FESTIVIDAD DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS
En la solemnidad de ayer hablábamos amados hermanos y hermanas de un horizonte de plenitud, porque nuestra mirada se dirigía a todos aquellos que por su santidad, anónima o no, disfrutaban de la plenitud de Dios. Hoy en cambio recordamos a los fieles difuntos y nuestra celebración quizás se queda un paso atrás. De los fieles difuntos no afirmamos rotundamente su comunión con Dios como podemos hacer con los santos, sino que, más conscientes de sus vidas, de su debilidad, oremos por ellos… para que sí, para que lleguen a unirse a todos los santos del cielo. Evidentemente que las dos celebraciones están muy ligadas, pero la liturgia de hoy, recordando a los difuntos, nos llama preferentemente a una actitud de oración, de esperanza, de confianza.
Todos hemos pasado por la experiencia de la muerte de una persona querida. También nosotros como miembros de la COMUNIDAD DE JESUS, aunque esto de los funerales va aumentando con la edad. Estos momentos de despedida, ¿no son siempre un momento para hacer balance? ¿Para pensar en la vida? ¿Para pensar cómo amamos? Y algunos, ya mayores, quizás pensamos en nuestra vida porque toda muerte nos hace pensar que sólo tenemos una vida.
El salmo responsorial nos ayuda a entrar en esta tranquila reflexión que la liturgia de hoy nos propone. El salmo nos habla de la presencia de Dios en nuestra vida: Un Dios que alumbra, que salva, que es un muro que protege. Un Dios que sabe que no hemos llegado, que estamos en camino, pero que avanzamos, que nos dice: Llegar ante vosotros es lo que quiero.
Un Dios al que nosotros decimos que queremos estar en su casa. Estos días cuando debo recibir tantas y tan malas noticias, les digo que Dios nos ha hecho el don de este lugar de PAX, porque lo velamos y nos permite ser testigos de la alegría de quienes vienen a esta su Casa. Siéntase también parte de esta alegría con todas las SISTERS, HERMANAS Y HERMANOS comunitarios y simpatizantes que también se unen en la casa de Dios y de Santa María y que son una parte importante, de todo el Amor que en PAX se recibe y que haga feliz a tanta gente.
Y ese salmo que dice todas estas cosas que parecen más relacionadas con la vida que con la muerte acaba diciendo: Disfrutaré en la vida eterna de la bondad que me tiene el Señor…
En mi tierra catalana rezamos dos versiones de este versículo: Una dice “disfrutaré en la vida eterna” y la otra “disfrutaré en esta vida” de la bondad que me tiene el Señor. Pregunté una vez a un teólogo entendido qué versión era la buena y me respondió: las dos, porque vida sólo hay una: la que vivimos aquí y la del más allá son la misma. Y por eso el mensaje de este salmo podría ser que todo lo que vivimos y que podemos controlar hoy afectará a la vida eterna, que es una verdad fundamental, esencial e irrenunciable de nuestra fe. Y por eso oramos por los difuntos, porque sabemos que no fueron perfectos aquí, cuando estaban con nosotros y todo lo que imaginamos del más allá, lo imaginamos en la esperanza y en la fe.
Como cristianos, tanto nuestra vida hoy como nuestra esperanza de resucitar, debe estar centrada en Jesucristo. Cuando Jesucristo vivía entre la gente, antes de su muerte nos dijo muchas cosas útiles para vivir plenamente, las podríamos resumir diciendo que dijo que quisiéramos a Dios y nos amáramos unos a otros. Como lo mencionaba el domingo pasado con palabras de su Santidad el Papa Francisco.
¡No, dijo esto y se fue! Lo más interesante, lo que más nos ayuda a seguir sus palabras no es que sean muy inteligentes, muy profundas o siempre acertadas en cada una de las situaciones que se encontró; todo esto es verdad, pero lo más importante es que, después de morir, resucitó. Esto significa que se hizo presente y sigue presente entre nosotros y llama a todos a vivir como él vivió, para después poder seguir viviendo con él en la vida que nunca se acaba.
Este estar presente de Jesús resucitado después de su muerte, le explica muy bien el evangelio de los discípulos de Emaús. Estos discípulos están frustrados. Todo lo que Jesús había enseñado parece que ya no tiene sentido, teniendo en cuenta su muerte en cruz y su desgracia pública. Es curioso: sus palabras son las mismas que entusiasmaban a la multitud, se recuerdan sus actos y sus curaciones, pero ahora no provocan entusiasmo, más bien provocan que estos dos discípulos se marchen hacia otro lado, en dirección contraria. Se van incluso escuchando ya un primer mensaje de la resurrección, pero sin haberlo creído… “algunas mujeres han dicho…”; pero total, quien puede hacer caso de algunas mujeres en algo tan serio… Con todo, Jesús se hace presente, sin reconocerlo, camina con ellos en su misma dirección, a pesar de ser contraria a la del lugar de su Resurrección y de su mínima e incipiente comunidad de creyentes. Y caminando con ellos, va hablando, va contando hasta que en el momento de compartir el pan, lo reconocen. Entonces todo tiene sentido: sus vidas, las palabras de Jesús, ¡incluso lo que habían dicho las mujeres! A partir de aquí la vida de estos discípulos como la de todos los demás que hemos venido detrás, será acompañada de la presencia de Jesús resucitado y de la esperanza de reunirnos con él en nuestra resurrección.
La diferencia que aporta la vida cristiana a una filosofía de vida es esa intimidad que Cristo resucitado nos hace posible con Él, por su Espíritu Santo enviado y en la comunión de Dios Padre, por todos los días de la vida única. Ésta y la futura.
Por eso hoy oramos por los difuntos, para que se cumpla su bautismo, para que su vida en Jesucristo aquí, tenga la continuidad y la plenitud de la comunión con Dios en la eternidad. Este último año nuestra comunidad ha rogado que esta realidad de vida plena fuera verdad por nuestro hermano el que murió el pasado octubre, después de años de ser miembro de la COMUNIDAD DE JESUS y haber comulgado en PAX el día que el amor lo llamara a la casa del Padre . A la esperanza de que Dios, por su misericordia, le haya perdonado y acogido, añadimos la acción de gracias por sus muchos ejemplos de piedad, paciencia, poca discreción y fe. Sí. Nuestros hermanos difuntos también pueden sernos, por su ejemplo, una exigencia para nosotros hoy, porque encarnan maneras de amar a Dios y al prójimo. Dejémonos inspirar por ellos.
Los discípulos de Emaús reconocieron a Jesús resucitado al partir el pan. En cada eucaristía el Señor nos da esa posibilidad porque se hace presente. Pongamos toda nuestra atención para reconocerlo vivo entre nosotros con todas sus consecuencias.
SAN MARTIN DE PORRES
Religioso dominico, peruano
Martirologio Romano: San Martín de Porres, religioso de la Orden de Predicadores, hijo de un español y de una mujer de raza negra, quien, ya desde niño, a pesar de las limitaciones provenientes de su condición de hijo ilegítimo y mulato, aprendió la medicina que, después, siendo religioso, ejerció generosamente en Lima, ciudad del Perú, a favor de los pobres. Entregado al ayuno, a la penitencia y a la oración, vivió una existencia austera y humilde, pero irradiante de caridad († 1639).
Fecha de beatificación: 29 de octubre de 1837 por el Papa Gregorio XVI
Fecha de canonización: 6 de mayo de 1962 por S.S. Juan XXIII
Breve Biografía
El racismo, esa distinción que hacemos los hombres distinguiendo a nuestros semejantes por el color de la piel es algo tan sinsentido como distinguirlos por la estatura o por el volumen de la masa muscular. Y lo peor no es la distinción que está ahí sino que ésta lleve consigo una minusvaloración de las personas -necesariamente distintas- para el desempeño de oficios, trabajos, remuneraciones y estima en la sociedad. Un mulato hizo mayor bien que todos los blancos juntos a la sociedad limeña de la primera mitad del siglo XVII.
