Luke 8:16-18
Amigos, el Evangelio de hoy nos brinda la parábola de la lámpara, que cuando se coloca sobre una mesa ilumina. La luz no es obviamente para iluminarse a sí misma. Sino para que por ella vemos cosas. Ilumina las cosas sobre las que resplandece.
Nosotros somos luz por medio de la cual la gente a nuestro alrededor puede ver cosas que valen la pena ser vistas. Es por la propia calidad e integridad de nuestras vidas que brindamos luz, iluminando lo que es hermoso y revelando lo que es feo y desagradable. Es una clara conclusión que el mundo es mucho peor sin cristianos dinámicos. Déjenme ilustrar este principio con un ejemplo. Una de las verdades más dolorosas del último siglo es la debilidad del testimonio cristiano, que ha permitido el florecimiento de algunos de los peores elementos de la sociedad.
Pensemos acerca de los poderes del mal que se desataron y originaron la Segunda Guerra Mundial. El cristianismo se convirtió en algo tan débil, tan poco persuasivo, tan atenuado, que permitió florecer esta gran maldad. Es verdad que, de hecho, hubo un puñado de cristianos resistiendo, pero debemos admitir que la apabullante mayoría de cristianos apoyaron a Hitler o permanecieron en silencio, quizás por miedo o por indiferencia.
Testimonio. Una de las peculiaridades de las actitudes cristianas. Un cristiano que lleva esta luz, debe hacerla ver porque él es un testigo. Y si un cristiano prefiere no hacer ver la luz de Dios y prefiere las propias tinieblas, entonces le falta algo y no es un cristiano completo. Una parte de él está ocupada, las tinieblas le entraron en el corazón, porque tiene miedo de la luz y prefiere los ídolos. Pero el cristiano es un testigo, testigo de Jesucristo, luz de Dios. Y deber poner esta luz en el candelabro de su vida. (Homilía Santa Marta, 28 enero 2016)
Jenaro de Benevento, Santo
Memoria Litúrgica, 19 de septiembre
Obispo y Mártir
Martirologio Romano: San Jenaro, obispo de Benevento, mártir por Cristo en Puzzuoli, cerca de la ciudad de Nápoles, en la Campania, en tiempo de persecución contra la fe cristiana (siglo IV).
Breve Biografía
Los santos Jenaro, Festo, Desiderio, Sosso, Eutiques y Acucio, de los que tenemos Passiones muy posteriores, parece que derramaron su sangre por Cristo al comienzo del siglo IV.-
En una breve nota hagiográfica de la Liturgia de las Horas se lee, efectivamente, que Jenaro «fue obispo de Benevento; durante la persecución de Diocleciano sufrió el martirio, juntamente con otros cristianos, en la ciudad de Nápoles, en donde se le tiene una especial veneración».-
Los obispos de Benevento con este nombre son por lo menos dos: San Jenaro, mártir en el 305, y San Jenaro 11, que en el 342 participó en el concilio de Sardes. Este último, perseguido ,por los arrianos por su adhesión a la fe de Nicea, se lo habría venerado como mártir. Pero la mayoría de los historiadores se inclinan a identificar al patrono de Nápoles con el primero, o mejor con un mártir napolitano de Pozzuoli.-
Condenado «ad bestias» en el anfiteatro de Pozzuoli, junto con los compañeros de fe, a causa del atraso de un juez, fue decapitado en vez de ser echado en pasto a las fieras para la gratuita y macabra diversión de los paganos.-
Más de un siglo después, en el 432, con ocasión del traslado de las reliquias de Pozzuoli a Nápoles, una mujer le habría entregado al obispo Juan dos ampollas pequeñas con la sangre coagulada de San Jenaro. Casi como garantía de la afirmación de la mujer la sangre se volvió líquida ante los ojos del obispo y de una gran muchedumbre de fieles.-
Ese acontecimiento extraordinario se repite constantemente todos los años en determinados días, es decir, el sábado anterior al primer domingo de mayo y en los ocho días siguientes; el 16 de diciembre y el 19 de septiembre y durante toda la octava de las celebraciones en su honor.-
El fenómeno se realiza también en fechas variables, y de ahí deducen los devotos del santo acontecimientos faustos o infaustos. Los testimonios de este fenómeno comienzan desde 1329 y son tan numerosos y concordantes que no se pueden tener dudas.-
