Olegario, Santo

Obispo, 6 de marzo

Martirologio Romano: En Barcelona, de Cataluña, en España, san Olegario, obispo, que asumió también la cátedra de Tarragona cuando esta antiquísima sede fue liberada del yugo de los musulmanes ( 1137).

Etimológicamente: Olegario = Aquel de la lanza invulnerable, es de origen germánico.

Fecha de canonización: 25 de mayo de 1675 por el Papa Clemente X.

Breve Biografía

Etimológicamente: Olegario = Aquel de la lanza invulnerable, es de origen germánico.

Fecha de canonización: 25 de mayo de 1675 por el Papa Clemente X.

Breve Biografía

De este joven dice su biógrafo estas palabras que llegan a lo más íntimo del alma:» Guardián celoso y maestro de la castidad, afable para todos, generoso con los pobres, esquivo de la vanagloria, despegado de la pompa mundanal y amante de fiel de la paz no fingida».

Si estas palabras se aplicasen a tu vida personal, te encontrarías más feliz de lo que te hallas en este instante. No me cabe la menor duda.

Nació en la bella ciudad de Barcelona, abierta al mar y a las nuevas corrientes de la cultura y del Evangelio.

Su familia era de origen noble por parte del padre y de la madre. Ambos se preocuparon por darle una educación en los valores que nunca defraudan del Evangelio.

El padre – cosa rara hoy en día – quiso llevar y dirigir sus estudios según los criterios de la época en que le tocó vivir. Cuando vio que su preparación intelectual y humanista la recibiría mejor en los canónigos de la catedral, no tuvo inconveniente en confiarles su educación como persona humana.

En los estudios que le prepararían para ser sacerdote, se distinguió por su piedad sincera, su aprovechamiento y su afición o “hobby” por leer a los Santos Padres.

Tanto los leyó, meditó y estudió que se convirtió en una verdadero especialista.

El anhelaba la perfección espiritual de su vida. Por eso, al enterarse de que había cerca de Barcelona un convento de canónigos regulares de san Agustín, no dudó lo más mínimo en irse para imitar su virtud. Cuando murió el obispo de Barcelona, desde la aristocracia hasta la gente sencilla, pensó en que el mejor sucesor sería Olegario.

El mismo Papa Pascual II tuvo que obligarle a que aceptara el cargo. No hizo en su misión de pastor distinción alguna entre ricos y pobres. Todos eran hijos de Dios. Participó en algunos concilios de Tarragona, Toulouse, Reims y Lateranense I, san Clermont… Y dada su preparación intelectual, logró derrotar a sus enemigos, los herejes. Murió en el año 1137. ¡Felicidades a quien lleve este nombre!“Ningún hombre es suficientemente bueno para gobernar a oro si su consentimiento” (A. Lincoln).

Ante las pruebas y dificultades

Santo Evangelio según san Lucas 4, 1-13. Domingo I de Cuaresma

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.

¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, en este período de Cuaresma dame la gracia de poder alcanzar la conversión de mi corazón para que día tras día pueda amar como Tú lo haces.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 4, 1-13

En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del Jordán y conducido por el mismo Espíritu, se internó en el desierto, donde permaneció durante cuarenta días y fue tentado por el demonio.

No comió nada en aquellos días, y cuando se completaron, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: “Si eres el Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan”.

Jesús le contestó: “Está escrito: No sólo de pan vive el hombre”.

Después lo llevó el diablo a un monte elevado y en un instante le hizo ver todos los reinos de la tierra y le dijo: “A mí me ha sido en tregado todo el poder y la gloria de estos reinos, y yo los doy a quien quiero.

Todo esto será tuyo, si te arrodillas y me adoras”. Jesús le respondió: “Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él sólo servirás”.

Entonces lo llevó a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo: “Si eres el Hijo de Dios, arrójate desde aquí, porque está escrito: Los ángeles del Señor tienen órdenes de cuidarte y de sostenerte en sus manos, para que tus pies no tropiecen con las piedras”. Pero Jesús le respondió: “También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios”
Concluidas las tentaciones, el diablo se retiró de él, hasta el momento oportuno.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

En nuestra vida siempre habrá desiertos que provoquen debilidad y que den origen a la sed de algún consuelo o de alguna respuesta. Desearemos tener soluciones a todas nuestras dificultades, incluso respuestas que nos alivien, al menos momentáneamente.

Nuestra vida está en constante juego entre el cansancio y el entusiasmo, entre el ser tentados y ser consolados; todo esto es parte de nuestra vida. El mismo Cristo experimentó estos cambios que nos sacan de nuestros esquemas. Lo importante es custodiar un deseo, un deseo profundo que guíe nuestras elecciones de vida y nuestro caminar.

Ante la fatiga, hasta la tentación más insignificante se nos presenta como una verdadera prueba. Dios la permite para que nos purifiquemos, pues cuando el desaliento y el cansancio nos invaden, tan solo las convicciones más profundas permanecen. Pues, al tener claro lo que somos, damos respuestas sinceras, incluso en los momentos de mayor confusión.

Una tentación ayuda a recordar lo que somos. Nos hace recordar cuál es la verdadera fuente de nuestras fuerzas. Nos trae a la memoria las razones que han formado las convicciones que guiaron y guían el pasar de nuestros días. Nos hacen revivir un acto de fe.

Y en cuanto a las caídas, son parte de lo que hacemos, pero no de lo que somos. Pues nosotros solamente nos podemos identificar con lo que Dios ha hecho por nosotros. El deseo de querernos levantar es el deseo de querer volver a ser lo que verdaderamente somos: «hijos de Dios». Todo puede caer, menos la esperanza de volver a ser lo que somos.

«Una oración bonita que nosotros podemos hacer todos los días, antes de ir a dormir, mirar un poco la jornada: y preguntarse: ¿Pero qué espíritu he seguido yo hoy? ¿El espíritu de Dios o el espíritu del mundo? Esto se llama hacer examen de conciencia: sentir en el corazón qué ha sucedido en esta guerra interior, y cómo yo me he defendido del espíritu del mundo que me lleva a la vanidad, a las cosas mezquinas, a los vicios, a la soberbia, a todo esto. ¿Cómo me he defendido de las tentaciones concretas? Se deben identificar las tentaciones. Y esto se hace como oración, antes de ir a la cama, hoy: qué sentimientos he tenido. Identificar cuál es el espíritu que me ha empujado a ese sentimiento, me ha inspirado ese sentimiento: ¿es el espíritu del mundo o el espíritu de Dios? Haciendo el examen de conciencia con esta oración nocturna, muchas veces, si somos honestos, encontraremos que hoy he sido envidioso, he tenido codicia, he hecho esto. Y este es el espíritu del mundo. Es oportuno identificar estos sentimientos, porque esto es verdad: todos nosotros tenemos dentro esta lucha, pero si nosotros no entendemos cómo funcionan estos dos espíritus, como actúan, no conseguimos ir adelante con el espíritu de Dios que nos lleva a conocer el pensamiento de Cristo, el sentido de Cristo».

