristo que vive en mí pertenezco a alguien más ya no interesan mi mente y sus prerrogativas mi voluntad y mis deseos mis inclinaciones es lo que Cristo está pensando y deseando y actuando en mí no soy mi propiedad y Pablo dice también han sido comprados a un precio muy caro no son sus propios dueños la razón por la que digo esto es tan importante para nosotros es que pueden notar como todo nuestra cultura milita en contra nuestro pienso que esa es la razón por la que el cristianismo estaba batallando en nuestro mundo actual, quiero decir, decimos lo opuesto. No no es tu vida tú decides tú eliges todo se trata de encontrar tu voz afirmar tus prerrogativas quiero decir en todos lados se escuchan en la cultura en todos lados que miren a la cultura encuentran el mismo mensaje que ustedes pertenecen a ustedes mismos y se encuentran con otras personas diciéndoles qué hacer pero la Biblia llama a una revolución a una conversión una metanoia Esa es la palabra que encontramos en el Nuevo Testamento, ir más allá de la mentalidad que tienes la mentalidad que tenemos en nuestra cultura actual es claramente soy de mi propiedad soy mi propio proyecto pertenecen a otra. Puede que ya se los haya nombrado antes. Esto es muy revelador sucede a través de las culturas alrededor del mundo existe una similitud en la manera en que los jóvenes se incorporan a la mayoría de edad a la edad adulta involucra siempre una especie de deshacerse de las actitudes egoístas de niño y trasladar a ese niño al ámbito de poderes mayores que lo trascienden tal vez haya comentado esto antes con ustedes pero típicamente un joven es arrancado de su hogar tal vez en medio de la noche. Es sacado fuera mientras duerme, le hacen cortes en el cuerpo le arrancan un diente o le cortan el rostro, lo marcan físicamente es iniciado en el acervo y la historia de la tribu y luego en el momento culminante es llevado fuera a la naturaleza ya sea la tundra o a la jungla dependiendo de la geografía y se le pide que sobreviva, tiene que hacer su camino y solo. Luego de haber superado este desafío natural cuando llega al contacto con el poder de Dios sólo entonces regresa a la tribu y funciona como un adulto. Rord resume esto y quiero yuxtaponerlo con la observación de Pablo lo resume en estos principios. El rito de iniciación está destinado a decirle al joven primero que la vida es dura, segundo que no eres tan importante, tercero no estás en control, cuarto vas a morir y finalmente tu vida no trata sobre ti. Cada una de ellas incluso mientras las digo, las he dicho antes, incluso mientras las digo, algo se resisten en mí y apuesto a que tienen la misma experiencia. Piensen en eso comparándolo con la actitud de un niño la vida es dura bueno no lo es para un niño cierto para un niño la vida es fácil lo cuidan la gente le trae comida le dan refugio, lo mantienen abrigado, fresco lo que necesita. La vida no es dura, no eres tan importante, bueno no para un niño, un niño piensa que es muy muy importante. Parece ser el centro de atención de sus padres el mundo parece girar en torno a ellos y sus necesidades no están en control. No lo sé, un niñito puede llorar y poner cara graciosa o sonreír o lo que sea y sus padres le darán lo que quiera parece tener mucho control sobre su vida, vas a morir. Bueno un niño es probable que si quiere esté al tanto del hecho de la muerte tu vida no trata sobre ti díganles a un niñito su vida. Es toda sobre él trata sobre satisfacer sus necesidades y satisfacer sus deseos. Sí soy el centro de atención mi vida, es bastante sencilla parece que estoy en control de estas personas mi vida, trata sobre mí y el punto crucial el punto crucial de los ritos de iniciación es sacudirnos para sacarnos de esa conciencia porque mientras vivas en ese pequeño mundo no vas a estar vivo. Serás permanentemente un niño. Tal vez un adolescente, cuanto mucho nunca entrarán, escuchen esto a la aventura de ser un verdadero ser humano porque estarán en este pequeño ámbito bien iluminado de su amor propio que opaco. ¿Qué es eso?, me refiero a que sí es entendible para un niño pero que opaco es para un adulto y es por eso que este ritual de iniciación está destinado a hacer este trabajo doloroso, piensen en los cortes en el cuerpo o el arrancar un diente sí la vida es dura y es muy conveniente para ti saberlo en tu propio cuerpo que existe un recordatorio permanente en tu propia carne de que la vida es dura y que de hecho vas a morir tu vida no trata sobre ti antes bien trata sobre tu familia y La tribu a la que perteneces trata de este mundo natural del que eres una parte pequeñita y finalmente trata sobre Dios y el gran propósito de Dios para ti puedo animarme a decir eso pienso que nuestra cultura ahora mismo está atascada en una adolescencia permanente, este excesivo amor propio autojustificación espacios seguros proteger mi ego no me digan lo que pensaron hacer y podría decir esta desafiliación de las iglesias y sé que todos están llenos de indignación por la corrupción en la iglesia y Dios sabe que es verdad ha habido corrupción desde el principio pero es muy peligroso hablando espiritualmente desafiliarse de esta fuente de significado trascendente para la vida de uno nada te encerrará en un lugar más desastroso que la desafiliación de Dios vean pienso que un modo de interpretar esto es el tesoro enterrado en el campo de eso está hablando Pablo No perteneces a ti mismo y cuando descubres eso es cuando comienzas a vivir por primera vez. Es por eso que deberías Vender todo lo que tienes y comprar ese campo cuando descubres tu propósito moral que estás aquí para servir algo que está mucho más allá de tu propio ego y tus necesidades allí es cuando cobras vida Esa es la Perla de Gran valor la has estado buscando y piensas que vas a encontrarla en los bienes del mundo que sirven al ego. Así está mi famosa riqueza placer o honor poder pero eso es lo que son si es que estás en esta Cruzada para encontrar cosas que satisfarán tu ego todo lo que tienen en ese punto es una especie de adolescencia avanzada tal vez estén utilizando sus habilidades intelectuales pero fundamentalmente están sirviendo fines adolescentes piensen aquí en todas esas historias de Héroes y que todavía adoramos muchas de las películas populares son sobre eso sobre qué tratan siempre presionamos por un momento de todos los efectos especiales y todos los asuntos de computadoras geniales De qué tratan esas historias siempre tratan sobre una persona egoísta que vive en un espacio espiritual pequeño y que se convierte en alguien que se libera de eso precisamente por amor y en servicio de valores más elevados y poderes más elevados Solo cuando te escapas de ese egoísmo para servir a tu familia o a tu comunidad o a la amplia sociedad o en el fondo los propósitos de Dios allí es cuando cobras vida allí es cuando te conviertes en un héroe escuchen que pueden verdad ser de ayuda a los que tiene alrededor la adolescencia permanente de nuestra sociedad está conduciendo a toda clase de problemas tanto en ti sí porque nunca alcanzas la madurez pero también con los demás porque estás aquí en cierto modo para servirlos Y si quedas Atrapado en esta especie de círculo adolescente que se retroalimenta Bueno entonces no estás logrando el bien que ha sido llamado a conseguir Por qué la sociedad de muchas formas se está desmoronando porque todos viven en esta adolescencia permanente y no están realizando su misión no encuentran su misión he dicho esto recientemente Tal vez fue durante la jornada Mundial de la juventud en Lisboa los espacios seguros estamos obsesionados con ellos un lugar donde puedo sentirme seguro de nuevo no estoy en contra de la seguridad tiene que haber un mínimo de seguridad si vamos a estar psicológicamente juntos Pero ven cuán infantil es ese deseo eso es lo que desean y quieren los niños seguridad pero les dije a los jóvenes en la jornada Mundial de la juventud una religión que coloca frente a nuestros ojos a alguien que está clavado en una cruz no es una religión que ponga un enorme valor sobre la seguridad donde ponemos un gran valor en la aceptación de la aventura la aventura espiritual seguir la voluntad de Dios peligroso Ajá casi por definición requiere verdadero coraje sí duro Ajá invariablemente presupone el hecho de que tu vida no trata sobre ti absolutamente lo que estos rituales de iniciación están destinados a lograr es prepararnos para la aceptación de esta misión puedo cerrar con esto Esto es de cuando estuve en California vi este letrero creo que estaban debatiendo la eutanasia o algo en ese momento y había un gran letrero al costado de la autopista que decía mi vida mi muerte mi elección esa es nuestra cultura moderna Sí es así es mi vida es mi muerte es mi elección ven primero que diminuto es ese ámbito espiritual y que repugnante es a lo que escuchamos en Romanos 14 de nuevo ninguno de nosotros vive para sí mismo ni muere para sí mismo Si vivimos para el señor vivimos Y si morimos para el señor morimos por lo tanto ya sea que estemos vivos o que hayamos muerto somos del señor cuál es la respuesta cristiana Esto no es mi vida no es mi muerte y no es mi elección he sido comprado a un alto precio y pertenezco a este poder superior Jesucristo que vive su vida en Y esa es una invitación a una madurez espiritual verdadera y a una aventura espiritual verdadera y Dios los bendiga.

