La fe comparable al grano de mostaza es una fe que no es orgullosa ni segura de sí misma (…) Es una fe que en su humildad siente una gran necesidad de Dios y, en la pequeñez, se abandona con plena confianza a Él.

Es la fe la que nos da la capacidad de mirar con esperanza los altibajos de la vida, la que nos ayuda a aceptar incluso las derrotas y los sufrimientos, sabiendo que el mal no tiene nunca, no tendrá nunca la última palabra. (Ángelus, 6 octubre 2019)

Luke 17:1-6

Amigos, en el Evangelio de hoy escuchamos a Jesús hablar sobre la fe. La fe es poderosa, porque es un enlace con la realidad de Dios, que es el poder que creó y sostiene el cosmos. A veces, el poder de la fe se manifiesta en formas espectaculares y obvias. Por ejemplo, hay una larga tradición de sanación de fe, que se remonta a Jesús mismo, y también a través de muchos de los santos. También está el poder de la oración. Cuando algunas personas piden con un espíritu de confianza, realmente creen que lo que están pidiendo sucederá, y entonces sucede.

Pero la mayoría de las veces, el poder de la fe se manifiesta en coraje para enfrentar situaciones traumáticas, la enfermedad e incluso el temor a la muerte. Es la confianza de saber que estamos siendo guiados y cuidados, incluso cuando esa orientación y cuidado no son inmediatamente evidentes.

Prosdócimo de Padua, Santo

Obispo, 7 Noviembre

Primer Obispo de Padua

Martirologio Romano: En Padua, de la región de Venecia, san Prosdócimo, a quien se tiene por el primer obispo de esta Iglesia.

Breve Biografía

Según una piadosa tradición, san Prosdócimo, primer obispo de Padua, fue enviado por el apóstol san Pedro a anunciar la buena nueva en tierras euganeas.

Santo patrón de la ciudad de Euganean, y también, según la opinión de muchos estudiosos, probable evangelizador de la Venecia occidental entera.

Santa Justina, Virgen y Mártir, fue convertida y bautizada por San Prosdocimo, siendo este un claro ejemplo de la labor apostólica del santo Obispo de Padua

A creer se aprende creyendo

Santo Evangelio según san Lucas 17, 1-6. Lunes XXXII del Tiempo Ordinario

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Gracias, Señor, porque de nuevo puedo estar a solas contigo en oración. Gracias por todos los beneficios que me has concedido. Quiero estar junto a ti. Te necesito y sin ti nada en mi vida tiene sentido. Por ello acudo para suplicarte tu compañía permanente a mi lado. Aumenta mi fe, mi confianza y mi amor. Enciende en mí un celo cada vez más ardiente por la salvación de las almas y una pasión irresistible por ti y por tu Reino.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 17, 1-6

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No es posible evitar que existan ocasiones de pecado, pero ¡ay de aquel que las provoca! Más le valdría ser arrojado al mar con una piedra de molino sujeta al cuello, que ser ocasión de pecado para la gente sencilla. Tengan, pues, cuidado.

Si tu hermano te ofende, trata de corregirlo; y si se arrepiente, perdónalo. Y si te ofende siete veces al día, y siete veces viene a ti para decirte que se arrepiente, perdónalo”.

Los apóstoles dijeron entonces al Señor: “Auméntanos la fe”. El Señor les contestó: “Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a ese árbol frondoso: ‘Arráncate de raíz y plántate en el mar’, y los obedecería».

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.

Hoy me hablas de las ocasiones de pecado, del perdón y de la fe. En mi vida siempre habrá ocasiones de pecado. Pero siempre estará también tu gracia para superarlas. A veces me detengo más a considerar la ocasión y lo mucho que me atrae el realizar aquel acto que la ayuda y socorro que me brindas para no ceder al enemigo. En las ocasiones de pecado, como dice el dicho, es mejor que se diga: «aquí huyó, que aquí murió.» Dame la gracia, Señor, de luchar por mi vida de gracia y defenderla como el mayor tesoro que me has dado.

El perdón es algo que tal vez en el mundo de hoy se habla mucho, pero se entiende mal. Sobre todo aquello de perdonar siempre no es algo que se inculque en la actualidad. Sin embargo, al hablarme del perdón me estás llamando a una de las más profundas imitaciones que puedo tener de Ti. Tú que siempre nos perdonas, incluso más de siete veces al día, me invitas a perdonar también al que me ofende. Perdonar siempre, sin llevar cuentas.

«Auméntanos la fe» es la petición que los apóstoles te hacen hoy y que yo también te repito. Sin embargo, descubro en el Evangelio que no das una fórmula mágica, ni una orden para que ello se realice. Podría parecer que tu respuesta no satisface aquella petición de los apóstoles. Pero tu respuesta está implícita. Así como para aprender a nadar se aprende nadando y a leer leyendo, la fe crece, se aprende, en los actos que la ejercitan. A creer se aprende creyendo.

