John 21:20-25

John 20:19-23

Amigos, en nuestro Evangelio de hoy, extraído del relato que realiza San Juan, Jesús muestra a sus discípulos las heridas de la crucifixión y luego les ofrece shalom (paz). La yuxtaposición de las heridas y el shalom conlleva poder. Las heridas por sí solas nos dejarían asustados, y convencidos de nuestros pecados, pero no brindan una salida. El shalom solo nos dejaría con cierta gracia barata, una salida demasiado fácil.

Y es precisamente por eso que, inmediatamente después de pronunciar esa palabra y mostrar esas heridas, Jesús envía a los discípulos en misión de perdón: “Sopló sobre ellos y añadió ‘Reciban al Espíritu Santo’. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan”.  

La Iglesia recibe su misión e identidad esencial como portadora del perdón divino. Se nos ha confiado brindar el shalom de Jesús a un mundo caído y sin esperanza. Y no es gracia barata lo que compartimos. También participamos en la misión de Jesús de mostrar sus heridas. La Iglesia se niega a dar explicaciones o excusas o llamar al pecado con otro nombre.

Jn 15, 26-27; 16, 12-15

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando venga el Consolador, que yo les enviaré a ustedes de parte del Padre, el Espíritu de la verdad que procede del Padre, él dará testimonio de mí y ustedes también darán testimonio, pues desde el principio han estado conmigo.

Aún tengo muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden comprender. Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los irá guiando hasta la verdad plena, porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que haya oído y les anunciará las cosas que van a suceder. Él me glorificará, porque primero recibirá de mí lo que les vaya comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho que tomará de lo mío y se lo comunicará a ustedes”.

La paz esté con ustedes, llegamos a la fiesta de Pentecostés que son junto a Navidad y Pascua las fiestas más grandes del año en la iglesia. La gran celebración del Espíritu Santo, recordamos aquel gran día en que el padre y el hijo enviaron al Espíritu Santo sobre los apóstoles, la gente los escucha hablar en sus propias lenguas, señala el inicio de una iglesia y su gran obra que continúa hasta el presente. El espíritu santo, el amor que conecta al padre y al hijo. Desde toda la eternidad el padre pronuncia su palabra, ese es el hijo, el hijo es la imagen perfecta del Padre, comparten la misma sustancia, la misma esencia. El padre y el hijo se miran entre sí y ambos ven completa perfección y entonces se enamoran completamente. El amor que respiran mutuamente es el espíritu santo, el espíritus sanctus, el soplo sagrado. En algunas ocasiones la tradición llama el espíritu vinculum amoris, el vínculo de amor, por esa razón, el vínculo que conecta al padre con el hijo. Este es el poder que el padre y el hijo insuflan juntos en la vida de la iglesia, todo lo demás es una nota al pie, amor. El amor está en el centro de la vida de la iglesia porque eso es lo que el Espíritu Santo es, así que con eso en mente quiero centrarme en nuestra segunda lectura que es uno de mis textos favoritos, lo he utilizado durante años en la dirección espiritual al aconsejar. Cuando se me acerca la gente pidiendo consejo especialmente sobre su vocación o su camino en la vida. padre ¿qué hago señor obispo? ¿qué camino debería seguir? A menudo les digo: saca tu biblia, lee en Gálatas, Pablo a los Gálatas capítulo 5. Lo que encuentran allí es lo que se conoce como los frutos del espíritu y les he dicho a las personas a lo largo de los años miren esa lista de frutos del espíritu, cualquiera sea el camino que haga surgir a aquellos, ese es el que quieren y luego llegaremos a las obras de la carne, lo opuesto, cualquier cosa que haga surgir eso en ti mantente alejado. Así que permítanme ocupar un poco de tiempo hoy, es Gálatas capítulo 5, cuando estén con sus Biblias. Dice Pablo los frutos del espíritu santo, entonces si tienen el espíritu en ustedes, esta es la manera en que se manifestará. Escuchen, son el amor, la alegría, la paz, la generosidad, la benignidad, la bondad, la fidelidad, la mansedumbre y el dominio de sí mismo. Ahora tal vez no pueda hablar de cada uno de ellos pero permítame decir unas pocas cosas simples. Noten primero el primer fruto del espíritu santo, por supuesto es el amor porque eso es lo que el espíritu es, ahora qué es el amor no es un sentimiento, amor es desear el bien de los demás, no hay nada más importante, no existe un signo más claro de que el espíritu santo está en ti que el amor, desear el bien de los demás puedo sugerirles algo por favor al final del día cuando examinen su conciencia, allí está la primera pregunta para hacer cómo estuve hoy respecto al amor deseé el bien de los demás en cada oportunidad. Y cuándo perdí esa oportunidad en qué momento.