Fue hijo bastardo del ilustre hidalgo -hábito de Alcántara- don Juan de Porres, que estuvo breve tiempo en la ciudad de Lima. Bien se aprecia que los españoles allá no hicieron muchos feos a la población autóctona y confiemos que el Buen Dios haga rebaja al juzgar algunos aspectos morales cuando llegue el día del juicio, aunque en este caso sólo sea por haber sacado del mal mucho bien. Tuvo don Juan dos hijos, Martín y Juana, con la mulata Ana Vázquez. Martín nació mulato y con cuerpo de atleta el 9 de diciembre de 1579 y lo bautizaron, en la parroquia de San Sebastián, en la misma pila que Rosa de Lima.
La madre lo educó como pudo, más bien con estrecheces, porque los importantes trabajos de su padre le impedían atenderlo como debía. De hecho, reconoció a sus hijos sólo tardíamente; los llevó a Guayaquil, dejando a su madre acomodada en Lima, con buena familia, y les puso maestro particular.
Martín regresó a Lima, cuando a su padre lo nombraron gobernador de Panamá. Comenzó a familiarizarse con el bien retribuido oficio de barbero, que en aquella época era bastante más que sacar dientes, extraer muelas o hacer sangrías; también comprendía el oficio disponer de yerbas para hacer emplastos y poder curar dolores y neuralgias; además, era preciso un determinado uso del bisturí para abrir hinchazones y tumores. Martín supo hacerse un experto por pasar como ayudante de un excelente médico español. De ello comenzó a vivir y su trabajo le permitió ayudar de modo eficaz a los pobres que no podían pagarle. Por su barbería pasarán igual labriegos que soldados, irán a buscar alivio tanto caballeros como corregidores.
Pero lo que hace ejemplar a su vida no es sólo la repercusión social de un trabajo humanitario bien hecho. Más es el ejercicio heroico y continuado de la caridad que dimana del amor a Jesucristo, a Santa María. Como su persona y nombre imponía respeto, tuvo que intervenir en arreglos de matrimonios irregulares, en dirimir contiendas, fallar en pleitos y reconciliar familias. Con clarísimo criterio aconsejó en más de una ocasión al Virrey y al arzobispo en cuestiones delicadas.
Alguna vez, quienes espiaban sus costumbres por considerarlas extrañas, lo pudieron ver en éxtasis, elevado sobre el suelo, durante sus largas oraciones nocturnas ante el santo Cristo, despreciando la natural necesidad del sueño. Llamaba profundamente la atención su devoción permanente por la Eucaristía, donde está el verdadero Cristo, sin perdonarse la asistencia diaria a la Misa al rayar el alba.
Por el ejercicio de su trabajo y por su sensibilidad hacia la religión tuvo contacto con los monjes del convento dominico del Rosario donde pidió la admisión como donado, ocupando la ínfima escala entre los frailes. Allí vivían en extrema pobreza hasta el punto de tener que vender cuadros de algún valor artístico para sobrevivir. Pero a él no le asusta la pobreza, la ama. A pesar de tener en su celda un armario bien dotado de yerbas, vendas y el instrumental de su trabajo, sólo dispone de tablas y jergón como cama.
Llenó de pobres el convento, la casa de su hermana y el hospital. Todos le buscan porque les cura aplicando los remedios conocidos por su trabajo profesional; en otras ocasiones, se corren las voces de que la oración logró lo improbable y hay enfermos que consiguieron recuperar la salud sólo con el toque de su mano y de un modo instantáneo.
Revolvió la tranquila y ordenada vida de los buenos frailes, porque en alguna ocasión resolvió la necesidad de un pobre enfermo entrándolo en su misma celda y, al corregirlo alguno de los conventuales por motivos de clausura, se le ocurrió exponer en voz alta su pensamiento anteponiendo a la disciplina los motivos dimanantes de la caridad, porque «la caridad tiene siempre las puertas abiertas, y los enfermos no tienen clausura».
Pero entendió que no era prudente dejar las cosas a la improvisación de momento. La vista de golfos y desatendidos le come el alma por ver la figura del Maestro en cada uno de ellos. ¡Hay que hacer algo! Con la ayuda del arzobispo y del Virrey funda un Asilo donde poder atenderles, curarles y enseñarles la doctrina cristiana, como hizo con los indios dedicados a cultivar la tierra en Limatombo. También los dineros de don Mateo Pastor y Francisca Vélez sirvieron para abrir las Escuelas de Huérfanos de Santa Cruz, donde los niños recibían atención y conocían a Jesucristo.
No se sabe cómo, pero varias veces estuvo curando en distintos sitios y a diversos enfermos al mismo tiempo, con una bilocación sobrenatural.
El contemplativo Porres recibía disciplinas hasta derramar sangre haciéndose azotar por el indio inca por sus muchos pecados. Como otro pobre de Asís, se mostró también amigo de perros cojos abandonados que curaba, de mulos dispuestos para el matadero y hasta lo vieron reñir a los ratones que se comían los lienzos de la sacristía. Se ve que no puso límite en la creación al ejercicio de la caridad y la transportó al orden cósmico.
Murió el día previsto para su muerte que había conocido con anticipación. Fue el 3 de noviembre de 1639 y causada por una simple fiebre; pidiendo perdón a los religiosos reunidos por sus malos ejemplos, se marchó. El Virrey, Conde de Chinchón, Feliciano de la Vega -arzobispo- y más personajes limeños se mezclaron con los incontables mulatos y con los indios pobres que recortaban tantos trozos de su hábito que hubo de cambiarse varias veces.
Lo canonizó en papa Juan XXIII en 1962.
Desde luego, está claro que la santidad no entiende de colores de piel; sólo hace falta querer sin límite.
¿Qué nos enseña su vida?
La vida de San Martín nos enseña:
- A servir a los demás, a los necesitados. San Martín no se cansó de atender a los pobres y enfermos y lo hacía prontamente. Demos un buen servicio a los que nos rodean, en el momento que lo necesitan. Hagamos ese servicio por amor a Dios y viendo a Dios en las demás personas.
- A ser humildes. San Martín fue una persona que vivió esta virtud. Siempre se preocupó por los demás antes que por él mismo. Veía las necesidades de los demás y no las propias. Se ponía en el último lugar.
A llevar una vida de oración profunda. La oración debe ser el cimiento de nuestra vida. Para poder servir a los demás y ser humildes, necesitamos de la oración. Debemos tener una relación intima con Dios - A ser sencillos. San Martín vivió la virtud de la sencillez. Vivió la vida de cara a Dios, sin complicaciones. Vivamos la vida con espíritu sencillo.
- A tratar con amabilidad a los que nos rodean. Los detalles y el trato amable y cariñoso es muy importante en nuestra vida. Los demás se lo merecen por ser hijos amados por Dios.
- A alcanzar la santidad en nuestra vidas. Por alcanzar esta santidad, luchemos…
- A llevar una vida de penitencia por amor a Dios. Ofrezcamos sacrificios a Dios.
- San Martín de Porres se distinguió por su humildad y espíritu de servicio, valores que en nuestra sociedad actual no se les considera importantes. Se les da mayor importancia a valores de tipo material que no alcanzan en el hombre la felicidad y paz de espíritu. La humildad y el espíritu de servicio producen en el hombre paz y felicidad.
Oración
Virgen María y San Martín de Porres, ayúdenme este día a ser más servicial con las personas que me rodean y así crecer en la verdadera santidad.
¿Qué es ser cristiano?
Santo Evangelio según san Lucas 14, 25-33. Miércoles XXXI del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, dame la gracia de escuchar tu Sagrado Corazón.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 14, 25-33
En aquel tiempo, caminaba con Jesús una gran muchedumbre y él, volviéndose a sus discípulos, les dijo:
“Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, más aún, a sí mismo, no puede ser mi discípulo.
Y el que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
Porque, ¿quién de ustedes, si quiere construir una torre, no se pone primero a calcular el costo, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que, después de haber echado los cimientos, no pueda acabarla y todos los que se enteren comiencen a burlarse de él, diciendo: ‘Este hombre comenzó a construir y no pudo terminar’.
