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DECIMOSÉPTIMA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

MATEO 14:1-12

Amigos, en el Evangelio de hoy Herodes decapita a Juan el Bautista, convirtiéndolo en el primer mártir entre los seguidores de Cristo, el primero de muchos por venir.

 

 

¿Es posible leer el libro maravilloso y terrible de los mártires, el libro del Apocalipsis, sin ver el poder de la proclamación audaz y veraz de la Iglesia cristiana en sus inicios? Y a partir de ahí el número de testigos crece a lo largo de los siglos de cristianismo. Hoy, desde Pakistán hasta Nigeria y de Egipto a Irak, cristianos comunes y corrientes arriesgan sus vidas simplemente declarando su fe y brindando adoración según su conciencia.

Están siguiendo los pasos de los grandes mártires de la tradición cristiana, desde Esteban, Pedro y Pablo hasta el Padre Miguel Pro gritando “Viva Cristo Rey” a sus verdugos; Martin Luther King Jr. recibiendo una bala asesina por haber insistido en ser una voz resonante de la justicia del Nuevo Testamento; y Franz Jaggerstätter, Dietrich Bonhoeffer y Edith Stein desafiando hasta moribundos las mentiras del nazismo.

Y lo que vemos en estos mártires no es un coraje ordinario, sino elevado y transfigurado a través del amor. Vemos la voluntad de regalar incluso la propia vida por amor a Cristo y a Su pueblo.

 

 

La fidelidad del Profeta

Si algo se destaca en la historia de la salvación es la fidelidad de los profetas. La fidelidad con el compromiso que Dios les había encargado y nunca fue fácil anunciar lo que Dios quería comunicar a su pueblo. Decir la verdad de Dios siempre cuesta. Hoy, en la primera lectura nos recuerda la fidelidad mostrada por Jeremías.

Todos somos conscientes que ser fieles a la opción que cada uno hemos escogido, exige esfuerzo, entereza, confianza en uno mismo, aceptación de las dificultades y, los verdaderos profetas, reforzada por la confianza en Dios. Todos sabemos lo que nos cuesta ser fieles a la opción que hemos elegido, pues encontramos dificultades en nosotros mismos, en los ambientes en que vivimos, en las circunstancias sociales, religiosas, políticas etc. Cada uno hemos hecho una opción y hemos experimentado esas dificultades.

Jeremías nos sirve de ejemplo y de estímulo, pues, a pesar de no pasarlo nada bien, de tener ganas de hasta abandonar, permaneció fiel al encargo que Dios le había encomendado en favor de su pueblo. Por ser fiel a ese mandato tuvo que saber denunciar al pueblo de cómo no era fiel a la alianza que habían hecho con Dios. Ser fiel exige valentía, madurez humana y creyente, pero fortalece la libertad. Lo podemos ver en Jesús. ¿Soy fiel a la vocación qué he escogido?

Precursor incluso en la muerte

Lo ocurrido con Jeremías, amenazado de muerte se hace realidad en Juan Bautista el Precursor. El evangelista nos lo presenta como precursor de lo que le va a ocurrir a Jesús, ya que, admirando a Jesús, Herodes piensa que Juan ha resucitado. Anuncia lo que ocurrió con Jesús, lo matan, pero Jesús sí resucitó.

La escena está llena de muchos detalles, pero sobre todo destaca la causa de la muerte de Juan. Ser fiel a la fidelidad de anunciar un valor que Herodes había transgredido. Denuncia una infidelidad pública y manifiesta. No solo es un infiel, sino un cobarde, nada valiente e incapaz para gobernar. No quedar mal, juega malas `pasadas para ser fiel.

 

 

Nosotros, como creyentes en Jesús, también estamos llamados a vivir los valores del Evangelio y muchas veces por cobardía, por no quedar mal, no los anunciamos, porque en realidad, a veces, no los vivimos. Nos falta valentía, porque nos falta vivencia de esos valores. No somos fieles por miedo, por el qué dirán, porque nos pueden llamar retrógrados etc. Nos cuesta ser anunciadores de los valores del Evangelio, por circunstancias personales, sociales y hasta religiosas.

