Mark 5:21-43
Amigos, el Evangelio de AYER nos habla sobre la resurrección de la hija de Jairo.
Jesús continúa criticando la muerte, reprendiendo a la gente por los ostentosos gemidos y luto. Está impaciente con la cultura de la muerte, todo lo que se ha desarrollado en torno a la supuesta finalidad de la muerte. Y es por ello que dice: “La niña no está muerta, sino que duerme”. Relativizar la muerte: eso es lo que está haciendo Jesús.
Cuando llega la noticia de que la niña había muerto surge entonces la sugerencia de que Jesús no debería preocuparse más. Pero Jesús le dice al líder de la sinagoga: “No temas, basta que creas”.
Esto, en pocas palabras, es el Evangelio: es una pasión por lo imposible, una firme creencia de que el reino de la muerte ha terminado. La fe reemplaza al miedo. Talitha koum (“niña, yo te lo ordeno, levántate”) es un recordatorio de la centralidad absoluta de la resurrección. Dios es Señor y dador de vida, y en consecuencia lucha contra las fuerzas de la muerte que nos atormentan.
Mark 6:1-6
Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús es rechazado por la gente de su propio pueblo. Como Él mismo dice, “Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa”. Sin embargo, sorprendía a las multitudes en toda Galilea porque enseñaba con autoridad.
Hasta donde sabemos, Jesús no fue entrenado formalmente en una escuela rabínica, ni fue educado para ser sacerdote del Templo o un escriba, ni fue devoto de los fariseos, los saduceos o los esenios. Él era, para usar un término algo anacrónico, un laico. Y esto hizo que su llegada a la escena pública fuera aún más asombrosa.
Pero este carpintero nazareno sin educación religiosa o afiliación formal comenzó a hablar y actuar con una autoridad sin precedentes. A aquellas multitudes que lo escuchaban predicar, Él alegremente decía: “Han oído decir esto, pero Yo les digo . . .” Se refería, por supuesto, a la Torá, la enseñanza de Moisés, el lugar de apelación final para cualquier rabino fiel; y, por lo tanto, reclamaba para Sí mismo una autoridad mayor que la del maestro y legislador más importante de Israel.
Cuando hacemos que prevalezca la comodidad de la costumbre y la dictadura de los prejuicios, es difícil abrirse a la novedad y dejarse sorprender. (…) Pero sin apertura a la novedad y sobre todo —escuchad bien— apertura a las sorpresas de Dios, sin asombro, la fe se convierte en una letanía cansada que lentamente se apaga y se convierte en una costumbre, una costumbre social. He dicho una palabra: el asombro. ¿Qué es el asombro? El asombro es precisamente cuando sucede el encuentro con Dios: “He encontrado al Señor”. Leemos en el Evangelio: muchas veces, la gente que encuentra a Jesús y lo reconoce, siente el asombro. Y nosotros, con el encuentro con Dios, tenemos que ir en este camino: sentir el asombro. Es como el certificado de garantía que ese encuentro es verdad, no es costumbre. (Angelus, 4 julio 2021)
Brígida de Kildare, Santa
Abadesa, 1 de febrero
Patrona de Irlanda junto con los santos Patricio y Columbano
Martirologio Romano: En Kildare, en Irlanda, santa Brígida, abadesa, que fundó uno de los primeros monasterios de la isla y, según se cuenta, continuó el trabajo de evangelización iniciado por san Patricio (c. 525).
Breve Biografía
Parece una contradicción, pero a pesar de su gran fama que la hace pasar por la santa más conocida de Irlanda y de estar unidos a su figura gran cantidad de elementos festivos y folclóricos se conocen muy pocos hechos históricos sobre su vida.
Fue Cogitosus que vivió del 620 al 680 su primer biógrafo, pero -lastimosamente- poco escribe acerca de la vida terrena de la santa; su escrito se pierde en descripciones sociales y religiosas en torno al monasterio de Kindale, probablemente mixto y con jurisdicción quasi-episcopal, fundado por Brígida.
