María Reina, Santa
Memoria Litúrgica, 22 de agosto
María es Reina por ser Madre de Jesús, Rey del Universo
Martirologio Romano: Memoria de la Bienaventurada Virgen María, Reina, que engendró al Hijo de Dios, Príncipe de la paz, cuyo reino no tendrá fin, y que es saludada por el pueblo cristiano como Reina del cielo y Madre de misericordia.
El 22 de agosto celebramos a la Santísima Virgen María como Reina. María es Reina por ser Madre de Jesús, Rey del Universo.
Un poco de historia
La fiesta de hoy fue instituida por el Papa Pío XII, en 1955 para venerar a María como Reina igual que se hace con su Hijo, Cristo Rey, al final del año litúrgico. A Ella le corresponde no sólo por naturaleza sino por mérito el título de Reina Madre.
María ha sido elevada sobre la gloria de todos los santos y coronada de estrellas por su divino Hijo. Está sentada junto a Él y es Reina y Señora del universo.
María fue elegida para ser Madre de Dios y ella, sin dudar un momento, aceptó con alegría. Por esta razón, alcanza tales alturas de gloria. Nadie se le puede comparar ni en virtud ni en méritos. A Ella le pertenece la corona del Cielo y de la Tierra.
María está sentada en el Cielo, coronada por toda la eternidad, en un trono junto a su Hijo. Tiene, entre todos los santos, el mayor poder de intercesión ante su Hijo por ser la que más cerca está de Él.
La Iglesia la proclama Señora y Reina de los ángeles y de los santos, de los patriarcas y de los profetas, de los apóstoles y de los mártires, de los confesores y de las vírgenes. Es Reina del Cielo y de la Tierra, gloriosa y digna Reina del Universo, a quien podemos invocar día y noche, no sólo con el dulce nombre de Madre, sino también con el de Reina, como la saludan en el cielo con alegría y amor los ángeles y todos los santos.
La realeza de María no es un dogma de fe, pero es una verdad del cristianismo. Esta fiesta se celebra, no para introducir novedad alguna, sino para que brille a los ojos del mundo una verdad capaz de traer remedio a sus males.
La cruz apunta al cielo
Santo Evangelio según san Juan 6, 55. 60-69. Domingo XXI del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén. Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Permíteme acercarme a ti, Señor, no pensando en un Dios lejano, sino en un Padre en el que me puedo abandonar con la confianza de un niño, porque creo en tu gran amor por mí.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 6, 55. 60-69
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida”. Al oír sus palabras, muchos discípulos de Jesús dijeron: “Este modo de hablar es intolerable, ¿quién puede admitir eso?”.
Dándose cuenta Jesús de que sus discípulos murmuraban, les dijo: “¿Esto los escandaliza? ¿Qué sería si vieran al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da la vida; la carne para nada aprovecha. «Las palabras que les he dicho son espíritu y vida, y a pesar de esto, algunos de ustedes no creen». (En efecto, Jesús sabía desde el principio quienes no creían y quien lo habría de traicionar). Después añadió: Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede”. Desde entonces, muchos de sus discípulos se echaron para atrás y ya no querían andar con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: “¿También ustedes quieren dejarme?” Simón Pedro le respondió: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
El mundo de hoy está muy contaminado por los diversos problemas que diversas corrientes de pensamiento nos quiere vender. Los ideales de vida ya no son los mismos, la gente busca estar a la moda, busca el teléfono más moderno, la ropa de marca, la película, el artista o el deportista que es admirado… Tarde o temprano, el hombre reconoce que en su ideal se encuentra la felicidad, y que no se puede quedar en una felicidad tan fútil como las le presenta el mundo, la moda, los medios…, al alcance de la mano, pero sin auténtica trascendencia para su vida. El hombre, a lo largo de toda la historia, busca ver más alto, busca ver el origen de tantos bienes que se acaban, para encontrar el bien inagotable.
El problema es que el mundo actual tiene un serio problema, se le presentan una gran cantidad de bienes que tratan de sustituirte a ti, Señor. Tarde o temprano el hombre se da cuenta que las cosas a su alcance son efímeras, mientras que Tú eres eterno. Surge entonces una pregunta: ¿Por qué se escandalizan de ti?
Con gran motivo se han de escandalizar. Es en el escándalo de la cruz, que va en contra de todo lo que la sociedad moderna propone, en donde tenemos marcado el camino al cielo, es el mapa de ruta, la brújula del cielo. Tú eres el único Dios, y ese es el camino que nos has revelado y aunque todas las ideologías intentan suplirte, yo no me rendiré, Señor; no caeré en el escándalo, pues como san Pedro, yo también he experimentado que nada fuera de ti me va a dar la felicidad y la vida eterna.
«Si la razón de nuestro salir no es Él [Cristo] será fácil desanimarse en medio de la fatiga del camino, o frente a la resistencia de los destinatarios de la misión, o ante los cambiantes escenarios de las circunstancias que marcan la historia, o por el cansancio de los pies debido al insidioso desgaste causado por el enemigo. No forma parte de la misión ceder al desánimo cuando, quizás, habiendo pasado el entusiasmo de los inicios, llega el momento en el que tocar la carne de Cristo se vuelve muy duro. En una situación como esta, Jesús no alienta nuestros miedos. Y como bien sabemos que a ningún otro podemos ir, porque sólo Él tiene palabras de vida eterna, es necesario en consecuencia, profundizar nuestra elección».