 

 

Estamos necesitados de la fuerza del Espíritu Santo que nos mueva, nos ilusione y nos dé el don de la “parresia”, como a los primeros seguidores de Jesús, para ser profetas fieles a las enseñanzas y al actuar de Jesús, pues ésta sociedad está necesitada de esos profetas. Nuestro mundo necesita de profetas que hablen de Dios, Padre hecho hombre en Jesús de Nazaret y que por medio de su Espíritu nos impulsa a anunciar su Reino.

 

 

Pedro Crisólogo, Santo

Memoria Litúrgica, 30 de julio

Obispo de Rávena y Doctor de la Iglesia

 

Martirologio Romano: San Pedro, “Crisólogo” de sobrenombre, obispo de Ravena y doctor de la Iglesia, que, habiendo recibido el nombre del santo apóstol, desempeñó su oficio tan perfectamente que consiguió capturar a multitudes en la red de su celestial doctrina, saciándolas con la dulzura de su palabra.

Su tránsito tuvo lugar el día treinta y uno de este mes en Imola, en la región de la Emilia Romagna (c. 450).

Breve Biografía

San Pedro, quien fue uno de los oradores más famosos de la Iglesia Católica, nació en Imola, Italia y fue formado por el Obispo de esa ciudad Cornelio, por el cual conservó siempre una gran veneración.

El Obispo Cornelio convenció a San Pedro de que en el dominio de las propias pasiones y en el rechazar los malos deseos reside la verdadera grandeza, y que este es un medio seguro para conseguir las bendiciones de Dios.

San Pedro gozó de la amistad del emperador Valentiniano y de la madre de éste, Plácida, y por recomendación de los dos, fue nombrado Arzobispo de Ravena. También gozó de la amistad del Papa San León Magno.

Cuando empezó a ser arzobispo de Ravena, había en esta ciudad un gran número de paganos.

Y trabajó con tanto entusiasmo por convertirlos, que cuando él murió ya eran poquísimos los paganos o no creyentes en este lugar.

A la gente le agradaba mucho sus sermones, y por eso le pusieron el sobrenombre de crisólogo, que quiere decir, el que habla muy bien. Su modo de hablar era conciso, sencillo y práctico.

La gente se admiraba de que en predicaciones bastante breves, era capaz de resumir las verdades más importantes de la fe.

Se conservan de él, 176 sermones, muy bien preparados y cuidadosamente redactados.

Por su gran sabiduría al predicar y escribir, fue nombrado Doctor de la Iglesia, por el Papa Benedicto XIII.

Recomendaba mucho la comunión frecuente y exhortaba a sus oyentes a convertir la Sagrada Eucaristía en su alimento de todas las semanas.

 

 

El bien genera la felicidad

Santo Evangelio según san Mateo 14, 1-12. Sábado XVII del Tiempo Ordinario

 

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.

¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor Jesús, haz que tu Espíritu ilumine mis acciones y me comunique la fuerza para seguir lo que tu Palabra me revela. Señor Jesús, Tú que eres tan bueno, que has querido para mí lo mejor, permíteme descubrirte en mis hermanos y en cada detalle del mundo que me rodea, procurando siempre el bien, lo mejor… Dame fe y dame voluntad para seguirte, sin temor, aun por aquellas sendas que a veces se me antojan difíciles. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo 14, 1-12

 

En aquel tiempo, el rey Herodes oyó lo que contaban de Jesús y les dijo a sus cortesanos: «Es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos y por eso actúan en él fuerzas milagrosas».

Herodes había apresado a Juan y lo había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, pues Juan le decía a Herodes que no le estaba permitido tenerla por mujer. Y aunque quería quitarle la vida, le tenía miedo a la gente, porque creían que Juan era un profeta.

Pero llegó el cumpleaños de Herodes, y la hija de Herodías bailó delante de todos y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que le pidiera. Ella, aconsejada por su madre, le dijo: «Dame, sobre esta bandeja, la cabeza de Juan el Bautista».

El rey se entristeció, pero a causa de su juramento y por no quedar mal con los invitados, ordenó que se la dieran; y entonces mandó degollar a Juan en la cárcel. Trajeron, pues, la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven y ella se la llevó a su madre.