¿O qué rey que va a combatir a otro rey, no se pone primero a considerar si será capaz de salir con diez mil soldados al encuentro del que viene contra él con veinte mil?
Porque si no, cuando el otro esté aún lejos, le enviará una embajada para proponerle las condiciones de paz.
Así pues, cualquiera de ustedes que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
A muchos nos da miedo la idea de tener que cargar con una cruz, esto es algo natural, a nadie le gusta tener dolor o sufrir por algo. Hace algún tiempo una persona me preguntó, ¿por qué para ser cristiano hay que cargar con una cruz? ¿Si Dios es bueno por qué nos pide eso?
Ser cristiano no es cargar una cruz, ser cristiano es responder al «sígueme» de Jesús; es caminar todos los días junto a Él. Ser cristiano no es tener una vida sencilla o fácil, ser cristiano es tener una vida donde está Cristo. Cristo no me promete una vida sin cruz sino me promete una vida con Él. De mí depende cargar una cruz con Cristo o sin Cristo.
Pero la cruz es algo real, algo que cuesta y pesa. Al mismo Cristo le pesó y se cayó, pero siguió caminando porque Él no miraba la cruz, Él caminaba mirándonos, caminaba amándonos. Así debo cargar mi cruz, mirándole y amándole. Ser cristiano significa caminar mirando el rostro de Cristo con el corazón, amarlo cuando la cruz pesa o es ligera, cuando la cruz es grande o pequeña. Ser cristiano es estar con Cristo. ¿Cómo cargo mi cruz? ¿Miro a Cristo? Señor, permíteme que jamás aparte mi corazón de tu rostro, que siempre pueda verte aun cuando me pese la cruz, que siempre pueda amarte. Amén.
«No llevar la cruz sólo como un símbolo de pertenencia, como “un distintivo”, sino mirar al Crucificado como a “este Dios que se he hecho pecado” para salvarnos».
«Poner a Jesús en medio de su pueblo, es asumir y querer ayudar a cargar la cruz de nuestros hermanos. Es querer tocar las llagas de Jesús en las llagas del mundo, que está herido y anhela, y pide resucitar. Ponernos con Jesús en medio de su pueblo. No como voluntaristas de la fe, sino como hombres y mujeres que somos continuamente perdonados, hombres y mujeres ungidos en el bautismo para compartir esa unción y el consuelo de Dios con los demás».
(Homilía de S.S. Francisco, 2 de febrero de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Ver el rostro de Cristo en las cruces que se me presenten el día de hoy.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
El mito de las Riquezas de la Iglesia
Con monótona repetición se oye hablar de las riquezas del Vaticano, como si esos supuestos tesoros -de los que nadie dice en qué consisten- le quitaran confiabilidad a la Iglesia
Los tesoros vaticanos… ¿Por qué la Iglesia tiene tantos tesoros en el Vaticano mientras hay tantos pobres en el mundo?
Esta sencilla frase hace sufrir a muchos católicos. Se sienten mal al escucharla y no saben qué pensar, contestar, explicar… ellos mismos se quedan un poco confundidos. Analicemos un poco el asunto. Lo primero es acotar el problema, cosa no fácil. ¿Qué es lo que se quiere decir con esa frase?
1. El cuestionamiento
Con el asunto de las riquezas de la Iglesia, no es claro qué es lo que se cuestiona o critica. Lo primero que se observa al analizar la cuestión es la falta de datos y acusaciones concretas. Estamos frente a un cuestionamiento difuso, nada claro, sin datos. Porque nunca es claro a qué riquezas se refiere, qué es lo malo de esas riquezas hipotéticas, quiénes son los culpables (porque los pobres también son parte de la Iglesia), y exactamente cuál es la culpa, qué es lo que se espera que la Iglesia debería hacer, etc.
A simple vista lo primero que se intuye es que se trataría de una acusación a la Iglesia de insensibilidad ante el problema de la pobreza: ¿cómo es posible que la Iglesia viva con tantas riquezas cuando hay tantos pobres en el mundo? Esta acusación se presentaría como hecho que desacreditaría a la Iglesia en cuanto tal: es decir, una institución que vive semejante hipocresía (decir que ama a los pobres, mientras está llena de riquezas que no pone al servicio de los mismo) no sería digna de ser tomada, en cuenta ni creída, ni aceptada. Esta sería una de las mayores vergüenzas de la Iglesia, ante la cual no habría defensa ni explicación posible.
2. Lo real ¿De qué riquezas estamos hablando?
Seamos serios, que alguien aporte datos. Si se da por supuesto que en el Vaticano hay grandes tesoros que se diga ¿qué tipo de tesoros? ¿Joyas, cuentas bancarias…? ¿Dónde están? ¿Cuánto es su valor? Pero uno comienza a preguntarse, ¿acaso alguien considera a la Iglesia como una institución millonaria? ¿Quién pensaría encontrar obispos en las revistas con listas de millonarios tipo Fortune? ¿Tiene la Iglesia fines de lucro? ¿Da dividendos…? ¿Cotiza en bolsa?
La acusación, de entrada, sugiere cosas falsas: la vida lujosa del Papa, obispos, curas, monjas, etc., que serían quienes usufructuarían de esos tesoros. Afán de lucro escondido bajo la excusa de la religión… Además estimula imaginaciones frondosas: al hablar de «tesoros» uno imagina cuartos llenos de lingotes de oro, cofres llenos de joyas, películas de piratas…
Pero en la realidad, ¿a qué «riquezas» se refieren? Basta que mires las pertenencias de la Iglesia que están a tu alcance -tu parroquia, tu catedral…- para no encontrar cosas lujosas por ningún lado.
Los «tesoros» -como los llaman- son un tesoro cultural, espiritual, histórico, pues se trata de iglesias, imágenes, cuadros, frescos, cálices, ornamentos, … Esos «tesoros» no tiene ningún valor comercial, ni financiero. Están dedicados al culto divino en iglesias o expuestos en Museos que conservan el patrimonio cultural de dos mil años de cristianismo.
3. ¿Una solución al problema de la pobreza?
Desde el punto de vista económico…y si rematamos todo ¿qué pasa?
Antes de entrar en el problema de fondo y demostrar que estamos frente a un debate artificial y sin sentido… detengámonos a considerar el tema desde el mero punto de vista utilitario: lo inútil de una supuesta venta del Vaticano.
Porque el anónimo acusador insinúa que la Iglesia debería deshacerse de todo… para el bien de los pobres… y de los millonarios que participarían del remate… Bueno, hagamos números. ¿Cuánto representa en plata todo lo contenido en el Vaticano? No tengo ni idea… pero digamos ¿cien millones de dólares? ¿Mil? ¿Diez mil?… ¿Qué es eso para el problema del hambre o del subdesarrollo? ¿Alguien de buena fe puede pensar que sería una solución real para los problemas de los pobres? Si se vendiera todo… ¿a cuántos ayudaría durante un día? ¿Serviría para algo? ¿No sería más bien un empobrecimiento inútil de la Iglesia… (lo que en realidad estarían deseando los acusadores… aunque se contentan con sembrar desprestigio con argumentos sentimentales y vacíos de valor racional)?
En realidad, desde el punto de vista económico, el sólo hecho de plantear el problema de las riquezas del Vaticano es algo prehistórico, ya que hoy en día la riqueza no está dada por la propiedad de algunos terrenos o piezas de museo sino por marcas (¿cuánto valen los logos de Mc Donald, Shell, Coca o Telefonica?), acciones en Bolsa, etc. Y de este género de riqueza -la que es real riqueza hoy- la Iglesia no tiene nada (ni siquiera tiene la Biblia patentada…).
Cualquier Estado del mundo con un pequeño porcentaje de su presupuesto anual podría posiblemente aportar mucho más que la venta total de todo el Vaticano, territorio incluido.
