Matthew 15:29-37

Amigos, en el Evangelio de hoy, Jesús instruye a la multitud a sentarse sobre el pasto. Tomando los panes y el pescado Jesús hace una comida que satisface a la enorme multitud. Están hambrientos, cansados y fatigados por sus esfuerzos, y Jesús les da el sustento del día.

Para Santo Tomás de Aquino, la gran metáfora de la Eucaristía es la de sustento, alimento para el viaje. La Eucaristía, que es el alimento diario, es el sustento para superar el día a día. ¿Qué tan efectivos seríamos si nunca comiéramos, o si comiéramos solo en ocasiones especiales y en un ambiente festivo? No muy efectivos. En la vida espiritual también debemos comer y beber, o no tendremos fuerza suficiente.

¿Esto solo se entiende de alguna manera vagamente simbólica? No, más bien de una manera claramente analógica. Porque así como el cuerpo necesita alimento físico, el espíritu necesita alimento espiritual, y no hay forma de evitar esta regla.A veces creemos que no es gran cosa mantenernos alejados de la Misa y abstenernos de recibir la Comunión. Pero es así, de acuerdo con la física espiritual expuesta aquí.

Juan Damasceno, Santo

Memoria Litúrgica, 4 de diciembre

Por: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net

Doctor de la Iglesia

Martirologio Romano: San Juan Damasceno, presbítero y doctor de la Iglesia, célebre por su santidad y por su doctrina, que luchó valerosamente de palabra y por escrito contra el emperador León Isáurico para defender el culto de las sagradas imágenes, y hecho monje en la laura de San Sabas, cerca de Jerusalén, compuso himnos sagrados y allí murió. Su cuerpo fue enterrado en este día (c. 750).

Etimológicamente: Juan = Dios es misericordia, es de origen hebreo.

Nota: Anteriormente se lo celebraba el 27 de marzo

Breve Biografía

Juan Damasceno (Yahia ibn Sargun ibn Mansur, nacido a mediados del siglo VII de una familia árabe cristiana y muerto en el 749) es considerado el último representante de la patrología griega y el equivalente oriental de San Isidoro de Sevilla por sus obras monumentales como la Fuente del conocimiento. Su actividad literaria es multiforme: pasa con autoridad de la poesía a la liturgia, de la elocuencia a la filosofía y a la apologética.

Hijo de un alto funcionario del califa de Damasco, Juan fue compañero de juegos del príncipe Yazid, que más tarde lo promovió al mismo puesto del padre, que corresponde en cierto modo al de ministro de Hacienda. En calidad de “Logothete”, fue representante civil de la comunidad cristiana ante las autoridades árabes.

A un cierto punto Juan renunció a la corte y a su alto cargo, probablemente por las tendencias anticristianas del califa. En compañía del hermano Cosme, futuro obispo de Maiouma, se retiró al monasterio de San Sabas cerca de Jerusalén, en donde, ordenado sacerdote, profundizó su formación teológica, preparándose para el cargo de predicador titular de la basílica del Santo Sepulcro.

Era el período en el cual el emperador de Bizancio, León III Isáurico, inauguraba la política iconoclasta, es decir, desterraba todas las imágenes sagradas, cuyo culto era considerado como un acto de idolatría. El anciano patriarca de Constantinopla, San Germán, defendió el culto tradicional explicando la verdadera naturaleza del homenaje que se les rendía a las imágenes, pero pagó con la destitución su acto de valentía. Desde Jerusalén, bajo el dominio árabe, se hizo oír otra voz en favor del culto de las imágenes, la del entonces desconocido monje Juan Damasceno o de Damasco, que con sus Tres discursos en favor de las sagradas imágenes se impuso inmediatamente a la atención del mundo cristiano. El emperador, no pudiendo atacar directamente al monje, recurrió vilmente a la calumnia, haciendo falsificar una carta de Juan, en la que éste habría tramado una conjuración para restituir el dominio de la ciudad de Jerusalén al emperador bizantino.

En esta disputa teológica, hecha de sutiles distinciones, Juan pudo demostrar toda su preparación teológica, puesta al servicio no sólo del patriarca de Jerusalén, sino de toda la Iglesia. En efecto, el segundo concilio de Nicea, en reparación de las injurias recibidas por el defensor de la ortodoxia, proclamó no sólo su ciencia, sino también su santidad. León XIII lo proclamó doctor de la Iglesia en el año 1890.

La Iglesia lo recuerda el 4 de Diciembre, aunque en muchos sitios se mantiene la fecha tradicional antigua de festejarlo el 27 de Marzo.

Sobreabundancia es la medida

Santo Evangelio según San Mateo 15,29-37. Miércoles I de Adviento

Por: Jesús Salazar Brenes, LC | Fuente: somosrc.mx

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Aliméntanos, Señor, con el pan de tu palabra y sacia nuestro corazón con tu amor. Haznos apóstoles tuyos que podamos llevar nuestra vivencia a quien más lo necesite.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 15, 29-37

En aquel tiempo, llegó Jesús a la orilla del mar de Galilea, subió al monte y se sentó. Acudió a Él mucha gente, que llevaba consigo tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros enfermos. Los tendieron a sus pies y él los curó. La gente se llenó de admiración, al ver que los lisiados estaban curados, que los ciegos veían, que los mudos hablaban y los tullidos caminaban; por lo que glorificaron al Dios de Israel. Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Me da lástima esta gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. No quiero despedirlos en ayunas, porque pueden desmayarse en el camino». Los discípulos le preguntaron: «¿Dónde vamos a conseguir, en este lugar despoblado, panes suficientes para saciar a tal muchedumbre?». Jesús les preguntó: «¿Cuántos panes tienen?». Ellos contestaron: «Siete, y unos cuantos pescados». Después de ordenar a la gente que se sentara en el suelo, Jesús tomó los siete panes y los pescados, y habiendo dado gracias a Dios, los partió y los fue entregando a los discípulos, y los discípulos a la gente. Todos comieron hasta saciarse, y llenaron siete canastos con los pedazos que habían sobrado.