El prodigio, porque así lo considera hasta la ciencia, merece la afectuosa admiración con que lo sigue el pueblo. La sincera devoción de los napolitanos por este mártir, históricamente poco identificable, ha hecho que la memoria de San Jenaro, celebrada litúrgicamente desde 1586, se haya conservado en el nuevo calendario.-
Puesto que el fenómeno no tiene ninguna explicación natural, pues no depende ni de la temperatura ni del ambiente, podemos atribuirle el significado simbólico de vivo testimonio de la sangre de todos los mártires en la vida de la Iglesia, que nació de la sangre de la primera víctima, Cristo crucificado.-
Entre los elementos positivamente ciertos en relación con esta reliquia, figuran los siguientes:
1 -La substancia oscura que se dice ser la sangre de San Genaro (la que, desde hace más de 300 años permanece herméticamente encerrada dentro del recipiente de cristal que está sujeta y sellada por el armazón metálico del relicario) no ocupa siempre el mismo volumen dentro del recipiente que la contiene. Algunas veces, la masa dura y negra ha llenado casi por completo el recipiente y, en otras ocasiones, ha dejado vacío un espacio equivalente a más de una tercera parte de su tamaño.-
2 -Al mismo tiempo que se produce esta variación en el volumen, se registra una variante en el peso que, en los últimos años, ha sido verificada en una balanza rigurosamente precisa. Entre el peso máximo y el mínimo se ha llegado a registrar una diferencia de hasta 27 gramos.-
3 -El tiempo más o menos rápido en que se produce la licuefacción, no parece estar vinculado con la temperatura ambiente. Hubo ocasiones en que la atmósfera tenía una temperatura media de más de 30º centígrados y transcurrieron dos horas antes de que se observaran signos de licuefacción. Por otra parte, en temperaturas de 5º a 8º centígrados más bajas, la completa licuefacción se produjo en un lapso de 10 a 15 minutos.-
4 -No siempre tiene lugar la licuefacción de la misma manera. Se han registrado casos en que el contenido líquido burbujea, se agita y adquiere un color carmesí muy vivo, en otras oportunidades, su color es opaco y su consistencia pastosa.-
Aunque no se ha podido descubrir razón natural para el fenómeno, la Iglesia no descarta que pueda haberlo. La Iglesia no se opone a la investigación porque ella busca la verdad. La fe católica enseña que Dios es todopoderoso y que todo cuanto existe es fruto de su creación. Pero la Iglesia es cuidadosa en determinar si un particular fenómeno es, en efecto, de origen sobrenatural .-
La Iglesia pide prudencia para no asentir ni rechazar prematuramente los fenómenos. Reconoce la competencia de la ciencia para hacer investigación en la búsqueda de la verdad, cuenta con el conocimiento de los expertos.-
Una vez que la investigación establece la certeza de un milagro fuera de toda duda posible, da motivo para animar nuestra fe e invitarnos a la alabanza. En el caso de los santos, el milagro también tienen por fin exaltar la gloria de Dios que nos da pruebas de su elección y las maravillas que El hace en los humildes.-
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San Jenaro
ORACIÓN
Señor,
tú que nos has congregado hoy
para venerar la memoria del mártir San Jenaro,
concédenos que podamos ir a gozar en tu reino,
juntamente con él, de la alegría que no tiene fin.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.-
Amén
Encendamos el corazón
Santo Evangelio según san Lucas 8, 16-18. Lunes XXV del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, que aprenda a ser luz en medio del mundo.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 8, 16-18
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “Nadie enciende una vela y la tapa con alguna vasija o la esconde debajo de la cama, sino que la pone en un candelero, para que los que entren puedan ver la luz. Porque nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público.