Además, el problema de la pobreza no se arregla con una donación: es un problema de desarrollo y requiere un flujo permanente de recursos. Por ejemplo, ¿de qué serviría la donación de un hospital a un país que no contara con recursos para mantenerlo, pagar sueldos, comprar medicinas…? Hacer funcionar un hospital en no mucho tiempo es más caro que el hospital mismo… La deuda externa argentina ha llegado a los 250 mil millones… Si se tratara de vender todo lo que existe en Argentina para pagarla… no alcanzaría… Esto muestra que nadie puede seriamente proponer que vendiendo cuatro imágenes, tres iglesias y unos cuadros… se podría arreglar algún problema de pobreza.
Es como proponer que le vendamos a los ingleses las Malvinas a cambio de una disminución de la deuda externa… No creo que los mexicanos sientan mucha felicidad cuando piensan que vendieron Texas a los Estado Unidos… Desprenderse de la tierra que contiene la propia historia y valores artísticos y culturales… no es un gran negocio para nadie. La pérdida del patrimonio cultural conduce a la pérdida de la propia identidad.
4. El patrimonio de los pobres …
Además, contrariamente a lo que la acusación sugiere, las supuestas riquezas de la Iglesia son patrimonio de los pobres, que lo sienten como suyo, porque realmente lo son.
Un botón de muestra. Cuando Juan Pablo II hizo su primer viaje a Brasil, después de una ceremonia salió del protocolo, se metió en medio de una favela y visitó una familia. Conmovido, les dejó de regalo su anillo de Papa. ¿Vos pensás que fueron lo suficientemente idiotas como para venderlo por su peso en oro y comprarse unas cocas…? Es su tesoro, lo conservan en la capillita de la favela. Los pobres son pobres, pero no tontos…
¿Y qué pobre argentino no se siente orgulloso de la basílica de Luján? ¿Acaso preferiría vendérsela a los musulmanes para que la transformen en una mezquita y que el fruto de la venta se reparta entre los pobres argentinos a los que tocaría quizá menos de un peso a cada uno… para comprarse un «choripán»? ¿Pensás que sería un buen negocio para los pobres?
Nunca he escuchado a un pobre quejarse de supuesta riqueza de su parroquia o capilla… en cambio los he visto trabajar y sacrificarse duramente para mejorarla. Son los que con más orgullo muestran sus «tesoros».
Además, la experiencia también enseña… En los ´60 y ´70 hubo algunos sacerdotes que, quizá víctimas de esta acusación, vendieron imágenes, cálices, custodias… ¿Qué pasó con el fruto de su venta? Lo único claro es que no existe más… ¿Alguien puede pensar que esos cálices están mejor en vitrinas de las casas de los ricos que en un altar de cualquier iglesia?
5. ¿Por qué la Iglesia tiene bienes?
Yendo al fondo de la cuestión. ¿Cuál es el problema de los supuestos tesoros vaticanos? ¿Es malo que la Iglesia tenga bienes? ¿Qué conserve obras de arte? ¿De dónde los saca? ¿A quién perjudica el tenerlos? ¿Es acaso contrario a la enseñanza de Cristo?
En realidad no existe ningún problema. Basta recordar el elogio de Jesús a María por haber derramado un perfume carísimo sobre sus pies y a la viuda que puso todo lo que tenía como limosna al templo. Es más, es lógico que necesite bienes materiales. Como no está compuesta sólo por ángeles, para enseñar a la gente el camino al cielo necesita edificios, bibliotecas, computadoras, autos… Para dar culto a Dios necesita templos, altares… Para ayudar a la piedad necesita imágenes, libros… Para enseñar a las gentes necesita escuelas, universidades… No parece que en estos dos mil años la Iglesia se haya dedicado a acumular dinero: esos «tesoros» acumulados en dos mil años de donaciones… son objetos de culto, etc. Normalmente quienes han cuidado de esos bienes han sido personas que vivieron voluntariamente la pobreza, que dejaron todo por seguir a Cristo, que no han tenido nada de patrimonio personal.
¿Qué bienes tiene la Iglesia? Los que juzga necesarios para el cumplimiento de su misión, que es de orden exclusivamente espiritual.
Si lees la Sagrada Escritura descubrirás que la magnificencia del culto divino es un mandato que la Iglesia ha recibido de Dios. Tratando de dar a Dios cosas buenas… está siendo fiel a lo que su Señor le ha pedido. La tan vapuleada riqueza está compuesta por cosas que no se guardan con avaricia, sino que se usan en el ejercicio de la misión de la Iglesia. Por ejemplo, anualmente por la basílica de San Pedro pasan cuatro millones de peregrinos…, se celebran veinte mil misas, hay ochenta ceremonias solemnes… de las que unas treinta son presididas por el Santo Padre… O sea que tiene un uso bastante más intenso que la cancha de River… ¿Te parecería razonable vender la Pietá de Miguel Angel y poner en su reemplazo una copia plástico inflable para que la gente le rece?
Por otro lado los cuida, los usa y les saca el jugo bastante bien. La Basílica de San Pedro tiene 500 años… lo que mostraría que está bastante amortizado… que fue una idea genial hacerla con buenos materiales… que la hacen tan barata a largo plazo…
Por otro lado, la acusación parece sugerir una conexión entre las «riquezas» y la pobreza de los pobres. Pero, no hay relación alguna entre la belleza de la Basílica de San Pedro y la pobreza de una villa de Buenos Aires… Creo que es suficientemente claro que la primera no es la causa de la segunda. Por tanto no veo porqué conectar ambas cosas. Carece de sentido hacerlo. El problema es inventado, no es real.
Si se fuera coherente con el planteo, ¿porqué no poner también en tela de juicio al Islam y las mezquitas; el judaísmo y las sinagogas… y hasta el edificio del congreso, la casa rosada, todos los museos, los Mc Donalds, shopping centers, el parque de la costa, los boliches… en fin, con todo lo que no sea un rancho miserable?… Y comenzando por tu propia casa: ¿cómo podés vivir ahí mientras haya gente que se muere de hambre? Este cuestionamiento carece de sentido. ¿Porqué podría estar mal que la Iglesia tenga templos lindos? ¿Qué aportaría a la bondad de la Iglesia la fealdad y la pobretería?
6. ¿Es necesaria la belleza? ¿la historia?
Como los «tesoros» de los que se habla son básicamente artísticos y forman parte del patrimonio histórico de la Iglesia, parece necesario plantearse si la belleza es buena o mala, si tiene alguna función en la vida humana.
Definitivamente, la belleza mueve al espíritu. Eleva del materialismo… Hace un gran bien al alma. Rezar frente a una imagen linda inspira, eleva el alma. Como criaturas espirituales, el arte es una de las manifestaciones más altas del espíritu humano. Nos eleva y dignifica.
La historia es parte de nuestro ser: a través de la obra de quienes no precedieron -su arte, trabajo, etc.- entramos de alguna manera en comunión con ellos. Necesitamos permanecer unidos a nuestras raíces, a nuestros antepasados en la fe… y el cuidado de lo que nos legaron cumple una misión muy importante al respecto.
Los museos vaticanos muestran que la Iglesia siempre ha fomentado la cultura y todas las manifestaciones del espíritu humano, llegando a ser en ciertos casos la mejor protectora del arte, la ciencia y la cultura. La historia humana le debe mucho al respecto, ya que ha protegido el patrimonio cultural de las ochenta generaciones que nos separan de la época de Cristo.
7. ¿Y en cuanto a la legitimidad de esas propiedades…?
Parece al menos curiosa la pretensión de disponer de bienes ajenos. Es decir, ¿quién es el que critica y ataca para decidir qué debería hacer la Iglesia con sus bienes (bienes que evidentemente no pertenecen al acusador)? Porque en el fondo, los bienes que causan tanto escándalo son una propiedad legítima de una institución con dos mil años de historia. No han sido robados ni saqueados, como por otro lado sí lo han sido muchos de los tesoros históricos, artísticos y culturales de los más grandes museos del Mundo como el Louvre, el Británico… (Cualquier duda preguntá a los franceses por los «regalitos» que Napoleón les llevó de Egipto o los «recuerdos» que los ingleses se llevaron del Partenón…). En este caso, han sido fruto de donaciones explícitamente hecha para ese fin: gente que ha donado sus propios bienes para que fueran usados para el culto divino, la educación, la formación del pueblo fiel, el Santo Padre, etc. Es decir, su legitimidad está fuera de toda duda.