Después vinieron los discípulos de Juan, recogieron el cuerpo, lo sepultaron, y luego fueron a avisarle a Jesús.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.

 

La curiosidad de Herodes se agudiza a medida que va en aumento la fama de Jesús. Herodes no logra saber quién es este hombre que mueve multitudes, que hace signos extraordinarios y que se enfrenta a las autoridades religiosas del país. Jesús vive al margen de la riqueza, no le interesan los honores y se hace acompañar de gente sencilla y sin estudios.

No sabe por qué, pero Jesús le evoca la figura de Juan Bautista. Incluso podría ser el mismo Juan, ahora resucitado. Herodes, hombre de una personalidad enferma, se había dejado subyugar por una mujer, que le obliga a cortar la cabeza de Juan Bautista. Y todavía permanecía en su corazón una insufrible culpabilidad. La pasión incontrolada bloquea la mente y enferma el espíritu. Bien que lo sabía Herodes quien, pese a su malicia, llegó a admirar a Juan. Pero, a la hora de la verdad, su debilidad venció a sus pensamientos.

Los enemigos de Cristo cortan las cabezas que piensan. Los enemigos de Cristo silencian las voces sinceras. Los enemigos de Cristo se dejan llevar por las pasiones. Los enemigos de Cristo comercian con las conciencias. Los enemigos de Cristo están peleados con la verdad. Los enemigos de Cristo son agentes de la mentira. Los enemigos de Cristo persiguen a los limpios de corazón. Los enemigos de Cristo se mueven siempre en la oscuridad. Los enemigos de Cristo suelen ser enemigos de la vida. Los enemigos de Cristo se complacen en la maldad. Los enemigos de Cristo terminan siendo enemigos del ser humano y de su propia felicidad.

Cortar la cabeza lleva consigo matar la verdad, silenciar la denuncia, ofuscar la luz del día. La actitud perversa de matar a los profetas ha sido la norma de los que quieren aplastar la verdad. El juramento a una mujer, mediatizado por la pasión desbordada del placer, puede más que la fidelidad a Dios y las convicciones y honradez de la persona. Cuando uno se lanza por la pendiente peligrosa de la mentira, inicia un proceso cuyo final suele ser siempre trágico. La maldad atrae a los malos, que se mueven entre farsas inconfesables y traiciones constantes. El bien, aunque cueste, genera ingresos de felicidad.

 

 

Debo dejar de ser esclavo de mis pasiones, que sólo me traen arrepentimiento y frustración; levantaré mi mirada al Padre y emprenderé el ascenso por la senda del Hijo del Hombre que me llevará a la mansión infinita de la felicidad del Padre. Dame la gracia de descubrir en este rato de oración los medios que debo concretar para que este propósito no quede en mera ilusión.

 

«La Iglesia os quiere hombres de fe, maestros de fe, que enseñéis a los fieles a no tener miedo de los muchos Herodes que los afligen con persecuciones, con cruces de todo tipo.

Ningún Herodes es capaz de apagar la luz de la esperanza, de la fe y de la caridad de quien cree en Cristo.

La Iglesia os quiere hombres de testimonio». (Homilía de S.S. Francisco, 29 de junio de 2015).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Agendaré mi próxima cita para la dirección espiritual, si nunca la he tenido, buscaré quien pueda apoyarme.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

 

 

 

 

Vuelve a salir a la luz el lugar del martirio de San Juan Bautista

Identificado y reconstruido el palacio fortaleza de Herodes Antipas

 

 

Resurgido de la tierra, increíblemente: es el lugar del encarcelamiento y martirio de San Juan Bautista, el palacio-fortaleza del rey Herodes Antipas situado en la colina de Maqueronte al este del Mar Muerto en la actual Jordania.

 

 

Medalla de Oro del Pontificado

La sensacional reconstrucción del antiguo yacimiento bíblico de Maqueronte le ha valido al profesor Győző Vörös, arqueólogo y arquitecto, miembro de la Academia Húngara de las Artes, la concesión en los últimos días de la Medalla de Oro del Pontificado 2020 por la Pontificia Academia Romana de Arqueología y la Pontificia Academia Cultorum Martyrum. El prestigioso premio se concedió por el proyecto «Las excavaciones arqueológicas de Maqueronte», documentado en tres volúmenes publicados por Edizioni Terra Santa.

