Referencias Bíblicas
• Matthew 13:1-9
• Obispo Robert Barron
Amigos, en el Evangelio de hoy, Jesús nos explica que habla en parábolas para desconcertar a las multitudes que “miran, pero no ven y oyen pero no escuchan ni entienden”.
Las parábolas de Jesús son a menudo ejercicios cuyo propósito es desconcertar y confundir al oyente, anulando sus expectativas y alterando las convicciones teológicas.
Dios es justo, pero a la luz de la parábola del dueño de la viña, uno se da cuenta de que la noción ordinaria de justicia solo indica vagamente cómo es la justicia divina.
Dios es compasivo, pero después de escuchar la historia del hijo pródigo, uno sabe que la compasión divina supera infinitamente al más radical amor humano.
¿Pero por qué el Dios bíblico es tan evasivo? Porque él ha traído a la existencia todo el universo finito. Dios debe ser otro de manera que trascienda todos y cada uno de los modos visibles dentro de la creación.
El Papa León XIV se reúne con el presidente de Argelia
El Santo Padre recibió en audiencia a Abdelmadjid Tebboune en el Palacio Apostólico. En los coloquios en la Secretaría de Estado, ambas partes destacaron las buenas relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y Argelia. También se abordaron temas de actualidad geopolítica y diálogo interreligioso.
Vatican News
A finales de la mañana del jueves 24 de julio, el Santo Padre León XIV recibió en audiencia, en el Palacio Apostólico del Vaticano, al Presidente de la República Argelina Democrática y Popular, Abdelmadjid Tebboune, quien posteriormente se reunió con el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de la Santa Sede, acompañado por Monseñor Daniel Pacho, Subsecretario para el Sector Multilateral de la Sección para las Relaciones con los Estados y Organizaciones Internacionales.
Según comunica la Oficina de Prensa de la Santa Sede, «durante los cordiales encuentros mantenidos en la Secretaría de Estado, se destacó la importancia de las buenas relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y Argelia. Posteriormente, la conversación se centró en algunos aspectos de la vida de la Iglesia en el país».
Asimismo, se abordó la situación geopolítica actual y se subrayó la relevancia del diálogo interreligioso y de la colaboración cultural como vías para construir la paz y fomentar la fraternidad en el mundo.
Chárbel Makhluf, Santo
Memoria Litúrgica, 24 de julio
Por: P. Ángel Amo.
Fuente: Catholic.net
Gran amante de la Eucaristía y de la Virgen Santísima
Martirologio Romano: San Sarbelio (José, Charbel) Makhluf, presbítero de la Orden de los Maronitas Libaneses, que, por amor a la soledad y para alcanzar la más alta perfección, dejó el cenobio de Annaya, en el Líbano, y se retiró al desierto, en el que sirvió a Dios día y noche, viviendo con gran austeridad, ayunando y orando (†1898).
Breve Biografía
Youssef (José) nació el 8 de mayo de 1828 en un pequeño poblado del Líbano llamado Biqa-Kafra. Era el quinto hijo de Antonio Makhlouf y Brígida Choudiac, sencillos campesinos llenos de fe. Dos de sus tíos maternos eran monjes en el monasterio de Quzhaya que distaba una hora de camino desde Biqa-Kafra. José los visitaba con frecuencia y se quedaba con ellos ayudando en los oficios divinos, participando en sus oraciones y cantos y escuchando sus sabios consejos. Tenía veintitrés años cuando dejó casa y familia para entrar al monasterio de Nuestra Señora de Mayfouk de la orden maronita libanesa. Al recibir el hábito de novicio cambió su nombre por el de Chárbel, nombre de un mártir de la iglesia de Antioquía que murió en el año 107 bajo el imperio de Trajano. Cuando su madre y su tío se enteraron de su decisión, se dirigieron inmediatamente a buscarlo al monasterio tratando de convencerlo de que regresara. Finalmente, Brígida, también convencida de la vocación de su hijo, le dijo: Si no fueras a ser buen religioso te diría: ¡Regresa a casa! Pero ahora sé que el Señor te quiere a su servicio. Y en mi dolor al estar separada de tí, le digo resignada: ¡Que Dios te bendiga, hijo mío, y que haga de ti un santo…!
Desde joven había desarrollado una intensa vida interior y de oración que durante sus años de monje había madurado. Pronto se despertó en él la vocación por la vida eremítica que, de acuerdo con la tradición cristiana, se debe hacer viviendo en soledad. Se retiró a la ermita de San Pedro y San Pablo en Gebel an Nour (Montaña de la Luz) que tenía sólo dos habitaciones pequeñísimas y un oratorio también estrechísimo. Comenzó esta vida más austera en el año 1875 y la llevó durante veintitrés años. Se ejercitaba en diversas mortificaciones y en la oración continua; dormía sobre el suelo y comía una sola vez al día. Ordinariamente oficiaba la misa hacia el mediodía de tal forma que pasaba la mañana preparándose para el Santo Sacrificio y la tarde dando gracias a Dios. Vivía en el más absoluto retiro, del que sólo salía para atender alguna necesidad pastoral.