8. Pero, al final, la Iglesia ¿hace algo por los pobres?
Lo más curioso e insostenible de la acusación, es la insinuación de inacción frente al problema de la pobreza.
Te desafío a buscar una institución que haya aportado tanto bien al mundo -y si queréis, en particular a los pobres- como la Iglesia Católica. Si bien su fin es espiritual -la salvación de las almas-, ninguna institución con fines temporales podría haber representado tanto bien desde el mero punto de vista humano.
No te olvides de quién «inventó» los hospitales y universidades. Quién promovió la educación a través de los siglos. Quién luchó contra la esclavitud. Quién se ha dedicado a atender a los minusválidos, a los huérfanos, inmigrantes, moribundos, leprosos, chicos de la calle… Quién atiende la mitad de los enfermos de SIDA que hay en el mundo… Una visita al Pequeño Cotolengo Don Orione no te vendría mal. O a algún comedor infantil de alguna villa, o a algún hogar de la Madre Teresa, o cualquier local de Caritas parroquial, o … En nuestro país, a la hora de catástrofe naturales, la única institución fiable para repartir ayudas es Caritas… la gente no confía en nadie más.
Algunos datos. Veamos la contabilidad del objeto del ataque de las riquezas del Vaticano. El presupuesto anual de la Santa Sede es de 145 millones de dólares. A esto se debe añadir el Óvolo de San Pedro: 60 millones que se destina enteramente a obras de caridad y ayuda a necesitados. Es decir, estamos hablando de una institución que destina el 29,26% de sus ingresos brutos sólo a obras de caridad… No contemos los millones de dólares que instituciones católicas (muchas pertenecientes a Conferencias Episcopales) dan de ayuda al los países pobres: Adveniat, Ayuda a la Iglesia Necesitada, Manos Unidas, y un largo etc.
Busca una institución que hoy haga más por los pobres que la Iglesia Católica. ¿No parece una burla esta crítica a la institución que -por lejos- hace más por los pobres? La lista de las labores asistenciales de la Iglesia Católica es realmente impresionante: tiene 5.900 hospitales, 16.700 dispensarios, 700 leprosarios, 12.600 hogares de ancianos, 19.500 orfanatos y guarderías, 11.500 centros de orientación familiar, 11.600 centros de educación especial y 44.500 centros asistenciales. Un total de 123.000 instituciones de asistencia en todo el mundo (cfr. “La Iglesia Católica”, de Pedro Brunori, Ed. Rialp, España).
En resumen y como conclusión: el cuestionamiento es ridículo.
¿Hay alguna relación entre las obras de arte de los Museos Vaticano y las imágenes de las iglesias con la pobreza? La respuesta no admite ninguna duda: ¡NO!
1. No existe una relación causal. Los primeros no son la causa de la segunda.
2. Si el Vaticano no existiese, la situación de los pobres sería peor, porque desaparecería el mayor benefactor de los necesitados.
3. La existencia de bienes artísticos y religiosos, ¿afecta de alguna manera la pobreza? No, en absoluto.
4. ¿Es ofensivo? En el sentido que sería una cachetada a la pobreza… No, a los pobres también les gustan la cosas lindas y gozan con ellas.
5. ¿Es verdad que la Iglesia tenga grandes tesoros económicos en la actualidad? No.
6. Si se vendiese todo lo que tenga algún valor, ¿mejoraría la situación de los pobres del mundo? No afectaría en lo más mínimo la situación económica de los pobres.
7. ¿Es quizá una muestra de indiferencia ante el problema de la pobreza? En absoluto, ya que el trabajo de la Iglesia en favor de los pobres está absolutamente fuera de duda.
8. ¿El mantenimiento de esos bienes no supondrá gastos extraordinarios que podrían destinarse a la lucha contra el hambre? No, porque se auto-mantiene con el valor de la entrada a museos… y contratos como los que facilitaron la restauración de la Capilla Sixtina sin poner un peso.
9. ¿Se invierten actualmente grandes sumas de dinero en incrementar esos bienes? No, es el fruto de dos mil años de cristianismo… Esperemos que nosotros sepamos dejarle a nuestros descendientes algo de valor y buen gusto.
Me parece que en está página queda suficientemente demostrado, que las supuesta riquezas del Vaticano, no representan ningún problema real ni amenaza para los pobres. Es más, que la tan mentada crítica es una tomada de pelo. Una burla que no resiste el más elemental análisis racional. Usar a los pobres para atacar a la Iglesia es, al menos, una broma de mal gusto… Y más todavía que sea hecho por quienes nunca han hecho nada por los pobres…
Deténganse fabricantes de armas, la guerra se come a los hijos de la patria
S.S. Francisco celebró esta mañana la Misa por los difuntos en el cementerio militar francés de Roma.
Fuente: Vatican News
Esta mañana, conmemoración de todos los fieles difuntos, el Papa Francisco visitó el Cementerio Militar francés de la capital italiana, al día siguiente de la fiesta de Todos los Santos, para celebrar la anual misa por los difuntos. El Santo Padre dedicó esta celebración eucarística por los fieles difuntos a las víctimas de la guerra. No fue su primera visita a un Cementerio Militar: en 2017, visitó el Cementerio Americano de Nettuno y en 2014, el de Redipuglia, con motivo del centenario del estallido de la Primera Guerra Mundial.
Al concluir la ceremonia eucarística, el Pontífice se detuvo a rezar ante las tumbas de los Papas, en la Basílica de San Pedro.
Homilía del Santo Padre
Hablando espontáneamente el Papa Francisco dijo:
“¡Deténganse hermanos y hermanas! ¡Deténganse fabricantes de armas! Estas tumbas hablan, gritan por sí mismas, gritan por la paz”
El llamamiento del Papa Francisco es un susurro, pero resuena con fuerza entre los cipreses y los olivos del Cementerio Militar francés de Roma, un lugar de historia y memoria que ha elegido este año para celebrar la Misa por todos los fieles difuntos. En particular, como dijo ayer a la hora del Ángelus, por las víctimas de la guerra. Las guerras mundiales, así como las guerras que se libran «a pedazos» aún hoy, en todos los rincones del planeta.
Flores blancas en las tumbas
El Pontífice recorrió lentamente en procesión el largo pasillo que separa las extensiones de verde, bajo la sombra de cipreses y olivos, donde se encuentran las lápidas de los soldados franceses muertos durante la Segunda Guerra mundial. Todas las lápidas son iguales: una cruz de mármol y las palabras grabadas «Mort pour la France». En este histórico emplazamiento romano encaramado en la colina de Monte Mario, desconocido para muchos ciudadanos de la capital, pero de gran importancia para los franceses de Roma, Francisco llegó con casi media hora de antelación, pasando por la entrada que lleva la inscripción «Cimitière Militaire Français» – Campagne d’Italie 1943 – 1944″.
Mientras el coro entonaba un canto, el Papa caminaba solo, en silencio orante, entre las lápidas. En primer lugar, recorrió un camino pavimentado con lápidas sobre las que depositó rosas blancas, y luego se detuvo unos instantes en oración, con las manos unidas y los ojos cerrados, frente a algunas de ellas. Al final de este «camino», el Papa saludó a algunos de los presentes y a los sacerdotes concelebrantes, y luego, tras ponerse los ornamentos, se dirigió hacia el altar decorado con flores amarillas e instalado bajo una carpa blanca que lo protegió del inusual sol, casi primaveral en este otoño romano. Las lecturas se leyerin en francés y los himnos se entonaron en italiano. La Misa, celebrada al aire libre, contó con la asistencia de numerosos fieles.
