Matthew 11:25-27
Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús nos revela su relación íntima con el Padre: “Nadie conoce al Hijo excepto el Padre, y nadie conoce al Padre excepto el Hijo y cualquiera a quien el Hijo desee revelarlo”.
Hay algo absolutamente notable y particular acerca de Jesús. Al igual que Abraham, Moisés, Isaías, Jeremías y David, él es enviado por Dios. Hasta ahora todo es ordinario. Sin embargo, este enviado es, al mismo tiempo, Dios. Porque él habla y actúa consistentemente con la misma persona de Dios: “A menos que me ames . . .” “Hijo mío, tus pecados son perdonados . . .” “Has oído decir, pero yo digo . . .” “El cielo y la tierra pasarán . . .”
Pareciera que hay alguien que, en un sentido, es diferente al que lo envió y en otro sentido es el mismo. Él viene del Padre pero no como una criatura sino como una imagen y reflejo perfecto, el Logos o la Palabra por la cual el Padre se da a entender.
Estas dos “personas”, Padre e Hijo, se miran desde toda la eternidad y suspiran de amor mutuo. Este soplo mutuo de amor es el Espíritu Santo.
Nuestra Señora del Carmen
Advocación Mariana, 16 de julio
Por: Staff | Fuente: Corazones.org
Patrona de los marineros
Memoria de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, monte en el que Elías consiguió que el pueblo de Israel volviese a dar culto al Dios vivo y en el que, más tarde, algunos, buscando la soledad, se retiraron para hacer vida eremítica, dando origen con el correr del tiempo a una orden religiosa de vida contemplativa, que tiene como patrona y protectora a la Madre de Dios.
Desde los antiguos ermitaños que se establecieron en el Monte Carmelo, Los Carmelitas han sido conocidos por su profunda devoción a la Santísima Virgen. Ellos interpretaron la nube de la visión de Elías (1 Reyes 18, 44) como un símbolo de la Virgen María Inmaculada. Ya en el siglo XIII, cinco siglos antes de la proclamación del dogma, el misal Carmelita contenía una Misa para la Inmaculada Concepción.
En las palabras de Benedicto XVI, 15,VII,06:
«El Carmelo, alto promontorio que se yergue en la costa oriental del Mar Mediterráneo, a la altura de Galilea, tiene en sus faldas numerosas grutas naturales, predilectas de los eremitas. El más célebre de estos hombres de Dios fue el gran profeta Elías, quien en el siglo IX antes de Cristo defendió valientemente de la contaminación de los cultos idolátricos la pureza de la fe en el Dios único y verdadero. Inspirándose en la figura de Elías, surgió al Orden contemplativa de los «Carmelitas», familia religiosa que cuenta entre sus miembros con grandes santos, como Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Teresa del Niño Jesús y Teresa Benedicta de la Cruz (en el siglo, Edith Stein). Los Carmelitas han difundido en el pueblo cristiano la devoción a la Santísima Virgen del Monte Carmelo, señalándola como modelo de oración, de contemplación y de dedicación a Dios. María, en efecto, antes y de modo insuperable, creyó y experimentó que Jesús, Verbo encarnado, es el culmen, la cumbre del encuentro del hombre con Dios. Acogiendo plenamente la Palabra, «llegó felizmente a la santa montaña» (Oración de la colecta de la Memoria), y vive para siempre, en alma y cuerpo, con el Señor.
A la Reina del Monte Carmelo deseo hoy confiar todas las comunidades de vida contemplativa esparcidas por el mundo, de manera especial las de la Orden Carmelitana, entre las que recuerdo el monasterio de Quart, no muy lejano de aquí [Valle de Aosta]. Que María ayude a cada cristiano a encontrar a Dios en el silencio de la oración.
La estrella del Mar y los Carmelitas
Los marineros, antes de la edad de la electrónica, dependían de las estrellas para marcar su rumbo en el inmenso océano. De aquí la analogía con La Virgen María quien como, estrella del mar, nos guía por las aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que es Cristo.
Por la invasión de los sarracenos, los Carmelitas se vieron obligados a abandonar el Monte Carmelo. Una antigua tradición nos dice que antes de partir se les apareció la Virgen mientras cantaban el Salve Regina y ella prometió ser para ellos su Estrella del Mar. Por ese bello nombre conocían también a la Virgen porque el Monte Carmelo se alza como una estrella junto al mar.
Los Carmelitas y la devoción a la Virgen del Carmen se difunden por el mundo
La Virgen Inmaculada, Estrella del Mar, es la Virgen del Carmen, es decir a la que desde tiempos remotos se venera en el Carmelo. Ella acompañó a los Carmelitas a medida que la orden se propagó por el mundo. A los Carmelitas se les conoce por su devoción a la Madre de Dios, ya que en ella ven el cumplimiento del ideal de Elías. Incluso se le llamó: «Los hermanos de Nuestra Señora del Monte Carmelo». En su profesión religiosa se consagraban a Dios y a María, y tomaban el hábito en honor ella, como un recordatorio de que sus vidas le pertenecían a ella, y por ella, a Cristo.
La devoción a la Virgen del Carmen se propagó particularmente en los lugares donde los carmelitas se establecieron.
España
Entre los lugares en que se venera en España la Virgen de España como patrona está Beniaján, Murcia. Vea ahí mas imágenes.
América
Es patrona de Chile; en el Ecuador es reina de la región de Cuenca y del Azuay, recibiendo la coronación pontificia el 16 de Julio del 2002. En la iglesia del monasterio de la Asunción en Cuenca se venera hace más de 300 años. Es además venerada por muchos en todo el continente.