Matthew 18:21-35

Amigos, en el Evangelio de hoy, Jesús relata una parábola que ilustra la misericordia de Dios. La palabra latina misericordia se refiere a un sufrimiento del corazón, o compasión —cum patior (“sufrir con”).

Misericordia es lo mismo que los autores del Antiguo Testamento llamaban el hesed de Dios o bien tierna misericordia. Es una característica principal de Dios, porque Dios es amor. El amor que proviene de la Trinidad desborda en el amor de Dios por el mundo que Él ha creado.

Pensemos en el amor de una madre por sus hijos. ¿Podemos imaginar que alguna vez una madre se vuelva indiferente hacia uno de sus hijos? Y, aunque ella lo olvide, el profeta Isaías nos dice, Dios nunca olvidará a los suyos. Consideremos que nada existiría si no fuera querido por Dios. Pero Dios no necesita de nada; por tanto, sostener el universo es un acto de amor desinteresado y tierna misericordia.

No hay mayor manifestación de la misericordia divina que el perdón de los pecados. Cuando se le preguntó a G.K. Chesterton por qué se hizo católico, respondió: “Para que mis pecados sean perdonados”. Esta es la mayor gracia que la Iglesia puede ofrecer: la reconciliación, el restaurar la amistad divina, el perdón de nuestros pecados.