Durante mi día no deseé el bien de los demás. Ese es el signo infalible de que el espíritu santo está operando dentro tuyo, ese es un punto muy importante de demarcación. Para mí ha sido durante toda mi vida enormemente clarificador, recorrí el camino del amor o no. Allí está la primera, segundo dice Pablo y les he mencionado esto antes, creo en los grandes maestros espirituales, la bandera del Espíritu Santo es la alegría, ahora, alegría no quiere decir estar eufórico a cada momento quiere decir esa profunda felicidad duradera más profunda que la superficie de la vida y tú lo sabes sabes cuando conoces a alguien e irradia alegría y conocen lo opuesto hay gente que absorbe el aire de una habitación hay gente que radia lo opuesto de la alegría que parecen propagar infelicidad a su alrededor no tienen al Espíritu Santo es por eso que cristianos tristes eso es como una contradicción de términos eviten a los cristianos tristes tal vez regrese al final Pero algunas veces la gente me pregunta sobre internet a quién debería escuchar en internet aléjense de la gente triste no tienen en ellos al Espíritu denle un vistazo al final de su día la de su alegría si no están experimentando esa alegría tal vez estén permitiendo que muchas cosas tomen un lugar central en sus vidas no están permitiendo el espíritu que se arraigue en ustedes Aquí hay una tercera tienen amor alegría Paz ahora por supuesto Paz es shalom en hebreo e Irene diríamos en su griego aquí esa es una idea muy poderosa atraviesa la Biblia entera es lo que Dios siempre qu para su pueblo significa florecimiento a todo nivel significa esa sensación de todos juntos de integración el espíritu santo provoca la unidad de los componentes en ti he utilizado antes esa imagen del rosetón he hablado del poder demoníaco que dispersa a mí me parece que la paz es esa armonía interior todos los os que me conforman mi mente mi voluntad mis pasiones mis facultades mis relaciones mis amistades mi vida pública mi vida privada, todo ello concuerda, eso es un fruto del espíritu, Paz. Pregúntense, al final del día estoy en paz, ahora todos enfrentamos problemas, ese no es el asunto, bueno no tuve un solo problema, hoy o ningún dilema ninguna dificultad no no no significa eso, significa que a pesar de todo eso, experimento esta unidad y armonía interior, ese es un fruto del espíritu santo, adoro el que viene a continuación, tenemos entonces amor, alegría, paz, paciencia. No soy el hombre más paciente del mundo, a menudo me encuentro confesando impaciencia. De dónde nace la impaciencia, nace de la falta de amor, si amar significa desear el bien del otro, entonces tu preocupación es lo que es bueno para esa persona, cuando me vuelvo impaciente es porque estoy preocupado conmigo y con lo que quiero yo, no está sucediendo a mi modo, en mis horarios, en mis términos, y entonces me pongo impaciente con la gente a mi alrededor, por eso es que la paciencia es un fruto del espíritu santo. Significa que estás dominado por el amor y he conocido gente en mi vida, gente santa que manifiesta esto hermosamente, soportan muchísimo una de las obras de misericordia espirituales, es sufrir con paciencia los defectos de los demás, soy malo en eso pero es un fruto del espíritu cuando gente fastidiosa pudiera hacerte pasar un mal rato pero eres capaz de demostrar paciencia. Eso significa que el amor se ha arraigado profundamente en ti. Benignidad viene después, amabilidad, decencia básica, cortesía básica. Adoro el hecho de que esos gestos de cortesía que hacemos ya sea sostener una puerta, permitir a alguien salir primero del elevador, sostener la silla para alguien, ayudar con el abrigo, estos gestos pequeñitos pero no son pequeños espiritualmente. Son expresión de una amabilidad que nuevamente surge del Amor. Si mi vida se trata de desear el bien de los demás bueno entonces estaré atento a estos pequeños detalles en la gente amable que han conocido a lo largo de sus vidas quienes demuestran estos actos simples de cortesía, ese es un fruto del espíritu santo ,qué tal la generosidad es una palabra adorable cierto y más aún una realidad adorable cuando alguien es generoso da muchos de nosotros pecadores pensamos que la vida trata solo de aferrarse a cosas dámelo no permitas que se vaya has trabajado fuerte para eso aférrate a ello pero si el amor se ha arraigado en ti, desear el bien de los demás, bueno por supuesto te vuelves generoso con lo que tienes, tal como Dios es generoso con su amor, ya lo he dicho y es un principio espiritual básico, es una paradoja preciosa que