El 16 de diciembre de 1898 estaba celebrando la misa hacia las once de la mañana, cuando le sobrevino un ataque de parálisis en el momento de la consagración. Murió el 24 de diciembre y sus restos reposan en el monasterio de San Maron, actual meta de peregrinaciones y milagros incesantes. Fue canonizado el 9 de octubre de 1977 por el papa Pablo VI.
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¿Qué quieres hoy de mí Señor?
Santo Evangelio según San Mateo 13, 10-17.
Por: H. Adrián Olvera de la Cruz LC
Fuente: www.missionkits.org
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Aquí estoy Señor…. Vengo ante Ti… Abre mi corazón.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 13, 10-17
En aquel tiempo se acercaron a Jesús sus discípulos y le preguntaron: «¿Por qué les hablas en parábolas?». Él les respondió: «A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos; pero a ellos no. Al que tiene se le dará más y nadará en la abundancia; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará. Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden.
En ellos se cumple aquella profecía de Isaías que dice: Ustedes oirán una y otra vez y no entenderán; miraran y volverán a mirar, pero no verán; porque este pueblo ha endurecido su corazón, ha cerrado sus ojos y ha tapado sus oídos, con el fin de no ver con los ojos ni oír con los oídos, ni comprender con el corazón. Porque no quieren convertirse ni que yo los salve.
Pero, dichosos ustedes, porque sus ojos ven y sus oídos oyen. Yo les aseguro que muchos profetas y muchos justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Solemos decir en el lenguaje cotidiano: «Dios me lo dijo», escuché a Dios, Dios me lo mostró… Dios me llamó… ¿Es una metáfora?, ¿una forma de decir?, ¿una imagen que me sirve sólo para explicar?…
Recurro a mi memoria y me encuentro con momentos, circunstancias… ocasiones en donde no sé cómo; no sé cuándo… ahí en lo profundo de mi conciencia, me lo dijo, escuché, me mostró, me llamó…
Encontré consuelo, aridez; descanso, vértigo…; miedo, confianza, sentido…encontré amor. Es una extraña seguridad.
Es un verdadero don, pues hay personas que ven lo que yo veo…escuchan lo que yo escucho y viven lo que yo vivo pero, al final, es como si fueran cuadros distintos. Sin embargo este don que me has querido dar… es, definitivamente un designio de bondad que trae mucha responsabilidad.
Un don que hay que agradecer, donde la pregunta correcta no es: ¿por qué… por qué a mí? Sino ¿para qué Señor? ¿Qué quieres que haga con todo esto que me das?
No permitas que cierre mi corazón ante el don de tu amor; que cierre mis oídos ante tu voz.
¿Qué quieres hoy de mí, Señor?…
«Formarse supone ser capaces de acercarse con humildad al Señor y preguntarle: ¿Cuál es tu voluntad? ¿Qué quieres de mí? Sabemos la respuesta, pero tal vez nos haga bien recordarla, y para ello les propongo las tres palabras del Shemá con las que Jesús respondió al Levita: «amarás al Señor con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas».» (Homilía de S.S. Francisco, 1 de abril de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Ir a visitar al Santísimo y pedir, de una manera especial, por las vocaciones, para que todos sepan escuchar su llamado.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Así evité la eutanasia de mi madre
El amor comprometido y fiel de Mónica fue clave para que su mamá recuperara las ganas de vivir
Fue “por casualidad”, conversando con un familiar, como Mónica se enteró de que su madre había iniciado el procedimiento de eutanasia para morir.
Hacía tiempo que la veía profundamente desanimada. Un derrame cerebral sufrido tras una operación para retirarle un tumor había dejado paralizada una parte de su cuerpo. Y no lo asimilaba.
“Las personas que, como ella, quedan inválidas, cuando han sido autosuficientes, ven cómo de repente su vida cambia completamente”, explica a Aleteia.
“Seas joven o mayor, sufres -continúa-. Y si nadie te ayuda, si no tienes un entorno fuerte en el que te sientas muy acogido, muy respaldado, puedes tener pensamientos suicidas”.
“La aislaron”
Mónica sabía que su madre sufría depresión, pero no imaginaba que pediría, en el ambulatorio, acabar con su vida.
Una joven médico de cabecera rotativa escuchó su petición, consideró que cumplía los requisitos de la ley de la eutanasia aprobada en España el año 2021 e inició el proceso.
“La aislaron de la familia amparándose en un derecho personal y privado para protegerla”, recuerda Mónica.
“Pero era lo contrario: la estaban privando de la verdadera protección –lamenta-. La decisión sobre su vida y su muerte quedó en manos de desconocidos”.
Consciente de que no disponía de mucho tiempo para reaccionar, Mónica buscó recursos.
