¿Esta multitud iba a Jesús? Sí. ¿Lo necesitaban? Sí, algunos tenían curiosidad, pero esos eran los escépticos, la minoría. Esa multitud la atraía el Padre: era el Padre quien atraía a la gente hacia Jesús, que no permanecía indiferente, como un maestro distante que dice sus palabras y después se lava las manos. ¡No! Esa multitud tocaba el corazón de Jesús. El mismo Evangelio nos dice: “Jesús tuvo compasión de ellos porque eran como ovejas sin pastor”. El Padre, a través del Espíritu Santo, atrae a las personas hacia Jesús. (Homilía Santa Marta del 19 de enero de 2017)
• Mark 3:7-12
Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús cura a tal multitud de gente que tiene que subirse a una barca para escapar de la presión de las personas.
Hasta el día de hoy, la Iglesia lleva adelante el ministerio de la sanación a través de la gracia.
Recordemos que los Apóstoles de Jesús simplemente continuaron lo que hizo el Maestro. Y uno de los principales signos del ministerio del Señor fue claramente la sanación. Había, por supuesto, una profunda convicción bíblica de que cuando llegase el día del Señor, la creación estaría ordenada correctamente. Lo que presenciamos en las curaciones de Jesús es una reparación de la creación.
Si duda que los milagros de curaciones físicas siguen teniendo lugar en la vida de la Iglesia, los invito a leer el libro Milagros de Craig Keener o visitar las iglesias en África, Asia o América Latina, donde la expectativa de lo milagroso se da por sentado. Pero la Iglesia también conlleva la curación de la mente, el alma, la voluntad y la imaginación. La Biblia entiende que el pecado nos ha causado un daño tremendo, y cualquiera que esté involucrado en el ministerio pastoral conoce su apariencia: mentes rotas, corazones divididos, pasiones adictivas.
Macario el Grande, Santo
Abad, 19 de enero
Martirologio Romano: Conmemoración de san Macario el Grande, presbítero y abad del monasterio de Scete, en Egipto, que, considerándose muerto al mundo, vivía sólo para Dios, enseñándolo así a sus monjes (c. 390).
Etimología: Macario = Aquel que ha encontrado la felicidad, es de origen griego.
NOTA: En la actualidad el Martirologio lo recuerda el 19 de enero, en el calendario anterior se lo celebraba el 16 de febrero
Breve Biografía
Este santo nació en Egipto por el año 300. Pasó su niñez como pastor, y en las soledades del campo adquirió el gusto por la oración y por la meditación y el silencio.
Una mujer atrevida le inventó la calumnia de que el niño que iba a tener era hijo de Macario, el cual, según decía ella, la había obligado a pecar. La gente enardecida arrastró al pobre joven por las calles. Pero él le pidió al Señor en su oración que hiciera saber a todos la verdad, y sucedió que tal mujer empezó a sentir terribles dolores y no podía dar a luz, hasta que al fin contó a sus vecinos quién era el verdadero papá del niño. Entonces la gente se convenció de la inocencia de Macario y cambió su antiguo odio por una gran admiración a su humildad y a su paciencia.
Para huir de los peligros del mundo, Macario se fue a vivir en un desierto de Egipto, dedicándose a la oración, a la meditación y a la penitencia, y allí estuvo 60 años y fueron muchos los que se le fueron juntando para recibir de él la dirección espiritual y aprender los métodos para llegar a la santidad.
El obispo de Egipto ordenó de sacerdote a Macario para que pudiera celebrarles la misa a sus numerosos discípulos. Después fue necesario ordenar de sacerdotes a cuatro de sus alumnos para atender las cuatro iglesias que se fueron construyendo allí cerca donde él vivía, para los centenares de cristianos que se habían ido a seguir su ejemplo de oración, penitencia y meditación en el desierto.
Macario quería cumplir aquella exigencia de Jesús: «Si alguno quiere ser mi discípulo, tiene que negarse a sí mismo», y se dedicó a mortificar sus pasiones y sus apetitos. Estaba convencido de que nadie será puro y casto si no les niega de vez en cuando a sus sentidos algo de lo que estos piden y desean. Deseaba dominar sus pasiones y dirigir rectamente sus sentidos. Sentía la necesidad de vencer sus malas inclinaciones, y notó que el mejor modo para obtener esto era la mortificación y la penitencia. Como su carne luchaba contra su espíritu, se propuso por medio del espíritu dominar las pasiones de la carne. A quienes le preguntaban por qué trataba tan duramente a su cuerpo, les respondía: «Ataco al que ataca mi alma». Y si a alguno le parecían demasiadas sus mortificaciones le decía: «Si supieras las recompensas que se consiguen mortificando las pasiones del cuerpo, nunca te parecerían demasiadas las mortificaciones que se hacen para conservar la virtud».