Por ello me quieres decir hoy que la fe no es un elemento reducido a la oración y a la religión. La fe puede estar presente también en los actos cotidianos de mi vida: en el trabajo, en la familia, en la dificultad, en el descanso. Señor, aumenta mi fe.

«“Auméntanos la fe”. Es una hermosa súplica, una oración que también nosotros podríamos dirigir a Dios cada día. Pero la respuesta divina es sorprendente, y también en este caso da la vuelta a la petición: “Si tuvierais fe…”. Es él quien nos pide a nosotros que tengamos fe. Porque la fe, que es un don de Dios y hay que pedirla siempre, también requiere que nosotros la cultivemos. No es una fuerza mágica que baja del cielo, no es una “dote” que se recibe de una vez para siempre, ni tampoco un superpoder que sirve para resolver los problemas de la vida. Porque una fe concebida para satisfacer nuestras necesidades sería una fe egoísta, totalmente centrada en nosotros mismos. No hay que confundir la fe con el estar bien o sentirse bien, con el ser consolados para que tengamos un poco de paz en el corazón. La fe es un hilo de oro que nos une al Señor, la alegría pura de estar con Él, de estar unidos a Él; es un don que vale la vida entera, pero que fructifica si nosotros ponemos nuestra parte».

(Homilía de S.S. Francisco, 2 de octubre de 2016).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Pediré perdón si he ofendido a alguien o perdonaré en este día a aquella persona que me pueda ofender, recordando y creyendo que hay que perdonar siempre, sin llevar cuentas.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

La historia de la Virgen de la Nube

Una devoción estrechamente relacionada a la historia de Ecuador y Perú, que rinden su tributo de amor a María en esta advocación

Nuestra Señora de la Nube es una advocación mariana del Ecuador. La imagen de la Virgen María, se presenta como una reina, en su mano derecha sujeta un cetro; la azucena representa su coraza y el olivo su fruto, símbolo de su vinculación con Israel; su brazo izquierdo sostiene al Niño Jesús que lleva al mundo en sus manos. Le sirve de pedestal la luna y las nubes.

Dice esta historia que en 1696, el obispo don Sancho de Andrade y Figueroa de Quito estaba enfermo y desahuciado por lo que el pueblo de Guápulo, de gran devoción a la Virgen María, decidió organizar una novena por su salud; una procesión del Rosario salió camino a la catedral el 30 de diciembre y de repente una imagen de María apareció, formada por las nubes. Cerca de 500 personas fueron testigos del maravilloso hecho, mientras el obispo se curó repentinamente.

La aparición

En la tarde del 30 de diciembre fue sacada en procesión de rogativa con el acompañamiento de unas quinientas personas. A eso de las 4:45 de la tarde, habiendo llegado al final del pretil de San Francisco, al concluir la segunda decena del rosario, se hizo la señal con la campanilla para que todos se arrodillasen para entonar el “Gloria Patri”.

De repente, se vio claramente en el cielo, en dirección al caserío de Guápulo, una figura formada por nubes, de gran tamaño.

Fue entonces que el presbítero José de Ulloa y la Cadena, capellán del Monasterio de la Limpia Concepción de Quito, exclamó a voz en cuello: “¡La Virgen, la Virgen!”, y todos volvieron la mirada hacia el lugar señalado, viendo nítidamente sobre los aires, la figura de María Santísima dibujada por las nubes:

“Estaba la imagen de pie sobre otra nube más oscura y densa que le servía como pedestal o trono. Llevaba corona en las sienes y en la mano derecha un ramo de azucenas a manera de cetro. Con la izquierda estrechaba al Divino Niño Jesús, hacia quien tenía dulcemente inclinada la cabeza. Sobre los cabellos y espalda flotaba un airoso velo formado igualmente de una nube. Vestía una cándida túnica de sencillos y ondulantes pliegues, media oculta por un manto de amplitud majestuosa y regia”.

La aparición duró lo suficiente para que todos pudieran darse cuenta perfectamente de ella y, terminada la procesión, muy a la usanza española, se levantó un acta. En ella, declara la máxima autoridad local: el Presidente de la Audiencia y otros testigos calificados, como consta en el proceso que hasta hoy se conserva en el Archivo Arzobispal de Quito.

El pueblo católico del Ecuador rinde su tributo de amor a María, con la advocación de Virgen de la Nube.

La fiesta de la Virgen de la Nube reúne a los migrantes

Al iniciar cada año, concretamente, cada primero de enero miles de creyentes de Ecuador y del exterior llegan a la ciudad de Azogues para venerar y participar de todos los actos preparados por los franciscanos, entre los que se destaca la procesión.

La devoción por la Virgen de la Nube de Azogues no tiene fronteras. Los feligreses llegan de todas partes del país y del extranjero para agradecer por los favores recibidos. En la romería los ecuatorianos que viven en el exterior, regresan para agradecer los favores recibidos. La festividad religiosa es una tradición desde 1912.