Todos en el camino
El Pontífice hizo su homilía hablando espontáneamente, como suele hacer cada año en esta conmemoración. Francisco comenzó recordando una inscripción a la entrada de un cementerio en un pueblo del norte de Italia:
“Tú que caminas, detén tu paso, y piensa en tus pasos en el último escalón”
Una invitación que caló hondo en el corazón del Papa, que ya la había mencionado en una homilía en Santa Marta, en 2016, y que hoy le ofreció la ocasión para recordar a todos los fieles que «la vida es un viaje» y que «todos nosotros estamos en camino». «Si queremos hacer algo en la vida es un camino, no un paseo, un camino».
Muchos son los pasos que damos cada día, dijo, «ante tantos acontecimientos históricos, tantas situaciones difíciles, tantos cementerios».
“Todos tendremos un último paso. Alguien puede decir: ‘Pero, padre, no sea tan lúgubre, no sea tan trágico’. Lo importante es que ese último paso nos encuentre en nuestro camino, no en un laberinto sin fin”
La guerra se come a las víctimas
Mirando las tumbas de los muertos en la guerra, el Papa Francisco expresó un segundo pensamiento: «Estas personas son buenas, murieron en la guerra. Murieron porque fueron llamadas a defender su país, a defender valores, ideales y muchas otras veces a defender situaciones políticas tristes y lamentables».
“Son las víctimas, las víctimas de la guerra que se come a los hijos de la Patria”
Dios conoce el nombre de todos nosotros
El Papa recordó los Cementerios Militares que visitó en el pasado, siempre con motivo del 2 de noviembre: Anzio, en 2017, y Redipuglia, en 2014. A continuación, dirigió su pensamiento a los caídos y desaparecidos en el río Piave: «Muchos han quedado allí», dijo, así como a las víctimas del desembarco de Normandía. Mirando nuevamente las lápidas del Cementerio francés de Roma, Francisco dijo que le llamó la atención lo escrito en una de las tumbas: «Inconnu», desconocido, «Mort pour la France», muerto por Francia. Una tumba anónima, como otras miles en los cementerios de guerra. «Ni siquiera el nombre…», observó el Papa. Y añadió:
«En el corazón de Dios está el nombre de todos nosotros, pero ésta es la tragedia de la guerra. Estoy seguro de que todos ellos están con el Señor. Pero nosotros ¿estamos en camino? ¿Luchamos lo suficiente para que no haya guerras, para que no haya una economía de países fortificados por las industrias armamentísticas?
Las tumbas, un mensaje de paz
“Hoy – dijo el Obispo de Roma – el sermón debería ser mirar las tumbas». Tumbas que «son un mensaje de paz». Es aquí donde el Papa hizo su llamamiento:
“Deténganse hermanos, hermanas. Deténganse fabricantes de armas», «estas tumbas hablan, gritan por sí mismas, gritan por la paz”
El cementerio militar francés de Roma
Encaramado en lo alto de la colina de Monte Mario, en la orilla derecha del Tíber, el cementerio militar francés domina la Ciudad Eterna desde hace casi 75 años. Y este año ha sido el lugar elegido por el Papa Francisco para la celebración de la misa con motivo de la conmemoración de todos los fieles difuntos. Se trata de un lugar relativamente desconocido para los romanos y que es muy simbólico para Francia. Se encuentra en la parte alta de la capital italiana, en Via dei Casali di Santo Spirito, donde ya se han llevado a cabo en el pasado otras conmemoraciones.
Un poco de historia
Construido e inaugurado por el gobierno italiano al final de la Segunda Guerra Mundial, el cementerio militar francés rinde homenaje a los soldados que lucharon contra el régimen nazi durante la Campaña de Italia, entre noviembre de 1943 y julio de 1944. El cementerio contiene las tumbas del Cuerpo Expedicionario Francés en Italia (CEFI), un grupo de cuatro divisiones militares dirigidas por el general Alphonse Juin, que se distinguió especialmente durante la batalla de Montecasino, en mayo de 1944.
Lugar estratégico de la Línea Gustav, Montecasino, sede de una importante abadía benedictina, fue el escenario de una de las batallas más sangrientas del conflicto, a veces denominada el «Verdún de la Segunda Guerra Mundial». La victoria de las tropas francesas sobre el ejército nazi permitió a los aliados reanudar su avance y entrar victoriosos en Roma el 4 de junio de 1944.
Homenaje al ejército colonial francés
De los 6.200 soldados muertos durante la batalla de Montecasino, dos tercios eran del Magreb, según las cifras proporcionadas por el periodista libanés René Laba para el medio de comunicación Madaniya. De hecho, el Cuerpo Expedicionario Francés estaba formado principalmente por soldados del ejército africano, especialmente de Marruecos y Túnez.
De los 1.888 soldados enterrados hoy en el cementerio militar francés de Roma, 1.142 son musulmanes, reconocibles por la media luna islámica grabada en cada lápida. Entre las víctimas enterradas hay un gran número de «Goumiers», soldados de nacionalidad marroquí que fueron llamados a luchar en las tropas francesas durante unos 50 años.
El 11 de noviembre de 2018, la Embajada de Francia en Italia conmemoró el centenario de la Gran Guerra de 1914-1918, con la presencia de alumnos del Liceo Francés Chateaubriand, mientras el 11 de mayo de 2004, una delegación de veteranos norteafricanos había celebrado también, en Monte Mario y en presencia del embajador francés en Roma, el 60º aniversario de la victoria del Cuerpo Expedicionario Francés en el lugar.
Hay golpes que hieren el alma
Si uno te dijera que el karate o karate-do es una disciplina profundamente influida por el budismo zen, hasta el punto de que ciertos monjes budistas la adaptan como una forma de ascética aliada a técnicas de meditación… ¿qué pensarías?…
Si uno te dijera que el karate o karate-do es una disciplina profundamente influida por el budismo zen, hasta el punto de que ciertos monjes budistas la adaptan como una forma de ascética aliada a técnicas de meditación… ¿qué pensarías? ¿Que es un cuento chino?
Efectivamente tiene algo de chino, y de japonés, pero ¿de cuento? De cuento no tiene nada. Ahí la prueba de que no es un cuento: en varios monasterios budistas –siguiendo el estilo de los célebres sacerdotes del templo de Shao-Lin en China– se usa el karate para lograr la armonía entre el cuerpo y la mente…
¿Entonces? De cuento nada. En realidad, el karate se creó con técnicas semejantes al tai-chi, combinando los golpes, la respiración y los gritos kiai para liberar la energía interior ki. Y si no, pregúntale a Sigeru Egami, fundador de la escuela shotokai. No sé si sabías que Egami inventó una forma muy elaborada de karate-do basada en la flexibilidad y en la relajación máxima del cuerpo. Pues bien, él afirma que el karate-do se parece más al yoga que a un arte de combate. ¡Has oído estupendamente! Preguntarás qué tienen que ver los golpes del karate con el yoga relajante. Pues tienen mucho, muchísimo que ver. En realidad, ambos sistemas buscan el mismo fin. Ya lo dice el mismo Egami: “el secreto del karate es practicarlo seriamente y con perseverancia para alcanzar el mushin, la vacuidad mental o el no-ego, que nos permite llegar a los portales del conocimiento”. ¿Lo ves? El mismo fin, sólo que uno lo logra dando golpes al contrario, y el otro mediante concentraciones y posturas relajantes.
Pero el karate no es un caso aislado. ¿Conoces el aikido? Seguramente sí. Pues bien, el aikido tiene como objetivo llevar al individuo por el camino que conduce a la armonización con la energía universal. ¿No te suena al new age esto de la energía universal? Curiosamente la mayor parte de esas artes marciales aparecieron en occidente a mediados del siglo XX, cuando también comenzaban a vislumbrarse los primeros gérmenes del new age. Para que no tengas dudas sobre la religiosidad del aikido, mira nada más qué definición da el maestro Morihei Ueshiba: el ai-ki-do (armonía-energía-camino) es el sendero que lleva al hombre a la armonía con el universo; aquel que ha descubierto el secreto del aikido tiene el universo en sí mismo y puede decir: ¡Yo soy el universo! Como puedes ver, es mucho más que el arte de dar golpes con estilo…
Lo mismo podríamos decir de otros artes marciales: las que enseña la escuela Katori Shinto (sable samurai, bastón bo, alabarda naginata, etc.), o el iai-jutsu o iai-do, la vía sagrada de la arquería kyudo, el kung-fu, etc.