Cristo vive en un corazón sencillo
Santo Evangelio según san Mateo 11, 25-27. Miércoles 15ª semana de Tiempo Ordinario
Por: H. Edison Valencia, LC | Fuente: www.somosrc.mx
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, concédeme la gracia de tener un corazón sencillo para que Tú vivas en él.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-27
En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
En la palabra de Dios vemos hoy como Cristo da gracias al Padre porque ha revelado los grandes misterios a las personas sencillas. La sencillez del corazón es la que le agrada a Dios y, por eso, muchas veces nos sorprendemos cuando nos encontramos personas que nunca han estudiado temas teológicos y parecen que fueran doctores, con una humildad y sencillez te hacen comprender los misterios más grandes que ni los teólogos más doctos pueden explicar con tanta claridad, no solo con palabras sino también con obras.
¡Cristo vive en el corazón sencillo! La vida espiritual es un camino que recorremos de la mano de Dios, y no es tan difícil como parece ser; somos nosotros los que tantas veces la complicamos, y llenamos este camino con tantos obstáculos que, después, es imposible recorrerlo y llegar a la vida de unión que Dios quiere para mí. Cristo se revela al corazón sencillo, se revela en el alma que realmente quiere hacer lo que Dios quiere para ella. Siempre me ha llamado la atención cómo algunos grandes maestros de la oración definen este encuentro. Tenemos a santa Teresita del Niño Jesús que dice: «la oración es un impulso del corazón una sencilla mirada lanzada al cielo, un grito de agradecimiento y de amor…», a san Juan Crisóstomo: «Que nuestra oración sea escuchada no depende de la cantidad de palabras, sino del fervor de nuestra alma». Pidamos un corazón sencillo a María santísima, para que Cristo pueda vivir en cada uno de nosotros.
«Jesús enseña a la masa, la gente sencilla escucha al Señor porque tiene ganas, tiene sed, tiene sed de doctrina, sed de verdad; tiene una fe que busca crecer. La gente sencilla intuye que el Señor es un profeta, un maestro y lo sigue. Simplemente escucha. En cambio, estos fariseos, o también doctores de la ley se acercaron y para ponerlo a prueba le hicieron una pregunta casuística, aquellas preguntas de la fe que “se puede o no se puede”, donde la fe está reducida a un “sí” o a un “no”. Pero no el gran “sí” o el gran “no” de los que hemos escuchado hablar, que es Dios.»
(Homilía de S.S. Francisco, 25 de mayo de 2018 en santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Tratar de tener un gesto de sencillez hoy en mi vida espiritual; puede ser conmigo mismo o con otro.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
San Simón Stock y el origen del Escapulario de Nuestra Señora del Carmen

Isaac74 | Depositphotos
Philip Kosloski – publicado el 16/05/25
La tradición dice que el Escapulario Marrón de Nuestra Señora del Monte Carmelo fue entregado a san Simón Stock, un monje carmelita inglés, en el siglo XIII
Muchos católicos están familiarizados con el Escapulario Marrón de Nuestra Señora del Monte Carmelo, un sacramental que se da con frecuencia a los niños en el momento de su Primera Comunión.
Sin embargo, no todos conocen el origen de la devoción al Escapulario Marrón.
¿Qué es un escapulario?
En primer lugar, es importante explicar qué es un escapulario y cómo se relaciona con las órdenes religiosas.
La Enciclopedia Católica explica: «El escapulario (del latín, scapula , hombro) forma parte, y ahora es la parte más importante, del hábito monástico. Se suele usar sobre el hábito o la sotana… Consiste esencialmente en una pieza de tela de aproximadamente el ancho del pecho de un hombro al otro (es decir, de unos 35 a 45 cm), y de tal longitud que no llega ni a los pies ni por delante ni por detrás».
Este tipo de escapulario, de mayor tamaño, es usado por muchas órdenes religiosas, como los carmelitas, dominicos, benedictinos y algunos franciscanos.
Es posible que originalmente fuera un delantal utilizado para trabajar que se colocaba encima de un hábito religioso.
Con el tiempo, a los laicos se les permitiría usar escapularios más pequeños, que son pequeños trozos cuadrados de tela, suspendidos de cintas para colgar por delante y por detrás, y que normalmente se usan debajo de la ropa.

fot. Vanesa Guerrero, rpm / Cathopic
¿De donde viene el escapulario marrón?
El escapulario marrón de Nuestra Señora del Monte Carmelo está asociado con la Orden Carmelita, que tiene sus raíces entre los ermitaños que vivían en Tierra Santa.
La historia precisa del escapulario que usan los carmelitas está envuelta en leyenda, como explica la Enciclopedia Católica:
«Según una piadosa tradición, la Santísima Virgen se apareció a San Simón Stock en Cambridge, Inglaterra, el domingo 16 de julio de 1251. En respuesta a su petición de ayuda para su orden oprimida, se le apareció con un escapulario en la mano y le dijo: ‘Toma, hijo amado, este escapulario de tu orden como insignia de mi cofradía y para ti y todos los Carmelitas, un signo especial de gracia; quien muera con esta vestimenta no sufrirá el fuego eterno. Es señal de salvación, protección en los peligros, prenda de paz y de la alianza'».
Existe cierto debate sobre la veracidad de esta leyenda, pero al mismo tiempo, «aunque ahora se ha demostrado suficientemente que este testimonio no puede respaldarse con documentos históricos, su contenido general sigue siendo una tradición piadosa fiable; en otras palabras, es creíble que san Simón Stock tuviera asegurada de manera sobrenatural la protección especial de la Santísima Virgen para toda su orden y para todos los que vistieran el hábito carmelita».
El hábito carmelita todavía remonta su historia a san Simón Stock, y la devoción al escapulario marrón probablemente se desarrolló alrededor de ese periodo de tiempo.