 

 

El Palacio desaparecido

«Increíble, casi milagroso». Así describe el profesor Vörös el descubrimiento del yacimiento de Maqueronte, un testimonio encapsulado de una época histórica de la que hasta ahora no se habían perdido rastros. El emplazamiento del palacio había desaparecido tras la destrucción por parte de los romanos al final de la Primera Revuelta Judía en 71/72 d.C. En 1968, el erudito alemán August Strobel descubrió los restos de una muralla construida por las legiones romanas y formuló la hipótesis de que la antigua ciudad herodiana se encontraba en el lugar.

 

 

Un proyecto de veinte años

Desde entonces, se han realizado importantes estudios. Entre ellas, las realizadas por los arqueólogos franciscanos Virginio Canio Corbo y Michele Piccirillo, que murieron sin poder publicar nada. A raíz de un deseo expresado durante el viaje apostólico del Papa Benedicto XVI a Jordania, en 2009 el Departamento Real de Antigüedades de Ammán encargó a Gy?z? Vörös un estudio de 20 años de duración sobre el yacimiento arqueológico. El proyecto se llevó a cabo en estrecha colaboración científica con el Jerusalem Studium Biblicum Franciscanum, la École biblique et archéologique française de Jerusalén y el Cobb Institute of Archaeology de la Universidad Estatal de Mississippi.

 

 

Los cien mil fragmentos

Más de cien mil elementos arquitectónicos reensamblados como en un mosaico han permitido al arqueólogo devolver a la humanidad la reconstrucción gráfica de un sitio rico en significado y atractivo para la historia y la fe.

 

 

Un regalo de Dios para el siglo XXI

«Maqueronte -declara- es un regalo que Dios Todopoderoso ha hecho al siglo XXI. Podemos reconstruir arquitectónicamente el interior de un lugar, el palacio herodiano, descrito en el Evangelio. Hoy podemos ofrecer a las nuevas generaciones una imagen fiel de lo que nos dicen los textos sagrados: no una ilustración bíblica, basada en la imaginación o la fantasía, sino un documento histórico. Este es el corazón y el sentido de la misión de la arqueología».

Tierra Santa, Quinto Evangelio

«Como ha dicho el Papa Francisco -continúa Gy?z? Vörös-, Tierra Santa es el quinto Evangelio que nos ayuda a entender los cuatro primeros. En Macheronte, del griego makhaira, que significa espada, estamos ante el Gólgota de Juan el Bautista, ‘precursor’ con su martirio, del Calvario, del sacrificio de Cristo». El acontecimiento es narrado por los evangelistas Marcos y Mateo: un hecho histórico confirmado en el siglo I en las Antiquitates Judaicae del historiador judío Josefo Flavio y, 250 años después, en la Storia Ecclesiastica de Eusebio de Cesarea.

El Papa: desarrollar la arqueología cristiana para revivir la fe de los orígenes

Dentro del palacio hubo un banquete durante el cual la princesa Salomé danzó para Herodes y le pidió, casado ilegítimamente con la madre Herodías, la cabeza de Juan el Bautista. Incómodo por haber dicho la verdad sobre el adulterio del rey y odiado por Herodías por ello, Juan fue encarcelado y luego decapitado en la fortaleza de Maqueronte.

 

 

Historia y fe

Con la doble emoción de erudito y creyente, Gy?z? Vörös dice sentirse especialmente feliz de que, en el bimilenario del martirio de Juan el Bautista, que tuvo lugar entre el 28 y el 29 de nuestra era, Maqueronte haya encontrado su ubicación geográfica en el mapa de Tierra Santa.

 

 

Nunca más la idea de que existe una cultura superior

El Santo Padre se reunió con los obispos, sacerdotes, consagrados y agentes de pastoral durante su viaje apostólico en Canadá.

