Mark 2:18-22

Amigos, en el Evangelio de hoy el Señor nos dice que sus discípulos no ayunan porque Dios está celebrando un gran banquete de bodas.

En todo el Antiguo Testamento encontramos el tema de las bodas como escena que representa la alianza de Dios con Su pueblo. Hemos caído en pecado. Hemos estado en el exilio. ¿Y qué desea Dios? Volver a unirnos a un gran banquete de bodas.

A lo largo del ministerio de Jesús encontramos el mismo tema: Él reunirá a las tribus dispersas, sí, la élite, pero también a los pecadores y a los marginados. Todos son bienvenidos a la mesa del Señor, estableciendo un banquete de bodas y la unidad que Dios quiere con Su pueblo.

Jesús se presenta como la unión del Cielo y la tierra. Él es la unión de la divinidad y la humanidad en Su propia persona. Él es el banquete de bodas. “¿Por qué los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan, y los tuyos no?” ¡Porque un gran banquete está sucediendo!

Fabián, Santo

Memoria Litúrgica, 20 de enero

Por: n/a | Fuente: multimedios.org

Papa y Mártir

Martirologio Romano: San Fabián, papa y mártir, que, siendo simple laico, fue llamado al pontificado por indicación divina y, después de dar ejemplo de fe y virtud, sufrió el martirio en la persecución bajo el emperador Decio. San Cipriano, al hacer el elogio de su combate, afirma que dejó el testimonio de haber regido la Iglesia de modo irreprochable e ilustre. Su cuerpo fue sepultado en este día en el cementerio de Calixto, en la vía Apia de Roma (250).

Etimología: Fabián = Aquel que pertenece a la familia de Fabio, es de origen latino.

Breve Biografía

Sucedió en el papado a San Antero y gobernó la Iglesia unos quince años (236-250), hasta la persecución de Decio, durante la cual sufrió el martirio. Fue sepultado en el cementerio de San Calixto, donde se lee su epitafio. — Fiesta: el 20 de enero, junto con la de San Sebastián. Misa propia.

Sabemos muy poca cosa de este pontífice. Pero figura en el Catálogo Liberiano y en el Liber Pontificalis, y nos hablan de él San Cipriano de África, San Jerónimo y el historiador Eusebio de Cesarea. Este último refiere que en una ocasión en que Fabián regresaba del campo con algunos amigos, la multitud de los cristianos se hallaba congregada para la elección de nuevo Papa. Nadie pensaba en él, cuando una paloma vino a posarse sobre su cabeza. Lo muchedumbre, conmovida por el hermoso espectáculo, empezó a gritar y repetir: «¡Fabián, pontífice!». Y él no tuvo más remedio que acceder.

El Liber Pontificalis lo hace natural de Roma, aunque alguna leyenda le atribuye procedencia extranjera. Es también legendaria la atribución que se le adjudica de tres cartas de la colección llamada del Seudo-Isidoro y del decreto 21 del Código de Graciano.

De su pontificado, pueden reseñarse varias cosas hermosas y notables. Menciónanse algunos edificios mandados erigir por él encima de los cementerios o catacumbas, aprovechando, por cierto, un período de tranquilidad que gozó la Iglesia después de la persecución de Maximino Tracio.

Distribuyó los distritos urbanos a los siete diáconos, para que fuese mejor atendida la beneficencia y estuviesen bien administrados los fondos de la Iglesia. Medida que estuvo en vigor durante muchos siglos y que señala los comienzos de las regiones eclesiásticas y de la administración religiosa.

Instituyó también siete subdiáconos, para que recogiesen y archivasen las actas y gestas de los mártires, redactadas asimismo por siete notarios. En toda esa organización podemos ver un esquema oficial del clero, necesario para el ordenado ejercicio del culto y de la caridad cristiana.

Fue el suyo un tiempo de controversias teológicas, especialmente en Roma. Uno de los efectos que las ocasionaron fue el cisma llamado de Novaciano, que estalló en el pontificado siguiente (el de San Cornelio), pero se había incubado durante el del Papa Fabián, gracias tal vez a la bondad y dulzura del Pontífice.

En efecto, Novaciano, de Roma, y Novato, de Cartago, íntimos amigos, defendieron un error de tipo puritanista, enfrentándose con el criterio del Papa Cornelio. Sus numerosos adeptos eligieron Papa a Novaciano.

Duró el cisma poco tiempo. Consistía el error en acusar de indulgente al Papa con respecto a los lapsos, es decir, a los caídos en apostasía u otro pecado enorme, y en propugnar que la Iglesia no había de estar integrada más que por personas puras (cátaros), no debiendo ni pudiendo ser readmitidos en su seno los que pecaban después del Bautismo, pues el poder de perdonar no pertenecía más que a Dios.

Ahora bien: la rebelión de Novaciano no obedecía a una razón doctrinal, sino a una razón moral y síquica. Novaciano era un escritor brillante, que en tiempo de San Fabián había dado a luz un tratado sobre la Trinidad —no de gran valor teológico, por cierto—, con el cual quiso refutar doctrinas heréticas gnósticas; pero, a pesar de su magnífico estilo y de su buena intención en este caso, se caracterizaba por su índole altanera.

El Papa Fabián, prendado de su ingenio, dejó que fuese ordenado presbítero, confiando en los buenos servicios que podía prestar a la Iglesia. No pensó que sus defectos pudieran hacer de él un antipapa. Así fue, sin embargo. Su espíritu soberbio y ambicioso le convirtieron en tal, cuando, en 251, en vez de su propia elección, vio que era elevado al solio pontificio San Cornelio.

Fuera del ámbito de Roma, intervino Fabián en la deposición del obispo africano Privato, y mantuvo correspondencia con Orígenes, el gran pensador y exegeta de Alejandría, que quería justificar algunos puntos controvertidos de su doctrina.

Atribúyesele asimismo el primer envío de misioneros a las Galias.

En el orden litúrgico-sacramental, fue Fabián el pontífice que mandó fuese quemado y renovado todos los años, en Jueves Santo, el santo crisma. Además, hizo cinco ordenaciones, todas en el mes de diciembre, en las cuales creó veintidós presbíteros, siete diáconos y once obispos para diversas diócesis.

La efigie de San Fabián aparece en los plafones pictóricos de la Capilla Sixtina, y la antigua cristiandad le tributó una veneración saturada de simpatía.

Renovar la alegría

Santo Evangelio según San Marcos 2, 18-22. Lunes II del Tiempo Ordinario.

Por: Javier Castellanos, LC | Fuente: somosrc.mx

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Abre, Señor, mis ojos para que vea tus obras. Me has concedido un nuevo día. Un sinfín de bendiciones me esperan en esta jornada. Ayúdame a buscarte con un corazón sincero, y responder de la mejor manera a tu infinito amor por mí. Así sea.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 2, 18-22

En una ocasión en que los discípulos de Juan el Bautista y los fariseos ayunaban, algunos de ellos se acercaron a Jesús y le preguntaron: «¿Por qué los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan, y los tuyos no?”. Jesús les contestó: «¿Cómo van a ayunar los invitados a una boda, mientras el esposo está con ellos? Mientras está con ellos el esposo, no pueden ayunar. Pero llegará el día en que el esposo les será quitado y entonces sí ayunarán. Nadie le pone un parche de tela nueva a un vestido viejo, porque el remiendo encoge y rompe la tela vieja y se hace peor la rotura. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino rompe los odres, se perdería el vino y se echarían a perder los odres. A vino nuevo, odres nuevos».

Palabra del Señor

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

La cuestión que los fariseos traen a Jesús es mucho más que un simple «ayunar o no ayunar»; no se trata de escoger pan y agua o vino con carne. Las «normas» en la nueva alianza tienen más que ver con la actitud del corazón; ésta sí nos acercará a Dios y nos dará el gozo de Cristo.

¿Qué quiere decir Cristo en este Evangelio? Preguntémosle cuál es su mensaje, escuchemos con atención sus palabras: «¿Es que pueden ayunar los amigos del novio mientras está con ellos?» ¿Acaso hay que estar tristes en una fiesta de bodas? Cristo es el novio en la boda, la Iglesia es la novia. Todos nosotros, miembros de la Iglesia, debemos mostrar la alegría de una recién casada. ¡Nada menos!

Motivos no nos faltan para estar radiantes de felicidad. Antes del bautizo éramos pecadores, y ahora hemos sido redimidos. Antes estábamos solos, y ahora Dios mismo vive en nosotros. Antes vivíamos lejos de nuestra «casa» y ahora en la Iglesia todos somos hermanos. ¡Nos corresponde tener incluso más alegría que la novia de una boda! Sólo está triste a quien le falta algo; nosotros lo tenemos todo si tenemos a Cristo; y con Él, una nueva vida, llena de sentido.

«Las alegrías del Evangelio -lo digo ahora en plural, porque son muchas y variadas, según el Espíritu tiene a bien comunicar en cada época, a cada persona en cada cultura particular- son alegrías especiales. Vienen en odres nuevos, esos de los que habla el Señor para expresar la novedad de su mensaje».

(Homilía de S.S. Francisco, 13 de abril de 2017).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy haré una oración especial antes de ir a dormir, agradeciendo a Dios todos los dones que me haya dado durante el día.

Despedida

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

El lugar donde fue enterrado San Sebastián

Maria Paola Daud-ALETEIA

San Sebastián

Maria Paola Daud – publicado el 20/01/22 – actualizado el 20/01/23

El santo se apareció y pidió ser enterrado en las catacumbas que ahora llevan su nombre. Justo encima, una bella Basílica lo recuerda

Si hablamos de San Sebastián, hay en Roma dos lugares emblemáticos que hay que visitar. Se trata dos lugares donde aún se recuerda la historia y vida del que pueda que sea uno de los santos más representados y recordados de la Iglesia católica. Conozcamos estos dos lugares:

Basílica menor de san Sebastián extramuros 

La basílica de san Sebastián extramuros, se encuentra en la antiquísima vía Apia en Roma. Bajo ella se encuentran las catacumbas, donde fue enterrado el santo. Por esta razón lleva su nombre. 

Sus restos se encuentran sobre el altar arriba de la bellísima escultura que lo representa, obra de Giuseppe Giorgetti basada en un diseño de Bernini. 

La basílica es muy rica de tesoros tantos artísticos, pero también de objetos de fe importantísimos para la cristiandad:  

  1. Una de las flechas extraídas del cuerpo de San Sebastián y la columna a la que fue atado para el fusilamiento de la sentencia de muerte.
  2. El famoso Salvator Mundi (Busto del Salvador), la última obra maestra de Gian Lorenzo Bernini redescubierta el 2001 en el convento contiguo a la iglesia.
  3. Un exvoto original pagano que según la tradición reproduciría las huellas de Jesús durante el encuentro con Pedro que tuvo lugar frente a la iglesia de «Domine, quo vadis?».  

Ma. Paola Daud

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San Sebastián se convirtió en el vértice de la famosa peregrinación de la «Visita a las Siete Iglesias» instaurada por San Felipe Neri.