También existen himnos y poemas irlandeses de los siglos VII y VIII que en sí mismos testimonian el culto que se tributaba a la santa irlandesa.
Un poco más adelante, el obispo de Fiésole, Donatus, a mitad del siglo IX, escribe su vida en verso y este debió ser el vehículo de la rápida difusión de su culto por Europa.
Pero de esta carencia de datos que impiden el diseño de un perfil hagiográfico completo; la religiosidad popular y el calor de las gentes por su santa ha suplido con creces la grandeza de su vida fiel al Evangelio y entregada a su vocación religiosa.
Del hecho de pertenecer Brígida a una tribu inferior en su tiempo, concretamente la de Forthairt, la fantasía la hace nacer del fruto de la unión -extraña al matrimonio- de su padre, Duptaco, con una bellísima esclava, con todos los problemas que esto produce en el entorno familiar legítimo, desde el disgusto de la esposa hasta la proposición de su venta. Claro que de esto se sacará la noble lección de que Dios puede tener planes insospechados para los espúreos inculpables que pueden llegar a las cimas más altas de la santidad y dejar tras de sí una estela de bien para la gente.
Heredada la extrahermosura de su madre, para no ser ocasión de pecado y no ser ya más pedida en matrimonio, pide a Dios que la haga fea. ¿Para qué quiere la hermosura quien sólo piensa en Dios? Ha decidido entrar en religión. Derrama lágrimas abundantes y son escuchados sus ruegos con un reventón del ojo; por este favor da gracias a Dios que luego le devuelve todo su esplendor. La lección está clara: quien posee al Amor desprecia lo que a tantas vuelve locas y vanas para alcanzar un amor.
También los pobres están presentes en el relato; no podría concebirse santidad sin caridad. Y ahora es la vaca su cómplice; nunca se secaron las ubres, una y otra vez ordeñadas por Brígida, cuando había que remediar a un menesteroso. La vaca ha quedado presente, como emblema, en las representaciones pictóricas de los artistas, junto a la imagen de la santa.
Y aún hay más; sí, son inagotables los relatos de bondades. Se habla de leprosos curados y de monjas tibias descubiertas; la muda Doria comienza a hablar y termina sus días como religiosa en el convento; frustra asesinatos; da vista a ciegos y… como expresión del estilo de un pueblo ¡convierte el agua de su baño en cerveza para apagar la sed!
Los himnos, versos, poemas y canciones populares -con sencillez y regocijo- muestran el calor de un pueblo por su santa y dice con sus leyes lo que las de la crítica histórica ni puede ni debe decir.
Experiencia transformante
Santo Evangelio según san Marcos 6, 1-6. Miércoles IV del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, enséñame a estar atento a la tu voz y a entender aquello que me pidas.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 6,1-6
En aquel tiempo, Jesús fue a su tierra en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba se preguntaba con asombro: “¿Dónde aprendió este hombre tantas cosas? ¿De dónde le viene esa sabiduría y ese poder para hacer milagros? ¿Qué no es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿No viven aquí, entre nosotros. sus hermanas?” Y estaban desconcertados. Pero Jesús les dijo: “Todos honran a un profeta, menos los de su tierra, sus parientes y los de su casa”. Y no pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó a algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y estaba extrañado de la incredulidad de aquella gente. Luego se fue a enseñar en los pueblos vecinos.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Es una realidad el hecho de que Dios no es ajeno a nuestras vidas, menos aún si hay momentos en los cuales no sentimos su voz o creemos que no está a nuestro lado. Él, más que nunca, está ahí presente, acompañándonos y sosteniéndonos para seguir adelante.
¿Qué tal está nuestra fe? ¿Realmente creemos o dudamos?
Es otra realidad el hecho de que Dios es el único que puede cambiar nuestras vidas. Sí podemos decir que las personas nos cambian, que las situaciones nos vuelven personas diferentes, que los lugares o ambientes influyen en nuestras vidas, y tenemos razón, pero, ¿quién está detrás de todo ello? Adivinen. Es Dios quien está ahí, en primera fila, más presente que nunca, y es Él quien se vale de todo ello para enseñarnos y para hacernos cambiar. No un cambio solamente exterior, sino un cambio interior, un cambio que incluye nuestra mente y nuestro corazón.
Mientras Jesús crecía, ése al cual llamaban hijo de un carpintero, hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón, a ése, poco a poco la relación íntima que tenía especialmente en la oración con Dios su Padre, le iba cambiando e iba inflamando su corazón de amor por los hombres, tanto así, que amó hasta dar su vida para que cada uno de nosotros comprendiéramos cuánto nos ama y nos ha amado desde toda la eternidad.
Pidamos a la Santísima Virgen que nos enseñe a reconocer a su hijo Jesucristo, no en los grandes milagros, no en las cosas extraordinarias y deslumbrantes, sino en cada detalle, en cada muestra de amor que nos da día con día.
«Su mirada transforma nuestras miradas, su corazón transforma nuestro corazón. Dios es Padre que busca la salvación de todos sus hijos».
(Homilía del Papa Francisco, 21 de septiembre de 2015)
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Buscaré un momento de silencio y de recogimiento para escuchar la Palabra de Dios.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Enseñemos a rezar a los niños
Transmitir el hábito de la oración a los hijos y lograr que éstos le encuentren un sentido es el reto que tienen los padres en la actualidad.
“Nos acostumbramos a vivir en una sociedad que pretende dejar de lado a Dios, donde los padres ya no enseñan a los hijos a rezar ni a santiguarse. Yo os pregunto: vuestros hijos, vuestros niños, ¿saben hacer la señal de la cruz? Pensadlo. Vuestros nietos, ¿saben hacer la señal de la cruz? ¿Se lo habéis enseñado? Pensad y responded en vuestro corazón. ¿Saben rezar el Padrenuestro? ¿Saben rezar a la Virgen con el Ave María? Pensad y respondeos. Este habituarse a comportamientos no cristianos y de comodidad nos narcotiza el corazón.” (Papa Francisco en la audiencia del 5 de marzo)
Los días pasan rápido, rezamos algunas oraciones en familia, vamos a misa los domingos, llevamos a nuestros hijos a catequesis y en el colegio van a clase de religión. Esto debería bastar.
¿Seguro?
Este domingo cuando recemos el Padrenuestro durante la misa, mira la cara de tu hijo y fijate si lo sabe rezar. Puede ocurrir que demos por supuesto que se lo sabe y no sea así. No podemos tranquilizarnos pensando que ya se lo enseñarán en la catequesis o en religión. Puede que se lo preguntaran en catequesis, no se lo supiera y allí quedó la cosa. Y durante las clases de religión a veces se repasan estas oraciones y a veces no. Dependerá del niño si se las quiere aprender… o no y entonces la nota le subirá o bajará.
Cuando queremos enseñar a nuestros hijos nos preparamos y nos mentalizamos de que durante un determinado espacio de tiempo tendremos que repetir y repetir hasta que aprenda.
Con las oraciones vocales ocurre lo mismo pero además tienen un sentido y una razón de ser. No son un poema. Van dirigidas a Dios o a la Virgen.
Mis padres me enseñaron a hacer la señal de la cruz siempre que salía de casa. Además de repetir la acción todos los días, nos poníamos en manos de Dios y bajo su protección.
Durante esta cuaresma, junto a las oraciones de la noche, durante la bendición de la mesa o en cualquier otro momento en que acostumbremos a rezar juntos todos los días, recemos el Padrenuestro, la oración que Jesús nos enseñó. Empecemos rezando “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre” durante varios días y luego vamos añadiendo poco a poco el resto de la oración. En internet podemos encontrar dibujos que les ayuden a entender lo que decimos.
Cuando ya se la sepan podemos empezar del mismo modo con el Ave María.
No hacemos otra cosa que poner en acción la obra de misericordia “enseñar al que no sabe” y lograr que la Cuaresma sea “un momento favorable para convertirse al amor a Dios y al prójimo; un amor que sepa hacer propia la actitud de gratuidad y de misericordia del Señor, que «se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza» (cf. 2 Cor 8, 9).”
Conoce a Brígida, la santa más popular de Irlanda

Lawrence OP | Flickr CC BY-NC-ND 2.0
Con solo 20 años fundó el primer monasterio cristiano de Irlanda, en su lugar de nacimiento, Kildare
Brígida nace en Kildare (Irlanda) en el año 451 o 452 y muere el 1 de febrero del año 525.
Hija de un rey pagano irlandés y una esclava cristiana, pronto se sintió atraída por la vida religiosa. Era muy generosa con los pobres.
Se dice que fue obligada a sobrevivir con la leche de una vaca blanca debido a la incapacidad de su madre para dar el pecho, y se comprometió a despojarse de todas sus posesiones ya desde muy joven.
Se asocian muchas tradiciones a este día festivo, entre las que se incluyen realizar a mano una Cruz de Santa Brígida y colgarla encima de la puerta de tu casa, y preparar un pastel y mantequilla para ella (y maíz para su vaca) en la víspera de su festividad.
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La leyenda dice que Brígida acude a bendecir las cosechas y los huertos de todo el mundo después de que los niños se vayan a dormir.
A los 20 años fundó el primer convento de Irlanda en Kildare.
Santa patrona
Santa Brígida es patrona de los lecheros, porque de ella se cuenta que su madre la envió a comprar leche y le dio el dinero para pagar, pero ella se lo dio a un pobre. En otra circunstancia, la santa dio agua a un pobre y esta se convirtió en leche.
Oración
Señor Dios todopoderoso, que elegiste a santa Brígida de Irlanda para que mostrara a las personas el camino que conduce a Ti, haz que su ejemplo nos ayude a seguir a Jesucristo, nuestro maestro, para que logremos así alcanzar un día, junto con nuestros hermanos, la gloria de tu reino eterno. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
El significado espiritual tras la cruz de santa Brígida
Una popular costumbre irlandesa con una rica historia espiritual
El 1 de febrero es la fiesta de Brígida de Irlanda, una santa influyente del siglo V. Se dice que tuvo una relación cercana con san Patricio y lo ayudó a construir una base firme para la Iglesia en Irlanda.
Una historia de su vida está en el origen de la popular costumbre irlandesa de la cruz de santa Brígida.
Se dice que un día llamaron a santa Brigida al lecho de muerte de un viejo jefe pagano. Estaba sufriendo mucho y los que lo rodeaban creían que Brigida podía traerle paz. Ella llegó junto a su cama y trató de consolarlo con sus palabras.
Mientras aún estaba inquieto, Brígida recogió algunos juncos que se extendieron por el suelo y comenzó a tejer una cruz.
El jefe estaba interesado en la cruz y comenzó a hacerle preguntas sobre ella. Brígida le explicó la vida de Jesucristo y su muerte en la cruz. Esto lo consoló mucho y llevó paz a su alma. Se convirtió a la fe cristiana y recibió el bautismo antes de morir.
La cruz protege
Desde entonces, los cristianos en Irlanda han hecho cruces de paja o juncos y las han colocado en sus puertas después de que el párroco las haya bendecido.
Se cree que la cruz protegerá el hogar de los espíritus malignos, el fuego y el hambre.
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Esta creencia refleja el poder espiritual de la cruz, como se afirma de manera similar en esta antigua bendición de una cruz que se encuentra en el Ritual Romano.
Señor Jesucristo, bendice + esta cruz con la que arrebataste al mundo de las garras de Satanás, y con la que venciste con tu sufrimiento al tentador del pecado, quien se regocijó en la caída del primer hombre al comer del árbol prohibido. Que esta cruz sea santificada en el nombre del Padre, + y del Hijo, + y del Espíritu Santo +; y que todos los que se arrodillan y oren ante esta cruz en honor a nuestro Señor, encuentren salud en su cuerpo y su alma; por Jesucristo nuestro Señor.
El tejido de la cruz de santa Brígida es una hermosa tradición basada en la acción salvadora de Jesucristo en el Monte Calvario.