Mark 6:45-52
Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús nos muestra el control que tiene sobre la naturaleza caminando sobre el mar.
Lo que vemos aquí claramente es al Jesús hacedor de milagros. Algunos pensadores modernos tienden a desanimarse por esta dimensión del Evangelio. Thomas Jefferson cortó con una navaja aquellos relatos de los Evangelios que mostraban lo sobrenatural. El problema es que el Evangelio de Marcos está repleto completamente con tales eventos.
Un contemporáneo de Jefferson, el gran filósofo moderno David Hume, afirmó que desde que se establecieron las leyes de la naturaleza, los milagros son, estrictamente hablando, imposibles. Siguiendo estas indicaciones de la época de la Ilustración, una gran cantidad de teólogos cristianos contemporáneos y comentaristas bíblicos han tratado de explicar los milagros de Jesús como símbolos espirituales.
N.T. Wright argumenta que es difícil explicar la enorme popularidad de Jesús aparte de esta fascinación con los maravillosos milagros. Además, aunque Dios generalmente permite que el universo funcione de acuerdo con sus ritmos y patrones naturales, ¿qué es lo que impide que Dios lo forme e influya ocasionalmente de manera notable para señalar Su propósito y Su presencia?
Gúdula, Santa
Patrona de Bruselas, 8 de enero
Fuente: misa tridentina.t35.com
Virgen
Martirologio Romano: En Moorsel, en la región de Brabante (hoy Bélgica), santa Gúdula, virgen, que desde su casa se dedicó enteramente a practicar la caridad y la oración († c. 712).
Breve Biografía
Todos los visitantes de Bruselas conocen su catedral, dedicada a esta virgen que es también patrona de la ciudad, pero fuera de Bélgica es muy poco conocida, y a muchos su nombre les sonará a extraño y bárbaro, como la oscura y lejana época en que vivió.
Según una biografía de la santa, escrita en 1047, Santa Gúdula nació en el seno de una aristocrática familia franca: su padre era Witger, duque de Lorena, y Su madre, Santa Amalberga. La Santa vino al mundo en el año 650, en Brabante (Pagus Brachatensis), región situada en la parte central de la actual Bélgica. Su indecisa silueta aparece en medio de una constelación familiar de santos: como hemos dicho, era hija de santa Amalberga, además: ahijada de santa Gertrudis de Nivelle y hermana de san Aldeberto y santa Reinalda.
Santa Gúdula se educó en el convento de Nivelle bajo la tutela de su santa madrina. Muerta Santa Gertrudis en 659, volvióse Gúdula a la casa paterna. Según unos, vivió recluida en el oratorio de San Salvador de Moorsel, a pocas millas de su pueblo natal. Según otros, permaneció en casa de sus padres, llevando una vida extraordinaria de piedad y recogimiento.
Cuenta la leyenda que le gustaba a Santa Gúdula dirigirse todas las mañanas antes de la aurora a la capillita de madera dedicada a San Salvador, en Moorsel, y que un día el demonio, furioso de verla tan devota; le apagó la linterna que llevaba en la mano. Gúdula se puso en oración, arrodillada en el barro, y la lámpara volvió a encenderse milagrosamente. Esta leyenda ha dado lugar al distintivo iconográfico de la Santa: una linterna, a veces reemplazada por un cirio, que la Santa lleva en la mano, mientras el demonio da señales de rabia a sus pies y un ángel lateral enciende de nuevo el cirio.
Hubert, el antiguo cronista de Lobbes, nos presenta a Santa Gúdula como una mujer consagrada en cuerpo y alma al socorro del prójimo. Volviendo un día de la capilla de Moorsel, encontró a una pobre mujer que llevaba en brazos un niño de diez años paralítico de pies y manos. Gúdula lo tomó en sus manos. lo acarició y rogó fervorosamente a Aquel que dijo: «Todo lo que pidiereis a mi Padre en mi nombre os lo concederá» Inmediatamente el niño se sintió curado y comenzó a dar saltos de alegría. En otra ocasión vino a su encuentro una leprosa llamada Emenfreda. La Santa examinó sus llagas, la consoló con dulces pensamientos y después la curo. La noticia de estos prodigios se extendió rápidamente por toda la región. Y una multitud de desgraciados acudía a ella en busca de socorro.