Fíjense, pues, si están entendiendo bien, porque al que tiene se le dará más; pero al que no tiene se le quitará aun aquello que cree tener”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Hoy, Jesús nos propone encender nuestros corazones para que podamos ser candeleros que iluminen el camino de tantas almas que se encuentran a nuestro alrededor, buscando el camino correcto en medio de la oscuridad, en medio de las tinieblas que en ocasiones el pecado se encarga poner delante de ellos. Nosotros, por la gracia recibida mediante los sacramentos y la oración, nos convertimos en verdaderas antorchas que iluminan el camino para llegar al cielo.
Cristo quiere que nuestra vida no sea estéril, sino que dejemos huella, que nos desgastemos por su reino, que demos todo lo que esté a nuestro alcance, que seamos verdaderos apóstoles de la luz, que podamos ser como María, dóciles instrumentos en las manos de Señor, que nos dejemos moldear según su querer, que nuestro corazón sea cada vez más parecido al de Él.
Pidamos con las palabras de nuestra Madre del cielo «hágase en mí según tu palabra» que nuestra vida sea testimonio del amor misericordioso de Dios.
«Juntos deseamos encender hoy una llama de esperanza. Que las lámparas que colocaremos sean signo de una luz que aun brilla en la noche. Los cristianos, de hecho, son luz del mundo, pero no solo cuando todo a su alrededor es radiante, sino también cuando, en los momentos oscuros de la historia, no se resignan a las tinieblas que todo lo envuelven y alimentan la mecha de la esperanza con el aceite de la oración y del amor. Porque, cuando se tienden las manos hacia el cielo en oración y se da la mano al hermano sin buscar el propio interés, arde y resplandece el fuego del Espíritu, Espíritu de unidad, Espíritu de paz».
(Homilía de S.S. Francisco, 7 de julio de 2018).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy ofreceré algún sacrificio por las personas que me pidieron oraciones.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
El apostolado es algo natural
Hacer apostolado significa compartir, significa guiar, significa iluminar a todos los que te rodean para que todos lleguen a su fin, que es Dios
A todos nos ha sucedido alguna vez que, al asistir a un espectáculo muy bueno o ir de viaje a un lugar hermoso —o al conocer y platicar con alguien famoso—, inmediatamente surgen en nosotros deseos de platicárselo a los amigos, de compartir esa experiencia con aquellos que queremos.
Cuando estás emocionado con algo, quieres hablar de ello todo el día y con todas las personas que te encuentres. En eso consiste el apostolado: hablar de ese tesoro que has encontrado, de ese camino a la verdadera felicidad que has descubierto.
El apostolado es una señal de amistad. Sería muy egoísta guardarte el secreto para ti solo dejando que tus amigos se vayan por rutas incorrectas. Hacer apostolado significa compartir, significa guiar, significa iluminar a todos los que te rodean para que todos lleguen a su fin, que es Dios.
Sin embargo, tal vez en este momento te hagas una pregunta: ¿de qué manera puedo asumir mi llamado al apostolado?
Hay diversos tipos de apostolado
• El apostolado del testimonio: consiste en actuar siempre bien, en privado y en público; en convencer a los demás del camino a seguir, caminando tú primero. Que al verte feliz y realizado los demás deseen seguirte e imitarte.
• El apostolado de la palabra: consiste en hablar de lo que has descubierto. Puedes realizarlo escribiendo libros, dando conferencias o en pláticas informales, durante un rato de convivencia o en la comida, en donde compartas con los demás tus experiencias y tus conocimientos sobre el camino a la felicidad.
• El apostolado de la acción: consiste en organizar, dirigir o colaborar en alguna obra o acción específica de ayuda a los demás. Esto se puede realizar a través de la acción social, las misiones o cualquier otra acción que dé a conocer a Dios a los demás.
• El apostolado de la oración y el sacrificio: consiste en orar, rezar y sacrificarse por los demás. Muchas veces te encontrarás con personas a las que es imposible convencer mediante las palabras o el testimonio. Con ellas, necesitas más que nunca el poder de Dios, recurrir a Él y pedirle su ayuda.
En cierta ocasión los discípulos de Jesús llegaron con Él muy desanimados por no poder sacar un demonio, y Cristo les contestó: «Ese tipo de demonios sólo pueden expulsarse con la oración y el sacrificio».