(Homilía de S.S. Francisco, 4 de septiembre de 2018, en santa Marta).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Frente a las dificultades, antes de intentar resolverlas, trataré de recordar quién soy. Y me propondré hacer diariamente un buen examen de conciencia.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Las tentaciones del desierto

Vida Pública de Jesús. Las tentaciones se dan tras cuarenta días y cuarenta noches de oración y ayuno.

El silencio
Jesús es llevado por el Espíritu al desierto para un gran combate; va a asumir su vocación de Mesías con toda su plenitud humana. Jesús vive la experiencia religiosa en una forma de espiritualidad extrema. Muchos hombres religiosos se han sentido llamados al silencio de modo que su espíritu se expanda en una relación con Dios, sin que nada distraiga esa tensión. Muchos han experimentado el ayuno como una forma de purificación en que el cuerpo extingue sus pulsiones para que el espíritu emerja. En el antiguo hinduismo era frecuente esa acción, como también en el budismo también aunque sin llegar a tanto extremo. Siempre han existido eremitas, en todas las culturas religiosas. Cristo asume la espiritualidad religiosa de los más religiosos de los hombres.

El demonio

En esa tensión se dan las tentaciones que se prolongarán a lo largo de su vida, pero que aquí se plantean con gran crudeza: el diablo, como enemigo lúcido que plantea los verdaderos problemas, será el padre de la mentira, que intentará disuadir a Jesús de su misión. Este agente oscuro es tan importante en la vida de los hombres, que si se excluye no se entienden problemas como el mal y el bien, ni mucho menos el Evangelio de Jesucristo. El demonio es un ser vivo, creado, inteligente, pero pervertido y pervertidor. Él se rebela contra Dios de un modo lúcido y consciente, y encuentra en ese orgullo un gozo amargo y triste al tiempo. En sus tentaciones, no tratará solamente de investigar quién es Jesús, ni en un juego intelectual habilidoso, aunque lo es, sino de plantear su propia tentación al hombre que ha sido llamado el Hijo Amado que trae el bautismo de fuego superior al bautismo de agua. El diablo no cree que un hombre pueda amar más allá del amor propio y se lo va a decir claramente a Jesús, no sin engaños y con métodos capciosos.

El diablo tienta a Jesús

«Entonces fue conducido Jesús al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Después de haber ayunado cuarenta días con cuarenta noches, sintió hambre. Y acercándose el tentador le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes. El, respondiendo, dijo: Escrito está:

No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que procede de la boca de Dios.
Luego, el diablo lo llevó a la Ciudad Santa y lo puso sobre el pináculo del Templo. Y le dijo: Si eres Hijo de Dios, arrójate abajo. Pues escrito está:
Dará órdenes acerca de ti a sus ángeles,
para que te lleven en sus manos,
no sea que tropiece tu pie contra alguna piedra.
Y le respondió Jesús: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. De nuevo lo llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y su gloria, y le dijo: Todas estas cosas te daré si postrándote me adoras.
Entonces le respondió Jesús: Apártate Satanás, pues escrito está:
Al Señor tu Dios adorarás
y a El sólo darás culto»
(Mt).

El momento adecuado

Las tentaciones se dan tras cuarenta días y cuarenta noches de oración y ayuno. Siente hambre, se agota, experimenta las limitaciones del cuerpo, la mente también es influida por el cansancio y el hambre y la soledad.

Satanás elige el momento más adecuado para tentarle, aquel en que está debilitada la humanidad. Ahí, en situación extrema, es donde se verá si Cristo acepta el reto que le va a plantear.

Es posible que la creencia en la divinidad de Jesús lleve a pensar, que en el fondo, las tentaciones son externas y ficticias, como de mentirijillas. Pero no es así: real fue el dolor y la muerte, y real es el hambre y la sed. Jesús experimenta la trepidación de la tentación, ve el lado positivo que toda tentación propone, y descubre lo negativo, más o menos oculto, pero que acabará saliendo a relucir. De ahí, también, que la victoria sea real, humana. El resultado final confirma a Satanás que se puede ser fiel al proyecto amoroso del Padre, que es posible cumplir la voluntad de Dios también como hombre, a pesar de las alternativas que se le ponen delante.

El sentido de las tentaciones

Es cierto que las tentaciones tienen un sentido de ejemplo para que los hombres venzan las provocaciones al mal. Es un primer nivel no despreciable. Muchos ven en las tentaciones las tres concupiscencias: el desorden de la sensualidad y la carne, la llamada de la soberbia y del orgullo, y la inquietud por el dinero y el poder. Las respuestas de Cristo aciertan en las soluciones, el espíritu está sobre la materia y debe regirla; la humildad lleva a confiar en Dios; y el poder es para servir a Dios y a los demás. De hecho, es frecuente entre los hombres que el primer obstáculo en el que muchos quedan atrapados sea la sensualidad del comer, del beber o la impureza. Un segundo nivel, tienta la soberbia y el amor propio, y viene el ansia de dominar a los demás. En un tercer nivel el mundo como fin último del hombre, engloba todas las sugerencias del mal cuando se coloca en lugar de Dios.

La primera tentación
Las tres tentaciones tienden a quebrar el mesianismo de Jesús. Pero hay un nivel más profundo. Veamos la tentación primera. Jesús tiene cuerpo en su doble vertiente de sentido y afectividad, tiene, por tanto necesidades sensitivas y afectivas. La tentación dice: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes», es decir haz un milagro con tu poder de Hijo de Dios para satisfacer tus necesidades. El pan es el alimento para la vida; pero, al satisfacerla, se encuentra un placer en la función natural. Jesús nunca dice que eso sea malo. Lo mismo ocurre con la procreación que añade a los efectos del cuerpo la satisfacción del afecto. Nada dice el texto de la extensión de la tentación; pero entre los hombres estas cuestiones son universales. Jesús añade la dificultad del ayuno y del celibato, prescindiendo libremente del uso legítimo de esas tendencias corporales y afectivas por un amor más alto. Ahí incide la tentación: transforma el gozo natural en amor propio; benefíciate, búscate en algo tan natural como estas satisfacciones, o ¿acaso son malas?