(Homilía de S.S. Francisco, 7 de septiembre de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Dedicar un momento de adoración o una oración por todos los que, con sus ideologías, persiguen a la Iglesia. Además de pedir la sabiduría para saber defender los valores cristianos en mi ambiente.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cómo adaptar el lenguaje de hoy a la evangelización: Tres cambios fundamentales para el catequista
El padre Manuel María Bru ofrece dos claves para renovar el lenguaje de la evangelización y de la catequesis
¿Cómo llevar el mensaje del Evangelio a los alejados y a los jóvenes con un lenguaje que entiendan y de una manera que sea capaz de llamarles la atención?. Esta es una cuestión muy común a la que evangelizadores y catequistas se enfrentan de manera constante en una sociedad en constante cambio y ya secularizada, que ya no entiende el lenguaje religioso.
El propio Papa Francisco habla del anuncio de la Palabra que se da en la catequesis aunque destacando igualmente la necesidad de una “adecuada ambientación y una atractiva motivación”. Es precisamente aquí donde pretende arrojar luz el sacerdote Manuel María Bru, doctor en Periodismo, presidente de la Fundación Crónica Blanca y profesor en varias universidades.
En su nuevo libro Asombro y empatía (Ciudad Nueva) ofrece “dos claves para renovar el lenguaje de la evangelización y de la catequesis”. El libro ofrece algunas claves para una nueva evangelización cada vez más urgente.
La importancia del «asombro»
En primer lugar, Bru destaca la importancia del “asombro” en la evangelización, un lenguaje que lleve a recuperar “una verdadera catequesis de la experiencia, de iniciación y de conversión cristianas”.
Esta experiencia lleva a superar “una catequesis meramente doctrinal” que no entienden los que no han tenido la experiencia religiosa del asombro. Pero también debe ir más allá de aquella catequesis que para intentar conectar con el joven o el alejado no abre “una puerta a la experiencia del asombro ante Dios y de la conversión e Él”.
“Sólo es capaz de contagiar el asombro quien vive del asombro”, explica el autor.
Sin empatía la evangelización no cala
No menos importante que el asombro es la empatía, la forma de presentarse ante el otro para anunciar el Evangelio. No sólo es ofrecer esta Buena Nueva sino cómo ofrecerla. Es por ello por lo que el Papa Francisco habla de que es “bueno que puedan vernos como “alegres mensajeros”.
Es importante tener un lenguaje y una forma de transmitir que “conecte” con una sociedad que el autor define como “la cultura débil del tiempo posmoderno, de la sociedad de la información y, entre otras muchas cosas, líquida y desvinculada».
Un cambio en el lenguaje y en el enfoque
Atendiendo a esta cultura de hoy, la evangelización y sobre todo la catequesis necesitan un formato diferente al que se ha llevado a cabo durante décadas. El lenguaje religioso y el lenguaje de hoy necesitan cambiar los verbos. Hay que pasar de explicar, entender y aprender a otros “más adecuados a la naturaleza misma de la catequesis”.
Estos son los verbos a utilizar hoy que propone este libro:
1. Provocar e inquietarse
En primer lugar el catequista o cualquier cristiano tienen que “provocar” interrogantes e inquietudes vitales propias del anhelo religioso en el catecúmeno o en el alejado. La respuesta deseable por parte del destinatario de este mensaje sería el “inquietarse” ante una provocación que despierta una dimensión latente en este catecúmeno. Sin este paso, “difícilmente pueden darse los siguientes, menos aún si el planteamiento sigue siendo el de enseñar/aprender, pues, como expresa la parábola del sembrador, la semilla caería en piedra, no entraría en la entraña vital del evangelizado, y resbalaría”.
2. Promover y acoger
En este proceso catequético se pretende de manera paulatina “promover” una experiencia de Dios en la vida de la persona. En este caso, el catequista en particular y la comunidad cristiana en general tienen que ayudar, empujar y alentar este movimiento paulatino que está realizando el catecúmeno y que debe hacer suyo.
Por ello, no se trata tanto de enseñar como de promover ni de aprender como de acoger.
3. Asombrar y asombrarse
Esta debería ser el punto al que se debería llegar pero “no tanto como fase final del proceso, sino momentos en que el testigo es capaz de asombrar con su testimonio y el acompañado en el itinerario catequético es capaz de asombrarse”. Y es que sin asombro ante el Misterio de Dios, explica el autor, no hay verdadera experiencia religiosa y por tanto iniciación cristiana.
Por todo ello, el cristiano “debería identificarse ante todo por ser un asombrado, y como tal, alguien capaz de asombrar a quienes lo rodean”.
Mensaje del Papa por 200 aniversario del nacimiento de San Andrés Kim Taegon
A todos los fieles de «nuestra querida Corea del Sur en este día del Jubileo».