Cuanto más generoso eres, cuanto más das, más gracia recibes, la cual tienes que regalar nuevamente y así recibes más, esa es una persona generosa. Todos conocemos gente así qué tal una más Pablo habla del autocontrol eso es realmente importante, miren si son personas de Amor, quieren el bien de los demás. Qué hacen bueno se mantienen bajo control porque si sus pasiones son desordenadas y expresan sus preocupaciones todo el tiempo y están expresando sus frustraciones su ira están fuera de control Y eso significa que hacen daño a los que están a su alrededor es por eso que el autocontrol no es cierta especie de puritanismo ni es cierta represión No no es el control de mis pasiones y mis preocupaciones para que pueda convertirme en un vehículo de amor a los demás me preocupa mucho Sobre todo con nuestros jóvenes que nuestra cultura sigue diciéndoles no no no Simplemente exprésate como quieres no sigan esas viejas reglas no no no el fruto del espíritu santo es un autocontrol que les permite amar a los demás completamente quiero decir incluso mientras hablo de esto ahora es extraño como este texto me llega al corazón Qué poderoso es todo esto qué poderosos que son si están batallando se están preguntando qué camino debería tomar miren a estos Qué hace surgir estos Ese es el camino que quieren tomar ahora unos pocos me quedan un par de minutos Pablo contrasta los frutos del espíritu con lo que él llama las obras de la carne de nuevo no rebaja el cuerpo carne aquí lo usa como un símbolo para lo que se opone al Espíritu Santo Cuáles son bueno miren primero la lujuria la impureza el libertinaje sí seguro si sus deseos sexuales están fuera de control entonces van a intentar utilizarlos para satisfacerse por esta razón no es puritanismo este es buen vocabulario del Espíritu Santo si no tienen sus pasiones sexuales bajo cierto control no serán capaces de canalizar su energía sexual en la dirección del amor Espero que esto se entienda porque de nuevo nuestra cultura dice todo el tiempo lo contrario no no libérate y libera todas tus energías sexuales Dios nos libre Y acaso no lo hemos visto no lo hemos visto en nuestra cultura cuando al permitirse eso se muestra cualquier otra cosa salvo amor entonces tiene toda la razón en en eso la idolatría es una obra de la carne Ven por qué Porque el verdadero Dios es el Dios cuyo nombre es amor Todo otro Dios es un Dios falso Así que si crean una realidad definitiva de la Nada sin considerar al verdadero Dios van a caer en lo opuesto del Amor ya sea que adoren falsos dioses adoren al dinero o el sexo el poder o su país o cualquier otra cosa Eso es idolatría y significa que lo opuesto del amor se va a convertir en lo más importante para ti las enemistades los pleitos las rivalidades les suena conocido compañeros pecadores es que todos somos susceptibles a esto si digo que mi vida trata sobre mí sobre satisfacer mis deseos Bueno Entonces voy a caer siempre en enemistades pleitos y rivalidades porque él capta más atención él está recibiendo más amor que yo está triunfando y yo no Y entonces estoy enojado todo el tiempo Estoy celoso todo el tiempo todos son mis rivales Bueno lo que significa es que no están poseídos por el espíritu santo están poseídos por otro espíritu que los está haciendo egoístas qué tal las divisiones las discordias las envidias de nuevo piensen en el mundo de internet e a quién debería Escuchar señor obispo observen a la gente que genera estas cosas divisiones discordias envidias no lo sigan Esas son las obras de la carne no los frutos del espíritu santo y luego viene la que menciona último las borracheras las y otras cosas semejantes ustedes dirán Qué problema con tomar un trago de vez en cuando no está hablando de eso borrachera significa que estoy fuera de control que hago un uso desordenado de los sentidos y la bebida la adicción a las drogas todas estas formas diferentes no piensan acaso que causan problemas en nuestra sociedad entonces están ciegos Pablo lo supo 2000 años atrás son un signo de que no estoy poseído por el espíritu santo y las y cosas semejantes de nuevo estas expresiones del deseo sexual descontroladas Ay ay ay no me digan que eso es cierta fuerza liberadora no lo es significa que están poseídos por el opuesto del espíritu del verdadero amor del desear el bien de los demás así que en este Pentecostés abran sus corazones abran sus corazones a la venida del Espíritu Santo El amor que conecta al padre y al hijo y luego si hacemos eso podemos permitir que estos frutos del espíritu santo se expresen y Dios los bendiga.