Vivir el amor
La respuesta de Jesús es clara: no son malas, pero «No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que procede de la boca de Dios». Si el diablo le hubiese propuesto algo ilícito Jesús lo habría tenido que rechazar, de forma obligada; pero, en esta primera tentación, Jesús rechaza algo que en sí no es malo, pero se trata de vivir un amor que vaya más allá del amor propio y de la satisfacción que producen cosas buenas. Y rechaza decir que esas realidades sean malas y pecaminosas, aunque deben someterse a un amor superior. No se trata sólo de superar la gula y la impureza, sino de vivir un amor espiritual superior. De hecho, el Hijo de Dios es sobrio con naturalidad, y conviene que no tenga descendencia según la carne, sino sólo según el espíritu. El amor al Padre y a los hombres debe estar por encima de cosas que en otros son buenas y santificantes, pero a Él se le ha pedido más. El amor a su misión debe ser superior al tirón de los sentidos y de la afectividad, e incluso del deseo de tener una descendencia humana. Jesús responde con una palabras del libro de la Sabiduría en las que señala que el placer de los sentidos no es malo dentro de su función natural, pero no es todo. El amor sensitivo y el afectivo son buenos, pero existe el amor espiritual. El que ama con este amor espiritual supera las atracciones de lo sensible, sin decir que sean malas, aunque pueden serlo por desorden o por exceso. El primer combate ha concluido, aunque la tentación acechará a Jesús toda la vida, especialmente en la cruz, donde el dolor será máximo. El amor de verdad pudo más.

La segunda tentación
La segunda tentación es más profunda y complicada. El diablo cita el salmo 91 diciendo: «Si eres Hijo de Dios, arrójate abajo. Pues escrito está: Dará órdenes acerca de ti a sus ángeles, para que te lleven en sus manos, no sea que tropiece tu pie contra alguna piedra». El demonio sigue tentando a Jesús, a partir de lo que, en Él, forma parte de su ser: era hijo de Dios y confía en el Padre como nadie lo ha hecho jamás en la tierra, por eso Satanás plantea la posibilidad de la salvación de la humanidad a través de un milagro. Esto es posible tanto para Dios, como para el que lo pide con fe: quiere salvar a la humanidad. Se trata de dejar boquiabiertos a los hombres ante la manifestación de un poder sobrenatural. La gentes quedarían admiradas ante el éxito del nuevo salvador. Se creía en aquellos momentos que el Mesías anunciaría la salvación de Israel desde aquel pináculo del templo de altura imponente. Le sugiere que las gentes veneran a los triunfadores y se convertirán con esa acción milagrosa. Le oculta con engaño que se puede introducir la vanidad de ser admirado por lo prodigioso, y se abandona el camino de humildad.

Jesús podía usar su poder, no sólo en los milagros para ser admirado y admitido por todos. Pero quedaría oculta – u oscurecida- la manifestación del amor, un amor que no puede esconder ni un ápice de amor propio; y es precisamente en la cruz en la que la máxima humildad revela el mayor amor.

Tentar a Dios
La tentación es contra el mismo Dios como se ve en la respuesta de Jesús: «Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios». ¿Es posible tentar a Dios? Sí. No porque Dios pueda pecar, cosa imposible; sino, en el sentido de que Él se decida a cambiar su proyecto de salvación; la tentación, esta vez, se dirige a que Jesús rechace el camino más difícil, que es el del dolor y la expiación, el de la muerte y el del sacrificio, y le propone el de utilizar el de una salvación evidentemente sobrenatural que, prácticamente, le asegure el éxito entre los suyos. Otro camino de salvación, sí; pero menos reveladora del amor.

Y Cristo, el Hijo, elige la sabiduría del amor del Padre; rechaza el camino del triunfo humano lejos del camino de la humildad, tan rodeado de piedras, persecuciones, insultos y muerte. ¿Acaso no puede arrasar a todos los perseguidores y aplastarlos como gusanos? Sí puede, pero el camino humilde permite encontrar excusas a los díscolos y tratarles con misericordia, aunque con la estricta justicia sólo merecerían castigo e ira. No tentar a Dios es confiar en su misericordia y su decreto de salvación del hombre a través de un sacrificio perfecto, oculto a los ojos del mundo.

La tercera tentación
La tercera tentación es aún más honda. Jesús se proclamará, como había sido profetizado, rey de justicia, de paz, de prosperidad, de victoria, y ahí incidirá la seducción: «De nuevo lo llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y su gloria, y le dijo: Todas estas cosas te daré si postrándote me adoras». Puede parecer un acoso alocado, pero es en esta tentación donde la frialdad de la astucia diabólica es mayor y la lucha más frontal. Le propone un reino donde impere la justicia, la ley buena, la paz. El diablo le dice: “somos inteligentes, podemos organizar un reino de justicia. Toma el poder político, impón un reino en el que todos puedan, y deban, ser justos; y así podrán alcanzar la salvación que tú propones. No está fuera de tus posibilidades organizar un movimiento que llegue más lejos que lo que realizó un hombre como Alejandro Magno”. Y ante los ojos de Cristo desfilan los reinos humanos que se han sucedido en la historia desde las formas de organización más rudimentarias y primitivas, en las que tantos hombres sobrevivieron malviviendo, hasta las grandes como Babilonia, China, India, Persia, Grecia, Roma; y el esplendor de esos reinos refulge lleno de gloria. ¿Será posible hacer algo mejor? Es posible, es más, es deseable para unos hombres que suspiran por la paz, la justicia, la libertad y la prosperidad. Si además es un reino religioso, mejor que mejor: será nada menos que el reino de Dios entre los hombres. Dios en las leyes, en la economía, en el arte, en las ciencias, en la convivencia, en la familias y en toda organización humana.