En su mensaje a la también comunidad coreana en Roma, el Papa elevó sus oraciones a Dios, por haber regalado al pueblo de Corea del Sur, en la persona de San Andrés Kim “un testimonio ejemplar de fe heroica y un incansable apóstol de la evangelización en tiempos difíciles, marcados por la persecución y el sufrimiento de ese pueblo”.
Andrés Kim Taegon, primer sacerdote católico coreano, junto con sus Compañeros, “mostró con alegre esperanza que el bien siempre prevalece, porque el amor de Dios triunfa sobre el odio (Mc 1,21)”. Un testimonio actual afirmó el Papa, pues también hoy, ante las múltiples “manifestaciones del mal que desfiguran el bello rostro del hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, es necesario redescubrir la importancia de la misión de todo bautizado, llamado a ser en todas partes un obrero de la paz y de la esperanza, dispuesto, como el buen samaritano, a inclinarse sobre las heridas de todos los que necesitan amor, ayuda o simplemente una mirada fraterna”.
Corea en tiempos de pandemia
El Papa aprovechó la ocasión para “para agradecer de todo corazón a toda la comunidad eclesial coreana su gran generosidad a la hora de apoyar la campaña de vacunación anti-covíd en favor de los países más pobres”.
“Su sensibilidad y atención a los miembros más débiles del Cuerpo de Cristo nos anima a servir a los demás y, al mismo tiempo, representa una fuerte invitación a un mayor compromiso con la causa de los últimos. Gracias”.
Trabajar por reconciliación Península Coreana
Por último, el Pontífice mencionó su encíclica Fratelli Tutti, «no hay un punto final en la construcción de la paz social de un país, sino que es «una tarea que no da tregua y que exige el compromiso de todos». (n. 232). Espero, dijo, que quienes trabajan por la reconciliación en la península coreana continúen con el renovado compromiso de ser buenos pacificadores, “animando a todos a entablar un diálogo respetuoso y constructivo para un futuro cada vez más brillante”.
Oración cristiana con la creación
Oración del Papa Francisco por la creación y publicada en la Carta Encíclica Laudato Si
Te alabamos, Padre, con todas tus criaturas, que salieron de tu mano poderosa.
Son tuyas,
y están llenas de tu presencia y de tu ternura. Alabado seas.
Hijo de Dios, Jesús,
por ti fueron creadas todas las cosas.
Te formaste en el seno materno de María, te hiciste parte de esta tierra,
y miraste este mundo con ojos humanos.
Hoy estás vivo en cada criatura
con tu gloria de resucitado. Alabado seas.
Espíritu Santo, que con tu luz
orientas este mundo hacia el amor del Padre y acompañas el gemido de la creación,
tú vives también en nuestros corazones para impulsarnos al bien.
Alabado seas.
Señor Uno y Trino,
comunidad preciosa de amor infinito,
enséñanos a contemplarte en la belleza del universo, donde todo nos habla de ti.
Despierta nuestra alabanza y nuestra gratitud por cada ser que has creado.
Danos la gracia de sentirnos íntimamente unidos con todo lo que existe.
Dios de amor,
muéstranos nuestro lugar en este mundo como instrumentos de tu cariño
por todos los seres de esta tierra,
porque ninguno de ellos está olvidado ante ti. Ilumina a los dueños del poder y del dinero
para que se guarden del pecado de la indiferencia, amen el bien común, promuevan a los débiles,
y cuiden este mundo que habitamos. Los pobres y la tierra están clamando:
Señor, tómanos a nosotros con tu poder y tu luz, para proteger toda vida,
para preparar un futuro mejor, para que venga tu Reino
de justicia, de paz, de amor y de hermosura. Alabado seas. Amén.
Tips para la seguridad de tu hijo en internet
Los expertos de Privacyrights nos ofrecen una guía de Recursos cibernéticos sobre la privacidad y la seguridad en Internet
No existen soluciones fáciles para asegurar que su hijo tenga una experiencia cibernética sin toparse con algunos peligros. Asimismo, no existen programas 100 por ciento confiables. En resumen, no puede sustituirse la supervisión de un adulto. La mejor manera de asegurar que las actividades cibernéticas de sus hijos sean positivas, es por medio de la comunicación con ellos.
A continuación presentamos los mejores consejos para proteger la privacidad y seguridad de sus hijos. Para conocer consejos adicionales, lea el resto de esta guía y familiarícese con la Sección 5 titulada “Recursos cibernéticos sobre la privacidad y la seguridad”.
Política sobre la privacidad. Lea las políticas sobre la privacidad que ofrecen los sitios que visitan sus hijos, y enseñe a sus hijos mayores a que hagan lo mismo. Los mejores sitios explican qué tipo de información colectan, el uso que le dan y si usted tiene opciones en tanto a permitirles o no que obtengan información sobre sus hijos.
Autorización. Si su hijo es menor de 13 años, usted tiene la opción de autorizar o negar a un sitio de internet la capacidad de recaudar información sobre su hijo o hija. Esto por ley federal (vea la Sección 2). Asegúrese de leer bien las políticas de privacidad antes de tomar esta decisión.
