Matthew 10:1-7

Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús comisiona a los doce apóstoles. Quizás aquí podemos ver el cumplimiento de la invitación profética que realiza a los primeros discípulos: “Síganme y los haré pescadores de hombres”.

En hebreo, la palabra “síganme” indica discipulado. Jesús no está entonces ofreciendo una doctrina, una teología, o una colección de creencias o convicciones. Él se ofrece a Sí mismo. Nos está diciendo, “Caminen por Mi camino; entren al mundo que les he abierto”.

“Los haré pescadores de hombres”. Esta es una de las mejores proclamaciones en las Escrituras. Observen que en la primera parte de la frase dice “los haré . . .”. Dios es quien nos hace de la nada. Vivir en el pecado es vivir fuera del poder creativo de Dios, es pretender que podemos hacernos nosotros mismos. ¡Qué maravilloso que Él nos diga lo que hará de nosotros!

Y lo que Él hace de nosotros es siempre un reflejo de Sí mismo: pescador de hombres. Dios quiere atraer a todas las cosas y todas las personas en comunidad alrededor suyo, y en Él. Dios es un pescador de personas, y quiere que nosotros también lo seamos.

Canuto de Dinamarca, Santo

Mátir Laico, 10 de julio

Por: Redacción | Fuente: ArchiMadrid.es

Martirologio Romano: En Odense, ciudad de Dinamarca, san Canuto, mártir, rey de ardiente celo, que dio gran esplendor al culto en su reino, promovió el estado clerical y asentó sólidamente las iglesias de Lund y Odense, siendo finalmente asesinado por unos sediciosos (1086).

Etimológicamente: Canuto = Aquel que es imprescindible,es de origen germánico.

Patronazgo: de Dinamarca

Breve Biografía

Canuto IV el Santo (en danés, Knud den Hellige) (1040 – 1086) reinó en Dinamarca desde 1080 hasta su asesinato en 1086. Era hijo natural de Sven II rey de Inglaterra. Sucedió a su hermano Harald III Hen.

Desde joven resaltan en él las mejores cualidades para la lucha y posee apreciadas dotes de conquistador. Pelea contra los piratas que destrozan las costas del reino y logra limpiar los mares; sale vencedor en las sangrientas guerras contra los vendos paganos. Crece más y más su estima entre el pueblo. Pero a la muerte de su padre usurpa el trono su hermano Harald porque la nobleza prefiere un rey flojo y estúpido, que muere a los dos años. Entonces es cuando sube al trono Canuto, corriendo el año 1080.

Se esfuerza por restablecer las buenas costumbres ya que se ha encontrado con un reino que aún sufre los tropiezos del paganismo. Purga al pueblo de vicios y desórdenes. Guerrea contra Estonia y añade a Dinamarca los territorios de Curlandia y Samogitia. Parece que no por ambición, sino por piedad; de hecho, inmediatamente manda misioneros que evangelicen a los habitantes de esas tierras.

Como suele suceder en un rey, se casó con Adela, hija de Roberto, conde de Flandes, de quien tuvo a Carlos el Bueno.

Dispone las cosas del reino con leyes humanas, sabias y prudentes. Hace por los menesterosos, construye hospitales, su tesoro es para los pobres. Favorece la misión de la Iglesia con la construcción de templos y patrocinando monasterios.

Precisamente la cuestión de los diezmos le indispone con los nobles. Intenta desarraigar en el pueblo la mala costumbre de atribuir únicamente a los pecados de los clérigos la causa de las calamidades que periódicamente afligen al pueblo, las enfermedades, catástrofes y todo tipo de desórdenes naturales.

Por su parte, adopta actitudes penitenciales. Tiene una piedad grande que le lleva a traer después de invadir Inglaterra, las reliquias de san Albano. Entre todas las actitudes religiosas destaca su amor y veneración por la Eucaristía. Sinceramente es capaz de poner a los pies de Cristo crucificado su espada, su corona y las insignias reales ¡y lo hace!

Es traicionado por su hermano Olao. Un día que asiste a la Misa en Odense, en la isla de Fünen y en la iglesia de san Albano, acompañado por algunos leales, los rebeldes capitaneados por Blacon rodean la Iglesia. Después de haber confesado y comulgado, muere asaeteado, perdonando a sus enemigos. Fue un 10 de enero del 1087. Es canonizado y proclamado primer santo de Dinamarca el año 1.100. El Papa Clemente X reconoce su culto para toda la Iglesia.

En nuestra época puede resultarnos extraña la figura de un santo rudo, peleón, invasor de tierras extrañas y exigente sin contemplaciones. Parece convencernos más su bondad con los pobres, su compasión con el débil, su piedad y penitencia. Pero él hizo lo que pudo para ser leal consigo mismo, bueno con su pueblo y fiel con la Iglesia. Eso era lo que le pedía el siglo de hierro, aquel oscuro tiempo bárbaro y turbulento.

El Reino de los Cielos está cerca

Santo Evangelio según san Mateo 10, 1- 7. Miércoles XIV del Tiempo Ordinario

Por: Redacción | Fuente: Catholic.net

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Jesús, gracias por el don de la fe católica, porque podemos disfrutar de tu compañía y recibirte en la sagrada Eucaristía. Sabemos que no somos dignos pero tú así lo has querido en tu infinito amor de Padre. Ayúdanos para que en esta meditación nos llenemos de tu amor y podamos ir por todo el mundo y proclamar tus maravillas, contagiando con tu amor los corazones de cuantos encontremos en nuestro camino.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 10, 1- 7

Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de curar cualquier enfermedad o dolencia. Los nombres de los doce Apóstoles son: en primer lugar, Simón, de sobrenombre Pedro, y su hermano Andrés; luego, Santiago, hijo de Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó. A estos Doce, Jesús los envió con las siguientes instrucciones: «No vayan a regiones paganas, ni entren en ninguna ciudad de los samaritanos. Vayan, en cambio, a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca.