Desde nuestro bautismo Dios nos ha perdonado, perdonándonos una deuda insoluta: el pecado original. Pero, aquella es la primera vez. Después, con una misericordia sin límites, Él nos perdona todos los pecados en cuanto mostramos incluso solo una pequeña señal de arrepentimiento. Dios es así: misericordioso. Cuando estamos tentados de cerrar nuestro corazón a quien nos ha ofendido y nos pide perdón, recordemos las palabras del Padre celestial al siervo despiadado: «siervo malvado, yo te perdoné a ti toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No deberías tú también compadecerte de tu compañero, del mismo modo que yo me compadecí de ti?» (vv. 32-33). Cualquiera que haya experimentado la alegría, la paz y la libertad interior que viene al ser perdonado puede abrirse a la posibilidad de perdonar a su vez. (Ángelus, 17 septiembre 2017)ta

Roberto Belarmino, Santo

Memoria Litúrgica, 17 de septiembre

Por: Redacción | Fuente: EWTN.com

Obispo y Doctor de la Iglesia

Martirologio Romano: San Roberto Belarmino, obispo y doctor de la Iglesia, miembro de la Compañía de Jesús, que intervino de modo preclaro, con modos sutiles y peculiares, en las disputas teológicas de su tiempo. Fue cardenal, y durante algún tiempo también obispo entregado al ministerio pastoral de la diócesis de Capua, en Italia, desempeñando finalmente en la Curia romana múltiples actividades en defensa doctrinal de la fe (1621).

Etimológicamente: Roberto = Aquel que brilla por su fama, es de origen germánico.
Etimológicamente: Belarmino = Aquel querrero que tiene todas las armas, es de origen germánico.

Fecha de beatificación: 13 de mayo de 1923 por el Papa Pío XI
Fecha de canonización: 29 de junio de 1930 por S.S. Pío XI

Breve Biografía

Este santo ha sido uno de los más valientes defensores de la Iglesia Católica contra los errores de los protestantes. Sus libros son tan sabios y llenos de argumentos convencedores, que uno de los más famosos jefes protestantes exclamó al leer uno de ellos: «Con escritores como éste, estamos perdidos. No hay cómo responderle».

San Roberto nació en Monteluciano, Toscana (Italia), en 1542. Su madre era hermana del Papa Marcelo II. Desde niño dio muestras de poseer una inteligencia superior a la de sus compañeros y una memoria prodigiosa. Recitaba de memoria muchas páginas en latín, del poeta Virgilio, como si las estuviera leyendo. En las academias y discusiones públicas dejaba admirados a todos los que lo escuchaban. El rector del colegio de los jesuitas en Montepulciano dejó escrito: «Es el más inteligente de todos nuestros alumnos. Da esperanza de grandes éxitos para el futuro».

Por ser sobrino de un Pontífice podía esperar obtener muy altos puestos y a ello aspiraba, pero su santa madre lo fue convenciendo de que el orgullo y la vanidad son defectos sumamente peligrosos y cuenta él en sus memorias: «De pronto, cuando más deseoso estaba de conseguir cargos honoríficos, me vino de repente a la memoria lo muy rápidamente que se pasan los honores de este mundo y la cuenta que todos vamos a tener que darle a Dios, y me propuse entrar de religioso, pero en una comunidad donde no fuera posible ser elegido obispo ni cardenal. Y esa comunidad era la de los padres jesuitas». Y así lo hizo. Fue recibido de jesuita en Roma en 1560, y detalles de los misterios de Dios: él entraba a esa comunidad para no ser elegido ni obispo ni cardenal (porque los reglamentos de los jesuitas les prohibían aceptar esos cargos) y fue el único obispo y cardenal de los Jesuitas en ese tiempo.

Uno de los peores sufrimientos de San Roberto durante toda la vida fue su mala salud. En él se cumplía lo que deseaba San Bernardo cuando decía: «Ojalá que los superiores tengan una salud muy deficiente, para que logren comprender a los débiles y enfermos». Cada par de meses tenían que enviar a Roberto a las montañas a descansar, porque sus condiciones de salud eran muy defectuosas. Pero no por eso dejaba de estudiar y de prepararse.

Ya de joven seminarista y profesor, y luego como sacerdote, Roberto Belarmino atraía multitudes con sus conferencias, por su pasmosa sabiduría y por la facilidad de palabra que tenía y sus cualidades para convencer a los oyentes. Sus sermones fueron extraordinariamente populares desde el primer día. Los oyentes decían que su rostro brillaba mientras predicaba y que sus palabras parecían inspiradas desde lo alto.

Belarmino era un verdadero ídolo para sus numerosos oyentes. Un superior enviado desde Roma para que le oyera los sermones que predicaba en Lovaina, escribía luego: «Nunca en mi vida había oído hablar a un hombre tan extraordinariamente bien, como habla el padre Roberto».

Era el predicador preferido por los universitarios en Lovaina, París y Roma. Profesores y estudiantes se apretujaban con horas de anticipación junto al sitio donde él iba a predicar. Los templos se llenaban totalmente cuando se anunciaba que era el Padre Belarmino el que iba a predicar. Hasta se subían a las columnas para lograr verlo y escucharlo.

Al principio los sermones de Roberto estaban llenos de frases de autores famosos, y de adornos literarios, para aparecer como muy sabio y literato. Pero de pronto un día lo enviaron a hacer un sermón, sin haberle anunciado con anticipación, y él sin tiempo para prepararse ni leer, se propuso hacer esa predicación únicamente con frases de la S. Biblia (la cual prácticamente se sabía de memoria) y el éxito fue fulminante. Aquel día consiguió más conversiones con su sencillo sermoncito bíblico, que las que había obtenido antes con todos sus sermones literarios. Desde ese día cambió totalmente su modo de predicar: de ahora en adelante solamente predicará con argumentos tomados de la S. Biblia, no buscando aparecer como sabio, sino transformar a los oyentes. Y su éxito fue asombroso.