En aquellos desiertos, con 40 grados de temperatura y un viento espantosamente caliente y seco, no tomaba agua ni ninguna otra bebida durante el día. En un viaje al verlo torturado por la sed, un discípulo le llevó un vaso de agua, pero el santo le dijo: «Prefiero calmar la sed, descansando un poco debajo de una palmera», y no tomó nada. Y a uno de sus seguidores les dijo un día: «En estos últimos 20 años jamás he dado a mis sentidos todo lo que querían. Siempre los he privado de algo de lo que más deseaban».
Dominaba su lengua y no decía sino palabras absolutamente necesarias. A sus discípulos les recomendaba mucho que como penitencia guardaran el mayor silencio posible. Y les aconsejaba que en la oración no emplearan tantas palabras. Que le dijeran a Nuestro Señor: «Dios mío, concédeme las gracias que Tú sabes que necesito». Y que repitiera aquella oración del salmo: «Dios mío, ven en mi auxilio, Señor date prisa en socorrerme».
Admirable era el modo como moderaba su genio y su carácter, de manera que la gente quedaba muy edificada al verlo siempre alegre, de buen genio y que no se impacientara por más que lo ofendieran o lo humillaran.
A un joven que le pedía consejos de cómo librarse de la preocupación del qué dirán los demás, lo mandó a un cementerio a que les dijera un montón de frases duras a los muertos. Cuando volvió le preguntó Macario: Qué te respondieron los muertos? NO me respondieron nada, le dijo el joven. ¡Entonces ahora vas y les dices toda clase de elogios y alabanzas! El muchacho se fue e hizo lo que el santo le había mandado, y éste volvió a preguntarle: ¿Qué te respondieron los muertos? ¡Padre, nada me respondieron! «Pues mira», le dijo el hombre de Dios: «Tú tienes que ser como los muertos: ni entristecerte porque te critican y te insultan, ni enorgullecerte porque te alaban y te felicitan. Porque tú eres solamente lo que eres ante Dios, y nada más ni nada menos».
A uno que le preguntaba qué debía hacer para no dejarse derrotar por las tentaciones impuras le dijo: «Trabaje más, coma menos, y no les conceda a sus sentidos y a sus pasiones el gusto al placer inmediato. Quien no se mortifica en lo lícito, tampoco se mortificará en lo ilícito». El otro practicó estos consejos y conservó la castidad.
Macario le pidió a Dios que le dijera a qué grado de santidad había llegado ya, y Nuestro Señor le dijo que todavía no había llegado a ser como la de dos señoras casadas que vivían en la ciudad más cercana. El santo se fue a visitarlas y a preguntarles qué medios empleaban para santificarse, y ellas le dijeron que los métodos que empleaban eran los siguientes: dominar la lengua, no diciendo palabras inútiles o dañosas.
Ser humildes, soportando con paciencia las humillaciones que recibían y la pobreza y los oficios sencillos que tenían que hacer. Ser siempre amables y muy pacientes, especialmente con sus maridos que eran muy malgeniudos, y con los hijos rebeldes y los vecinos ásperos y poco caritativos. Y como medio muy especial le dijeron que se esmeraban por vivir todo el día en comunicación con Dios, ofreciéndole al Señor todo lo que hacían, sufrían y decían, todo para mayor gloria de Dios y salvación de las almas.
Los herejes arrianos que negaban que Jesucristo es Dios, desterraron a Macario y sus monjes a una isla donde la gente no creía en Dios. Pero allí el santo se dedicó a predicar y a enseñar la religión, y pronto los paganos que habitaban en aquellas tierras se convirtieron y se hicieron cristianos.
Cuando los herejes arrianos fueron vencidos, Macario pudo volver a su monasterio del desierto.
Y sintiendo que ya iba a morir, pues tenía 90 años, llamó a los monjes para despedirse de ellos. Al ver que todos lloraban, les dijo: «Mis buenos hermanos: lloremos, lloremos mucho, pero lloremos por nuestros pecados y por los pecados del mundo entero. Esas sí son lágrimas que aprovechan para la salvación».
Jesús dijo: «Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados (Mt. 5). Dichosos los que lloran y se afligen por sus propios pecados. Dichosos los que lloran por las ofensas que los pecadores le hacen a Dios. Lloremos arrepentidos en esta vida, para que no tengamos que ir a llorar a los tormentos eternos». Y murió luego muy santamente. Llevaba 60 años rezando, ayunando, haciendo penitencia, meditando y enseñando, en el desierto.