Palabra del Señor

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Cuando tenemos hambre, todo nos habla de comida. Cualquier olor delicioso nos trae recuerdos, o buscamos preparar algo «hecho con amor». Si así buscamos alimentar nuestro cuerpo, no podemos olvidar que nuestra alma también necesita alimentarse; así, muchas cosas cotidianas nos hablarán de Jesús, nos traerán recuerdos de nuestra experiencia con Él, y buscaremos la paz que brota del amor verdadero.

Mucha gente buscaba y busca aún a Jesús por interés, acordándose de Él de una forma muy terrenal, sólo cuando necesitan algo, como sucede en el Evangelio; buscan a Jesús por querer sanarse del cuerpo, quizás sin importarles mucho su mensaje que es el que sana el alma. Otros, a lo mejor, seguían a Jesús porque querían verlo, como si fuera la atracción sensacional del momento. No obstante, a pesar de conocer las intenciones más profundas de cada uno, Jesús siente lástima de todos por igual y quiere alimentarlos en el cuerpo y el espíritu.

¡Qué bueno es Jesús que no hace diferencias! Él, conociendo nuestro corazón, nuestra historia e intenciones, no quiere que desfallezcamos en el camino y se hace pan para alimentarnos. Veamos el Evangelio: Él pronuncia la acción de gracias (pronuncia la «eucháristein» según el texto griego) da el pan a sus discípulos y ellos a la gente, tal como sucede hoy en la Eucaristía. Jesús viene a través de las manos de sus discípulos y se nos da en manjar celeste, alimentando nuestra alma y transformándonos en su presencia viva. Ahora tenemos un reto, llevar la luz de la presencia de Cristo a tantas personas que tienen hambre y no saben cómo saciarse. Un día le presentaron siete panes al Señor, todo lo que tenían para comer, y Él no sólo los multiplicó, sino que sobró más de lo que le dieron. Cuando somos generosos con Dios, su medida con nosotros es la sobreabundancia.

«Jesús atento a las necesidades primarias de las personas. El episodio surge de un hecho concreto: las personas están hambrientas y Jesús involucra a sus discípulos para que este hambre se sacie. Este es el hecho concreto. A la multitud, Jesús no se limitó a donar esto -ofreció su Palabra, su consuelo, su salvación, su vida-, pero ciertamente hizo también esto: se encargó del alimento para el cuerpo. Y nosotros, sus discípulos, no podemos hacer como si nada. Solamente escuchando las más sencillas peticiones de la gente o poniéndose cerca de sus situaciones existenciales concretas se podrá ser escuchado cuando se habla de valores superiores. El amor de Dios por la humanidad hambrienta de pan, de libertad, de justicia, de paz, y sobre todo de su gracia divina nunca falla».

(Homilía de S.S. Francisco, 29 de julio de 2018).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy llevaré el pan de la palabra a otra persona en una conversación normal, o bien, si me es posible, asistiré a la Eucaristía, aunque no sea domingo.

Despedida

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Santa Bárbara, la Rapunzel original

PD

Philip Kosloski – publicado el 04/12/18

La historia de esta bella doncella del siglo III encerrada en una torre ha sido adaptada en muchas ocasiones

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La historia de Rapunzel, un cuento de hadas popular de los hermanos Grimm, ha cautivado la imaginación de los niños durante siglos. Disney la devolvió a la vida recientemente a través de la película Enredados.

Curiosamente, la trágica historia de una bella princesa encerrada en una torre muy alta se basa en la historia de santa Bárbara, una virgen que vivió en el siglo III.

Su vida está narrada en el libro medieval La leyenda dorada y tiene muchas similitudes con las adaptaciones populares.

Armagnac-commons I CC BY-SA 3.0

Había un hombre rico, Dióscoro. Este Dióscoro tenía una hija joven que se llamaba Bárbara, para quien hizo una torre alta y fuerte en la que mantenía: ningún hombre debía verla, por su gran belleza.

Sin embargo, muchos príncipes fueron a llamar a Bárbara y desearon su mano en matrimonio. Bárbara se negó a casarse y se dedicó a Dios.

Cuando su padre se ausentó por negocios, Bárbara instaló una tercera ventana en su torre en honor a la Santísima Trinidad. Cuando su padre regresó, ella le mostró la nueva ventana y le confesó su fe cristiana.

Esto enfureció enormemente a su padre pagano, quien inmediatamente sacó su espada para matar a su propia hija.

Bárbara oró rápidamente a Dios, quien contestó su oración y milagrosamente abrió un agujero en la torre para que ella escapara.

Finalmente fue descubierta y sufrió un trato cruel por su cristianismo. Barbara tuvo la muerte de una mártir, decapitada por su padre.

Se dice que poco después de la muerte de Bárbara, su padre fue alcanzado por un rayo y murió.

Bárbara santa patrona

Es por esta historia por la que Bárbara se convirtió en una patrona invocada contra los rayos y los explosivos, y por extensión se convirtió en la patrona de los artilleros y mineros (debido a su uso de explosivos en la excavación).

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Muchos de los 33 mineros chilenos que estuvieron atrapados durante dos meses bajo tierra en 2010 dieron gracias por su rescate a la intercesión de santa Bárbara.