Los confesionarios se repletan. La afluencia se incrementa cada primero de enero. En esa fecha, la iglesia no da abasto para recibir a los miles de fieles que la visitan y los hermanos franciscanos, con el apoyo de religiosos de otras comunidades, confiesan en esta festividad de la Virgen a miles de penitentes.

Nuestra Señora de la Nube en Perú

En el Perú, como un homenaje a la cuna de nacimiento de sor Antonia Lucía del Espíritu Santo, se decidió colocar este lienzo para acompañar al Señor de los Milagros en la parte posterior de las andas sagradas el 20 de octubre de 1747. Ambas salen en procesión multitudinaria en Lima en el mes de octubre. Muestra a sus pies, en posición orante al obispo favorecido de su mano, Sancho de Andrade y Figueroa, y sobre el terreno se observa una pequeña iglesia, que algunos identifican como la parroquia de Guápulo o el santuario de Las Nazarenas.

Si bien la creencia popular ubica a la Virgen de la Nube como un culto de 1800, la Madre Antonia, fundadora del monasterio de Las Nazarenas y ecuatoriana de nacimiento, habría traído la devoción en el siglo XVII. En esa época circularon también en el Ecuador muchos óleos retratando a esta Virgen y uno de ellos podría haber llegado al Perú.

San Wilibrordo, el apóstol de los Países Bajos, Flandes y Luxemburgo

Misionero benedictino y obispo inglés. Uno de los grandes evangelizadores de Europa en la Edad Media

San Wilibrordo (o Willibrord de Utrecht) es considerado el “apóstol de Frisia y los Países Bajos históricos”, esto es, incluyendo Flandes y Luxemburgo.

Nació en Northumbria en el año 658 y falleció en Echternach (Luxemburgo) el 7 de noviembre del 739.

Su padre era san Hilgis (Wilgils), de Northumbria. Sabemos que se retiró a vivir a una ermita que dedicó a san Andrés.

Willibrord tuvo como maestro a san Wilfrido, futuro obispo de York, y fue enviado a la abadía de Ripon. Ingresó en la Orden de san Benito y vivió entre los 20 y los 32 años en la abadía de Rathmelsigi (Irlanda), que en aquel momento era un foco de cultura. Allí tuvo oportunidad de estudiar con el abad san Egberto, quien lo ordenó sacerdote.

San Egberto le dio un gran encargo misionero. Junto con otros doce compañeros, lo envió al continente para cristianizar a las tribus germánicas del norte, en Frisia. Esta región en esos momentos ocupaba los actuales Países Bajos, Flandes y Luxemburgo. Esta tarea de evangelización estaba impulsada por Pipino de Heristal, mayordomo de palacio de todos los francos, que había conquistado los territorios de la otra ribera del Rhin y quería que se evangelizara a esos pueblos.

Así, san Wilibrordo llegó en el año 690 a Frisia junto con los otros monjes benedictinos y comenzaron la evangelización de aquella parte de Europa.  

En el año 695, el papa Sergio I lo llamó a Roma y lo ordenó obispo de los frisios imponiéndole  el nombre de Clemente.

Se estableció como primer obispo de Utrecht, donde mandó levantar la basílica de El Salvador. Fundó monasterios e iglesias. Creó otras diócesis dependientes de la suya: Deventer y Haarlem. Asimismo fundó la abadía de Echternach en Luxemburgo.

La tarea no fue fácil. Wilibrordo destruyó templos e imágenes paganas, lo que provocó la ira de los frisios. Incluso intentó convertir al rey de los frisios, Radbod, pero no lo logró y tuvo que regresar a Fontenelle.

Persecución contra los cristianos

En el año716Radbod emprendió una fuerte persecución contra los cristianos. Quemó iglesias y asesinó a muchos misioneros. San Wilibrordo tuvo que refugiarse en el monasterio de Echternach, que él mismo había fundado. Allí pasó tres años hasta que falleció Radbod y pudo volver a cristianizar, esta vez con san Bonifacio, que era misionero en el territorio germánico.

Wilibrordo falleció el 7 de noviembre del año 739 en el monasterio de Echternach y fue enterrado allí. Muy pronto fue venerado como santo.

No conservamos sus escritos, excepto una breve glosa marginal en el Calendario de Echternach.

El llamado Evangeliario de Willibrord es un códice del siglo VIII que el santo misionero llevó de Irlanda a Frisia y se conserva en la Biblioteca Nacional de París.

Patronazgo

San Wilibrordo es el patrono de los Países Bajos, Luxemburgo y la ciudad de Utrecht. Además, se le encomiendan quienes sufren epilepsia.

Oración

Señor, Dios nuestro,
que en la figura de san N.
has querido dar a tu Iglesia
un modelo de buen pastor,
concédenos, por su intercesión,
ser apacentados un día
con la grey de tus santos
en la abundancia de los gozos eternos.
Por nuestro Señor Jesucristo.