El kung-fu, por ejemplo. Vamos a ver un poco qué es esto del kung-fu. El kung-fu no es simplemente un invento de Bruce Lee o David Carradine para hacer películas exitosas. ¡No, no! Es mucho más… El kung-fu resume de algún modo el espíritu milenario chino de vivir de acuerdo con la naturaleza, el yin y el yang, y todo eso. Es, ni más ni menos, que una técnica religiosa influida por el taoísmo y por el bonzo Bodhidharma, introductor del budismo en China. ¿Qué te parece? De hecho, la palabra Confucio viene precisamente de la raíz kung-fu.
Así que, puestos a sacar conclusiones, se puede afirmar sin temor a errar, que el budo (sentido trascendental de las artes marciales) es, en definitiva, una vía sin vía donde el final se parece al principio. Está claro, ¿no? Dicho de otro modo: las artes marciales llevan a la calma, la serenidad y la actitud mental que le permiten al hombre convertirse en un hombre-dios, unirse a todo el universo, ser universo. ¿Tampoco está muy claro? Veamos ahora: es una forma de religiosidad oriental.
Por supuesto que la mayor parte de los occidentales que van a aprender karate o estas cosas, lo hacen para poder defenderse de ladrones, de secuestradores, de roba-novias, de lo que sea… Pero hay que ir con cuidado. No conviene olvidar que estas técnicas utilizan términos religiosos, realizan gestos religiosos, y en oriente tienen fines religiosos. Porque por ahí, entre golpe y golpe, se puede ir metiendo una religiosidad incompatible con la fe cristiana y muy acorde con el new age. Conviene tenerlo en cuenta. Simplemente esto. De modo que si alguna vez la cosa te huele a cocido, ya sabrás qué ingredientes tiene… Cuida que, en una de esas, en vez de golpearte el cuerpo te golpeen el alma… ¡Eso es mucho más doloroso! Sobre todo a la larga..
Una tierra que mana leche y mozarela
En una sociedad justa, debe haber empresarios sensibles a las necesidades de sus empleados; pero también debe contar con trabajadores honestos, que no defrauden el salario acordado.
Un hombre de 83 años, vestido con traje café y chaleco color vino, mira a la cámara, mientras apoya la mano en una grande vaca de plástico. Es evidente que no está acostumbrado a ser retratado. Al fondo, un Mercedes Benz azul, estacionado al ingreso de una fábrica, contrasta con las manos callosas y el rostro curtido de este granjero-empresario italiano. Es Luigi Cogliati, propietario de la compañía de lácteos Lat Bri.
Luigi evoca su niñez, en el norte de Italia, en los años treinta: «Todavía usaba pantalones cortos cuando daba una mano a mi papá y a mis hermanos con el trabajo en un terreno que habíamos rentado. Al lado había un pequeño local para hacer queso. Teníamos diez vacas y también comprábamos leche a los granjeros de los pueblos vecinos. Yo iba a recoger la leche en bicicleta, cargando sobre mis espaldas un bote de madera».
Después vino la Segunda Guerra Mundial. Luigi fue llamado al ejército y, viendo la deriva suicida del fascismo, desertó y vivió escondido hasta que las tropas aliadas liberaron Italia. Entonces volvió al campo, a las vacas, a la leche y al queso. El local donde hacían el queso, era una pequeña empresa familiar que creció de forma constante o, como dicen los italianos, “sin dar pasos más largos que la pierna”.
En 1960, teniendo ya cierta solidez el negocio, constituyeron la Sociedad Hermanos Cogliati. Por aquella época, la fama de Luigi como conocedor de la industria láctea se había extendido y una compañía, la Paolo Bonalumi lo contrató como Director de producción.
Ahí permaneció hasta 1975: «No obstante, a pesar de querer tanto a aquella empresa –comenta– , yo siempre me había sentido un empresario, por ello, dentro de mí, estaba convencido de que un día u otro pondría mi propio negocio, puesto que el sector de los lácteos lo conocía como las bolsas de mis pantalones».
Así, en 1976, abrió su propia empresa en Brianza, una localidad en las afueras de Milán: Lat Bri. Las ventas pudieron crecer, sobre todo, gracias a que ganó como clientes a un gran número de pizzerías, un negocio muy común –cómo no– en Italia.
Después de muchos años, en 2007, Lat Bri produjo más de 37 mil toneladas de lácteos, incluidas la famosa mozarela y la ricota. Actualmente da empleo a 220 personas. Su facturado supera los 60 millones de euros cada año.
Pero Luigi, conocedor por propia experiencia de cuán dura puede ser la vida, siempre ha querido apoyar iniciativas de promoción social. Entre ellas destaca la construcción de un pozo de agua en el norte de Kenia, realizada en colaboración con la Asociación de Médicos de Brianza. Obviamente, todos los gastos del proyecto corrieron a su cargo.
Mientras recorre la fábrica mostrando las instalaciones a sus entrevistadores, éstos le preguntan: «Sr. Luigi, ¿y por qué hace todo esto?» «¿Qué por qué lo hago? –responde con la típica franqueza de un granjero– Dios me ha dado la salud y yo, haciendo lo que hago, se lo agradezco todos los días. Me ha dado también unos hijos que trabajan conmigo y esto nunca lo olvido. Puedo decir que he hecho esta empresa porque quiero a mis hijos».
Antes de irse, mientras se quita una piedrecilla del zapato, comenta: «Desgraciadamente, y no es algo nuevo, entre nosotros la palabra “empresario” es casi una grosería. Se piensa que el empresario es siempre un explotador. Con estas ideas, Italia no llegará a ninguna parte».
Es verdad, en una sociedad justa, debe haber empresarios creativos y sensibles a las necesidades de sus empleados; pero también debe contar con trabajadores honestos, que no defrauden el salario acordado. Cuando esto se da, entonces hay prosperidad y progreso.
San Martín de Porres: Así era su verdadero rostro
La reconstrucción facial de fray Martín de Porres coincide con pintura y escultura que permaneció en convento dominico
Así lucia Martin de Porres Velázquez a sus 60 años. Este es el rostro que hoy la ciencia nos devela, gracias al esforzado aporte de dos jóvenes científicos brasileños, Cícero Moraes, diseñador en 3D y Paul Miamoto, odontólogo forense, miembros del equipo Brasileño de Antropología y Odontología Legal (EBRAFOL).
Su rostro tierno y melancólico, nos habla de una persona del siglo XVI, que vivió en este convento, y decidió optar por un camino de santidad y luego subió a los altares. .
Con esta entrega los científicos culminaron el proyecto con los frailes de la orden de predicadores, que se inició con la develación del rostro de Santa Rosa en el mes de agosto, continuó con el de San Juan Macías en setiembre y concluyó con el de fray Martín de Porres, el martes 3 de noviembre en la Basílica del Rosario del Convento de Santo Domingo, ubicada en el centro histórico de Lima.
© Cicero Moraes / Wikimedia
Ustedes lo han tenido todo el tiempo
La reconstrucción facial del rostro del Santo de la escoba, coincide con dos imágenes que han permanecido siempre bajo la custodia de los frailes dominicos. Se trata de una pintura de fray Martín, que yace en el Monasterio de Santa Rosa, y una escultura que está ubicada en la capilla del Santo, junto a su tumba al interior del convento.
Así lo explicaron los científicos brasileños en una ceremonia que se realizó, al término de una multitudinaria homilía que se celebró al conmemorarse los 376 años de la muerte del Santo limeño.
“Sin lugar a dudas, los artistas que lograron la pintura y la escultura retrataron a la persona del cráneo que estudiamos, y lo representaron a partir de datos reales” explicó Moraes.