Sellos. Busque en la página principal un “sello de garantía” de privacidad como TRUSTe (www.truste.org). Para poder utilizar este sello, los sitios de internet deben someterse a auditorías relacionadas con sus políticas de privacidad. Asimismo, estos sellos proveen servicio en caso de que existan disputas.
La organización TRUSTe cuenta con un sello especial para niños menores de 13 años. La organización Council of Better Business Bureaus también cuenta con un programa de “sellos de garantía” (www.bbbonline.org).
Contratos. Anime a sus hijos, especialmente a los adolescentes, a que se responsabilicen del uso de internet. Hable con ellos. La comisión comercial Federal Trade Commission ofrece una sección con sugerencias sobre cómo comunicarse con sus hijos sobre este tema titulado “Site Seeing on the Internet” (www.ftc.gov/bcp/conline/pubs/online/sitesee.html).
El siguiente sitio, también para padres, ofrece información similar: www.getnetwise.org/tools/toolscontracts.php
Reglas de familia. Usted puede establecer reglas familiares sobre el uso de internet en casa. Los siguientes consejos son algunos de los que ofrece, en español, el centro de niños extraviados National Center for Missing and Exploited Children (www.missingkids.com):
Aconseje a sus niños que en los cuartos de “Chat” no den información que pueda identificarlos, como datos familiares, dirección, número telefónico o nombre de la escuela a la que asisten. Esta información no debe proveerse por medio de un correo electrónico a menos de que conozcan a la persona. Tampoco deben mandar fotos personales o de su familia sin su permiso. Lo mejor es que los niños utilicen nombres de pantalla o “screen names” diferentes a los que utilizan en su casa.
Explique a sus hijos que una contraseña jamás debe compartirse con alguien, ni siquiera con una persona que diga que trabaja para la compañía que provee el servicio de internet.
Adviértale a sus hijos que no deben responder a mensajes que amenacen, humillen o que sugieran algo que los incomode. Dígales que le informen sobre estos mensajes a usted.
Imponga reglas razonables para el uso de internet, incluyendo el tiempo límite. Esté pendiente del uso de la red a altas horas de la noche, ya que puede ser una bandera roja de que existe un problema.
Convierta el uso de internet en una actividad familiar. Sitúe la computadora en un cuarto familiar y no en la habitación del niño o niña.
Procure conocer a las “amistades” cibernéticas de sus hijos de la misma manera en que lo hace con otras amistades. Jamás permita una cita en persona entre su hijo y un desconocido sin que usted esté presente por lo menos durante el primer encuentro.
Explíqueles que las personas no necesariamente son lo que aparentan ser en línea. Alguien que aparenta ser una niña de 12 años puede ser un señor de 40.
También explíqueles que no todo lo que lean en línea es verdad. Por ejemplo, una oferta que aparente ser “demasiado buena para ser realidad”, dista de serlo.
Conozca los servicios de internet que utilizan sus hijos. Conozca maneras de canalizarlos a sitios de niños. Si usted no es un usuario hábil de la red, pídale a su hijo o hija que lo orienten en tanto al tipo de sitios que visitan. O mejor aún, tome una clase y aprenda a navegar usted mismo.
9 consejos del Papa para un matrimonio feliz
Tres parejas le formularon algunas preguntas al Santo Padre. aquí los nueve consejos que el Papa Francisco dio a los novios.
El 14 de febrero de 2014 el Vaticano se convirtió en la capital de los novios: miles de parejas de diferentes países abarrotaron la plaza de san Pedro para un encuentro con el Papa Francisco quien de ese modo quiso saludar y acompañar a todos aquellos que se preparan para el matrimonio. Tres parejas le formularon algunas preguntas al Santo Padre. He tematizado las respuestas y les ofrezco los nueve consejos que el Papa Francisco dio a los novios. Consejos ágiles, realistas y positivos que valen también para quienes ya están casados (la numeración y el titular antes de cada consejo es nuestro):
1. La casa se construye juntos
“el amor es una relación , entonces es una realidad que crece, y podemos incluso decir, a modo de ejemplo, que se construye como una casa. Y la casa se construye juntos, no solos. Construir significa aquí favorecer y ayudar el crecimiento. Queridos novios, vosotros os estáis preparando para crecer juntos, construir esta casa, vivir juntos para siempre.
No queréis fundarla en la arena de los sentimientos que van y vienen, sino en la roca del amor auténtico, el amor que viene de Dios. La familia nace de este proyecto de amor que quiere crecer como se construye una casa, que sea espacio de afecto, de ayuda, de esperanza, de apoyo. Como el amor de Dios es estable y para siempre, así también el amor que construye la familia queremos que sea estable y para siempre. Por favor, no debemos dejarnos vencer por la ‘cultura de lo provisional’. Esta cultura que hoy nos invade a todos, esta cultura de lo provisional. ¡Esto no funciona!”.