Pero hay dificultades que el diablo oculta, y no en vano será llamado por Jesús «príncipe de este mundo». Es fácil que los poderosos con el poder; se cieguen, se sirvan a sí mismos, se mundanicen en todos los sentidos de la palabra. Pero, sobre todo, se trata de que los hombres conviertan su corazón, que el reino de Dios anida en su interior y después se transmita a lo exterior. Dios respeta la libertad de los hombres, no quiere imponerse desde arriba, sino desde el amor personal.

la respuesta de Jesús
La respuesta de Jesús es más tajante que en los casos anteriores: «Entonces le respondió Jesús: Apártate Satanás». Ya no puede soportar más insidia, y hace un acto de acatamiento a la sabiduría amorosa del Padre. Dios sabe más; el reino será realidad en los que quieran: no será quitada la libertad a los hombres. Cierto que la pueden usar para burlarse de Dios, pero siempre tendrán al alcance su misericordia. El reino se realizará en cada corazón y a través de cada hombre en su actividad humana, y de ahí a todas las estructuras humanas.

La existencia del pecado obstaculizará la justicia y el progreso; pero al final el Padre me enviará como rey y como juez para los que quieren -mal o bien- la libertad, esta es la grandeza humana y la sabiduría del Padre. Es difícil aceptar la libertad, pero sin ella es imposible el amor, y en este reino es esencial, hasta el punto de que no hay justicia posible sin libertad; todo el engaño de la tentación está ahí: suprimir el amor de la creación y rechazar el amor de Dios cuya gloria es la vida amorosa del hombre, no un engreimiento soberbio del que quiere ser admirado, «pues escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y a El sólo darás culto». Esto es el reino de Dios: la justicia de Dios entre los hombres y el que ellos veneren y acaten la perfección del amor divino.

«Entonces lo dejó el diablo, y los ángeles vinieron y le servían». Es el primer triunfo en la primera batalla en el interior de Cristo y vence. Los ángeles, que también habían vencido, se alegran con el triunfo del Hombre, y le consuelan. Pero la suerte está echada; las batallas seguirán de un modo casi continuo hasta el final especialmente en la Pasión.

Recemos juntos a María, Reina de la Paz

Nuevo tweet del Papa pidiendo el fin de la guerra en el atormentado país de Europa del Este.

En un tweet lanzado desde su cuenta, también en ucraniano y ruso, el Papa pide rezar juntos por Ucrania. «Pedimos a la Reina de la Paz -escribe el Pontífice- que extienda su manto sobre nosotros. 

“Bajo tu protección nos refugiamos, Santa Madre de Dios; no desprecies las súplicas de los que estamos en la prueba, mas líbranos de todo peligro; ¡Oh Virgen gloriosa y bendita!”

Sobre el terreno, la tregua anunciada hoy por el Ministerio de Defensa ruso resultó ser una frágil esperanza. Las autoridades municipales de Mariúpol han anunciado que las fuerzas militares rusas no están respetando la tregua en la ruta acordada. Añadieron que, debido a las continuas violaciones, se ha pospuesto la evacuación de los civiles de Mariupol. Sin embargo, según el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serghei Lavrov, son las autoridades ucranianas las que impiden a los civiles abandonar la ciudad.

Mientras tanto, las tropas rusas se acercan a otra central nuclear ucraniana tras tomar el control de la de Zaporizhizhia, la mayor de Europa. En su intervención en Polonia, el Secretario de Estado estadounidense Blinken también afirmó que la paz y la seguridad están amenazadas: «Defenderemos -añadió- cada centímetro del territorio de la OTAN». 

En su videomensaje diario desde Kiev, el jefe de la Iglesia greco-católica ucraniana, Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que los convoyes humanitarios lleguen a las ciudades asediadas. Ciudades y territorios sacudidos por la guerra, donde el éxodo de civiles no cesa. Es precisamente la situación de los refugiados la que se abordará el próximo lunes en una nueva reunión del Consejo de Seguridad de la ONU dedicada al conflicto de Ucrania.

Cuaresma: 40 días para la reconciliación

Tiempo litúrgico que recuerda los cuarenta días que Jesús pasó en el desierto. Es un tiempo de reconciliación

Origen y significado de la fiesta

La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua.
Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.

La Cuaresma dura 40 días, comienza el Miércoles de Ceniza y termina el Jueves Santo.
También cabe decir que la liturgia considera el Viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de resurrección, toda una celebridad junta llamada «Triduo Pascual».

Inicialmente, la Cuaresma iba desde el Primer Domingo de Cuaresma al Jueves Santo, pero a raíz de una reforma litúrgica, se descontaron los domingos por considerarlos pascuales y no penitenciales. Para «cuadrar», se añadió a la cuaresma los días que van del Miércoles de Ceniza hasta el Primer Domingo de Cuaresma. De esta manera salen los 40 días. Actualmente, y lo repito de nuevo, la Cuaresma va desde el Miércoles de Ceniza hasta el Jueves Santo

A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios.

El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.

En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo.

El pecado nos aleja de Dios, rompe nuestra relación con Él, por eso debemos luchar contra él pecado y ésto sólo se logra a través de la conversión interna de mente y corazón.

Un cambio en nuestra vida. Un cambio en nuestra conducta y comportamiento, buscando el arrepentimiento por nuestras faltas y volviendo a Dios que es la verdadera razón de nuestro existir.

La Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos.

La Cuaresma es un camino hacia la Pascua, que es la fiesta más importante de la Iglesia por ser la resurrección de Cristo, el fundamento y verdad culminante de nuestra fe. Es la buena noticia que tenemos obligación de difundir.

En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.

La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia. En ésta, se habla de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, de los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.
En la Biblia, el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de nuestra vida en la tierra, seguido de pruebas y dificultades.

El ayuno y la abstinencia en la Cuaresma

  • El ayuno consiste en hacer una sola comida fuerte al día.
  • La abstinencia consiste en no comer carne.
  • Son días de abstinencia y ayuno el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.
  • La abstinencia obliga a partir de los catorce años y el ayuno de los dieciocho hasta los cincuenta y nueve años de edad.
  • Con estos sacrificios, se trata de que todo nuestro ser (alma y cuerpo) participe en un acto donde reconozca la necesidad de hacer obras con las que reparemos el daño ocasionado con nuestros pecados y para el bien de la Iglesia.
  • El ayuno y la abstinencia se pueden cambiar por otro sacrificio, dependiendo de lo que dicten las Conferencias Episcopales de cada país, pues ellas son las que tienen autoridad para determinar las diversas formas de penitencia cristiana.

Cómo vivir la Cuaresma
1. Arrepintiéndome de mis pecados y confesándome.
2. Luchando por cambiar yo mismo.
3. Haciendo sacrificios.
4. Haciendo oración.