 

 

“La comunidad cristiana no se deje contaminar nunca más por la idea de que existe una cultura superior a otras”, pidió el Papa Francisco a los obispos, sacerdotes, religiosos y agentes de pastoral de la Iglesia en Canadá en la ceremonia del rezo de las Vísperas, este jueves 28 de julio, en la Basílica de Notre-Dame en Quebec.

Francisco reflexionó sobre “la alegría del ministerio” al cumplir la misión de “apacentar el rebaño” (1 P 5,2), y que la Iglesia está llamada a testimoniar en la evangelización. Para ello invitó a los ministros a tener una “mirada que discierne”, para superar el “secularismo” asumiendo tres desafíos: dar a conocer a Jesús, el testimonio y la fraternidad.

Como testimonio de referencia para la Iglesia en Canadá, el Papa recordó a San Francisco de Laval, primer Obispo de Quebec, quien en su tiempo vivió cercano en la caridad a los miembros de las poblaciones indígenas.480p low geselecteerd als afspeelkwaliteit

“Mientras estamos aquí reunidos –dijo el Papa- como Pueblo de Dios, recordemos que Jesús es el Pastor de nuestra vida, que cuida de nosotros porque nos ama verdaderamente. A nosotros, pastores de la Iglesia, se nos pide esa misma generosidad para apacentar el rebaño, para que pueda manifestarse la solicitud de Jesús por todos y su compasión por las heridas de cada uno”.

Corazón de pastores

Y les hizo el llamado a estar cerca del Pueblo de Dios, “no como religiosos asalariados o funcionarios de lo sagrado, sino con corazón de pastores, con entusiasmo”, y sintiendo la cernía del “Buen Pastor” para cumplir esta tarea y vivir “la alegría del ministerio y, antes aún, la alegría de la fe”.

Advirtió Francisco sobre la “secularización” que amenaza esa alegría, “que desde hace tiempo ha transformado el estilo de vida de las mujeres y de los hombres de hoy, dejando a Dios casi en el trasfondo, como desaparecido del horizonte”.

 

 

Mirada que discierne

Manifiesta el Pontífice que ante esta realidad que vive el mundo hay dos miradas posibles: “mirada negativa” y la otra “mirada que discierne”.

“Si nos detenemos en una mirada negativa, acabaremos por negar la encarnación porque, más que encarnarnos en la realidad, huiremos de ella. Nos cerraremos en nosotros mismos, lloraremos nuestras pérdidas, nos lamentaremos continuamente y caeremos en la tristeza y en el pesimismo, que nunca vienen de Dios”, expresó el Papa.

“En cambio –dice Francisco- estamos llamados a tener una mirada semejante a la de Dios, que sabe distinguir el bien y se obstina en buscarlo, en verlo y en alimentarlo”.

Así el Papa les exhorta a “anunciar el Evangelio para dar a los hombres y a las mujeres de hoy la alegría de la fe”, teniendo una “mirada que discierne”.

 

 

El Papa les deja tres desafíos a los ministros y agentes de pastoral en Canadá, para trabajar en esta tarea particular de la Iglesia.

Dar a conocer a Jesús

Les pide volver al primer anuncio, “es necesario encontrar nuevos caminos para anunciar el corazón del Evangelio a cuantos todavía no han encontrado a Cristo. Eso presupone una creatividad pastoral para llegar a las personas allá donde viven, descubriendo ocasiones de escucha, de diálogo y de encuentro”, dijo.

El testimonio

Reiterado nuevamente la petición de perdón por el mal que hiciera algunos cristianos a las poblaciones indígenas y por los abusos sexuales a menores, les invitó a dar testimonio de nuevos caminos: “El Evangelio se anuncia de modo eficaz cuando la vida es la que habla, la que revela esa libertad que hace libres a los demás, esa compasión que no pide nada a cambio, esa misericordia que habla de Cristo sin palabras”.

 

 

“La comunidad cristiana no se deje contaminar nunca más por la idea de que existe una cultura superior a otras y que es legítimo usar medios de coacción contra los demás. Recuperemos el ardor de vuestro primer obispo, san Francisco de Laval”

La fraternidad

Finalmente les pidió vivir la fraternidad cristiana, ya que “la Iglesia será testigo creíble del Evangelio cuando sus miembros vivan más la comunión, creando ocasiones y espacios para que quienes se acerquen a la fe encuentren una comunidad acogedora”.