Reacciones ante el terremoto
Ver, pensar y actuar, para ayudar a nuestros hermanos en esta tragedia
VER
En la noche del jueves 7 de septiembre, un devastador terremoto de 8.2 azotó gravemente a una parte de nuestro país, causando muchos daños en Oaxaca y Chiapas. Hay casi un centenar de muertos, miles de viviendas devastadas, escuelas y centros de salud derruidos. En el territorio de la diócesis, sólo tres personas fallecieron y unas pocas casas se cayeron. Lo más visible son las fracturas y derrumbes en numerosos templos de los siglos XVI y XVII. Va a tardar su restauración.
Ante este hecho, son muchas las reacciones. Unos indígenas de Tenejapa me compartían que un pastor protestante les ha dicho que este sismo es una prueba de que Dios no quiere a la Iglesia Católica, pues varios de nuestros templos sufrieron daños. Por tanto, les pide que se cambien a su religión. ¡Qué ignorancia! También se cayeron templos protestantes; también murieron personas de religión evangélica. En la Costa de Chiapas y en el Istmo de Tehuantepec, donde más se sintió el efecto devastador, hay muchos protestantes. Por tanto, no fue un temblor selectivo de parte de Dios contra los católicos. Todos somos pecadores, y quien diga que no lo es, comete dos pecados graves: la mentira y el orgullo. Tampoco es una prueba del inminente fin del mundo, como otros predicadores afirman. Los científicos explican este terremoto como el movimiento brusco de la placa tectónica llamada de Cocos, en las playas de Chiapas, que es parte de la falla que viene desde California. Es algo natural, no un castigo de Dios.
Ha habido mucha solidaridad nacional e internacional, que agradecemos de corazón. Muchas personas nos expresan su cercanía, en oraciones y en apoyos materiales. Valoramos los servicios de las diferentes instancias de gobierno, federal, estatal y municipal. Resaltamos el trabajo del ejército mexicano. Muchísimos voluntarios hacen posible que las ayudas fluyan. Sin embargo, no faltan políticos que aprovechan esta desgracia para conseguir votos. Y muchas personas sólo se limitan a ver desde lejos el sufrimiento ajeno, critican todo y a todos, pero ni un peso aportan para ayudar a los que se quedaron sin nada.
Como los noticieros televisivos publican casi sólo lo que hacen las instancias gubernamentales, algunos se preguntan dónde está la Iglesia, pues no aparece. Esta es una de sus grandes virtudes. Me ha tocado vivir inundaciones y otros fenómenos, y es nuestra gente de Iglesia la primera en acudir y ayudar, pues estamos en medio del pueblo y llegamos a donde no llega el gobierno ni la televisión. Doy testimonio de la ayuda mutua, fraterna e inmediata, de los vecinos, de las familias, de nuestros catequistas, de las parroquias, de Caritas y de los agentes de pastoral, aunque no salgan en los medios informativos. Que no sepa tu mano izquierda…
PENSAR
El salmo responsorial del domingo pasado, decía: Señor, que no seamos sordos a tu voz. Dios nos habla en los acontecimientos. El terremoto no es castigo de Dios, pero es una advertencia: no somos dioses, somos frágiles y en cualquier momento podemos terminar. Las cosas por las que tanto nos afanamos, como una buena casa, un vehículo nuevo, una gran televisión, etc., pasan y en un momento quedan reducidas a nada. Por ello, hay que apreciar lo que más vale: Dios, la familia, las buenas relaciones, el servicio a la comunidad. Eso no pasa, no se destruye; eso dura para siempre.