1.-Arrepintiéndome de mis pecados:
Pensar en qué he ofendido a Dios, Nuestro Señor, si me duele haberlo ofendido, si realmente estoy arrepentido. Este es un muy buen momento del año para llevar a cabo una confesión preparada y de corazón. Revisa los mandamientos de Dios y de la Iglesia para poder hacer una buena confesión. Ayúdate de un libro para estructurar tu confesión. Busca el tiempo para llevarla a cabo.

2. Luchando por cambiar:
Analiza tu conducta para conocer en qué estás fallando. Hazte propósitos para cumplir día con día y revisa en la noche si lo lograste. Recuerda no ponerte demasiados porque te va a ser muy difícil cumplirlos todos. Hay que subir las escaleras de un escalón en un escalón, no se puede subir toda de un brinco. Conoce cuál es tu defecto dominante y haz un plan para luchar contra éste. Tu plan debe ser realista, práctico y concreto para poderlo cumplir.

3. Haciendo sacrificios:
La palabra sacrificio viene del latín sacrum-facere, que significa “hacer sagrado”. Entonces, hacer un sacrificio es hacer una cosa sagrada, es decir, ofrecerla a Dios por amor. Hacer sacrificio es ofrecer a Dios, porque lo amas, cosas que te cuestan trabajo. Por ejemplo, ser amable con el vecino que no te simpatiza o ayudar a otro en su trabajo. A cada uno de nosotros hay algo que nos cuesta trabajo hacer en la vida de todos los días. Si esto se lo ofrecemos a Dios por amor, estamos haciendo sacrificio.

4. Haciendo oración:
Aprovecha estos días para orar, para platicar con Dios, para decirle que lo quieres y que quieres estar con Él. Te puedes ayudar de un buen libro de meditación para Cuaresma. Puedes leer en la Biblia pasajes relacionados con la Cuaresma.

Sugerencias para vivir la Cuaresma:

  • Rezar la Oración de Cuaresma
  • Padre nuestro, que estás en el Cielo, durante esta época de arrepentimiento, ten misericordia de nosotros.
  • Con nuestra oración, nuestro ayuno y nuestras buenas obras, transforma nuestro egoísmo en generosidad.
    Abre nuestros corazones a tu Palabra,
    sana nuestras heridas del pecado,
    ayúdanos a hacer el bien en este mundo.
    Que transformemos la obscuridad y el dolor
    en vida y alegría.
    Concédenos estas cosas por Nuestro Señor Jesucristo.
    Amén.
  • Contar a los niños el sentido de la Cuaresma de una forma amena para que la entiendan y se motiven a cumplir con los propósitos del calendario de Cuaresma. Educarles en el sentido espiritual, sobre todo.
  • Leer en los Evangelios el relato de la Pasión de Cristo.
  • Les invito a leer el mensaje del Santo Padre para la Cuaresma de 2018

4. Ernesto

La esposa la da Dios

Por: P. Horacio Bojorge S.J. | Fuente: Clínica del Buen Amor

4. – ERNESTO
LA ESPOSA LA DA DIOS
«Luego de conocer a la chica que ahora es mi novia,
me di cuenta de que fue Dios el que la puso en mi vida» […]
«Siento que quiero hacer bien las cosas,
tratando de no caer en pecado.
La veo de otra manera a ella…
La veo como Hija de Dios…»

Hola Padre Horacio,
la paz de nuestro Señor Jesucristo sea con usted.
Lo saludo, desde Ciudad del Este, República del Paraguay, tengo 23 años.
Le quería dar las gracias por los artículos que publicó en la página Catholic.net

Estuve descargando los Pod-casts sobre noviazgo y matrimonio, los grabé en el celular y estuve escuchando.

También le grabé a mi novia para que escuche.
Muy buen artículo… me llegó mucho!! Me dio mucha luz, iluminará mi visión sobre la relación que debo tener con mi novia. Son invalorables las enseñanzas que da.

Deseo de todo corazón hacer bien las cosas y no caer en pecado, la amo mucho a mi novia, Dorita se llama, ella tiene 16 años. Sin dudas sus enseñanzas me ayudaran a entender mejor las cosas cómo deben de ser.

Espero poder vivir de cara al Padre como hijo de Dios y hacer su voluntad. Bueno muchísimas gracias Padre Horacio, que el Señor Jesús y su Madre la Virgen Santísima la acompañen en su tarea evangelizadora. Bendiciones.
Ernesto

MI RESPUESTA A ERNESTO

Hola querido Ernesto!

¡No te imaginas el alegrón que me das con tu correo electrónico!
Me llena de gozo saber que esas cosas que el Señor me ha dado a decir están encaminando a jóvenes y los salvan de la destrucción de la lujuria que Satanás usa para destruirlos. No sé si me conociste en Ciudad del Este cuando estuve dando unas charlas en el Seminario entre agosto y octubre del año pasado ¿es así?

Espero que des a conocer esos escritos y audios a otros jóvenes.
Pues puedes hacer copias en CD de esos audios y difundirlos por ahí. O enseñarles a otros a bajarlos al celular.

En catholic.net también encontrarás un libro titulado Una Historia de Amor

«José y Felicita. Una historia de amor. Cartas 1926-1932»
Son 250 cartas de amor entre un muchacho de 22 y una chica de 16. Pero se leen como si fuera una novela y al mismo tiempo contienen una escuela de buen amor, maravillosamente bien escrita.

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Te ayudará mucho para entender a tu novia y para tratar y cultivar su alma.

El novio tiene que ser el pastor del alma de la novia y la novia tiene que ser el ángel guardián del cuerpo y alma de su novio.
Puedes leer estas cartas o dárselas a leer a ella, o leer algunas juntos, las que te parezcan apropiadas para las situaciones que se vayan dando.
El libro Una historia de amor, está editado en Buenos Aires por la Editorial Lumen.

