Luke 21:25-28, Luke 21:34-36
Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús les dice a sus discípulos que estén atentos. Hoy es el comienzo del tiempo de Adviento, un gran tiempo litúrgico de vigilancia, espera y vigilia.
¿Qué podemos hacer durante este tiempo de espera? ¿Cuáles son algunas prácticas que nosotros podríamos hacer para adentrarnos en la espiritualidad de Adviento?
Recomiendo especialmente la práctica católica de Adoración Eucarística. Pasar media hora o una hora en la presencia del Señor no es para querer lograr ni conseguir algo — no es para «llegar» a ninguna parte— más bien es una forma muy especial de espera espiritual.
Cuando estemos ante el Santísimo Sacramento, llevemos a Cristo los problemas o dilemas que nos han estado preocupando, y luego digamos: “Señor, estoy esperando que resuelvas esto, que me muestres la salida, el camino a seguir. He estado yendo y viniendo, planeando, preocupándome, pero ahora me pongo en tus manos”. Luego, durante este tiempo de Adviento, estemos atentos a las señales.
Además, cuando recen ante la Eucaristía, permitan que se intensifiquen sus deseos por las cosas de Dios; permitan que su corazón y alma se expandan. Oremos diciendo: “Señor, prepárame para recibir los regalos que me quieres dar”, o incluso, “Señor Jesús, sorpréndeme”.
Eloy, Santo
Obispo, 1 de diciembre
Fuente: Arquidiócesis de Madrid
Martirologio Romano: En Noyon, de Neustria, san Eloy, obispo, que siendo orfebre y consejero del rey Dagoberto, edificó monasterios y construyó monumentos a los santos con gran arte y elegancia, y más tarde fue elevado a las sedes de Noyon y Tournai, donde se dedicó con gran celo al trabajo apostólico († 660) .
Breve Biografía
El hijo de Euquerio y de Terrigia parece que desde el comienzo de su existencia estuvo bajo el signo de la predilección divina. Así lo asegura la leyenda de su vida. Despierto de inteligencia y hábil en el empleo de sus manos. Aprendiz de platero de los de antes, es decir, de los que tienen que martillear el metal para sacarle de las entrañas la figura que el artista tiene en su mente. Tanta destreza adquirió que el rey Clotario II, su hijo Dagoberto luego y su nieto Clovis II después, lo tuvieron como propio en la corte para los trabajos que en metales preciosos naturalmente necesitan los de sangre azul que viven en palacios y tienen que solventar compromisos sociales, políticos y hasta militares con sus iguales.
Pero lo que llamó poderosamente la atención de estos principales del país galo no fue sólo su arte.
Eso fue el punto de arranque. Luego fue el descubrimiento de su entera personalidad profundamente honrada. Un hombre cabal. De espíritu recto. Cristiano más de obras que de nombre. Piadoso en su soledad y coherente en la vida. Prudente en las palabras y ponderado en los juicios. Un sujeto poco frecuente en sus tiempos atiborrados de violencia.
El rey Dagoberto, considerando los pros y contras, pensó que era el hombre ideal para solucionar el antiguo contencioso que tenía con el vecino conde de Bretaña, lo envió como legado y acertó en la elección por el resultado favorable que obtuvo. No es extraño que Eloy o Eligio pasara a ser solicitado como consejero de la Corona.
Aparte de sus sinceros rezos privados y del reconocimiento de su indignidad ante Dios —cosa que le dignificaban como hombre—, supo compartir con los necesitados los dineros que recibía por su trabajo. Patrocinó la abadía de Solignac, a sus expensas nacieron otros en el Lemosin y, en París, la iglesia de San Pablo.
No es sorprendente que al morir el obispo de Noyon y de Tournay, el pueblo tuviera sensibilidad para desear el desempeño de esa misión a Eloy y, menos sorprendente aún, que el rey Clovis pusiera toda su influencia al servicio de esa causa. Casi hubo que forzarle a aceptar. Ordenado sacerdote y a continuación consagrado obispo, se dedicó a su misión pastoral con el mejor de los empeños en los diecinueve años que aún el Señor le concedió de vida. Fueron frecuentes las visitas pastorales, se mostró diligente en el trato con los sacerdotes, se tiene por ejemplar su disciplina de gobierno y esforzado en la superación de las dificultades para extender el Evangelio allí donde rebrotaba la idolatría pagana o echaban raíces los vicios de los creyentes. Hasta estuvo presente en el concilio de Chalons-sur-Seine, del 644.
Este artífice de los metales nobles y de las gemas preciosas que no se dejó atrapar por la idolatría a las cosas perecederas ha sido adoptado como patrono de los orfebres, plateros, joyeros, metalúrgicos y herradores. Ojalá los que asiduamente tienen entre sus manos las joyas que tanto ambicionan los hombres sepan sentirse atraídos por los bienes que no perecen.
Velar y orar
Santo Evangelio según san Lucas 21, 25-28. 34-36. Domingo I de Adviento
Por: David Mauricio Sánchez Mejía, LC | Fuente: somosrc.mx
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Gracias, Señor, por el don de la fe, de la esperanza y la caridad que me diste en el bautismo. Ayúdame a crecer en estas virtudes para que pueda prepararme bien y recibirte verdaderamente esta navidad.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 21, 25-28. 34-36
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Habrá señales prodigiosas en el sol, la luna y las estrellas. En la tierra, las naciones se llenarán de angustia y de miedo por el estruendo de las olas del mar. La gente se morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube, con gran poder y majestad. Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación. Estén alerta, para que los vicios, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida no entorpezcan su mente y aquel día los sorprenda desprevenidos; porque caerá de repente como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra. Velen, pues, y hagan oración continuamente, para que puedan escapar de todo lo que ha de suceder y comparecer seguros ante el Hijo del hombre».