El Obispo de Roma también les indicó que estos desafíos “sólo podemos llevarlos adelante con la fuerza del Espíritu, que siempre debemos invocar en la oración”.

 

 

El Santo Padre junto con los obispos, sacerdotes, consagrados, y agentes de pastoral, dirigieron esta oración a San Francisco de Laval:

“Tú fuiste el hombre del compartir, visitando a los enfermos, vistiendo a los pobres, combatiendo por la dignidad de los pueblos originarios, sosteniendo a los misioneros cansados, siempre pronto a tender la mano a los que estaban peor que tú. Cuántas veces tus proyectos fueron destrozados, pero siempre, tú los pusiste de nuevo en pie. Tú habías entendido que la obra de Dios no es de piedra, y que, en esta tierra de desánimo, era necesario un constructor de esperanza”.

 

 

Amistad: Lanzarse por una amistad verdadera

La amistad verdadera nos lleva a querer lo mejor para el amigo. De entre los 3 tipos de amistad que nos presenta Aristóteles, el tercer tipo nos describe la verdadera amistad.

 

 

Una de las escenas más hermosas de toda la Biblia se encuentra al final del Evangelio de san Juan. Es de mañana y el sol está apenas saliendo. Pedro y los otros cinco apóstoles están cansados de haber pasado toda la noche intentando pescar sin haber obtenido nada como fruto de sus esfuerzos. De repente escuchan un grito que viene de la orilla: “Muchachos, ¿han pescado algo?” Nos es familiar lo que pasará después: la pesca milagrosa. Pero el momento más cautivador lo vemos en la reacción de Pedro, cuando se lanza de la barca. Juan dice solo tres palabras, “¡Es el Señor!”, y le bastan a Pedro para tirarse al agua. Si tuviésemos una foto de aquel momento, de Pedro en pleno vuelo, nos diría mil palabras; palabras sobre todo de la amistad que le motivó a lanzarse; de la amistad que comparten Jesucristo y Pedro. Pero, ¿qué es la verdadera amistad, cómo se forma y qué importancia tiene para mí?

De entre todas las virtudes humanas que hay, pocas nos atraen tanto como la amistad. Aristóteles distingue tres tipos de amistad en la “Ética Nicomaquea.” La primera se trata de la amistad de utilidad: es bueno para mí tener esta relación, me es útil y puedo sacarle provecho. Esto es lo que esperaríamos de las relaciones entre empresarios; nos asociamos porque nos ayuda para ganar dinero o una mejor posición social. El segundo tipo tiene como base el placer: me gusta estar con el otro porque es divertido y me hace sentir bien. El tercero se trata de la verdadera amistad. Esta amistad encuentra su razón de ser en la virtud y bondad del otro. Como amigos compartimos el deseo de vivir una vida virtuosa, los altos ideales.

Sin embargo, me atrevo decir que a Aristóteles le falta algo… Es verdad que las amistades uno y dos no son verdaderas. Una amistad no es una inversión prudencial: no es que invierto mi tiempo con una persona porque preveo beneficios futuros, ni tengo un amigo solo porque me hace sentir feliz. Esto sería usarlo, tratarlo como medio de la propia felicidad y, a fin de cuentas, sería buscarse uno mismo. C.S. Lewis lo expresa así:

“La amistad no es una recompensa por nuestra capacidad de elegir y por nuestro buen gusto de encontrarnos unos a otros, es el instrumento mediante el cual Dios revela a cada uno las bellezas de todos los demás, que no son mayores que las bellezas de miles de otros hombres; por medio de la amistad Dios nos abre los ojos ante ellas. Como todas las bellezas, éstas proceden de él, y luego en una buena amistad, las acrecienta por medio de la amistad misma, de modo que éste es su instrumento tanto para crear una amistad como para hacer que se manifieste.”