Ayuda eficaz
En la asociación Speimater por la vida, con la que colabora desde que abortó, encontró ayuda médica y psicológica para su madre.
“Me enviaron a un voluntario del Proyecto Ángel, una persona capacitada para hablar a mi madre con un lenguaje diferente, que tiene que ver con el Amor”, explica.
“Los profesionales que comunican lo valiosa que es la persona y todas las cosas importantes que ha hecho en su vida ayudan a paliar el dolor emocional y a salir adelante”, asegura.
Medicación psiquiátrica
Así, uno de los voluntarios del Proyecto Ángel, de la asociación médico de paliativos, ayudó a Mónica a recabar toda la información médica de la paciente y “vio muchas lagunas sobre los informes médicos”, recuerda la joven.
Descubrió que a su madre no le habían revisado desde hacía tres años la medicación de psiquiatría.
La llevó a otro psiquiatra, que vio inadecuado su tratamiento y lo adaptó a sus necesidades de ese momento. “Mi madre cambió el chip mental”, afirma agradecida.
Abogados cristianos
Tras buscar sin éxito asesoramiento jurídico eficaz, una conocida le aconsejó acudir a la Asociación de Abogados Cristianos.
Ellos prepararon alegaciones ante el tribunal ético mediante un recurso contencioso administrativo. Argumentaron que la paciente, de 76 años, no cumplía los requisitos para la eutanasia.
Aunque sufría una enfermedad degenerativa, no padecía un sufrimiento imposibilitante crónico, explica Aleteia su abogado, José María Fernández Abril.
Basándose en su experiencia en casos de eutanasia, Fernández Abril afirma que “el sentimiento del dolor (“insoportable”) es muy subjetivo y puede variar”.
“Y las circunstancias cambian, se encuentran alternativas, como los cuidados paliativos…”, continúa.
“Se dio cuenta de que era amada y cambió”
“A veces cuando un paciente ve que le importa a alguien y se siente acompañado, desiste”, asegura el abogado.
Y eso fue exactamente lo que pasó. Al ver el acompañamiento de su hija, se dio cuenta de que era amada y cambió su decisión.
Mónica confirma que puso en marcha “un mecanismo en defensa de la vida de mi madre por Amor”.
Y añade: “Ella vio todo el amor que puse, la medicación ayudó y se dio cuenta de que no podía morirse así”.
Dios lo hace posible
A la vez reconoce que solo por sus medios no podría haberlo afrontado: “Dios capacita -asegura-. Me sostuvieron mis grupos de oración, me dieron la fuerza la fe, los sacramentos,…”.
“Dios es el amor, si te pones en sus manos, te llenas de amor y puedes hacer frente a todo”, añade.
“Una parte de la familia apoyaba la eutanasia y me veía pequeña como David ante Goliat”, reconoce.
“Pero el Señor me ayudó en esa situación, me usó como instrumento suyo y puso en mi camino las personas adecuadas para sacar a mi madre de esa situación”.
Transformación y agradecimiento
Y la vida de su madre siguió, con sus dificultades, pero también con nuevas esperanzas. “Ha tenido una conversión -asegura su hija-. Se ha confesado, ha comulgado y ha recibido la unción de enfermos”.
“Tras comulgar, dijo que había recuperado la alegría”, resalta su hija. Reconoce que su madre “tiene altibajos y sigue dependiendo de los demás, pero está muy cariñosa y agradecida”.
“Ha experimentado una transformación muy importante -añade- porque ha habido mucha oración de muchas personas de distintos países que han rezado por ella”.
“De todas maneras siempre tienes que estar vigilante -advierte-. Cuando siembras la semilla tienes que cuidarla”.
Ayudar a salir adelante
Después de esta experiencia familiar, Mónica se ha involucrado en la ayuda a víctimas de la eutanasia.
“Muchas personas están muriendo en esta situación, que se camufla como bondad -denuncia- pero a las cosas hay que llamarlas por su nombre”.
“Cuesta mucho esfuerzo buscar todos los informes médicos, llamar a abogados y poner a disposición las herramientas para salvar una vida”, reconoce.
“Y a veces la gente no tiene tiempo -constata- y se abandona a esa idea de bondad y en menos de un mes te has quedado sin padre, madre, hijo”.
“No es sabio tomar decisiones en momentos de tribulación”, subraya, citando a san Ignacio de Loyola.
“Hacen decidir a personas con depresión, de manera impulsiva… y ahí puedes cometer el mayor error de tu vida: suicidarte”, advierte.
“Ahora hay hospitales donde personas esperan este tipo de muerte a diario”, lamenta, pero “las personas no quieren morir, quieren dejar de sufrir, que es diferente”.
“Si ves a una persona que se va a tirar por un puente, ¿le das la mano o le pegas una patada?”, pregunta.
“Hay que ayudar a las personas a salir adelante -responde-. Dios nos elige para algo, no nos podemos quedar callados, somos sal de la tierra”.
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