Es aconsejable tenerlo porque es más práctico tenerlo en libro que andar bajándolo de Internet. Pídelo a través de alguna librería católica. El libro da motivo para hablar y comentar en los encuentros con tu novia. Ella también puede leerlo y le hará mucho bien para entenderte y entenderse a sí misma. Las jovencitas desean ardientemente ser amadas y que se les manifieste el amor del novio. A veces no se dan cuenta que provocan así acercamientos físicos que para ellas no son peligrosos pero sí lo son para el novio. Igualmente quieren complacer y atraer con su aspecto físico y pueden no darse cuenta de que se muestran excesivamente y con eso acosan sexualmente al varón. Estas cosas tienes que enseñárselas tú a tu noviecita. Por eso es muy favorable la diferencia de edad que hay entre tú y ella. Es un regalo del Señor esta hija suya que te da para esposa y madre de tus hijos, cuídala mucho y respétala, porque deben ser el uno para el otro ministros del amor de Cristo.
Además, si no conoces mi

2) «Blog del Buen Amor», pueden consultarlo .
Y cualquier duda, estoy a tus órdenes y te atenderé como a hijo muy querido. Bendiciones y tenme al tanto de cómo van las cosas.

Padre Horacio

RESPUESTA DE ERNESTO

Buenas tardes Padre Horacio:

¡Me alegra mucho que haya leído mi correo y haberme respondido!
Estuve apuntando cada uno de los libros que usted cita en los Podcasts, algunos los encuentro, otros no. Ya tengo «La Casa sobre roca»: es exactamente lo que andaba buscando .
Para compartir un poco con usted mi vida quiero comentarle lo siguiente.

La verdad que antes andaba perdido, buscando otros tipos de materiales en otras páginas de internet (que por cierto hay gran cantidad de basura), como por ejemplo «El Arte de seducir» «la Ciencia de la seducción», «la Biblia de la seducción», y cosas así… que hablaban de cómo conseguir tener relaciones con la mayor cantidad de mujeres… pero me di cuenta que no era eso lo que yo quería; no es eso el mandamiento de Dios y va contra lo que Él manda.

Luego de conocer a la chica que ahora es mi novia, me di cuenta de que fue Dios el que la puso en mi vida.
Al ir consolidando nuestra relación (nos tratamos desde hace seis meses), siento que quiero hacer bien las cosas, tratando de no hacerla caer en pecado. La veo de otra manera a ella… La veo como Hija de Dios. Le comento que es una chica de la Iglesia, estamos en el mismo grupo dentro de la Parroquia, en el «Camino Neocatecumenal» (¿conoce usted?)

El solo hecho de tener pensamientos desordenados, me pone mal. Por esa razón por medio de la oración empecé a pedirle al Padre que me corrija y me puse en campaña para cambiar mi mentalidad y busqué en Internet temas que traten de cómo comportarse en el noviazgo, cómo hacer las cosas según la voluntad del Padre. Fue ahí que me topé con esta página web. En donde encontré materiales, artículos que escriben personas iluminadas, así como Usted, sobre mensajes que realmente vienen de Dios.

Voy a leer también la historia de José y Felicita… la verdad que miré pero no me detuve a leer, no sabía que era un libro suyo… ¡Ah! también ya visité su “Blog del Buen Amor”, y voy a ir siguiéndolo… A mi hermana, Laura (tiene 16 años), también le comenté sobre sus Podcasts y los está escuchando, le gustan mucho me dijo, y quiere hacerle escuchar a su novio también…
Desde ya muchas Gracias por todo Padre Horacio!!
Ernesto

4. Laura

Al final me volví al que siempre me había amado

Por: P. Horacio Bojorge S.J. | Fuente: Clínica del Buen Amor

3.- LAURA
AL FINAL ME VOLVÍ AL QUE SIEMPRE ME HABÍA AMADO

Un testimonio hermoso y verdadero

Este testimonio viene a confirmar lo que expresaba Mariana dialogando con Sonia.

Es frecuente que Dios ponga el amor por una mujer en el corazón del varón, pero ésta no reconozca al hombre que la ama, o que él no responda a los ideales que ella tiene acerca del tipo de varón que desea para esposo. Sus ilusiones y sus sueños le impiden ver el amor que tienen delante y al príncipe que llega a golpear a la puerta de su corazón, porque viene disfrazado de mendigo. Mendigo de su amor.

Muchas veces me he encontrado con mujeres que dejaron pasar ese primer amor, o lo despreciaron, y luego quedaron solteras, porque los hombres de los que ellas gustaban no gustaban de ellas. El caso que presenta esta carta es un testimonio real de una joven que no reconoció de entrada al que la amaba. Pero esta historia tiene un fin feliz. Hoy están ya casados.

La joven debe cultivar los ojos de su corazón y tenerlos limpios para poder ver el amor verdadero en el corazón del que Dios le envía como esposo. Y cuando llega o pasa, debe poder poner de lado sus sueños. Si ora, su Padre celestial no la dejará engañar. Pero si no… No hay garantía…

Laura me escribe:

Querido Padre:
Cuando tenía 13 años tuve mi primer novio, Ernesto se llamaba. Fue una experiencia muy dolorosa pues él me decía que me amaba, me hacía sentir importante y querida yo tan chica y muy carente de afecto me aferré a él, él era mi mundo. Un día empezó por gritarme, luego fue una bofetada y más tarde un moretón y yo no me daba cuenta que no era normal. Aceptaba su mal trato con tal de tener alguien que me diera aunque sea un enfermizo amor. En cuanto a lo sexual no llegó a haber el acto en sí pero se enojaba mucho si yo no lo dejaba que me tocara. Después del año y medio me dejó y yo sufría mucho parecía que el mundo se me había acabado estaba tan perdida Padre!!! Salía para verlo y cuántas locuras más! El volvía cuando tenía ganas o cuando estaba solo y yo me ilusionaba, y luego sufría más.

«El amor verdadero empezó a asustarme. Lo normal y lógico me asustaba»

Luego a los 19 conocí al que ahora es mi esposo: Eduardo, el callado, un poco serio, me empezó a gustar, por amigos en común nos pusimos de novio, al principio era muy hermoso yo lo atendía, lo cuidaba él me amaba me decía que quería que fuera la madre de sus hijos, su amor verdadero empezó a espantarme. Lo normal y lógico a mi me asustaba.

Un DÍA lo engañé con otro y luego, lo dejé, enseguida me puse de novio con otra persona, claro que a los 4 meses me di cuenta de que sólo quería pasarla bien y yo no quería eso, pero yo siempre buscaba enredarme con personas que emocionalmente no me daban nada, sólo me usaban, estaba tan perdida que no podía distinguir el verdadero amor, dejaba que me usaran y me lastimaran sólo por un momento de afecto, me engañaba a mí misma pensando » ya se va a enganchar, ya me va a amar tengo que darle tiempo».