Palabra de Dios

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Detengámonos brevemente en el primer versículo, cuando Jesús convoca a sus discípulos y ellos acuden a Él y reciben una serie de dones que ellos jamás se hubieran imaginado. Los discípulos creían ya tenerlo todo, se sentían contentos por estar con el Maestro. Pedro, que había dejado su casa, a su suegra y su barca, se sentía feliz. Lo mismo Mateo, quien había dejado todas sus riquezas.

Y así cada uno había dejado todo para seguir al Maestro… y para servirle. Ya no podían esperar otro cambio de rumbo en sus vidas… pero, ese día el Señor se notaba distinto, se alegre y recogido a la vez. Les recordaba el día en que cada uno de ellos había sido llamado y les había invitado a dejar las redes y seguirle.

Ya nada más podía pedirles Jesús. Sin embargo, ese día tan especial Jesús convoco a doce de los que le seguían de cerca y los envío a llevar su mensaje de amor y salvación a todos los hombres; les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de curar cualquier enfermedad y dolencia.

Hoy Cristo nos sigue convocando para que vayamos y demos testimonio. Pero necesita de nuestra docilidad a fin de que respondamos a esta convocatoria como lo discípulos. No es una invitación de grupo, sino individual, con nombres específicos: Pedro, Juan, Mateo. Solo que hoy son nuestros nombres los que se escuchan. No perdamos la oportunidad de estar atentos para escucharle y abiertos a lo que Él quiera de nosotros… aunque pensemos que ya no podemos dar o recibir más.

La Iglesia nos necesita para ser luz en la tierra, necesita de hombres y mujeres, laicos y consagrados para la nueva evangelización.

«La paz no se puede comprar, no se vende. La paz es un don que hemos de buscar con paciencia y construir “artesanalmente” mediante pequeños y grandes gestos en nuestra vida cotidiana. El camino de la paz se consolida si reconocemos que todos tenemos la misma sangre y formamos parte del género humano; si no olvidamos que tenemos un único Padre en el cielo y que somos todos sus hijos, hechos a su imagen y semejanza».

(Homilía de S.S. Francisco, 24 de mayo de 2014).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Viviré con mayor delicadeza mi vida cristiana transmitiendo el amor de Cristo con mi testimonio, haciendo dos actos de caridad ayudando a una persona.

Despedida

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

La leyenda de San Cristóbal

Alvaro Real – publicado el 10/07/20

Buscó al Señor más poderoso del mundo, sirvió al diablo y finalmente terminó llevando a cuestas a un niño

Poco se conoce de San Cristóbal y lo que se conoce es gracias a una leyenda medieval. Se trata de un texto que ha ido pasando de generación en generación y que se conoce como la “Leyenda Áurea”.

Esta leyenda muestra a Cristóbal como un gigante de más de 5 metros de altura. Se trata de un hombre que buscó y recorrió el mundo para consagrarse al servicio del Señor más poderoso del mundo. Primero encontró un rey cristiano, después viendo que el rey temía al diablo cambió de amo y quiso servir al diablo y a su ejército destructor.

Un buen día, en un cruce de caminos el diablo vio una cruz de piedra y empezó a temblar. ¿Cómo es posible?, pensó ¿Cómo se puede tener miedo de alguien que había muerto en esa cruz? Dejó al diablo y buscó por muchos lugares.

Un buen día se encontró con un ermitaño que le explicó como servir a Cristo:

-Aquí al lado hay un río donde suelen morir muchos de los que intentan atravesarlo. Tienes una estatura y fuerza descomunal, perfectamente podrás pasarlos de orilla a orilla sobre tus hombros. Y efectivamente, comenzó a pasar viajeros apoyado en una vara gruesa y resistente.

Así lo hizo. Un buen día, escuchó la voz de un niño:

-¡Cristóbal, sal y ayúdame a cruzar el río!

Cristobal salió y no vio nada. Así ocurrió una segunda vez. A la tercera lo vio y lo subió sobre sus hombres para cruzar el río. Cada vez el niño pesaba más y más…Cristóbal no podía con él. No podía creer lo que les estaba pasando. Finalmente y con un esfuerzo sobrehumano cruzó el río.

-¡Ay, pequeño!- le dijo Cristobal, creía llevar el mundo entero sobre mis espaldas.

Y lo has llevado porque yo soy Cristo, el creador de ese mundo. Cuando vuelvas a tu cabaña, planta la vara y mañana por la mañana estará verde y con frutos-, le contestó el niño.

Así fue como Cristóbal se convirtió en el portador de Cristo o el portador del Niño. Nada más se sabe de su vida y de su historia. Algunos dicen que se trata de una leyenda medieval, otros dicen que es una transformación de la mitología griega y el mito de la barca de Caronte. Quizá no importe tanto de donde venga la tradición, sino lo que ha supuesto.

Cristóbal se convertiría así, por esta leyenda, en el patrón de los viajeros.