Oración
San Macario, santo penitente: consíguenos de Dios la gracia de hacer penitencia por nuestros pecados en esta vida, para no tener que ir a pagarlos en los castigos de la eternidad. Amén
Cuando los poseídos lo veían, gritaban tú eres el hijo de Dios
Santo Evangelio según san Marcos 3, 7-12.
Jueves II del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, quiero permanecer en ti, permanecer en tu amor, unido a tu corazón. Permíteme reclinar la cabeza en tu pecho como lo hiciste con el discípulo amado. Quiero escuchar ese corazón que palpita de amor por mí.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 3, 7-12
En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar, seguido por una muchedumbre de galileos. Una gran multitud, procedente de Judea y Jerusalén, de Idumea y Transjordania y de la parte de Tiro y Sidón, habiendo tenido noticias de lo que Jesús hacía, se trasladó a donde él estaba. Entonces rogó Jesús a sus discípulos que le consiguieran una barca para subir en ella, porque era tanta la multitud, que estaba a punto de aplastarlo. En efecto, Jesús había curado a muchos, de manera que todos los que padecían algún mal, se le echaban encima para tocarlo. Cuando los poseídos por espíritus inmundos lo veían, se echaban a sus pies y gritaban: “Tú eres el Hijo de Dios”. Pero Jesús les prohibía que lo manifestaran.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Podemos creer que los demonios hacían una confesión de fe más sincera y real que la nuestra. Sí, cuando ellos confesaban que Jesús era el Hijo de Dios, lo hacían con tal fuerza e ímpetu que demostraban creer en lo que decían. Cuántas veces, Señor, he dudado de tu presencia real y viva en la Eucaristía.
Quizás sí creo que estás ahí, pero mi fe es tan teórica y superficial, que lo demuestra el número de veces que te visito en la Eucaristía. Si de verdad creyera que Dios mismo está en ese humilde pedazo de pan, ¿dejaría pasar algún día sin visitarte? Creo que no…
Creo de verdad que hasta los demonios y sus seguidores tiene más fe que yo en tu presencia Eucarística. Siempre que alguien te quiere ofender, tristemente, te atacan y profanan en tu presencia real en la Eucaristía. De verdad creen que estás ahí, por ello te ofenden de esa manera.
Ayúdame, Jesús, a valorar este don tan grande, ese milagro de amor que bajo la apariencia de un pedazo de pan se queda conmigo. Se queda indefenso incluso a merced de aquellos que sólo le quieren ofender. Gracias por amarme con locura, Jesús, pues sólo un loco de amor permitiría tales cosas.
«Cada Eucaristía que celebramos con fe nos hace crecer como templo vivo del Señor, gracias a la comunión con su cuerpo crucificado y resucitado. Jesús conoce aquello que hay en cada uno de nosotros, y conoce también nuestro más ardiente deseo: el de ser habitados por Él, sólo por Él. Dejémoslo entrar en nuestra vida, en nuestra familia, en nuestros corazones. Que María Santísima, que es la morada privilegiada del Hijo de Dios, nos acompañe y nos sostenga». (Homilía de S.S. Francisco, 8 de marzo de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Buscaré hacer una visita a Jesús Eucaristía sin ninguna intención especial, tan sólo para adorarlo y amarlo en reparación por todas las ofensas y profanaciones que recibe en este sacramento.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Las diez películas más católicas y las 10 más anticatólicas
He aquí, cortesía del Padre Felipe Santos, el Top 10 del cine religioso, así como las 10 películas que más han dañado la imagen de la Iglesia Católica.
Las 10 películas más católicas
La Pasión de Cristo, de Mel Gibson (2004)
Logró muchos más votos que las tres siguientes votadas.
Sonrisas y lágrimas (1965)
También conocida como La Novicia Rebelde, es el clásico sobre la familia Von Trapp y la creativa monja e institutriz Fraulein María frente al auge del poder nazi (basado en una historia real).
Un Hombre para la Eternidad (A Man for All Seasons, 1966)
Un clásico incombustible e imprescindible: la historia de santo Tomás Moro, negándose a aceptar el matrimonio fraudulento de Enrique VIII por fidelidad a la Iglesia y a su conciencia.
La Canción de Bernardette (The Song of Bernardette, 1943)
La película clásica, en blanco y negro, de Bernadette y las apariciones de Lourdes.
Qué Bello es Vivir (Its a Wonderful Life, 1946)
Clásico navideño que apuesta por la vida, la familia y la esperanza y sigue emocionando pese a los años transcurridos, con un magnífico trabajo de James Stewart.
Los Diez Mandamientos (1956)
La colosal producción bíblica de Cecil B De Mille, con Charlton Heston.