2. Cómo perder el miedo al “para siempre”: una cuestión de calidad
“¿cómo se cura este miedo del ‘para siempre’? Se cura día a día, encomendándose al Señor Jesús en una vida que se convierte en un camino espiritual cotidiano, construido por pasos, pasos pequeños, pasos de crecimiento común, construido con el compromiso de llegar a ser mujeres y hombres maduros en la fe. Porque, queridos novios, el «para siempre» no es sólo una cuestión de duración. Un matrimonio no se realiza sólo si dura, sino que es importante su calidad. Estar juntos y saberse amar para siempre es el desafío de los esposos cristianos. Me viene a la mente el milagro de la multiplicación de los panes: también para vosotros el Señor puede multiplicar vuestro amor y donarlo a vosotros fresco y bueno cada día. ¡Tiene una reserva infinita de ese amor! Él os dona el amor que está en la base de vuestra unión y cada día lo renueva, lo refuerza. Y lo hace aún más grande cuando la familia crece con los hijos”.
3. La oración que deben rezar los novios y de los esposos
“En este camino es importante y necesaria la oración, siempre. Él para ella, ella para él y los dos juntos. Pedid a Jesús que multiplique vuestro amor. En la oración del Padrenuestro decimos: ‘Danos hoy nuestro pan de cada día’. Los esposos pueden aprender a rezar también así: ‘Señor, danos hoy nuestro amor de cada día’, porque el amor cotidiano de los esposos es el pan, el verdadero pan del alma, el que les sostiene para seguir adelante. Y la oración: ¿podemos ensayar para saber si sabemos recitarla? ‘Señor, danos hoy nuestro amor de cada día’. Ésta es la oración de los novios y de los esposos. ¡Enséñanos a amarnos, a querernos! Cuanto más os encomendéis a Él, tanto más vuestro amor será «para siempre», capaz de renovarse, y vencerá toda dificultad”.
4. Aprender a pedir permiso
“¿Puedo, permiso?”. Es la petición gentil de poder entrar en la vida de otro con respeto y atención. Es necesario aprender a preguntar: ¿puedo hacer esto? ¿Te gusta si hacemos así, si tomamos esta iniciativa, si educamos así a los hijos? ¿Quieres que salgamos esta noche?… En definitiva, pedir permiso significa saber entrar con cortesía en la vida de los demás. Pero escuchad bien esto: saber entrar con cortesía en la vida de los demás. Y no es fácil, no es fácil. A veces, en cambio, se usan maneras un poco pesadas, como ciertas botas de montaña. El amor auténtico no se impone con dureza y agresividad. En las Florecillas de san Francisco se encuentra esta expresión: ‘Has de saber, hermano carísimo, que la cortesía es una de las propiedades de Dios… la cortesía es hermana de la caridad, que extingue el odio y fomenta el amor’ (Cap. 37). Sí, la cortesía conserva el amor. Y hoy en nuestras familias, en nuestro mundo, a menudo violento y arrogante, hay necesidad de mucha más cortesía. Y esto puede comenzar en casa”.
5. Aprender a decir gracias
“Gracias”. Parece fácil pronunciar esta palabra, pero sabemos que no es así. ¡Pero es importante! La enseñamos a los niños, pero después la olvidamos. La gratitud es un sentimiento importante: ¿recordáis el Evangelio de Lucas? Una anciana, una vez, me decía en Buenos Aires: ‘la gratitud es una flor que crece en tierra noble’. Es necesaria la nobleza del alma para que crezca esta flor. ¿Recordáis el Evangelio de Lucas? Jesús cura a diez enfermos de lepra y sólo uno regresa a decir gracias a Jesús. Y el Señor dice: y los otros nueve, ¿dónde están? Esto es válido también para nosotros: ¿sabemos agradecer? En vuestra relación, y mañana en la vida matrimonial, es importante tener viva la conciencia de que la otra persona es un don de Dios, y a los dones de Dios se dice ¡gracias!, siempre se da gracias. Y con esta actitud interior decirse gracias mutuamente, por cada cosa. No es una palabra gentil que se usa con los desconocidos, para ser educados. Es necesario saber decirse gracias, para seguir adelante bien y juntos en la vida matrimonial.
6. Aprender a pedir perdón
“En la vida cometemos muchos errores, muchas equivocaciones. Los cometemos todos. Pero tal vez aquí hay alguien que jamás cometió un error. Levante la mano si hay alguien allí, una persona que jamás cometió un error. Todos cometemos errores. ¡Todos! Tal vez no hay un día en el que no cometemos algún error. La Biblia dice que el más justo peca siete veces al día. Y así cometemos errores… He aquí entonces la necesidad de usar esta sencilla palabra: «perdón». En general, cada uno de nosotros es propenso a acusar al otro y a justificarse a sí mismo. Esto comenzó con nuestro padre Adán, cuando Dios le preguntó: ‘Adán ¿tú has comido de aquel fruto? ‘. ‘¿Yo? ¡No! Es ella quien me lo dio». Acusar al otro para no decir ‘disculpa’, ‘perdón’. Es una historia antigua. Es un instinto que está en el origen de muchos desastres. Aprendamos a reconocer nuestros errores y a pedir perdón. ‘Perdona si hoy levanté la voz’; ‘perdona si pasé sin saludar’; ‘perdona si llegué tarde’, ‘si esta semana estuve muy silencioso’, ‘si hablé demasiado sin nunca escuchar’; ‘perdona si me olvidé’; ‘perdona, estaba enfadado y me la tomé contigo’.