Palabra del Señor
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
«Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».
Llegamos al primer domingo de Adviento y la Iglesia nos invita a preparar nuestro corazón para recibir al Salvador. Cada Navidad recordamos el nacimiento de Jesús, Dios que se hace hombre para redimirnos de nuestros pecados. Es Él quien, por amor, toma la decisión de hacerse niño, vivir una vida normal, y morir en la cruz, para mostrarnos el camino hacia Dios y enseñarnos el dolor tan grande que le causamos cuando le ofendemos.
Es un tiempo para meditar en el final, la venida del Hijo del hombre, y preguntarnos: «¿cómo me gustaría recibirlo?» Hace ya dos mil años que se escribió: «Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida»; y, sin embargo, estas mismas palabras se dirigen a nosotros. Es fácil dejarse llevar por los placeres del mundo, al fin y al cabo, a veces queremos huir de nuestros problemas y el placer es una vía fácil. Hoy, Jesús, con este Evangelio, nos invita a «velar y orar», a preparar nuestro corazón para su venida. Pero ¿cómo?
A través de su vida, Jesús nos enseñó el camino: «amaos los unos a los otros como yo os he amado»; y es que cuando hacemos algo por nuestros hermanos, por amor a Jesús, realmente se lo hacemos a Él: «a mí me lo hicisteis». Éste es el camino que tenemos que recorrer para recibirlo bien. ¿Tendremos la valentía para hacerlo?
«Velar no significa solamente no dormir, sino estar preparados. Aquí está, por lo tanto, el significado de ser sabios y prudentes: se trata de no esperar al último momento de nuestra vida para colaborar con la gracia de Dios, sino de hacerlo ya ahora. Sería hermoso pensar un poco: un día será el último. Si fuera hoy, ¿cómo estoy preparado, preparada? Debo hacer esto y esto… prepararse como si fuera el último día: esto hace bien».
(Homilía de S.S. Francisco, 12 de noviembre de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Reflexionar sobre los signos de los tiempos en mi vida, para hacer un buen plan para ayudar a alguien que realmente lo necesite.
Despedida
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
El Papa pide silencio y sobriedad durante el Adviento
I.Media – publicado el 11/12/23
«Vivir bien no significa llenarse de cosas inútiles, sino deshacerse de lo superfluo, para escarbar en lo más profundo de nosotros mismos», declaró el Papa Francisco durante el Ángelus
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«Si no se sabe callar, es difícil tener algo bueno que decir», dijo el Papa Francisco durante el Ángelus del 10 de diciembre de 2023. En este tiempo de Adviento previo a la Navidad, invitó a los cristianos a ser silenciosos y sobrios «en las palabras, en el uso de las cosas, de los medios de comunicación y de las redes sociales».
El Pontífice, que se recupera de una bronquitis, evocó la figura de San Juan Bautista ante los numerosos fieles y peregrinos presentes en la plaza de san Pedro. Juan Bautista es la «voz del que clama en el desierto», anunciando la venida de Cristo, dijo, citando al profeta Isaías.
El desierto, donde predicó el precursor y primo de Jesús, es el lugar del silencio y de lo esencial, explicó el Papa.
«Para avanzar en el camino de la vida, es necesario despojarse del ‘más’, porque vivir bien no significa llenarse de cosas inútiles, sino deshacerse de lo superfluo, para escarbar en lo más profundo de nosotros mismos, para captar lo que es verdaderamente importante ante Dios».
Silencio y sobriedad, esenciales para el cristiano
El Papa citó al poeta italiano Clemente Rebora, que dijo de su conversión: «La Palabra acalló mi parloteo». El silencio y la sobriedad, insistió, no son «deseos piadosos», sino «elementos esenciales de la vida cristiana».
Por último, el Pontífice invitó a todos a hacer «más fuertes» sus palabras, empeñándose en vivir en «silencio atento». De este modo, concluyó, podemos convertirnos en un «testigo cuyas palabras rebosan de su alma».
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Cáucaso, Tierra Santa, Ucrania
El Papa Francisco celebró, durante el Ángelus, el intercambio de un «número significativo de prisioneros» entre Azerbaiyán y Armenia. También invitó a rezar por las víctimas de las guerras, citando en particular a «la martirizada Ucrania», Palestina e Israel.
«Al acercarse la Navidad, ¿seremos capaces, con la ayuda de Dios, de dar pasos concretos en favor de la paz?», preguntó el Pontífice desde la ventana del Palacio Apostólico. Reconoció que la tarea es difícil, ya que los conflictos tienen a menudo «profundas raíces históricas», pero insistió en el testimonio dado por quienes «han trabajado con sabiduría y paciencia por una convivencia pacífica» en el pasado.
Pidió a todos que no escatimen esfuerzos para encontrar una solución a todos los conflictos, citando a «la martirizada Ucrania», Palestina e Israel. «Protejamos a los civiles, los hospitales y los lugares de culto, liberemos a los rehenes y garanticemos la ayuda humanitaria», pidió también.