Escarlata y Negro (The Scarlet and the Black, 1983)
La historia real del obispo Hugh O´Flaherty que desafió a los oficiales nazis en Roma para salvar vidas de judíos en la Segunda Guerra Mundial.
Jesús de Nazaret (1977)
El octavo puesto es para el clásico pictórico y manierista de Franco Zefirelli
La Lista de Schindler (1993)
Es una película judía, de tema judío y director judío (Steven Spielberg) pero se basa en la historia real de Oskar Schidler, que era católico alemán y salvó a cientos de judíos de los nazis.
Las campanas de Santa María (The Bells of Saint Mary, 1946)
Comedia de Bing Crosby e Ingrid Bergman, que se repone poco en España y es menos conocida que otros clásicos de los años cuarenta.
Las 10 películas más anti-católicas
The Order
Historia de terror sobre un sacerdote renegado que descubre una secta en el interior de la Iglesia dedicada a ocultar monstruosos crímenes. Es como echar gasolina a un incendio teniendo en cuenta el efecto de los escándalos de pederastia en la confianza del norteamericano medio hacia la Iglesia.
Las Hermanas de la Magdalena (2002)
Un reformatorio-lavandería para mujeres en la Irlanda de principios del s.XX; monjas sádicas abusan de inocentes muchachas internadas allí por ser pobres o liberales.
Sister Mary Explains it All (2001)
Historia de una monja malévola y asesina que es confrontada por cuatro ex estudiantes, todas las cuales presentan disfunciones como consecuencias su formación católica. Se basa en una obra de teatro anterior. No ha circulado en el mundo hispano.
Chocolate (2000)
Una repostera atea (Juliette Binoche) con recetas de chocolates mayas libera a un reprimido pueblo católico de la vida ascética en plena Cuaresma.
Estigmata (1999)
Dios atormenta con estigmas a una atea para proclamar eslóganes gnósticos, porque la Iglesia católica es corrupta, falsa, tienen mucho que ocultar, etc…
Dogma (1999)
Parodia insultante en la que el último descendiente de José y María trabaja en una clínica abortista y es conducido a salvar a dos ángeles caídos bajo las órdenes de dios que es una mujer.
Elizabeth (1998)
Presenta a la soberana inglesa como quien libró a Inglaterra del oscuro y retrógrado catolicismo, logrando llevar a Inglaterra a la supremacía. Vista desde Europa o América Latina no molesta tanto como vista desde el catolicismo estadounidense o inglés.
La Última Tentación de Cristo (1988)
La famosa obra de Martin Scorsese, en la que Cristo sueña en la Cruz que se le permite bajar de ella, casarse con María Magdalena, llevar una vida normal…
Priest (1994)
Un sacerdote homosexual denuncia la corrupción de su parroquia
Agnes de Dios (1985)
La más antigua de las votadas: en un ambiente represivo, una monja asesina a su hijo recién nacido.
Pocas nominadas modernas
Los realizadores de la encuesta se encontraron que de las cien películas nominadas como más católicas sólo 16 se han producido en los últimos diez años. Las cintas anticatólicas, en cambio, son cada vez más frecuentes a pesar de que no consiguen grandes éxitos en taquilla.
Por ejemplo, La Pasión de Cristo bordeó los 370 millones de dólares en la taquilla estadounidense, mientras que La Última Tentación de Cristo apenas logró 8,3 millones de dólares en el país.
Un caso similar es el de Sonrisas y Lágrimas, que en 1965 recaudó 159 millones de dólares que equivaldrían a unos 900 millones actualmente- mientras que hace dos años la anticatólica The Magdalene Sisters alcanzó sólo 4,8 millones.
Aunque el cine anticatólico no llega a ser un gran negocio, cuenta con un público fiel, atención en los medios de comunicación y una función ideológica que le hacen, al menos, rentable.
Por las religiosas y consagradas (Intenciones del Papa febrero 2022)
San Arsenio de Corfú, un judío que se convirtió en obispo
Converso del judaísmo en el siglo X, fue el primer obispo de la isla griega
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San Arsenio (Arsenios en griego) de Corfú nació en Betania (Palestina) en el seno de una familia judía y se convirtió al cristianismo.
Fue nombrado primer obispo de Corfú en el año 933. De él la tradición subraya su inclinación a pasar noches en vela en oración.
Falleció en el año 959.
Santo patrón
San Arsenio es patrono de la isla de Corfú junto con san Espiridón.
Oración
Dios todopoderoso,
te pedimos humildemente por intercesión de san Arsenio de Corfú, obispo,
que multipliques en nosotros tus dones y que vivamos en tu paz.
Por nuestro Señor Jesucristo.