La Fiesta de Pentecostés

Por: Redacción | Fuente: aciprensa.com y iglesia.cl

“Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse. Había en Jerusalén hombres piadosos, que allí residían, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo”.
Hechos de los Apóstoles 2, 1-5

Fiesta de Pentecostés

Originalmente se denominaba “fiesta de las semanas” y tenía lugar siete semanas después de la fiesta de los primeros frutos (Lv 23 15-21; Dt 169). Siete semanas son cincuenta días; de ahí el nombre de Pentecostés (= cincuenta) que recibió más tarde. Según Ex 34 22 se celebraba al término de la cosecha de la cebada y antes de comenzar la del trigo; era una fiesta movible pues dependía de cuándo llegaba cada año la cosecha a su sazón, pero tendría lugar casi siempre durante el mes judío de Siván, equivalente a nuestro Mayo/Junio.

En su origen tenía un sentido fundamental de acción de gracias por la cosecha recogida, pero pronto se le añadió un sentido histórico: se celebraba en esta fiesta el hecho de la alianza y el don de la ley.

En el marco de esta fiesta judía, el libro de los Hechos coloca la efusión del Espíritu Santo sobre los apóstoles (Hch 2 1.4). A partir de este acontecimiento, Pentecostés se convierte también en fiesta cristiana de primera categoría (Hch 20 16; 1 Cor 168).

¿Quién es el Espíritu Santo?

Según el Catecismo de la Iglesia Católica, el Espíritu Santo es la «Tercera Persona de la Santísima Trinidad». Es decir, habiendo un sólo Dios, existen en Él tres personas distinas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esta verdad ha sido revelada por Jesús en su Evangelio.

El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo de la historia hasta su consumación, pero es en los últimos tiempos, inaugurados con la Encarnación, cuando el Espíritu se revela y nos es dado, cuando es reconocido y acogido como persona. El Señor Jesús nos lo presenta y se refiere a Él no como una potencia impersonal, sino como una Persona diferente, con un obrar propio y un carácter personal.

El Espíritu Santo, el don de Dios

«Dios es Amor» (Jn 4,8-16) y el Amor que es el primer don, contiene todos los demás. Este amor «Dios lo ha derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado». (Rom 5,5).

Puesto que hemos muerto, o al menos, hemos sido heridos por el pecado, el primer efecto del don del Amor es la remisión de nuestros pecados. La Comunión con el Espíritu Santo, «La gracia del Señor Jesucristo, y la caridad de Dios, y la comunicación del Espíritu Santo sean con todos vosotros.» 2 Co 13,13; es la que, en la Iglesia, vuelve a dar a los bautizados la semejanza divina perdida por el pecado.

Por el Espíritu Santo nosotros podemos decir que «Jesús es el Señor «, es decir para entrar en contacto con Cristo es necesario haber sido atraído por el Espíritu Santo.

Mediante el Bautismo se nos da la gracia del nuevo nacimiento en Dios Padre por medio de su Hijo en el Espíritu Santo. Porque los que son portadores del Espíritu de Dios son conducidos al Hijo; pero el Hijo los presenta al Padre, y el Padre les concede la incorruptibilidad. Por tanto, sin el Espíritu no es posible ver al Hijo de Dios, y, sin el Hijo, nadie puede acercarse al Padre, porque el conocimiento del Padre es el Hijo, y el conocimiento del Hijo de Dios se logra por el Espíritu Santo.

Vida de fe. El Espíritu Santo con su gracia es el «primero» que nos despierta en la fe y nos inicia en la vida nueva. El es quien nos precede y despierta en nosotros la fe. Sin embargo, es el «último» en la revelación de las personas de la Santísima Trinidad.

El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo del Designio de nuestra salvación y hasta su consumación. Sólo en los «últimos tiempos», inaugurados con la Encarnación redentora del Hijo, es cuando el Espíritu se revela y se nos da, y se le reconoce y acoge como Persona.

El Paráclito. Palabra del griego «parakletos», que literalmente significa «aquel que es invocado», es por tanto el abogado, el mediador, el defensor, el consolador. Jesús nos presenta al Espíritu Santo diciendo: «El Padre os dará otro Paráclito» (Jn 14,16). El abogado defensor es aquel que, poniéndose de parte de los que son culpables debido a sus pecados, los defiende del castigo merecido, los salva del peligro de perder la vida y la salvación eterna. Esto es lo que ha realizado Cristo, y el Espíritu Santo es llamado «otro paráclito» porque continúa haciendo operante la redención con la que Cristo nos ha librado del pecado y de la muerte eterna.