Después de haber sido profesor de la Universidad de Lovaina y en varias ciudades más, fue llamado a Roma, para enseñar allá y para ser rector del colegio mayor que los Padres Jesuitas tenían en esa capital. Y el Sumo Pontífice le pidió que escribiera un pequeño catecismo, para hacerlo aprender a la gente sencilla. Escribió entonces el Catecismo Resumido, el cual ha sido traducido a 55 idiomas, y ha tenido 300 ediciones en 300 años (una por año) éxito únicamente superado por la S. Biblia y por la Imitación de Cristo.

Luego redactó el Catecismo Explicado, y pronto este su nuevo catecismo estuvo en las manos de sacerdotes y catequistas en todos los países del mundo. Durante su vida logró ver veinte ediciones seguidas de sus preciosos catecismos.

Se llama controversia a una discusión larga y repetida, en la cual cada contendor va presentando los argumentos que tiene contra el otro y los argumentos que defienden lo que él dice.

Los protestantes (evangélicos, luteranos, anglicanos, etc.) habían sacado una serie de libros contra los católicos y estos no hallaban cómo defenderse. Entonces el Sumo Pontífice encomendó a San Roberto que se encargara en Roma de preparar a los sacerdotes para saber enfrentarse a los enemigos de la religión. El fundó una clase que se llamaba «Las controversias», para enseñar a sus alumnos a discutir con los adversarios. Y pronto publicó su primer tomo titulado así: «Controversias». En ese libro con admirable sabiduría, pulverizaba lo que decían los evangélicos y calvinistas. El éxito fue rotundo. Enseguida aparecieron el segundo y tercer tomo, hasta el octavo, y los sacerdotes y catequistas de todas las naciones encontraban en ellos los argumentos que necesitaban para convencer a los protestantes de lo equivocados que están los que atacan nuestra religión. San Francisco de Sales cuando iba a discutir con un protestante llevaba siempre dos libros: La S. Biblia y un tomo de las Controversias de Belarmino. En 30 años tuvieron 20 ediciones estos sus famosos libros. Un librero de Londres exclamaba: «Este libro me sacó de pobre. Son tantos los que he vendido, que ya se me arregló mi situación económica».

Los protestantes, admirados de encontrar tanta sabiduría en esas publicaciones, decían que eso no lo había escrito Belarmino solo, sino que era obra de un equipo de muchos sabios que le ayudaban. Pero cada libro lo redactaba él únicamente, de su propio cerebro.

El Santo Padre, el Papa, lo nombró obispo y cardenal y puso como razón para ello lo siguiente: «Este es el sacerdote más sabio de la actualidad».

Belarmino se negaba a aceptar tan alto cargo, diciendo que los reglamentos de la Compañía de Jesús prohiben aceptar títulos elevados en la Iglesia. El Papa le respondió que él tenía poder para dispensarlo de ese reglamento, y al fin le mandó, bajo pena de pecado mortal, aceptar el cardenalato. Tuvo que aceptarlo, pero siguió viviendo tan sencillamente y sin ostentación como lo había venido haciendo cuando era un simple sacerdote.

Al llegar a las habitaciones de Cardenal en el Vaticano, quitó las cortinas lujosas que había en las paredes y las mandó repartir entre las gentes pobres, diciendo: «Las paredes no sufren de frío».

Los superiores Jesuitas le encomendaron que se encargara de la dirección espiritual de los jóvenes seminaristas, y San Roberto tuvo la suerte de contar entre sus dirigidos, a San Luis Gonzaga. Después cuando Belarmino se muera dejará como petición que lo entierren junto a la tumba de San Luis, diciendo: «Es que fue mi discípulo».

En los últimos años pedía permiso al Sumo Pontífice y se iba a pasar semanas y semanas al noviciado de los Jesuitas, y allá se dedicaba a rezar y a obedecer tan humildemente como si fuera un sencillo novicio.

En la elección del nuevo Sumo Pontífice, el cardenal Belarmino tuvo 14 votos, la mitad de los votantes. Quizá no le eligieron por ser Jesuita (pues estos padres tenían muchos enemigos). El rezaba y fervorosamente a Dios para que lo librara de semejante cargo tan difícil, y fue escuchado.

Poco antes de morir escribió en su testamento que lo poco que tenía se repartiera entre los pobres (lo que dejó no alcanzó sino para costear los gastos de su entierro). Que sus funerales fueran de noche (para que no hubiera tanta gente) y se hicieran sin solemnidad. Pero a pesar de que se le obedeció haciéndole los funerales de noche, el gentío fue inmenso y todos estaban convencidos de que estaban asistiendo al entierro de un santo.

Murió el 17 de septiembre de 1621. Su canonización se demoró mucho porque había una escuela teológica contraria a él, que no lo dejaba canonizar. Pero el Sumo Pontífice Pío XI lo declaró santo en 1930, y Doctor de la Iglesia en 1931.

Antiguamente se lo festejaba el 13 de mayo, en la actualidad su fiesta es el 17 de septiembre, día de su nacimiento al Reino de Dios.

ORACIÓN
Señor Dios,
tú que, para defender la fe de la Iglesia
y promover su renovación espiritual,
diste a San Roberto Belarmino
una ciencia y una fortaleza admirables,
concédenos,
por la intercesión de este insigne
doctor de la Iglesia,
conservar y vivir siempre
en toda su integridad el mensaje evangélico
al que él consagró toda su vida.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Amén.

