El profeta Jeremías está haciendo una experiencia muy mala; no sólo su predicación no es aceptada, sino que: «Siento cómo habla la gente, me veo amenazado por todos lados.» Teme por su integridad física. Pero hace un trabajo interior que no le permite amedrentarse. Reflexiona así: «El Señor me apoya como un guerrero invencible; por eso quienes me persiguen caerán, no podrán apoderarse de mí, quedarán confundidos de su fracaso.» ¿No has experimentado que eres incomprendido, o menospreciado, o francamente rechazado y excluido a causa de tus convicciones? ¿Tener una actitud parecida a la de Jeremías y, sobre todo, trabajar interiormente con parecidas ideas te parece muy difícil?
Señor, con el profeta te digo: hazme ver cómo haces justicia, pues es a ti que yo he confiado mi causa.
Do not be afraid of those who kill the body, but they cannot kill the soul.
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma.
Matthew 7:1-5
La parábola de Jesús en el Evangelio de hoy es uno de los comentarios más profundos desde el punto de vista psicológico y espiritual del Nuevo Testamento. Seamos realistas: el pasatiempo favorito de la mayoría de los seres humanos es criticar a los demás.
Nos deleitamos al señalar defectos, fallas morales y tendencias molestas de nuestros vecinos. Esto es, por supuesto, una función del orgullo y el egoísmo: cuanto más menosprecio por alguien más elevado me siento.
Pero también es, curiosamente, un medio magnífico para mirarnos a nosotros mismos, para ver lo que generalmente no se ve. ¿Por qué, debemos preguntarnos, encontramos en el pecado ajeno algo particularmente molesto? ¿Por qué ese rasgo o pecado de un hermano nos irrita especialmente?
Indudablemente, Jesús lo dice, porque nos recuerda que hay una falla similar en nosotros mismos. Recuerdo que alguna vez el director de un retiro espiritual nos pidió a cada uno de nosotros que recordáramos a una persona que nos resultaba muy difícil de soportar y luego describiéramos en detalle las características de esa persona que la hacían tan desagradable. Luego recomendó que volviéramos a nuestras habitaciones y pidiéramos a Dios que nos perdonara las mismas fallas en nosotros mismos. Sus palabras fueron tan desconcertantes e iluminadoras como fueron las palabras de Jesús.
Josemaría Escrivá de Balaguer, Santo
Sacerdote y Fundador, 26 de Junio
Fundador de la Prelatura «Opus Dei»
Martirologio Romano: En Roma, san Josemaría Escrivá de Balaguer, presbítero, fundador del Opus Dei y de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz († 1975).
Fecha de beatificación: 17 de marzo de 1992 por S.S. Juan Pablo II
Fecha de canonización: 6 de octubre de 2002 por S.S. Juan Pablo II
Breve Biografía
Infancia y Juventud
Josemaría Escrivá de Balaguer nació en Barbastro (Huesca, España) el 9 de enero de 1902. Sus padres se llamaban José y Dolores. Tuvo cinco hermanos: Carmen (1899-1957), Santiago (1919-1994) y otras tres hermanas menores que él, que murieron cuando eran niñas. El matrimonio Escrivá dio a sus hijos una profunda educación cristiana.
En 1915 quebró el negocio del padre, que era un industrial de tejidos, y hubo de trasladarse a Logroño, donde encontró otro trabajo. En esa ciudad, Josemaría percibe por primera vez su vocación: después de ver unas huellas en la nieve de los pies descalzos de un religioso, intuye que Dios desea algo de él, aunque no sabe exactamente qué es. Piensa que podrá descubrirlo más fácilmente si se hace sacerdote, y comienza a prepararse primero en Logroño y más tarde en el seminario de Zaragoza. Siguiendo un consejo de su padre, en la Universidad de Zaragoza estudiará también la carrera civil de derecho como alumno libre.