Por otra parte, el Papa Francisco nos invita a hacer cuanto podamos por quienes pasan necesidad: «Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha» (Sal 34,7). La Iglesia desde siempre ha comprendido la importancia de esa invocación. Está muy atestiguada ya desde las primeras páginas de los Hechos de los Apóstoles, donde Pedro pide que se elijan a siete hombres «llenos de espíritu y de sabiduría», para que se encarguen de la asistencia a los pobres. Este es sin duda uno de los primeros signos con los que la comunidad cristiana se presentó en la escena del mundo: el servicio a los más pobres. Esto fue posible porque comprendió que la vida de los discípulos de Jesús se tenía que manifestar en una fraternidad y solidaridad que correspondiese a la enseñanza principal del Maestro, que proclamó a los pobres como bienaventurados y herederos del Reino de los cielos. «Vendían posesiones y bienes y los repartían entre todos, según la necesidad de cada uno» (Hch 2,45). Estas palabras muestran claramente la profunda preocupación de los primeros cristianos. El evangelista Lucas, el autor sagrado que más espacio ha dedicado a la misericordia, describe sin retórica la comunión de bienes en la primera comunidad. Con ello desea dirigirse a los creyentes de cualquier generación, y por lo tanto también a nosotros, para sostenernos en el testimonio y animarnos a actuar en favor de los más necesitados” (Jornada mundial de los pobres, 2).
ACTUAR
Lleva a tu parroquia algo que pueda servir para remediar las necesidades de los afectados por este terremoto. No lo que ya no te sirve, para deshacerte de ello, sino lo que quizá tú también necesitas, para otros que pasan más carencias que tú. Pregunta el número de cuenta de Caritas y deposita lo que puedas, para que lo hagan llegar en forma confiable a su destino. Y oremos por los que sufren, porque la oración es una fuerza increíble.
¿Bendices los alimentos?
Un buen momento para celebrar la convivencia tenida y el gusto de los alimentos recibidos
Por: P. Evaristo Sada, L.C. | Fuente: la-oracion.com
Uno de los momentos que más disfrutamos cada día es la hora de la comida. En cada comida podemos hacer memoria del amor de Dios que se ocupa de nosotros: “Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?” (Mt 6,26) y que hizo criaturas tan bellas, tan variadas y tan sabrosas para que nosotros las disfrutáramos. La comida puede ser un momento de alabanza o de pecado, de egoísmo y presunción o de generosidad, gratitud y de testimonio de la propia fe.
Hacer memoria del amor de Dios en las comidas y bendecirlo
Es muy bello ver matrimonios, familias, grupos de amigos o personas solas rezar en un lugar público antes de comer. Para muchas familias o grupos de amigos es la única oportunidad de rezar juntos. Es un modo de hacer presente a Dios en medio de la jornada, de avivar la conciencia de que todos somos hermanos hijos del Padre eterno, de reconocer públicamente su bondad y de proclamar nuestra fe con alegría.
Jesucristo nos enseñó a pedir al Padre que nos dé nuestro pan de cada día. A Dios le pertenece el mundo y todo cuanto contiene (cf Sal 24,1) y como buen Padre provee a sus hijos de lo necesario para su sustento. Nosotros, al sentarnos a la mesa, reconocemos su bondad, le damos gracias, lo bendecimos y le pedimos nos bendiga y bendiga los alimentos que vamos a tomar.
Ojalá que se mantenga viva esta costumbre que ayuda a fundir de manera sencilla el amor humano y el amor divino, lo temporal y lo eterno, las criaturas y el Creador, los deleites de esta vida y el gran banquete que nos espera en la vida eterna.
Jesucristo nos enseña a bendecir al Padre al tomar los alimentos
Para el pueblo judío la bendición antes de la comida es una expresión fundamental de su religiosidad. Jesús mismo nos enseñó a rezar al inicio de la comida; Él oró y dio gracias antes de la multiplicación de los panes: “Tomó Jesús los cinco panes y los dos peces, levantó los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y los iba dando a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Asimismo repartió los dos peces entre todos.” (Mc 6,41) Y también lo hizo en la última cena: “Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos.” (Mc 26,26)
La bendición va dirigida a Dios
La bendición, antes que a los alimentos, va dirigida sobre todo a Dios. Podemos estar seguros de que Jesús lo haría a diario con José y María, también cuando visitaba a sus amigos en Betania, de camino en las posadas y en el campo con los apóstoles.