Tras breve enfermedad Gúdula murió, probablemente el 8 de enero de 712. Hubert nos describe la desolación de las pobres gentes de la comarca que estaban acostumbradas a ver en ella una especie de hada protectora. Y nos transmite las grandes alabanzas que las gentes hicieron de la Santa con motivo de su muerte. Fue enterrada en Vilvoorde.
Después de algún tiempo fue trasladado el cuerpo de Santa Gúdula a Moorsel, donde se estableció un monasterio de religiosas que duró poco tiempo. Más tarde sus restos mortales fueron confiados a Carlos de Francia, hijo de Luis, duque de la Baja Lorena. Probablemente en 977. Durante unos sesenta años el cuerpo de Santa Gúdula reposó en la iglesia de San Géry de Bruselas, entonces simple capilla castrense, construida junto a la residencia condal. Por fin, el conde de Lovaina, Lamberto II, hizo trasladar en 1047 el precioso depósito a la iglesia de Molemberg, dedicada a San Miguel, que fue probablemente la primera parroquia de Bruselas y que después cambió su nombre por el de Santa Gúdula. Al mismo tiempo el príncipe erigió allí un capítulo. Una antigua nota, que se conserva en los Archivos Generales del Reino de Bruselas, relata la historia de esta fundación.
El martirologio romano celebra la fiesta de Santa Gúdula el 8 de enero, mientras que en la archidiócesis de Malinas y en la diócesis de Gante se celebra el 19 del mismo mes.
No tengas miedo
Santo Evangelio según san Marcos 6, 45-52. Miércoles después de Epifanía
Por: Redacción | Fuente: Catholic.net
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, concede la gracia de serte fiel en las dificultades, que sepa ver siempre tu camino y, a pesar de los vientos en contra, pueda remar a buen puerto.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 6, 45-52
En aquel tiempo, después de la multiplicación de los panes, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se dirigieran a Betsaida, mientras él despedía a la gente. Después de despedirlos, se retiró al monte a orar. Entrada la noche, la barca estaba en medio del lago y Jesús, solo, en tierra.
Viendo los trabajos con que avanzaban, pues el viento les era contrario, se dirigió a ellos caminando sobre el agua, poco antes del amanecer, y parecía que iba a pasar de largo. Al verlo andar sobre el agua, ellos creyeron que era un fantasma y se pusieron a gritar, porque todos lo habían visto y estaban espantados. Pero él les habló enseguida y les dijo: «¡Ánimo! Soy yo; no teman». Subió a la barca con ellos y se calmó el viento. Todos estaban llenos de espanto y es que no habían entendido el episodio de los panes, pues tenían la mente embotada.
Palabra del Señor
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
En el Evangelio, Jesús nos da una clase práctica de confianza, esa confianza que debemos tener en la Divina Providencia, la cual debería regir nuestras vidas; eso no quiere decir que actuemos pasivamente, sino todo lo contrario, lo que nos pide es que, desde lo más profundo de nuestro ser y haciendo uso de nuestras facultades de inteligencia y voluntad, sepamos discernir con un corazón entregado y lleno de confianza a esa Divina Providencia que lo único que quiere es nuestro bien.
Miremos lo más importantes de este Evangelio: Cristo ora, «se retira al monte a orar», a dialogar con su Padre; ese mismo diálogo que buscamos tener nosotros con Él, en el silencio de nuestros corazones; esa intimidad que buscamos tener con el Padre de la Misericordia.
Hoy, en especial, pidamos al Señor que aprendamos a ver y escuchar como Él lo hace, que podamos ver a nuestros hermanos que más necesiten de su presencia como lo eran los discípulos en la barca que remaban a contracorriente porque las fuerzas del viento les era contrarias. Pidamos que nosotros podamos ser ese alter Christus, otro Cristo, que lleve paz y amor a los demás; que seamos sembradores de fraternidad y de misericordia.