La fundación del Opus Dei
D. José Escrivá muere en 1924, y Josemaría queda como cabeza de familia. Recibe la ordenación sacerdotal el 28 de marzo de 1925 y comienza a ejercer el ministerio en una parroquia rural y luego en Zaragoza.
En 1927 se traslada a Madrid, con permiso de su obispo, para obtener el doctorado en Derecho. En Madrid, el 2 de octubre de 1928, Dios le hace ver la misión que desde años atrás le venía inspirando, y funda el Opus Dei. Desde ese día trabaja con todas sus fuerzas en el desarrollo de la fundación que Dios le pide, al tiempo que continúa con el ministerio pastoral que tiene encomendado en aquellos años, que le pone diariamente en contacto con la enfermedad y la pobreza en hospitales y barriadas populares de Madrid.
Al estallar la guerra civil, en 1936, Josemaría se encuentra en Madrid. La persecución religiosa le obliga a refugiarse en diferentes lugares. Ejerce su ministerio sacerdotal clandestinamente, hasta que logra salir de Madrid. Después de una travesía por los Pirineos hasta el sur de Francia, se traslada a Burgos.
Cuando acaba la guerra, en 1939, regresa a Madrid. En los años siguientes dirige numerosos ejercicios espirituales para laicos, para sacerdotes y para religiosos. En el mismo año 1939 termina sus estudios de doctorado en Derecho.
Guiando el crecimiento del Opus Dei
En 1946 fija su residencia en Roma. Obtiene el doctorado en Teología por la Universidad Lateranense. Es nombrado consultor de dos Congregaciones vaticanas, miembro honorario de la Pontificia Academia de Teología y prelado de honor de Su Santidad. Sigue con atención los preparativos y las sesiones del Concilio Vaticano II (1962-1965), y mantiene un trato intenso con muchos de los padres conciliares. Desde Roma viaja en numerosas ocasiones a distintos países de Europa, para impulsar el establecimiento y la consolidación del Opus Dei en esos lugares. Con el mismo objeto, entre 1970 y 1975 hace largos viajes por México, la Península Ibérica, América del Sur y Guatemala, donde además tiene reuniones de catequesis con grupos numerosos de hombres y mujeres.
Fallece en Roma el 26 de junio de 1975. Varios miles de personas, entre ellas numerosos obispos de distintos países —en conjunto, un tercio del episcopado mundial—, solicitan a la Santa Sede la apertura de su causa de canonización.
Beatificación y Canonización
El 17 de mayo de 1992, Juan Pablo II beatifica a Josemaría Escrivá de Balaguer en la plaza de San Pedro, en Roma, ante 300.000 personas. «Con sobrenatural intuición», dijo el Papa en su homilía, «el beato Josemaría predicó incansablemente la llamada universal a la santidad y al apostolado».
Diez años más tarde, el 6 de octubre de 2002, Juan Pablo II canoniza al fundador del Opus Dei en la plaza de San Pedro ante una multitud de más de 80 países. El Santo Padre, en su discurso a los participantes en la canonización, dijo que «san Josemaría fue elegido por el Señor para anunciar la llamada universal a la santidad y para indicar que la vida de todos los días, las actividades comunes, son camino de santificación. Se podría decir que fue el santo de lo ordinario».
26 de junio de 2023
Sácate primero la viga que tienes en el ojo
Santo Evangelio según san Mateo 7, 1-5. Lunes XII del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, llena mi corazón de amor para que yo sea capaz de amar a todos con todo.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 7, 1-5
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No juzguen y no serán juzgados; porque así como juzguen los juzgarán y con la medida que midan los medirán. ¿Por qué miras la paja en el ojo de tu hermano y no te das cuenta de la viga que tienes en el tuyo? ¿Con qué cara le dices a tu hermano: ‘Déjame quitarte la paja que llevas en el ojo’, cuando tú llevas una viga en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga que tienes en el ojo, y luego podrás ver bien para sacarle a tu hermano la paja que lleva en el suyo”. Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Paradójicamente, las personas que cometemos más errores somos al mismo tiempo los más duros e inflexibles. Y resulta evidente cuando un corazón no tiene paz y amor dentro; está divido y no puede sino proyectar toda esa frustración y amargura hacia los demás.