17 de septiembre de 2023

El perfume del amor

Santo Evangelio según San Mateo 18,21-35. Domingo XXIV del tiempo ordinario

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, hoy quiero contemplar tu grandeza. Me basta pensar, por un momento, en la maravilla que esconde una montaña, en la variedad de sus colores y de sus plantas. Me sorprende el mar que, dentro de sí, oculta tantas maravillas en la variedad de sus especies. Veo, en fin, mi vida. Cada segundo marcado por tu mirada de Padre y de amigo, cada segundo un regalo. Hoy te agradezco y te bendigo con todo lo que soy y todo lo que tengo.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 18,21-35

En aquel tiempo, Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: «Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?». Jesús le contestó: «No sólo hasta siete, sino hasta setenta veces siete». Entonces Jesús les dijo: «El Reino de los cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus servidores. El primero que le presentaron le debía muchos millones. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él, a su mujer, a sus hijos y todas sus posesiones, para saldar la deuda.

El servidor, arrojándose a sus pies, le suplicaba, diciendo: ‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo’. El rey tuvo lástima de aquel servidor, lo soltó y hasta le perdonó la deuda. Pero, apenas había salido aquel servidor, se encontró con uno de sus compañeros, que le debía poco dinero. Entonces lo agarró por el cuello y casi lo estrangulaba, mientras le decía: ‘Págame lo que me debes’. El compañero se le arrodilló y le rogaba: ‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo’. Pero el otro no quiso escucharlo, sino que fue y lo metió en la cárcel hasta que le pagara la deuda. Al ver lo ocurrido, sus compañeros se llenaron de indignación y fueron a contar al rey lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: ‘Siervo malvado. Te perdoné toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también haber tenido compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?’ Y el señor, encolerizado, lo entregó a los verdugos para que no lo soltaran hasta que pagara lo que debía. Pues lo mismo hará mi Padre celestial con ustedes, si cada cual no perdona de corazón a su hermano».
Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

«Un rey quiso ajustar cuentas con sus empleados» El hombre, todo hombre, desde el más pobre y olvidado hasta el más rico y reconocido tiene que dar cuentas a Dios al final de su vida. Ésta es la realidad. Basta pasearse por un cementerio para constatar que la muerte nos llega a todos. Muchos podrán no pensar en ella en este momento, pero dependiendo de cómo la veamos llegaremos más o menos preparados.

Pero el juicio de Dios rompe todos los esquemas y nos puede sorprender mucho. Hay un elemento que gana peso sobre el resto y este elemento es el amor misericordioso. Él es el primero que lo «usa» porque Él mismo es amor. No puede actuar de otro modo. Apenas ve llegar a su hijo, maltrecho y herido, sale a su encuentro y lo recibe con los brazos abiertos. Lo perdona y le ofrece todo su cariño.

Él ama a todos por igual y nos pide que amemos a nuestros hermanos como Él lo hace. Éste ha sido el mensaje de Jesús, nuestro hermano, que dio su vida por nosotros hasta la última gota. El Padre nos ve con una sonrisa amplia y lo único que espera de nosotros es que el odio jamás entre en nuestro corazón.

«Oh Jesús, haz mi corazón semejante al Tuyo, o más bien transfórmalo en Tu propio corazón para que pueda sentir las necesidades de otros corazones y, especialmente, de los que sufren y están tristes» (Sor Faustina Kowlska, Diario, n. 514).

«Cada uno de nosotros podría ser ese siervo de la parábola que tiene que pagar una gran deuda, pero es tan grande que jamás podría lograrlo. También nosotros, cuando en el confesionario nos ponemos de rodillas ante el sacerdote, repetimos simplemente el mismo gesto del siervo. Decimos: «Señor, ten paciencia conmigo». ¿Han pensado alguna vez en la paciencia de Dios? Tiene tanta paciencia. En efecto, sabemos bien que estamos llenos de defectos y recaemos frecuentemente en los mismos pecados. Sin embargo, Dios no se cansa de ofrecer siempre su perdón cada vez que se lo pedimos. Es un perdón pleno, total, con el que nos da la certeza de que, aun cuando podemos recaer en los mismos pecados, él tiene piedad de nosotros y no deja de amarnos».

(Homilía de S.S. Francisco, 4 de agosto de 2016).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy, antes de ir a Misa, voy a dedicar un momento para examinar cómo he vivido esta semana; y si he ofendido a alguien o me he dejado llevar por la ira o el rencor, le voy a mandar un mensaje para pedirle perdón.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Dios nos habla en la Biblia como su autor

¿De qué cosas y cómo nos habla Dios en la Biblia? Cómo se fue componiendo la Biblia.

Por: Antonio Gracia | Fuente: Catholic.net

Dios habla a través de la Sagrada Escritura, que es la respuesta efectiva y plena a todos los problemas y preocupaciones de la humanidad. Una vez más, Dios es la respuesta. La Iglesia que Él se ha dignado fundar mantiene fielmente esta oportunidad de salvación ofrecida por el Señor: la Iglesia católica.