«¡Otro desengaño!»
En esta búsqueda un día conocí a Raúl diez años mayor que yo. Él era el modelo de hombre que yo buscaba, me daba seguridad, era divertido, inteligente, pero fue mi mayor desengaño.
Me enamoré de él o al menos creía estarlo en ese momento, y sufrí tanto. Estuvimos casi un año saliendo y yo tenía la esperanza, de que él me eligiera para formalizar pero lejos estaba de eso, un DÍA se fue, no me llamó más, lo veía sólo pasar hasta me rebajé y lo llamaba para pedirle explicación, como si la tuviera, lo que mal comienza mal acaba. A él no le importaba solo quería pasarla bien y que llene el vacío que había dejado su ex.
Con él toqué fondo, ¡otro desengaño!, ya no me acordaba de Eduardo, lo menospreciaba, pensaba “yo estoy para más”, como si la pasión o el dinero importaran más que la persona, estaba ciega!!! Y muy equivocada.

Sin Dios y sin mi padre estaba realmente perdida.
Un DÍA conocí a Jesucristo y comenzó el proceso del amor en mi vida, yo en el fondo quería tener un noviazgo, formar mi familia pero hacia todo mal, estaba muy herida y buscaba consuelo en las creaturas en vez de buscarlo en Dios.

Un llamado interior
La única persona que de veras me amaba yo la había lastimado, y subestimado: «Eduardo», el callado, un poco serio… Sentía en mi interior que debía pedirle perdón por todo lo que lo había lastimado y sincerarme con él.
Un DÍA lo llamé y hablamos. Le pedí perdón. Él con su bondad me lo concedió. Pasaron los meses y un DÍA hablamos, y nos vimos y así fue que desde el perdón, el respeto, pudimos sanar muchas heridas que ambos teníamos. Ya hace más de un año que estamos de novio y nos vamos a casar si Dios quiere!
Humanamente nunca CREI posible estar de nuevo con él pero al sanar mi corazón y buscar la voluntad de Dios, todo se fue dando de una manera muy especial, porque puedo sentir que Dios bendijo la segunda etapa de nuestro noviazgo y ahora nuestro matrimonio. Porque en la primera etapa de nuestro noviazgo tuvimos relaciones, paro luego vivimos un noviazgo puro y casto como quiere el Padre celestial.

Padre espero que mi testimonio ayude a muchas personas. Como usted bien decía: «MUJERES QUE NECESITAN DEMASIADO SER AMADAS».

Me despido un abrazo en Cristo su hija
Laura

Santa Rosa de Viterbo, la joven que defendió al Papa

Es asombrosa la mezcla de lo natural y de lo sobrenatural en su vida

Rosa nació en Viterbo en 1233 de familia muy humilde pero excelentes cristianos. Desde niña siempre estuvo muy atenta cuando sus padres, Giovanni y Caterina, le hablaban de Dios.

En vez de pasar sus horas jugando prefería contemplar las imágenes de los santos, especialmente de la Virgen María.

Ya a los 8 años estaba enamorada de la penitencia. Llegaba a pasar días enteros con un poco de pan, porque prefería correr tras los pobres para ofrecerles con cariño todo cuanto tenía.

A causa de sus penitencias contrajo una gravísima enfermedad, que duró quince meses. Fue milagrosamente curada por la Virgen María, quien le mandó tomar el hábito de la Tercera Orden de San Francisco.

Comienza a predicar por todo Viterbo con una pequeña cruz o una imagen sagrada exhortando a todos a amar a Jesús y a María y a ser fieles a la Iglesia.

En ese momento Viterbo estaba en conflicto por una crisis entre la Santa Sede y el emperador Federico II que estaba en contra del Papa.

Rosa tomó una posición firme en defensa del Papa y en la lucha entre los guelfos y los gibelinos. Por esta razón el alcalde de Viterbo la exilió junto a un hogar en Soriano del Cimino.

Ella predijo la muerte del emperador Federico II y cuando esto sucedió, regresó a Viterbo.

Murió muy joven, a los 18 años y la enterraron en la tierra desnuda, sin féretro, cerca de la iglesia de Santa María en Poggio.

Patronazgo

Patrona de la ciudad de Viterbo, de la Juventud Franciscana (JUFRA), de los floristas y las jóvenes.

Lugares de culto

La muerte de santa Rosa se conmemora el 6 de marzo. Pero las fiestas más famosas en su honor son el 3 y 4 de septiembre, que recuerdan la traslación del cuerpo al santuario actual dedicado a ella.

Según cuenta la tradición, el papa Alejandro IV, que residía en Viterbo, soñó por tres veces con una niña llamada Rosa que había sido sepultada siete años antes en la tierra desnuda frente a la parroquia de Santa Maria in Poggio.

Durante el sueño, la niña pedía que se trasladara su cuerpo al monasterio de las “Pobres de San Damián”.

Impresionado por esta visión, el Papa ordenó que dicho trasporte se celebrara de forma solemne el 4 de septiembre siguiente.

Desde entonces la parroquia pasó a ser el Santuario de Santa Rosa, y se multiplicaron los milagros de la santa.

La fiesta consiste en llevar la imagen de la santa en procesión en una pesada torre iluminada por antorchas llamada “Maquina de Santa Rosa”. Pesa más de 5100 kg y tiene casi 29 metros de altura.

Lo increíble es que la llevan cargada a hombros cientos de hombres, llamados “facchini di Santa Rosa” durante más de 1 kilómetro entre las callecitas estrechas de Viterbo.

Curiosidades

El cuerpo de la santa se encontró intacto en 1258 y se trasladó, por orden del papa Alejandro IV desde la iglesia de Santa María en Poggio, a la iglesia de San Damián. Con los años, no se tomaron precauciones particulares para su conservación hasta el punto que durante el Renacimiento se permitía a los fieles tocar a la santa a través de una pequeña abertura practicada en la urna. En 1921 se realizó un reconocimiento del cuerpo del cual se extrajo el corazón intacto y fue colocado en un relicario de plata.

En 1996, un nuevo estudio científico certificó que santa Rosa tenía entre 18 y 20 años en el momento de la muerte y que además padecía una enfermedad rara llamada: el síndrome de Cantrell. Esta enfermedad es caracterizada por una falta congénita del esternón, que normalmente conduce a la muerte durante los primeros años de vida.

Oración

Padre de bondad, que has unido en

la joven santa Rosa de Viterbo

la firmeza de ánimo y el

encanto de la bondad;

al celebrar hoy su fiesta,

concédenos imitar también sus virtudes.

Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

En el desierto

Meditación al Evangelio 6 de marzo

San Lucas nos narra las tentaciones de Jesús y en ellas refleja su lucha interior de frente a su misión pero al mismo tiempo surge espontánea la pregunta sobre lo que de verdad cuenta en la vida de los hombres. Aparece muy claro el centro de toda tentación: quitar a Dios que, ante todo aquello que aparece como urgente en la vida, queda como en un lugar secundario, quizás hasta superfluo o fastidioso. Poner orden en el mundo por cuenta nuestra, sin Dios, confiarse sólo a las propias capacidades, reconocer como verdaderas y valiosas sólo las realidades políticas, materiales y económicas, y dejar a Dios a un lado, son las tentaciones que nos amenazan actualmente en múltiples formas. La imagen del Génesis donde se nos presenta al maligno disfrazado que trastorna el orden y cubre la tentación de apariencia moral, revive en las tentaciones de Jesús, y en las nuestras. El demonio no nos invita directamente a hacer el mal, sería muy evidente y peligroso. Hace el engaño de indicar lo mejor: abandonar finalmente las ilusiones y empeñar eficazmente nuestras fuerzas para mejorar el mundo. Nos lo presenta como lo único real y posible: el poder, el tener y el pan; como si las cosas de Dios quedaran tan lejos y tan nebulosas que no tiene caso tenerlas presentes.

Las tentaciones que el demonio, el mentiroso, pone a Jesús son las mismas que cada día se nos van presentando a cada uno de nosotros. No es difícil descubrir la tentación de abandonar al Señor. ¿Por qué creer en un Dios que nunca hemos visto? ¿No es más fácil doblegarnos ante esos otros “diosecillos” que el mundo presenta atractivos a través de su propaganda: el poder, el dinero o el placer? O quizás prefiramos permanecer en la superficialidad y conformarnos con atragantarnos de pan cada día, de calmar nuestra hambre de Dios con migajas que sólo disimulan el hambre. ¿A qué le damos más importancia nosotros: a las piedras de cada día o a la fuerza que nos infunde Dios cada jornada? ¿Qué permanecerá el día de mañana, las grandes ciudades que edificamos los humanos, o la gran patria celestial que Cristo nos adelanta en su Evangelio? Otras veces caemos en la tentación de lo básico, nos conformamos con lo que vemos y tocamos. Llevamos una vida endemoniada y, en esa vida endiablada, se nos cuelan multitud de demonios que nos ofrecen suculentas felicidades, aparentes manjares. Hoy, constantemente, desde el gran escaparate de la sociedad caprichosa y hedonista, se nos conmina al abandono de Dios, a emborracharnos de los licores del mundo en detrimento del alimento de la fe, a desertar de la familia de los discípulos,  instándonos a abrazar otras realidades que, a la vuelta de la esquina, dejarán de existir.

Pero la más grande de todas las tentaciones es la tentación de la idolatría. Tentación de hacernos un dios a nuestra imagen y semejanza. Tentación de crearnos unas leyes que se acomoden a nuestros criterios, tentación de manipular a Dios en beneficio de nuestros caprichos. Y así llegamos a cobijar en nuestro corazón, en nuestras familias y en nuestras actitudes, otros dioses que nos exigen ausencia de ética y de moral, vacío de fe o de total renuncia a nuestras convicciones religiosas. ¿Qué dioses habitan en nuestro corazón? ¿Qué tenemos colgado en las paredes de nuestras casas? ¿Cruces o simples cuadros? ¿Referencias a Dios o ídolos de la canción sugeridos por la moda? ¿Qué referencia tenemos de Dios en nuestros planes, en nuestras luchas sindicales, en nuestras ambiciones laborales?  Así las tres tentaciones-símbolo con las que tropezó el pueblo de Israel: preferir el pan a la libertad, adorar al becerro de oro y querer sentirse omnipotente, olvidándose de que está en la mano de Dios; son las mismas tentaciones que sufre nuestro mundo actual y que sufrimos cada uno de nosotros. Esas mismas tentaciones, más o menos encubiertas, son la que padecemos y las que nos hacen tropezar hoy día. Nadie está exento de sentirse atraído por el dinero, por el placer y por la fama o la autosuficiencia. Y quien diga que no las padece, es que ya ha caído en ellas y lo más triste es no darse cuenta.

Cuaresma es un tiempo especial, de alejarnos al desierto, de mirar hacia nuestro interior y descubrir los más íntimos deseos. Es tiempo de desnudarse de toda apariencia y preguntarnos frente al Señor cuántas veces y por qué hemos caído. No es tiempo de juzgar a los demás. Es tiempo de reflexión y de enmienda. Tiempo de justicia, de verdad, de liberación. Cada uno llevamos nuestras propias caídas y nuestras propias heridas, es tiempo de levantarse y sanar las heridas. Es tiempo de acogerse a la misericordia del Padre y sentir su amor infinito que nos llama. Es tiempo de revisar cuántos desencuentros, cuántas infidelidades, cuántas injusticias. Pero, al revisarlas, corregirlas; es la Cuaresma tiempo de conversión, y conversión significa caminar, reiniciar el camino de vuelta al Padre. El mirar a Cristo en sus tentaciones, es oportunidad para que sepamos mirar la vida, y mirarnos en la vida. Su retiro al desierto nos invita a que apaguemos los ruidos que aturden y ensordecen, nos pide que acallemos las voces que esconden la voz de Dios, que nos olvidemos de escuchar cantos de sirenas que nos hablan de la felicidad de comprar, de poseer o del poder abusivo, y que volvamos a oír la voz del amor, la voz que se grita en el silencio y el desierto. Para eso existe la Cuaresma, para dejarnos seducir por Dios en el desierto, para volver a las fuentes, para volver a la fidelidad primera. Para sentir la reconciliación de los enamorados. Eso es la cuaresma: volver a quien está enamorado de nosotros. Pero nuestro volver pasa por el amor al hermano. ¿Cómo vamos a vivir esta cuaresma? ¿Cuáles son nuestras tentaciones? ¿Cómo podemos levantarnos? ¿Cómo vamos a volver al Padre y cómo nos vamos a reencontrar con los hermanos?

Padre Bueno, que nuestra cuaresma sea un verdadero desierto donde nos encontremos a nosotros mismos, descubramos la inmensidad de tu amor y comprendamos que la verdadera conversión pasa por el encuentro con el hermano más pobre y desamparado. Amén.