Espíritu de la Verdad: Jesús afirma de sí mismo: «Yo soy el camino, la verdad y la vida» (Jn 14,6). Y al prometer al Espíritu Santo en aquel «discurso de despedida» con sus apóstoles en la Última Cena, dice que será quien después de su partida, mantendrá entre los discípulos la misma verdad que Él ha anunciado y revelado.

El Paráclito, es la verdad, como lo es Cristo. Los campos de acción en que actúa el Espíritu Santo, son el espíritu humano y la historia del mundo. La distinción entre la verdad y el error es el primer momento de dicha actuación.

Permanecer y obrar en la verdad es el problema esencial para los Apóstoles y para los discípulos de Cristo, desde los primeros años de la Iglesia hasta el final de los tiempos, y es el Espíritu Santo quien hace posible que la verdad a cerca de Dios, del hombre y de su destino, llegue hasta nuestros días sin alteraciones.

Símbolos

Al Espíritu Santo se le representa de diferentes formas:

Agua: El simbolismo del agua es significativo de la acción del Espíritu Santo en el Bautismo, ya que el agua se convierte en el signo sacramental del nuevo nacimiento.

Unción: Simboliza la fuerza. La unción con el óleo es sinónima del Espíritu Santo. En el sacramento de la Confirmación se unge al confirmado para prepararlo a ser testigo de Cristo.

Fuego: Simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu.

Nube y luz: Símbolos inseparables en las manifestaciones del Espíritu Santo. Así desciende sobre la Virgen María para «cubrirla con su sombra». En el Monte Tabor, en la Transfiguración, el día de la Ascensión; aparece una sombra y una nube.

Sello: Es un símbolo cercano al de la unción. Indica el carácter indeleble de la unción del Espíritu en los sacramentos y hablan de la consagración del cristiano.

La Mano: Mediante la imposición de manos los Apóstoles y ahora los Obispos, trasmiten el «don del Espíritu».
La Paloma: En el Bautismo de Jesús, el Espíritu Santo aparece en forma de paloma y se posa sobre Él.

El Espíritu Santo y la vida cristiana

A partir del Bautismo, el Espíritu divino habita en el cristiano como en su templo. Gracias a la fuerza del Espíritu que habita en nosotros, el Padre y el Hijo vienen también a habitar en cada uno de nosotros.

El don del Espíritu Santo es el que:

– nos eleva y asimila a Dios en nuestro ser y en nuestro obrar;

– nos permite conocerlo y amarlo;

– hace que nos abramos a las divinas personas y que se queden en nosotros.
La vida del cristiano es una existencia espiritual, una vida animada y guiada por el Espíritu hacia la santidad o perfección de la caridad. Gracias al Espíritu Santo y guiado por Él, el cristiano tiene la fuerza necesaria para luchar contra todo lo que se opone a la voluntad de Dios.

Dones

Para que el cristiano pueda luchar, el Espíritu Santo le regala sus siete dones, que son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos del Espíritu. Estos dones son:

Don de Ciencia: es el don del Espíritu Santo que nos permite acceder al conocimiento. Es la luz invocada por el cristiano para sostener la fe del bautismo.

Don de consejo: saber decidir con acierto, aconsejar a los otros fácilmente y en el momento necesario conforme a la voluntad de Dios.

Don de Fortaleza: es el don que el Espíritu Santo concede al fiel, ayuda en la perseverancia, es una fuerza sobrenatural.

Don de Inteligencia: es el del Espíritu Santo que nos lleva al camino de la contemplación, camino para acercarse a Dios.

Don de Piedad: el corazón del cristiano no debe ser ni frío ni indiferente. El calor en la fe y el cumplimiento del bien es el don de la piedad, que el Espíritu Santo derrama en las almas.

Don de Sabiduría: es concedido por el Espíritu Santo que nos permite apreciar lo que vemos, lo que presentimos de la obra divina.

Don de Temor: es el don que nos salva del orgullo, sabiendo que lo debemos todo a la misericordia divina.

Por otro lado, los frutos del Espíritu Santo son:

Caridad.
Gozo.
Paz.
Paciencia.
Longanimidad.
Bondad.
Benignidad.
Mansedumbre.
Fe.
Modestia.
Continencia.
Castidad.