1. Dios nos habla en la Escritura como autor principal de ella

La Biblia es la «Palabra de Dios». Es su pensamiento expresado a través de sonidos humanos. Es su estilo de hablar a la humanidad. Dios escogió un pueblo, el pueblo de Israel, en el cual, a través de una larga historia, fue manifestando sus designios de salvación, por medio de los acontecimientos y las obras que Él fue disponiendo. Pero no solamente Dios habla a un grupo a través de su palabra; habla también al individuo, nos habla a cada uno de nosotros, para comunicarnos su mensaje de amor, de vida y de salvación personal. El Señor que nos invita, nos llama, se acerca a nosotros porque quiere comunicarnos algo: una enseñanza, un consejo, una frase de aliento o un regaño cuando no sabemos comprender a su bondad. Pero siempre es la palabra del Padre que se preocupa por sus hijos porque busca su bien y su felicidad.

2. ¿De qué cosas nos habla Dios en la Biblia?

Es muy difícil concretar la riqueza de su mensaje. Pero, en líneas generales abarca los siguientes temas:

a) Nos habla de sí mismo. En la Biblia, todas las páginas nos hablan de Dios. Pero no precisamente de un Dios lejano, estirado, juez, como pareciera a primera vista cuando leemos frases como: «Yo soy el que soy», «El Dios de poder», «El Señor de los ejércitos», etc., se trata de un Dios personal, vivo, cercano, providente, amoroso. Se trata, en una palabra de un Dios – Padre que se preocupa por nosotros y rige nuestros destinos en orden a nuestra felicidad temporal y eterna.

b) Nos habla del hombre, y nos dice que Él mismo lo creó formándolo «a imagen y semejanza suya». La palabra «imagen y semejanza» en hebreo significa, más que retrato, «reproducción». El hombre es imagen y semejanza de Dios porque participa, reproduciéndolas, de las bondades y cualidades divinas». «Lo has hecho – canta el salmo 8 –, poco menos que Dios, lo has coronado de gloria y honor, le diste el señorío sobre las obras de tus manos, todo lo has puesto debajo de sus pies». Todo eso es la esencia de la naturaleza humana. Claro que el hombre, a pesar de su grandeza y señorío, está revestido de carne débil; tiene inclinaciones que le invitan al pecado, al rebajamiento, al barro; y se rebaja, dando al traste con su grandeza. Entonces rompe las relaciones con Dios, se torna infiel a su amor. Pero el Señor no cesa de invitarle a que rehaga las relaciones perdidas. Ese es el drama humano a grandes rasgos que la Biblia nos muestra.

c) Nos habla de la naturaleza cuando nos dice, al abrir la Biblia, que «al principio creó Dios los cielos y la tierra». El mensaje no intenta dar de la creación una descripción científica, sino una información popular. Pero a pesar de esa intención sencilla, resulta todo un poema elocuente de la grandeza del Creador. Da gusto leer las primeras páginas de la Biblia en que el autor va descubriendo con pinceles maravillosos la obra creadora del mundo, para que veamos ya en esos párrafos el punto de partida del plan divino y de la historia de la Salvación.

d) Nos habla de la historia de la Salvación. Podríamos decir que toda la Biblia es fundamentalmente «la historia de la salvación». La historia de un pueblo que el mismo Dios escoge, para que a través de él vaya transmitiendo el mensaje salvador a toda la humanidad.

e) Nos habla de Jesucristo, el enviado de Dios al mundo, cuya misión principal es reconciliarnos con el Padre. El mismo Jesús le dirá a Nicodemo: «Tanto amó Dios al mundo, que le dio a su Hijo Único, para que todos los que crean en Él no perezcan, sino que tengan vida eterna» (Jn 3, 16). El Antiguo Testamento es una promesa de esta venida; el Nuevo Testamento nos manifiesta el cumplimiento de esta promesa. Por eso ambos Testamentos están íntimamente ligados entre sí.

f) 6. Nos habla del Reino de Dios. «He aquí, leemos en san Mateo 12, 28, que ha llegado a vosotros el Reino de Dios». Toda la misión salvífica del Mesías se concentra en la idea del Reino de Dios. Cristo viene a traernos ese Reino, que se hace presente en el mundo como un grano de mostaza (Mt 13, 31), como una levadura (Mt 13, 33), pero que llegará a su plenitud poco a poco al final de los tiempos. Más aún: Ese Reino no sólo está presente en el mundo, sino que «Ya está dentro de nosotros» (Lc 17, 21).

g) Nos habla también de la religión, de la gran lucha entre el bien y el mal, de las virtudes teologales y cardinales, del comportamiento del hombre, de la felicidad matrimonial, de la buena convivencia entre los hombres, etc. Cada libro de la Biblia plantea un tema distinto, interesante y apremiante. Pero no es un tema suelto o independiente de los demás.

3. ¿Cómo nos habla Dios en la Biblia?

Primero, Dios nos habla a través de los hombres. Dice el autor de la Carta a los Hebreos: «De una manera fragmentaria y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas; pero en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero de todo, por quien también hizo los mundos» (1, 1-2).

Segundo, expresando su mensaje en el lenguaje propio de los hombres para que puedan entenderlo. Es decir, Dios, al hablar a la humanidad, no emplea un lenguaje rebuscado. Su mensaje no surtiría ningún efecto. Emplea un lenguaje simple, de manera que hasta los menos cultos puedan captarlo. Por eso se sirve de las maneras de hablar, modismos y géneros literarios que los escritores y las gentes usaban en el tiempo en que Dios le comunicó su Palabra.