Podemos decir muchos ‘perdón’ al día. También así crece una familia cristiana. Todos sabemos que no existe la familia perfecta, y tampoco el marido perfecto, o la esposa perfecta. No hablemos de la suegra perfecta… Existimos nosotros, pecadores. Jesús, que nos conoce bien, nos enseña un secreto: no acabar jamás una jornada sin pedirse perdón, sin que la paz vuelva a nuestra casa, a nuestra familia. Es habitual reñir entre esposos, porque siempre hay algo, hemos reñido. Tal vez os habéis enfadado, tal vez voló un plato, pero por favor recordad esto: no terminar jamás una jornada sin hacer las paces. ¡Jamás, jamás, jamás! Esto es un secreto, un secreto para conservar el amor y para hacer las paces. No es necesario hacer un bello discurso. A veces un gesto así y… se crea la paz. Jamás acabar… porque si tú terminas el día sin hacer las paces, lo que tienes dentro, al día siguiente está frío y duro y es más difícil hacer las paces. Recordad bien: ¡no terminar jamás el día sin hacer las paces! Si aprendemos a pedirnos perdón y a perdonarnos mutuamente, el matrimonio durará, irá adelante. Cuando vienen a las audiencias o a misa aquí a Santa Marta los esposos ancianos que celebran el 50° aniversario, les pregunto: «¿Quién soportó a quién?» ¡Es hermoso esto! Todos se miran, me miran, y me dicen: ‘¡Los dos!’ Y esto es hermoso. Esto es un hermoso testimonio”.
7. Ver el matrimonio como una fiesta
“el matrimonio es una fiesta, una fiesta cristiana, no una fiesta mundana. El motivo más profundo de la alegría de ese día nos lo indica el Evangelio de Juan: ¿recordáis el milagro de las bodas de Caná? A un cierto punto faltó el vino y la fiesta parecía arruinada. Imaginad que termina la fiesta bebiendo té. No, no funciona. Sin vino no hay fiesta. Por sugerencia de María, en ese momento Jesús se revela por primera vez y hace un signo: transforma el agua en vino y, haciendo así, salva la fiesta de bodas.
Lo que sucedió en Caná hace dos mil años, sucede en realidad en cada fiesta de bodas: lo que hará pleno y profundamente auténtico vuestro matrimonio será la presencia del Señor que se revela y dona su gracia. Es su presencia la que ofrece el «vino bueno», es Él el secreto de la alegría plena, la que calienta verdaderamente el corazón. Es la presencia de Jesús en esa fiesta. Que sea una hermosa fiesta, pero con Jesús. No con el espíritu del mundo, ¡no! Esto se percibe, cuando el Señor está allí”.
8. Las bodas deben ser sobrias
“que vuestro matrimonio sea sobrio y ponga de relieve lo que es verdaderamente importante. Algunos están más preocupados por los signos exteriores, por el banquete, las fotos, los vestidos y las flores… Son cosas importantes en una fiesta, pero sólo si son capaces de indicar el verdadero motivo de vuestra alegría: la bendición del Señor sobre vuestro amor. Haced lo posible para que, como el vino de Caná, los signos exteriores de vuestra fiesta revelen la presencia del Señor y os recuerden a vosotros y a todos los presentes el origen y el motivo de vuestra alegría”.
9. El matrimonio supone un trabajo de los dos
“El matrimonio es también un trabajo de todos los días, podría decir un trabajo artesanal, un trabajo de orfebrería, porque el marido tiene la tarea de hacer más mujer a su esposa y la esposa tiene la tarea de hacer más hombre a su marido. Crecer también en humanidad, como hombre y como mujer. Y esto se hace entre vosotros. Esto se llama crecer juntos. Esto no viene del aire. El Señor lo bendice, pero viene de vuestras manos, de vuestras actitudes, del modo de vivir, del modo de amaros. ¡Hacernos crecer! Siempre hacer lo posible para que el otro crezca. Trabajar por ello. Y así, no lo sé, pienso en ti que un día irás por las calles de tu pueblo y la gente dirá: ‘Mira aquella hermosa mujer, ¡qué fuerte!…’. ‘Con el marido que tiene, se comprende’. Y también a ti: ‘Mira aquél, cómo es’. ‘Con la esposa que tiene, se comprende’. Es esto, llegar a esto: hacernos crecer juntos, el uno al otro. Y los hijos tendrán esta herencia de haber tenido un papá y una mamá que crecieron juntos, haciéndose —el uno al otro— más hombre y más mujer”.
El Papa: “Necedad” es buscar milagros o sabiduría mundana
Antoine Mekary | ALETEIA
En el Ángelus del Domingo recuerda el misterio de la Eucaristía: “Hoy también la revelación de Dios en la humanidad de Jesús puede causar escándalo”. El Papa Francisco invitó a abandonar los sueños de grandeza y de poder para entender el misterio de la Eucaristía y de la Encarnación de Cristo. Además señaló la «necedad» de quien busca a Jesús en los milagros o en la sabiduría mundana.