No le echo la culpa a Aristóteles pues nunca escuchó aquellas palabras reveladoras de Jesucristo: “Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos” (Jn 15, 12-13). Así, Jesucristo nos revela un aspecto más profundo: la donación de sí, termómetro fiel de la verdadera amistad. Probablemente no se nos presentará en esta vida la oportunidad de dar la propia por un amigo, pero la vida cotidiana sí nos presenta mil oportunidades para darnos a los demás en las cosas pequeñas y momentos difíciles. Aunque sepamos valorar al amigo, sus cualidades y talentos, la verdadera amistad nos llevará a valorar también sus luchas y aceptar sus deficiencias. Por eso, la amistad verdadera es realista y leal. Ser amigo en los momentos difíciles quiere decir olvidarse y donarse. Esta amistad la expresó perfectamente J.R. Tolkien cuando nos escribe sobre la amistad incondicional entre Sam y Frodo:

“Sam lo miraba. Las primeras luces del día se filtraban apenas a través de las sombras, bajo los árboles, pero Sam veía claramente el rostro de su amigo, y también las manos en reposo, apoyadas en el suelo a ambos lados del cuerpo. De pronto le volvió la mente la imagen de Frodo, acostado y dormido en la casa de Elrond, después de la terrible herida. En ese entonces, mientras lo velaba, Sam había observado que por momentos una luz muy tenue perecía iluminarlo interiormente; ahora la luz brillaba, más clara y más poderosa. El semblante de Frodo era apacible, las huellas de miedo y la inquietud se habían desvanecido; y sin embargo recordaba el rostro de un anciano, un rostro viejo y hermoso, como si el cincel de los años revelase ahora toda una red de finísimas arrugas que antes estuvieran ocultas, aunque sin alterar la fisonomía. Sam Gamyi, claro está, no expresaba de esa manera sus pensamientos. Sacudió la cabeza, como si descubriera que las palabras eran inútiles y luego murmuró: ‘Lo quiero mucho. Él es así, y a veces, por alguna razón, la luz se transparenta. Pero se transparente o no, yo lo quiero”.

Quizá sólo es en los momentos difíciles que la verdadera amistad se forja y se aprecia por lo que es: “Un amigo fiel es un escudo poderoso, el que lo encuentra halla un tesoro. Un amigo fiel no se paga con nada, no hay precio para él” (Sirácide 6, 14). Y es así, al final, hallamos lo que motivó a Pedro a lanzarse al mar con el sólo hablar de Cristo. Qué hombre de avanzada edad hace esto con sólo escuchar a otro si no es porque le ama, si no es porque es su amigo.

 

 

La trata de personas, una forma moderna de esclavitud

Es importante sensibilizar a la sociedad sobre la magnitud de la plaga de la trata de personas

 

 

“En este tiempo de gracia, todos estamos invitados a entrar más profundamente en el misterio de la misericordia de Dios y, como el buen samaritano, a llevar el bálsamo de esa misericordia a las muchas heridas en nuestro mundo. Una de esas heridas abiertas más dolorosa es la trata de personas, una forma moderna de esclavitud, que viola la dignidad, don de Dios, en tantos de nuestros hermanos y hermanas y constituye un verdadero crimen contra la humanidad”, ha dicho el Papa Francisco recibiendo esta mañana en la Sala Clementina del Palacio Apostólico a los participantes en la II Asamblea de “RENATE” -Religious in Europe Networking Against Trafficking and Exploitation- (Red Religiosa Europea contra la trata y la explotación) dedicada esta vez al tema: “Ending trafficking begins with us” (Acabar con la trata empieza por nosotros) en curso en Roma del dal 6 al 12 de noviembre.

El Santo Padre que dio una cordial bienvenida a los presentes, encabezados por Sor Imelda Poole, subrayó que aunque se ha avanzado mucho en el conocimiento de la gravedad y el alcance del fenómeno, “todavía queda mucho por hacer para sensibilizar a la opinión pública y coordinar los esfuerzos de los gobiernos, de las autoridades judiciales y legislativas y de los trabajadores sociales”.