4. Cómo se fue componiendo la Biblia

¿Cómo se compusieron los libros de la Biblia? Los acontecimientos que el Pueblo de Dios fue viviendo desde sus orígenes se transmitían de viva voz por el mismo pueblo.

Se fueron completando con más interpretaciones con el correr del tiempo, para descubrir su verdadero sentido. Esta interpretación se hizo siempre a la luz de la fe.

Al principio, se ponían ocasionalmente por escrito. Pasado el tiempo, alguien recopiló los diversos escritos, las tradiciones orales y los otros documentos existentes, formando así una herencia común redactada para todo el pueblo. Esta redacción se convirtió finalmente en el libro definitivo que ahora conocemos.

Los textos no siempre quieren presentar reportajes en directo, ni narraciones históricas o científicas. Son reflexiones de la fe sobre las grandes cuestiones del hombre o sobre los problemas que golpean a la vida de la Comunidad en un determinado momento.

Estas reflexiones hacen avanzar la revelación a través de todo el Antiguo Testamento, hasta llegar a la plenitud en el Nuevo. Pero el misterio de todo este proceso está en que siempre actúa la asistencia del Espíritu Santo. Por eso, el libro es fruto de la acción humana y de la acción de Dios.

La Biblia no es un libro caído del cielo, como pretende serlo el Corán, libro santo de los que practican la religión creada por Mahoma: «No hay más Dios que Él, el poderoso, el sabio. Él es quien hizo bajar sobre ti el libro de Él» (Sura 3, 6-7).

La Biblia ha tenido una larga historia, cuya reconstrucción está llena de complejidades: no disponemos de fechas precisas y datos para todos los libros de la Sagrada Escritura.

Por otra parte, no hay que olvidar nunca el dato de la tradición oral: primero la tradición, después la Escritura; es más, la tradición se mantiene como realidad viva que interactúa con los escritos durante todo el periodo de la formación del Antiguo Testamento.

Incluso, después de haber sido puestos por escrito, la mayoría de los textos bíblicos continuaron siendo leídos, actualizados, profundizados: sólo al final, se consideró al Antiguo Testamento como algo finalmente terminado.

Etapas de la formación del Antiguo Testamento

Veamos ahora en este esquema las etapas de la formación del Antiguo Testamento:

a) El período de los patriarcas. El primer capítulo de la historia de Israel está ligado a tres generaciones (o tribus) de patriarcas arameos: Abraham, Isaac y Jacob (pertenecen al siglo XIX antes de Cristo, aproximadamente).

b) El Éxodo. Para la segunda gran «palabra de Dios» hemos de trasladarnos a los años 1250-1200 antes de Cristo. De un grupo de esclavos, Israel, a través de la gran «Pascua de liberación», pasa a convertirse en pueblo de Dios.

c) El periodo monárquico o de los reyes. Después de casi 200 años de lucha por la ocupación de la tierra de Canaán, sigue la larga experiencia de la monarquía (del año 1000 al año 587 antes de Cristo).

d) El Exilio o Deportación en Babilonia. El año 587 antes de Cristo cae Jerusalén y con ella se desmoronan los fundamentos de la historia de Israel: la dinastía de David, la libertad en la «tierra prometida», el templo de Jerusalén.

e) El período de judaísmo. Se llama así porque sólo un «resto» de los descendientes de Judá (hijo de Jacob y representante del Reino del Sur) vuelve a Jerusalén y a la tierra santa.

Fechas de composición

El Antiguo Testamento se escribe durante el largo periodo que va desde el reinado de Salomón, en el siglo X, hasta un siglo antes de Cristo.

El Nuevo Testamento,por su parte, se escribe desde unos veinte años después de la muerte de Cristo, en vida de la primera generación de cristianos hasta la muerte del último apóstol. Es decir, entre los años 50 y 100.

La Santa Biblia fue redactada por Profetas, sabios, poetas y apóstoles, durante catorce siglos, pero todos dirigidos e inspirados por Dios para que no escribieran ningún error espiritual. Los redactores más famosos de la Santa Biblia fueron: Moisés, el rey David, los profetas, Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel. Los cuatro evangelistas San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan y, por el apóstol San Pablo.

El lenguaje usado por los autores bíblicos

Si nos fijamos en nuestro estilo de hablar, veremos que una misma verdad la podemos expresar de múltiples maneras.

Corrientemente, no nos importa el modo, sino que vamos abiertamente a la verdad que queremos expresar. Por ejemplo, esta es la verdad que quiero comunicar: «estoy en una situación difícil que me hace deprimirme». Para expresarlo a un amigo, le digo: «Oye, estoy hecho polvo». No cabe duda que mi amigo me entiende perfectamente.

Otro ejemplo: un niño muere en un accidente. De este accidente son testigos el papá y la mamá que iban con el niño, el policía de tránsito y un señor extraño que pasaba por el lugar del siniestro.

Los papás, llevados por la impresión tremenda de que el muerto es su propio hijo, contarán con un realismo quizá exagerado hasta los últimos detalles del accidente.

El policía lo hará, probablemente, como quien relata un atentado policiaco. Está tan acostumbrado a presenciar escenas similares, que ya casi, una más, no le impresiona gran cosa.

Por su parte, el «señor extraño» que pasaba por allí y no tenía que ver nada con la cuestión, dirá las cosas sin dejarse llevar por la emoción.