A las 12 horas de hoy, 22 de agosto de 2021, el Papa Francisco se asomó a la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano para rezar el Ángelus con los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro.
El Papa comentó el Evangelio de la liturgia de hoy (Jn 6, 60-69) sobre la reacción de la multitud y de los discípulos al discurso de Jesús después del milagro de los panes.
«Señor, ¿a quién iremos?
Jesús «es el verdadero pan bajado del cielo, el pan de vida; y ha revelado que el pan que Él dará es su carne y su sangre».
«Estas palabras suenan duras e incomprensibles a los oídos de la gente», advierte, tanto que, «muchos discípulos» dejan de seguir al Maestro (vv. 60.66).
Y recuerda, entonces, las preguntas de Jesús a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?». (v. 67), y Pedro, en nombre de todo el grupo, confirma la decisión de estar con Él: «Señor, ¿a quién iremos?
Tú tienes palabras de vida eterna y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios» (Jn 6,68-69). ¡Es una bella confesión de fe!
Detengámonos brevemente en la actitud de quienes se retiran, se vuelven atrás y deciden no seguir más a Jesús ¿De dónde surge esta incredulidad? ¿Cuál es el motivo de este rechazo?», cuestionó.
El gran escándalo
El Papa sostuvo que las palabras de Jesús suscitan un gran escándalo. Dios ha elegido «realizar la salvación en la debilidad de la carne humana. El misterio de la encarnación”, anotó.
“La encarnación de Dios es lo que causa escándalo y lo que para esas personas, pero a menudo también para nosotros, representa un obstáculo”.
Sueños de poder y de grandeza
El Papa instó a no buscar a Dios «en sueños e imágenes de grandeza y poder, sino que debemos reconocerlo en la humanidad de Jesúsy, en consecuencia, en la de los hermanos y hermanas que encontramos en el camino de la vida”.
El Papa recordó el ‘credo’, la oración que también se reza el día de Navidad y de la Anunciación, para “arrodillarnos” de frente al “misterio de la encarnación”.
“Dios se hizo carne y sangre: se rebajó a ser hombre como nosotros, se humilló hasta cargar sobre sí nuestros sufrimientos y nuestro pecado, y, por tanto, nos pide que lo busquemos no fuera de la vida y de la historia, sino en la relación con Cristo y con los hermanos”.
Por ello, el Papa invita a buscar a Jesús en la vida, en la historia, en la cotidianidad porque este – dijo- “es el camino para encontrar a Dios; la relación con Cristo y los hermanos”.
La necedad
Asimismo, advirtió sobre la “necedad» de buscar cosas efímeras y no a Dios.
“Hoy también la revelación de Dios en la humanidad de Jesús puede causar escándalo y no es fácil de aceptar. Esto es lo que san Pablo llama la «necedad» del Evangelio frente a quienes buscan los milagros o la sabiduría mundana (cf. 1 Co 1, 18-25).
La Eucaristía
En su predicación el Papa indicó el “escándalo» que «está bien representado por el sacramento de la Eucaristía«
Luego preguntó: «¿qué sentido puede tener, a los ojos del mundo, arrodillarse ante un pedazo de pan? ¿Por qué debemos comer este pan con asiduidad?»
«Ante el prodigioso gesto de Jesús que alimenta a miles de personas con cinco panes y dos peces, todos lo aclaman y quieren llevarlo en triunfo.
Pero cuando Él mismo explica que ese gesto es signo de su sacrificio, es decir, del don de su vida, de su carne y de su sangre, y que quien quiera seguirlo debe asimilarlo a Él, debe asimilar su humanidad entregada por Dios y por los demás, entonces no, este Jesús ya no va bien”.
Jesús pone en crisis
El Papa afirmó que este Jesús pone en Crisis a quien no entiende el sacrificio detrás de su sacrificio en el misterio de la Eucaristía.
“Queridos hermanos, no nos extrañemos si Jesucristo nos pone en crisis. Al contrario, preocupémonos si no nos pone en crisis, ¡porque quizás hayamos aguado su mensaje! Y pidamos la gracia de dejarnos provocar y convertir por sus «palabras de vida eterna».
Que María Santísima, que llevó en su carne a su Hijo Jesús y se unió a su sacrificio, nos ayude a dar siempre testimonio de nuestra fe con la vida concreta”, concluyó.
Preocupémonos si Jesús no nos pone en crisis, dice el Papa: «¡Quizá hayamos aguado su mensaje!»
Antes de rezar el Angelus, Francisco recordó que la verdad de la Encarnación escandalizó a muchos en tiempos de Jesús y sigue haciéndolo hoy.
Muchos discípulos de Jesús, incluso tras el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, dejaron de seguirle cuando Él invitó a la multitud a creer que es Él era el verdadero pan bajado del cielo, y que el pan que Él daría era su carne y su sangre.
¿Por qué esta incredulidad?, se preguntó Francisco este domingo al comentar el Evangelio del día antes de rezar el Ángelus en la Plaza de San Pedro: “Las palabras de Jesús causan gran escándalo: está diciendo que Dios ha elegido manifestarse y realizar la salvación en la debilidad de la carne humana. La encarnación de Dios es lo que da lugar al escándalo y es un obstáculo para estas personas, pero a menudo también para nosotros”, explicó el Papa.