Como sabéis, prosiguió, “uno de los retos de este trabajo de sensibilización, de educación y de coordinación es una cierta indiferencia e incluso complicidad, una tendencia por parte de muchos a mirar a otra parte, mientras están en obra poderosos intereses económicos y redes criminales. Por eso expreso mi reconocimiento por vuestros esfuerzos encaminados a aumentar la sensibilidad de la sociedad sobre la magnitud de esta plaga, que se ceba especialmente en las mujeres y los niños. Pero de una manera muy especial os agradezco vuestro testimonio fiel al Evangelio de la misericordia, como lo demuestra vuestro compromiso en la recuperación y rehabilitación de las víctimas”.

La actividad de la RENATE en ese ámbito nos recuerda el gran trabajo silencioso que muchas congregaciones religiosas, especialmente femeninas, en el cuidado de aquellos que han sido heridos en su dignidad y marcados por sus experiencias.“Pienso, sobre todo –observó Francisco- en la contribución específica que dan las mujeres al acompañamiento de otras mujeres y niños en un itinerario profundo y personal de curación y reintegración”,

“Confío en que el intercambio de experiencias, conocimientos, y competencias en estos días contribuirá a un testimonio más eficaz del Evangelio en una de los grandes «periferias» de nuestra sociedad contemporánea. Os encomiendo, al igual que a todos los que servís, a la intercesión amorosa de María, Madre de la Misericordia; os imparto de corazón mi bendición como prenda de alegría y paz en el Señor. Y mientras os aseguro mi recuerdo en la oración, pos pido que, por favor, recéis por mí”, se despidió el Santo Padre.

 

 

San Pedro Crisólogo, patrón de oradores y predicadores

Un obispo de Rávena que llevaba con gran acierto la Palabra de Dios a personas de todo tipo

 

Pedro nació en Imola (Italia) hacia el año 380. Sirvió como obispo metropolitano de Rávena entre el 425 y el 429.

Estuvo presente en el año 445 en el fallecimiento de san Germán de Auxerre. Y tres o cuatro años después escribió a Eutiques, presbítero de Constantinopla, que había recurrido a él tras ser condenado por la Iglesia presbítero de Constantinopla, que había recurrido a él tras ser condenado por la Iglesia por monofisita (negaba la doble naturaleza, humana y divina, de Jesucristo).

A san Pedro se le conoce como Crisólogo por sus palabras de oro, que sirvieron para acercar a muchas personas a Dios.

Era un gran orador y su predicación estaba llena de sencillez, de cultura discreta, de humanidad y de piedad.

En sus textos incluía ejemplos tomados de la vida de la corte de Rávena, de los militares, de los marineros o de los campesinos, de modo que adecuaba el mensaje al público a quien se dirigía.
Falleció entre el año 449 y el 458.

En su obra se cuentan 168 sermones, la carta a Eutiques y 15 “extravagantes” (escritos no clasificados).

Fue proclamado Doctor de la Iglesia en 1729. Te puede interesar:Pistas de un santo para hacer oración con el Padrenuestro

Patronazgo

San Pedro Crisólogo es el patrón de los oradores y los predicadores.

Fragmento del sermón 30

¿Por qué vuestro maestro come con publicanos y pecadores? Dios es acusado de abajarse hacia el hombre, de sentarse cerca del pecador, de tener hambre de su conversión y sed de su retorno, de preferir el alimento de la misericordia y la copa de la benevolencia.

Pero Cristo, hermanos míos, vino a esta comida; la Vida ha venido para estar entre los invitados a fin de que, condenados a muerte, vivan la Vida; la Resurrección se ha acostado para que los que yacen se levanten de sus tumbas; la Bondad se ha abajado para levantar a los pecadores hasta el perdón; Dios ha venido hasta el hombre para que el hombre llegue hasta Dios; el juez ha venido a la comida de los culpables para sustraer a la humanidad de la sentencia de condenación; el médico ha venido a los enfermos para restablecerlos comiendo con ellos; el Buen Pastor ha inclinado la espalda para devolver la oveja perdida al establo de la salvación (Lc 15, 3s).

Oración

Oh, Dios, que hiciste a san Pedro Crisólogo, obispo, insigne predicador del Verbo encarnado, concédenos meditar siempre este misterio de salvación y manifestarlo en nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.