¿Cómo la vamos a juzgar nosotros que no presenciamos el accidente?
Si nos referimos a los papás, diremos quizás que al hacer el relato fueron exagerados; del policía diremos que, como no se fijó bien, mintió; y del testigo casual diremos que, al no importarle lo sucedido, confesó cualquier cosa por salir del paso.

Todo esto está diciendo que a la hora de juzgar algo, hay que hacerlo teniendo en cuenta quien lo dice o escribe, e incluso las circunstancias del hecho sucedido.

El Concilio Vaticano II lo dice claramente: «Dios habla en la Escritura por medio de los hombres en lenguaje humano; por lo tanto, el intérprete de la Escritura, para conocer lo que Dios quiso comunicarnos, debe estudiar con atención lo que los autores querían decir y lo que Dios quería dar a conocer con dichas palabras. Para descubrir la intención del autor, hay que tener en cuenta, entre otras cosas, los géneros literarios» (La Divina Revelación, # 12).

Conclusión

Dios es el autor de la Biblia, Él nos habla en ella, nos da a conocer sus caminos de salvación y nos invita a encontrar la verdad en su Iglesia que Él funda.

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6 reglas que propone santa Hildegarda para mantener una buena salud

Shutterstock / Chamille White

Hierbas aromáticas almacenadas en botes.

A la santa benedictina Hildegarda de Bingen le fueron reveladas hace 850 años las causas de muchas enfermedades y sus tratamientos

Para Hildegarda, las enfermedades son señales que nos da nuestro cuerpo para indicarnos que hay algo en nuestra vida que no está en equilibrio y debemos buscar sus causas y tratarlas.

4 ámbitos a cuidar para estar en equilibrio y mantenernos sanos

Ella propone tratar las enfermedades de una manera integral para así alcanzar el equilibrio que necesitamos para estar sanos.

Plantea primero que debemos conocer las causas de la enfermedad a través de 4 ámbitos de la salud:

Espiritual: se trata de nuestra relación con Dios, si reconocemos que no podemos controlar todo lo que sucede sino que también depende de la voluntad divina.

Cósmico: es nuestra relación con la creación. Por un lado, con lo natural, es decir, la naturaleza, los animales y el medio ambiente. Por el otro, con el prójimo, o sea con nuestra familia, amigos, colegas.

Psíquico: en esta faceta se encuentran nuestras emociones, las virtudes y los vicios. La santa decía que en una persona virtuosa hay más salud y que en una persona viciosa hay más fuentes de enfermedad.

La santa decía que en una persona virtuosa hay más salud y que en una persona viciosa hay más fuentes de enfermedad.

Corporalestá centrado en la medicina convencional, por lo que se refiere a nuestra relación con la alimentación, los hábitos como el dormir, la actividad física y todo lo que respecta a nuestro cuerpo.

Para encontrar las respuestas, debemos empezar a conocernos mejor y hacernos preguntas sobre cómo es mi relación en estos 4 ámbitos. Por ejemplo: ¿duermo lo suficiente?, ¿estoy haciendo actividad física?, ¿me estoy alimentando saludablemente?, ¿tengo algún vicio?, ¿cuáles son mis virtudes?, ¿tengo una buena relación con mi familia?, ¿tengo una vida espiritual? y más.

Podemos hacerlo en un ambiente tranquilo, frente al Santísimo. Es una ocasión preciosa para hacer oración y pedirle a Dios que nos ayude a encontrar las causas de la enfermedad. Por supuesto, eso ha de ir acompañado siempre de la visita al profesional médico. Además, santa Hildegarda propone 6 reglas para ayudarnos a alcanzar un equilibrio en la salud.

  1. Usar remedios naturales: la Creación nos ha regalado increíbles tesoros, que hacen de remedios naturales. Contamos con distintas hierbas, árboles, incluso propone 150 remedios naturales a las enfermedades del estómago e intestino en un libro basado en la medicina hildegardiana del doctor Strehlow llamado «La salud del aparato digestivo según Santa Hildegarda» (LibrosLibres).
  1. Alimentos más sanos,elegir alimentos saludables y de forma consciente. Hay muchos alimentos que podemos seleccionar para comer de la Creación, como hortalizas, castañas, almendras, hígado, frutas, cereales como la espelta. Esa última es un cereal sumamente valorado por Hildegarda siendo un ingrediente común que usa en Mantener un equilibrio sano entre el trabajo y el descanso. Muchas veces pensamos que es más importante hacer algo más del trabajo que dedicarle el tiempo que necesita nuestro cuerpo para descansar correctamente y esto no es saludable. Con el tiempo puede hacernos enfermar.
  2. Equilibrio entre el sueño y la vigilia. Durante el sueño descansamos y nos reparamos, por lo tanto es vital y tan importante como respirar. Por esto se recomienda dormir entre 8 a 9 horas.
  3. Limpieza del cuerpo y el sistema inmunitario. Santa Hildegarda recomienda hacer en la semana alguna monodieta para poner el cuerpo en reposo evitando alimentos demasiado pesados, alternando sopa de espelta, compotas, pastas. Pero siempre es recomendable antes de iniciar cualquier restricción alimenticia consultar con el médico o nutricionista para que lo realice acorde a sus necesidades.
  4. Limpieza y fortalecimiento del alma mediante el ayuno. Para ella es fundamental el ayuno porque nos ayuda a tomar consciencia y ver con más claridad en qué nos estamos equivocando y descubrir cómo podemos mejorar nuestro hábitos para  mantener una buena salud física, psicológica y espiritual.
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