Arder de amor

Santo Evangelio según San Juan 15, 26-27; 16, 12-15. Solemnidad de Pentecostés.

Por: Jose Torres | Fuente: somosrc.mx

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, que en este rato de meditación pueda encontrarme con tu mano bondadosa y tu amor misericordioso; que sepa escuchar tu voz en el silencio de mi corazón; que tu palabra sea luz para mi vida y pueda irradiarla a mi prójimo.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 15, 26-27; 16, 12-15

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando venga el Paráclito, que yo les enviaré a ustedes de parte del Padre, el Espíritu de la verdad que procede del Padre, él dará testimonio de mí y ustedes también darán testimonio, pues desde el principio han estado conmigo. Aún tengo muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden comprender. Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los irá guiando hasta la verdad plena, porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que haya oído y les anunciará las cosas que van a suceder. Él me glorificará, porque primero recibirá de mí lo que les vaya comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho que tomará de lo mío y se lo comunicará a ustedes».

Palabra del Señor

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Hoy, el Señor nos invita a estar atentos a su palabra, a sus inspiraciones para poder ser verdaderos discípulos misioneros en medio del mundo y, de esa manera, poder dar testimonio.

¿Qué tan atentos estamos a sus inspiraciones? Necesitamos pedir al Señor que nos ayude a silenciar el corazón; que en este rato de oración podamos ver como Él ve, oír como Él oye; que sintamos su mano amorosa que nos toma, nos lleva a contemplar su infinita misericordia y nos guía siempre en el buen camino.

¿Y cómo podemos dar testimonio? Es muy simple, siendo coherente con nuestro estado de vida, con nuestra vocación, viviendo las bienaventuranzas, pero no como un precepto que nos restringe, que nos coarta la libertad, sino que nos hace verdaderamente libres.

En medio de las ocupaciones de cada día es el momento que Dios se vale para ofrecernos un medio de santificación, es allí donde tenemos la oportunidad de glorificar a Dios con nuestra vida.Que todo lo que hagamos sea un verdadero ofrecimiento, una verdadera liturgia.

Pidamos al Señor que envié su Espíritu sobre cada uno de nosotros para que nuestros corazones ardan de amor, que ese calor, ese ardor, sea el motivo central de nuestros días, que nos lleve a dar todo por Él, que no nos guardemos nada, que amemos como Él nos ama.

«»Alegraos y regocijaos», dice Jesús a los que son perseguidos o humillados por su causa. El Señor lo pide todo y lo que ofrece es la verdadera vida, la felicidad para la cual fuimos creados. Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre. En realidad, desde las primeras páginas de la Biblia está presente, de diversas maneras, el llamado a la santidad. Así se lo proponía el Señor a Abraham: «Camina en mi presencia y sé perfecto»».

(Exhortación Apostólica del Papa Francisco Gaudete et exsultate, n. 1).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Invocando al Espíritu Santo, el día de hoy ofreceré alegremente al Señor mi trabajo o estudio, para mayor gloria de Él.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Por qué Pentecostés es llamado el Domingo de la Rosa

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Philip Kosloski – publicado el 20/05/21

En Pentecostés o Pascua Granada es costumbre en algunos lugares tirar pétalos de rosa desde los tejados para representar la venida del Espíritu Santo

En la ciudad de Roma, pero también en otros lugares del mundo, la fiesta de Pentecostés se llama “Domingo de las Rosas”

La Enciclopedia Católica explica la historia de esta costumbre.

En Italia era costumbre esparcir hojas de rosa del techo de las iglesias para recordar el milagro de las lenguas de fuego; por lo tanto, en Sicilia y en otras partes de Italia, a Pentecostés se le llama Pascha rosarum. El nombre Pascua Granada proviene de los colores rojos de las vestimentas utilizadas en Pentecostés.

La iglesia más famosa que continúa esta tradición es la Iglesia de Santa María y Todos los Mártires (también conocida como el Panteón) en Roma.

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En esa ciudad Pentecostés se llamaba Domingo de las Rosas porque en el Panteón se lanzaban hojas de rosa desde el orificio que se encuentra en lo alto de la cúpula al interior la iglesia.

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Se dice que esta tradición se remonta al año 609. Se produce al final de la misa del domingo de Pentecostés.

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La costumbre es una manera hermosa de celebrar la venida del Espíritu Santo, y muchos de los que la han presenciado dicen que la iglesia se llena del aroma de las rosas.