Luego Nuestro Señor amplió lo que había dicho, porque si el verdadero pan de salvación, que transmite la vida eterna, es su propia carne, entonces para entrar en “comunión con Dios, antes de observar las leyes o cumplir los preceptos religiosos, hay que vivir una relación real y concreta con Él”.
Esto significa, continuó, «que no debemos perseguir a Dios en sueños e imágenes de grandeza y poder, sino que debemos reconocerlo en la humanidad de Jesús y, en consecuencia, en los hermanos que nos pasan de lado por el camino de la vida… Dios se hizo de carne y hueso: se rebajó para hacerse hombre como nosotros, se humilló hasta asumir nuestro sufrimiento y nuestro pecado, y nos pide que lo busquemos, por tanto, no fuera de la vida y de la historia, sino en nuestra relación con Cristo y con nuestros hermanos”.
Fieles en la Plaza de San Pedro este domingo para el Ángelus.
Tampoco hoy es «fácil de aceptar» para muchos la revelación de Dios en la humanidad de Jesús: «Es lo que San Pablo llama la ‘necedad’ del Evangelio frente a los que buscan milagros o sabiduría mundana. Y esta ‘escandalosidad’ está bien representada por el sacramento de la Eucaristía”.
En efecto, se preguntó, «¿qué sentido puede tener, a los ojos del mundo, arrodillarse ante un trozo de pan? ¿Por qué alimentarse asiduamente de este pan?».
Por eso el Papa animó a los cristianos a no extrañarnos “si Jesucristo nos pone en crisis»: «Al contrario», concluyó, «preocupémonos si no nos pone en crisis, ¡porque quizás hayamos aguado su mensaje! Y pidamos la gracia de dejarnos provocar y convertir por sus ‘palabras de vida eterna’”.
¿Por qué los católicos llaman Reina a la Virgen María?
George Martell-cc
Tiene que ver en parte con los antiguos reinos judíos…
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A la Santísima Virgen María se la llama repetidamente en la Iglesia católica «Reina» y a menudo «Reina del Cielo y de la Tierra». ¿Por qué?
En primer lugar, el Catecismo afirma:
«La Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo y enaltecida por Dios como Reina del universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los señores y vencedor del pecado y de la muerte» (CCC 966).
Así María es reconocida como Reina del cielo y la tierra, y un día de fiesta el 22 de agosto está dedicado a su realeza.
Andreas F. Borchert | CC BY-SA 4.0
Más allá de eso, sin embargo, María es llamada reina debido a una antigua tradición que se remonta a la época del rey David. Así lo explica el teólogo Colin B. Donovan:
«En la monarquía del Antiguo Testamento la Reina del Reino de David era la Reina Madre. Los reyes, por razones de estado y de debilidad humana, tenían muchas esposas, ninguna de las cuales podía llamarse reina. Ese honor estaba reservado a la madre del rey, cuya autoridad superaba con creces a las muchas «reinas» casadas con el rey. Vemos que este es el papel que Betsabé jugó respecto al Rey Salomón y las ocasiones en que la Reina Madre actuó como regente en nombre de los sucesores juveniles al trono «.
Hay referencias a la reina madre en el Antiguo Testamento, por ejemplo en el Segundo Libro de Reyes:
«Entonces el rey Joaquín, junto con sus consejeros, nobles y oficiales, y la reina madre, se rindieron a los babilonios» (2 Reyes 24,12).
La reina madre en el Reino Davídico, oía las súplicas del pueblo y las llevaba al rey para su consideración.
¿No es esto exactamente lo que hace la Virgen María, como Reina del Cielo y de la Tierra?
Una corona…
Por estas razones, la Iglesia siempre ha visto a María como una reina sentada junto a su Hijo en el Cielo.
A lo largo de los siglos, el arte cristiano ha destacado esta creencia poniendo una corona en su cabeza tanto en la iconografía oriental como en el arte occidental tradicional.
Fr Lawrence Lew O.P/Flickr
También se desarrolló durante años la tradición de coronar a María con una corona de flores durante el mes de mayo.
Esto a menudo lo hacen los que reciben la Primera Comunión en muchas parroquias, y rinden honores a María ese mes como a nuestra querida Madre y Reina.
Una oración
El Regina Caeli (Reina del cielo) es una oración tradicional que la Iglesia reza especialmente durante el tiempo pascual. Aquí, el bonito texto del Regina Caeli, que llama al reino de María y pide su poderosa intercesión:
- Alégrate, Reina del cielo; aleluya.
- Porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya.
- Ha resucitado, según predijo; aleluya.
- Ruega por nosotros a Dios; aleluya.
- Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya.
- Porque ha resucitado Dios verdaderamente; aleluya.
Oración
Oh Dios que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al mundo, concédenos que por su Madre, la Virgen María, alcancemos el gozo de la vida eterna. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor.
- Amén.
Mira aquí 25 preciosas alabanzas que los santos dedicaron a la Reina: