Matthew 5:17-19
Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús nos dice que no ha venido a abolir la Ley, sino a cumplirla. Mateo nos cuenta que Jesús subió a una montaña, se sentó y comenzó a enseñar, recordando a Moisés, quien había subido al Monte Sinaí para recibir los Diez Mandamientos de Dios.
Por lo tanto, Jesús se presenta aquí como el Nuevo Moisés que promulgará la Ley definitiva desde esa montaña en Galilea. Me doy cuenta que esto plantea de inmediato un problema para los lectores contemporáneos, que se sienten desanimados por una religión que conlleva leyes, normas y prohibiciones. Un ingenioso irlandés resumió alguna vez el catolicismo que le enseñaron con esta frase: “¡Al principio era la palabra, y la palabra era no!”.
Dado que los Diez Mandamientos han sido honrados aunque no siempre acatados, ¿por qué alguien pensaría que es una buena idea introducir leyes nuevas y más estrictas? Pero luego prestamos atención a la primera palabra que sale de la boca del legislador: “Bendito”. “Feliz”. La ley que ofrece el Nuevo Moisés es un patrón de vida que promete hacernos felices.
Bernabé, Santo
Apóstol, 11 de junio
Por: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net
Martirologio Romano: Memoria de san Bernabé, apóstol, varón bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe, que formó parte de los primeros creyentes en Jerusalén, predicó el Evangelio en Antioquía e introdujo entre los hermanos a Saulo de Tarso, recién convertido. Con él realizó un primer viaje por Asia para anunciar la Palabra de Dios, participó luego en el Concilio de Jerusalén y terminó sus días en la isla de Chipre, su patria, sin cesar de difundir el Evangelio († s. I).
Breve Biografía
“José, llamado por los Apóstoles Bernabé, que quiere decir hijo de consolación, levita, natural de Chipre, tenía un campo; lo vendió y llevó el dinero a los pies de los Apóstoles”. Así nos lo presentan los Hechos de los Apóstoles. Antiguas fuentes refieren que Bernabé, llamado Apóstol por Los mismos Hechos, aunque no pertenecía a los Doce, fue probablemente uno de los setenta discípulos de los que habla el Evangelio. En todo caso es una figura de primer plano en la fervorosa comunidad cristiana, que se formó en Jerusalén después de Pentecostés. Los Apóstoles tenían mucho aprecio a Bernabé y lo escogieron para la evangelización de Antioquía.
Bernabé es el hombre de las grandes intuiciones. En Antioquía se dio cuenta inmediatamente de que ese era un terreno apto para sembrar la palabra de Dios. Fue a decirlo a Jerusalén y pidió la aprobación para ir en busca del neoconvertido Saulo, sacándolo de su retiro en Tarso. Así comenzó su extraordinaria asociación. Después de un año de trabajo, habían logrado tantas conversiones que “hicieron noticia”, como se diría hay en el lenguaje periodístico. Dicen los Hechos de los Apóstoles: “Por primera vez los discípulos tomaron el nombre de cristianos en Antioquía”.
Saulo, que ahora prefería usar el nombre romano de Pablo, y Bernabé, satisfechos por haber abierto el camino al anuncio evangélico entre los paganos, partieron hacia otros lugares. Primera etapa Chipre, patria de Bernabé, que había llevado consigo a su joven primo Juan Marcos, el futuro evangelista. Otra magnifica elección, aunque más tarde, al comienzo del segundo y más peligroso viaje misionero, el joven no estaba muy decidido y Pablo no creyó oportuno cambiar el programa, y prefirió separarse inclusive de Bernabé, que se quedó en Chipre.
Pablo y Bernabé, dos personalidades diferentes, que se complementan mutuamente. En Listra, al final del primer viaje misionero, durante la predicación Pablo notó la presencia de un pobre tullido. “Levántate y camina”, le dijo. Y el tullido quedó curado. “La muchedumbre, al ver lo que Pablo había hecho, comenzó a gritar: ¡Los dioses en forma humana han bajado hasta nosotros! Y a Bernabé lo llamaban Júpiter, y a Pablo Mercurio, porque era el más elocuente de los dos”. A Bernabé se le atribuye la paternidad de la Carta paulina a los Hebreos y de otro escrito, llamado El Evangelio de Bernabé, ahora perdido. Después que se separó de Pablo, no se tienen más noticias de Bernabé. Escritos apócrifos hablan de un viaje a Roma y de su martirio, hacia el año 70, en Salamina, por mano de los judíos de la diáspora que lo lapidaron.
Hombre de paz
Santo Evangelio según san Mateo 10, 7-13. San Bernabé Apóstol
Por: Jorge Alberto Leaños García, LC | Fuente: somosrc.mx
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor Jesús, te doy gracias por la especial protección que me has dado en este día. Alcánzame la gracia de ser siempre fiel a tu amistad y haz que este momento se convierta en un verdadero encuentro, un encuentro que me anime a hacer lo que debo hacer, andar hacia donde Tú me llamas y así logre cumplir tu voluntad.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 10, 7-15
En aquel tiempo, envió Jesús a los Doce con estas instrucciones: “Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos. Curen a los leprosos y demás enfermos; resuciten a los muertos y echen fuera a los demonios. Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, pues, gratuitamente.
No lleven con ustedes, en su cinturón, monedas de oro, de plata o de cobre. No lleven morral para el camino ni dos túnicas ni sandalias ni bordón, porque el trabajador tiene derecho a su sustento.
Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, pregunten por alguien respetable y hospédense en su casa hasta que se vayan. Al entrar, saluden así: ‘Que haya paz en esta casa’. Y si aquella casa es digna, la paz de ustedes reinará en ella; si no es digna, el saludo de paz de ustedes no les aprovechará. Y si no los reciben o no escuchan sus palabras, al salir de aquella casa o de aquella ciudad, sacudan el polvo de los pies. Yo les aseguro que el día del juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas con menos rigor que esa ciudad”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
El mandato de Dios es claro: «Id y proclamar».
Cada persona que ha descubierto, vivido y experimentado la vida cristiana está llamada a compartir el tesoro que ha encontrado. Cuando se habla de lo nuestro y el corazón se enciende, es en este momento en donde el Reino de Cristo se extiende hasta los confines de la tierra, hasta los confines del interior de cada persona.
A lo largo de nuestra vida podremos encontrar a Dios en el sencillo obrar de un humilde hombre, o incluso en medio de la soledad al sentirnos acompañados. Es increíble la cantidad de lugares en donde se puede proclamar el mensaje de esperanza que Dios nos dejó desde la cruz, desde la Eucaristía y desde el cielo. Ahora, Él deja su mandato para que nosotros lo transmitamos con pasión y conciencia de lo que ha hecho por nosotros.
Este reino no consiste en muros, casas o castillos, sino que se difunde a través de todas las personas que abandonan su oro, su túnica, su bastón y, saliendo de su propia comodidad, salen al encuentro de Dios. Salen de sí mismos para empezar a construir, no una casa para sus propios intereses, sino un reino para Cristo.
Tomemos conciencia de lo que proclamamos, que «el reino de los cielos está cerca».
«El Evangelio se realiza cuando el camino de la vida llega al don. Dar gratuitamente, por el Señor, sin esperar nada a cambio: esta es la señal segura de que se ha encontrado a Jesús, que dice: “Gratis habéis recibido, dad gratis”. Hacer el bien sin cálculos, incluso cuando nadie nos lo pide, incluso cuando no ganamos nada con ello, incluso cuando no nos gusta. Dios quiere esto. Él, que se ha hecho pequeño por nosotros, nos pide que ofrezcamos algo para sus hermanos más pequeños. ¿Quiénes son? Son precisamente aquellos que no tienen nada para dar a cambio, como el necesitado, el que pasa hambre, el forastero, el que está en la cárcel, el pobre».
(Homilía de S.S. Francisco, 6 de enero de 2018).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Me examinaré preguntándome si estoy convencido de lo que proclamo como hombre de Reino.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Santa Paola Frassinetti, una inspiración para las chicas sin recursos

Joseolgon-(CC BY-SA 3.0)-modified
Maria Paola Daud – publicado el 10/06/22
Conoce la historia de superación de la fundadora de la Congregación de las Hermanas de Santa Dorotea
Paola Frassinetti nace el 3 de marzo del 1809 en Génova. A los 9 años muere su madre y a los 12 su padre. Huérfana de madre y padre tuvo que cuidar a sus 4 hermanos, con la ayuda de su tía hasta cuando pudo y luego completamente sola.
Su hermano Giuseppe fue ordenado sacerdote en el año 1827, lo que contribuyó al deseo en la joven de consagrarse a Dios.
Pidió entrar en algunos monasterios pero no fue aceptada, ya que a los 19 años comenzó a tener problemas de salud.
Fue entonces cuando su hermano Giuseppe, el año 1830, invitó a Paola a vivir con él en Quinto (Liguria), con la esperanza de que el mejor clima beneficiara su mala salud.
Conociendo sus cualidades como excelente catequista y maestra, Padre Giuseppe abre en su parroquia una escuela para chicas de pocos recursos y pone a Paola a sus cuidados.
Paola enseñó a las chicas catecismo, un poco de lectura y algunos trabajos. Sin darse cuenta, inmediatamente ejerció un encanto irresistible sobre ellas con su bondad.
La que más se encariñó con Frassinetti fue Marianna Danero, quien compartió su idea y deseo de establecer una congregación religiosa para la educación e instrucción de las jóvenes, ya que no contaba con la dote necesaria para ingresar al convento.
Y así, superando muchas dificultades iniciales, fundó la Congregación de las Hermanas de Santa Dorotea para la formación cristiana de la juventud femenina.
Las Hijas de Santa Dorotea
El 19 de mayo de 1841, la Madre Paola fue a Roma, acompañada por dos novicias, para abrir una casa.
En esa ocasión fue recibida por el papa Gregorio XVI, quien se mostró complacido con las Hermanas Dorotianas.
Con la ayuda primero de Gregorio XVI y luego de Pío IX, a Paola le vienen encargada nuevas tareas. Como el «conservatorio» (reformatorio de mujeres) en Sant’Onofrio al Gianicolo, que se convertirá en la sede del instituto.
En 1865 pidió abrir una casa en Brasil, luego en Portugal. Las casas de las Hijas de Santa Dorotea se convertirán en noventa en el siglo XX en distintos países.
Su muerte
Debilitada por la fatiga y dos veces sufrió apoplejía, muere el 11 de junio de 1882 en la Casa General de su Congregación en Roma.
Fue beatificada por el papa Pío XI el 8 de junio de 1930 y canonizada por el papa Juan Pablo II el 11 de marzo de 1984.
Su cuerpo incorrupto es visible bajo el altar de la capilla de las Doroteas en Roma.
Oración
Oh Santa Paola, que con humildad y fe ardiente, te abandonaste totalmente a la voluntad de Dios, segura de su bondad y de sus promesas,
por intercesión haz que, confiando con amor en la misericordia del Señor,
obtenga de su corazón la gracia que deseo ardientemente. Gloria
Oh Santa Paola, que en los días de prueba,
en el sufrimiento del cuerpo y en la angustia del alma,
siempre has esperado con firme confianza en la infinita misericordia de Dios, haz que a través de su intercesión, esperando filialmente en la bondad del Señor que socorre en mis miserias, obtenga de su Corazón la gracia que deseo ardientemente. Gloria
Oh Santa Paola, que pusiste toda tu alegría en el amor al Señor y en su Cruz, obteniendo ayuda fraterna y materna a todas las miserias del corazón, haz por tu intercesión que amando fervientemente a Dios y al prójimo por amor a Dios, obtenga de su Corazón la gracia que deseo ardientemente. Gloria