La gratitud nos sensibiliza ante los dones recibidos, aún aquellos que han sido resultado de nuestro esfuerzo. Podemos estar sanamente satisfechos de lo que hemos conseguido, pero reconociendo siempre que todo nos viene de Dios, que ha sido Él quien hizo prosperar las obras de nuestras manos. (cf Sal 89)
Oraciones de bendición antes de tomar los alimentos
Ofrezco estas cuatro oraciones de bendición de Dios y de los alimentos:
– Señor Dios, te damos gracias porque nos haces partícipes de tus maravillas; te alabamos por los dones de tu amor y te bendecimos por la amistad que nos concedes vivir en torno a esta mesa. Que esta comida en sencillez de corazón y en alegría sea profecía del banquete del reino. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
– Bendícenos Señor y bendice estos alimentos que dados por tu bondad vamos a recibir, por Cristo Nuestro Señor.
– Señor, bendice estos alimentos que recibimos de tu generosidad. Da pan a los que tienen hambre y hambre de Dios a los que tienen pan.
– Bendícenos Señor, bendice los alimentos que vamos a recibir y a quienes los han preparado, da pan a quienes no lo tienen y concédenos sentarnos contigo en el banquete celestial.
Puede usarse siempre la misa fórmula o decir una oración espontánea. La oración espontánea ayuda a avivar la frescura y la autenticidad del encuentro con Dios y a no caer en la rutina. O primero puede hacerse la oración espontánea y en seguida la bendición ordinaria.
¿Cómo se hace la bendición al tomar los alimentos?
Cualquiera de los comensales puede pronunciar la oración de bendición. Ojalá que muchas veces la haga el papá, transparencia de nuestro Padre del cielo, protector y proveedor, sabiendo que la fuerza del testimonio ante sus hijos es de las lecciones más poderosas que puede dejarles para toda la vida.
En muchos hogares se tiene la costumbre de leer después de la bendición un versículo de la Sagrada Escritura. Para ello, hay mamás que se han dado a la tarea de imprimir 365 tarjetas con frases bíblicas y tenerlas al centro de la mesa, otros tienen una Biblia a la mano y la van leyendo progresivamente, teniendo en cuenta los tiempos litúrgicos para leer pasajes adecuados en Adviento, Cuaresma y Semana Santa, Pascua y Pentecostés.
Al terminar de comer normalmente tenemos un momento de calma, a veces una larga sobremesa… Es buen momento para celebrar la convivencia tenida y el gusto de los alimentos recibidos y bendecir a Dios por ello. Antes de ponerse de pié puede hacerse una breve oración de acción de gracias o simplemente la señal de la cruz.
14 curiosidades sobre san Jenaro y la licuefacción de su sangre
Fue arrojado a un horno ardiente y una vez que se reabrió el horno, Jenaro no solo salió indemne sino que ni su ropa se había quemado
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Todos los 19 de septiembre una gran masa de fieles se reúne en la ciudad de Nápoles para presenciar con inquietud, ansiedad y tanto de fe popular, el famoso milagro de la licuefacción de la sangre de su santo patrón.
Se trata de un santo mártir de las persecuciones de Diocleciano en el siglo III. Alrededor de su vida se narran muchos relato. Algunos son históricos, evidenciados por verídicas fuentes antiguas y otros son leyendas y tradiciones que surgieron de la religiosidad popular.
Algunas de estas cuestiones las encontrarás entre estas curiosidades:
1. Jenaro en realidad no es su nombre, sino su apellido. Pertenecía a la familia romana de los Januarios. Su madre Teonaria Amato era de origen napolitano. La familia se trasladó a la Campania y allí dio a luz un hijo a que le puso por nombre Publius Faustus Januarius.
2. Se sabe que nació en la zona de Italia llamada Campania, pero no se sabe a ciencia cierta si fue en la ciudad de Benevento o de Nápoles. Hasta hoy estas dos ciudades se disputan su procedencia.
3. Antes de morir decapitado en Pozzuoli, san Jenaro padeció tremendas torturas que sobre él no tuvieron ningún efecto. Fue arrojado a un horno ardiente y una vez que se reabrió el horno, Jenaro no solo salió indemne, ni siquiera sus prendas se vieron afectadas mínimamente por el fuego. En cambio no fue así para todos los paganos que asistieron a ver su ejecución, ya que las llamas salieron bruscamente quemando a muchos de ellos.
Licuefacción de la sangre
4. Según la tradición la primera vez que se produjo el milagro de la licuefacción fue en los tiempos del emperador Constantino, cuando el obispo algunos dicen que fue Severus (otros el obispo Cosimo) transfirió los restos del santo del cementerio de Agro Marciano, a la ciudad de Nápoles. En el camino se encontró con una enfermera llamada Eusebia con las ampollas de la sangre del santo que al acercarlas a la cabeza del santo notó que la sangre en las ampollas se había diluido.
5. Históricamente la primera licuefacción documentada fue en el año 1389 para la fiesta de la Asunción. Ese día se exhibieron públicamente las ampollas con la sangre de san Jenaro. Y muchos fueron testigos de cómo el líquido almacenado en la ampolla se licuó “como si hubiera fluido ese mismo día del cuerpo del santo”.
¿Milagro?
6 La Iglesia no reconoce oficialmente como milagro la licuefacción, sin embargo lo considera como científicamente inexplicable y aprueba la veneración popular.
7. Algunos experimentos han tratado de demostrar que la sangre está sujeta al fenómeno de tixotropía, por el cual algunos fluidos pasan al estado líquido debido a la simple agitación o vibración, y vuelven a coagular cuando cesa la acción mecánica.
8. El milagro de la licuefacción de las ampollas de san Jenaro en Nápoles, según se dice, se produce contemporáneamente en la lastra de mármol donde fue decapitado el santo en la ciudad de Pozzuoli. Allí se puede ver cómo la mancha de sangre que se encuentra en el mármol se hace de un rojo más intenso.
9. El milagro no se produce sólo el 19 de septiembre para la fiesta del santo, sino también para la “fiesta de primavera”. Concretamente el sábado que precede al primer domingo de mayo y el 16 de diciembre celebración del patronazgo de la ciudad. Esto es en recuerdo de la erupción del volcán Vesubio en el 1631, que se detuvo ante las invocaciones de los fieles al santo.
10. Son tres la veces que la sangre no se licuó: en el año 1943 año de la ocupación nazi, en el 1973 cuando hubo una gran epidemia de cólera y en el año 1980 cuando se produjo el terrible terremoto de Irpinia. Por eso el pueblo napolitano espera con tanta ansia la licuefacción de la sangre del santo, temiendo un año nefasto si el milagro no ocurre.
También la sangre de san Jenaro se licuó el 21 de marzo del 2015, ante los ojos de papa Francisco siendo el primer Papa en presenciar el milagro. No se produjo ante la visita de san Juan Pablo II ni para Benedicto XVI, en octubre de 2007. Se dice que también se produjo el milagro en una visita privada de papa Pío IX en 1848, pero hasta ahora no hay rastros en documentos que registren tal evento.
Patrono de Nápoles
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11. San Jenaro no es el único patrono de la ciudad de Nápoles. Comparte patronazgo con nada menos que 52 co-patronos. De hecho es la ciudad que más patronos tiene en todo el mundo.
12. Al lado de la catedral de “Santa Maria Assunta” donde se custodia las reliquias del santo, se encuentra un museo con el “Tesoro de san Jenaro”. Es un verdadero tesoro con más de 22 mil joyas preciosas, entre ex votos y dones de emperadores reyes y papas. Su valor es inestimable se cree que amonta a más de 300 millones de euro. Entre las joyas más preciadas se encuentra una mitra con 3.328 diamantes, 198 esmeraldas y 168 rubíes.
13. Las catacumbas de san Jenaro son consideradas entre las más bellas y ricas en particulares, especialmente arquitectónicos, de todas las catacumbas cristianas. Conserva importantísimos frescos, y esto es debido a que los restos mortales eran de personas adineradas o miembros de clases sociales alta.
14. No solo se produce la licuefacción de la sangre en san Jenaro. Este fenómeno también se produjo con la sangre de las estigmas de san Francisco el 2 de octubre del 2013, y con la sangre de san Alfonso María de Liguorio y santa Patricia.