Muy diverso es el testimonio de los santos y las personas que se han distinguido en la virtud. Siempre son ejemplos de beneficencia y caridad. Por ello, la clave de la santidad no está en muchos propósitos y reglas de perfección sino en amar. No cansarse de amar. Amar de día y de noche. Amar con el corazón y con el pensamiento. Amar a todos en y desde Dios.
Madre Santísima, ayúdanos a tener un corazón amante como el tuyo que sólo busca acoger y amar a los demás, sobre todo con predilección a los pobres pecadores.
«Es tan feo juzgar: el juicio ¡sólo a Dios, sólo a Él! A nosotros nos compete el amor, la comprensión, el rezar por los demás cuando vemos cosas que no están bien, si es necesario también hablar con ellos para ponerlos en guardia si algo no parece ir en la dirección correcta. Pero nunca juzgar, nunca, porque si nosotros juzgamos es hipocresía. Cuando juzgamos nos colocamos en el lugar de Dios, esto es verdad, pero nuestro juicio es un pobre juicio: nunca, nunca puede ser un verdadero juicio porque el verdadero juicio es el que da Dios. Y ¿por qué el nuestro no puede ser como el de Dios?; ¿por qué Dios es omnipotente y nosotros no? No, porque a nuestro juicio le falta la misericordia. Y cuando Dios juzga, juzga con misericordia».
(Homilía de S.S. Francisco, 20 de junio de 2016, en santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Dedicaré un tiempo de mi día a recordar todas las veces que el Señor me ha perdonado mi pecado y me ha renovado con la fuerza de su amor, para hacer yo lo mismo con los demás.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Nardo del 26 de Junio
¡Oh Corazón Sagrado, amado reposo de las almas!
Meditación: ¿Sabes, Señor?, cuando te miro Tu sabes que sonrío, pues veo Tu Dulzura y Poder. Yo sé que eres mi Rey, sé cuánto me conoces y me quieres, que estás junto a mi y me sigues, que evitas que caiga, y que consuelas mi alma. Cuando tengo dolor, cuando la oscuridad me quiere atrapar, Te me acercas y Tu mano me das, y es entonces cuando siento cuánto me cuidas. Y me dices: «descansa ya, pues Yo, el Amor, estoy junto a vos». Es allí cuando se disipa mi aflicción y siento Tu calor, me siento dichoso y mi alma goza. Y el dolor y la noche ya no están, pues Tú lo permitiste para que vea mi debilidad y conozca Tu Fortaleza. El sufrimiento que purifica, la oscuridad que hace ver la Luz, porque allí siempre estas Tú.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Preparemos y seamos un Altar a Jesús, tanto físico como espiritual, para agradecer cuánto nos da.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
San Josemaría Escrivá: Lo normal puede ser sagrado

Oficina de Información de la Prelatura del Opus Dei en España-CC BY-SA 2.0
Oficina de Información de la Prelatura del Opus Dei en España-CC BY-SA 2.0
El fundador del Opus Dei ha ayudado a millones de personas a encontrarse con Dios en sus tareas cotidianas
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Todas las personas -no sólo los curas o las monjas- están llamadas a unirse a la vida eterna y perfecta de Dios y a compartirla con los demás a través de lo que hacen normalmente, también de su trabajo. Esta es la gran enseñanza de san Josemaría Escrivá. Y ha marcado a millones de personas a través de la obra que fundó, el Opus Dei.
«Allí donde están vuestras aspiraciones, vuestro trabajo, vuestros amores, allí está el sitio de vuestro encuentro cotidiano con Cristo», decía este sacerdote español del siglo XX.
Conoce su vida en esta galería de imágenes:
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