«Jesús, en otras palabras, va hacia los suyos pisoteando a los malignos enemigos del hombre. Aquí está el significado de este signo: no es una manifestación en la que se celebra el poder, sino la revelación para nosotros de la certeza tranquilizadora de que Jesús, solo él, derrota a nuestros grandes enemigos: el diablo, el pecado, la muerte, el miedo, la mundanidad. También hoy nos dice a nosotros: “Ánimo, soy yo, no tengáis miedo”. La barca de nuestra vida a menudo se ve zarandeada por las olas y sacudida por el viento, y cuando las aguas están en calma, pronto vuelven a agitarse. Entonces la emprendemos con las tormentas del momento, que parecen ser nuestros únicos problemas. Pero el problema no es la tormenta del momento, sino cómo navegar en la vida. El secreto de navegar bien está en invitar a Jesús a bordo. Hay que darle a él el timón de la vida para que sea él quien lleve la ruta».
(Homilía de S.S. Francisco, 18 de noviembre de 2018).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Pedir por los cristianos que hoy se encuentran en medio de tribulaciones a causa de su fe.
Despedida
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
San Apolinar, el seguidor de san Pedro convertido en obispo sanador
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Dolors Massot – publicado el 20/07/21
Mártir en la persecución de Vespasiano es famoso por obrar curaciones milagrosas
San Apolinar se encuentra entre los primeros mártires del cristianismo. Nació en Antioquía del Orontes, en la actual Turquía.
Procedía de familia pagana, pero siendo joven escuchó la predicación de san Pedro y se convirtió al cristianismo.
Según el martirologio romano, fue ordenado obispo por el mismo san Pedro y enviado por él a la ciudad de Rávena (actual Italia).
Nada más llegar, curó a la esposa del tribuno y esto le valió la ira de las autoridades, que le obligaron a sacrificar a los dioses. San Apolinar se negó. Era la época de persecución del emperador Vespasiano.
Padeció martirio con una paliza que le propinaron cuando regresaba de una visita a una leprosería. Siete días después, el 23 de julio del año 75, falleció.
En el lugar de su martirio, en el puerto de Rávena (llamada Classe durante el imperio romano), se edificó la iglesia de San Apolinar in Classe en el siglo VI. Tres siglos más tarde fueron trasladadas sus reliquias a una nueva iglesia llamada San Apolinar Nuovo. En 1748 se trasladaron a la antigua basílica, que fue reconsagrada.
Su fiesta se celebra el 20 de julio.
San Apolinar es patrono de Rávena y de Dusseldorf (Alemania).
Glorioso san Apolinar,
primer obispo de Rávena,
discípulo de san Pedro
y mártir santo de Nuestro Señor Jesucristo:
Los muchos milagros que Dios realizó
siendo tú el medio para ello
son muestra del gran favor, estima y predilección
que gozas ante Él.
Curaste a la esposa de un oficial
de manera tan milagrosa
que se convirtieron a la verdadera fe.
También lo hiciste con el sordo Bonifacio
y con todos los que a ti acudían
con verdadera fe y en busca de milagrosa curación.
Tantas persecuciones, capturas y torturas sufriste
acabando martirizado,
que Dios te ha elegido como uno de sus favoritos
para seguir realizando curaciones milagrosas
después de tu muerte y ya disfrutando de la gloria junto a Él.
A ti acudo, santo mío,
para que por tu intercesión Nuestro Señor
realice el milagro de la curación de (decir el nombre del enfermo)
que sufre de enfermedad, males y dolores
de los que quedará sanado gracias a tu poderosa intervención y mediación.
Porque sufre en ti y tú ya conoces lo mucho que ha padecido,
te ruego, santo obispo de Dios,
a ti, que en vida tanto sufriste,
que mires piadosamente a (decir el nombre)
y le concedas recuperar la salud
si es para el bien de su alma y para mayor gloria tuya.
Amén.