PD
“No sabíamos que lo teníamos con nosotros desde hace buen tiempo” sostuvo sonriente el prior del Convento Santo Domingo, fray Luis Enrique Ramírez. Esta es una reconstrucción científica que no tiene nada de subjetiva y artística, sentenció.
Esta coincidencia no se había presentado en el caso de las reconstrucciones faciales que realizamos a San Antonio de Padua y María Magdalena, y las representaciones de la época.
Miamoto por su parte dejó a disposición de los religiosos dominicos, la impresión en 3D del rostro del Santo mulato, con la finalidad de contribuir a la investigación cultural a través de los programas informáticos de fuente libre, para ser aplicado y mejorar la calidad de sus pruebas.
En medio de los aplausos y vivas del público la ceremonia de develación del rostro de Martín de Porres, finalizó con la entrega de los religiosos dominicos de una placa recordatoria para cada uno de los científicos, quienes contribuyen con este aporte a la historia del Perú.
David Berkowitz-cc
Científicos preparan nuevos proyectos
En tres meses estos jóvenes científicos compartirán la reconstrucción facial de dos santos católicos y el de otras personas de la historia de la humanidad, no podemos revelar más detalles, en enero mostraremos los resultados de estas nuevas investigaciones, aseguraron a los medios de prensa en Perú.
Se trata de mostrar al ser humano que está detrás. En el caso de Martín de Porres, comenta el científico la reconstrucción tomó 24 horas a diferencia de las anteriores sólo demoramos 16 horas. Esto debido a que se ha incluido también parte de su indumentaria y el cabello.
Al momento de morir Martín sólo tenía dos dientes, situación que nos llamó la atención por las dificultades que debió haber tenido para masticar y tal vez para hablar. La asimetría en su mandíbula es lo que también se aprecia en las dos imágenes que se conservan en Lima.
El odontólogo forense Paul Miamoto, aseguró que la pérdida de los dientes causó además a San Martín de Porres una disminución del volumen de carne en la región de la boca.
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Cícero y Paul se mostraron contentos de haber podido contribuir con éste hallazgo científico a redescubrir la santidad y poder conocer el rostro de quienes en su vida optaron por un camino de santidad.
Martin abrazó un camino de fe y esperanza
“En la discreción, en el silencio Martín mostraba la caridad de Jesús”, destacó Monseñor Raúl Chao, Obispo auxiliar de Lima, durante su homilía concelebrada por los religiosos de la Orden de predicadores.
El 3 de noviembre murió fray Martín en 1639. A su paso por las calles de Lima éste hombre de Dios, hizo de la oración el centro de su vida, puso en práctica la caridad y supo cultivar el valor de la amistad, junto a San Juan Macías compartían penitencias y sacrificios, recordó monseñor Chao, durante la celebración eucarística que se realizó minutos antes de la ceremonia de develación.
El dar al otro de lo que no tenía, contribuir en las labores del convento, estar atento a lo que los demás necesitan son algunas de las actitudes de nuestro santo peruano que debemos imitar concluyó el Obispo auxiliar.
Museo dominico contará con imágenes reales de santos peruanos
Al finalizar la ceremonia el prior del Convento Santo Domingo anunció la instalación de tres “dioramas”, especie de maquetas humanas de los tres santos, al interior del convento de Santo Domingo.
El próximo año se estará inaugurando esta nueva sala, en los claustros del convento para que todos los visitantes, puedan conocer a la persona que está detrás del santo.
De esta forma buscamos retratar la sencillez y humildad de nuestros santos peruanos, que fueron personas de carne y hueso quienes decidieron en vida ser santos.
El Papa: Seguir a Jesús de verdad comporta persecución, no éxito
Francisco advierte en la Casa Santa Marta de la mundanidad: el camino de Jesús no es para hacer carrera
El anuncio de Jesús no es un revestimiento, una capa de pintura, sino que va hacia el corazón y nos cambia. Lo dijo el papa Francisco en Misa del 28 de mayo de 2013 en la Casa Santa Marta del Vaticano.
El Papa afirmó que seguir a Jesús no significa tener más poder, porque su camino es el de la Cruz.
¿Cuál será el premio que recibiremos al seguirlo?
El Papa Francisco comenzó su homilía partiendo de una pregunta que Pedro le hace a Jesús y que, en el fondo, afecta a la vida de todo cristiano.
Jesús, observó el Papa, responde que todos los que le sigan tendrán “muchas cosas bellas” pero “con persecución”.
El camino del Señor, prosiguió, “es un camino de ‘abajamiento’, un camino que termina en la Cruz”.
He aquí la razón por la cual, añadió, “siempre habrá dificultades”. Existirán siempre, “porque Él ha hecho este camino antes” que nosotros.
Y advirtió que “cuando un cristiano no tiene dificultades en la vida –todo va bien, todo es bello- algo no va bien”.
La tentación de usar el cristianismo para subir
Se puede pensar que es “muy amigo del espíritu del mundo, de la mundanidad”. Y esto, constató, “es la tentación propia de un cristiano”:
“Seguir a Jesús sí, pero hasta un punto; seguir a Jesús como una forma cultural: soy cristiano, es mi cultura… Pero sin la exigencia del verdadero seguimiento de Jesús, la exigencia de ir por su camino.
Si se sigue Jesús como una propuesta cultural, se usa este camino para ir hacia arriba, para tener más poder.
Y la historia de la Iglesia está llena de estas cosas, comenzando por algunos emperadores y tantos gobernantes y muchas personas, ¿no?
Y también algunos –no quiero decir muchos pero sí algunos- sacerdotes, algunos obispos ¿no?
Algunos dicen que son muchos… pero son unos pocos los que piensan que seguir a Jesús es hacer carrera”.
No se puede quitar la cruz
El Papa recordó que en una época, “en la literatura de hace dos siglos”, a veces se acostumbraba a decir “desde niño quería hacer la carrera eclesiástica”.
Y afirmó que “muchos cristianos, tentados por el espíritu del mundo, piensan que seguir a Jesús es bueno porque se puede hacer carrera, se puede subir”.
Pero este “no es el espíritu”, es, sin embargo, la actitud de Pedro que habla de carrera y Jesús le responde: “Sí te daré todo con persecución”.
“No se puede quitar la cruz del camino de Jesús: siempre estará”.
El espíritu del mundo no tolera el amor
Y sin embargo, advirtió, esto no quiere decir que el cristiano debe hacerse el mal. El cristiano “sigue Jesús por amor, y cuando se sigue a Jesús por amor, la envidia del diablo hace muchas cosas”.
El “espíritu del mundo –observó- no tolera esto, no tolera este testimonio”.
“Pensado en la Madre Teresa: ¿qué dice el espíritu del mundo de Madre Teresa? ‘Ah, es una mujer estupenda, hizo tantas cosas buenas por los demás…’.
El espíritu del mundo nunca dice que la beata Teresa, todos los días, tantas horas, estaba en adoración… ¡Nunca!
Reduce la actividad cristiana al bien social. Como si la existencia cristiana fuese un barniz, una capa de cristianismo.
El anuncio de Jesucristo no es un revestimiento: el anuncio de Jesús va a los huesos, al corazón, va hacia dentro y nos cambia.
Y esto no lo tolera el espíritu del mundo, no lo tolera y por esto vienen las persecuciones”.
Cien veces más pero con persecución
Quien deja su propia casa, su propia familia para seguir Jesús, dijo de nuevo el Papa Francisco, recibe cien veces más “ya en este tiempo”.
Ciento veces más pero con persecución. Y esto no hay que olvidarlo.
“Seguir a Jesús es exactamente esto: por amor, ir con Él, detrás de Él: el mismo camino, la misma vía.
Y el Espíritu del mundo será el que no tolerará y nos hará sufrir, pero un sufrimiento como el que pasó Jesús.
Pidamos esta gracia: seguir a Jesús por el camino que Él nos enseñó. Esto es bello, porque nunca nos deja solos. ¡Nunca! Siempre está con nosotros. Así sea”.